Partida Rol por web

| DESCRIPCIÓN DE FLETORD |

Casas colocadas estratégicamente a ambos lados de la calle principal, siendo las casas de los más adinerados. En los callejones de los alrededores existen casas más humildes, pero todas con las paredes hechas de roca y el tejado de color negro. Las más visibles tienen plantas en los ventanales para darles un toque de color.
La ciudad tiene dos puertas apostadas en la muralla que la rodea, una al norte y otra al sur de ésta, ambas vigiladas por cuatro soldados en cada una.

| DESCRIPCIÓN DE LA CASA DE GREY Y MARKUS |

Una de las casas humildes de un callejón de la ciudad, con la pared de piedra y el tejado negro, aunque más sencillas que las que había en la calle principal.
El recibidor lleva a un pasillo con plantas enredaderas por la pared y una alfombra granate en el suelo. Al otro lado del pasillo hay una puerta trasera que lleva a un pequeño establo donde tienen un caballo y un carro. En el pasillo también hay dos puertas que llevan a dos estancias diferentes, una que tiene una mesa y varias sillas junto a una chimenea, y otra que tiene una zona para cocinar a leña.
A un lado del pasillo también hay unas escaleras que conducen al piso superior, donde están los aposentos. En ellas hay colgados unos escudos con unicornios dibujados. Todas tienen una cama, un baúl donde guardar las vestimentas, espejo donde acicalarse y un pequeño rincón con una tina para limpiarse.

| JUGADA MASTER |

El sol ya estaba haciendo su aparición en el horizonte cuando comenzó la actividad en la ciudad de Fletord. Las mujeres se apresuraban para comprar comida y los hombres hacían su trabajo de todos los días. Algunos eran mercaderes, otros restauraban las casas por un módico precio y otros sin embargo trabajaban las tierras que tenían en los alrededores de la ciudad.
El cielo estaba completamente despejado y el sol brillaba con gran intensidad a pesar de estar amaneciendo aún. Parecía que aquel sería un día caluroso de verano y todos lo sentían. Había dos personas en Fletord que aquello lo consideraban como una buena señal: Grey y Markus.
Llevaban siglos escondidos en la ciudad, ocultando con su larga cabellera sus picudas orejas para que nadie reconociera que eran elfos. Grey y Markus no sabían cuántas personas sabrían que el Rey perseguía a dicha raza para aniquilarlos, de modo que era mejor prevenir. Poca gente conocía que existiera tal raza.
Grey llevaba tiempo sin recibir noticias de su querido amigo Jack. Normalmente se contaban los últimos acontecimientos mediante misiva, igual que hacía Grey con Risk, el Líder de los Elfos. Sin embargo, Jack parecía estar ausente y su amigo Grey empezaba a preocuparse. Podía ser que no hubiera novedad alguna, pero la falta de noticias podía llegar a ser muy inquietante.
Esa mañana se encontraba con Markus tomando un desayuno ligero en el pequeño comedor.

[ COMEDOR ]

Grey estaba comiéndose un plátano con algunos zumos de frutas junto con su amigo Markus. Desayunando tranquilamente en el comedor de su casa. Como siempre, su rostro parecía feliz, sin embargo, algo preocupaba al elfo que se mantenía escondido en aquella ciudad.

Su amigo, Jack, no había escrito ni una mísera carta desde hacía ya bastante tiempo, y eso le preocupaba mucho a nuestro amigo elfo.

El blondo y pelilargo elfo, levantó la mirada de la mesa para mirar a su otro amigo, Markus, que allí estaba, y le sonrió. Aunque sus ojos mostraban preocupación, y eso era muy fácil de adivinar por su amigo allí presente.

- Oye, Markus, estoy bastante preocupado por Jack. Hace tiempo que no recibo ninguna misiva de él, y la verdad, es que necesito saber como está. Sus cartas llegaban siempre, por lo menos, una a la semana, y hace casi un mes que no sé nada de él. Tengo miedo que le haya pasado algo. -

[ COMEDOR ]

Markus había estado tomando su desayuno con un aire ausente, pensativo. Tenía bastantes cosas en la cabeza, aunque nunca se dejaba arredrar por eso. Lo mejor era ir encargándose de ellas una a una, para no desfallecer. Y, por supuesto, el momento de la primera comida del día era sagrado, así que su semblante era tranquilo. Cuando Grey le dijo aquello sobre su amigo, tampoco mostró signos de estar preocupado.

