Partida Rol por web

El reservado del saloon del Chacal Sonriente parece el único lugar limpio y bien amueblado del local y a juzgar por lo que habéis visto, de toda Goldentown. Billy, vuestro anfitrión, saca una botella de wisky escocés de un pequeño mueble bar y os sirve un vaso a cada uno. Os mira uno a uno con su expresión despreocupada y comienza a relatar su historia.

-Antes este lugar no era así. Era un pueblo prospero, lleno de gente y niños corriendo por sus calles; éramos como una gran familia… Pero no nos quedemos ahí. Mucho antes de eso aquí no habían más que matorrales y piedras. Yo era un joven buscador de oro asentado en Badvalley, la última ciudad del oeste, decían entonces. Me aventuré solo a este lugar y comencé a buscar oro en el riachuelo que manaba del Monte Balin, muy cerca de aquí. Tuve suerte. Tuve mucha suerte al encontrar un verdadero filón en sus aguas. Regresé a Badvalley con los bolsillos llenos de pepitas del tamaño de mi puño. -Billy pone el puño cerrado encima de la mesa para que os hagáis una idea. –Pero sabía lo que les pasaba a los que se hacían ricos y trataban de guardar su secreto; solían aparecer muertos en medio del desierto; así que decidí compartirlo con todo el mundo. Sería menos rico, pero salvaría mi cuello. Y así fue.

-Fundamos Goldentown junto al río y todo funcionó de maravilla. Los comercios eran prósperos, los viajeros abundantes y hasta llegó a hablarse de hacer llegar el ferrocarril aquí, en lugar de detenerse en Badvalley. Comenzamos a excavar una mina en Monte Balin en busca de la veta que alimentaba al río pero entonces algo salió mal. –La expresión de Billy cambia a un rostro triste y apesadumbrado. –Casi todos los hombres de Goldentown estaban trabajando allí cuando una explosión sacudió el pueblo entero. Cuando llegamos a la mina ésta se había derrumbado de tal manera que hizo imposible cualquier intento de rescate. Goldentown pasó de ser un lugar idílico a un pueblo de viudas y huérfanos sin futuro alguno.

-El alcalde del pueblo, que en aquél entonces era John Louis el zapatero, aseguró que eso no significaba el fin del pueblo, pero la pérdida del oro ahuyentó a los visitantes hasta tal punto, que la economía se volvió insostenible. Para colmo, todos le echaron la culpa al zapatero de esa crisis y dejaron el pueblo en manos de un nuevo alcalde que solo hizo que empeorar las cosas, hasta que se rajó y dejó a todos en la estacada. Ahora soy yo quien cuida del lugar, pero soy consciente de que el aserradero ruinoso es lo único que mantiene este lugar en pie, y no durará para siempre. Pero tengo un plan. –La sonrisa vuelve de nuevo al rostro de Billy. –Voy a devolver a Goldentown al lugar que merece, aunque… Me temo que necesitaré nuevos socios para ello.

Billy os mira y levanta la botella por si alguien quiere otro vaso mientras espera vuestras respuestas.

Me siento en un rincón con el rifle apoyado en la pared al alcance de la mano. No quiero sorpresas. Escucho la narración del viejo y mientras habla decido que no tengo nada mejor que hacer que aceptar el trabajo que me ofrezcan.

Lanzo rápidas miradas a los demás ¿qué harán los rostros pálidos?

Pancho da un largo sorbo al whisky, tragándolo con cara de disgusto. Se cruza de brazos mirando al hombre y cuando éste termina de hablar, le espeta enarcando una ceja - Bueno, no esperarás que volvamos a excavar esa mina por ti, no?

Este hombre parece ser muy sabio y, además, no tengo ninguna perspectiva mejor, así que, lanzo una mirada a los presentes y luego me dirijo al anciano:

-Yo quelel oíl plan del glande anciano.

-¡Pfffff! -casi sale mi purito disparado al escuchar algo sobre el glande del anciano. Alguien debería enseñar a hablar a estos orientales. Lo mejor que podría hacer es abrir una lavandería.

Mientras recargaba mi revólver metiendo una tras otra bala en el tambor le dije a Willi.

