Partida Rol por web

La separación de la noche anterior hizo que el grupo de amigos se animase mucho ante el reencuentro, no tardando en sucederse los saludos. El primero que vio a la distancia fue el de Colton, que le saludaba con la mano desde atrás, correspondiéndole ella al gesto. El que le dedicó a Kyle fue más cercano y sonó animado, más natural en comparación con el que llegó a ofrecerle a Michael, donde Jade se puso completamente colorada e incluso nerviosa.

- Hola Kyle, cuánto me alegro de verte.... - Miró seguidamente al Ravenclaw - ¡Michael!... - El tono de voz le salió algo más alto de lo habitual, saliéndole incluso un gallo, sonido que hizo que su piel se tornase completamente colorada - Uys, que me ahogo... - Sonrisa amplia y mirada fija en Cramson - Ayer estuviste increíble... - Y hubiera seguido alabándole si no fuera por el reencuentro con los demás.

El ánimo de Úrsula al verla, así como su alegría porque estuviera bien, era un deseo compartido entre ambas. Los dos grupos, separados por las circunstancias, había sufrido por el destino del resto de sus amigos, y verse ahora libres de consecuencias era algo digno de disfrutar. Además, volver a ver a Luna fue un bálsamo para la pelirroja. Jade le miró con cariño y con una sonrisa contenida, las vivencias compartidas unían y las promesas dadas la noche anterior se mantendrían firmes pasara lo que pasase.

Kyle fue el primero en responder una de las preguntas que hizo Ivy sobre Alondra, y es que la desagradable Slytherin había tenido una mala vivencia la noche anterior. Lo que Jade no podía creerse era que el mismo Salazar Slytherin se hubiera aparecido delante de sus compañeros, haciendo que ella abriese la boca con fascinación.

- Me estás tomando el pelo... - Miró a Kyle durante unos instantes más antes de añadir - Eso tuvo que ser fantástico... - Y aunque no lo dijo, en su mente generaba una idea, volver a la sala de trofeos, meterse bajo la trampilla y ver al fundador de su casa, pues si ya le emocionaba tener su cromo de las ranas de chocolate, encontrárselo de frente debía ser la cosa más maravillosa que jamás nadie pudiera experimentar - Cuéntame más, porfi... - Le dijo la pelirroja con un brillo de emoción en la mirada.

Lo que no gustó tanto a Jade era el comentario de Kyle, pues narró que se vio forzado a revelar toda su historia personal delante de Salazar, interfiriendo en su privacidad. Aunque quizás lo peor fuese que le había insultado, pudiera ser el motivo porque no le consideraba digno como para estar entre las serpientes.

- ¿Os trató mal? Pero, no lo entiendo. Si os desprecia, ¿por qué contesta a vuestra pregunta? ¿Por qué el Sombrero os puso en su casa?... - Le miró intrigada - Ahora, puedo entender que Salazar Slytherin se enfrentara al Shadefian que le desafiara, pero por lo que cuentas, es como si hubiera intentado matar a toda su familia... - Y era curioso, Shadefian mataba magos y Salazar por lo visto quería lo mismo, dejar en su legado la muerte de todos aquellos que no consideraba dignos - Terminar su obra. Suena macabro... - Suspiró ante ese fin de relato, dejando un cierto malestar en el interior de Ivy, algo que se minimizó por las palabras amables de Luna, la cual decía que la presencia de Kyle y de ella misma hacía que su casa fuera mejor.

Michael tomó la palabra, y explicó a sus compañeros que Slytherin era un mago que despreciaba a todo aquel que portaba sangre mestiza - Pero eso no debería ser así porque la primera víctima de Shafedian era Slytherin y si pretende hacer lo mismo que Salazar, entonces no tiene sentido que actuara contra un sangre pura... A no ser que el chico fuera mestizo, pero claro, si es mestizo, ¿por qué el Sombrero lo puso en Slytherin? Y si lo hizo, ¿fue contra el criterio de Salazar que valoraba la pureza de sangre?... - Algo ahí no encajaba del todo - Slytherin valoraba la astucia y la ambición. No entiendo que Alondra llorase, porque toda su familia es de sangre pura y se supone, todos fueron a la casa de la serpiente.... - Ivy determinó algo - Tengo que ir a ver a Salazar Slytherin y hablar con él... - Era una firme decisión, necesitaba entender aquello.

A continuación, Cramson explicó que él pasó por la puerta de Ravenclaw, así como el encuentro que tuvo con Rowena, y las posibles explicaciones a lo sucedido en el tren - Si Shadefian trae gente del pasado a la actualidad, es porque seguramente sean enemigos del mestizaje, trae a su propio ejército seleccionado. Si esto es así, los que vienen no son víctimas del mago tenebroso, sino nuestros posibles verdugos... - Dijo la pelirroja como posibilidad, terminando de escuchar el resto de la historia, no sin antes aparecer una palabra que a Jade, de nada le sonaba - Grymanfly... Suena a hechizo desinfectante o antiparasitario. Aunque no creo que sea el caso... - Miró con interés a Michael cuando dijo lo de la biblioteca, teniendo ella una idea complementaria - Otra posibilidad es preguntar directamente a algún profesor o mejor, a la bibliotecaria por esta palabra, nos pueden ahorrar tiempo de búsqueda el hacerlo... - Y es que Jade era experta en buscar atajos para obtener información rápida.

Colton tomó la palabra recordando lo que Gryffindor le dijo a él, que estaban allí los fundadores para ayudarles, hablándoles incluso de conjuros desalmizadores - Veamos, ¿para qué querría Shadefian quitarles el alma a esos alumnos antiguos? ¿Podría ser que quisiera hacer un ejército de gente del pasado para usarles en la actualidad? - Aquello reforzaba su idea inicial, aunque pudiera ser que estuviera equivocada del todo.

Úrsula indicaba que su fundador confiaba en que averiguarían qué sucedía, añadiendo que debían pensar en los motivos por los que Shadefian podría atacar precisamente en Hogwarts - Aquí puede esconderse mejor que fuera, todos los aurores le buscan. Eso es un buen motivo. Además, aquí hay muchos alumnos, por lo que puede crear un ejército de desalmados. La biblioteca le da información sobre cómo hacer algunos hechizos. Y hasta puede que le guste la comida del gran comedor, es deliciosa... - Escuchó a Galloway, pues hizo un comentario muy interesante - Es posible que los profesores que no estaban en el tren no sean Shadefian, si es así hay que averiguar quiénes sí estaban. Aunque también podía hacerse pasar por algún alumno... Puffff... Como conclusión, él está en Hogwarts y hay que pillarle... - Dijo la pelirroja mordiéndose el labio algo nerviosa.

Lo que sí le dio miedo fue tener la seguridad de que el mago tenebroso estuviera dentro de Hogwarts, invisible ante sus ojos o adquiriendo el aspecto de otra persona - Úrsula a ti y a Colton no os va a pasar nada. No lo permitiremos. Quizás lo que debamos es no ir solos por los pasillos, siempre acompañados por alguien para minimizar el riesgo a que podamos encontrarle.  Aunque a decir verdad, dudo mucho que yo os pueda defender con mi varita - Miró a Cramson esperanzada - Seguro que Michael sabe hacer algún que otro hechizo, como el que hizo en la sala de trofeos, y enseñarnos... - Pestañeo 1, pestañeo 2, suspiro. Todo un proceso de enamoramiento.

Tras escuchar a sus amigos, Luna instó a Ivy a explicar dónde habían estado la noche anterior, y es que la huida de la Sala de trofeos había sido muy precipitada.

