Partida Rol por web

- Pues quedamos en la plaza central, que mi casa está a unas manzanas de ahí. Ainhoa, yo soy vegana así que en mi casa no esperéis pizza de queso o algo así. Si queréis me encargo de hacer la cena pero avisados quedáis de que no habrá cosas animales en ella. Y me podriais ayudar a hacerla, si queréis. - Le tiro de la manga a Ricardo, para que se dé por aludido. - Me apunto tu número Martin. Ya te avisaremos, hasta luego. 

Le hago un gesto a Ricardo para decirle "¿nos vamos?" pero espero a ver si alguien se ofrece para ayudarme en la cocina o si cada uno prefiere traerse su cena.

-Marcho entonces, hablamos!- se despidio con un saludo marcial hecho con dos dedos al tiempo que se giraba en direccion al parking.

Martin se fue alejando del campus en direccion al aparcamiento.

"La verdad es que me siento super excitado, incluso demasiado, lo mejor sera ir a casa tomar una ducha y llamar a estos."

Continuo caminando y paso frente a la facultad de psicologia donde siempre habia cachondas, pero estaban todas locas y se deleito la vista con las chavalas que pasaban. Esto le ayudo a relajarse un poco y centrarse.

Habria que preparar un kit del aventurero para esa noche, cosas basicas no se, una sudadera con capucha, ropa comoda, linternas, camara de fotos, pilas, ganzuas, una mochila con agua y algo de picar...

Mientras deliberaba en ello Martin continuo atravesando el tramo que le quedaba hasta su coche.

Espero que no seas de esos veganos que obligan a ser veganos hasta a sus perros—respondió Sabina. había conocido a unos cuantos de estos y no la gustaban un pelo. Ellos podían decidir peor no obligar a sus amigos y mascotas a seguir la misma alimentación.—De todos modos, si quieres hago una pizza vegetal. Se hacer la masa y podemos ponerle champiñones, tomate o lo que quieras

Después del tirón de la manga que me hace Hellin, no lo dudo, y la sigo donde ella me lleve. - Podemos también comer unas hamburguesas de Tofu, yo las probé una vez y están muy ricas. Nunca venía mal acompañar la comida con algo de bebida. De camino a tu casa, pillamos unas cervezas, tampoco muchas, aunque luego si sale bien el plan lo podremos celebrar ¿no?

- Mi perro come pienso de perro. Si hubiera pienso de seitán o tofu no dudaría en dárselo, para mi es mucho mejor no colaborar con el sufrimiento de miles de animales por placer, cuando hay otros métodos de alimentación. De hecho, tengo que informarme sobre si hay o no pienso vegano. - Le contesto a Sabina. -Por mi vale, pero no quiero molestar... Ya sabes, si prefieres prepararla con nosotros vente por la tarde. Y las hamburguesas también me parecen una buena idea.- Me dirijo a Ricardo. -Pero prefiero que estemos todos estables para colarnos en el cole, luego podéis beber lo que queráis. Voy tirando a casa ya, que me han dado ganas de ver a mi perro ¡Hasta luego!- Espero a ver si Ricardo viene conmigo o no. Pienso que tal vez debería quedarse, pues Sabina parece interesada en él, aunque yo no pueda distinguir bien los sentimientos, creo que ese hecho es más que obvio. 

Parecía que la idea de la cerveza no había triunfado, pero tenía razón Hellin, lo mejor era estar todos serenos, y luego más tarde, podríamos celebrar el "robo del siglo" con unas cervezas y algún cigarrito feliz para amenizar la noche. Veo la indecisión de Hellin en su cara, no se si quiere que vaya o no con ella, antes había tirado de mi manga, no dudo en preguntárselo directamente. - ¿quieres que te acompañe ahora o me acerco con ellos por la tarde-noche? El plan lo había urdido Sabina, así que también quería saber que planes tenía ella. - Y tu sabina ¿que vas hacer ahora?

Ehhh tenía pensado estudiar un poco más por aquí pero bueno—la chica se encogió de hombros con timidez. No se la había pasado por alto que Helena esperaba a Ricardo.—Creo que volveré a casa, así preparo la masa y esas cosas. Luego la estiramos y la ponemos en el horno con cuatro cosas mientras Martín nos cuenta que se le ha ocurrido.

Dirigiéndome hacía Sabina, le preguntó: - Si necesitas ayuda para la masa de la pizza, puedes contar conmigo, la cocina no es lo mío pero pongo mucho empeño en aprender cosas, yo por norma general en el piso con los colegas, lo que hacemos es comprarlas en el supermercado de la esquina. Esperó un momento a que se lo pensara. - Y si ves que no estas a gusto o prefieres hacerlo sola, no pasa nada, me voy con Hellin para echarle una mano a ella.

Ehhhh—Sabina hizo un considerable esfuerzo por no volverse de todos los colores: blanca por su enfermedad, roja por la vergüenza, azul por el pequeño enfado al ver que "jugaba a dos bandas"y bueno...morada por la mezcla de rojo y azul. Pero finalmente consiguió mantener la compostura y no variar cromaticamente.

Bueno, es bien facil...si quieres aprender puedes venir. Es mucho mas barato que las precocinadas y se puede congelar.—dijo.—Espero que no te importe que estemos con un amigo. Y mis compis de piso también estarán allí. Lo del "amigo" no era del todo cierto...pero Sabina quería que Ricardo se sintiese lo mismo que ella. CLaro que el no estaba interesado en ella así que le daría igual.Pero si, sería muy divertido que le acompañase.

Con unas pequeñas sonrisitas, las jóvenes se fueron hablando en susurros. Cerraron la puerta en silencio y antes de irse te miraron con complicidad.

Allí estabas, cara a cara con el señor López y a solas. El profesor te miró con una ceja levantada y soltó el bolígrafo que tenía en la mano.

