Partida Rol por web

La Torre de las Almas Perdidas 1: Un Inocente en Prisión.

Un grupo de aventureros es contratado por un agente de la familia Thaklaf (una familia noble venida a menos), para que lleven un salvoconducto escrito por el Corregidor de Herbar para sacar de allí a un joven e la familia llamado Gudrum. Al parecer hacía unas semanas, fue pillado tras forzar a una joven y enviado a la prisión a cumplir condena. Por alguna razón, el Corregidor, al enterarse de tal asunto e investigar, le eximió de culpa y alguien debía marchar a la prisión para entregar dicho salvoconducto.

El grupo compuesto por un guerrero enano llamado Thrain Escudofornido, una bardo llamada Sheya Vozdeoro, un monje llamado Samiam Araverrick, un bárbaro de nombre Kiord y un explorador llamado Cleon, deciden aceptar la misión. Todos ellos tenían algún interés individual en ir a la prisión, por lo que aceptar el oro que les ofrecían era matar dos pájaros de un tiro.

Lo cierto es que Cleon tenía un motivo muy fuerte para ir a la torre. Era cazador y su mujer Helga tenía una tienda. Un día al regresar a casa tras la caza, su mujer no estaba. Al parecer hubo algún altercado en la tienda y la guardia se la llevó. Se enteró de que había acabado en la Torre de las Almas Perdidas y no sabía muy bien porqué.

El camino a la prisión no fue fácil. Era invierno y el clima no ayudaba, además que los caminos estaban plagados de bandidos y de guardias que no hacían su trabajo y que en cambio, solían molestar a quien no debían. Pero finalmente, tras enfrentarse a algunos bandidos y darles su merecido, llegaron a la prisión.

Allí les informaron de que Gudrum Thaklaf había muerto trabajando en las minas. Hubo un derrumbe y no se pudo recuperar su cuerpo. No obstante, empiezan a observar una serie de cosas extrañas que les llevan a la conclusión de que alguien miente sobre el paradero de Gudrum. Thrain, resfriado tras el camino, se quedó descansando en una habitación al cuidado del personal de la prisión.

El alguacil, un tal Gladis Thety les dejó bajar a las minas a buscar el cadáver de Grurum. Allí hablaron con algunos presos. Recordaban a Gurum. Era un chico arrogante que decía que pronto sería liberado, pues su familia compraría su libertad. Se rumoreaba entre los presos que Grudum había sido vendido como esclavo.

Finalmente, los pj's se enfrentaron a los guardias y liberaron a algunos presos de las minas. Se formó un motín y los pj's fueron a por el alguacil, pues creían que era culpable de algún complot. Además Cleon quería por todos los medios hallar a Helga y sacarla de ahí.

Con la excusa de informar al alguacil del motín, accedieron a sus aposentos en la torre y pidieron explicaciones sobre la desaparición de Grudrum y su supuesta venta como esclavo. Por supuesto, el alguacil lo negó todo y los pj's no satisfechos, iniciaron una pelea.

Los guardias y el guardaespaldas del Alguacil salieron en su defensa. Kiord murió allí mismo y el resto quedó arrestado y fueron encarcelados en la prisión. Thrain murió del resfriado aunque quizás el personal de la prisión ayudó a ello.

La Torre de las Almas Perdidas 2: El Plano de la Locura.

Segunda parte de la campaña.

El grupo en este caso estaba compuesto principalmente por guardias de la propia Torre de las Almas Perdidas.

Lope Ster y Khorvin Lluch entraron a formar parte de la guardia de la Torre poco después del motín que encabezaron Cleon y los suyos. Junto a ellos dos guardias más veteranos Markku Imrolt y Edzard Naggar (un oficial de la guardia), se enteraron de que el Corregidor de Herbar llegaba a la Prisión con la intención de detener al alguacil, su guardaespaldas y a un alquimista que realizaba experimentos en la Torre.

El alguacil y su guardaespaldas escaparon de la prisión, no así el alquimista. Contra éste hubo un juicio. Fue revelado que operaba en la Torre a favor del Gran Mago Rojo, un humano procedente el plano material que se había instalado en el llamado plano de la Locura (plano caótico maligno). Captaba almas fuertes de presos de la torre para que fueran enviados al plano de la locura y servir de alguna forma al Mago Rojo. Durante el juicio, el alquimista explotó. 

Entonces algunos de los presos fueron liberados, entre ellos Cleon y Sheya. Sheya decidió marcharse, pues ya nada tenía que hacer allí. En cambio Cleon, deseaba viajar al plano de la locura, pues el alma de Helga, su esposa, había quedado allí atrapado. Al parecer, el alquimista, mediante unas extrañas sondas y rituales mágicos, enviaba el alma de algunos reclusos a al plano de la Locura quedando su cuerpo en el plano material. 

Por otra parte, Samiam, el monje, había sido también objeto de dichas prácticas. Fue el único de todos los reclusos en aquel estado que pudo regresar sin ayuda. Traumatizado por su estancia en el plano de la Locura, accedió a viajar con el grupo formado por Lope, Khorvin, Markku, Edzard, Cleon y Samiam, para ir en busca de las almas de todos aquellos que habían quedado atrapados. 

