Partida Rol por web

Estaba agotado en solo dos clases, pero es que habían sido más intensas que un partido de fútbol con prórroga, penalties y luego las celebraciones por ganar la copa. Acompañó a Úrsula para garantizar que no tenía problemas con las escaleras y al llegar al comedor suspiró y bromeó con sus compañeros leones

- Me siento como si no hubiera desayunado, dos clases han drenado toda mi energía.... Es el momento de hacer un kit kat... - Pero como Luna parecía no pillarlo se lo explicó - Los muggles decimos hacer un kit kat para hacer una pausa corta...es de un anuncio de la tele....Ya te contaré lo que es, o, mejor, un día que quieras si te dejan tus mamás puedes visitarme en casa y te enseñaré un montón de cosas. Creo que voy a acercarme a la mesa de Ravenclaw a ver si Michael da clases particulares. Se supone que es listo, que para eso está en la casa de los empollones... Es que en historia no me he enterada de nada. No os comáis toda la comida

Miró alrededor del comedor y se acercó a la mesa de Ravenclaw, a donde estaba sentado Michael. Le puso la mano en el hombro y le dijo

- Ey Michael!, Oye, ¿Has tenido ya la batalla de historia de la magia? Como te ha ido, es que...no me he enterado mucho - Sonrió con su sonrisa pícara antes de conseguir - Es que me entregué mucho a la batalla y claro, no me enteré de mucho más.... Puedo pagar lecciones en chocolate, en chocolate seguro e inocuo, claro está - Dijo con una sonrisa de malvada inocencia.

Ivy, tras la clase de transformaciones, había bajado con Kyle al Gran Comedor para realizar un descanso antes de ir a la sala común, recoger el caldero y preparar los ingredientes que podría necesitar para la clase de pociones.

- Kyle, ¿qué te ha parecido la clase de transformaciones? ¿No te ha parecido maravilloso todo lo que hemos hecho? - La pelirroja estaba realmente emocionada - Esta tarde quiero ponerme al día con los estudios, quizás le pida a Michael algo de ayuda con la parte teórica, tengo la sensación de que he dejado pasar algunas cosas por alto, ¿tú entendiste todo? Lo último de Kirch no llegué a pillarlo del todo...¿Te gustaría plan de biblioteca?... -Preguntó la muchacha con la vivacidad característica que solía poseer.

El lugar comenzó a llenarse de alumnos y el ambiente era bastante festivo, comentarios, risas, anécdotas... Jade estaba sonriente hasta que vio el escudo de Slytherin y su puntuación. Ravenclaw iba en cabeza, seguida por los leones y las serpientes compartían puntuación con los Hufflepuff.

- No puede ser... Kyle... Mira... - Señaló los paneles con tristeza - Tendremos que esforzarnos más. Esos puntos reflejan el éxito de los alumnos de todos los cursos en las sesiones de estudio y no vamos bien... - Tristeza en la voz, más un suspiro de malestar - Decidido, esta tarde hay que estudiar, aunque sea para hacer mejor las cosas y que se reviertan las puntuaciones... - Si de Jade dependiera, ella misma conseguiría todos los puntos para la casa, quería esforzarse tanto que la posibilidad de fallar en algo podría generarle mucha frustración.

Una vez en el Gran comedor, Ivy se acercó a la mesa de Gryffindor justo cuando Colton le decía a Luna, que si un día le dejaban sus madres ir a su casa le enseñaría un montón de cosas, yendo posteriormente a la mesa de Ravenclaw para hablar con Michael.

- ¿Cómo ha ido la mañana Luna? - Era inevitable, pero había sentido un pellizco de celos de Derrick por poder pasar mucho más tiempo con su amiga que ella misma. Aunque no haría ningún comentario al respecto - La clase de Transformaciones es muy chula, y el profesor me encanta, aunque creo que voy a necesitar estudiar bastante para sacar buenas notas. Esta tarde voy a ir a la biblioteca seguro... - Sonrisa - Y bueno, ahora nos veremos en transformaciones, voy a ir a mi mesa para comer algo...

Siguió su camino pasando por Ravenclaw, parándose ante Michael y Colton - ¿Qué tal os ha ido todo?... Michael, si sabes algo de transformaciones es posible que necesite tu ayuda con los deberes, ¿podrás sacarme un ratito?... - Le pidió con su encanto habitual - Colton, ¿a mi hermano le ha ido todo bien? - Y es que en el fondo, le preocupaba.

Tras charlar brevemente con sus dos compañeros, llegó la joven a la mesa de Slytherin, donde se sirvió un té, sintiendo que era el calor necesario que iba a necesitar, para bajar a las mazmorras, donde la humedad solía estar siempre presente.

