Partida Rol por web

El joven acompañó a las damas, portando consigo el ordenador como si fuera un talismán.

- Vaya lío de reunión. No entiendo cómo ha terminado sin que nadie se haya mordido entre sí. Sobretodo estando vosotras con esa caras de vampiresas ansiando sangre.

Las miró y sonrió burlonamente.

- Voy a empezar a pensar que sois unas angelitas en el fondo. Sois todo amor, como las hermanitas de Frozzen.

Dejó escapar una sonrisa. Con ellas era mejor hacer eso, tratar de picarlas, o lo tomarían como un flowerpower. Tanta guitarra y tanta cancioncita, se estaba metiendo en un callejón sin salida.

- En fin, que todo está saliendo bien. Mañana seguro que todo se complica, pero también saldrá de perlas. Y cuando estemos en el pasado, olvidaos de marcharos. Os vamos a necesitar.

Mientras decía todo esto, Kurt no cesaba de mirar a Nyara, tratando de descubrir por su expresión si había recuperado algo de humor.

Llegamos a la habitación, con el cuervo volando detrás, que se posa encima del armario y se acurruca allí mismo, como si compartiera algo de mi cansancio. Viendo que estamos conectados mentalmente, no me extrañaría que de vez en cuando reflejase alguna emoción o estado mental mío. No sé, cuando acabe todo esto lo investigaré.

En cuanto llegamos Lia me abraza. Yo la envuelvo con mis brazos, notando como tiembla, casi pudiendo sentir como fluyen miedos y emociones contenidas. O quizás creo que a ella le pasa eso porque soy yo el que nota como toda la tensión que tenía acumulada en el cuerpo se libera, dejando paso al típico torrente de emociones que se da cuando ha pasado un tiempo desde una situación chunga. En mi caso no son sólo emociones, también vienen recuerdos a mi cabeza que se juntan con otros más recientes. Y las mismas ideas de siempre.

¿Y si hubiera salido mal? Otra vez la misma historia, otra vez la misma frustración. Lo único que pude hacer fue mandar animalillos que sirvieron de carne de cañón y un mensaje a la última, que acabó en manos de nuestros compañeros. Compañeros que se pasaron mi súplica por el forro.

¿No se supone que ibas a protegerla, imbécil? Pues has hecho un gran trabajo, con tus cuervos, perros y murciélagos tiroteados, y ella desangrándose en la nieve.

¿Y si la hubiera perdido? Independientemente de que fuese por mi culpa o no, habría perdido más de lo que podría aguantar ahora mismo.

La frustración sube por mi estómago hasta mi garganta. Es aquí, en esta habitación, lejos de las balas silbando donde todo parece más real. Igual que todo pareció más real allí, en la costa, hace tantos años, y lo que parecía un recuerdo borroso de algo que ocurrió hace unas horas se convirtió en algo completamente intenso y nítido, tan intenso y nítido que estuvo rebotando por mi cabeza durante meses, aún sin darme cuenta, como un velo apenas perceptible clavado en mi retina.

No es la primera vez que recuerdo estas cosas, pero es la primera vez que están tan cerca que puedo tocarlas si estiro los dedos.

Y rápidamente noto como todo eso también se derrumba, dando paso a otras cosas...el miedo gana por un momento a la frustración, pero sólo para dar paso a una extraña calma momentánea, parecida a las que sentía cuando era niño y me despertaba de una pesadilla, cuando comprendía que el peligro había quedado atrás-Tranquila...-digo acariciando su cabeza. No quiero dejar que mis inquietudes la pongan más nerviosa. Además, la mayoría son malos recuerdos. Pero preferiría que una cosa no llevase a la otra y acabar derrumbándonos a los dos.

Primero la beso en la cabeza, y después separo un poco su cara de mi cuerpo para besarla en los labios larga y cariñosamente.

Su simple voz fue como si en medio de frío la cubriera dulcemente con una manta y la arropara en sus brazos. La inundó de amor y calma, como si con apenas un par de palabras suyas pudieran hacer que una tormenta se calmase de pronto y el mar embravecido se volviera un estanque. Recibió su beso en la cabeza casi como una bendición que le perdonase que había intentado asesinar personas. 

Dejó que se acercara y le devolvió el beso cariñosamente, como si el miedo de haber estado cerca de perderlo se convirtiera en amor y ternura. Movió una mano de su espalda a su mejilla, acariciándola con dulzura. Al separarse unos segundos más tarde que nisiquiera quiso que se terminaran lo miró con sus intensos ojos verdes. Suspiró levemente.