-Lo siento viejo, yo no he venido a ayudar a nadie, sino mas que a mi. Estoy buscando a este forajido -saqué una cuartilla ya amarillenta doblada, la desplegué y la dejé sobre la mesa. En ella se podía leer en grande "WANTED DEAD OR ALIVE", y se podía ver el rostro de un maleante (el master ya insertará la foto)- Se hace llamar Jack Cuatrodedos. En cuanto me lo lleve vivo o muerto, me iré por donde he venido.

Rechazo el wisky y presto atencion a la historia del anciano. El dinero que obtuve de la venta de la granja no me durara toda la vida, asi que espero oir su propuesta, tal vez me interese.
-Cual es el plan y que beneficios obtendremos nosotros si lo ayudamos? Mi presencia en el pueblo no es una casualidad, cuando veo la cara de Jack Cuatrodedos impresa en el papel muchas imagenes me vienen a la mente, tengo deudas que saldar con el y sus hombres, aunque el plan del alcalde me interese mi prioridad es otra. Vere que propone Billy y decidire si me interesa o no.

Mientras los otros hablaban, yo sacaba los trocitos de cristal que había en mi plato. Tenía hambre y aquella pequeña escaramuza me había abierto aún más apetito así que aquella comida no se podía echar a perder.
El plan que tenía en mente el abuelo tenía toda la pinta de ser una empresa larga, dura y quizás sin beneficios, aunque agradecí que la chica lo preguntara. No me gustaba increpar a la gente sobre estos temas pero tampoco la idea de mendigar y estar sin un triste penique. Por otra parte, el cartel de "buscado" y la jugosa recompensa que ofrecían se metió en mi cabeza lentamente como un último recurso en caso de que todo esto fallara. A malas me podría poner de cazarecompensas aunque no vaya del todo conmigo.

El viejo mira a Pancho y le sonríe.
-Ésa es precisamente mi idea: Reabrir la mina. Pero no necesito mano de obra, eso ya vendrá después. Veréis, he gastado mis últimos ahorros en un cargamento de dinamita que llegará pronto en el ferrocarril a la estación de Badvalley. Desde allí pienso traerla hasta Goldentown en diligencia, pero...
Con un movimiento pausado se hace con la amarillenta hoja que el Rubio ha dejado sobre la mesa y señala con uno de sus arrugados dedos al retrato en él dibujado.
-Jack "Cuatrodedos". Se dice que él y su banda de forajidos se encuentran por estas tierras y un cargamento de explosivos es algo demasiado tentador como para dejarlo en manos de la suerte. Y ahí entráis vosotros. Necesito que alguien escolte a la diligencia desde la estación de Badvalley hasta aquí. Y si los hombres de ese Cuatrodedos aparecen, habrá que recibirles con plomo. ¿Entendéis?
Billy se inclina sobre la mesa y os mira con un brillño extraño en sus ojos; por un momento os parece ver en ellos la locura que afecta a muchos buscadores de oro, aunque rápidamente suexpresión vuelve a la sonriente cara afable.
-Voy a hacerme con el oro que hay allí dentro, aunque tenga que volar todo el maldito Monte Balin por los aires. Cuando lo tengamos, la mitad será vuestro para que lo repartáis como mejor os convenga. Con el resto, me sobrará para refundar este pueblo. ¿Hay trato?

Pancho mira hacia el resto de sus compañeros y se encoje de hombros - ¿1/6 de una mina de oro? Pues visto como está este pueblo de mierda, no debe ser mucho. ¿Qué hay de la recompensa por Jack cuatrodedos? No pienso liarme a tiros con nadie si no hay pasta por delante.  

El viejo no me convencía mucho, hasta que dijo poseer algo que Jack quería. Parecía una buena trampa para poder atraerlo hasta mi y conseguir su cabeza.

-Acepto entonces -guardé mi papel, ya que el grandullón lo miró con demasiado interés, aunque me chocó la mirada perdida que le dio la chica, y finalmente le chicano preguntó por el- pero no os aseguro que si consigo la recompensa que busco no vaya a desaparecer luego.

Les advertí:

-Jack es mio.

Por lo que veía, en aquel pueblo sólo se iba a hacer rico el sepulturero.