Michael llegó enseguida a la mesa de Ravenclaw, y mientras sus compañeros de casa se relajaban tras la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, él por su parte sacó el libro y la varita inmediatamente y se puso a repasar la lección. Ni siquiera se había fijado en los relojes de arena llenos de gemas que mostraban los puntos que los alumnos habían cosechado para sus respectivas casas. Así le encontró el resto de la pandilla cuando llegó, con el ceño un poco fruncido y moviendo la varita en un curioso gesto, como si dibujara una especie de letra G en el aire mientras murmuraba algo.

Estaba tan concentrado en lo suyo que dio un pequeño respingo al notar la mano de Colton en su hombro.

—¿Eh? ¿Eh... qué? —entonces se fijó en el rostro pícaro de Colton y sonrió al reconocerlo—. ¡Ah, hola! ¿Qué tal os ha ido?

Su sonrisa se ensanchó al escuchar a Colt y al imaginárselo en clase de Historia de la Magia. Seguro que con lo inquieto que era, no lo había tenido fácil para concentrarse en una asignatura tan teórica.

—Claro, no te preocupes —dijo—. Me encantará echarte una mano. Bueno... todavía no he tenido clase de Historia de la Magia... pero es de mis favoritas, he leído mucho sobre ella. Y no tienes que pagarme, te ayudaré con mucho gusto. Pero ya que mencionas el chocolate...

Sacó una rana de chocolate de su mochila y empezó a desenvolverla. No se había dado cuenta, pero la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras le había drenado las energías, tomar algo dulce le vendría bien. Mientras tanto, llegó Ivy y les saludó. Michael acababa de meterse un trozo de chocolate en la boca y casi se atragantó al intentar saludarla, disculparse y tragar el chocolate, todo a la vez. Se puso rojo y sonrió con torpeza.

—Pe... perdona —dijo apurado—. Pues... de Transformaciones he leído un poquito. Me encantará intentar ayudarte, claro. Pero no sé si estaré a la altura, ya me llevas una clase de ventaja.

La verdad, era Michael quien había pensado en pedirles a Ivy y Kyle que le echaran una mano para esa clase, pues el profesor Partwulf le daba bastante respeto y no quería hacerlo mal. Además, ¿quién podía resistirse al encanto de Ivy? Miró a la chica pelirroja y a Colton, y tuvo una idea.

—Podríamos reunirnos antes de la cena en la sala de estudio para esas cosas. Según el horario tenemos que pasar dos horas allí, así que podremos hacer los deberes y echarnos un cable unos a otros con lo que se nos atasque. ¿Qué os parece?

Había dicho aquello mientras recogía sus cosas y echaba a andar hacia la mesa de Gryffindor. También quería ver a Luna y Úrsula, y a Kyle si andaba por allí. Cuando llegó a la larga mesa de los leones saludó con una mano al grupo.

—¿Qué tal? —sonrió—. Defensa Contra las Artes Oscuras ha sido una pasada. El profesor Persimom explica súper bien, y nos ha enseñado un hechizo alucinante. Y ha comentado lo que pasó en el tren para que nos tomemos en serio lo de defendernos de magos tenebrosos, aunque no ha entrado en detalles...

Miró a Luna y Kyle.

—Os he hecho caso y no le he preguntado nada sobre la chica. Además... —bajó un poco la voz y también la vista, y se pasó sin darse cuenta la mano por la nuca en aquél gesto tan suyo—... tengo que reconocer que me hubiera dado vergüenza hacerlo.

Pero no dijo nada más sobre el tema y alzó una vez más la mirada, sonriendo de nuevo.

—¿Y al resto, qué tal os ha ido? ¿Qué tal Encantamientos? Que ahora me toca a mí...

Miró sobre todo a Luna. Preguntarle directamente la causa de su visita a la directora Crowland le parecía de mala educación, pero esperó que la chica captase su preocupación y que esperaba que no hubiera sido nada grave o desagradable.

-No le hagas caso, Luna, yo te explico. Un Kit Kat es una chuchería de barquillo recubierta con chocolate con leche que está muy buena, ya verás cuando la pruebes. Pero a mí me gustan más los Conguitos que son cacahuetes recubiertos con chocolate, porque son pequeños y puedes comerte varios y dejar otros para más tarde, no se derriten tanto como el Kit Kat y, lo mejor, la bolsa es mucho más grande, ¡mogollón de Conguitos! ¡Hola Ivy! -saludó a su amiga cuando llegó junto a ellos.

