Partida Rol por web

Martes 19 de Junio del 2012, 10 am.

Como era costumbre, todos en la Capilla estaban ocupados con sus obligaciones tanto mágicas como mundanas. Anna estaba en la sala de Entrenamientos junto a un grupo de alumnos, induciéndolos en una meditación guiada. Normalmente acompañaba las meditaciones con inciensos, cuencos tibetanos y campanillas de diversas resonancias. Samira estaba en la biblioteca, sumergida en un pergamino en Arameo del siglo XIII, el pergamino describía un complejo ritual de multilocación de efectos mentales distractorios. Emiliano estaba en su habitación, reorganizando su altar, se aseguraba que no pasara mucho tiempo con un mismo ordenamiento, alegando que eso ayudaba a que pensamientos nuevos fuecen capaces de asimilarse a su ya bastante amplio paradigma. Cate, por su parte, estaba flirteando con uno de los estudiantes de Ezequiel en los pasillos que conectaban las salas de prácticas. Ezequiel y Fatima estaban juntos en el living, sentados a la mesa. Delante de ellos 5 dados y una hoja de papel.

Resopló con frustración, llevando su mano izquierda a la frente y cerrando levemente los ojos. Con la mano derecha y sin necesidad de mirar agarró la birome y dibujó un círculo marcando el "Eze" que estaba escrito junto al "Yo", en una cuadrícula. Otros 5 "Eze" estaban marcados con un círculo en la hoja.

Basta Eze, en serio... Es la sexta generala servida que sacas, deja de chamuyarme que solamente tenes "Suerte".

Agarró los dados y los dejó a un lado, totalmente rendida a volver a jugar a cualquier otro juego de mesa con la rata de su marido. Se levantó sin siquiera mirarlo y se separó de la silla.

Voy por una taza de té, ¿Vos queres algo?

Era demasiado evidente que estaba haciendo trampa. Tendría que haber cortado a la segunda generala servida, quizás una tercera hubiera sido sospechoso.... ¿pero seis? Se me había ido la mano. Lo gracioso es que los dados no tenían un efecto mágico, solo eran dados especiales que cuando los chocabas de una forma particular, se acomodaban... trucos de magia de cualquier tienda berreta.

Fijate si sentis algún efecto mágico. Si encontras algo de eso ganas. Ahhhh y amor... prefiero un café. ¿Me haces uno como vos sabes? A la turca? Con borra y todo? No vaya a ser que tengamos profecías macabras en la borra del café ¡mua ha ha ha!

Como siempre, hice una cara bufonesca para robarle una sonrisa a mi esposa. Era una de mis especialidades. La verdad que la Capilla funcionaba bien, y todo era tranquilidad. Sabía igual que no iba a durar mucho. Al menos no hasta la "Semana del Mes".

Enarcó una ceja cuando escuchó su barata escusa. Desde mucho antes de que ambos contrajeran matrimonio compartían un enlace mental permanente que ninguno de los dos podía omitir fácilmente, por lo que siempre estaban conectados sin importar las distancias entre ellos y, mas importante aún, podían sentir lo que la otra persona estaba pensando en todo momento.

¡Puedo escucharte en mi cabeza, Eze! ¡Sé que no necesitas hacer magia! Haces ese movimiento de muñeca que a mi no me sale y me ganas a los dados con tus trucos baratos.

La expresión de frustración se borró de su rostro en cuanto escuchó el comentario de la borra de café, iba a contestarle que ella podría leer la borra de café y no solo predecir una catástrofe sino cumplirla, pero la cara bufonesca fue mas fuerte que ella y largó una carcajada. Caminó hasta él, tomo su rostro con ambas manos y besó sus labios con intensidad.

Nunca dejes de hacerme reír. -Dijo con una sonrisa con su rostro muy cerca. Y antes de escuchar otra broma por parte de su marido, probablemente incluso peor que la anterior, se dirigió a la cocina a preparar el café y el té.

Llegó al living desde el acceso a las salas de enseñanza. La sonrisa en su rostro y la expresión en su cara demostraba que había logrado una nueva víctima entre los estudiantes de Ezequiel. No solamente flirteaba con ellos porque la mayoría estaban bastante buenos, sino porque lograba que se muestren interés por el Tarot y cuando mas o menos los tenía comiendo de su mano, les hablaba del ocultismo New Age barato que podía encontrar en cualquier revista de barrio y les hacía creer que ahí estaban los verdaderos conocimientos ocultos sobre la vida. Cate sabía perfectamente que era toda basura marketinera, pero amaba ver a Ezequiel ponerse loco cada vez que un chico volvía a hablar de rituales que incluían una manzana, un espejo y una vela a la media noche para invocar a un espíritu.

Pasaba por el Living para dirigirse hacia su habitación cuando vio a Ezequiel sentado en la mesa.

