Partida Rol por web

Aunque no me parecían bien los métodos de Etien, no le deseaba ningun mal, por lo que me preocupé un poco a ver lo que le sucedía. Pero en fin, si era su decisión nadie tenia el derecho de tratar de convencerlo. 

- Cuidate. - Le dije dandole una leve palmada en el hombro.

Reacomodé el espadón en mi espalda y me volví hacia Lautrec. Le di un breve asentimiento de aprobación y seguí por el camino junto al resto. 

-Bueno, lo mejor seria que todos descansarais esta noche, voy a hablar con los que os mencione antes, para que vayan preparando la casa-os dice Filiberto, mientras entra en una de las casas.

[...]

-vale, han dicho que no tiene problema, pero agradecerian un poco de colavoración en las tareas de la casa mientras os hospedeis en ella

La pelirroja se alegró bastante del cambio de poder, aunque no lo mostrase por fuera. Así que esperó a que Filiberto les consiguiese un sitio donde descansar, cuando volvió el hombre y dio la información se encogió de hombros mostrando indiferencia. 

-No tengo problema con ello, ya que nos hacen el favor de acogernos...

-Claro, no hay problema- total, si no tenía ganas de hacerlas a mano siempre tenía otras formas de hacerlas o librarse.

- Me parece bien. - Seria como estar de vuelta a mi infancia, haciendo las tareas del hogar a cambio del hospedaje y el entrenamiento. 

- No pretendía que me dieran alojamiento sin nada a cambio, así que por mi no hay problema

Filiberto os guia a una de las casas, donde una pareja os recibe con cierto malestar en la cara, claramente no esperaban visita, pero vuestro guia los debio convencer con algun que otro favor que le debian. El hombre, dejando claras sus intenciones, pregunta:

-¿Y hasta cuando pensais quedaros?

Etien le había colgado el marrón a él, lo malo no era servir de enlace y comunicar, si no que tenía que ser el líder efectivo del grupo.

-Queremos quedarnos el mínimo tiempo posible. No queremos abusar de su hospitalidad, la idea es que mañana continuaremos nuestro camino. Excepto por un miembro de nuestro grupo que necesita reposo. El caso es que también nos gustaría hablar y poder hacer algunas preguntas.... incluso podemos compensaros o ayudaros, siempre y cuando sea en beneficio de nuestra búsqueda- no había que olvidar que en principio querían ir a la aldea para buscar información sobre los Lim Shide, sobre sus armas y toda la información que pudiera esconder el bosque sobre ellos

-¿Quereis hablar, dices?-gruñe el hombre-¿Y de que quieres hablar? Aqui no hay mucho que contar, somos un pequeño pueblo tranquilo que no se mete en los asuntos de la capital. Se podria decir que somos "un mundo aparte"...

Una vez más Lautrec pensó que igual había actuado un poco rápido, podría haberse limitado a meterse en su mente y ver lo que quería, pero eso podía ser demasiado arriesgado, especialmente con alguien que les estaba siendo relativamente amable.

Empezó su respuesta -Precisamente por eso, en la capital no tenemos muchas noticias sobre estas zonas, y estamos buscando a quien pueda tener información sobre ciertos objetos. Todo el asunto está muy relacionado con los Lim Shide- acababa de darse cuenta de que Fil podría contarle cualquier cosa sobre aquello ,así que era mejor mostrarse abierto -Y hemos venido a las tierras natales de sus mitos y leyendas para buscar sus conocimientos. Si pudiera compartir cualquier información, o decirnos donde encontrarla, les estaríamos muy agradecidos.... y puede que no solo eso. Todo lo que sabemos hasta el momento es que estamos relacionados con ellos de algún modo, y que un amigo nuestro, que no se encuentra ahora aquí, proviene de una zona cercana, quizás reconozcáis el nombre de Fenix, o a su tío, él lo llamaba Zif - añadió toda la información mientras recordaba que tenían carta blanca para gastar dinero, y si aquel hombre tenía dos dedos de frente, y sabía algo sobre los mitos, sabría que seguramente venían a por las armas de leyenda, quizás incluso podría reconocer la que ya tenían.

Me mantuve a un lado mientras Lautrec exponia nuestras intenciones al hombre que nos daria alojamiento una noche. No es que fuese partidario de ir soltando infomración en teoria secreta a bombo y platillo, pero Etien lo habia designado lider, asi que él sabria. 

