Partida Rol por web

La Ultima Cena

Acto I:El arte del buen comer

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18/01/2010, 22:26
Fernando Esparza

El ansia por mantener la vida en mi cuerpo me obliga a atacar a Lord Casmir, aunque en otras circunstancias jamás me hubiese atrevido. Con más nervio que pericia, me lanzo contra él con una estocada de mi acero toledano, gritando, porque la vida me va en ello.

- Tiradas (2)

Notas de juego

No sé muy bien si las tiradas están correctas. Cualquier corrección, me lo dices :P

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19/01/2010, 00:14
Alessandro Vespucci

Todo parecia tan real como los cuentos de hadas o angeles que las madres usan para dormir a sus hijos por las noches.. pero estas personas no podrian estar mas lejos de los angeles, si parecian demonios como poco...

Cuando veo como uno de los criados se acerca una pasiva y estupefacta Milena, para ponerle el collar que Giovanni habia utilizado antes con el sirviente, Me lanzo hacia el con un puñetazo e intentando quitarle cualquier arma que posea.

- Tiradas (1)

Notas de juego

TIro dex+Pelea ya que en teoria estoy desarmado :P, no se la dificultad para impactar al sirviente asi que uso la estandar.

Espero a que me digas si le impacte para tirar daño, etc.

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19/01/2010, 07:42
Caterina Doamnei

Salta sobre mí, si, pero para acercarme a la mesa tomándome de la mano, me dejo llevar. ¿Qué otra cosa puedo hacer? Siento cómo me colocan el collar metálico, siento su frío contacto en mi suave cuello, siento el pinchazo, duele, oh, si, duele, pero no tanto como lo que duele mi alma. Intento pensar qué he hecho mal, que pecados he cometido para que me pase esto. Siento mis mejillas mojadas, estoy llorando, pero no puedo hacer nada, no puedo moverme, siento cómo mi sangre sale de mí, oigo a mi alrededor los comentarios, pero no los escucho. Voy a morir. Lo se. Voy a morir y aún no me he casado. Una plegaria a la Santa Madre me viene a la cabeza.

Ave María, gratia plena, Dominus técum; benedicta tu in muliéribus, et benedictus fructus ventris tui, Iesus. Sancta María, Mater Dei, ora pro nobis peccatóribus, nunc et in hora mortis nostrae. Amen.

¿Soy una pecadora? ¿Por eso este castigo? ¿Es un castigo divino?

Noto las lágrimas recorriendo mi cara, rodando lentamente por mis mejillas. Y no puedo hacer nada. Nada.

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19/01/2010, 15:56
Diego de Guzman

Veo como varios de los comensales quedan paralizados por el miedo y como a estos se les coloca un collarín que les hace sangrar. Veo como esos... monstruos (es la única palabra que puede describirles) beben de su sangre. Incluso la comparan entre sí. Un sentimiento de repugnancia y horror me invade ¿en que infierno había caído?

Mi mirada se centra en una persona: Giovanni. Él era el causante de todo esto. Quizás (y solo quizás) con su muerte esta pesadilla podía acabar. Sin embargo, no creía que fuese posible.

Al menos si he de morir, él vendrá conmigo al infierno.

Mi arma se encuentra desenvainada. La huida no es una opción. Solo tengo una idea... acabar con él. 

Afortunadamente para mi, no todos han quedado paralizados por el terror. Veo como Fernando y Alesandro se mueven y atacan a esos "seres"... hombres valientes, sin duda. 

Pero no tengo tiempo de hacer estas reflexiones, he de actuar. Moviéndome con celeridad, cargo contra la figura de Giovanni.

¡¡Muere monstruo!!- es lo único que se me ocurre gritar. Alzo mi espada y, agarrándola con las dos manos, la descargó con todas mis fuerzas sobre él.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Voy a esperar para luego hacer el daño, que no se con cuanta dificultad le doy (aunque con un diez sin problemas) 

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21/01/2010, 20:08
Director

Un borron se mueve al rabillo del ojo de Diego y su extraño anfitrion se queda frente a el, con una mueca en sus labios mostrando sus colmillos

Ahora el juego no es un juego, es tu vida en mis manos la herida le roza el vientre, pero no le pasa nada simplemente la herida luego se cierra como se hizo, mientras los demas intentan hacer algo.

