Partida Rol por web

ALACENA.

Al retirar la estantería se abre una puerta se os muestran unos escalones polvorientos que descienden hacia la oscuridad trazando una curva que no deja ver la planta que hay más abajo. Numerosas pisadas de varios tamaños demuestran que este pasadizo ha sido utilizado recientemente en ambas direcciones.

ALACENA- ESCALERA

El druida desenvaino su cimitarra, y se ajusto su escudo. Dijo "luz" y el escudo comenzo a brillar, iluminando todo lo que tenia delante.

- Ir pisando donde yo pise - dijo Henutsen - mientras comenzo a pisar lentamente sobre las huellas que habia en la escalera.

ALACENA-ESCALERA

William se iba a ofrecer a ir primero, pero al ver como Henutsen se ofreció antes no se quejó. Si se encontraban con algo o alguién ahí abajo ya se arrepentiría.

Tú mismo. Pero ten cuidado. Recuerda que alguién ha matado a los tipos de la logia.

Por precaución, el explorador desenvainó su espada. Tenía una extraña hoja toda aserrada. Parecia doler mucho.

Maedros asintió y se puso tras William, sacando su ballesta.

- Valaniel, debieras ir tras de mi, y que Haakan cierre el grupo, que parece mas que capaz de solventar cualquier ataque por sorpresa

 -No podría estar más de acuerdo, camarada.

El decrépito elfo bajó las escaleras tras el cheliano.

Haakan se encogió de hombros, sonrió y avanzó detrás del grupo cerrando la comitiva. Dudaba mucho de que alguien tratara de alcanzarles desde la espalda, pero aún así, prefería no entrar en combate a no ser que fuese estrictamente necesario.

ESCALERAS.

Henutsen abrió la comitiva prestando especial atención por si hubiera alguna trampa. Un clic debajo de su pie le indicó que, efectivamente, las había. Lástima que se hubiera dado cuenta demasiado tarde. De todos los escalones surgieron cientos de púas que atravesaron los pies de aquellos que se encontraban en la escalera. La sangre salpicó el suelo y las paredes de la mansión Miregrold. Y los gritos de los exploradores resonaron en el pasillo.

Maedros podía ser muchas cosas, pero había algo que no era en absoluto: un guerrero. Y por supuesto las púas fueron demasiado para él, que se derrumbó al suelo y empezó a desangrarse

- ¿Ah?... ¡AHHHH! - dijo Haakan cuando las estacas se clavaron en las plantas de sus pies. - Porrr la sagrrrada Milani. ¿Qué clase de perrrsonas prrreparrrarrían algo así?

El bárbaro estaba acostumbrado a las trampas, pero ellos las usaban para cazar animales, no para herir a las personas. Se veía en su gesto que estaba muy sorprendido de que se pudiese preparar algo así, como si de bestias salvajes estuvieran hablando.

Inmediatamente al ver caer a Valaniel, y a pesar de su sangre chelexiana, Haakan trató de agarrarle para que no cayera escaleras abajo, pues iba inmediatamente delante de él, y seguramente fuera el único que le había visto.

William se estaba preguntando si aquel sitió tendría trampas, y como respuesta se activó una. Lo cual fue una verdadera escabechina, ya que afectó a todo el mundo.

Arrrgghhh.

Mientras se quejaba de dolor, pudo ver como detrás de él caia Maedros. Al parecer le había afectado más que a otro.

 Las púas cogieron por sorpresa al mago que cayó inconsciente ante la continua pérdida de sangre.

ESCALERAS.

Henutsen rodo por el suelo gritando. Cuando llego abajo, todos sus compañeros cayeron detrás de el, con los pies agujereados. El león permanecía arriba, nervioso. El druida, al ver que dos de sus compañeros estaban inconscientes tan solo le hizo una señal a Kasr para que se quedara donde estaba.