- Cuando cerré la trampilla cogí un trofeo de uno de los estantes y lo lancé con todas mis fuerzas hacia otra zona de la sala, con el fin de que la profesora Tauris se alertase por el ruido y se fuera en otra dirección. El problema fue que nos encontramos a Peeves y comenzó a gritar que habían alumnos fuera de sus salas comunes. No nos quedó más remedio que comenzar a correr y lo hicimos hacia arriba, llegando a la séptima planta... - Tomó aire antes de seguir narrando - Nuestra idea inicial era meternos en los servicios y pasar allí la noche, pero Luna se dio cuenta de que había una puerta en medio del pasillo, una entrada que no estaba allí antes... - Sonrisa amplia - Mis padres me contaron que, cuando ellos estudiaban en Hogwarts, había una sala llamada de los Menesteres que servía para darle a quien por allí pasase lo que necesitara. Luna pensó en su habitación y, cuando abrimos la puerta, nos encontramos una recreación mucho mejor de lo que es su cuarto, con sillones mullidos, cama y una puerta que me permitía llegar directamente a Slytherin... Ese sitio es maravilloso, lo podemos crear mentalmente a nuestro antojo y será nuestro lugar secreto, un sitio donde ocultarnos para poder quedar, vernos e incluso dormir juntos algún fin de semana... - Miró a Luna, la velada de la noche anterior había sido maravillosa - Deberíamos ir allí después de clase y bebernos unas cervezas de mantequilla... - Determinó la Slytherin abriendo mucho los ojos - Podemos pedirle a la sala que nos facilite un libro que nos explique qué es Grymanfly... - Se alucinó de sí misma por la idea - Así no tenemos que contarle a nadie nuestro secreto... - Dio unos saltitos de emoción y miró a Michael como diciendo "¡Yo también pienso, felicítame!" Aunque la verdad fuera que no siempre estaba tan ágil.

Me ponía cada vez más pálido a medida que Ivy hablaba. ¿Ivy quería ir hasta allí? hasta la puerta, para ver a ese monstruo? de verdad?!.

Todos empezaban a hablar de los alumnos atacados, de si eran sangre sucia, mestizos, de los de Slytherin... Clavé mi mirada al suelo. Estaba teniendo escalofríos. - _{Ivy... no... no deberías ir allí...} - apenas me salía la voz, los demás seguían hablando del pasado y el presente, y Ivy hablando sobre ejércitos de desalmados. Si Salazar se metiese en la cabeza de Ivy la repudiaría por ser demasiado buena, no me cabía ninguna duda. - _{Nos despreció...} - murmuré otra vez. 

Detenerle? Al mago tenebroso que mata alumnos? De donde sacaban todo ese valor? si yo sólo sabía hacer una magdalena de una bola de cristal!!

-NOS DESPRECIÓ! - exploté, cortando aquella conversación en seco - ...sus palabras... eran veneno! a Alondra la llamó niña estúpida frustrada llena de miedo y odio, le dijo siguiera por ese camino, que el odio la haría más fuerte, que no tenía categoría para estar en Slytherin, se metió dentro de su cabeza y la hizo caer de rodillas!!... y que yo ensuciaba el nombre de Slytherin porque soy... mitad... muggle... mi padre es muggle. - eso demostraba que no todos en Slytherin son sangre limpias - Y nos echó antes de que cambiara de opinión y acabase con mi vida allí mismo. Eso fue lo que dijo! - dos lagrimones salieron por mis ojos, totalmente frustrado. No entendía como Ivy podía querer ir a ver a ese monstruo, fuese del pasado o no - Literalmente contó que había erradicado de la faz de la tierra a los Shadefian, pero obviamente alguno sobrevivió... - temblaba de rabia. Había levantado demasiado la voz. 

-P-perdón.. - me tapé los ojos con el antebrazo, cabeza gacha. Cambié de tema rápidamente, me había dejado llevar demasiado por mis emociones, el miedo y los nervios de la noche anterior - m-me alegro que hayáis encontrado un sitio donde esconderos.- dije refiriéndome a esa sala del pasillo que dijeron haber encontrado anoche. Tras una breve pausa dije - Yo mejor me v-voy a... por mis cosas, para la siguiente clase... - estaba avergonzado, frustrado, y asustado, no quería que me vieran la cara. Y la siguiente clase no tardaría en empezar. ¿Cómo podían pensar en todo aquello como si fuera algo tan sencillo?... necesitaba alejarme un poco, aclarar mis ideas. Mi sala común estaría prácticamente al lado de donde estábamos. Me limpié la cara con la manga, de espaldas al resto. - Quizás encontremos algo en la biblioteca...después de clases...

Me habían amenazado de muerte la noche anterior, el fundador de mi casa de locos, nada más ni nada menos. Y los demás parecían querer atrapar a un asesino que jugaba con el tiempo para matar, como si nada fuese. Y lo peor es que aquel Shadefian estaba aquí, en el castillo, sin ninguna duda. Nunca me había sentido tan inseguro y en peligro.

El efecto de las palabras que se iban sucediendo parecieron afectar de sobre manera a Kyle, el cual comenzó a ponerse algo pálido, luego algo más lívido, para finalmente, parecer una gotita de leche que no tenía bajo la piel ni una mínima cantidad de sangre. ¿Podía ser sana esa coloración?... Si el tono antinatural de su piel se mezclaba con la vocecita que no llegaba a salir de su cuerpo, la conclusión estaba servida, el muchacho se iba poniendo enfermo por segundos.

La joven Slytherin iba a preguntarle que si se encontraba bien cuando su amigo Goldfinch emitió un chillido, que dejaba bien claro que la experiencia con Slytherin había sido de todo menos encantadora. Ivy guardó silencio escuchando los argumentos de Kyle tras dar un marcado repullo ante su exclamación, intentando entender el motivo por el que estaba tan agitado.

- Bueno, con Alondra no se equivocó mucho en su definición... - No era momento para bromas, pero todos los presentes, al igual que ella, pensaban que Sparks era una estúpida llena de odio, más o menos lo que Salazar indicó bajo la trampilla de la sala de trofeos.

Jade enmudeció por unos instantes cuando su amigo y compañero de casa dijo que su padre era muggle, un secreto que quería reservar de todo Slytherin. Estaba claro que confiaba en todos ellos para haberlo expresado abiertamente.

- El sombrero seleccionador te eligió, Kyle. Te mandaron a Slytherin porque eres bueno para nuestra casa y... Ains no... No... ¡Kyle!... - Fue superior a ella ver cómo su amigo dejaba deslizar dos enormes lagrimones por sus mejillas. Le abrazó con fuerza, cual lapa se adhiere a la roca - Ese que os salió al paso no era el verdadero Slytherin. No lo es, seguro... No puede rechazar a sus aprendices, a los miembros de su casa... No tiene sentido que os desprecie

¿Y si se encontraron con el mismo Shadefian?... O... ¿Y si el sombrero seleccionador no sabe lo que hace?...

Jade se había propuesto a asfixiar a su compañero, pues aún no le había soltado - Eres digno de la casa, Kyle. Sea tu padre muggle o no. Y yo estoy encantada con que estés conmigo. Si no fuera por ti, allí estaría muy sola... - Le dio un beso en la mejilla antes de separarse de él, mirándole con inmensa pena. Entendía que no quisiera volver a ver a Salazar ni en un cuadro del castillo.

Su compañero parecía intentar reponerse, y la joven pelirroja le dejó espacio para que respirase, mientras que él tomaba la determinación de ir a coger las cosas para la siguiente clase.