Alessandro golpea al criado pero hay mas criados alli y soldados que se estan preparando para lo que viene, para loque sucedera. El acero perfora la carne pero solo sonrie mientras se levanta y hace que el arma se hunda mas en su cuerpo para atacar el cuello de Fernando desgarrandolo y haciendo que la sangre mane de sus venas y arterias.

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21/01/2010, 20:59
Tulio

Levanto las manos en actitud conciliadora, tratando de obviar el horror que se desarrolla a mi alrededor. A pesar de ello, mantengo la mano preparada para poder sacar la daga que llevo en la manga con un giro rápido de muñeca:

- Caballeros, señoritas - hablo dirigiéndome a los invitados que trataban de cercarnos.

Parece que mis compañeros no están teniendo demasiada suerte en sus acciones belicosas, contra esos... seres...

¿no pueden morir? sus heridas se cierran tras ser abiertas, no temen al acero...

llevo contando leyendas durante toda mi vida, puede que quizás... ¿quizás algunas de ellas fueran ciertas? oh, en ese caso no tengo ninguna oportunidad contra ellos...

quizás... ¿...quizás dialogando?

- No se porqué es necesario que lleguemos hasta estos extremos, estoy convencido de que ehmm, podríamos llegar a algún tipo de acuerdo que... satisfaciera a ambas partes.- trato de negociar mientras retrocedo al observar como tratan de rodearme.- Y personalmente, yo.... yo soy un hombre modesto, me conformo con bien poco, caballeros, con conservar el pellejo me valdría... no es miedo a la muerte, -comento rapidamente- pero tengo muchas cosas que hacer, muchas mozas de taberna que aún no me conocen, muchas historias por contar... La de vuestras mercedes no, por supuesto -rectifico instantáneamente.- O... si quisieran que lo contara estaría encantado por supuesto...  Estoy seguro que esto... sabrán comprenderlo. - fuerzo una sonrisa al terminar, tratando de no mirar a mis compañeros siendo desangrados o vapuleados en sus intentos por resistirse.

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23/01/2010, 20:19
Emmanuel Salcedo

No puedo resistirme, es más fácil dejarse llevar... - Como a través de una suave neblina veo como me colocan uno de esos collares - Tal vez debería hacer algo, pero no tengo motivo para resistirme...

- El acero pincha en mi cuello, noto como me atraviesa la carne y como el calor es escapa lentamente de mí. Trato de recodar como he llegado a esto, tal vez sea un mal sueño, pero mi mente está abotargada y embotada.

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24/01/2010, 14:54
Angriel Merethor

 Era extraño, ahora no era mas que una especie de tonel de vino de una posada para quellas personas, una verguenza en realidad haber bajado la guardia por los encantos de Lady dimitra. No sentia mas dolor e ignoraba lo que le sucederia, seguramente morir asi era horrible y bastante decepcionante ya que no pudo ni siquiera cruzar aceros.

Algunos se resisitian pero sentia que era inutil, que aquellas personas eran algo mas y lamentaba temrinar su viaje de esa forma. Ya no importaba pronto todo temrinaria y tendria el alivio del sueño eterno. tal vez...si llegara a regresar a la vida como otro ser pudiera cumplir con sus deseos sin terminar de esa forma.

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25/01/2010, 11:20
Diego de Guzman

 Que...- es lo único que puedo decir. No podía ser cierto lo que veía. El golpe en el vientre y... la cura casi milagrosa del mismo. Y no solo eso: Giovanni ni se había inmutado, como si fuese lo más natural del mundo atravesarle con una espada. 

Definitivamente,... definitivamente, no se enfrentaban a humanos.

A pesar de las circunstancias, no iba a dejarme intimidar. Sujetando con fuerza el mango de mi espada inicio un nuevo movimiento, esta vez intentando decapitar al monstruo. Al fin y al cabo, si se corta la cabeza, la serpiente muere.

 

- Tiradas (1)
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31/01/2010, 18:05
Director

Diego mas ocupado en Claudius que en su verdadero oponente ese extraño arabe, le ataca lanzandole contra la pared a la vez aque clava sus colmillos en su garganta haciendo que la sangre caiga sobre el suelo manchando todo y su ropa inclusiva.

Mientras Alessandro sigue sin saber que hacer y recibe otro golpe para herirle en el pecho, mientras el resto pierden sangre por la herida qeu suan para beber.-

Gabrin se mueve con rapidez tomando la espalda de Tulio  y sus manos en sus antebrazos No es hora de hablar sino de accionar jovencito acto despues siente como le muerde con rabia y fuerza.-...insulsa, simplemente la de un plebeyo.

