Partida Rol por web

El joven guerrero aceptó la ayuda ofrecida por la enana. La verdad es que no tenía una herida específica en su anatomía, más, sentía su sistema nervioso aún en shock y le costaba coordinar movimientos finos.

Si sabes de los espíritus del bosque, seguramente sabrás algo que me ayude con tal dolencia. Trató de dibujar una sonrisa, aunque no quedaba muy bien, ya que seguía con el ceño fruncido del dolor. Me lamento por quienes se enfrenten a la dama genasi enfurecida...

Tormenta, que entraba justo en el circulo para ver como sus compañeros acababan sin problemas con los lobos, se vuelve a transformar en ser humanoide, y tras un instante responde a las preguntas de sus compañeros...

Encontramos dos lobos más un poco más allá, y Deidos los apaciguó utilizando su conocimiento de los anlimales.

¿Por cierto Deidos, que has hecho con los lobos que encontraste?

Me acerco a Clevor y lo examino. Tenía un par de arañazos que carecían de importancia pero se le veía afectado, aturdido, descoordinado incluso. Su ropa se veía un poco chamuscada, así como algun que otro pelo, sin duda debido a la descarga eléctrica. No tienes nada que un buen descanso pueda no pueda remediar, pero no estamos para perder tiempo, así que cierra los ojos y siente cómo los espíritus del mundo te reconforten por dentro amigo mio. 

Deidos se inca frente al cuerpo del lobo alfa y pronuncia algunas palabras en elfico تقع صديق دورتك ينبغي أ, mira a sus compañeros estos animales estaban muertos de hambre asi que les di un par de trozos y con la actitud correcta se fueron, no creo que nos molesten mas sin un lider.

El elfo mira la torre en ruinas y agraga, si aun lo desean podemos seguir adelante ya aseguramos una posición mas adelante, Tormenta y yo podemos seguir con el reconocimiento, ¿deberíamos trazar un perímetro o algo así no crees Clevor?

Tormenta sonríe al explorador y se pone en marcha...

Vuelve a transformarse en pantera negra y sin más vuelve a dirigirse hacia la torre en silencio prestando atención a su alrededor.

Mientras Deidos y Tormenta informaban sobre la exploración del terreno, Clevor se encontraba ensimismado sintiendo la energía espiritual que le trasmitía Shana. Por un momento dudó que estuviera aún sentado en el carromato vistiendo atuendos de batalla. Era como estar muy borracho pero sin la parte desagradable, el shock que tenía a causa del accidente desapareció como si la lluvia, el viento y el atardecer lo hubieran barrido. La voz del elfo se mezclaban con el sonido de una cascada, que parecía oír a lo lejos.

Abrió los ojos completamente para constatar que aún seguía sentado sobre maderos húmedos, rodeado de cadáveres. Efectivamente, estaba allí pero sentía que el cuerpo le pesaba menos.

Tardó uno momentos en responder a Deidos, tenía el semblante muchísimo más relajado, asintió de una manera alegre, podríamos decir Es una idea acertada, lo mejor es que hagan un perímetro y aseguren que no nos esperan enemigos tratando de emboscarnos en el camino a la torre. No duden un segundo en volver si es algo peligroso.

Observa a los recien llegados y comenta.

Si que tenian hambre me querian de primer plato.

Despues mira a clevor y le dice.

Lo siento no estaba en mis planes golpearte. Te pido disculpas.

El elfo comienza su avance hacia la torre una vez mas junto a Tormenta, mira a sus compañeros antes de irse, si estamos en problemas y descubiertos por el enemigo, silbare como señal de que necesitamos ayuda, así por favor mantengan los ojos y los oídos abiertos dicho esto hace un ademan de despedida y se interna en la oscuridad una vez mas...

En cuanto el elfo ingresa en el camino afina sus sentido y observa presuroso por la presencia de sus enemigos, busca en las penumbras mientras se desplaza sigiloso, no puede evitar revisar las marcas en la tierra que dejo el asalto kolbod con la esperanza de encontrar huellas de otras razas o criaturas que estuviesen en el ataque.

Clevor asiente ante las disculpas de Jerra, sin mediar palabra al considerar que ya dijo lo que era necesario.

Mientras los exploradores parten nuevamente para formar un perímetro y asegurar que no se encontrarán nuevos peligros sin previo aviso, el joven guerrero propone al resto de sus compañeros realizar un breve descanso mientras esperan noticias. Los invita a acercarse al carromato junto al aprendiz de mago.

