Partida Rol por web

La sombra del Norte

Capítulo 5: Fornost Erain

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16/04/2018, 17:12
Gramj Haïa

El enano de la capucha no tenía pegas. Además, en las ocasiones en las que se podía, había "Aseo General", y no dejaba de ser lo mismo. Por turnos se desprendías de ropas, armas y armaduras, y tras eso ... había un "baño". Se lavaban lo que podían, y luego, además, se les solían entregar ropas nuevas, o al menos, limpias. Lo malo era que eso pasaba poco, así que se lo tomaban a fiesta. Como una cosa especial entre las rutias de las guardias, patrullas y vigilancias.

- Yo no me oxido... se burló de Aular ...y las piedras de la montaña, siguen siendo igual de duras, mojadas o secas.

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18/04/2018, 23:20
Thund

El enano asintió con una sonrisa al comentario de Gramj. No le iba a importar en absoluto remojarse y quitarse la mugre del camino, si resultaba ser en una sala templada aún mejor, podria dedicar algo de tiempo a su barba, que desde luego, tras el duro camino, habia visto dias mejores.

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18/04/2018, 23:32
Aeth Umbradacil

Agua caliente... Aeth ni siquiera recordaba la última vez que se había aseado como era debido, pasando por alto cuando el curandero de la caravana le limpiaba los sudores febriles tras perder el brazo. A aquellas alturas casi le parecía un lujo, y solo por eso era más que bien recibido por su parte.

Dimrod: podéis disponer del resto del día a vuestro antojo.

- Espero que a la baronesa no le importe que deambulemos un poco. Tengo curiosidad por ver el resto de la mansión. -

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19/04/2018, 01:23
Rossuon Pairaniar

Rossuon se entretuvo jugueteando con las monedas mientras los enanos concluían las negociaciones. Estaba impaciente por conocer los detalles del encargo y echó un par de miradas aburridas hacia Hunkel, el más reticente. El joven noble decidió que se cuidaría mucho de negociar con enanos en el futuro. Por mucho que valieran la pena sus servicios. 

Mantenerse en la mansión de la baronesa hasta conseguir huir de sus férreas garras. Rossuon había tenido pocas opciones de importunar a los señores intratables de Gondor y la idea le sonó tan bien como a Aeth. Aunque esperaba poder librarse de las tareas de servidumbre... Haber acabado como mercenario ya la parecía bastante grave. Su mente ya buscaba una forma de eludir la guardia para abandonar la ciudad, y las tareas indeseables que se repartirían al grupo. Era posible que su experiencia en la corte le sirviera para algo en aquella ocasión. Lastima que la mayoría de las veces se había limitado a pasar el mal trago lo más rápido posible para poder abandonar las formalidades y recuperar el buen sabor con una botella en la mano. 

Se guardó las monedas en la bolsa.

- A ver qué tal danzáis esta noche. - 

Estaba pensando en el espectáculo que podrían dar sus compañeros en la velada en honor a Melyanna. Solo ver el drástico cambio que podían presentar algunos de ellos ya merecía la pena. Rossuon intentó no imaginarse la escena y dejar que le sorprendieran. Se rió levemente y esperó a que la reunión concluyera del todo. Podría ir a entrenar. 

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20/04/2018, 22:41
Dimrod

-De hecho, sí. -Respondió Dimrod a las últimas palabras de Aeth. -Sólo podremos movernos por las estancias para criados y por las habitaciones en las que Melyanna se encuentre, si vais a deambular por la mansión buscad una excusa buena y evitad a los criados y a la baronesa.

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20/04/2018, 22:45
Director

Un baile en honor a Melyanna

Turno 1

Matha había recibido ordenes por parte de la baronesa de acicalar a Melyanna según el estilo dúnadan, lo cual requería de una larga y ardua preparación que les había llevado prácticamente todo el día. Cuando al fin vieron a la dama se sorprendieron mucho de su apariencia. Ya no lucía como una muchacha asalvajada, llena de polvo del camino, ropas sucias y el pelo enmarañado. Ahora llevaba un intrincado peinado colmado de decoraciones que habían cepillado durante largo tiempo, lucía un magnífico vestido verde esmeralda, a juego con sus ojos, que realzaba su figura y mostraba que ya había dejado de ser una niña. La baronesa había mandado preparar baños para todos, y a mayores, había tenido la gentileza de prestarles unas incómodas ropas a las que ninguno de ellos podría jamás acostumbrarse, a excepción de los dúnedain del grupo.