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31/01/2010, 22:05
Alessandro Vespucci

Estaba tan perplejo por lo que sucedia a mi alrededor, que no note cuando uno de los criados me golpeo en el pecho para llegar hasta donde estaba Milena. Me tome la zona del impacto reincorporandome y me lance contra mi atacante.

No les dejaria llegar hasta ella... Tal vez no pudiera salvar a todos los presentes.. pero si puedo salvar una vida... aunque sea una...

-ATRAS MALDITAS BESTIAS!!!! ABOMINACIONES DEL INFIERNO RETROCEDAN!!!

No esperaba que cumplieran... pero en la presente situacion necesitaba descargar mi frustacion y mi ira de alguna manera...

- Tiradas (2)

Notas de juego

Master, Voy de nuevo con Dex+pelea asumo.

Tiro el daño, que como estoy sin armas seria de Fuerza unicamente...+los 3 exitos aparte del original..

jajajja una super tirada para pegar, y una pesima tirada de daño :P

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02/02/2010, 20:09
Pedro de Medina

Intento levantarme pero algo me oprime la mente no permitiéndome hacerlo, miro a los monstruos y siento nauseas por un momento, las imágenes vuelan en mi mente veo con impotencia y rabia como a ido ocurriendo todo, como traen las cajas, por un momento las miro interesado, pero en ese momento nuestro anfitrión decide que es mejor dar a degustar el sacrificio de manera Blasfema y enfermiza a esta, mis ojos se dirigen rápidamente a el y a sus actos, los recuerdos siguen recorriendo mi mente de forma vertiginosa y veo como esta se niega de manera educada así como acertada.

Siento como me pinchan en el cuello y como parte de mi ser se pierde en un goteo burbujeante y continuo manchando de color cobrizo mis ropas, noto como Valdemar sonríe maliciosamente y como lame el cuchillo, entonces veo como introduce un grifo como el de la monja llamada Marianna en quien casi no me había percatado asta el fatal momento en la que la hace subir a la mesa ese monstruo que se hacia llamar nuestro anfitrión.

Con el grifo en la garganta intento gritar pero solo murmullos salen de mi boca entonces me vuelven a venir a la mente los recuerdos, el enfado, mi mirada se empieza a nublar pero aún tengo fuerzas para mirar

Escucho a Valdemar reir a mi lado y a los otros comensales como hacen lo propio, escucho decir que no hay nada como la sangre española para levantar el animo y hago fuerzas para llegar a mi espada, pero mi mano permanece inútil y quieta donde está,, yo no debería estar aquí, pienso para mis adentros, pero ese odio pronto pasa a ser un sentimiento de culpabilidad así como de pena y amargura hacia ella.

Los noto reir nuevamente y con cada risa un brindis y con cada brindis un poco mas de mi alma que se fuga de mi cuerpo, bailando en mi mente hacia sus blasfemas y oscuras bocas, sudores empañan ahora mi frente y empiezo a notar frío, el leve pero intenso frío de la muerte que se cierne sobre mi y sobre todas las victimas que esta noche hemos caído en la trampa bien preparada por el diablo.

Me pongo a rezar pues empiezo a aceptar como mi muerte está cerca y recuerdos de mi infancia vuelven a danzar en mi mente, los fríos y claros grifos de metal se han tornado calientes y oscuros por la sangre derramada, pero aún siento las suficientes fuerzas como para intentar levantarme, las reúno y compruebo como no solo no me levanto sino que mi gesto ha hecho gracia a los comensales de tan tétrica y oscura mesa.

Por ultimo empiezo a sentir que no siento nada, es como una ciada al vacío que me lleva a la oscuridad de la noche, mi cuerpo casi inerte es un amasijo de carne y hueso vacío y sin alma, mis ojos aún rezuman vida pero poco a poco se van volviendo cristalinos y muertos mi cabeza antes altiva se mece cabizbaja enseñándome el blanco de mis manos cada vez mas blancas, cada vez mas muertas, mis en mis oídos resuena el pitido de la muerte cual trompeta de triunfo de esta sombre la mortandad del hombre y mi visión es ya tan borrosa que casi no distingo entre formas y colores, el dolor que sentía en mi cuello ha desaparecido así como al aprensión en mi pecho que ya casi no se hincha intentando robar un ultimo aliento de vida, he aceptado que moriré algún día, pero nunca pensé que sería de esta manera tan horrenda, ya no noto esa presión en mi mente que me obligaba a no levantar pero tampoco tengo fuerzas ya para ello, intento luchar una ultima vez pero no consigo nada.