Se quedó mirando a Colt cuando se disculpó y se fue en busca de Michael, miró a Luna y a Ivy con suficiencia-Ya, clases particulares… ahora se llama así el quidittch. Vamos a desayunar nosotras, creo que hemos llegado las primeras y ¡tengo un hambre!, es como si no hubiera comido nada esta mañana, yo creo que la carrera por el campo es la culpable. ¿Queréis un trozo de bizcocho? Hay normal y de chocolate… -se volvió a mirar a las dos chicas para ver que se habían quedado hablando, Ivy le había preguntado a Luna por su día. Úrsula cogió un trozo de bizcocho, que por el sabor parecía de yogurt, mientras las escuchaba un poco separada de ellas hablando de la clase que ella había tenido, Transformaciones. ¿A qué le sonaba eso?, ¿a que iba poder transformas unas cosas en otras?. Antes hubiera dicho que eso era imposible, pero después de ver que había sido capaz de hacer que un libro corriera por una habitación y no se dejase atrapar, estaba deseando ir a esa nueva clase. Ivy no tardó en alejarse hacia su mesa y, cuando lo hizo, Úrsula le dijo adiós con su mano volviéndose a acercar a Luna. Sabía que se llevaban muy bien y no le molestó en absoluto que quisieran hablar un instante solas. Aunque la conversación había sido pequeña entre ambas amigas, pero era normal, tenían muy poco tiempo para ese descanso y así se lo hizo saber a su amiga por si le había resultado una visita muy corta-Tenemos poco tiempo, en la siguiente clase estaréis juntas…¡mira! Michael-le saludó con la mano cuando se acercó a ellas y le tendió un trozo de bizcocho mientras tomaba asiento y lo escuchaba con atención-¿Por qué te va a dar vergüenza preguntarle?. A mi a lo mejor me daría susto, porque tiene algo que… es como que da un poco de miedo pero a la vez es intrigante, pero vergüenza no. Además, es algo que todos vimos y no pasa nada por preguntar. ¡La clase de Encantamientos es chula!. Seguro que te gusta. Nosotros hemos aprendido un truco, ¡es genial!, podemos hacer que algo no se deje agarrar. Hemos correteado a nuestros libros de magia por la clase, ¡nos hemos reído mucho!, pero eso sí, hemos tenido que tomar muchísimos apuntes, en esa clase y en la de Historia. Pero Historia de la Magia es chulísima, ¡no os voy a contar nada para que os llevéis la sorpresa cuando la tengáis!... Pero… ¡prepararos para correr!-dijo enigmáticamente, mirando a Luna a ver si le seguía el rollo y no contaba nada de la clase, ¡era tan emocionante!¡que se llevaran todos la sorpresa cuando se vieran allí en mitad del campo de batalla con la espada y la varita!

Se dio cuenta de que Michael miraba mucho a Luna. Úrsula miró a Luna, volvió a mirar a Michael, después miró a Luna de nuevo, después volvió a mirar a Michael una última vez y sonrió-Voy a por un té, ¿alguien quiere?-pregunta tonta. Les daría dos segundos para responder y, si no decían nada, iría ella a buscar el té a la otra punta de la mesa. Se conocía esas miradas, los niños más mayores se miraban así mucho y lo mejor era dejarlos solos para no llevarse un bufido.

Respondía Ivy mientras entrábamos en el gran comedor - Ha sido realmente impresionante. Y sí porfavor  , me muero de ganas de leerme el libro entero de transformaciones!! - respondí alegremente ante su propuesta de estudiar por la tarde en la biblioteca - entonces Michael es bueno con la teoría? - preguntaba casualmente cuando ella le mencionó.

Entonces se paró en seco y su cara se tornó más seria, señalando unos paneles en la pared. Al parecer así iban a contarse los puntos de cada casa. - Oh, entiendo. - respondí secamente a Ivy, con el ceño fruncido. *así fomentan la competencia entre las casas. Empiezo a entender un poco porqué algunos parecen querer ser mejores que otros... - pensé recordando la noche anterior cuando las chicas de nuestra casa estaban intentando una especie de competición de géneros. No es que me interesase especialmente hacer una carrera contra el resto, pero desde luego tenía que esforzarme por mejorar. Si eso se reflejaba en la puntuación, entonces era como un modo de automotivarme?. *Se verá... - era algo global, dependía de todos los alumnos de la casa, de todos los cursos... aunque un granito de arena siempre puede marcar la diferencia. 