Los más importantes clanes del reino estaban invitados, la casa se había llenado de viejas matriarcas, aburridos ancianos y niñas tontas y adineradas cortejadas por estúpidos jóvenes ricos pavoneándose con sus uniformes de caballero, sintiéndose importantes y negando que el estado actual del reino era culpa del despotismo de los de su clase, que durante años habían ignorado los problemas de los más pobres en beneficio propio. Mientras su reino se moría de hambre y era asolado por la guerra, ellos se sentaban allí a presumir de apariencia y riqueza. Dimrod tuvo que reconocer para si mismo, que al lado de aquellos jóvenes, incluso Eoden resultaba un buen partido para la dama. Lo más respetable de la noche era la comida y la presencia del Príncipe Aranarth, un encantador y gentil joven, ingenioso y diferente del resto de nobles del baile. Muy distinto también de su padre, el Rey Averdui, que con el tiempo y la aciaga situación del reino se había transformado en una oscura y meditabunda figura que saludaba a escasos invitados y departía susurrante con sus más allegados lo que probablemente eran cuestiones de Estado.

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23/04/2018, 15:22
Gramj Haïa

Un enano abotonado era como una olla a punto de estallar. De acuerdo que no le venía mal la ropa. Bueno, tal vez las mangas, algo largas, pero nada que no se pudiera remediar, plegando los puños hacia dentro. Lo había intentado hacia fuera, pero por lo visto ... era de mal gusto, y no se lo permitieron. - Lo mejor es estarse quieto y callado. No imites a nadie, no hagas nada.

- Mejor parece tonto, que abrir la boca y demostrarlo. Se susurró a si mismo, como consejo.

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23/04/2018, 15:44
Thund

Toda el descanso que habia deribado del baño y la perspectiva de una nueva comilona desapareció tan pronto como el enano hubo de enfundarse los ropajes que le fueron asignados, incómodos, escasos de sisa y espalda, sentia como si culquier movimiento más energico que andar fuese a provocar que se desgarrasen.

-Tal vez podian haber dispuesto ropas cómodas, ¡o enanas! Seguro que habria algun comerciante... Bah, Que mas da...

Así pues, el enano decidió no moverse mucho y quedarse quieto en un rincon junto a su congenere Gramj.

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23/04/2018, 23:49
Aular Robleviejo

Aular entró en la estancia, visiblemente molesto removiéndose en las ropas que le habían dado para vestir. De cuando en cuando olfateaba la ropa, no reconociéndose a sí mismo.

Sin embargo los manjares allí presentes eran increíbles, la mayoría de los presentes parecían inútiles de tomo y lomo. Y qué se supone debía de hacer, se preguntó a si mismo el hombre de los bosques. Nunca había estado en un baile de ese tipo. Observó que los enanos se quedaban en una esquina, Aular se encogió de hombros y se dedicó a probar las comidas que no había visto en su vida.

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24/04/2018, 21:25
Yulma Tarmaelen

Me pregunto cómo hacen para moverse con esta ropa.

Yulma apareció, visiblemente menos emperifollada que Melyanna, como una doncella más del grupo. Agradecía ser lo suficientemente esbelta como para que no le apretase el corsé, pero no pudo evitar apiadarse de la dama y de Matha. Aunque las penurias duraron poco cuando vio aparecer a los hombres del grupo. El único que parecía estar en su salsa era Rossuon, que, en comparación con el resto de los jóvenes asistentes, parecía un apuesto ruiseñor entre una bandada de pomposos gallos de corral.

Por suerte para ella, el protocolo no le era algo ajeno. Aunque prefiriese mil veces llevar su sencilla ropa de viaje y estar estudiando o empleando el tiempo en algo realmente útil, al menos sabía aparentar que se sentía como una más. O, al menos, no llamar la atención.

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24/04/2018, 23:11
Aeth Umbradacil

Aeth intentaba moverse con confianza dentro de las ropas que le habían prestado pensando que tal vez le daban un aire más distinguido a su aspecto habitual, pero nada más lejos de la realidad. Con su cara más parecida a la de un salteador de caminos y su manga izquierda colgando vacía a merced del viento tenía tan mal aspecto como un elfo barbudo, o un trasgo con armadura plateada, con la diferencia de que aquellos al menos se darían cuenta de cuan ridículo era su aspecto.

Sin duda se habían esforzado con el aspecto de la dama Melyanna. Por su comportamiento durante el viaje en muchas ocasiones había parecido una niña mimada, pero habían dejado claro que no lo era, y ahora que la veían en compañía de los otros nobles locales estaba claro que ella había sido bien educada en comparación. - Aunque ya me gustaría a mi haber sido criado entre tales lujos. - pensó con una pizca de envidia para sus adentros.

Distraidamente, Aeth se encontró observando de vez en cuando al decaído rey, que parecía soportar todo el peso del mundo sobre sus hombros.

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27/04/2018, 02:31
Rossuon Pairaniar

Rossuon permaneció junto a sus compañeros al inicio de la velada. En su rostro una sonrisa y su atención en los gestos, movimientos y palabras de su grupo. Notaba su incomodidad, en aquella ocasión eran ellos los inexpertos.