Después de haber intentado levantar por ultima vez una lagrima recorre cada una de mis mejillas mientras espero que dios misericordioso permita que al menos una parte de mi alma escape y pueda ir al juicio eterno pues esto es el infierno en la tierra, son lagrimas de muerte... de muerte fría y oscura... de muerte triste y solitaria... son lagrimas de muerte.

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02/02/2010, 20:11
Director

El daño de Alessandro no hace nada es como un pelele, cae tambien como el resto...

Se escuchan comentarios de

Es una sencilla cosecha domestica, sin ninguna crianza, pero creo que os divertira su presuncion.
Por la eterna destruccion y condena de Japheth el capacio...
por que continue la bendita ignorancia de Hardestadt y su banda de payasos...
Amigos debemos ser intrepidos, debemos asumir grandes riesgos ¿como si no ganaremos nada que valga la pena?

Comenzais a sentir mareos, debilidad y frio a causa de la perdida de sangre. Justo ahora que parece que no puede empeorar la situacion, un fuerte ruido estremece toda la casa, dejando a los anfitriones congelados en mitad de la fiesta, el panico se refleja en sus semblantes manchados de sangre.
Suena la alarma. Los guardias gritan, las pisadas resuenan y las campanas de alarma lanzan sus tañidos. Se oye un nuevo golpe en el muro sur. Un centinela entra a la carrera

¡Mi señor, mi señor, nos atacan. Un centenar de soldados, las tropas de Hardestadt. Nos superan en numero!

Los vampiros abandonan su comida...

  • Claudius: ¡Los Fundadores, malditos sean sus ojos!
  • Lord Mieczyslav:¡Estamos atrapados!
  • Matrona Violeta: ¡Alguien nos ha traicionado!
  • Bajazet Al-Nasir: ¡Tiene que haber sido esa loca Malkavian de Theophana! ¡Deberiamos arrancarle su engañoso corazon!
  • Sire Wenceslas:¡Imposible! ¡ Dices eso para despistarnos Assamita! ¡Tienes que haber sido tu! ¡Nunca me he fiado de ti!
  • Leopold Valdemar:¡Es mas probable que lady Jadviga este detras de todo esto! ¡Esos intrigantes ventrue siempre anteponen su clan a sus aliados!
  • Lady Jadviga: No eres mas que un viejo chupon idiota y senil, Valdemar. Odio a Hardestadt y he atacado sus dominios muchas veces. Propongo que nos quedemos para probar que no estamos haciendo nada que merezca un ataque
  • Gabrin: ¿quedarse? ¿y confiar mi destino al demente de Hardestadt?¡nunca!
  • Lady Dimitra:¡Giovanni, nos ha traicionado! ¡Hemos sido unos estupidos al creer que iba a atacar a sus hermanos Capadocios!
  • Claudius: ¡Silencio! ¡Prohibo estos enfrentamientos! ¡Seguidme AHORA o estaremos acabados!
  • Marchettus:¡No hay salida! ¡
  • Claudius: ¡Este no es el lugar!¡ Vamos al relicario¡ No podran seguirnos!
  • Lady Theophana: si, podemos ir por alli
  • Claudius: Vamos! ¡Hay una salida a traves de las criptas, rapid
  • Lord Casmir: Pero nos seguiran. Tus soldados caeran, como los pateticos mortales que son.
  • Claudius: Si caeran. Debemos frenar a Hardestadt...¡Ah, ya esta! ¡Abrazad a vuestras presas! ya han sido desangradas y el cambio sera mas rapido. Esto entretendra a nuestros perseguidores el tiempo suficiente para que podamos hir mientras los exterminan 
  • Lady Amisa: ¿Y si alguno sobrevive?
  • Claudius: Riendome ¡Ja! Recuerdo a la gentil señora que nuestros atacantes son los fanaticos Fundadores. ¡Hardestadt no permitiria nunca que viviesen! ¡ Ahora hacedlo! ¡Es la unica forma de escapar!

Rapidamente , cada vampiro desangra por completo al personaje que ha elegido en la velada y le da un poco de su propia sangre aunque algunos se ven reacios a la idea de dar su valiosa vitae a indignos recipientes, pero acaban aceptando a regañadientes. Despues escapan ordenando con voz imperiosa
¡Luchar hasta la muerte contra los invasores!