Un extraño ser reptiliano, que viajaba con el Corregidor, abrió un portal dimensional y así fueron enviados al plano de la Locura. Una vez allí, aparecieron separados y por parejas, trataron de encontrarse los unos a los otros. Khorvin sufrió una pérdida de memoria total y su mente quedó dañada. Caminaba como un zombie, sin rumbo y sin recuerdos por aquel lugar el cual era un mundo espantoso. Desiertos supurantes, cenagales asesinos, y tundras heladas llenas de extraños moluscos venenosos fueron ejemplos de los terrenos con los que se toparon. Samiam murió al poco de llegar al plano de la Locura y se quedaron sin guía, pues era el único que había estado allí antes.

Allí el tiempo y el espacio no funcionaban como en el plano material e incluso las leyes físicas estaban alteradas. Se enfrentaron a criaturas demenciales y lograron sobrevivir hasta reencontrarse. Pero poco más tarde perdieron a Khorvin, se marchó y no lograron dar con él. Siguieron avanzando juntos por aquel terreno, sin saber muy bien a donde iban o más bien a donde les estaba llevando el propio terreno y finalmente alcanzaron un lugar extraño. Una granja en medio de todo aquel caos, se abría paso ante ellos como un hálito de esperanza.

Una la granja en la que vivía un matrimonio de ángeles con un chiquillo que no era su hijo, pero que cuidaban como tal. Les explicaron que habían sido desterrados de su plano de origen y que habían acabado allí. Les ayudaron en cuanto a que llenaron sus maletas de provisiones (unas lechugas muy nutritivas que cultivaba ellos mismos). Les hablaron de la historia del plano y de que había una ciudad en el centro del mismo gobernada por el llamado Mago Rojo. 

Serge Leblanc, un pícaro cambiante, Gwindra D'Pashtel, una elfa arquera y Lyris una mujer humana encontraron a Khorvin y le llevaron con ellos. También llegaron a aquella granja poco antes que el grupo de Cleon. 

Cleon y los suyos, pusieron rumbo hacia un supuesto sanatorio del cual no sabían su ubicación. Los ángeles les dijeron que sólo llegarían al lugar indicado si dejaban de querer ir hasta allí. Debían poner la mente en blanco y lo cierto es que lo intentaron y casi lo consiguieron, pero acabaron llegando a un extraño poblado de casas de madera, donde vivía gente que portaba sombreros de ala ancha, extrañas armas de humo que disparaban pequeñas balas metálicas y que cultivaban el campo y tenían vacas y caballos.

Fueron bien acogidos por aquella gente, pero durante la noche, aquellos se convirtió en una ciudad fantasma. Allí el grupo de Cleon y el de Khorvin, que recuperó la cordura. Pesadillas, zombies y otros monstruos los persiguieron y tuvieron que escapar. Lo hicieron abordo de un artefacto mecánico que viajaba sobre unos raíles (un tren). 

Aquel artefacto les condujo por las tierras extrañas sin rumbo alguno. Hasta que llegaron a un punto concreto. Edzard tuvo una corazonada acerca de que debían bajar y caminar alejándose del transporte. Le hicieron caso y se encontraron con un extraño ser, un viajero del tiempo. Habló de que existía una profecía, que ellos lucharían por salvar el plano del Mago Rojo y les indicó que se encontraban frente a Pielati, el sanatorio que buscaban. Sólo debían verlo.

Y uno a uno fueron siendo trasladados a la nueva realidad que tenían delante. Estaban en Piealti.

En Pielati quedaba el último reducto humano de todo el plano. Estaban siendo acosados por extraños demonios negros. Conocieron a Mester Frelaand, el líder de los clérigos, aunque ya le habían conocido antes, pero viejo, mucho más viejo y ahora era joven. Y allí estaba también Helga, la hermosa mujer de Cleon, era una paladín de Asthar, diosa de la muerte, el mismo dios que seguía Frelaand. 

Les explicaron que estaban siendo asediados por los demonios, pero que había una forma de escapar. Helga podía abrir un portal para que ellos y algunas de las almas de los prisioneros de la Torre (que estaban siendo cuidadas allí), pudieran regresar al plano material. Pero tenían que darle tiempo para abrir el portal.Hubo una batalla terrible contra los demonios y finalmente el portal se abrió. Los aventureros y las almas perdidas regresaron a la Torre, pero Helga y Cleon se quedaron atrapados en el otro lado, protegidos por un conjuro de zona sagrada, aunque no duraría mucho...

Viendo que la horda de demonios se les echaba encima, finalmente Cleon decidió matar a Helga para que no sufriera torturas por parte de los demonios. Acto seguido fue atrapado. El Mago Rojo apareció entonces. 

- No tan rápido, pequeño. – Dijo el mago con una voz profunda y que helaba la sangre. – Servirás a mis designios, pues eres válido para ello.

Y así acabó la segunda parte.