- Cubrirme - dijo a los compañeros que estaban conscientes - Irari, no permites que se vayan todavía - puso las manos sobre Maedros y sobre Valaniel. - Hay que curarlos ¿tenéis pociones o algo?- dejo a Valaniel y coloco sus manos sobre Maedros mientras pronunciaba unas palabras en Osiriani. Las palabras y el calor que desprenden sus manos hicieron volver en si a Maedros. - espero que puedas curar - dijo cuando el hechicero recupero la consciencia- necesitamos tu ayuda....

DISTRIBUIDOR.

Con la única fuente de iluminación que es el escudo de Henutsen, bajáis a vuestros heridos por las escaleras hasta un distribuidor. Hay tres puertas en la pared sur y una más en el muro oeste. Sobre el suelo hay manchas de una sangre que no es vuestra, lo que podría indicar que no habáis sido los primeros en caer en la trampa. Las manchas adoptan la forma de pisadas y se concentran en un charco situado frente a la puerta central de la pared sur. Hay antorchas apagadas en los muros.

Despues de ayudar bajar a los heridos, y ver como Henutsen curaba a Maedros, echó de menos al clérigo enano de Torag. Desde luego resultaba más util en momentos así que el druida. Despues William recordó que tenía una pocima de curación y decidió tomarsela.
Le hubiese gustado poder repartirla con los demás. Pero no estaba seguro de qué iban a encontrar. Y prefería estar en condiciones de pelear para ello.
Despues de tomarsela se encontró mucho mejor.

Aah. Meos mal. Por poco no lo cuento. Aunque está claro que he tenido más suerte que nuestros dos compañeros. ¿Cómo están?

El bárbaro trataba de atender a los que habían caído. Con sumo cuidado depósito el cuerpo del hechicero en el suelo y marchó a recoger al otro, dejándolo tumbado a su lado.

Realmente no tenía ni idea de atender heridos, pero si nadie le ayudaba, lo haría lo mejor posible.

Maedros escupió algo de sangre y luego miró, con sorpresa, a Henutsen.

- Gracias por la curación, compañero. ¿Cómo están las cosas por aqui? - dijo mientras se incorporaba, todavía vacilante, y observaba el lamentable estado en que les había dejado la trampa. Al ver el mal estado de Valaniel rezongó una maldición y sacando de su bolsa una pócima de curar heridas leves, se la dio al hechicero - Eso es todo lo que tengo... me temo que tenemos un problema con las curaciones

 Las heridas de Valaniel se cerraban casi por completo y el elfo recuperó la conciencia.

-Maldita Urgathoa... casi me lleva consigo. -se incorpora como puede. Observa que todos los demás están bien- Bueno... podemos seguir, ¿no?

Henutsen miro a sus compañeros.

- Es tarde. Yo aseguraria el sitio y descansaria hasta mañana e intentaria reponernos. Yo no puedo seguir. - El druida habia preferido recuperar a Maedros antes de curar sus propias heridas y a nadie se le escapaba que estaba al borde de la incosciencia. - ¿Alguien puede desactivar la trampa?

A William no le parecia muy buena idea la del druida.

No sé. Pero a mi no me gustaría dejar esto sin explorar. Si en verdad hay alguién, y por las manchas de sangre yo diría que sí, prefiero asegurarme de que no va a venir a por nosotros.
Yo por lo menos no sé quitar esa trampa, lo que quiere decir que podríamos volver a activarla al subir. Y además puede que haya más puertas secretas aparte de esta.

Henutsen y el Leon estaban muy malheridos. El druida se dedico a su compañero, parecia muy preocupado, le cubrio con vendas y le dejo descansando en un rincon. Fue entonces cuando saco un frasco de su mochila y se lo tomo de un solo trago.

- Pues si os parece, aquellos que esteis mejor podeis ir revisando el lugar. Kasr descansara en este rincon, yo estare cuidandole de momento - en su cara habia un extraño gesto de preocupacion - pero ire detras de vosotros a medida que vayais asegurando las zonas...