Los vampiros huyen por una puerta que luego es tapada por un criado del que luego sale humo, un humo persistente.

Tras la desaparicion de sus anfitriones, los personajes pueden oir como va aproximandose el ruido del combate. Pronto la puerta se viene abajo y aparece un grupo de soldados. Su lider es un hombre gigantesco de colmillos resplandecientes. Los soldados llevan todos la insignia de una rosa en sus uniformes y varios muestran tambien sus colmillos. El segundo al mando es alguien familiar para vosotros; se trata de Roderigo

  • Hardstand¡Destruidles mis valientes, pero dejad vivo a uno para la tortura!
  • Roderigo: ¡Rendios perros traidores! si lo haceis mi señor Hardestadt os perdonara la vida

Podeis huir o rendiros, pero podeis ver como todas las salidas estan ocupadas por los soldados enemigos y por cadaveres, es en este momento cuando sentis como vuestros cuerpos por fin son libres y vuestras mentes tambien.

Notas de juego

Teneis dos puntos de sangre y no podeis usar disciplinas.

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02/02/2010, 20:26
Pedro de Medina

...Son lagrimas de muerte... de muerte fría y oscura... de muerte triste y solitaria... son lagrimas de muerte.

Gran estruendo cual truenos se escuchan tras los muros de la prisión en la que ahora nos encontramos esperando nuestra muerte ya no hay dolor solo paz y fría oscuridad, ya no volveré a sentir el calor de una mano de mujer tocar mi mejilla, ni los sudores fríos recorrer mi cuerpo desnudo al lado de una gran chimenea de mármol y piedra en mi castillo, ya no sentiré el beso de una dama entre risas traviesas en medio de la noche, tampoco sentiré el calor del sol posándose en piel una tarde de primavera, o el clamor de la batalla con sus trompetas de victoria o los gritos y los llantos de la derrota... pues la muerte es fría y por tanto están vetados todos esos sentimientos.

Entonces noto algo en la boca, es como… un sabor metálico que va reviviendo mi ser, abro los ojos y veo que estoy bebiendo sangre del brazo de Valdemar, noto como eso me da al mismo tiempo calor, repulsión, dolor entre mis entrañas, pero es como un veneno dulce, si muy dulce, que me anima a seguir bebiendo, es como si no pudiera parar de beber, es un éxtasis como nunca ninguna bebida, mujer o batalla me ha dado, me siento como flotar en el aire y de pronto cuando mejor está me lo quitan, el brazo es apartado bruscamente de mi boca, parte de la sangre es derramada por las comisuras de mi boca goteando el bermellón liquido que anhelo y deseo en estos momentos.

En ese mismo instante alzo mis brazos con las manos estiradas pidiendo mas mientras miro a la cara del diablo que me a hecho esto y este sonríe diciéndome algo y sosteniendo mi mano entre las suyas.

Cuando se marcha todo es un movimiento vertiginoso de soldados luchando como en una batalla,

Entonces lo noto, es una verdad tan aterradora como divina y maligna al mismo tiempo, algo no va bien en mi interior mis tripas rugen de dolor, mi cuerpo no recupera su calor mis manos como témpanos de hielo y sin color de vida se mueven pero el tacto es diferente y es cuando lo comprendo del todo es cuando por fin abro los ojos a otra verdad, una muy diferente, por fin comprendo que estoy muerto, el pecho no se hincha en busca de aire, aunque sigo oliendo, los olores son diferentes como si pudiera oler la sangre que hay a mi alrededor, veo con una mezcla de placer y miedo que los colores son mas vivos e intensos, como si tuvieran un brillo interior, noto asta los animales mas pequeños que tengo bajo mis rodillas donde aún me mantengo medio erguido, donde Valdemar me ha dejado y cuando miro al cielo por una ventana veo que la luna es tan brillante como el mismo sol, mientras su luz plateada y pura baña nuestros rostros mezclándose con la luz de las velas.

Pero lo peor de todo está por llegar, siento nuevamente un hambre como nunca había sentido pero en el fondo de mi ser se que no es comida lo que necesito, miro los soldados luchar y como mi mirada se torna grave y astuta como la de un animal buscando su presa.