Una vez ya cerca de las mesas, Ivy saludó a sus amigos, algunos ya habían vuelto de sus clases. Yo hice un saludo con la cabeza educadamente diciendo simplemente un - Nos vemos en pociones! - y la seguí, pues iba en dirección a nuestra mesa para comer algo. No sabía porqué no podíamos quedarnos ahí, pero de momento era mejor imitarla. Nos paramos donde estaban Michael y Colton, y Ivy aprovechó para pedirle apoyo al estudiar a Michael -quien tenía un libro abierto encima de la mesa-. Al parecer no era la única con esa idea, pues daba la sensación de que Colton había hecho exactamente lo mismo. Michael se puso a toser y se puso rojo como un tomate - En realidad debo decir que Ivy ha conseguido realizar todos los hechizos a la perfección, al final - dije con una leve sonrisa, queriendo hacerla quedar bien - a mi el último no me acabó de salir... pero por lo menos no me quedé con hambre ! - dije mientras sacaba una especie de muffin de chocolate de mi bolsillo, lo sostenía frente a mí como "mostrándoselo", y seguidamente la daba un bocado, contento. ¿De donde había sacado eso...? ¿quizás de alguna mesa antes de acercarse a ellos? 

Ante la propuesta de reunirnos en la sala de estudio dije estar de acuerdo - Pues eso mismo me había propuesto Ivy, asique creo que estaría muy bien la idea. Y podemos aprovechar para ver y hablar de lo que hacemos en las diferentes clases.

Después de ponernos de acuerdo, Michael se marchó hacia la mesa de Gryffindor. En ese momento dudé en ir con él (y probablemente Colton se iría hacia la mesa de Gryffindor) mientras avanzaba delante mío, pero al imaginarme a Ivy rodeada de Alondra y sus dos sombras sin nadie más alrededor me hizo seguir hacia adelante con ella. 

Había una extraña sensación, como un hilo que parecía crear una inercia de separación entre unos y otros a medida que nos sentábamos en la mesa de Slytherin, la más alejada de la de Gryffindor. 

Cuando bajamos, ya había bastante gente en el salón, algunos hablando, otros comiendo, porque de nuevo parecía haber un importante surtido de comida sobre las mesas, y otros haciendo deberes. Era como si todo el colegio estuviera hiperactivo.

A mi lado, Colt dijo que las dos clases habían casi acabado con él y habló algo sobre un kit… kat, que como siempre, ignoraba lo que significaba. Le miré con gesto de extrañeza. Intentó explicármelo, algo de otra cosa que no sabía lo que era, la tele, pero menos mal que Úrsula si me contó de qué estaba hablando.

Al principio parecía como si fuese a ser muy sencillo de comprender pero cuando siguió hablando… quedó claro que de eso nada. A ella tampoco la entendía.

-Bueno, no te preocupes. Si lo que queréis decir es que necesitáis un descanso… estoy de acuerdo con vosotros –les dije, pensando que llevaba razón y que las clases habían sido duras, aunque temía que lo peor estuviese por llegar. Teníamos tareas y además aún más clases por delante. Era como si no fuese a terminar nunca.

Por una parte estaba bien, porque aprendías, eso estaba claro, pero me estaba empezando a agobiar un poco… y eso que no habíamos hecho más que comenzar.

Colton se fue entonces a hablar con Michael y en ese momento, Ivy se acercó a nosotras. Al verla llegar, me volví hacia ella con una gran sonrisa y la abracé.

-Ha sido… muy difícil –le dije. Cuando me separé, empezó a hablarme sobre la clase de Transformaciones y el profe, que le encantaba. A mí me parecía que le gustaba mucho, y no solo como profe, pero no dije nada. Además, rápidamente añadió eso de que iba a estudiar bastante y tendría que ir a la biblioteca -. Oh, no. ¿Más deberes? Nosotros ya tenemos tareas de la clase de Encantamientos e Historia de la Magia. No sé cómo voy a poder hacerlo todo. Esta tarde voy contigo a la biblioteca. Así hacemos todo lo que podamos juntas.

No quería mostrarme agobiada, pero así era como me sentía. A mi lado, Úrsula parecía estar pendiente de todo mientras comía. Estaba muy hambrienta y se le notaba. Yo, en cambio, estaba demasiado preocupada como para comer.

-La clase de encantamientos seguro que te gusta porque la profesora ha sido muy antipática porque es de Slytherin y no le gustamos. Así que supongo que con vosotros se portará mejor –le dije, sin hacer referencia a lo que había ocurrido con su hermano -. Pero la de Historia de la Magia… ufff, ha sido muy rara. No te adelanto nada, pero ya lo verás.

Después dijo que nos veríamos en Transformaciones pero no, no, estaba equivocada.

-Eh… no, en Pociones, querrás decir. Tengo ganas de que llegue esa clase. Espero que esa sí que se me de bien. He tenido muchos problemas para pillarlo todo en Historia. Es que… dice muchos nombres y no da tiempo a apuntarlos todos. Espera, te acompaño a ver a Michael.