- Espera Kyle, voy contigo. Tenemos defensa contra las artes oscuras... - Le dijo Ivy antes de volverse ante el resto de los compañeros - A las 11 tenemos hora libre y luego estaremos liados hasta la hora del almuerzo... - Explicó ella - Si queréis a las 16.00 podemos quedar en la séptima planta y ver juntos la Sala de los Menesteres. ¿Os parece?... - Y si nada más decían iría junto a Kyle, ambos debían ir al primer piso para su clase de las 9.

Michael estaba tan contento de volver a ver a Ivy sana y salva, que no se dio cuenta de que la voz de la niña cambiaba al saludarle. Y tampoco supo muy bien a qué se refería cuando dijo que había estado increíble el día anterior... Pero no hubo tiempo de preguntarle nada a su amiga de Slyhterin, puesto que enseguida se pusieron todos a hablar de sus vivencias durante la noche pasada.

No pudo evitar una sonrisa cuando Colt dijo aquello de "Padefian". Pero se puso serio de nuevo al escuchar lo de la vasija en la que se podían ocultar almas. Aquél dato le pareció fascinante y muy importante. Sin embargo, lo peor fue escuchar la opinión de Godric Gryffindor que confirmaba sus temores sobre la posibilidad de que Shadefian estuviera en el colegio. ¿Cómo sentirse seguro en Hogwarts después de saber algo así?

Michael volvía a tener aquella expresión de concentración, mientras su mente iba recopilando todos los datos y trataba de darles sentido mientras sus amigos hablaban. Úrsula tenía razón, era muy probable que Shadefian también estuviera en el Expreso de Hogwarts dado que allí fue donde apareció la primera víctima. Varios rostros acudieron a su mente. ¿Persimom? ¿Alguno de los Prefectos o alumnos? Parecía absurdo, pero también era cierto que no se habían fijado en muchos de los que habían viajado a bordo del tren, así que no era fácil seguir deduciendo por ahí...

Luego Ivy sugirió preguntar a alguien por el nombre de Grymanfly, y Michael también asintió.

—Es verdad, vale la pena probarlo. Quizá la Bibliotecaria o el profesor de Historia de la Magia sepan algo... Nos ahorrarían mucho tiempo.

Escuchó la teoría del "ejército de desalmados" y no pudo evitar tragar saliva. Sonaba muy tétrico, pero era perfectamente posible. Ya habían existido magos tenebrosos que habían creado ejércitos de cadáveres, así que muy bien podía Shadefian intentarlo con aquellas víctimas a las que dejaba sin alma. Estaba pensando en eso cuando Ivy volvió a decir su nombre y atendió justo a tiempo de escuchar que quizá pudiera enseñarles algo al resto.

—¿Y... yo? —esta vez fue él quien soltó un pequeño gallo y notó cómo el rostro se le enrojecía—. Bu... bueno... Yo tampoco sé hacer gran cosa. El Alohomora se lo he visto hacer muchas veces a mi madre, supongo que por eso me salió. Aunque luego intenté un Lumos y... la verdad es que fue un fracaso...

Por no hablar de lo mal que le había ido en las clases del primer día. De no haber sido por aquél Alohomora, habría llegado a dudar de tener algún talento para la magia. Pero quizá no estuviera de más compartir con sus amigos el hechizo que el profesor Persimom le había enseñado. Tal vez se les diera mejor que a él...

El relato de Ivy sobre aquella sala maravillosa le hizo alzar las cejas impresionado. Jamás había oído hablar de un sitio así en el colegio, ni a su hermana, ni a su madre. ¿De verdad podía existir una sala tan increíble? Pero aquello era Hogwarts, todo era posible.

—Alucinante —dijo con una sonrisa expectante—. Me muero de ganas de ver esa sala. Y si funcionase lo del libro, sería una pasada...

Pero entonces Kyle explotó y la sonrisa se borró al instante del rostro de Michael. El chico de Slytherin tenía que haberlo pasado realmente mal. Además, nunca hubiera pensado que el padre de Kyle fuera muggle, como el de él mismo. Intentó con todas sus fuerzas encontrar algo que decir para animar a su amigo, pero Ivy se le adelantó con aquél abrazo y aquellas palabras que hubieran levantado la moral a cualquiera. Michael sonrió, recordando lo que había pensado de Ivy nada más cerrarse la trampilla de la Sala de Trofeos. Debía buscar un momento para decírselo, pero tendría que esperar. Se estaban quedando sin tiempo...

—Es verdad, queda poco para que empiece la clase. Y nosotros tenemos Transformaciones con el profesor Partwulf —dijo, mirando a Colton, Úrsula y Luna—. Deberíamos ir para allá, que si llegamos tarde igual nos cae un castigo y no podemos vernos después... ¡Pero contad conmigo para las 16:00!

Se puso en marcha, no sin antes dar una palmadita en el brazo a Kyle y lanzarle una sonrisa que esperaba que le animase un poquito más. Pasara lo que pasara, podría contar con él y seguro que con el resto también.

El abrazo de Colton dejó un momento de incomodidad para ambos, pero afortunadamente, no tardamos en volver a hablar entre todos nosotros y la verdad, no volví a pensar en ello. Había mucha información nueva, la que los demás habían conseguido en sus respectivos encuentros, y toda ella permitía continuar por el camino de descubrir lo que estaba sucediendo.

Por ejemplo, todo lo que dijo Colton sobre ocultar las almas de la gente me resultó, por supuesto muy interesante, pero hizo que temblara de arriba a abajo y me agarré con fuerza a Úrsula que estaba a mi lado.

-¡¡Qué horrible!! Creo que no tiene que haber nada peor que perder el alma. Dicen que es justamente lo que te hacen los dementores. Nada más pensar en ellos… se me encoge el corazón. Menos mal que ya hace tiempo que los desterraron para siempre de las prisiones mágicas, porque nadie se merece eso.

Y Úrsula, por su parte, nos contó que según Gryffindor, ese mago debía estar con nosotros. Ella misma había empezado a descartar a los profesores que no estuvieran allí con nosotros pero…

-Bueno, no podemos eliminar esa posibilidad, Michael. Después de todo, los profesores, y muchos alumnos, saben transportarse de un sitio a otro. Pero desde luego eso hace que sea muy peligroso que alguien más conozca algo de lo que estamos haciendo. Podríamos… decírselo al auténtico Shadefian sin darnos cuenta y acabaría con nosotros sin dudarlo.

Michael también estaba teniendo buenas ideas, y se había comportado súperbien en la sala de trofeos, aunque al ver la efusividad con la cual Ivy lo recibió, y como enrojecía de repente, me di cuenta de que no era solo por eso sino por lo que habíamos hablado entre nosotras.

Ivy se lo estaba dejando muy claro.

Era el momento de sopesar todo lo que habíamos vivido, y también analizar lo que podíamos hacer. Estaba claro que había mucho peligro en todo aquello, aunque la solución de tener a Michael salvándonos el pellejo me parecía ya demasiado traída por los pelos. Entorné los ojos hacia arriba, viendo como Ivy se ponía una vez más en evidencia, y me acerqué a ella corriendo para distraerla. Me parecía que había recibido una dosis demasiado fuerte de Cramsonita y no podía pensar con claridad.

Por desgracia, todas aquellas aventuras, los descubrimientos que habíamos hecho y todo lo demás, perdieron su gracia cuando Ivy se enteró de lo que Salazar Slytherin les había hecho a Kyle y a Alondra.

-Alondra quizás sea de sangre pura pero si considera que es una inútil, la despreciará, igual que lo haría con cualquiera.  

Kyle estaba además muy dolido, no porque él fuese medio muggle, lo cual nos daba igual a todos, sino porque no se habían merecido ese trato, ninguno de los dos. Por eso cuando Ivy dijo aquello de Alondra, la miré sorprendida. Sí, ella era una inútil, pero ¿había algo peor que ser cruelmente tratada por alguien a quien admirabas?

