Partida Rol por web

La sombra del Norte

Capítulo 5: Fornost Erain

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23/06/2019, 23:31
Aular Robleviejo

Tenía pinta que aquello podía acabar con algún lisado en este enfrentamiento con el oso, Aular no estaba seguro que la manera en que Aeth fuese a atacar al oso agradaran al príncipe, aunque no parecía preocuparle mucho al dorwinrim.

Aular detuvo su montura y desde una cierta distancia observó el combate.

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24/06/2019, 17:42
Eoden

-¡Vamos, vamos! -Animó el eothraim, sabiendo que debían aprovechar el buen golpe que Aceroamargo había asestado contra la criatura, no tendrían una oportunidad mejor.

Guiado por la misma valentía que había demostrado durante toda la cacería, y con la osadía que lo caracterizaba, Eoden realizó un segundo ataque contra el oso. Aunque, en su fuero interno, se encontraba acongojado después de ver la gran zarpa de la bestia a punto de caer sobre él con toda la fuerza de aquel animal, que sin duda le hubiera herido gravemente de no ser por la intervención de su compañero. Tal vez el hecho de pensar en eso le hizo lanzar un ataque bastante débil en esa ocasión.

- Tiradas (2)
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24/06/2019, 17:48
Director

Aceroamargo y Eoden continuaban enfrentando a la bestia de frente, sobre sus nerviosos caballos y tratando de clavar las afiladas puntas de sus lanzas en la dura piel del oso. Sin embargo, en esta ocasión, Aeth falló su ataque debido a un mal movimiento del temeroso caballo en el último instante y Eoden vio como su lanza pasaba frente a la cabeza del animal, quedándose demasiado corto para acertarle, pues su brazo no se había estirado suficientemente.

Pero a pesar de errar en sus ataques, ambos jinetes lograron distraer lo suficiente al oso como para que no reparara en la presencia de Aeth, quien se había logrado colocar a la espalda de la criatura para propinarle un buen golpe desde atrás. La fuerza con la que llegaba Aeth hizo que su lanza se ensartara con fuerza en la espalda del oso y lograse hacerlo tambalear. El golpe fue brutal y el animal se retiró hacía un costado huyendo de Aeth pero manteniendo a la vista a Eoden y Aceroamargo. El oso estaba aturdido y agotado, había perdido mucha sangre y jadeaba con la boca abierta y la lengua dejando caer un hilillo de sangre. Pero aún así era una bestia peligrosa, como bien sabían.

- Tiradas (1)

Notas de juego

La bonificación de Aeth es +35 (20 por la espalda y 15 por el flanco). Consigues crítico C. Lo lanzo por ti para no demorarlo mucho, estaría bien que hicierais una tirada de "posible crítico".

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24/06/2019, 18:04
Galastel

Galastel esquivó con soltura la llamarada que brotaba del bastón de la elfa y con una rápida zancada lateral se posicionó a su lado para clavarle la afilada daga en el vientre. El peligroso asesino había memorizado los ataques de Yulma en los asaltos anteriores y había logrado aprovechar que las llamaradas de la elfa no habían salido muy potentes en esta ocasión para posicionarse junto a ella y hundir la hoja de su arma en el cuerpo de Yulma.

-Te lo dije, amiga mía. - Le susurró el tahúr mientras acompañaba el cuerpo de Yulma hasta el suelo en su desmoronamiento. La elfa sentía que las piernas y los brazos se le aflojaban, y que la fuerza y la luz de los eldar la abandonaban. -Y ahora que tú y ese bobo guardia de ahí fuera estáis muertos nada me impedirá terminar con la informante. No te preocupes, mi querida. Pronto todos tus amigos te acompañaran en la muerte, pues el Rey Brujo vencerá esta guerra y no quedará nada. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Recibes crítico E, y falleces.

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01/07/2019, 11:08
Eoden

Eoden sabía que aquel oso podía ser la pieza definitiva que le valiera para conseguir ganar la competición de cacería. Sin embargo, la presencia del oso era demasiado imponente como para evitar mantener el cuidado y las distancias cuando se acercaba a golpear a la criatura. Por ello sus ataques estaban siendo demasiado tímidos y no causaban el daño mortal que el jinete esperaba.

- Tiradas (2)
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01/07/2019, 23:56
Aeth Umbradacil

Su maniobra parecía haber surtido efecto, el animal había sido incapaz de defenderse, aunque ahora se revolvía como enloquecido al verse rodeado, e intentaba defenderse de los dos frentes. Al dorwinrim ya le resultaba bastante difícil mantener al caballo bajo control, pero no iba a permitir que el oso escapare ahora que casi lo tenían arrinconado.