Me fui con ella a la mesa de Ravenclaw, dejándome las cosas en la nuestra. No disponíamos de mucho tiempo pero como mínimo, me apetecía saludar a los demás.

Colton estaba ya hablando con él y se notaba que todos buscábamos ayuda en donde podíamos para completar los apuntes y  hacer los deberes.

-Sí, es muy buena idea, Michael. Deberíamos poner todas nuestras cosas en común, pasarnos los apuntes y todo eso, y así ayudarnos. Porque la verdad es que habláis de Transformaciones pero Historia de la Magia… y Encantamientos…. Creo que voy a necesitar mucha ayuda.

Después Michael nos dijo en voz baja que no había preguntado nada sobre la chica.

-Has hecho bien. Tenemos que buscarlo por nosotros mismos. Seguro que hay algo en la biblioteca o en la sala de trofeos.

Después nos preguntó sobre Encantamientos. Yo ya le había dicho algo así que simplemente, le conté un poco más, con más detalle. Sin embargo, a medida que hablaba, me fui enfadando más y más, por lo que a pesar de que no quería contarle nada a Ivy para que no fuese con prejuicios a la clase.

-A ver, la clase está chula, pero la profesora es muy dura. Como llegues tarde te quita puntos. A Nolan le ha quitado cinco puntos solo por equivocarse de capítulo a la hora de leer y se ha metido con él. He estado a punto de decirle algo. Es que… es que… no tiene ningún derecho a hablarnos mal. La verdad es que hemos tenido solo una clase y ya me cae muy mal –dije, sin poder aguantarme más. No había querido preocupar a Ivy respecto a su hermano pero al final había sido inevitable, para mí al menos -. Lo siento, Ivy, no quería decírtelo para que no te enfadases con ella. Tampoco es que pasara nada muy grave. Es solo que fue…. Bueno, muy antipática.

Úrsula también había venido con nosotros y había empezado a hablar sobre la clase de Historia de la Magia. Se había emocionado muchísimo y eso hizo que el ambiente se animase de nuevo. Así que para quitarle hierro a todo y volver otra vez a estar animados, le di la razón.

-Sí, otra cosa no, pero vais a tener que correr un montón… y preparar vuestras varitas –comenté, lo cual no era mentira. Iban a tener que correr y seguro que iban a sorprenderse un montón, aunque después no se enterasen demasiado de lo que explicara.

Entonces me di cuenta de la mala cara que estaba poniendo Michael. Mi miraba muy serio, como si quisiera decir algo pero no se atreviese. No estábamos diciendo nada del otro mundo ni tampoco hablábamos de algo que supusiera un gran problema, aparte de lo de Nolan, así que no comprendía por qué me miraba así.

-¿Qué te ocurre, Michael? ¿Estás bien? –le pregunté, preocupada.

Era agradable estar otra vez reunidos, aunque fuese solo por unos minutos nada más. En aquellos momentos ni siquiera sabía en dónde estábamos. Nos habíamos movido hasta la mesa de Ravenclaw y después habíamos ido caminando de nuevo hasta la de Gryffindor, pero Kyle y Ivy estaban allí con nosotros, haciendo que en realidad, no me sintiese ni de una casa ni de otra. Era como si de nuevo estuviésemos todos juntos, antes de que nos seleccionaran para las nuestras. La presencia de Kyle había añadido a un compañero más y eso también estaba bien.

Mientras miraba a mi alrededor, me fijé en loss relojes de arena y las puntuaciones de las casas, algo en lo que no me había fijado antes. Mostraban que Slytherin llevaba más puntos que los demás y que después estábamos los demás a bastante distancia.

-Anda, Ivy, Kyle. Vuestra casa va en primer lugar. Debéis haber hecho muy bien vuestros hechizos. ¡Enhorabuena! –les dije, sintiendo orgullo porque lo hubieran conseguido -. A mi Encantamientos no me ha salido muy mal del todo pero reconozco que Historia se me ha dado regular. Voy a tener que dedicarle mucho más tiempo. Pero en fin.

Miré entonces el reloj que había en uno de los muros. Ya quedaba poco para ir a la clase de Pociones.

-Eeeeh… chicos, vamos a tener que subir a buscar las cosas. Tenemos pociones dentro de nada y aún hay que coger los libros y el caldero –comenté, mirando a Colton y a Úrsula, pero también a Kyle y a Ivy, puesto que por primera vez íbamos a tener una clase juntos. Me hacía mucha ilusión compartir por fin clase con ella.

Justo en ese preciso instante me di cuenta de que en la mesa de Slytherin no estaban Cagondra y sus fieles acólitas.