¿Y Eze? ¿Ya se despertó el Dormilón o todavía sigue "Reposando"? jajaja - Eran constantes las bromas de Cate a Eze por el nombre de la Capilla. ¿Podemos despertar a Almorávide así yo también descanso un poco? "El Reposo de Cate" no suena nada mel, ¿Eh?

Yo no le puse nombre a la Capilla, borrega. Y, no, no podríamos ponerle El Reposo de Cate porque es necesario que la Capilla tenga algo que ver con las TRADICIONES. Tradiciones, ¿te suena? Donde agarran tu súper bola 8 y tus trucos de tarot barato y los convierten en algo de verdad. Tengo varios textos de tarot que pueden enseñarte más que Hernán, el tipo que tira el Tarot en el parque, claramente tu mentor y guía espiritual.

Le sonreí para que no se enoje. Cate y yo teníamos una pequeña guerra dialéctica en relación a la pertenencia, guerra que yo nunca ganaría. Pero no por eso me privaba de tirarle algún palito. Ya era una gran maga, quizás con algo de disciplina sería mejor.

¿Te apuntas a una partida de generala? Podemos probar efectos de Entropía para hacerla más entretenida.

Le dediqué una mirada desafiante.

¡Ojo con Hernan que es un tipazo, eh! No ve nada en las cartas pero ve un montón en la cara de las personas, un estafador de primera. Estaba convencida de que él era alumno tuyo...

Sonrió con cierta malicia y se sentó a la mesa frente a Ezequiel. Agarró los dados y los miró con cuidado, enarcó una ceja y los lanzó, sacando una generala de 3.

Con razón Fatima no quiere jugar a nada con vos. Trae dados nuevos y te enseño a torcer las probabilidades a tu favor sin necesidad de una varita mágica, Harry...

Me paré con la parsimonia que me caracteriza y miré a la imprudente hechicerita a la cara. Esbocé una sonrisa y fui a buscar otros dados. 

Me senté frente a ella.

¿Queres apostar? ¿Qué tan mágico lo hacemos?

Volvió de la cocina con dos tazas humeantes. Una llevaba té, para ella, y la otra un café turco, con borra tal cual Ezequiel lo había pedido. Fue hasta la mesa y dejó la taza delante de su marido, para luego mirar a Cate.

Cuida tu mente, si la apuesta es grande seguro te caga por ese lado. Luego miró a Ezequiel. Voy a la biblioteca a ver que esta haciendo Samira. No hagas demasiada trampa.

Dicho eso, se fue con su taza de té rumbo a la biblioteca.

Rió ante las palabras de Fatima. Ezequiel tenía tanta fama de tramposo que ya nadie podía tomarlo en serio. Le sacó los dados de las manos a Ezequiel para inspeccionarlos antes de empezar. Cuando estuvo satisfecha, los lanzó sobre la mesa con un resultado totalmente al azar. Satisfecha, los dejó ahí.

Apostar, ¿Eh? Siempre quise que llegue este momento. Si yo gano vas a tener que hacer tus efectos mágicos con la varita de Harry Potter que te regalé para navidad delante de una cámara. Sonrió con malicia a Ezequiel. Si, si, sé que te podría pedir viajes, cenas en lugares costosos y cosas así, pero nada de eso te cuesta un solo peso a vos. Si vamos a apostar, que sea en serio.

Está bien, yo accedo a esa pavada. Pero si vos perdes, te vas a vestir de SER HUMANO durante un año Y vas a acceder a aprender magia de verdad. Todo o nada. ¿Qué decis, Cate?

Pobre... ya tenía varias trampas de Mente pensadas. Ella vería los dados que yo quisiera que vea. Era solo mover las manos al tirar los dados. Era MI capilla después de todo. Igual tenía que ser honesto. Después de ganarle iba a decirle que fue un truco y anular la tonta apuesta. Pero quería ver el miedo en su rostro si se arriesgaba sabiendo lo que le pasaba si perdía.

Abrió grande los ojos cuando escuchó la apuesta y frunció el ceño con disgusto.

¡No! Ni en pedo. Como máximo lo hago un día, me visto con la ropa que vos me regales y asisto a alguna de tus clases. Que lindo sería estar en una clase de Eze para Cate. Algunos de los alumnos con los que se había acostado iban a estar ahí, era toda una oportunidad para fastidiar a Ezequiel incluso mientras trabajaba. Internamente Cate sentía que era ganaba en cualquiera de los casos.

Agarró los dados y los sacudió en su mano, acercó los labios y sopló en el interior. Para la buena suerte... Sonrió y entre risas. Cuando lanzó los dados todos dieron el mismo resultado. Una generala de 1.