- Ah, no de eso nada. - y asestó una nueva estocada con la punta de la lanza antes de que el oso se apartase demasiado de su alcance

- Tiradas (2)

Notas de juego

el ataque tendría que haber sido +42 en lugar de +40 ya contados los bonos (no creo que afecte mucho, pero bueno)

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02/07/2019, 02:57
"Aceroamargo"

No iba a darse por vencido. Su primer golpe había sido magnifico y deseaba repetirlo, lamentablemente no llegaba a hacerse al uso de la lanza a caballo. Era un soldado de a pie, de escudo, espada y cuerpo a cuerpo. Aunque no iba a negar que, de verse en semejante situación ante el oso, estaría en serios problemas.

Espoleó su caballo, mientras que con su lanza trataba de aguijonear al úrsido una vez mas. Por lo menos atraería la atención del animal, para que sus compañeros lo hicieran mejor que el. Estaba frustrado y pensaba que su papel en aquella cacería era casi nulo. No le estaba gustando, pese a que conocía las reglas, como se coartaba sus capacidades obligándolo a luchar con lanza y a caballo.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Olvidé sumar los bonos...

INI: 81 (+10)=91
Ataque: 26(+31)=57
​Critico: 81

 

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02/07/2019, 12:34
Director

A pesar de que el oso permanecía aturdido, buscando la manera de defenderse de ataques que le venían por todos lados, los cazadores se sintieron intimidados por aún su presencia. La herida abierta por Aceroamargo anteriormente seguía sangrado en abundancia, por lo que el animal cada vez se encontraba más debilitado y eso se notaba en su lentitud de reflejos y de movimientos para apartarse como buenamente podía. Aún así, tanto Aceroamargo como Eoden fallaron sus ataques, probablemente por la falta de costumbre a aquel tipo de estilo de combate.

Aeth en cambio volvió a aguijonear con su lanza la espalda de la criatura con un golpe que no hizo mucho daño por la fuerte piel del animal, pero que ayudó a debilitarle todavía más. El oso lanzó un gruñido, pero no atacó ya que todavía seguía aturdido.

Notas de juego

Aeth consigue crítico B.

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02/07/2019, 17:52
Hunkel Saeta de Hierro

Dadse prisa – gritó el enano preocupado por sus compañeros, pero sin dejar su posición. Su ballesta ya estaba cargada, y no dudaría en usarla de ser necesario. Si sus compañeros fallaban en rematar a la bestia y ésta ponía en peligro la vida de alguno de ellos, el habría de entrar en batalla desde la distancia, probablemente solicitando a Thund que entrase en batalla.

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10/07/2019, 10:57
Eoden

Eoden tiró de las riendas de su caballo tras su ataque fallido para buscar un mejor ángulo. Debía calmar a su montura, que estaba nerviosa por la presencia intimidante del plantígrado y también calmarse a sí mismo para conectar un mejor golpe. Así pues, Eoden dirigió el caballo hacía atrás y lo hizo caminar lateralmente para posicionarse más centrado. Picó espuelas para que el caballo se alzara un poco y aprovechó la inercia para dirigir su lanza contra el oso nuevamente.

Los demás parecían no sentirse cómodos con las reglas de los cazadores de Fornost, pero Eoden no tenía ninguna queja al respecto. Montar era algo que se le daba casi tan bien como andar con sus propias piernas y, aunque no era tan bueno en el manejo de la lanza como en el de la espada, no se le daba mal el uso de ese tipo de armas.

- Tiradas (2)
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16/07/2019, 21:20
Aeth Umbradacil

El oso parecía estar cansado y débil, casi incapaz de defenderse, y Aeth no perdió la oportunidad de rematarlo. Apenas necesitó guiar al caballo ahora que la bestia se movía tan lentamente; una y otra vez continuó clavando la lanza sobre el lomo del animal con intención de no dejarlo recuperarse hasta que dejase de respirar.

- Tiradas (2)
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18/07/2019, 02:38
"Aceroamargo"

Si Eoden no se daba por vencido, Aceroamargo tampoco lo haría. Hostigaría al animal hasta lograr reducirlo, con algo de suerte, quizás incluso pudiera cobrarse la pieza. Era algo mas que un trofeo, era puro reconocimiento. Además con toda la carne de aquel animal, podría comer mucha gente, algo necesario en la ciudad.