Pero algo no va bien en ello, es como si otra presencia fuera la que quiere tomar mi control ronroneado como un gato, es un animal que se enrosca en lo mas profundo del corazón el que me insta a alimentarme, noto también mi boca diferente está abierta como la de un niño que quiere comer ese blasfemo alimento del que se alimentan los demonios que ahora nos han maldecido y enfermado con su misma blasfema podredumbre de la que ellos se nutrían hace tan solo unos minutos que para mi son como horas.

Cuando casi estoy levantándome por fin para atacar un atisbo de humanidad se agolpa en mí ser para aplacar esa hambre por unos minutos, los suficientes como para poder hablar a alguien que me llama traidor y que quiere mi muerte.

S... so... soy Pedro de Alba y pido ayuda por mi alma, el señor de este castillo es el mismísimo diablo encarnado en hombre y me ha infectado con su maldad, una vez dicho esto miro a Roderigo y le escucho decir que nos rindamos y que entonces no pereceremos y digo al que parece estar al mando reponiéndome del mal que a acaecido sobre mi alma, solo deseo la muerte del señor de esta morada, el me ha entregado al abismo fuera de los brazos de dios, dejadme llamar mis ejércitos y os prometo por mi honor mancillado que os traeré su cabeza en bandeja de plata.

Después de eso miro a los soldados con el estandarte de una rosa intentando recordar si lo he visto en algún momento y si se a que señor pertenece mientras espero la respuesta del líder del grupo o de Roderigo al que hacia entre los soldados del diablo y señor de esta casa.

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02/02/2010, 21:04
Fernando Esparza

Siento cómo, de un mordisco diabólico, la carne de mi cuello se separa, y la sangre mana como en una cascada violenta, de la herida. El mareo se instaura sin demora alguna, mientras caigo como una marioneta que han dejado de sostener, abandonada, y mi espada queda atravesando a Lord Casmir. Poco a poco, dejo de ser consciente de lo que ocurre a mi alrededor, sólo veo sangre y horror, y la muerte se me acerca con un abrazo frío. Casi siento cómo unas extremidades, gélidas como la nieve en invierno, empiezan a apresarme, como si una figura de ultratumba se me hubiese acercado por la espalda y pasara, en una macabra imitación del amor de una mujer, sus manos por mi cuello, mis hombros y mi pecho, hacia abajo, atrapándome.

Ese abrazo de seducción fatal me hace pensar en el amor que dejé en Toledo, y en mi segunda madre, en mi verdadera familia. No sé si es cierto, pero siento cómo mis ojos lloran, aunque el resto de mi cuerpo es incapaz de hacer algo, a merced de los demonios que me devoran. Todo se apaga de pronto.

Muero.

¿O no? Una especie de lengua de fuego, una cascada ardiente baja por mi gaznate hacia el estómago, llenando mi cuerpo, como si en mi caída al vacío de la muerte, algo me hubiera sujetado, una cuerda extraña y caliente que me hace convulsionarme violentamente por la súbita parada en medio del vacío, y me va subiendo de nuevo hacia la luz. No hacia la luz de Dios, que me llamaba para enfrentar mi muerte, sino de nuevo a la extraña y lúgubre luz tenue de la vida, que parece más descarnada y oscura que antes. El incendio que me ha devuelto a la vida, aunque aún mis ojos no ven nada, se extiende por todo mi cuerpo, desde el centro hacia la cabeza y mis brazos y piernas, hasta llegar a las puntas de mis dedos. Y de pronto se extingue, al tiempo que abro los ojos. A mi alrededor, todo ocurre ajeno a mí en ese primer instante, y me siento frío, muerto aunque parte del mismo sitio de antes. Me siento plano y sin vida, como un dibujo, sólo las letras de mi nombre sobre el papel del mundo.

Y el último golpe que me devuelve a las malditas salas de Claudius Giovanni es el Hambre, un rugido bestial salido de no sé dónde, y que no termino de saber si es cierto o la forma que mi mente le ha dado para entenderlo, se une a los gritos, los pasos y los choques de las espadas. Un Hambre atroz, y el olor de la sangre que baña todo el lugar. Mis músculos se tensan y se relajan alternativa y rápidamente, aunque mi pecho no se hincha y desinfla como haría con la furia de los vivos. Mi cara se contorsiona, en busca de alimento, de sangre.

¿Por qué sangre? ¿Por qué esta Hambre blasfema del líquido vital?

Noto en mi boca el sabor, y mi lengua busca, desesperada, los restos en mis labios y las comisuras, en los huecos de mi boca.

