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La Tumba del Alquimista

Aventura | 2. La cripta de los Montuletto

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13/05/2016, 20:11
Arquedon Lamdius

Aquello descendía aún más de lo que esperaba. Quizá no tardaría en sentir el calor de los hornos del mundo. El tacto puntiagudo de las aristas hablaba de un pasaje natural en la roca, formado durante ancestrales guerras entre dioses subterráneos. Ahora tenía por delante un túnel de oscuridad pura, las fauces de una bestia dormida. Cerré los ojos, que ya no servían allí, y escuché en la oscuridad.

-Adelante –susurré a la gnoma.

Apoyé una mano en el hombro de Daérgel y sincronicé mis movimientos con los de ella. Como era de prever, resultó difícil avanzar con la cabeza gacha, a pasos cortos, lo más silenciosos posibles, y con la diestra blandiendo la Espada. Por ello, en cierto punto angosto, me vi obligado a envainarla para equilibrarme con las manos libres.

- Tiradas (1)
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16/05/2016, 14:16
Comadreja

Aquel plan no le gustaba. Cualquier alimaña que viviese pozo estaría más habituada que Roywin a ver en la oscuridad. Siendo generosos vería al menos tan bien como la gnoma... y mucho mejor que todos los demás. Si había algo ahí abajo se lo iban a comer entero. Y pelear (o tratar de escapar) sin ver a tu enemigo ni tu camino siempre es una mala opción. Pero sus compañeros parecían decididos, y antes de que Comadreja pudiera pensárselo Roywin y Lamdius ya estaban descendiendo a oscuras.

Parecía que era el turno del halfling, pero en vez de bajar directamente aguardo unos segundos. La ausencia de gritos y salpicaduras de sangre fue suficiente señal para hacerle bajar, linterna (cerrada) en una mano y daga en la otra. Avanzó unos cuantos metros separado de sus compañeros, a los que trataba de oír más que ver. 

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16/05/2016, 15:42
Tarik Nasarde

Al final parecía que nos habíamos puesto todos de acuerdo en descender por aquel agujero, aunque la imposibilidad de ver el final del túnel no me inspiraba demasiada confianza. De todas maneras, habíamos entrado a través de un enorme agujero bajo una taberna para, tras atravesar un angosto túnel, llegar a una especie de mausoleo donde habíamos sido atacados por ratas. Me hubiera dado por satisfecho con llevarme mi parte de beneficios de aquellos cofres cargados de oro que habíamos puesto a salvo, de hecho era lo que mi sentido común estaba tratando de decirme desesperadamente. Pero había algo que me llamaba a continuar la travesía con aquel grupo variopinto, no sabía muy bien el qué.

La barda abrió la comitiva, animada por Lamdius, que fue el siguiente en seguirla unos instantes más tarde. Comadreja, que parecía poco convencido con el descenso por aquel agujero, se lo pensó bastante antes de seguirlos. Tras él me decidí a entrar yo, dejando a Trèfle en la retaguardia. No tenía intención de quedarme cerrando aquella comitiva de exploración. Trataba de no perder la distancia con Comadreja mientras mis ojos se acostumbraban a la oscuridad. Conforme avanzábamos aquel pasadizo se iba haciendo más angosto, ¿o era tan solo impresión mía? Recé por que consiguiéramos llegar cuanto antes a algún lugar espacioso.

 

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16/05/2016, 22:39
Roywin Daérgel

- Alcalde, veo hasta unos 5 metros de pasillo que se adentran en la cripta, luego la oscuridad se vuelve total. Ni siquiera yo puedo ver nada ahí sin un poco de luz. Es muy extraño… Puedo encender una vela y seguir delante o una antorcha ¿quizás? Decídselo a los demás- Dijo la gnoma hablando tranquilamente en susurros.

- Tiradas (2)
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17/05/2016, 00:34
Grieta bajo la cripta de los Montuletto

La ausencia de gritos y otros ruidos inquietantes procedentes del pasadizo -incluidos silencios- os anima a seguir a vuestros compañeros. Primero, el uno, luego, el otro, y finalmente Jacqueline, descendéis. El descenso por el pozo de tierra os parece largo y angustioso, pero en realidad es bastante corto: apenas un metro después de la curva donde vuestros compañeros desaparecieron­ -que estaba a dos metros de profundidad-, el suelo se vuelve horizontal y podéis caminar. Palpando con las manos, reconocéis lo que os rodea: roca. De hecho, ya no estáis en un túnel excavado, sino en una especie de grieta en la roca madre. Por desgracia para los humanos, el techo está a apenas un metro y medio de altura y el pasadizo apenas tiene un metro de ancho. Tendréis que ir agachados y de poco os servirán vuestras grandes armas. Por desgracia para Comadreja, de poco servirán su honda. Frente a vosotros, apenas veis la silueta de vuestros compañeros. Un palmo más allá: la oscuridad os devuelve la mirada. Es entonces cuando escucháis la voz de la gnoma.