-A mí me da un poco de pena. Ella será insoportable, pero no es justo que la tratase de esa manera. Ese Slytherin no merece tener una casa con su nombre.

Pero Kyle estaba demasiado afectado, lo que hizo que hiciese amago de marcharse, incluso a pesar de que Ivy intentase retenerlo.

-B-bueno, yo creo que tenemos que irnos todos. S-sí, será mejor que nos veamos en la sala de los menesteres… a las cuatro, eso –dije, mirando a Ivy, y a los demás. Si no recordaba mal, ahora teníamos clase de transformaciones con Ravenclaw, así que puede que pudiésemos seguir hablando.

Sin embargo, antes de irme con Colton, Úrsula y Michael, me acerqué a Kyle y le di un abrazo.

-Para mí eres el mejor mago de Slytherin, Kyle. No dejes que un idiota, por muy famoso que sea, te convenza de que no vales nada –Después me volví hacia Ivy y también la abracé -. Cuida de él, que ahora te necesita. Luego nos vemos.

Y después me fui corriendo con los demás. Tocaba volver a las clases, aunque parecía que hacía un siglo que no lo hacíamos.

Los abrazos inesperados de Ivy y luego de Luna, incluso la palmada en el hombro de Michael. Era tan extraño, y tan cálido al mismo tiempo. Jamás pensé que unos abrazos y unas palabras pudieran ser tan ... necesarios. Ese afecto, ese apoyo que siempre mostraban entre sí y que se me hacía tan extraño cuando lo veía entre ellos... era...tan... 

Agradable. Lo necesitaba. ¿Dónde había estado esa sensación todo este tiempo?

Con la boca apretada y los labios intentando aguantarse las ganas de llorar y sacarlo todo, me contuve. Aparté mi brazo de mi cara con los ojos totalmente húmedos intentando tragarme las lágrimas. Simplemente asentí con un gesto de la cabeza, no salían las palabras. Tragué saliva, y marché junto con Ivy.  

Habían pasado muchas cosas en muy poco tiempo. El torrente de emociones que había vivido en pocas horas estaba empezando a ser contenido de nuevo por mi habitual modo de cerrarme en mí mismo. Al marcharnos miré hacia atrás, y vi aquellas otras 4 cabezas que marchaban a sus propias casas para coger el material de sus clases, conversando animadamente, y en ese instante tuve esa sensación. La sensación de que todos ellos realmente estarían ahí para apoyarme cuando hiciera falta, para apoyarse entre todos. Y la sensación de que yo también quería apoyarles. O si más no, no quería que les pasase nada malo a ninguno de ellos.

Aquél pensamiento alivió, si más no por un segundo, lo mal que lo pasé la noche anterior. Y no sólo eso... también me hizo dejar de pensar por un instante en aquella imagen que se había clavado en mi mente... la imagen que sacó a la fuerza Salazar de mis recuerdos, desde bebé, olvidados en los recovecos de mi memoria. La borrosa cara de una mujer. Aquella mujer a la que nunca conocí. Por primera vez conscientemente, la pude ver. Era ella. Era mi madre.

Caminando junto a Ivy, no pude hacer otra cosa que sonreírle tímidamente, aguantando mis emociones, sin decir nada más. 

La indignación general era enorme, aunque también había cierto alivio por parte de Luna, dado que no les había quitado puntos. Sin embargo, el tener que hacer más trabajo resultaba casi igual de malo o incluso peor para algunos, porque al día siguiente volvía a haber Encantamientos, lo que significaba pasarse buena parte de la noche trabajando.

Así que mientras los alumnos y las alumnas de Gryffindor bajaban las escaleras, podían oírse sus protestas, maldiciones y resoplidos por todo el castillo.

-Es odiosa.

-¡Y encima nos manda cinco pergaminos!

-Deberíamos decírselo a la directora.

-¡Cinco pergaminos!

-Vamos a tener que hacer algo.

-¿Cómo vamos a hacer cinco pergaminos?

Cuando el grupo llegó abajo, era mejor no acercarse mucho a la mesa de Gryffindor si no se quería recibir un bufido... o varios.

Si Luna tenía dudas acerca de lo que había hecho, dejó de tenerlas en cuanto estuvieron en la mesa, porque ninguno de sus compañeros le echaba la culpa, ni a Úrsula, por supuesto, que no estaba con ellos. Sin duda alguna, lo mal que le había salido aquella clase le había hecho querer estar sola, aunque no fuese lo que sus amigos quisieran para ella, ni mucho menos.

Pero también tenía derecho a respirar y pensar en todo lo que había ocurrido. Solo... esperaban que no tardase demasiado en regresar, o tendrían que ir a buscarla.

Por el momento, tampoco habían bajado los alumnos de Slytherin y Ravenclaw, aunque los de Hufflpuff ya estaban empezando a hacerlo. Claro que también era normal. Tenían clase en los invernaderos y estos estaban fuera, a cierta distancia del castillo, por lo que tampoco regresarían tan deprisa como ellos.

Saliste de clase mientras la indignación general se extendía por todas partes como la pólvora, sobre todo una vez la profesora se hubo marchado. Pero es que en esos momentos te apetecía estar a solas, porque sobre todo te sentías incapaz de seguir adelante. ¿De verdad eras tan mala bruja como parecía en las últimas clases?

En realidad, habías tenido tus momentos, pero los "churros" con tu varita habían superado a los "buenos momentos" y eso estaba acabando con tu confianza.

Así que mientras subías las escaleras, le dabas vueltas a todo aquello, insuflándote confianza pero al mismo tiempo, sintiendo que el mundo se te venía encima. Pero no estabas sola; tanto Colton como Luna te habían demostrado que estaban a tu lado e incluso te habían defendido.

¡Eso tenía que significar algo!

De repente encontraste algo delante de ti que obstruía tu paso y al levantar la vista te diste cuenta de que era un alumno.

-Oh, perdona, no te había visto -te dijo, pero al verte la cara, con rastros de lágrimas, pareció preocuparse -. ¿E-estás bien?

Si hubiera podido darle una patada voladora a la profe se la habría dado, y luego se hubiera subido a la tercera cuerda y hubiera saltado, dando tres volteretas en el aire y cayendo sobre la profe con el codo. Luego era cuestión de hacer la cuenta de tres y sería el nuevo campeón del mundo de encantamientos, dejando para el arrastre al repollo arrogante de Tauris. La odiaba, la odiaba con el ardor de 10 soles, y solo se le ocurrían travesuras y trastadas que hacerle, pero había algo que le retenía, los castigaría a todos, o solo a los muggles, o a él, o a Úrsula, solo porque podía, solo porque era cruel, y la mala...como Cruela de Vil vegana, eso, era Escarola de Vil, sí, así la llamaría.

Recogió su material y miró a Luna con una sonrisa aunque luego suspiró y negó con la cabeza.

- Luna, tengo experiencia con este tipo de profes. Son como los árbitros, cuanto más les dices peor se portan contigo... La única manera de ganar es ganarle a su juego, y eso es siendo tan tan buenos en encantamientos que le dé una apoplegía de la rabia... Pero gracias, eres una buena amiga... has defendido a Úrsula súper, .... ¿Úrsula? - Miró a su alrededor y empezó a preocuparse - ¿La has visto?

Gruñó. Eso es que estaba mal, así que eso no podía perdonarlo. Se fue a la silla de la profe y le puso una chincheta en el asiento. Sabía que era infantil, pero le daba igual. Era casi imposible que se pinchara, que era capaz de levitar y volar, y seguro que tiraba rayos láser por los ojos, pero se sentía mejor dando rienda suelta a su odio. Salió de la clase y miró a los lados, pero nada, ni rastro de Úrsula.

