Partida Rol por web

Izhan estaba al otro lado de la puerta cuando la chica entró, y tardó en darse cuenta de lo que estaba pasando.

Sin embargo, en cuanto ve a los bichos que se les acercaban, agarró bien su cayado y se lanzó al ataque.

Joder, no me quiero poner a lanzar hechizos a diestro y siniestro a estas alturas...

Esperaba no tener que llegar a eso, pero por si acaso preparó la mente para ello en cualquier momento.

 Ambos insectos se abalanzan sobre la chica rubia. Son muy rápidos y rápidamente la rodean, tratan de aguijonearla y huyen resguardándose de nuevo en unos pequeños nichos que hay en una pared.

Parecen muy ágiles y complicados de golpear. Y parecen tener siempre una macabra sonrisa en la cara. Lo cual molesta mucho a Sirenia cuando traspasan sus defensas para aguijonear con ellas la piel desnuda de la mujer.

Izhan estaba al otro lado de la puerta cuando la chica entró, y tardó en darse cuenta de lo que estaba pasando. Sin embargo, en cuanto ve a los bichos que se les acercaban, agarró bien su cayado y se lanzó al ataque.

Joder, no me quiero poner a lanzar hechizos a diestro y siniestro a estas alturas...

Esperaba no tener que llegar a eso, pero por si acaso preparó la mente para ello en cualquier momento. Da un pequeño paso hacia adelante para intentar golpear a los insectos, pero la cobertura ejercida por el nicho, no permite al hechicero acertar con su cayado.

 En el momento en que los insectos saltaron hacia Sirenia, ella apretó en su mano la daga, dió un paso atrás y esperó a que el  insecto más cercano se acercase para atacarlo con toda su rabia mientras pensaba:

-¿Pero qué narices...? No pienso morir aquí, tenedlo por seguro. 

 Viendo que aquél par de mosquitos parecía dispuesto a amargarle la noche, Sirenia se quedó quieta esperando a que volviesen a intentarlo, esta vez no la cogerían por sorpresa.

Como las acciones las pongo simultáneamente, dime que haces una vez te atacan... que lo van a hacer xD

 Una vez que me atacan, intento golpearles con la daga a ver si por suerte me llevo a alguno. 

Mierda, tengo que concentrarme o acabarán con nosotros.

 Ahora tenian dos objetivos. El hechicero estaba atacándoles desde una posición inferior mientras ellos se resguardaban, y la mujer estaba al final de la habitación, esperando. La primera de las avispas, a quién Izhan habia atacado, se volvió contra éste. Las otras dos atacaron a Sirenia. 

Mierda, tengo que concentrarme o acabarán con nosotros. - El hechicero aprovechaba la longitud de su cayado para tratar de alcanzar a las esquivas avispas mecánicas, mas la cobertura que les daban los nichos impedía una y otra vez que fuesen golpeadas. En ese instante uno de sus aguijones se clavó en el hombro de Izhan, quién sintió una ligera molestia.

 Viendo que aquél par de mosquitos parecía dispuesto a amargarle la noche, Sirenia se quedó quieta esperando a que volviesen a intentarlo, esta vez no la cogerían por sorpresa. Cuando es mosquito se acercó a ella, trató con fuerza de alcanzarle. Pero el bicho era muy rápido y Sirenia falló por poco. Sin embargo la estrategia era buena y el hecho de que no estuviesen a cubierto le daba algo más de oportunidad de alcanzarlas. 

La primera de las avispas que se abalanzó de nuevo sobre ella, traspasó sus defensas para herirla en el brazo. La segunda de ellas, esquivando el ataque de la pícara, perdió completamente el control y cayó de bruces contra el suelo.

En ese instante, sonó un ruido al otro lado de la puerta. Un hombre alto y fornido, portador de una gran armadura se asomaba por la p

uerta. Aaron pudo ver la situación: Un hombre luchaba en una esquina contra las avispas mecánicas y una mujer trataba por todos los medios de defenderse en una esquina, mientras otro par de ellas le rodeaban.
 