-Perdóname, vine contigo y casi me voy antes-pasó la mano entre sus rizos, como le gustaba hacer. Le besó las mejillas antes de separarse un poco. Ambos estaban cubiertos de sangre, la de ella claro. Y nieve derretida y mucho cansancio. Éso es lo que les esperaba siempre, ¿sangre y cansancio? Iban a volver al pasado, dos años antes de conocerse. Quiso intentar aliviar la tensión del hehco que casí muere-¿Sabes? En el 2013 estaba estudiando un repertorio de Bach que me costó meses lograr tocarlo sin equivocarme. Creo que nunca se me resistió tanto una partitura. Cuando terminemos, si conservo mis manos, lo tocaré para tí-esbozó una leve sonrisa.

Luego se separó de él un poco para poder quitarse la ropa de soldado y quedarse con su ropa de calle. La mayoría estaban bien, principalmente los tejanos y demás, pero la parte superior se había quedado hecha un estropicio con el disparo. Al menos la herida no estaba allí. Rina la había sanado, pero se preguntó si había evaporado la bala o simplemente se había quedado dentro de ella. Se miró el pecho y pasó la mano por encima, notando la piel lisa.

Por un lado le entraron ganas de pedirle que una vez en el 2013 se fueran por ahí y olvidaran todo aquello. Tenía su cuenta de dinero que les permitiría empezar de nuevo, tenía sus manos para volver al cello y unas nuevas habilidades que le servirían para todo un mundo nuevo. Pero huir al primer enfrentamiento resultaba tan cobarde que se avergonzaba tan sólo de sugerirlo. Pero la idea estaba allí.

Suspiré, no me quedaba otro remedio que resignarme. La misma Natuk pedía que la abandonase, estaba casi convencida de que ella no iba a ser enviada al pasado. Himiko mentía, bajo mi punto de vista, fuese intencionadamente o por conveniencia, eso no lo sé.

─Ya veré...

Dije con desgana, y me senté en el sillón mullido más próximo que había en la habitación, uno cercano a la puerta, entre ésta y la cama donde descansó Natuk.

─No sé los otros que pretenderán, pero el viaje al pasado va a ser más complicado de lo que yo creo. Tengo pocas esperanzas en que esto salga bien, Rina, muy pocas.

Sonreí cuando Ben me dio las gracias por venir.

-La verdad es que nos jugamos mucho como para no tener un plan B. La discusión del comedor había sido bastante fuerte. Por lo menos aquí los ánimos estaban mucho mas calmados.

Escuche su plan. Por ahora parecía bueno. Aunque cuando hablo de Maki y muerte no pude evitar hacer una mueca. Aunque por fortuna eso no pasaba por su cabeza.

La segunda opción parecía poco viable. Es mas dudaba mucho que Maki pudiera aceptar demasiado bien toda la historia. Y mucho menos evitarla.

Parece que lo has pensado bien. Comente cuando dijo todo aquello.

La verdad es que los planes están bien. Los que creo que tienen mas posibilidades serian el segundo y el tercero. Aunque con el segundo dudo mucho que Maki pueda asimilarlo demasiado bien pues no hablemos de hacerlo ella sola. Aunque por aquel entonces yo estaba a su lado y podría contar con mi yo de aquella época. Pensé unos segundos. El tercer plan me parece el mejor. Sabemos donde y cuando muere el novio de Maki. Por lo que podemos evitarlo. Y asesinaron a Maki por lo que hizo en el concierto por lo que si no lo hace puede que no la asesinen aunque conozco a quien la asesino por lo que podríamos detenerlo también.

Mire a Elizabeth.

Todo lo que sea evitar la muerte de Maki tiene mi apoyo. Incluso si se pone en peligro a Natuk. Lo siento pero para mi no es mas que una copia de mi amiga y si tengo que elegir me quedo con la original.

Lo de la cueva era lo que peor me sonaba pues la cosa podia ponerse fea.

-Por desgracia mis poderes de poco sirven en un combate. Pero ayudare en lo que pueda.

Admira la convicción de la adolescente, no muchas chicas de su edad se comportan de esa manera, y eso le alegra bastante, así que cuando se va a  sentar, la kitsune va donde ella, arrodillándose delante de la chica.

- pero hay esperanzas... - acaricia su cabello - aférrate a ellas, - besa su frente y vuelve donde su novio - ya, a dormir ambas, ¿bueno? - intenta animarlas con una actitud distendida. Mira a su Makoto, y besa su mejilla.