- Jo, soy el peor amigo del mundo.... seguro que está..... - Pensó. ¿Donde iban las chicas cuando estaban mal? ¿Al fútbol? No, eso era de chicos ¿A leer revistas de cotilleos? No, que llorando no se puede leer.. ¿Con el novio? No, creía que Úrsula no tenía, aunque era súper graciosa y tenía el pelo largo muy bonito... Colton chasqueó los dedos. ¡Al baño de chicas!, pero eso tenía sus problemas....No quería que dijeran que era un mirón o algo así, así que.... necesitaba una chica, una chica que fuera amiga y que le pudiera llevar al baño, sin que pareciera que la estaba acosando...o ligando con ella... ¿Luna? No estaba tampoco, debía haber bajado ya mientras él se empanaba. 

Llegó al comedor y allí estaba. Parecía abatida. Así que Colton se sentó a su lado y le dijo

- Luna, Luna, tengo una mega misión de vital trascendencia, como las de Tom Cruise... - se quedó pensando y dijo - Bueno, da igual, son cosas de muggles. A ver, como me explico, creo que sé donde puede estar Úrsula...es algo que hacen las chicas muggles, ir al baño cuando están tristes, así que, me preguntaba.... Si tú me podías acompañar, para ver si está dentro ¿eh?. Es que los chicos no podemos pasar....y tú eres una chica....y eso..... Es que, sabiendo que puede estar mal... No podría comer nada....y de paso....- Se acercó a ella.

- Podemos preguntarle algo a los cuadros de la gran escalera por si han visto algo del asesinato.... Los cuadros se visitan entre sí y se cuentan las cosas ¿No? Así que, mientras buscamos a Úrsula podemos investigar... ¿Que te parece?

Desde luego, con la profesora Tauris no había término medio y dudaba que hubiese alguien de nuestra casa que no la odiase con todas sus fuerzas. No era solo cómo nos hablaba y lo que nos decía, sino la manera que tenía de humillarnos siempre que podía y lo que le había dicho y hecho a Úrsula era algo que jamás le perdonaría.

Nunca en la vida.

Mirase a quien mirase, recibía más o menos la misma sensación de rabia contenida a duras penas y de odio, y Colton no era una excepción.

Sin embargo, cuando recogimos las cosas y nos dirigimos hacia la salida, me habló como si fuese todo un veterano en eso de controlarse y encontrarse con profesores así. Me agradeció que la defendiese, pero no estaba de humor como para sonreírle por el halago. Él era igual que yo en eso y no dudaría en darle una buena patada en su anguloso trasero de poder hacerlo.

-Úrsula se ha marchado corriendo. Me da que le apetecía estar un rato a solas. Supongo que también lo necesitará, pero no tanto como que en cuanto la veamos le demos uno de esos súperabrazos que seguro que tanto necesita y que le aseguremos que aprobará esta asignatura aunque necesitemos quedarnos cada noche hasta que aprenda a lanzar hechizos –le dije, muy enfadada, aunque en cuanto terminé de hablar, lancé un gran suspiro -. Estoy descubriendo que en realidad no me importa tanto el colegio como creía. No puedo soportar… no sé, que nos traten así.

Colton estaba muy molesto por no haber podido retenerla, me parecía, e incluso se sentía culpable.

-No, claro que no lo eres. Es solo que a veces… cuando nos sentimos mal queremos estar solos. A ti te ocurrió cuando te quitaron los puntos, ¿verdad? Pues a Úrsula le ha sucedido lo mismo. Pero me da que no es solo por lo que le ha dicho la profesora sino porque ella misma siente que no es una buena bruja. Necesita ganar confianza.

Cuando llegué abajo, me di cuenta de que Colton se había quedado atrás… o yo había caminado más deprisa que él para llegar cuanto antes al gran salón. La verdad es que no tenía mucha hambre, sino ganas de ver a Úrsula y también a Ivy para contarle lo que había sucedido.

Pero Colton no tardó mucho en llegar y lo hizo a su estilo, lleno de energía, como si acabase de lanzar el mejor hechizo del mundo.

Me dijo que quizás Úrsula estuviese en el baño y que si podía acompañarle para ver si estaba allí y no dejarla sola. La verdad es que era una buena idea y aunque no estuviese en el baño, lo mismo nos la encontrábamos por el camino o al menos, lo intentábamos. Total, allí estábamos todos de morros y los demás, Ivy, Kyle y Michael, no habían vuelto aún de sus clases.

Así que sonreí, totalmente de acuerdo con él.

-¡Claro, es una buena idea! –le dije, poniéndome en pie.

Entonces se acercó para decirme en voz baja que podíamos preguntarles también a los cuadros por si habían visto algo. Eso no se me había ocurrido.

-Hummm. Eso está… muy bien. La verdad es que no se me había ocurrido –le dije en voz baja, sorprendida por la idea. Pero no podíamos olvidarnos de nuestra prioridad, que no era otra que encontrar a Úrsula y conseguir que no se sintiese mal, así que se lo dije -. Pero lo primero es Úrsula, no lo olvides.

Dejé entonces las cosas encima de la mesa y me fue con Colton escaleras arriba hacia los baños, para intentar encontrarla.

-Me parece que subió, así que tiene que estar en uno de los pisos superiores –le dije, mientras empezaba a subir los escalones -. De la cuarta planta en adelante.

Estaba enfadada, furiosa, triste, desanimada, sin energía.... ¡todo a la vez!

Un mar de sentimientos que la impulsaron a salir de la clase a toda prisa para no preocupar a sus amigos más de lo que ya lo había hecho, porque había visto la expresión de Colt y de Luna y de varios compañeros más cuando ella había fallado su hechizo. Y encima, las palabras de la profesora habían sido, ¿como definirlas?. Malvadas. Sí, era un buen adjetivo.

De repente, delante suya, aparecieron un par de zapatos. Se paró en seco y levantó la vista. Le sonaba aquel niño, lo había visto en la mesa de Hufflepuff sentado pero no sabía cómo se llamaba, pero no le importó-No, no estoy bien. Vengo de clase de la señorita Tauris. Es desastrosa, mala, odia a Grifindor y lo dice así, tal cual. No me ha salido nada en su clase y me ha dicho que no... que no tengo talento. No es una profesora buena, no sabe enseñar...-dijo desilusionada, desinflándose como un globo y sorbiéndose mocos-Me he ido de clase... quiero ver a mi lechuza... ¿sabes por donde se va al lechugario?

Se limpió un par de lágrimas a las que se les ocurrió correr por su mejilla en aquel momento.

Dave quizás no fuese el chico más perceptivo del mundo, pero las emociones que Úrsula estaba dejando escapar no resultaban demasiado complicadas de interpretar, incluso para él. Y claro, no podía permitir que aquella chica se fuese así como así. Eso no estaba nada bien.

-Ah, sí. La profesora Tauris es... cómo decirlo, simplemente odiosa. No es que odie a Gryffindor. Odia a todos los que no son de Slytherin. No te preocupes, con nosotros también se ha ensañado esta mañana. Creo que si hubiésemos sabido, la hubiésemos ahogado entre todos con alguna clase de hechizo asfixiante -te dijo el muchacho, que parecía hablar de manera sincera e inusualmente calmada -. Por cierto, me llamo Dave. Tu eres... ¿Úrsula, creo? Te he visto en la mesa de Gryffindor hablando con tus amigos y... bueno, me pareció oír como te llamaban así.