-Anda, Cagondra no está por aquí. ¿Por dónde andará? ¿Qué tal se ha portado en las clases? ¿Ha seguido haciendo de las suyas? Lo digo porque no estoy de humor para aguantar sus tonterías y mucho menos si veo que se mete con alguno de nosotros –comenté, refiriéndome a todos los que estábamos allí en ese momento, incluyendo también a Kyle, que para eso era compañero y amigo de Ivy.

Pero finalmente, no hubo tiempo para mucho más aparte de para hablar un poco sobre lo que nos esperaba y pasaba y también cómo habían ido las clases. Nosotros, Ivy, Kyle, Colton, Úrsula, Nolan y yo, tendríamos que irnos a Pociones, mientras que a Michael le tocaba irse a Encantamientos, según nos había dicho. A su lado estaba ese chico que parecía inseparable, James, pendiente de todo.

-Eras James, ¿verdad? Pues tened cuidado en Encantamientos. No hagáis ningún caso a lo que diga la profesora. Hacedme caso. Os lo dice alguien a quien le ha costado quedarse callada para no meterse en líos –les dije, intentando avisarles un poco para que no se dejasen llevar. Me parecía que además a aquella profesora le gustaba pinchar a los alumnos para hacerles saltar. Era cruel; cuanto más pensaba en ella, y más me acordaba de cómo le había hablado a Nolan, más me enfurecía.

Michael sonrió un poco cuando Úrsula le dijo aquello. Sí, el profesor Persimom inspiraba esas cosas, pero al chico le había animado comprobar que era buena persona. O al menos, era la sensación que daba en su clase. Y sin embargo, seguía siendo tan imponente que quedarse a solas con él para preguntarle algo tan comprometido, le parecía a Michael tarea imposible para él. Luego la niña le contó lo que habían hecho en Encantamientos, y eso hizo que su sonrisa se ensanchara. Aquella clase también tenía buena pinta, igual que la de Historia de la Magia. Pero... ¿correr?

—Entre las escaleras y eso de correr en Historia... está claro que nos quieren en forma —dijo Michael riendo.

Por lo que Kyle comentó, parecía que todos estaban de acuerdo con hacer una especie de "grupo de estudio", y eso hizo que Michael se sintiera muy feliz. Estudiar y aprender eran sus pasiones, y si podía compartirlas con aquél grupo de amigos y amigas, ayudándoles un poquito de paso si estaba en su mano... ¿qué más podía pedir?

Luna le mostró su apoyo por haber dejado estar el tema de la chica con el profesor Persimom, lo que también le animó.

—Bueno... recordé lo que me dijísteis Kyle y tú y... creo que tenéis razón. Será mejor no llamar mucho la atención con ese tema, por lo menos mientras podamos buscar por nosotros mismos. Yo también creo que encontraremos alguna pista en esos sitios.

Pero entonces Luna les contó lo que había pasado en Encantamientos, y su relato no fue tan tranquilizador. A Michael se le borró la sonrisa de la cara como si le hubieran apuntado con una varita y tragó saliva. Los profesores desagradables y antipáticos le ponían muy nervioso, y hacían que estuviera tenso en clase y no pudiera atender bien. Más valía que se concentrase y no metiera la pata. Por lo visto, la profesora Tauris no iba a ser tan benévola como el profesor Persimom...

—¿Eh...? —estaba dándole vueltas a aquello y Luna le había pillado con la guardia baja al preguntarle si estaba bien—. ¡Oh, sí! No, bueno, yo... Me preguntaba si tú estabas bien, en realidad. Ya sabes, por lo que pasó antes de ir a clase... cuando el profesor Goldhorn vino a buscarte y eso... ¡Pero no tienes que contarnos nada! Es solo que espero que todo vaya bien... Y... ¿habéis visto cómo molan los relojes de puntuación? Son una pasada.

Aquella desviación del tema había sido increíblemente torpe, pero es que Michael se había puesto muy rojo y casi había dado un paso atrás al verbalizar aquella preocupación. Tenía la impresión de estarse metiendo en algo que no era asunto suyo, por mucho que Luna fuera una amiga. Aunque era verdad que esperaba que todo fuera bien para ella.

—Uf, es verdad —dijo cuando Luna comentó que el tiempo de descanso se estaba acabando—. Debería darme prisa. ¡No quiero llegar tarde a Encantamientos! 

Hubo una nota de auténtico terror en su voz cuando dijo aquello. Por nada del mundo quería empezar dando motivos a la profesora Tauris para cogerle manía. Recogió todo lo más deprisa que pudo, mientras Luna aconsejaba a James que fueran prudentes en clase. Michael no iba a tener problemas para seguir su consejo de guardar silencio, pero sobre Jim... no estaba tan seguro.