El soldado se repuso sobre la montura. Giro su caballo de nuevo, espoleándolo para que se levantara de manos y aprovechar así la fuerza de la caída para hincar su lanza en las carnes del úrsido. La lanza acompaño el descenso enrabietada... 

- Tiradas (3)
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19/07/2019, 17:57
Director

Nuevamente, Eoden, Aeth y Aceroamargo desafiaron al peligro y atacaron a la formidable bestia con la que se estaban enfrentando, que si bien se encontraba aturdida por los golpes recibidos, no dejaba de resultar un peligro aterrador debido a sus fuertes garras y potentes mandíbulas. La estrategia había funcionado a la perfección esta vez, y los tres cazadores habían logrado efectuar una estrategia ofensiva que les había permitido restringir los movimientos del oso y dejarlo a merced de sus ataques.

Eoden fue el primero en acometer contra el oso en esta ocasión y lo hizo con un duro golpe que logró atravesar la dura piel del animal y clavar la lanza hasta más allá de la punta de acero. Cuando el eothraim, con mucho costo, logró liberar la lanza de la piel del animal, una una profunda herida empezó a sangrar en abundancia. Fue un golpe tan poderoso que de haberse producido contra otro hombre habría logrado ensartarlo y dejar asomando la punta de la lanza por la espalda del rival. Aeth, aprovechó nuevamente su posición para golpear duramente y logró herir la pata trasera del oso, abriendo otra herida más en su piel y logrando que se tambalease y estuviese a punto de caer. Al animal le quedaba poco más aguante y su vida estaba cerca del final, así lo mostraba jadeando con la boca abierta y la lengua fuera, pero aún sin renunciar a defenderse. Fue Aceroamargo quien le dio el golpe de gracia con un ataque certero y bien colocado que se clavó en el pecho del oso. El dúnadan picó espuelas para que su caballo se alzara y aprovechar la fuerza de la bajada para clavar la lanza más profundamente, tanto que logró matarlo en el acto sin demasiado sufrimiento y ahorrándole la agonía que sin duda hubiese padecido de haber logrado sobrevivir.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Eoden consigue un crítico B, Aeth un crítico D y Aceroamargo un crítico D y pieza. Los críticos valen la mitad al ser contra rival aturdido.

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19/07/2019, 18:43
Aranarth

Cuando el oso se desplomó sin vida, Melyanna soltó un grito de emoción que había contenido todo ese tiempo y alguno de los sirvientes del Príncipe que les acompañaban lanzaron vítores y gritos de enhorabuena a los tres cazadores. También Dimrod se sumó a las felicitaciones con una amplia sonrisa y alabando la hazaña que habían logrado. Si bien el golpe mortal había sido dado por Aceroamargo, los tres habían hecho un magnífico trabajo para lograr la pieza.

Aranarth se acercó de manera más calmada y sobria que el resto y les felicitó por su gesta. El Príncipe les dijo que con toda probabilidad habían logrado una de las mejores piezas de la cacería, lo cual les haría estar cerca de resultar vencedores. Los sirvientes que se encargaban de recoger los animales que cazaban tendrían serias dificultades para lograr transportar una criatura tan grande como aquella hasta las afueras del bosque, donde serían despiezadas.

-Mis felicitaciones. Habéis hecho un gran papel para ser vuestra primera vez.

Ya era mitad de tarde, sobre las seis y media, y en aquellos días invernales la noche siempre caía demasiado pronto. Con el sol ya oculto tras los árboles del bosque y las sombras alargadas y oscuras, el Príncipe anunció que llegaba el final de la cacería e hizo resonar su cuerno con un bramido que se extendió más allá de los límites del bosque y la campiña, llegando incluso a la ciudad. Tras eso el grupo se dirigió al punto de encuentro donde se habían separado anteriormente y donde procederían a realizar el recuento.

Lord Indaruk, un noble de largo bigote y pelo lacio, había logrado 400 puntos al cazar un jabalí. Zenâdan, cazador veterano al servicio de Lord Mundanath logró sumar 600 puntos al haber dado caza a dos ciervos de buen tamaño. La misma cantidad logró sumar un joven cazador llamado Sakâzor, que representaba a Lord Adûn, matando a un lobo y un ciervo. Eoden se colocó en tercera posición con el ciervo y el jabalí a los que había dado muerte y Aceroamargo pudo contar con su proeza del oso para sumar 800 puntos y colocarse en segunda posición. Pero el vencedor de la cacería había sido un explorador experimentado que estaba a las ordenes de Lord Migleth y que era considerado el mejor cazador de la región. Había logrado matar a tres lobos de la pequeña manada con la que el otro grupo tuvo que hacer frente y también a dos jabalíes para un total de 1.700 puntos. Una cifra difícil de alcanzar.