El espadón pesaba como un muerto, y estaba bastante cansado. Las heridas del combate anterior me habian dejado bastante tocado, y me hacia falta descansar. Aun asi me mantuve a la espera de ver como llegaba esa conversacion al final. 

-¿Fenix?¿Zif?-el hombre arquea una ceja, con curiosidad-Hace semanas que no se de ese pequeño demonio.¿Esta bien?¿Se come sus verduras? Este chico siempre me las deja en el plato...-hace una pausa, y con un estado de animo mas alegre, se presenta-Soy Zif, sacerdote de la iglesia de Lillium en Alberia. ¿En que puedo ayudaros?

- Fénix nos dijo que usted podría proporcionarnos información acerca de esos artefactos; cualquier dato que pueda darnos sobre su localización, historia o capacidades será bienvenido -respondió Nüll al sacerdote. Esperaba que el viaje no hubiera sido en vano, pero seguramente aquella criatura que habían encontrado en el bosque era señal de que no estaban en mal camino.

- Si, necesitamos información de las armas de leyenda. - Corroboré las palabras de Null ya que le habia hablado de lo que buscabamos. Creia que se podia confiar en él. aunque el que debia decidir si contarle lo de la profecia, seria Lautrec, si no lo sabia ya el sacerdote.

Reacomodé la pesada espada que llevaba en la espalda, sentia que no debia de separarme de ella ademas de que por alguna razón no queria hacerlo. Puede que estuviese destinado a llevar esa espada. Si tuviese un buen rato de descanso y pudiese concentrarme y meditar tal vez lograria una comunión con la espada.

Lautrec contuvo una carcajada. A la primera habían encontrado una buena fuente, después de contenerla casi se preocupó de tantas casualidades, después tendría que compartir con Zif lo del ataque.

-Precisamente, como puede comprobar el grupo en general está bastante ansioso por saber más. En cuanto a Fenix está bien hasta donde yo sé, haciendo lo mismo que nosotros pero por otra parte, es mejor no entrar en detalles- añadió para no dispersar la conversación y seguir con el tema de las armas.

El anciano se recuesta en una silla, como si de golpe se viera agotado y dice, como si le costase algo hablar.

-Las armas de leyenda...  ¿te refieres a las de los Grandes Semidioses? Me parece que ese es un asunto muy serio para que unos chiquillos se interesen. ¿Quienes dijisteis que erais?

Antes de daros tiempo a contestar, su mujer entra en la habitacion, con los brazos en jarras y os dice:

-Chicos, ya es de noche, iros a la cama, ya hablareis de vuestras aventuras mañana.

Dejando claro quien es la que manda en la casa, la mujer os acompaña a un par de habitaciones, donde en una habia instalado 3 modestas camas y la otra, claramente propia de un chico joven(ejem, Fenix) se la cede a Narsharz. 

-Por la mañana os despierto para que podais seguir con vuestra conversacion, pero por ahora, a dormir.

-Bueno chicos, parece que hemos acertado de pleno.- dejó caer mientras se dejaba caer en una cama, pensaba que tendría que montarse un jergón con lo que pillara, aquello estaba saliendo bien, Zif tenía que tener gran parte de la información que necesitarían.

- Si... Por fin un golpe de suerte. - Le dije a Lautrec. 

Dejé a un lado de la cama el espadón, y me puse cómodo, quitandome la armadura y quedandome con una camisa sencilla y unos pantalones. Estaba bastante inquieto por el sueño. Temiendo ya  la vez deseando que en mi vigilia se manifestara otra visión acerca del arma que portaba. Que me relevelase mas cosas y la manera de entrar en comunión con ella. pues presentia que estaba destinada a mi. 

Por pura costumbre me arrodillé a la derecha de la cama y musité unas plegarias a Dios, antes de introducirme en la cama y descansar... Aunque e metí en la cama a dormir, no solté la empuñadura del espadón que descansaba en el sueño. 

Nüll hizo un gesto de fastidio, que quedó escondido tras sus vendajes. Esperaba poder obtener la información en aquel momento, y en vez de eso los mandaban a dormir como niños pequeños. Él, desde luego, no tenía sueño y con dormir solo unas pocas horas tendría suficiente, así que optó por salir al exterior a dar un pequeño paseo por aquella zona. Quería ver que otras maravillas ocultaba aquel lugar.

Señora no son necesarios sus cuidados, los cuales agradezco enormemente, con el solo descanso de una noche en lugar donde reina la paz y la armonía me bastará, como es su casa y este pueblo.