Por un instante pareció que el tal Dave se ruborizaba, pero fue antes de que Úrsula siguiese hablando, totalmente hundida.

-Según la profesora Tauris, ninguno de los alumnos que vamos a sus clases tenemos talento, así que no le des importancia -te dijo finalmente.

Entonces le dijiste que ibas al lechugario, lo que provocó un gesto de extrañeza en el muchacho.

-Ah, ¿te refieres a la lechucería? Pues está en la torre. Si quieres te acompaño. No tengo nada qué hacer ahora mismo -te dijo, mostrando una sonrisa de aspecto agradable y confiable.

La división física de vuestro grupo no os hacía más débiles sino mucho más fuertes. La ausencia de Úrsula no hizo sino disparar la camaradería reinante entre Luna y Colton, que sin pérdida de tiempo se dirigieron hacia la parte superior del castillo.  ¿Qué hubieran hecho los demás, Ivy, Michael, James, Kyle, de haber estado en su situación? Sin lugar a dudas, lo mismo que ellos, porque como Colton había dicho una vez, no se abandonaba a nadie.

Por el camino descubrieron tantos cuadros que era bastante complicado decidirse a hablar con alguno de ellos. Por otro lado, si se entretenían, puede que no alcanzaran a su compañera, por lo que quizás fuese mejor esperar a regresar para perder el tiempo en eso.

Finalmente, llegaron a la cuarta planta y siguieron subiendo y entonces se encontraron a Úrsula, que estaba hablando con un alumno en el rellano.

En ese momento, Úrsula y Dave se movieron para dirigirse a la lechucería, cuando oyeron pasos a su espalda y se volvieron, justo a tiempo para encontrarse con Colton y Luna que parecían estar algo asfixiados de tanto subir escaleras. Seguramente vendrían desde el gran salón.

Aquella planta estaba completamente desierto a excepción de los cuatro alumnos, algo completamente lógico, dado que era la hora de comer, aunque ni Ravenclaw ni Slytherin habían regresado todavía al salón de su  clase de herbología, seguramente porque aún estarían de regreso por los campos de Hogwarts, aunque era difícil sentirse a solas con tantos retratos de magos y brujas, algunos tomando el té y otros mirando lo que sucedía a su alrededor, siguiendo con la vista los pasos de los alumnos y también haciéndose señas unos a otros. 

Quizás era el momento de preguntar... o a lo mejor lo que debíais hacer era bajar a comer y reuniros con los demás, puesto que el tiempo era escaso, antes de la siguiente clase.

Se quedó mirando a Luna cuando le agradeció que los defendiese, pero debía estar enfadada con él, tal vez porque no se había defendido de los ataques, o por no haber defendido a Úrsula, o igual, solo igual, era porque era una chica, y las chicas se manifiestan de formas secretas que no entienden ni los sabios, menos aun un pobre chico de primero. Aun así, aunque estuviera enfadada o en plena demostración de chiquidad, Luna le dijo que Úrsula se había ido corriendo y que cuando la vieran necesitaría un abrazo y que igual quería estar sola. Se quedó un poco trabado dándole vueltas a eso. Igual las chicas si que pensaban muy diferente en algunas cosas.

Sola. Sería eso, querría estar sola, y los buenos amigos tienen que saber respetar.... y.... No, y una mierda, los amigos tienen que estar juntos, los amigos tienen que cuidar los unos de los otros, y eso va en las dos direcciones, cuidar, y dejarse cuidar, y no valía solo estar para ayudar y desaparecer cuando las cosas iban mal porque entonces no te dejaban ocupar tu papel como amigo. Sí. Tenía que hablar con ella.... Se lo iba a decir a Luna, para comprobar si eso tenía algún sentido en el idioma de las chicas y comprobó que se había quedado atrás. Aceleró, porque Colton no se quedaba atrás por mucho tiempo y entró en el comedor esperanzado en encontrar a su amiga, pero no, ni rastro, así que se fue a Luna, la única chica que podía ayudarle, porque decirle a una chica que te gusta que si quiere ir al baño suena rarito, y le preguntó si le acompañaba al baño, y que tal vez, de paso podían hablar con los cuadros, a ver si conseguían encontrar alguna pista de los asesinatos. Sonrió cuando le dijo que le parecía una buena idea. Así que se fueron escaleras arriba

- Claro, prioridad primera Úrsula, estamos en defcon 1. A ver si la vemos que como llegue tarde a clase se va a meter en un lío. ¿Así que subió? ¿Arriba del todo? - Bufó pero luego sonrió - ¿No hay baños de chicas más cerca?

Pero nada, estaba claro que iban a tener un culo para partir nueces, escaleras para arriba, escaleras para abajo.... Por un momento pensó en que podía probar el conjuro de encantamientos para volar, pero casi mejor que no, que no le había salido bien y podía matarse. Se dedicó a saludar a los cuadros según pasaba, había que causar buena impresión, aunque no tuviera mucho tiempo que charlar. Miraba a todos los que parecían ser Gryffindors, o valientes, tipo caballeros, guerreros, magos

- Hola señor, Colton, Colton Derrick a su servicio, sí, claro, soy caballero del chocogrial. ¿Que que es eso? Es un secreto... Por cierto, ¿Podría pedirle que tuviera los ojos abiertos? Por lo de los crímenes...hay que ayudar a los profes, sí...

Subieron y llegaron a la cuarta planta, y se encontraron a Úrsula y Dave, que parecían irse a la lechucería...y entonces lo entendió, no es que se hubiera ido a llorar al baño....lo que había ido a hacer es..... a verse con el novio. Colton abrió mucho los ojos y se le escapó un Oh, quedo. Compuso una sonrisa apresurada, se rascó la cabeza y dijo

- Oh, nunca había estado aquí.... que pasada, pero, uy, que hambre me ha entrado... Igual tendríamos que irnos a comer antes de clase ¿No Luna?, sí, sería lo mejor.... - Agitó la mano y saludó a Úrsula - Ey, nos vemos después ¿eh? Uy que tarde, que tarde....seguro que ya se han acabado el asado de cerdo...¿y si bajamos deslizándonos por la barandilla? Seguro que llegamos en nada...y eso es una aventura.

Colton pareció quedarse algo confundido con mi explicación, aunque a mí me parecía algo completamente normal. Entendía bien a Úrsula, queriendo alejarse de la clase y de todos, al menos por un momento, sintiendo que aquel no era su lugar y que incluso la profesora podía tener razón.

Por eso era importante encontrarla, para asegurarle que de eso nada y que era tan buena bruja como cualquiera, solo que aún tenía muchas cosas que aprender.

Lo de los cuadros me pareció muy bien porque así aprovechábamos el viaje. Nunca se me habría ocurrido preguntarle a la gente que estaba en ellos sobre lo que había sucedido, aunque por otro lado, si supiesen algo… ¿no tendrían que habérselo contado ya a la directora?

Igual que había aparecido el sentimiento de éxito, desapareció, en cuestión de segundos. Pero bueno, primero había que encontrar a Úrsula.

-Claro que hay baños más cerca, Colt, no me seas. Pero si estábamos en la cuarta planta y subió, tuvo que ir a los que estaban arriba, ¿no? Además, yo no tengo muy claro que haya ido a los baños. Lo mismo se ha ido a la casa común.

Después de todo, era el mejor refugio posible… bueno, salvo la sala que había encontrado con Ivy. Esa estaba genial.

Por el camino, Colton empezó a hablar con los cuadros. Yo le miré un poco irritada porque ya habíamos dicho que lo primero era Úrsula, aunque claro, también era cierto que desaprovechábamos un viaje si no decíamos nada, así que lo dejé pasar. Total, lo único que podía salir de allí era o bien que nos ayudasen o que nos ignorasen, así que no perdíamos nada.