El whisky arde en mi garganta. Noto el efecto vigorizante y cómo la sonrisa estúpida aparece en mis labios. Estiro el brazo en el que sostengo el vaso, ya vacío.

- Más agua de fuego -digo, por toda respuesta.

La banda de cuatreros a mi alcance, y no tenia que ser yo quien los buscara, ellos vendrian a mi. El plan del viejo me parece mas que bueno, no hay nada que pensar, sin ninguna duda acepto el trabajo.

-Señor Hardlin, estoy a su servicio.

-Sel buena plopuesta. Yo asepto agladesido -respondo. Sin embargo, no las tengo todas conmigo. No puedo disparar contra ese forajido, así que tendré que esperar a que se acerque al botín para darle lo que se merece por ladrón.

Tan solo espero que con lo que consiga en este trabajo pueda costearme un billete hasta la costa

El viejo sonríe ante vuestra reacción, como si eso fuera exactamente lo que esperaba de vosotros.
-¿Trato hecho entonces? Esperadme mañana al salir el sol frente a este saloon. Los que no tengáis caballo recibiréis uno y si queréis ropas limpias... -Os echa un buen vistazo. -...también traeré mudas.
Dicho esto se levanta y os deja solos en el reservado con la botella en la mesa.

Caminé de nuevo hacia la barra sin decir nada a nadie mientras tintineaban mis espuelas a cada paso, hasta que llegué y em asomé por encima para coger una cerveza.

CHIN CHIN CHIN CHIN

-Apúntala en mi cuenta -le dije al barman-

Continué caminando, esta vez hacia la zona de reunión mientras la abría con la hebilla de mi cinturón. Puse un pie sobre el asiento de la silla mas próxima a la chica y me apoyé sobre mi rodilla mientras ponía le botellín sobre la mesa a su lado.

-Hola encanto, -le guiñé un ojo- tu última cerveza me parece que acabó por los aires y pasar sed en estos sitios no es nada bueno.

-Miss Hooper, si no te importa, Susan si llegamos a un acuerdo-
La arrogancia del tipo no me impresiona, los hombres como el abundan en esta zona.
-He visto el cartel que llevas, creo que tenemos el mismo objetivo salvo por una pequeña diferencia, tu quieres al jefe y yo a sus hombres. Te ayudare si me ayudas, la mina de oro es secundaria, quiero ver a todos y cada uno de los hombres de Cuatrodedos muerto, que me dices?
Espero antes de aceptar la cerveza. Un aliado me vendra bien, en caso de que acepte cogere el botellin gustosa.

-Susan entonces -le dije con una sonrisa- Me vendrá perfecto alguien que me ayude a eliminar a sus secuaces.

Le di un trago al vaso de whisky y me senté a su lado con el respaldo de la silla apoyado en el pecho:

-¿Y cómo una chica con esa sonrisa tan bonita ha llegado hasta este pueblo?

Agarro la botella de agua de fuego con expresión ávida y lleno de nuevo mi vaso. Los rostros pálidos parece que quieren hablar entre ellos. Nunca entenderé cómo cortejan a sus mujeres ¡hay muchas que no tienen familia ni dote! ¿Quién querría una mujer así?

Mi sonrisa crece en estupidez mientras el alcohol en el recipiente baja.

Cojo la cerveza y bebo un poco, no suelo beber demasiado pero por una vez acepto que me inviten.

-Estoy aqui como podria estar en cualquier otro lugar-- mi tono de voz refleja cansancio- Hace años que sigo la pista de los cuatreros y esa pista me ha traido hasta aqui. Tu buscas una recompensa, yo vengar a mi familia. Cuando esos demonios mataron a mis padres y a mi perro era demasiado joven pero ahora estoy preparada. Se arrepentiran de haberme dejado con vida- Omito el episodio de la violacion multiple, pero cualquiera que conozca a la banda puede imaginar lo que me paso a mi.
Vuelvo a beber, el liquido amargo se desliza por mi garganta, tambien mis recuerdos son amargos, pero el tiempo me han convertido en una mujer dura y fria capaz de ocultar sus sentimientos. La sed de venganza me da fuerzas para seguir y la experiencia que vivi ha anulado la bondad y la compasion que todo humano pudiera tener.