- Seguramente esté ocupado, Grey -respondió, volviendo a concentrarse en los frutos del bosque que aún había en su plato-. Por eso no habrá podido escribirte. Siempre puedes enviarle tú una carta y preguntarle cómo le va últimamente... Así te responderá y saldrás de dudas.

El sol subía en el cielo poco a poco, y el elfo de pelo negro sabía que pronto tendría que dejar ese momento de paz y dedicarse a sus quehaceres. Pero siempre con la prudencia de saberse miembro de una raza perseguida, lo cual no era muy alentador...

[ COMEDOR ]

- Oh, venga ya, Markus. - Respondió el rubio. - Sabes que somos gente de costumbres y que si no me ha escrito ya, tiene que ser por una buena razón. Y esa razón es la que me preocupa. Si se ha embarcado en alguna cosa rara y no me lo ha comentado... bueno, comprenderás que me ponga un poco nervioso todo este tema. -

Grey bebió un poco más de zumo de bayas rojas que tenía en su vaso, y se limpió la comisura de los labios con una servilleta.

- Pero seguiré tu consejo. - Continuó. - Le escribiré, pero si no recibo respuesta, iré a ver que demonios le ha sucedido. No puedo dejar que la preocupación me consuma. -

| JUGADA MASTER |

Mientras Grey y Markus conversaban, intrigados por la falta de noticias de Jack, unos tambores sonaron en el exterior. En la calle principal se habían congregado casi todos los habitantes de Fletord, unos porque pasaban de casualidad por el lugar y otros llamados por el sonido de los tambores. Un grupo de soldados, con la serpiente verde dibujada en su pecho (emblema del Rey), tenían rodeado a un hombre de cabello corto, aproximadamente por los hombros. El color oscuro hacía juego con sus ojos negros. Tenía la mirada perdida en el suelo, con la cabeza agachada y sus vestimentas marrones rasgadas por varios sitios. Sus orejas picudas asomaban ligeramente entre su cabellera. Era evidente que tenía las manos atadas a la parte de atrás de la espalda. Dos bestias horrendas custodiaban al detenido. Eran increíblemente horripilantes. Parecía que la piel se les hubiera derretido en algún momento de su existencia y se hubiera secado justo cuando el cúmulo de piel se deslizaba hacia abajo. Eran deformes y marrones, tanto su cuerpo como sus vestimentas. Tenían el pecho cubierto por una armadura negra, una espada en el cinto y una daga en la mano, amenazando con ella al detenido.
Uno de los soldados extendió un pergamino que llevaba en la mano y comenzó a leer en voz alta para que todos pudieran escucharlo.
- En nombre del Rey de la Tierra Media, señor de todas las tierras, señor de toda existencia que viva en su reino y señor de la oscuridad, se ha condenado a éste hombre por pertenecer a una de las razas que luchan por destronar a nuestro Rey. Éste elfo va a ser ejecutado bajo la atenta mirada de los presentes para dar ejemplo de lo que sucede cuando alguien es contrario a nuestro monarca- finalizó el soldado sonriendo maliciosamente.
La gente no intentó detenerle y tampoco protestó. Era habitual que se ejecutara a gente que había robado, había engañado a algún mercader, o había cometido algún delito, pero nunca habían ejecutado a alguien por ser un rebelde. Todos estaban atónitos.

[ COMEDOR ]

- ¿Pero qué... ? - Dijo Grey mientras se asomaba por una de las ventanas para ver el espectáculo. - ¡Markus! ¡Ven aquí! Maldición... - Los ojos élficos de Grey se posaron sobre las orejas picudas del hombre que estaban a punto de ejecutar. - ¿Lo van a matar por rebeldía? Por todos los Dioses Élficos... -

Grey estaba fuera de si.

No podía permitir que eso sucediera, pero si hacía algo, se daría a conocer, él y Markus, y tendrían que abandonar la ciudad... y además estaba ese resquemor a que todo sea una argucia para capturarlos a ellos... y no podía decidirse...

[COMEDOR]

Markus se aproximó a Grey cuando este le llamó, aunque sabía muy bien lo que iba a ver. Otra ejecución. Cuando se capturaba a un elfo, la ley era implacable.