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17/05/2016, 00:42
Grieta bajo la cripta de los Montuletto

Las palabras de Roywin os ponen frente a una tesitura complicada: ni siquiera los ojos de la gnoma, acostumbrados a la penumbra de los túneles que su pueblo habita, pueden penetrar en la oscuridad absoluta. Tampoco es raro: de los pueblos civilizados, sólo los enanos tienen el don de ver sin ninguna luz, y la de las dos antorchas que habéis dejado en la cripta apenas llega hasta aquí. Por otro lado, el razonamiento del halfling va en la buena dirección: la probabilidad de que la oscuridad juegue de vuestra parte aquí abajo es mínima. Vuestras opciones son permitir que la linterna de Comadreja ilumine el camino, avanzar a oscuras o dar media vuelta.

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17/05/2016, 00:47
Grieta bajo la cripta de los Montuletto

En el profundo silencio que os rodea podéis escuchar perfectamente los ruidos de la grieta. Frente a vosotros, pero aún lejos podéis oír el roce de patitas y algún pequeño chillido. Nada más.

- Tiradas (2)
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17/05/2016, 20:04
Grieta bajo la cripta de los Montuletto

Denme luz e iré yo delante —sentencia solemne el alcalde al comprender la situación.

La voz de Comadreja suena a sus espaldas.

Alcalde: este túnel mide una vara de ancho —expone el halfling, muy serio—. No hay luz. No podemos luchar. No podemos ver. Que vayamos todos así es absurdo: si hay que huir, nos pisaremos, y los de atrás no pueden ni pelear. —Luego, propone una alternativa:— Que vaya alguien con la linterna y, si ve algo, que corra de vuelta. El resto, que esperen arriba, preparados para lo que pueda pasar. Si vamos la gnoma o yo atados a la cuerda y hay problemas, podréis sacarnos de un tirón rápidamente. Si un bicho nos pilla en este túnel, nos revienta. Mejor a uno que a todos —expresa. Un crudo cálculo.— Roywin ve mejor en la oscuridad. Yo soy más ágil —concluye—. Tomemos una decisión.

La respuesta de Lamdius no se hace esperar.

¡Cobardía! —murmura entre dientes, en un arranque de frustración, o tal vez decidido a impedir que otro arriesgue la vida—. Denme una antorcha y la bendición de mis ancestros, que sigo yo. Si aparece una monstruosidad —levanta el acero—, peor para ella.

«Bendito tarado», piensa Comadreja.

Tengo la impresión de que aquí no encontraremos nada peligroso —¿miente? el halfling—, pero es que unas ratas nos pueden destrozar, con un poco de mala suerte.

Una nueva voz tercia en la discusión: una voz femenina. Es la de Roywin, que ha permanecido en silencio hasta ahora, quizás enmudecida por legítimos miedos.

Puedo ir con una vela: veo bien con sólo una chispa de luz —se ofrece, titubeante—. Pero no tengo la misma impresión que usted, Comadreja. Tengan a mano las armas.

Que venga lo que tenga que venir —ladra de nuevo Arquedon—. Si usted baja, yo no me quedo atrás.

Dioses —exclama Comadreja exasperado—. Lo que queráis: yo bajo sin problema —se ofrece—. Puedo atar la linterna a un palo y llevarla por arriba y por delante de mí: nadie podrá ver lo que hay detrás de ella, y llevándola en alto pareceré más grande. Si nos lanzan algo, seguramente lo hagan a la fuente de luz y tendré más opciones de esquivarlo. Avanzar despacio, escuchar... —«...rezar».— ¿Qué decís?

Finalmente, el alcalde cede.

Me parece bien. Tanto eso como la vela para Roywin. No sé qué es mejor.

También Tarik, que ha estado escuchando, se decide a apoyar una aproximación distinta.