—Qué envidia me dais, vais a compartir clase —Michael sonrió a sus amigos mientras se echaba los libros al hombro—. Pasadlo muy bien, ya nos contaréis qué tal en Pociones, que nosotros la tenemos después de comer. ¿Nos vamos, Jim? ¡Hasta luego!

Se despidió de su pandilla y echó a correr, literalmente, para salir del Gran Comedor en dirección al aula de Encantamientos.

Cuando llegó la hora de irnos, todos corrimos hacia la salida. Por el camino, mientras bajaba, me reuní con Lucerne y empezamos a hablar acerca de lo que habíamos hecho y la clase tan chula que habíamos pasado, y nos reunimos con los demás en la mesa de Ravenclaw, en el salón.

-Se me ocurrió lo de las sillas porque vi una muy cerca de donde tú estabas, así que me dije: Elektra, será mejor que pienses en algo original. Se trata de confundir y no dejar que tu oponente se mueva, ¿verdad? Pues… ¿qué tal un puñado de sillas? –expliqué, entre risas.

Cuando se senté, vi a mi lado a Michael y a su inseparable James, ese chico que estaba siempre guiñándonos un ojo. Ya habíamos comentado entre nosotras que tenía toda la pinta de ser un auténtico pesado. Era mono, y gracioso, pero todas pensábamos que le sobraba un poco de personalidad. Michael en cambio era todo lo contrario, callado, tímido… también bastante guapito.

Estaba bien tener en dónde escoger.

Mientras hablamos, vi cómo se les acercaban sus amigos de otras casas y empezaban a hablar de lo que les había sucedido y las clases que habían tenido cada uno. Eso sí que me dio un poco de envidia. Pero es que además, contaban unas cosas del resto de materias que me hicieron pensar que lo que quedaba iba a ser también muy peculiar.

Y entonces les oí hablar como en voz baja de algo súpersecreto que parecían no querer contar a nadie. ¿Qué sería?

-¿Se puede saber qué es eso tan misterioso de lo que estáis hablando en voz baja? No puede ser que acabemos de llegar y ya estéis planeando un montón de cosas sin contar con nosotras –dije, mirando a Lucerne -. A ver, contadnos. ¿De qué pistas estáis hablando?

Pero entre todos ellos había más cosas, porque siguieron hablando de sus clases, pasarse apuntes y todo eso, y algo que parecía preocupar a Michael sobre esa chica de Gryffindor, Luna. A lo mejor era que le gustaba y por eso se preocupaba por ella. Me había parecido el día anterior que se había fijado en nuestra prefecta, pero ahora ya no estaba tan segura. Tendría que interrogarle al respecto o buscar una manera de enterarme.

Después señaló hacia los relojes y todas nos volvimos hacia ellos.  Ravenclaw estaba en tercer lugar, no muy lejos de Gryffindor, pero Slytherin parecía llevarnos bastante delantera.

-Chicas, vamos a tener que esforzarnos. No podemos conformarnos con el tercer puesto, ¿no creéis? –les pregunté.

No hubo tiempo para mucho más porque las clases iban a empezar en breve y todavía teníamos que ir a la sala común para coger el libro de Encantamientos y dejar los de Defensas.

-Vaya, vamos a tener que dejar la charla para luego. Os veo ahora, chicas. Subo corriendo a los dormitorios a buscar el libro –dije, levantándome a toda prisa para ir a la sala común, coincidiendo con Michael y James en las escaleras.

-Se ve que todos nos hemos dado cuenta de que hay que ir a buscar las cosas. Apenas hay tiempo para respirar con este horario –comenté, mientras subía las escaleras y miraba a los dos chicos con una sonrisa.

En cuanto llegamos a la mesa, Michael sacó su libro y se puso a repasar la lección. Yo le miré con gesto de fastidio.

-Venga ya, Mickey. ¿En serio te vas a poner ahora a estudiar? Ya habrá tiempo después de hacerlo, déjalo ahora y aprovecha el tiempo para reponer fuerzas –le dije, cogiendo uno de los bollos de mantequilla que tenía delante.

Entonces llegó el resto de la pandilla para verle y preguntarle por las clases. Colton parecía emocionado por lo que habían visto, sobre todo por Historia de la Magia.

-¿De qué batalla hablas, tío? Historia tiene que ser aburridísimo –comenté, situándome justo al lado de Michael.

En ese momento, algunas de las chicas se situaron a nuestro lado y yo las miré con una gran sonrisa, y les guiñé un ojo, a la manera Kelpis, de esa que era irresistible.

-¿Qué hay, chicas? –les pregunté, consiguiendo unas cuantas risitas tontas que me convencieron de que las tenía en el bote.

Después volví a centrarme en los chicos.