Habían logrado una buena cantidad de carne para llenar los necesitados pucheros del pueblo de Fornost, aunque por supuesto no hubo ni rastro del misterioso Corzo Blanco.

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08/08/2019, 09:48
Aular Robleviejo

Por suerte el corzo blanco no había aparecido, no hubiera permitido que nadie lo atacara así que me pude relajar un poco.

Presentaron al ganador de la cacería, lo cual no me importaba lo más mínimo, por fin había acabado aquello, pese a que toda la comida iba a ser utilizada, no me había agradado nada ver la diversión que habían tomado en ello.

Permanecí atento a los gestos de mi grupo para volver a la casa y saber cuando parte la caravana de suministros.

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12/08/2019, 18:21
Director

Melyanna felicitó a Eoden y Aceroamargo con un beso y el Príncipe dio 50 piezas de plata a ambos por haber logrado la tercera y segunda posición respectivamente en la competición de la cacería. Aunque el veterano cazador vencedor de la cacería, Azrahil, había conseguido llevarse 80 piezas de plata por su hazaña. Lady Melyanna se mostraba muy orgullosa de su grupo de cazadores, y los otros nobles de la partida no mostraron reparos en felicitarles y elogiar sus méritos. Incluso Azrahil alabó el buen trabajo de ambos hombres, él era un experimentado cazador y un gran explorador, y conocía a la perfección aquel bosque, por ello, derrotarlo en lo que mejor se le daba no era tarea sencilla.

La partida regresó a Fornost cuando el sol ya se precipitaba por el horizonte y las sombras se alargaban en dirección opuesta. Muchos nobles fueron abandonando al grupo conforme avanzaban por las calles de la ciudad, despidiéndose de la dama y sus acompañantes con palabras corteses y amables. El Príncipe y su séquito personal acompañaron al grupo hasta la Mansión Eketta y allí se despidieron de ellos. Aranarth, se acercó a ellos para mantener un tono confidencial en la conversación y les informó que la caravana de suministros para Ilmaryen estaría lista para dentro de dos días. Así que Dimrod les indicó que al día siguiente irían a buscar provisiones a las tiendas de Fornost. Para lograr que la Baronesa Eketta lo permitiese, el Príncipe les acompañaría con la excusa de buscar algo para Melyanna que fuese adecuado para una dama como ella. Sin duda la Baronesa estaría encantada de que Melyanna dejase de vestir como una pordiosera y accedería a la propuesta. 

El grupo se encontraba demasiado cansado y exhausto tras el agotador día, habían cazado varias piezas importantes y sentían que la jornada había sido un éxito, especialmente Melyanna, que se encontraba muy contenta después de pasar el día con el Príncipe y la perspectiva de un prometedor futuro lejos de la Baronesa. No tardaron en ir a descansar a sus respectivas camas, e incluso Matha fue a dormir, pese a haber permanecido en la mansión Eketta, pues quería escuchar las historias que la dama traía después de aquel intenso día. Dimrod se quedó hablando con Yulma en la cocina y cuando terminaron la elfa abandonó la mansión para atender un trabajo privado que había encontrado aquella tarde. Dimrod explicó a los que preguntaron por la elfa que ésta iba a hacer guardia en casa de una de las comerciantes más importantes de Fornost, quien al parecer le había pedido su ayuda*. Dimrod aceptó a regañadientes, aunque Melyanna estaba de sobras protegida en la Mansión Eketta.

Tras una cena ligera y algo de fumar junto a la chimenea de las habitaciones del servicio que les habían cedido, poco a poco fueron ocupando sus respectivas camas y cayendo a no mucho tardar en profundo sueño donde reinaba el frío, la nieve y una sombra alargada y oscura caía desde el Norte.

Notas de juego

*lo que estuvo haciendo Yulma durante la cacería. Lo roleamos en paralelo a vuestra parte.