No soy psicólogo, señorita. Pero si es algo rápido, adelante, no tengo tiempo que perder y usted debería aprovecharlo para estudiar.

Ainhoa se quedó un momento pensativa cuando Hellin dijo que era vegana. Realmente no sabía muchas comidas que le pudieran ayudar a no incumplir sus extraños razonamientos. Ser vegana para Ainhoa no era una opción, el hombre se come a los animales, igual que los animales se comen a otros. ¡Era ley de vida! Pero no quiso ofender a Helena, así que simplemente no le dijo nada y decidió cambiar de plan.

Luego se quedó pensando que Sabina y Ricardo habían decidido montar un plan juntos, parecía que había algo raro entre ellos dos, aunque siendo sincera no le importaba nada en absoluto. Luego se quedó pensando en los ingredientes de la pizza, si eran como ella imaginaba, sería un problema para Hellin. De hecho sería muy divertido soltar aquella bomba en mitad de la cena.

Y entonces se puso a pensar en la cena, en todo el tiempo que quedaba hasta ella y la de horas que iba a desaprovechar y las que ya había perdido. Había que robar el exámen, y había que tejer un plan, pero estar allí como una pasmarote no era una opción. Lo mejor sería que se largara de allí con viento fresco, necesitaba recopilar los pocos apuntes que le quedaban, en especial los de la última clase de Lopez que no había quien los pillase. Y entonces una bombillita se le iluminó en la cabeza.

Bueno chicos, pues yo creo que estudiaré un poco antes de ir a la cena. Si el plan no sale bien, espero al menos estar algo preparada. Dice mientras se llevaba el dedo índice a la boca y se empezaba a mordisquear la uña. ¡Será mejor que me vaya cuanto antes! Luego tomó su carpeta, un boli y sacó un papel para apuntar su teléfono y dárselo a Hellin. Para después, cuando esté lista la cena me llamas. Luego echa cuentas y dime cuanto hay que poner, por mi no te cuentes a ti. Bastante tienes con hacer la cena y poner tu casa. Dijo mientras se marchaba de allí con una sonrisa de nerviosismo en su cara.

Cuando estaba sola y volvió a entrar en la universidad se puso a preguntar a todo el mundo por Beatriz. Necesitaba encontrarla, después de ella misma, Beatriz era la chica que mejor apuntes tomaba. Necesitaba encontrarla y pedírselos para repasar un poco antes del gran día.

Después de escuchar el plan de Sabina, me pica la curiosidad de pasar más tiempo con Sabina, e incluso de conocerla mejor, así que no lo dudo.

- Ok, me apunto, con un poco de suerte hoy robamos un examen y consigo aprender a cocinar una pizza casera. Si me viera mi madre. Y luego de camino a casa de Hellin pillamos unas cervezas para celebrar que el plan haya salido perfecto.

Viendo como se despide Ainhoa, le despido y le digo que nos vemos por la noche.

Ahora nos habíamos quedado solo los tres que habíamos urdido el plan. - Creéis que es buena idea que seamos tantos para robar el examen? aunque ya es tarde para volver atrás.

Ante la pregunta de Ricardo Sabina se encogió de hombros. Para ella había sido una idea pésima pero decir aquello sería poner a parir a Helena por haber atraido público y haber insistido en robarlo por la noche. Pero a Sabina no la apetecía discutir en aquellos momentos estaba muy nerviosa por lo que tenía al lado y debía esforzarse en disimular los nervios.

Bueno, ya veremos esta noche si es buena o mala idea. Por cierto...¿Harina de herbolario o de supermercado?¿trigo o maiz?—preguntó a Helena que lo mismo, a parte de ser vegana era macrobiótica o algo así.

- Por favor, no repita más lo de estudiar, dijo con cara de pena mirando fijamente al profesor,- lo he intentado todo yaún así no entiendo nada, hizo una pequeña pausa y se acercó más a la mesa, para apoyar su torso sobre ella,y mirarle a los ojos aún más cerca,-si hubiera alguna forma de que usted me aprovara, seré su ayudante, su esclava, lo que sea... al pronunciar estas últimas palabras el tono de su voz había cambiado,si bien la iglesia no permitía los actos impúdicos, Beatriz sentía deseo y lujuria en su interior, y trató de aferrarse a ellos para no pnesar en lo bajo que estaba cayendo en aquellos momentos.

El señor López soltó el bolígrafo que tenía en la mano tras tus insinuaciones. Se quedó unos segundos mirándola a la cara, sin dejar que sus ojos recorrieran tu cuerpo ni se quedaran prendidos en los pechos.

Ya entiendo... Una más dijo para sí más que para que le escucharas. Se levantó y se colocó los pantalones. Con pasos muy lentos rodeó la mesa y se colocó a tu lado. Movió el brazo y su mano te agarró delicadamente tu codo y te movió. Hizo que te pusieras de pie y que le miraras a los ojos.

Acompáñeme añadió sin que pudieras ver ninguna expresión en sus ojos. Parecía que estaba acostumbrado a todo esto y que no era la primera vez. Y, te resultó obvio que no lo hiciera en su despacho. Eran horas de tutorías. ¿Y si otro alumno entraba?

Te llevó hasta la puerta y abrió. Se quedó a un lado esperando que pasaras tú primero. Saliste y, al ver que no te acompañaba, volviste a mirar.

El señor Lopez había mudado su expresión. La serenidad y la superioridad que siempre se mostraba, había cambiado. Sus ojos se mostraban fríos, con una furia que poco se podía decir para describirla. Sus labios estaban crispados y denotaban lo harto que estaba de todas esas cosas.

Cerró con un portazo muy violento. Y te quedaste allí, en la puerta del despacho.