Enfundado en el traje prestado el gondoriano se movía con soltura. Había recuperado toda su confianza al encontrarse en una situación familiar. Sus movimientos parecían más gráciles e incluso resultaba más imponente, como si consiguiera traslucir la importancia de su sangre aunque tan lejos de su hogar la mayoría no reconociese su apellido. Aún así no estaba disfrutando la fiesta tanto como se esperaba. Recordaba vivir aquellos eventos con mayor emoción… Pero su visión del mundo ya no era la misma. Ver a la nobleza negando sus faltas y casi fingiendo que no sucedía nada en el reino le quemaba por dentro. A él le había costado despertar ¿cómo podría hacerlo con ellos? Si todos remasen en la misma dirección...

- No os perdáis. - bromeó antes de separarse del grupo, asumiendo que iban a permanecer tan quietos como hasta el momento.

El gondoriano se mezcló entre la nobleza presente. Tenía intención de participar en alguna de las conversaciones, donde quizás pudiera descubrir algún rumor interesante, y decidiría a qué joven sacar a bailar. Quería aprovechar los pocos días que podía pasar en la ciudad. Antes de volver a la dureza del camino. Y a sus peligros. Al menos el viaje que ya contaba a sus espaldas le daría unas cuantas historias con las que entretener a las damas.

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28/04/2018, 10:38
Dimrod

Al igual que la mayoría de ellos, Dimrod se encontraba muy incómodo con aquellas ropas prespadas por la baronesa. Lucía una larga camisa blanca abotonada y unos estrechos pantalones de color negro; las largas mangas y los flecos que de ellas sobresalían no dejaban de importunarle, obligando a remangarse cada medio minuto. Con sus ojos recorrió la sala y se preguntó de qué manera hacían los demás para llevar con soltura tan incómoda prenda.

-No entiendo cómo puedes estar tan cómodo. -Comentó cuando Rossuon pasó por su lado pavoneándose como uno más entre los nobles.

El resto tampoco lo llevaba nada bien: Eoden, al igual que ellos, se movía con poca gracia así embutido. Se le escuchó quejarse por lo justo de los pantalones, que según aseguraba, le apretaban demasiado la entrepierna. Pero quien peor parte se había llevado, sin duda alguna, era Matha. Ante la imposibilidad de proporcionarle un vestido de su talla, ya que tan al Norte los hobbits no eran muy conocidos, el vestido que le habían dado era de niña. Matha se sentía terriblemente ridícula, y miraba con cara malhumorada a cualquiera que en ella posase sus ojos. Si ya era fácil para las gentes de Fornost confundirla con una pequeña niña, ahora la confusión resultaba mayor, de hecho nadie la tomó por adulta, a juzgar por el tono con que se dirigían a ella. Melyanna, por su parte, caminaba reflejando en su cara lo poco que le gustaba aquel vestido verde. Ella también prefería sus ropas habituales de viaje a los vestidos de fiesta, pero su figura esbelta y su gracia natural hacían que la incomodidad que sentía no fuera evidente.

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28/04/2018, 10:55
Aranarth

Mediada la velada, Rousson ya había sacado a bailar a dos o tres jóvenes damiselas que gracias a las formas y los modales del muchacho no se habían percatado que formaba parte del séquito de sirvientes de la dama Melyanna. De hecho una de ellas incluso pensó que había encontrado a un digno pretendiente e insistió en que Rousson debía hablar con sus padres. Matha refunfuñaba ya abiertamente contra cualquiera que le hablase como a una niña, y la cara de Melyanna reflejaba su intenso aburrimiento.

Fue entonces cuando un joven engalanado con los mejores ropajes de entre todos los que allí se encontraban se acercó al grupo con una amplia sonrisa en el rostro. Era un muchacho alto, delgado y muy apuesto, y pudieron reconocerlo de inmediato, pues no era otro que el Príncipe Aranarth. Con gran galantería saludó a la dama, tomándole la mano y dándole un beso en ella mientras se inclinaba ante ella. Hizo extensible el saludo al resto, algo no muy propio de los de su posición, con una amigable mirada hacía los acompañantes de la dama.

-Es un placer conocerla al fin, he oído hablar mucho de vos, y los rumores sobre vuestra belleza se quedan cortos a decir verdad. ¿Estáis disfrutando de la velada, mi joven señora? Espero que a vuestros acompañantes no les resulte demasiado incómodas las costumbres de la nobleza de Fornost. Aunque he de confesar que yo mismo las encuentro muy aburridas.

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28/04/2018, 18:07
Melyanna Forestel

-¡Príncipe Aranarth! - Exclamó sorprendida la joven, que no esperaba que el príncipe se dignara a acercarse hasta ellos para saludarles.