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12/08/2019, 19:11
Director

De compras

Turno 1 - 28 de Noviembre del 1.974 de la Tercera edad

Como era de esperar, la baronesa Eketta estaba de acuerdo en que Melyanna no podía seguir vistiendo de la forma en que lo hacía, y aceptó la petición del Príncipe en aquella mañana para acompañarla a comprar ropa adecuada y artículos que hicieran su estancia más cómoda en la Mansión Eketta. Melyanna incluso fingió no estar de acuerdo para que la Baronesa se empecinara todavía más en que debía ir. La Baronesa se excusó alegando que tenía que rezar en el templo, pero ya llevaban tiempo suficiente en su casa para saber que en realidad acudía a casa de Lady Migleth para desayunar té con pastas y despotricar sobre otros nobles. No obstante, nadie iba a echarla en falta dado los verdaderos propósitos de la salida a comprar y lo poco agradable que resultaba su compañía, aún así el Príncipe fingió lástima por su ausencia y le dijo que esperaba que en otra ocasión pudiera acompañarles.

Yulma no había regresado aún a la Mansión Eketta, aunque eso era algo con lo que Dimrod ya contaba, así que no la esperaron. Cruzaron las calles de la ciudad hasta llegar a la calle de los mercaderes, donde había puestos y tiendas de lo más diversas y donde los olores del pan recién horneado y los puestos de comida se mezclaban con los perfumes de los mercaderes, se escuchaba el replicar de los martillos en las herrerías y las voces de los tenderos haciéndose notar a pleno pulmón. El murmullo de la gente que abarrotaba la calle lo inundaba todo y en algunos puntos resultaba difícil moverse debido al gentío. Melyanna caminaba cogida del brazo de Dimrod y con Matha caminando a su vera, se mostraba sonriente y emocionada con la perspectiva de abandonar Fornost.

Notas de juego

Podéis aprovechar este turno para comprar provisiones o lo que necesitéis al margen de lo que compre Dimrod para el grupo. Si alguien quiere algo que lo rolee en su turno.

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04/09/2019, 13:39
Melyanna Forestel

-Mira Matha, ¡qué vestidos más hermosos tienen en esa tienda! -Dijo señalando a la tienda de uno de los sastres de la calle de los mercaderes más cara y donde todas las damas de alta cuna solían comprar. -¡Vamos a entrar!

La muchacha cogió la mano de la mediana y se dirigieron al interior de la sastrería. Unos largos minutos después, la dama salió con un pequeño paquete bajo el brazo y una amplia sonrisa de felicidad en el rostro. Estuvieron toda la mañana recorriendo las diferentes tiendas y, aunque a alguno se le hicieron eternas aquellas cuatro horas de tediosas compras, Melyanna aprovechó para probarse joyas, vestidos, perfumes y sedas. Sin duda estaba encantada.

La dama se detuvo frente a una armería, donde un herrero forjaba una espada y se quedó mirando como aquel artesano daba forma al hierro candente con su martillo para lograr un buen filo. Lamentablemente, en los últimos tiempos los herreros de Fornost trabajaban el metal casi exclusivamente para forjar armas y armaduras en lugar de herramientas y utensilios. Lady Melyanna se agachó para susurrar algo al oído de Matha y ésta asintió y giró para hablar con Dimrod.

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04/09/2019, 13:51
Matha Pieldegamo

-Mi señor, si mi disculpáis voy a coger algunos ingredientes para el viaje. - Dimrod había comprado algunas provisiones para todos, carne salada para facilitar su conservación y un bizcocho de frutos secos que preparaban los habitantes de Fornost que duraba bastantes días y aportaba una gran cantidad de energía. -¿No pretenderéis que comamos eso todos los días? ¿Es que acaso habéis perdido el sentido del gusto?

Matha era una excelente cocinera, y era una suerte para el paladar tenerla con ellos en aquel viaje. Dimrod no puso pegas a su petición y le dio algunas monedas para que comprase cebollas, pimientos, puerros, algo de carne de conejo y lo que ella considerara. Podría hacer un buen guiso con todo aquello.

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04/09/2019, 13:57
Aranarth

Melyanna continuó la lenta marcha una vez el herrero puso a templar la espada en un cubo de agua, la siguiente tienda era otra sastrería y allí vio otro vestido que le llamó la atención y entró a probárselo. La calle se encontraba tranquila, ya que se acercaba la hora de comer y el Príncipe aprovechó el momento para dirigirse a Dimrod y el resto de acompañantes de la dama.

-A medianoche deberéis abandonar la casa de la baronesa y dirigiros a la puerta Oeste de la ciudad. Allí encontraréis a mi hombres. Preguntad por Eresgal, él está informado de todo y sabe cómo proceder.

Dimrod asintió y miró al resto de la compañía para indicarles que ya sabían que hacer, preparar el equipaje y todos los bártulos para ponerse en marcha. Debían ser silenciosos al salir de la mansión para evitar que la baronesa frustrara la huida, por lo que alguien debería cargar las carretas y tener listos los animales.