Para hacerlo divertido pensé que podíamos hacerlo en escalera. ¿No? Te toca hacer una generala de 2. Cate sabía bien que la Entropía no era el fuerte de Ezequiel, exigirle así una generala era algo que iba a resultar difícil para su rival.

En fin, así que a esas jugamos. Seguro que la muy turra debía estar preparada por las palabras de Fátima. Había que seguir el juego y yo no era tan bueno en Entropía como ella. Así que había que usar trucos y más trucos para ganar la partida. Seguramente Cate no esperaba esta reacción así que sería más divertido. 

Bueno... Oh lo lo looon. Oh lo lo looon. ♪ 

Oh poderosos espíritus -mientras gesticulaba con mis manos...- Oh sempiternos sarasios inmateriales que nublan el cosmos con su poderosa presencia. ¡Apresentaos ahora -...y hacía cálculos matemáticos- y ayudad a este humilde servidor! 
Fingí un trance de entrecasa mientras rastreaba mentalmente los números que había asignado a uno de mis estudiantes. Sabía que a Cate le gustaba porque la había visto relojeándolo, y casi estaba seguro que se lo había llevado al catre.  Así que le puse el impulso de ir a comerle la boca. Y así pasó. El joven entró a la sala, la vio a Cate que se sorprendió -ya que estaba viendo la parafernalia sarásica que estaba realizando- y le estampó un tremendo beso.
Yo por mi parte intenté cambiar los dados y lo hice, pero la verdad, no sé si ella se dio cuenta. Tiré los dados, claramente no salió una generala de 2, pero moví burdamente los dados rogando que ella no se percatara.

Ahí está. Generala de 2. Veo que te gusta mi estudiante, borrega. 

Puse una mirada de negociador avanzado...

Se llevó una mano a la boca para evitar reír socarronamente en cuanto Ezequiel empezó a hacer sus pavadas. Se terminó tapando los ojos para no verlo, sino no podría contener la risa. Internamente lamentaba no haber traído una cámara en ese momento. Cuando abrió los ojos vio a Dany, uno de los estudiantes de Eze con quien ya había tenido algunos encuentros furtivos. Normalmente los estudiantes no podían entrar a la casa, por lo que la tomó completamente por sorpresa a Cate. El muchacho caminó hasta ella decidido, la agarró por el rostro y le comió la boca con deseo.

Cate, totalmente sorprendida, contestó el beso. Sin embargo, cuando escuchó que Ezequiel había tirado los dados, intentó separarse de Dany, quien oponía resistencia. Abrió los ojos y se torció justo para ver como Eze acomodaba los dados. Cuando se separó de Dany, mordió despacio el labio de su compañero y miró a Eze.

¡Sos un tramposo!

Dany la miró, no entendiendo porque no le estaba dando bola. A lo que Cate volvió a mirarlo.

¿No deberías estar estudiando, Dany? Andá, después paso por tu cuarto y charlamos. El joven la volvió a besar y ella le correspondió. Luego, se retiro.

No creí que podías caer tan bajo, Eze. En serio. Bah, no. En realidad si puedo creerlo pero no deja de sorprenderme lo creativo que sos para cagar a los demás, jajajaja.

Agarró los dados y volvió a mezclarlos en su mano. Esta vez, tiró dado por dado. Todos mostraban un 3.

La miré a Cate con la certeza de quien sabía que estaba en una situación difícil. Mis trucos estaban fallando así que opté por jugar donde ella prefería: en la magia. 
Me paré y tomé un anotador. Cate se impacientaba mientras Fátima sabía que al fin íbamos a combatir mago vs mago. Le sonreí a mi esposa y a mi contrincante. Este "certamen" artificial tenía que seguir su curso. 
Tomé los dados y pronuncié unas palabras en enochiano. Con ellas, cargué una guarda de Mente: un truco pequeño para que Cate viera una generala de cuatros y quisiera tomar los dados para tirar al instante. Era una urgencia, un pequeño impulso y no mucho más. 
Seguí mi pronunciación, Fátima sabía que estaba haciendo dos efectos pero confiaba en que ella no diría nada. Y que Cate no se diera cuenta. 
Lancé los dados y noté que había un interesante efecto, y que con mi arte solo en el azar no iba a alcanzar. Así que activé el efecto secundario. Cate vio la tirada, se enojó tal como yo esperaba por el resultado -porque estaba casi segura que no lo iba a lograr- y tomó los dados con celeridad.

Hey, si agarras los dados antes de que vea los números se complica... Pero bueno, era una generala de 4s y lo sabes. ¿Queres seguir? Tus trucos de copetín no funcionan contra un mago de verdad. 

Ahora debía estar enojada.

Agarró los dados con celeridad sin siquiera llegar a mirar el resultado. Ni siquiera se había percatado de su urgencia por levantar los dados hasta que estos comenzaron a rodar por la mesa. Las palabras de Ezequiel solo recibieron por respuesta una mirada desaprovadora de su parte, con los ojos entrecerrados.