Melyanna tendió la mano que le solicitaba el príncipe para corresponder su saludo e hizo una ligera reverencia que le quedó entre torpe y nerviosa. Después se recompuso como buenamente pudo y se quedó mirando a Aranarth, no sabía si debía evitar mirarle a los ojos o si consideraría aquello una ofensa, por lo que su mirada se quedó en una zona intermedia de su cara. Melyanna no solía arrugarse ante nadie, pero aquello le había pillado por sorpresa. Ciertamente no esperaba que el príncipe Aranarth fuese a hablar con ella.

-Estos son mis amig... sirvientes. -Dijo corrigiéndose, iba a nombrarlos a todos uno a uno, pero consideró que no debía ser muy propio que una dama presentase a sus sirvientes, y mucho menos a un príncipe. Así que se limitó a no estropearlo más. 

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28/04/2018, 18:14
Aranarth

-Oh, mi pequeña dama. No os sintáis ruborizada, yo también tengo sirvientes que son mis amigos. - El Príncipe guiñó un ojo cómplice para hacerle ver que entendía su situación.

La baronesa pasó cerca de ellos en ese momento, y Melyanna se agachó la cabeza para representar su papel de obediencia, por muchas ganas que sintiese de estamparle su arrugada y vieja cara contra el caro pastel que había decorado en su honor y que le había prohibido comer para mantener su figura hasta la boda con su nieto. El Príncipe saludó a la baronesa con un leve movimiento de cabeza pero inmediatamente le torció la cara para evitar que creyese que la estaba invitando a unirse al grupo.

-Así pues, mi señora. -Le dijo a Melyanna una vez la baronesa ya se había alejado de allí. -¿qué pensáis de la vieja bruja?

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01/05/2018, 23:51
Aular Robleviejo

Aular se había llenado sobremanera con aquello manjares. Con la tripa llena se removía en las ropas como si tuviese un escorpión en las mismas. Aquello era insoportable. Divisó a los enanos al principio, quietos sin moverse. Aular no sabía que hacer, no entendía de aquellas costumbres, veía a hombres y mujeres hacer gestos extraños, y moverse al son de aquellas extrañas notas, nada era de su agrado.

Se dirigió hacia donde estaban los enanos y de un tirón arrancó las mangas para encontrarse más a gusto, sin decir nada.

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02/05/2018, 22:41
Rossuon Pairaniar

Rossuon vio de repente a Aular entre la comida. No se le veía muy preocupado por su pintoresco aspecto. Casi pensaba que se había escaqueado de la dulce velada. Le observó ir hacia los enanos y arrancarse las mangas. Frenó como pudo una carcajada. 

El gondoriano se fijó entonces en el hombre que se había acercado hasta el grupo y hablaba con Melyanna. Reconoció al príncipe. Vio en las cercanías a la baronesa. Acababa de pasar junto a él, no se habían parado a conversar. No dudó en preguntar a la joven con la que acababa de bailar. 

- ¿Qué tal se llevan? -

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03/05/2018, 00:39
Aeth Umbradacil

Tras varios minutos de permanecer quieto Aeth comenzaba a sentirse agobiado, y el comezón de sus ropas le había obligado a rascarse el trasero con poco disimulo más de una vez. No entendía como Rousson lo sobrellevaba con tanta facilidad, y por un momento se planteó unirse al baile igual que él, pero pronto desechó aquella idea; Además, ya había notado las (pocas) miradas dirigidas hacia el tan dispar grupo que formaban, y ninguna era agradable.

- No soporto esto. Si me necesitáis, dad un grito. - y sin más explicaciones se apartó del grupo buscando un lugar un poco apartado de las miradas curiosas donde poder relajarse y moverse a su gusto.

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03/05/2018, 12:59
Director

La bella muchacha con la que Rossuon bailaba era una de las hijas de uno de los nobles de la ciudad de Fornost, era la hija más pequeña, y la menos casadera por su fuerte carácter, por eso a su padre no puso inconvenientes en que bailara con un sirviente de Melyanna aunque en su mirada pudo adivinar que no era de su agrado. A fin de cuentas, aunque Rossuon mantuviese unos modales exquisitos y fuera tan noble como él, o quizá incluso más, estaba manteniendo viva aquella farsa por el bien de la dama.

La muchacha miró hacía donde el joven le indicaba, y sonrió al ver a la baronesa pasar por allí con un rictus de amargura en el rostro por el hecho de que Melyanna atrajera la atención del príncipe. Después contestó a la pregunta que Rossuon le había susurrado.

-El príncipe Aranarth y el nieto de la baronesa son como uña y carne. Crecieron juntos y prácticamente se criaron a la vez. Pero la baronesa no es del agrado del Príncipe. Y no me extraña, es una anciana muy agría.