Opino lo mismo: el sitio es más bien angosto —se le oye decir. Su voz es inconfundible, aunque sea por el acento exótico—. Creo que es el turno de que los pequeños vayan por delante. Los demás estaremos alerta.*

Tras esta breve conversación, y con el apoyo de Jacqueline -su alivio es visible-, en cuestión de instantes acordáis combinar ambos planes: Roywin y Comadreja avanzarán por el túnel con la linterna amarrada al bastón de Jacqueline -que lo ofrece sin dudar- y atados a la cuerda, mientras los otros tres permanecerán arriba, listos para tirar al primer indicio de peligro. De este modo, ningún talento será desperdiciado y los dos pequeños podrán ayudarse mutuamente. Por otro lado, el peso conjunto de ambos -sin los pertrechos más pesados- seguirá siendo manejable. Mientras Comadreja y Roywin quedan abajo preparándose -atando la linterna al bastón-, los tres seres humanos suben por la cuerda con el equipo sobrante.

Notas de juego

* Hasta aquí vuestra conversación en el chat, prácticamente palabra por palabra.

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18/05/2016, 00:41
Grieta bajo la cripta de los Montuletto

Cuando ya tenéis la linterna bien amarrada y confirmáis que los demás están preparados, comenzáis a avanzar lentamente, escuchando y observando con la mayor atención mientras tratáis de hacer el menor ruido posible. Vais juntos, aunque con un metro y medio de cuerda entre vosotros. Roywin, que ve mejor, va delante con la daga desenfundada. La grieta se extiende bajo la cripta, apenas variando en sus dimensiones. No es un camino muy sinuoso, pero tampoco del todo recto, de modo que ni con la linterna podéis ver más allá de la siguiente curva, y avanzáis poco a poco y con el corazón en un puño.

Pronto llega un punto en el que arriba no les queda soga que soltar. En ese punto, previsto y preparado, el halfling empalma su cuerda de seda a la de cáñamo y os atáis a ella. En ese punto, aún no habéis encontrado nada: ni criaturas, ni signos de actividad, ni bifurcaciones... Nada, salvo el tramo por el que descendisteis a la grieta. Además, no habéis oído otra cosa que sonidos de roedores frente a vosotros. Es tras la siguiente curva cuando encontráis algo llamativo: a unos cuatro metros, veis claramente una pared de cantería. Cierra el túnel en una de sus curvas, por el exterior, estrechándolo notablemente, y es obvio los sillares no están dentro del túnel, sino que la pared lo corta y lo supera. Calculando, determináis que está debajo de la tumba a la izquierda de la de Montulo. Por el túnel os llegan claros los chillidos de ratas, aunque no parece que se estén acercando.

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18/05/2016, 00:51
Grieta bajo la cripta de los Montuletto

Cuando ya estáis arriba, bien posicionados, y confirmáis que Roywin y Comadreja están listos, comenzáis a soltar cuerda lentamente, escuchando con la mayor atención, casi conteniendo la respiración. Sin embargo, el único sonido que oís, a parte de vuestras propias respiraciones, es el de la cuerda deslizándose y rozando las paredes. Tampoco veis la luz de la linterna. De la cripta no os llega ni el más leve de los sonidos. En un momento, no os queda más cuerda que soltar, pero ese momento estaba previsto y preparado: si aún es posible seguir avanzando, Comadreja empalmara su cuerda de seda con la de cáñamo y se atarán a ella. De hecho, probablemente eso es lo que esté ocurriendo, como deducís de los tirones que sufre la cuerda y del hecho de que la cuerda se destense un poco. Poco después, todo movimiento se detiene. No oís nada.

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19/05/2016, 14:07
Comadreja

Aquel hallazgo no sorprendió al halfling. Bajaba preparado para encontrar cualquier cosa. Y una cualquier cosa sin dientes afilados ni largas garras siempre era bienvenida. 

Se acercó a la pared (siempre oculto en las sombras) y la examinó con cuidado, para cerciorarse de que esta era normal. 

Después, con casi más cuidado de lo habitual, se asomó al otro lado del muro, donde el camino se estrechaba para comprobar si era posible continuar (vivo) por ahí.

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19/05/2016, 14:17
Comadreja

Hacía unos minutos que Roywin y Comadreja habían bajado. Y no pasaba nada. Ni avisos, ni ruidos, ni tirones en la cuerda pidiendo ayuda,... Nada.