¿Mago de verdad? Vos tenés mas fiestas infantiles encima que el Sapo Pepe. Deja tus trucos baratos de lado y acepta que no sos capaz de hacer una generala de 6. 

Tenía los dados en una de sus manos y acercó sus labios a un orificio que generó con los dedos. Susurró con los ojos cerrados palabras que Ezequiel no llegó a escuchar. Le tomó varios segundos la conjuración y cuando por fin alejó su rostro de las manos, sonreía cual grinch. Lanzó los dados con una generala de 5s, tal cual le correspondía.

Tu turno, Eze... y no te olvides nuestra apuesta.

Pero que pendeja impertinente. En fin. Yo que iba a ser honesto y darme por vencido... Esto debía seguir. Imaginaba que Cate había pensado alguna trampa miserable digna de mí. Alguno de esos trucos rastreros que ella, no lo iba a reconocer nunca, había aprendido del mejor.
Me la quedé unos instantes mirando, como un jugador de poker mira a sus rivales. Cate estaba muy confiada. Demasiado confiada. ¿Qué te traes en tus manos, Cate? pensé.
Me puse un dedo en la boca y pronuncié un sencillo conjuro en egipcio para sentir alguna variante en mi mente. Era algo básico del entrenamiento y servía para saber si había algo raro o no. Efectivamente, lo había. Igual Cate no podía vulnerar mis defensas mentales con facilidad, ella no era tan buena en Mente. A no ser que... Le dediqué una mirada a mi esposa y me reí. ¿Las dos en contra mío, eh? Por suerte esto no era nada, porque si lo fuera me hubiera aterrado. ¿Dos enemigos complotados contra mí? No, la verdad que no.

Aproveché la situación para mandarle una imagen mental a ambas. Esperaba preguntas.

Tomé los dados y con un movimiento de manos, uno de esos pases mágicos para hacer trucos de salón, pero muchas veces útiles en situaciones rápidas, lancé los dados sobre la mesa. Pero estos nunca cayeron.

Oops.

Cate me miró con cierta desesperación y bronca. Antes de que pudiera preguntar dónde estaban los dados, estos cayeron sobre su cabeza y luego al piso.
Como era de esperar, eran todos 6s. Pero yo ni me digné a mirar los dados. Solo tenía una sonrisa ancha para mis dos enemigas.

Creo que gané, ¿No?

Miró a Eze con clara molestia por recibir los dados en la cabeza. Se agachó y levantó los dados, dejándolos en la mesa con el mismo mal humor.

No, no ganaste. Empatamos, los dos hicimos las 3 generalas. Y... Agarró uno a uno los dados y se los tiró al cuerpo a Eze, sin mucha fuerza, solo para molestarlo. ¡No deberías darte cuenta de mis trucos robados de vos! Tuve una buena idea y vos la descubrís, no sirve así.

Habló a través de su enlace mental con Ezequiel, al haberle dado acceso a Cate a su mente para acceder a la de Ezequie, ella podría escuchar sus pensamientos con la misma fluidez.

Fue una gran idea, Cate. Digna de Ezequiel. Claramente está influenciando demasiado en vos pasar tanto tiempo con él, deberíamos agarrar su tarjeta de crédito e irnos unas vacaciones juntas para purgar su mala influencia de nosotras.

Las dos mujeres rieron en la mente de Ezequiel. Como siempre, a costas de él.

¿Quien es esa chica, Eze? Nunca la vi en mi vida. Por los rasgos parece Musulmana. ¿Tengo que recordarte que NO podes ser polígamo?

Opté por hacer algo que las dos mujeres no estaban haciendo: hablar. Me puso muy contento que Cate estuviera haciendo trucos viles para ganar. A veces no quedaba otra que esa solución, uno en general trata de ser honorable pero cuando aparecieron las armas de fuego medio que se murió el honor. 

Cate querida, te felicito por tus trucos de salón y considero que ganaste, al menos moralmente. No obtuviste la victoria que deseabas por ende no voy a usar tu estúpida varita de Hogwarts, ni te voy a obligar a vestirte cómo la sociedad manda.

Y me alegra saber que se te pego lo de tener un as bajo la manga. Siempre es bueno tener uno. Y sino, al menos buscar soluciones alternativas cuando los tradicionales no funcionan. Siempre, siempre es necesario, por más ridículo que te parezca, buscar un aporte. Porque más de una vez lo "obvio" no va a funcionar. 

Ahhhh y amor... la chica es Nadia Rosencrantz. Nuestra hija. 

Sonreí a Fati esperando su reacción. Era una de esas cosas divertidas en las cuales no sabía si iba a arrojarme una bola de fuego o besarme. Así que me quedé viendo su reacción de sorpresa.