Al llegar arriba y subir hacia la quinta planta, vimos que Úrsula estaba en el último tramo de escaleras hablando con un chico. Me parecía que era de Hufflepuff pero no podía estar segura del todo. Nunca los había visto juntos, así que seguramente se lo había encontrado por casualiad.

Sin embargo, Colton empezó a decir cosas sin sentido.

-¿Cómo? ¿Pero qué estás diciendo, Colt? ¡Quédate ahí, so tonto!

No entendía por qué ahora que la habíamos encontrado tenía tantas ganas de irse de nuevo abajo, hasta que me di cuenta de que… ¡claro! Úrsula estaba con un chico y no quería molestar.

Yo no creía que fuese su novio ni nada parecido; a lo mejor le gustaba o a lo mejor no, pero no habíamos subido hasta allí para nada.

-Ven conmigo –le dije a Colton en voz baja, tirando de él para que subiese conmigo. Una vez arriba, saludé a Úrsula intentando mostrarme natural -. Hola, Úrsula. No sabíamos dónde estabas así que hemos subido a buscarte. Ah, esto… hola, yo soy Luna y él es Colton. Somos amigos de Úrsula.

Mientras me presentaba, miré de reojo a Úrsula. Si quería que nos fuésemos, ya me haría una señal o me diría algo, pero no iba a desaparecer porque sí y Colton tendría que esperarse un poco más si tenía hambre.  

Tras salir de los invernaderos, Kyle, Michael e Ivy se dirigieron hacia el Gran Comedor, caminando por los terrenos exteriores del castillo. La joven suspiró al verse al aire libre, le gustaba sentir el viento en el rostro y tener la sensación de que al final de todo, tras los malos comentarios de Alondra, ella tenía algún tipo de poder para hacérselo pasar mal. Era una satisfacción que presentía oculta en el fondo de su ser, como si un duendecillo malvado le indicara que devolviera cada uno de los golpes.

Mi abuela Joanna estaría orgullosa de mí, y seguramente mamá también. Siempre me han dicho que no debo permitir que nadie pase por encima mía...

En el fondo buscaba la manera de justificarse, porque si ponía en su mente la imagen mental de su padre, sabía que le faltaría valor para usar las espinas de Testia que había conseguido.

- Michael, tras el almuerzo no coincidimos en más clases, ¿vas a ir a las 16.00 a la biblioteca? ¿O te quedarás en la sala común? Yo posiblemente vaya, si quieres podemos vernos allí y luego hablar sobre lo que tenías que decirme. O si lo prefieres, después del almuerzo charlamos. ¿Te parece bien o estarás liado? - Le preguntó interesada en la respuesta.

Llegaron al gran comedor y la joven pelirroja se sentó en su mesa de Slytherin, dispuesta a revisar su horario - ¡Toca vuelo tras el almuerzo! - Su alegría fue más que notable, Yvy adoraba volar, y su mayor conflicto en casa, conseguir que le comprasen una escoba - Y vamos a estar con Gryffindor - Su sonrisa se ensanchó - Va a ser genial. Tengo que comer ligero - Y tras fijarse en los manjares que comenzaban a aparecer delante suya, comenzó a servirse un plato equilibrado con patata asada, guisantes y un muslo de pollo, sirviéndose agua en la copa de plata.

- Kyle, luego tenemos que hacer los deberes, se nos comienzan a acumular... - Comentó mientras se llevaba un guisante a la boca - Tenemos dos horas después de las clases, supongo que nos dará tiempo a todo. ¿No crees?

Michael caminaba a buen paso por la hierba mullida de los jardines junto a Ivy y Kyle. Había guardado las espinas de Testia bien envueltas en un trozo de pergamino doblado para darle forma de sobre. Pero todavía iba pensando en ellas y en lo interesante (y potencialmente útil) de aquél efecto temporal. En el mundo mágico había cosas realmente sorprendentes... y todavía estaban en primer curso.

—Oh, eso —dijo al escuchar a Jade dirigirse a él. Sonrió y se pasó una mano por la nuca, algo azorado—. Bueno, en realidad no es nada... Solo que... cuando nos separamos en la Sala de Trofeos porque te quedaste atrás para ayudar a Luna, pensé que era lo más valiente que había visto nunca. Me sentí muy mal por no haber podido hacer nada por ella, pero tú no dudaste en arriesgarte a enfrentarte a Tauris con tal de quedarte con tu amiga.

Se rió un poco entre dientes, mientras recordaba lo que había pasado en la clase anterior.

—La clase de Vuelo no se me ha dado nada bien —se encogió de hombros—. Pero si no me hubiera acordado de lo valiente que tú fuiste entonces, hubiera sido aún peor. Fue ese recuerdo tuyo lo que me hizo ser capaz de dominar la escoba y terminar las pruebas. Así que supongo que... gracias, Ivy.

Sonrió a la chica de Slytherin, pero se estaba empezando a poner tan rojo como el pelo de ella, así que volvió a mirar al frente y carraspeó, ajustándose la mochila. Y de pronto recordó algo que no era ni por asomo tan agradable. Cerró los ojos con una mueca de fastidio.

—Jo. Después de comer me toca Encantamientos...

No necesitaba decir mucho más para explicar su bajón de ánimo. Volver a dar clase con la profesora Tauris era lo que menos le apetecía en ese momento. Pero así era el horario, a veces tocaba disfrutar y otras... Al menos al día siguiente no tendría que ver a la jefa de Slytherin en clase. Y también estrenaría Historia de la Magia, tenía muchas ganas de empezar esa asignatura y ver qué deberes les mandaba el profesor. Y hablando de deberes...

—Por cierto, sí —añadió Michael—. Después de clases iré a la biblioteca. Tengo una buena pila de deberes, y será mejor que no los descuide. Además...

El nombre de Grymanfly volvió a pasar por su mente, fugaz.

—... quiero echar un ojo a los libros. A ver si encuentro alguna pista sobre el nombre que me dijo Rowena Ravenclaw. Bueno, aquí estamos ya. ¡Que aproveche, Kyle, Ivy! Nos vemos más tarde...

Habían llegado al Gran Comedor, con el estómago de Michael demandando atención. Se despidió de su amigo y amiga de Slytherin para ir a la mesa de Ravenclaw, donde buscaría a James y Elektra. Pero aunque sentía hambre, no tenía muchas ganas de acabar de comer. Tauris les esperaba después, y aquello era todo menos alentador. Ojalá aquella segunda clase fuera mejor que la primera, al menos...

Ivy y Michael andaban justo delante mío, mientras hablaban. Estaban planificando ir a las 16h a la biblioteca, tal y como más o menos habíamos decidido por la mañana. Por un momento, me sentí como si no estuviese allí. No en el mal sentido, estaba tan acostumbrado a pasar desapercibido en un grupo de gente, que a veces era como una sombra de los demás, y más teniendo en cuenta que estaba inmerso en mis pensamientos.

Michael le dijo un par de cosas riendo entre dientes a Ivy, sobre cómo ella había defendido a Luna, y elogiándola por lo valiente que era. Era verdad, yo no hubiera sido capaz de hacer algo así. Y luego justo empezaron a mencionar la clase de vuelo, y que él tuvo que pensar en el valor de Ivy para poder hacer la clase.