- Atenta mirada de los presentes... -masculló Markus-. Como si no supieran perfectamente los presentes y los no presentes lo que les ocurre a los que se oponen al Rey. Bien, no veo qué podemos hacer desde aquí y sin medios. Además, nos arriesgaríamos demasiado a descubrirnos y seríamos un añadido magnífico a su particular fiesta macabra...

A Markus aquella situación no le gustaba nada, pero era demasiado peligroso intentar intervenir. Casi sin darse cuenta, echó un vistazo a todo lo que rodeaba al cautivo y sus ejecutores, sólo por si se le ocurría alguna cosa... pero estaba prácticamente seguro de que sería en vano.

| JUGADA MASTER |

El soldado que había leído el comunicado del Rey le hizo una señal a las bestias horripilantes que sujetaban al elfo. Nunca se habían visto aquellas criaturas y nadie sabía de dónde habían salido. Desconocían su nombre, la raza a la que pertenecían y por qué obedecían al Rey repentinamente. Era un enigma para todos, pues eran conscientes de que los elfos eran inmortales y no podían morir a menos que los matara alguien muy poderoso. Las bestias obligaron al elfo a arrodillarse sobre un tronco de madera que habían colocado en el suelo. Mientras lo hacían el elfo levantó la mirada y la dirigió hacia los que le observaban desde la ventana, Grey y Markus. Su mirada no era de súplica, no estaba implorando ayuda, sino despidiéndose. Las bestias blandieron sus espadas y le cortaron la cabeza. Ésta rodó varios metros por el suelo mientras la gente se apartaba horrorizada. Los más fuertes no dejaron de mirar la escena, las mujeres y niños la habían apartado antes de que lo decapitaran.
- ¡Que sirva de ejemplo, todo aquel que se rebele contra el Rey acabará como él o peor!- exclamó el líder del grupo de soldados, mientras ataban el cuerpo con una cuerda y se lo llevaban arrastrando, a paso firme. Todos sabían que el cuerpo iba a ser expuesto ante todos clavado en un poste. Así lo hacían con todos los condenados, pero muchos de los habitantes se hacían la misma pregunta: ¿de dónde habían salido esas bestias y por qué habían podido matar al elfo?

- Malditos... - Masculló entre dientes Grey mientras miraba a Markus. - Esto no va a quedar así. No voy a permitir que muestren el cuerpo de nuestro hermano en la plaza para que todos sepan lo que ha sucedido. Esto se acaba aquí y ahora. -

Grey frunció el ceño.

Tampoco le gustaba la manera tan fácil y rápida con la que habían matado a ese elfo.

Seguro que había algo allí detrás, algo poderoso... algo más allá de su entendimiento. Pero si podían matarles así de fácil, ese era un gran problema para toda su raza.

- ¡Vamos! - Le dijo a Markus mientras saltaba por la ventana con el arco preparado, y mientras caía, sus flechas volaban hacia los que acababan de asesinar a ese elfo sin contemplación.

Le daba igual pelear contra toda la ciudad, este crimen no iba a quedar impune, y ese elfo recibirá una especial sepultura.

[VENTANA COMEDOR]

Antes de que Markus pudiera impedirlo, su compañero se había lanzado a castigar a los autores de aquella ejecución. El elfo de pelo oscuro alzó una mano demasiado tarde.

- ¡No, esp...!

Pero fue inútil. Todo lo que podía hacer era echar a correr o ayudar a Grey, y en un acto reflejo optó por lo segundo. Apoyó un pie en el alféizar de la ventana, sin tener ni idea de lo que estaba haciendo, mientras sacaba su arco. "Maldita sea, esto no me gusta", pensó.

Pero ya estaba hecho. Sólo quedaba luchar con todas sus fuerzas y después desaparecer rápidamente antes de que las cosas se pusieran aún más feas.

| JUGADA MASTER |

Grey no dudó ni un instante al ver la injusticia que se estaba cometiendo contra aquel elfo. Iban a exponerlo delante de toda la ciudad, humillándole a pesar de estar ya muerto. Saltó por la ventana lanzando flechas con su arco. Cada una de ellas acertó en el grupo de soldados que cayeron al suelo sin vida. Las bestias horrendas y con apariencia de estar derritiéndose se dieron la vuelta. Vieron que Grey y Markus iban en dirección a ellas y prepararon sus armas, concretamente sus arcos. Cargaron flechas y las lanzaron directamente hacia los dos elfos que corrían por la calle. Deberían ser muy ágiles si querían evitar que las flechas impactaran en sus cuerpos.