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19/05/2016, 18:01
Arquedon Lamdius

Me acariciaba compulsivamente la barbilla, secando un sudor que no daba tiempo a germinar.  A mi lado, Nasarde y Tréfle atendían al oscuro agujero, y al cordón umbilical que representaba aquella cuerda.

Aquello no había sido buena idea. Tan mala como hacerle trampas a Fancio “Muñón” en el Lodo Rojo. No estaba seguro de en qué momento me habían convencido para no volver a bajar. Me daba la impresión que en ninguno, realmente. La noche pasaba y la misión pesaba fuerte en mi corazón. De ninguna ayuda podía servir a aquella distancia.

Nada nuevo transmitía aquella cuerda, que se acabaría en algún momento. Pero eso daba igual. Si tiraban de la cuerda a rebato ¿qué hubiéramos hecho nosotros? ¿Recoger cuerda para arrastrar dos cadáveres? Sus familias seguro que agradecerían el entierro.

O aún peor… ¿y si La encontraban sin mí?

-Ha sido suficiente –dije al agarrar la cuerda.

De un salto volví a las profundidades, esta vez acompañado de una flameante antorcha, que rasgaba insultantemente a la orgullosa oscuridad. Me moví a buen paso siguiendo la cuerda de mis compañeros, dispuesto a alcanzarlos.

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19/05/2016, 22:55
Tarik Nasarde

La espera aquí arriba se hacía eterna. Observando los rostros de Lamdius y Trèfle, parecía que tenían las mismas sensaciones de la calma tensa que se apoderaba de la situación. Ni un ruido, ni una luz, ni un movimiento repentino o un tirón en la cuerda... Quedaba la duda de si la ausencia de novedades era una buena o mala señal. Al cabo de un rato, parecía que nuestro heroico alcalde estaba decidido a acompañar el equipo de exploración.

"Ha sido suficiente" fueron las escuetas palabras de Lamdius, antes de adentrarse en el agujero, antorcha en mano. En un par de segundos, yo también tenía claro lo que debía hacer. Y esperar alegremente con la maga ahí arriba no era lo más divertido que se podía hacer.

-Tréfle, no se lo tome como algo personal, pero me parece que puedo ser de más utilidad siguiendo a nuestro querido alcalde a través de ese agujero, y ver que están haciendo nuestros compañeros ahí abajo. Usted puede quedarse tranquilamente aquí, no creo que vaya a correr ningún peligro.

Sin apenas dar tiempo a que diera réplica a mi comentario, atravesé el agujero en busca de la luz de la antorcha de Lamdius, que no debía andar aun muy lejos.

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20/05/2016, 00:35
Roywin Daérgel

El halfling no parecía sorprendido pero a ella sí le llamó la atención. Escudriñó bien el muro y haciendo un esfuerzo por resultar apenas audible se dirigió a Comadreja:

- ¿Avisamos de que al menos hasta aquí está todo despejado? El túnel no parece peligroso… hasta ahora.

- Tiradas (1)
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21/05/2016, 02:57
Grieta bajo la cripta de los Montuletto

A regañadientes -ella insiste en cumplir con lo acordado-, Trèfle termina acompañándoos: no quiere quedarse sola en la cripta. Los tres seres humanos avanzáis tratando de no hacer mucho ruido, pero fracasando inévitablemente: os rozáis contra las paredes, vuestras cabezas chocan contra el techo, gruñís al pasar por los lugares donde se estrecha el túnel... Vuestros dos socios de talla infantil no estarán desprevenidos cuando lleguéis. La grieta se extiende bajo la cripta, apenas variando en sus dimensiones. No es un camino muy sinuoso, pero tampoco del todo recto, de modo que ni con la antorcha podéis ver más allá de la siguiente curva. Lo único que oís es el creciente sonido de ratas lejanas. Poco después de pasar el lugar donde las dos cuerdas -seda y cáñamo- están anudadas, asomáis al trecho donde Roywin y Comadreja ya os están esperando.

Quitando los dos metros ascendentes hasta el sarcófago, todo lo que recorréis es una grieta en la roca natural. Sin embargo, al llegar junto a la gnoma y el halfling, os encontráis con que el segundo está investigando lo que parece una pared de cantería. Cierra el túnel en una de sus curvas, por el exterior, estrechándolo notablemente, y es obvio los sillares no están dentro del túnel, sino que la pared que forman lo corta y lo supera. Calculando, determináis que está debajo de la tumba a la izquierda de la de Montulo.