En esta ansia me pierdo hasta que algo parece sacarme momentáneamente de la desesperación, la voz de Roderigo, el cochero que nos trajo. Lo miro, y lo veo acompañado de otro hombre, uno enorme y amenazante, con colmillos como los que nos mostraron nuestros torturadores, que no encuentro en ningún sitio, mirando alrededor.

Alargo las manos hacia ellos, rindiéndome, pues no tengo espada y no entiendo nada, y aún punza mi cuerpo la inclemencia del Hambre.

Piedad, os lo ruego, seáis quien seáis —logro decir, intentando concentrarme en las palabras y no en el ansia de sangre—, no me matéis. Soy sólo, como todos, víctima de los diablos que nos trajeron aquí. Querían devorarnos, empezando por nuestra sangre... ¿Cómo no he muerto? —confundido, mezclo lo que pienso con lo que debo decir—. Piedad, os lo ruego...

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02/02/2010, 21:35
Milena Kozlov

Simplemente me había perdido, desde el momento en que me habían puesto aquella cosa en el cuello y había perdido de vista a Alessandro que trataba de ayudarme; me había perdido sintiendo cómo mi sangre era absorbida por ese monstruo y yo temía caer muerta en cualquier momento. No supliqué por mi vida, estaba segura de que era un castigo, ¿de qué? Pues de mi vida antes de la cena de esa noche, las fiestas en mi casa, la relación con mi primo, el derroche, todo, Dios no estaba esa noche a mi lado y sin embargo, había dejado cerca a Alessandro para que no me sintiera olvidada.

Luego de los momentos de confusión iniciales y el desasosiego de estar siendo movida como una triste marioneta sin una razón, sin un aparente orden, simplemente tomada al viento, la vida empezó a escaparse de mí; creo que me resigné a los designios de alguien que siendo más poderoso que nosotros, había decidido que en aquel caos habríamos de terminar siendo la carnada de otros. Y cuando creí que todo había llegado a su fin, nuevamente como si se reanudara toda actividad en mi cuerpo , excepto una, sentí aquel deseo irrefrenable de comer pero no era de cenar como normalmente, no.

No presté atención a los recién llegados, no, sólo tenía una cosa en mente: las dos gotas de sangre que resbalaban por el cuello de Alessandro que permanecía frente a mí; era obvio que ya no éramos los mismos y era obvio que el cambio iba a tener su costo. Me acerqué a él desde atrás y pasé mis manos debajo de sus brazos para sostenerme de su pecho, sabía que me iba a contener porque él aún en este mundo distinto, era importante para mí. Acerqué mi nariz a su cuello, saboreando su aroma que ahora era otro mucho más delicioso que cuando le conocí, tuve que ponerme de puntillas para hacerlo y saqué la punta de la lengua para degustar la sangre que allí había. Apreté mis manos en su pecho, sujetando con fuerza su camisa y concentrándome para no morder, después de todo no tenía sentido si él también había sido abrazado.

-Gracias...-musité.

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03/02/2010, 05:08
Angriel Merethor

 Demaciado rapido sucedian las cosas para que Angriel pudiera comprenderlas, Diego luchaba por su vida y para detener aquella aberracion, el debio estar a su lado pero la belleza de Lady Dimitra y su forma de ser le hicieron bajar la guardia. Luego un fuerte ruido y la alarma, parecia que venian los salvadores a terminar con aquella pesadilla, pero todo indicaba que era lo contrario... que los que venian eran como esas personas y que el unico final era el alivio de la muerte.

Pero para la sorpresa del explorador no fue la muerte lo que lo rodeo, algo extraño le estaba haciendo Lady Dimitra y sin comprender lo que hacia terminaba siendo liberado de aquel artefacto en su cuello. Poniendose de pie ve a la mujer que robo su corazon marcharse dandole una orden que parecia no poder reusar en obedecer, aun no comprendia porque estaba vivo y sentia su fuerza crecer.

Debemos luchar! No hay buen final en nuestra rendicion!

No comprendia ni la mitad lo que pasaba en aquel lugar, pero Angriel sabia bien por el aspecto de aquel gran hombre que era igual a ellos. Si sobrevivia para ver un nuevo amanecer juraria darle caza a lady Dimitra y espera que en el momento en que la encontrara, su corazon no le hiciera fallar a la hora de cobrar venganza por lo sucedido alli.

No se dejen engañar mirenlos! son como ellos!

