Partida Rol por web

*intenta forzar la cerradura*

Entras en la tienda de al lado preguntando por un curandero. Se te quedan mirando con cara extrañada. Te fijas: es una tienda de pesca, varias cañas de pescar y otros utensilios adornan las paredes.
Vendedor: Prueba en la tienda de hechiceria que hay dos calles más abajo.

Tu habilidad para forzar cerraduras consiste en tirar del pomo muy fuerte esperando el milagro.

*suspira mirando la cerradura mientras sus manos echan atras su pelo* ....

parece que no va a ser facil entrar *mira a orphen a ver si tiene alguna brillante idea. se cruza de brazos a esperar que dice*

Estaros quietos. Dejadme probar quizás yo si que pueda hacer algo por este desgraciado. Sin más dilación me arrodillo ante el cadaver del borracho. Henna dan mer lea, hen dro´han krat fere Salmondio en alto melniboné mientras empiezo a dar los pases con los brazos y acabo poniendo mis manos en las heridas del muerto. Pero el hechizo no surge efecto ante mi atónita mirada.

Una extraña luz sale de la palma de Ladik, pero no llega a alcanzar al cadaver. Los nervios parecen inundar al sacerdote.
Con un poco de concentración podrá hacerlo. Tumbais el cadaver en una mesa en la taberna y esperais a que Ladik cure los puntos de vida necesarios para que reviva.

-Hum, si se te resistió esa cerradura, fígurate a mí. Veamos... Podríamos meternos en líos si derribo la puerta de un hachazo. ¿Qué tal si simplemente nos sentamos a esperar?

quizas exista otro modo de entrar dentro *mirando por la valla* daré un rodeo a la casa *dice con firmeza*

(la casa parece vieja,y el arbusto de la valla puede esconder algo)

*da la vuelta a la casita intentando encontrar algun otro medio para entrar, a los minutos vuelve a la posicion de orphen. Se sienta en el suelo*

*pd: no se pierde porque va palpando con la manita por la vaya, ya que no ve ni torta, no es estupido*

... nada, tan solo nos queda esperar o saltar la vaya

Ohs encuentra un agujero en la valla y se introduce, cuando esta dentro se da cuenta que se ha equivocado de casa y un mastín empieza a ladrar.

Aún estoy rumiando la noticia que acaba de darme Ohs, delante de la puerta de la casa. "Esos zopencos han matado a Ilide..." Me sacan de mi estupor los ladridos de un perrazo en una finca vecina. "¿Dónde diablos se ha metido Ohs?"

-Eh, ¿dónde estás? -le llamo. Voy rodeando la valla en su busca mientras voy considerando nuestras opciones: "Esos estúpidos se han metido en un lío. Las autoridades portuarias querrán atrapar a los criminales. ¿Debería entrar en esa casa entonces? No soy un ladrón, no tiene ningún sentido que haga eso. Y luego, ese Sayin obra como un demente o un descerebrado... No me gusta este asunto."

Nuevamente vuelvo a concentrarme. Esta vez repaso mentalmente el encantamiento antes de hacerlo, y vuelvo a proceder.

En ese momento un impulso de vida llena el cuerpo de Ilide, el brillo de los ojos vuelve a aparecer en el palido rostro del malogrado.
Ilide vomita algo de sangre y muy enfadado comienza a entonar un discurso.

"Bastardos, si lo que quereis es la concha, os dire donde esta la maldita concha, pero desde que la encontré solo he tenido problemas. Incluso después de venderla sigo pagando por mis pecados. Estaré encantado en deciros quien la tiene para que sufrais las mismas penurias que yo, sobretodo tu ¡maldita!"
Hace un leve receso mientras Sanyi le da una poción curativa.
"La concha la vendí al Sultan de Zakar, una ciudad del desierto de los suspiros, se la vendí por todo el oro del mundo, y ... no mereció la pena porque aun deseo tenerla... su poder es adictivo, es demoníaco. Aún la tendrá el sultán, ya que no sabrá ni como usarla, la conserva junto con otras reliquias para yo que sé...
Espero que os mate a todos y le de los restos a sus esclavos."

Después cae desfallecido.
El tabernero se encargará de llevarlo a su casa. Os pide que os vayais cuanto antes o la guardia de la ciudad dará cuenta de vosotros.