Después del encuentro con la jauría de lobos,  os acercáis al enorme carromato para recuperar fuerzas. Los exploradores que habían regresado al oír sonidos de batalla, han vuelto a salir en busca de una ruta mas segura hacia la torre. En cuanto  el druida y el explorador se adentran en la penumbra ,el joven Yelmut se apresura a encender un nuevo cetro solar para no quedarse a oscuras.

El viento se levanta de nuevo acompañado  por el frío de la noche que vuelve a  colarse por las rendijas de vuestros ropajes. El hedor de los cadáveres de lobo  comienza a penetrar en vuestras narices mientras os limpiáis los restos de vuestras ropas.

El silencio vuelve a gobernar la loma, mientras aguardáis el regreso de vuestros compañeros....

Como sospechabais, al llegar a la entrada de la enorme torre, en la tierra batida  ante las enormes puertas de la estructura en ruinas, podéis observar un millar de  pisadas apelotonadas entrando en la misma. Durante vuestro trayecto no encontráis nuevos enemigos ni amenazas  semejantes a la manada de lobos que atacaron hace rato a vuestros compañeros.

Delante del enorme portalón abierto de par en par, podéis observar  un suelo de enormes losas y una oscuridad profunda a pocos metros de los portones llenos de  carcoma que   se levantan como enormes guardianes a ambos lados de la puerta.

Vuestra visión  alcanza vagamente a percibir  extrañas sombras al fondo, que no sabéis con exactitud si son criaturas o si son muebles que os juegan una mala pasada debido ala oscuridad que gobierna la entrada de la torre.

Molesto por el hedor de los cadáveres, el joven mago comienza a sacarlos de delante  empujandolos con el cetro solar gastado. Muy de vez en cuando, se para delante de uno de los los inertes lobos y, empuñando un ligero  cuchillo lo desolla   cuidadosamente y consigue una perfecta piel de lobo.

Mirando para el resto de aventureros comenta:

- Unas pieles tan buenas no deberían ser desaprovechadas, no?.-

Clevor había repuesto sus energías unos minutos luego de aquel combate, las acciones del joven Yelmut lo habían sacado de sus meditaciones. Se levantó para ayudarlo a mover los cadáveres putrefactos, era una buena idea utilizar las pieles, pero personalmente no sabía como obtener pieles en buen estado de tales cuerpos. Su entrenamiento duramente militar ignoraba tales menesteres.

Podemos mover los cadáveres entre todos, y quienes sean hábiles despellejando estos cuerpos, que lo hagan. No es mi caso, pero estoy dispuesto a dar una mano en lo que haga falta.

Deidos mira a Tormenta sea lo que sea que se oculta en la torre aun tenemos el factor sorpresa, ve por Clevor y lo otros amigo, yo cuidare esta posición, diles que traten de venir en silencio y que eviten las luces, veremos si podemos atraerlo afuera de otra manera y emboscarlos primero susurra el elfo a su felino amigo.

La pantera parece asentir, y vuelve por donde ha venido...

Me siento unos minutos para descansar y recuperar fuerzas mientras Yelmut comienza a apartar los cadáveres de los lobos y a desollarlos para guardar las pieles. A mi personlamente no me molesta la olor que empiezan a desprender, he conocido enanos que olian peor en mi tierra natal y ni siquiera estaban muertos - afirmo en tono tajante mientras continúo sentada esperando a que regresen los exploradores que habían partido momentos antes en busca de una ruta segura.

A jerra se le escapa una pequeña sonrisa despues de escuchar el comentario de la enana.

De donde soy Shana.? Y si me perdonais mi indiscreción, tambien os queria preguntar sobre vuestras habilidades? Que yo sepa no son muy normales entre los enanos.

Mientras las muchachas charlan a gusto, Clevor sigue ayudando a Yelmut, a la vez que no deja de atender a los alrededores por cualquier señal que pudiera provenir de sus exploradores. Por un momento cree oir un chiste de parte de Shana, la genasi ríe, pero la enana no parece encontrarle a gracia a lo que ella misma enunció. En cierto modo, estaba seguro de nunca haber escuchado un chiste de un enano, y no creía que este era el momento de empezar a oirlos.

Yelmut, puedo ir acercándote los cadáveres así te es más fácil quitarles las pieles. Seguro luego les podrás dar utilidad. El realmente no necesitaba esas pieles, ni sabía que hacer con ellas.

Kettenbar observa detenidamente a Yelmut, ajeno totalmente a la conversación de sus compañeras, totalmente concentrado.