[ CALLE ]

Hoy no, malnacidos. Pensó el Elfo mientras estiraba uno de sus brazos hacia delante, con la palma abierta, intentando crear un escudo que lo proteja a él y a Markus de las flechas que venían hacía ellos.

- ¡Markus! ¡Yo te protejo! ¡Destruye esas bestias inmundas! -

Pero aún así, continuó corriendo mientras extraía la espada de su vaina, dispuesto a luchar contra esas criaturas.

| JUGADA MASTER |

Las flechas iban a toda velocidad en dirección a los dos elfos. Las bestias aún no sabían que pertenecían a dicha raza así que se limitaron a defenderse de su ataque. Grey fue el primero en reaccionar y no dudó en utilizar su magia para protegerse a sí mismo y a Markus. El escudo protector dio resultado y se creó una burbuja transparente alrededor de ellos que duraría bastante tiempo. Las bestias estaban sorprendidas al ver el encantamiento convocado por aquel ser y se dieron cuenta que al bajar por la ventana sus cabellos se habían deslizado ligeramente, descubriendo sus picudas orejas.
- ¡A por ellos!- gritó una de las bestias, seguido de un alarido que lanzaron las otras. Blandieron sus hachas en el aire con un movimiento amenazante mientras corrían hacia ellos.
Los habitantes de Fletord habían decidido refugiarse en sus hogares al ver la pequeña lucha que se avecinaba. Ni siquiera se asomaban a las ventanas por miedo a que les impactara alguna flecha. Las bestias no dudaron en lanzar sus dagas para intentar romper el escudo protector pero éste era demasiado fuerte y las armas cayeron al suelo delante de los dos elfos. A pesar de eso las bestias no se detuvieron y corrieron al encuentro con sus enemigos. Una de las horribles criaturas sacó un cuerno que llevaba atado a la cintura y se dispuso a dar la voz de alarma.

[ CALLE ]

- ¡Markus! ¡Dispárale al cuerno! - Grito Gray mientras blandía su espada. - Vamos a darle su merecido a estas criaturas. ¡Les haremos saber con qué clase de elfos no tienen que meterse! -

Y haciendo un giro de su espada, mantuvo la posición, esperando que sea el enemigo quién se acerque a ellos, así Markus tendría la posibilidad de asaetear a varios antes de que lleguen a un combate cuerpo a cuerpo.

[CALLE]

Markus no se lo pensó dos veces y preparó su arco a la vez que sacaba una flecha de su carcaj. Había que silenciar a ese maldito engendro antes de que lanzase sobre ellos a todas las fuerzas de la ciudad. Puso la flecha en la cuerda, apuntó y se concentró en utilizar su poder mágico para dirigir un tiro letal a la garganta de su enemigo. Le sería difícil soplar un cuerno en esas circunstancias...

Mientras lo hacía, ya que disparar un arco era para él tan familiar como respirar, sopesó las opciones de la lucha e intentó asegurarse de cuántos enemigos venían hacia ellos. Siempre era mejor tener a los rivales controlados.

| JUGADA MASTER |

El lanzamiento con arco de Markus fue tan letal para aquella bestia que no sólo se le quitaron las ganas de hacer sonar el cuerno, sino que empezó a desangrarse. Fue entonces cuando se dieron cuenta de lo raras que eran aquellas bestias pues su sangre no era de color rojizo: una mancha azulada comenzó a impregnar las vestimentas de aquella criatura poco a poco, a pesar de que sangraba abundantemente.
Casi no les dio tiempo de asimilar la nueva imagen pues un grupo formado por tres soldados y dos bestias corría hacia ellos. Estaban a pocos metros y eran muy rápidos, las bestias más que los soldados, que se fueron quedando atrás.
De repente, un pequeño pájaro negro se posó en el hombro de Grey y éste se dio cuenta que era el pájaro utilizado para cartearse con Jack. Al parecer había nuevas noticias desde Plenisford pues tenía un pergamino atado a la pata, pero no había llegado en el momento oportuno.