-Pero en qué consiste esa clase? - corté su conversación haciendo que ambos diesen un respingo, como si sin querer se hubiesen dado cuenta que estaba justo detrás - ...de verdad vamos a empezar ya a volar como... - casi se me escapa "como brujas", pues me imaginaba la típica imagen de Halloween. Al fin y al cabo solo vi volar a una persona en toda mi vida, y fue el desastroso y patoso vendedor de varitas del callejón Diagon - ...con escoba y todo? - procuré no sonar muy alto. Tenía que recordar de pasar desapercibido en cuanto a todo lo que no sé de éste mundo. Poco a poco lo iría aprendiendo, sería cuestión de tiempo... pero hasta entonces iba a evitar hacer el ridículo lo máximo posible.

Ivy dijo que tendría que comer ligero. Y yo estaba hambriento! Antes de que Michael marchase a su mesa, pregunté - pero... en qué consiste la clase de encantamientos que a nadie parece gustarle?...- encantar cosas. Podía imaginarme en qué consistiría, pero no sabía bien como explicarlo. Encantar amuletos? encantar flores?...

Tras despedirnos de Michael me dispuse a comer algo. Por mucho que Ivy dijese que tocaba comer ligero... yo... tenía hambre. Así que no dudé en comer bastante asado y muslo, con algo de verdura salteada y una salsa sabrosa que había por ahí y que no tenía ni idea de lo que era. No me salté ni el postre. Las preocupaciones ya las hablaríamos cuando llegasen todos, y cuando pudiésemos reunirnos en la biblioteca al finalizar las clases.

-Oh, es verdad, tenemos que tener en cuenta los deberes. Tengo que tenerlos apuntados en alguna parte. 

-¿También has tenido clase con ella? ¿Y con vosotros ha sido igual?-preguntó curiosa y ansiosa a la vez por certificar que no era ella la rara y la que no tenía futuro en aquel colegio, sino que su percepción de Tauris era la misma incluso en otras clases-¿Os ha dicho también que no tenéis talento? -bufó, enfadada con el mundo, en especial con el mágico en aquel momento-¡Pero es que una profesora no puede hablar así a sus alumnos! Nunca he conocido a ninguna profesora que haga eso, ¡así no aprenderemos y nunca nos gustará su asignatura!

La forma de hablar del chico era tranquila, le estaba contando aquello como si fuera lo más normal del mundo que una profesora se comportara así en la clase y que tratase con aquel desprecio a todos sus alumnos. Bueno, a todos no, a los que no eran Slytherin. ¡Como estaba odiando aquello de las casas!. Resopló de nuevo, pensativa, y se miró la punta de sus zapatos, solo levantó la mirada cuando el chico se presentó.

-Sí... Úrsula-concedió, sorprendida de que él se hubiera fijado en ella y en sus amigos. No pensaba que pudiera ser objeto de atención de nadie en aquel colegio-Encantada de conocerte, Dave-le dijo con una sonrisa tímida. Aquello había hecho que dejara de pensar por un instante en Tauris y su egocentrismo puro-Yo te he visto sentado en la mesa de Huplefuf, pero no sabía como te llamabas. Me alegra conocer a gente de otras casas, la verdad. ¡Mola!

-Ummm-entornó los ojos unos segundos, procesando aquella palabra-Creo que sí, lechu...cería, no se por qué he dicho lechu...-y ahora no le salía la palabra que había dicho antes, genial, estaba quedando como una tonta delante de Dave-¿Vendrías conmigo?, ¡eso es genial!... es que... no sé por donde se va a ese sitio...

En aquel momento, el sonido de unos pasos acercándose por la escalera hizo que volviera la vista y viera llegar a Luna y a Colt. Al mirar escaleras abajo vio a Luna y a Colt acercándose a ellos. La visión de sus amigos hizo que Úrsula se acordara de algo.

En casa, cuando alguno de sus hermanos se sentía mal nunca le dejaban solo, porque los hermanos están para eso, para apoyarse en los malos momentos. Ellos no eran hermanos reales, pero como si lo fueran. Recordó mil y una ocasiones en los que ella había corrido tras Ashley, en los que Ashley y Henry habían corrido tras ella y las innumerables ocasiones en las que Roy había corrido detrás de todos y les había cantado las cuarenta llamándolos al orden, minimizando la tragedia y trayendo clínex para todos. Ellos tres no estaban allí con ella, pero estaban Colt y Luna, y Dave, sin conocerla, también había hecho que olvidara a .... ¿de quien estaban hablando?

Úrsula se limpió la última lágrima que salió de sus ojos más por pereza que por tristeza y sonrió, dándole la bienvenida a sus amigos y poniendo mentalmente a Tauris en su sitio. Para ella lo más importante eran sus amigos.

-¡Colt! ¡Luna! ¡Venid!-dejó que se aproximaran y que Luna hiciera las presentaciones por la parte de Gryffindor-Este es Dave, de Huplefuf. Nos hemos encontrado aquí y le he contado lo que ha pasado en la clase. Siento si me he ido corriendo de clase sin esperaros... yo... me sentí mal y quería ver a mi lechuza... pensé que allí estaría sola y yo... es que nunca me habían dicho cosas como las que esa histérica de pelo enlacado me ha dicho pero... -se encogió de hombros-...ya se me está pasando...-así era Úrsula, igual que se enfadaba se desenfadaba-¿Tenemos tiempo para ir a ver todos a las lechuzas? Me apetece un montón...  -miró a los tres, expectante. Ella no se acordaba de si ahora tenían clase o tocaba comer o vete a saber qué y, ni mucho menos, sabía lo que Dave tenía que hacer que él tenía un horario diferente al de ellos. Unos minutos antes le hubiera dado igual no ir a la siguiente clase pero, conforme se le pasaba el enfado, volvía a ser ella y, lo último que quería era saltarse una clase o hacer que sus amigos se saltaran una por su culpa. Visto lo visto, saltarse una clase podía significar perder más puntos de la casa y no aprender millones de hechizos supermegaimportantes para aprobar. Y, si Luna no iba a clase, ¿quién se los iba a explicar a Colton y a ella?. 

¡Pero como molaría ir a ver a las lechuzas ahora los cuatro juntos!

La idea de ir a la lechucería para visitar a las lechuzas pareció ser del gusto de todo el mundo. Luna tenía ganas de saludar a la suya y sabiendo que Úrsula se sentía mejor, le pareció una estupenda idea. Dave, por su parte, estaba dispuesto a acompañarles, aunque fuesen de otra casa, si bien como tenía Historia de la Magia a continuación y no quería llegar tarde, su idea era no echar demasiado tiempo. Pero se comportó de manera muy amable con Úrsula, sin despegarse de ella todo el tiempo. No era difícil adivinar que al muchacho le gustaba.

Como además había que comer y una vez solucionado todo, parecía como si se le hubiese abierto el apetito a todo el mundo, no tardasteis en bajar rápidamente al salón.

Por el camino, la idea de hablar con los cuadros regresó de nuevo a Colton. Durante la subida, este ya lo había intentado por el camino, pero los retratos habían reaccionado de maneras muy diferentes pero en general, poco cooperativas. Después de todo, no estaban ahí para hacer caso a unos cuantos alumnos de primer curso. ¡Qué dirían los demás si les viesen!

Así que finalmente, lo único que pudisteis hacer fue dirigiros directamente al salón, sin deteneros más tiempo.

Kyle, Ivy y Michael ya habían regresado de sus clases y estaban ya en sus respectivas mesas. Como teníais clase los de Gryffindor y Slytherin juntos, Luna, Colton y Úrsula esperaban poder hablar con Kyle y Ivy dentro de un rato. Michael tendría que esperar un poco más.

Y es que la vida en Hogwarts parecía ir siempre a cámara rápida, como si no hubiese tiempo más que para lo justo. Con todos los deberes que teníais y esa inquietante investigación que deseabais continuar, disponer de horas para todo era como una quimera.