Repetia esperando incentivar al resto, su determinacion seria luchar para vivir y asi empezar con la caceria, debia sobrevivir a toda costa... pero no seria sometiendose a nadie. De esa forma desenvainaba su espada larga dispuesto a cruzar acero con quien se atreviese a poner a prueba su determinacion, esa noche su espada se bañaria de sangre.

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03/02/2010, 11:35
Caterina Doamnei

Si, seguro que es un castigo, por cualquier pecado cometido entre ayer y hoy. Uno que no recuerdo, pero ya da igual, siento como la vida me abandona, pero sigo rezando, por mí, por Danka, por fray Juan, por mi madre, por mi padre, por el esposo que no conoceré, por los hijos que no tendré, por el sol que no volveré a ver despuntando.

Caigo al suelo, creo, ya llega, si, la muerte, oigo cómo se acerca, cómo me quiere tomar en sus brazos, casi puedo ver las Puertas y a San Pedro. Pero... en mi boca saboreo un líquido espeso, con sabor ligeramente metálico, quema mi garganta, o eso me parece, me aferro a lo que me da eso, un cuerpo, ella. Si, ella. Casi ni pienso en eso, sólo en sorber, y quiero más, pero me aparta, empujándome. Creo que me siento viva, cuando debería estar muerta. Pero estás muerta. Me susurra la voz de Danka al oído. Esto te pasa por tener malos pensamientos. Me susurra la voz de fray Juan en el otro oído.

Me llevo las manos a las orejas, para dejar de escucharles, porque se que tienen razón, me da igual quien está gritando, pero es mi voz la que escucho, siento hambre, pero no se de qué, sí, lo se, de ese líquido, o lo que fuera, que me ha vuelto a dar la vida. Ya no grito, chillo, mi piel está fría, helada. Las lágrimas vuelven a rodar por mis mejillas mientras sigo gritando. Veo la sombra grande encima de mí, poseyéndome, obligándome, otra vez, otra vez, otra vez. Algo se rompe dentro de mí, o quizás ya estaba roto, o... no lo se. Enjugo mis lágrimas, para ver que es sangre, mi sangre, saliendo por mis ojos, ¿por dónde más está saliendo? 

Vuelvo a chillar, me encojo en mí misma, oigo voces, gritos, tintineos de espadas y armaduras. Pero yo estoy en mi propio infierno particular.

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03/02/2010, 12:32
Diego de Guzman

 Todo se encontraba borroso. Mi ataque de nuevo a Giovanni había sido un rotundo fracaso. El árabe- el maldito árabe- me atacó antes de que tuviese tiempo a descargar mi espada. Y lo que era peor: me había mordido. Supongo que fue en ese momento que perdí el conocimiento.

No se si ha pasado mucho tiempo, pero lo cierto es que, cuando abro los ojos, lo único que percibo son figuras borrosas a mi alrededor. 

Que extraño- pensé- ¿no debería de estar muerto?

Mi mano toca su cuello, e intenta taponar la herida. Noto con mis dedos los dos círculos echos por el mordisco del árabe. Afortunadamente la herida no es muy grave, siempre y cuando logre taponarla para no perder más sangre. 

Mi visión poco a poco va mejorando, quedando sorprendido ante la nueva escena. Al parecer los monstruos habían huidos y nuevos hombres habían aparecido. 

¿Monstruos como ellos? Por Dios bendito, espero que no...

Lentamente, voy incorporándome, con la mano aferrada a mi cuello. Sin embargo, no tengo muchas fuerzas para andar, por lo que de momento, decido quedarme apoyado en la pared.

¿Quienes sois?- es lo único que se me ocurre preguntar.

 

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03/02/2010, 20:41
Anna Valerius

el ruido del combate, no se exactamente cuanto ha pasado, pero la mitad de los guardias han caido, la otra mitad estan en completa desbandada y yo, yo no se ya que hacer, simplemente hay que acabar con esto...

Estan vivos, o mas bien no, son de los nuestros, son un vastago mas...un hijo de Cain. Me duele el alma, me duele el corazon y si viviera me mataria. Mi mirada busca a Rodrigo con pesar mientras pregunta.

Mi señor, los conspiradores han huido, y estos pobres no deberian ser castigados por los males de sus creadores. os pido que por favor los dejeis marchar digo tras hacer una reverencia y mirandole a los ojos con algo de desafio, no voy a dejar que mate a nadie, no esta noche.