- ¿vamos amor?- le pregunta, colocandose en su hombro, para salir del cuarto - duerman... por favor - 

Se desviste y Makoto también y se cuestan juntos, estaban muy cansados, y durmieron abrazados. 

Muestro una triste sonrisa al ver que, más o menos, estamos de acuerdo. Aún así, no me pasa desapercibido, y me causa gran tristeza y dolor, el paso atrás de Elizabeth, alejándose de mí. Y el modo en que me niega su mirada.

El mayor castigo del mundo para mí.

Katherine se muestra conforme con el plan, incluso considera que era necesario contar con él. Así que estamos de acuerdo.

Bien, pues... Mañana deberíamos ir juntos los cuatro durante el trayecto, como precaución. Aparte de eso, salvo que alguien tenga algo que añadir... lo mejor sería que fuéramos a descansar. Mañana será un día duro.

Finalmente levanté la mirada, dirigiéndola al conjunto.

-Si, hay que descansar, mañana cambiarán muchas cosas...

Puede que demasiadas...

- Descansad, chicas. - esbocé una sonrisa amable y miré a Benjamin. - M-me voy a-adelantando... - le comenté, nerviosa, cosa que ya no era habitual que me pasara con él.

Me acerqué a la puerta de la que ahora era nuestra habitación y entré.

Entré en la habitación cabizbaja, asustada, tratando de asimilar lo que el día siguiente nos depararía; y es que todo podía pasar. Desde que los soldados dieran con nosotros, a vernos envueltos en un enfrentamiento con nuestros propios compañeros, a tener que seguir adelante dejando a Ben atrás.

Y si no funciona? Si lo que hagamos no sirve, y Ben se queda atrás para siempre?

Me dolía el pecho, no podía evitarlo.

Entré en el baño, deseando poder lavarme un poco y relajarme. Me quité la ropa despacio, cansada en todos los sentidos, y comencé a llenar la bañera. Salió algo de agua caliente, pero pronto comenzó a ser fría, dando lugar a un baño nada tibio.

Desprendida de todo me metí dentro del agua, sumergiéndome al completo, con la excepción de mi cabeza, que quedaba reposando en una de las formas de la bañera. Cerré los ojos, tratando de no pensar, sintiendo como aquel frío hacía reaccionar mi cuerpo.

Veo con cierta sorpresa y desasosiego cómo Elizabeth se despide y se adelanta al cuarto. Sin esperarme. El modo en que evita mi mirada, cómo me habla nerviosa, todo eso me hace sentir mal, precisamente ahora que todo se precipita, cuando más miedo tengo de perderla.

Al cerrarse la puerta siento un nudo en el estómago. Me quedo un instante sin reaccionar, hasta que me doy cuenta de que continúo en compañía de Vic y Kath. Miro a las dos chicas, entre avergonzado y abatido.

Nos vemos por la mañana, ¿vale? Descansad lo que podáis...

Levanto una mano a modo de despedida y me dirijo a la habitación que comparto con mi novia, entrando lentamente.

Abro la puerta de la habitación despacio, casi con miedo. Asomo la cabeza y compruebo que no se ve a Elizabeth, quien estará en el baño. Cierro la puerta a mi espalda oyendo de fondo el sonido del agua caer en la bañera. Supongo que se irá a dar un baño.

Me acerco a la ventana y miro el exterior a través de los cristales durante unos instantes, tratando de convencerme de que todo va a salir bien.

Tiene que salir bien...

Pues todos estabamos deacuerdo. Lo cual era de agradecer.

-Si nos vemos mañana descansad.

Hacía un rato que me encontraba en el agua, y Benjamin aún no había venido, ni siquiera había escuchado la puerta de la habitación.

- Ben??- pregunté alzando la voz, incorporándome sentada en la bañera, con las piernas flexionadas, tratando de comprobar si se encontraba en el cuarto. - Estás ahí??

Oigo la voz de Elizabeth a mi espalda, brotando del cuarto de baño. Me giro y camino por la habitación hacia la puerta que nos separa, deteniéndome junto a ella, apoyando el hombro en la pared.

Estoy aquí, cariño. -Le digo alzando la voz lo justo- ¿Estás... bien?

Estar bien... No se si podré estar bien hasta que todo esto termine.

- N-No pasas?- pregunté algo asustada, temiendo sus razones para no hacerlo. T-te estaba esperando...

Sólo dije que me adelantaba...