Nada más entrar en la sala, al poco de pedir algo de comer, un joven de ojos amarillos envuelto en una túnica rojiza se acercó a mi. Un rápido pensamiento cruzó por mi mente mientras examinaba al muchacho de un rápido vistazo con una media sonrisa en la cara. Sin embargo, al poco, cayó en la cuenta de que había algo sospechoso en tal presteza y respondió:
-Resulta grato oir tal entusiasmo por ayudar al prójimo... pero habéis sembrado en mi el germen de la duda... ¿Puedo preguntaros de qué se trata ese encargo tan importante?
pensamiento:
"-Me cepillaba niñas como tu en Luskan" XD
- Nunca está de más ayudar en el marco de las posibilidades a una mujer que necesite de mis servicios... Y sería un placer para mí poder viajar a vustro lado. ¿El encargo? Pues problemillas que le han surgido al alalde del pueblo, una serie de asesinatos que han acaecido en la zona y la desaparición de un grupo de aventureros. Simplemente quiere que los localice y los traiga de vuelta. Así que espero no tener demasiados problemas y solucionarlo cuanto antes... ¿Es un problema tener que esperar un poco hasta que acabe con ello?
-¿He de deducir por tanto que sois un aventurero? Es curioso, nunca había conocido a ninguno... cuentan que la mayor parte de ellos han vivido historias increíbles ¿Tenéis vos alguna?
Mientras hablo, miro con el rabillo del ojo a ver si la posadera me trae algo de comer.
- ¿Aventurero? Esa es una palabra muy generosa... Digamos más bien que soy un viajero, y que me gano la vida de las formas que puedo... Y si incluyen aventuras, pues sí, las vivo. Y más de una extraña me ha tocado soportar ya, la verdad. Pero, ¿y vos? ¿Qué hacéis en un pueblo como éste? Por mi parte si quieres conocer historias que he vivido tendréis que viajar a mi lado y os contaré las que queráis.
-Bien... supongo que en tal caso podréis garantizar mi seguridad. ¿Es así? Debo llamar vuestra atención sobre el hecho de que no soy muy útil en combate.
Master, las 2 dagas las llevo escondidas, ¿Te parece bien?
Perdón por no haberlo dicho antes.
No pasa nada, me parece bien...
- Para eso estoy yo aquí... No os preocupéis. Al menos tendré una compañía óptima a mi lado. Eso nos hará más ameno el camino. Por cierto, mis disculpas, no sé en dónde han quedado mis modales, aún no me he presentado. Mi nombre es Izhan, a vuestro servicio.
Con una inclinación de la cabeza, le rozó con la punta de los labios la muñeca derecha.
-Mi nombre es Samanta, caballero, encantada de conocerlo formalmente. Disculpad mi insistencia, pero ¿cómo vais a protegerme? No veo que portéis armas de ninguna clase... ¿Sois acaso un mago? ¿Portáis armas mágicas ocultas? La guardia de mi padre porta unas varas de hueso que lanzan bolas de fuego, es algo digno de verse, ¿Acaso portais algún arma similar para protegeros? ¿O acaso tendremos algún otro compañero de viaje?
- No hacen falta tantas formalidades... Podéis hablar con más tranquilidad. Digamos que tengo modos de defenderme y que mientras permanezcáis a mi lado me aseguraré de que nadie ponga un dedo sobre vuestro bello rostro. De la forma que sea necesaria... Y además este bastón que llevo conmigo es un arma bastante dañina... si se sabe usar correctamente.
-Me alegra saberlo... ahora, si me disculpais, creo que comeré algo antes de seguir viaje. ¿Cuando tenéis planeado partir?
La miró con una media sonrisa.
- Pues la verdad es que cuando habéis entrado me estaba poniendo en pie para marcharme... Pero os pido por favor, disfrutad vuestra comida, esperaré.
La posadera llegó en ese momento con un plato de comida caliente, el resto de comensales os observaban sin intervenir en la conversación.
Le sirvió la comida y se retiró a un lado. Ian intervino.
- Mis respetos, señorita. Le comentaba al señor Izhan que le pagaríamos cincuenta monedas de oro ahora y otras doscientos cincuenta cuando el trabajo estuviese terminado. Hay que investigar en el cementerio local, en el cual ha habido una serie de desapariciones misteriosas. Tenemos un grupo allí abajo ya, pero mucho me temo que lo que han ido descubriendo ha sido peor de lo esperado, asi que estoy seguro de que agradeceran un refuerzo extra. - Se paró unos instantes para añadir - Si a la señorita Samanta le parece bien, claro.
-¿Me está diciendo que tendré que moverme por dios sabe dónde con un grupo de aventureros desconocidos? Maravilloso, sencillamente maravilloso. Tendría que haberme puesto la armadura de uno de mis escoltas caídos y haber continuado el viaje por mi cuenta...
Hizo una pausa y continuó
-En fin, creo que al menos me tocará algo de esa recompensa si me voy a jugar la vida con ellos, ¿no? ¿O me voy a jugar la vida por nada? ¿Me facilitaran algún arma o algo así? No es que me seduzca ir por ahí con las manos vacías... No les voy a pedir una coraza de caballero o una espada, sería estúpido, pero ¿Una daga bien afilada al menos?
Tira una diplomacia para Mia :D
Tirada: 1d20(+7)
Motivo: Diplomacia
Resultado: 9(+7)=16
A ver qué tal XD ¿Saco algo de un 16?
Mia se acerca a Samanta.
- Toma, demúestra al menos que las mujeres también valen para mucho más de lo que sugiere este hombre - dice mirando a Izhan. La mujer guerrera le tiende una daga a "Samanta" para que esta también pueda defenderse - Pero también te digo, que poco creo que hagan estas diminutas armas contra lo que podais enfrentaros ahi abajo, si lo que dicen los exploradores es cierto...
Tomando la daga en sus manos dijo:
-Muchas gracias. Procuraré usarla adecuadamente.
La observó durante un instante y añadió:
-No voy a engañaros, no soy la mitad de hábil como guerrera de lo que se requiere para una situación así, sin embargo, espero estar a la altura de las circunstancias y, si el equipo de aventureros trabaja adecuadamente, salir viva de allí abajo. Una cosa más ¿Qué dicen los exploradores?