Notas de juego

Volvéis a estar los cinco juntos.

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21/05/2016, 02:58
Grieta bajo la cripta de los Montuletto

Para examinar la pared apropiadamente, Comadreja necesita dedicarle tiempo a la tarea. Desde ese lugar, podéis ver que el túnel, más allá de ese punto, gira suavemente a la izquierda y comienza a convertirse en un espacio más quebrado, retorcido y estrecho, por el que los humanos no podrán pasar. Por él también os llegan con fuerza el sonido y el olor de ratas. Si pudierais seguir por ahí, no os cabe duda de que llegaríais tarde o temprano al nido. Las ratas probablemente os han olido y oído también, pero quizás el recuerdo del fuego está fresco aún en sus mentes.

Mientras el halfling trabaja, sentís unos tirones en la cuerda: por lo que habéis visto del túnel, sólo puede ser alguien desde la cripta, y allí, al menos hasta donde sabéis, sólo están vuestros tres compañeros humanos. Quizás os tensáis y os ponéis a la defensiva, no lo sé. En cualquier caso, os queda claro lo que sucede cuando oís a los demás acercándose, rozando las paredes y gruñendo por el esfuerzo necesario para adaptarse al pequeño espacio de la grieta. Justo antes de que aparezcan por la última curva, veis la luz de una antorcha. Al segundo, Arquedon aparece con una en la mano. Tarik y Jacqueline van detrás.

Notas de juego

Volvéis a estar los cinco juntos.

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21/05/2016, 02:59
Grieta bajo la cripta de los Montuletto

Antes de que lleguen tus compañeros, no encuentras ninguna ranura ni ningún botón en el muro. Puedes examinarla tanto tiempo como quieras, pero tu instinto te dice que es un muro normal. Deduces también que fue construido después de que se formara la grieta natural en la que estáis, pues de haberse formado la grieta con posterioridad, el fenómeno que la causó habría afectado también a esta pared. También tienes la impresión de que el constructor del muro destruyó la pared natural de la grieta. Con el oído no puedes saber si es que no hay hueco detrás o si es que los sillares son muy gruesos.

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23/05/2016, 16:58
Comadreja

Aquel muro parecía otro callejón sin salida. Parecía sólido y sin nada raro. Simplemente un maldito muro de piedra. Y el camino que se estrechaba parecía más peligroso que interesante. Pero algo habían descubierto: el túmulo tenía varios niveles. Si su intuición no le fallaba estaban debajo de una de las salas vacías. No recordaba nada raro en aquella sala, pero era la única pista que tenía en ese momento.

Así que cuando los pataslargas estaban llegando hasta su posición y la de Roywin, el halfling ya se estaba volviendo.

-Nada interesante. Sólo una pared. Miren a ver si ven algo interesante. Y cuidado con las ratas. Vamos Roywin.

Ni se paró para oír la respuesta a aquella información telegráfica. Antes de que pudiesen pararle ya se tenía recogida su cuerda de seda, había trepado otra vez a la sala principal y se dirigía a aquella tumba aparentemente vacía. ¿Se les habría escapado algo allí?

Notas de juego

Voy a la tumba 9 y la investigo a conciencia. El tiempo que haga falta.

Si alguien me sigue le digo que no vi nada raro en la pared y que el túnel parece imposible para seguir, sólo un nido de ratas (o eso creo)

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23/05/2016, 21:49
Tarik Nasarde

Maldiciendo para mis adentros las heroicas prisas de mi compañero, llegamos hasta la zona donde Roywin y Comadreja habían encontrado el final de aquel túnel. Por las escuetas palabras del pícaro, parecía que seguir aquel camino había sido una pérdida de tiempo, ya que no llevaba a ninguna parte. Al menos, a ningún lugar que fuera interesante para ellos. De hecho nada más llegar nosotros, nuestro compañero tomaba decidido el camino de vuelta a la sala de la que acabábamos de partir. Si yo me encontraba molesto por el paseo a lo tonto, no quería ni imaginar lo que estaría pasando por la cabeza de Jacqueline, que se había visto forzada a seguirnos para no quedarse sola. 

-Si ellos no han encontrado nada interesante, dudo que yo pueda sacar nada mejor. Entiendo que no tenemos nada mejor que hacer aquí, así que me parece que yo también voy a volver a la cripta.- Comenté tras las palabras de Comadreja, emprendiendo el camino de vuelta.