Hassam también apareció por detrás gritando:

- ¡Salid de ahi! ¡Solo protegen la tumba! ¡Si salis de ahi, no os seguirán! 

- ¡Salgamos de aquí!

Izhan retrocedió hacia la puerta mientras intentaba ahuyentar a los bichos con movimientos del cayado.

 Nada más escuchar a los recién llegados, Sirenia salió corriendo de la sala para comprobar si tenían razón. mientras corría pensaba:

-A ver si es verdad.

Aaron miró la escena con asombro. Realmente pensaba que habría algún no muerto, pero se encontró con dos personas que luchaban contra las mismas avispas que atacaron a Weelksy.

- ¡Cuidado, son venenosas! ¡Salid de ahí! Aaron no pensó en que pudiesen ser malas personas, y aunque lo fuesen no iba a dejar que las acribillasen. Se apartó de la puerta para dejarles paso libre. Cuando estuviesen a salvo les preguntaría qué objetivo les había traido hasta ahí, aunque primero deberían salir de ahí.

Las avispas intentaron una vez más clavar sus aguijones mientras el grupo comenzó a salir afuera. Una de ellas, continuaba tirada en el suelo aturdida y no hizo nada. Las otras dos se lanzaron cada una a por uno de sus enemigos.

- ¡Salgamos de aquí!

Izhan retrocedió hacia la puerta mientras intentaba ahuyentar a los bichos con movimientos del cayado.

 Nada más escuchar a los recién llegados, Sirenia salió corriendo de la sala para comprobar si tenían razón. mientras corría pensaba:

-A ver si es verdad.

Aaron miró la escena con asombro. Realmente pensaba que habría algún no muerto, pero se encontró con dos personas que luchaban contra las mismas avispas que atacaron a Weelksy.

- ¡Cuidado, son venenosas! ¡Salid de ahí! Aaron no pensó en que pudiesen ser malas personas, y aunque lo fuesen no iba a dejar que las acribillasen. Se apartó de la puerta para dejarles paso libre. Cuando estuviesen a salvo les preguntaría qué objetivo les había traido hasta ahí, aunque primero deberían salir de ahí.

Una vez los aventureros salieron por la puerta, uno de los insectos se acercó a ella, os miró como si os estuviese retando y una vez comprobó que no ibais a volver a entrar, cerró con un tremendo portazo.

Una vez fuera el grupo ya estaba a salvo. Hassam dió un paso hacia delante.

- ¿Quienes sois? ¿Qué quereis? ¿Sois saqueadores de tumbas?

Uy, solo era una, asi que te la cuento como salvada por el 15.

1d4 puntos a Destreza. Es decir, pierdes 1 punto a destreza temporal.

Aaron no bajó las armas en ningún momento, pero tampoco parecía mostrar una pose ofensiva.

- Identificaos. ¿Qué es lo que hacéis aquí? Mis palabras resuenan con tranquilidad, había que ver de qué tipo de gente se trataba antes de alzarse en armas contra ellos. No pongo un tono imperante en mi frase, sino con afán de saber quiénes son y qué hacen allí realmente. Al menos, esa era la aptitud que parecía representar el clérigo.

Miro de reojo las avispas y compruebo si salen del cuarto al mismo tiempo que observo a las dos personas que acabamos de encontarnos analizando si tienen alguna picadura o herida de algún tipo.

Ante las palabras del desconocido, Sirenia se aclaró la voz un instante y dijo:

-En mi caso, llegué a la aldea vecina después de que mis guardaespaldas muriesen durante mi viaje. Cuando llevaba poco tiempo en la taberna, este joven, a quien encomendaron buscarles aquí, se ofreció a escoltarme durante unos días a condición de que lo acompañase en su busca. Mi nombre es Sirenia, Sirenia Alagondar de Noyvern.