-Mickey, tío, claro que estarás a la altura. ¿Sabéis lo primero que ha hecho en cuanto ha llegado? Abrir el libro para repasar la lección. Llegarás lejos, Mickey, eso te lo aseguro. Yo por mi parte prefiero reservarme para otros menesteres –dije, echando otra mirada a las chicas -. Pero me apunto también a eso si me dejáis, que conste. Toda ayuda es poca.

Entonces Mickey empezó a hablarle de la clase de Persimom.

-Sí, ha estado genial. Nos hemos batido en duelo y todo, así que os va a encantar –añadí, para después quedarme en silencio cuando habló de lo del tren -. Eh, pero qué…

No tuve tiempo de decir nada porque Elektra se me adelantó y preguntó exactamente lo que yo iba a preguntar.

-¡Eh, te me has adelantado! Eso, eso. ¿Se puede saber de qué pistas estáis hablando? -dije finalmente.

Seguimos hablando todos un poco y entonces nos giramos hacia los relojes. Elektra dijo que no podíamos estar en ese tercer lugar, algo con lo que estaba completamente de acuerdo, pero estábamos muy cerquita. Estuve a punto de decir que barreríamos a esos de Slytherin cuando caí en la cuenta de que dos de las amigos de Mickey eran precisamente de esa casa, así que no dije nada.

De todas maneras,  no teníamos mucho tiempo porque nos dimos cuenta a la vez de que había que ir a por las cosas para Encantamientos.

-¿Eh? Sí, sí, voy enseguida. Luego nos vemos, chicos –les dije, dirigiéndome hacia las escaleras, en donde coincidimos también con algunas de las chicas -. Bueno, hay que ser muy rápido para moverse por este castillo y te aseguro que nosotros lo somos.

Aquella frase me había salido demasiado chulesca pero es que no podía hacer otra cosa cuando una chica como Elektra se me colocaba delante.

Cuando estuvimos a solas, me volví hacia Mickey para hablarle en voz baja.

-Eh, tío. Yo creo que le gustas. Eh visto cómo te echaba el ojo en la mesa y fíjate, se ha levantado al mismo tiempo que lo has hecho tú.

Y tras decirle eso, continuamos en dirección hacia la sala común y después… Encantamientos.

Luna no parecía entenderle mucho, pero es que venían de dos mundos muy distintos, ella venía de Londres y ellos de California, como en la peli, así que era normal que hubiera algunos problemas de comunicación. La referencia al kit kat se saldó con una explicación de Úrsula que no estaba seguro que la niña hubiera entendido. Colton sonrió cuando habló de los conguitos, acompañándola de asentimientos dando a entender que estaban muy buenos y cuando Luna dijo que sí, que necesitaban un descanso Colton le guiñó el ojo para decirle - Ya lo estás pillando, un kit kat es hacer un descanso... Ya lo irás pillando, así cuando vengas a visitarme podrás hablar como una perfecta muggle.

Se marchó hacia la mesa de Ravenclaw cruzándose con Ivy en el camino, a la que despidió agitando alegremente la mano. Quería hablar con ella, pero, en aquel momento solo le preocupaba el poder pedirle a Michael ayuda porque todas las enseñanzas teóricas parecían ser demasiado para él. Cuando le puso la mano en el hombro al chico saltó como un conejillo asustado de una forma muy graciosa, sonrió mientras le decía

- Tranqui tronco, que no soy Alondra...tranqui tranqui...- y cuando le preguntó que tal habían ido las cosas suspiró y negó con la cabeza - La verdad, los hechizos me han ido bien, los he hecho todos, pero la parte teórica....prrff... Parecían que hablaban en otro idioma, y lo de historia de la magia ha sido muy difícil, es que no se puede pedir a nadie que preste atención mientras batallas, esquivando rayos... muy difícil, aunque creo que Úrsula si que se ha enterado...así que igual....- Al decirle Jame que historia era aburrido le dijo - La historia muggle lo es pero esta no, aunque no la hace más fácil... La verdad, es que tenéis suerte de estar en la casa de los listos...

No lo quiso decir, pero igual es que era tonto, o no estaba a la altura, o no era tan mágico como Úrsula. Sonrió y cuando dijo que le ayudaría le dio las gracias mientras Ivy se unía a ellos junto a Luna, apoyaban la creación de un grupo de estudio y la pelirroja preguntaba por su hermano. Iba a contestarle, pero Luna se le adelantó, y le quitó las palabras de la boca. Debían ser cosas de mejores amigas, así que no se lo tomó a mal y cuando acabó de explicarle lo mal que le había ido con su hermano simplemente dijo

- Todo eso que te ha dicho ella, pero que conste que no lo ha hecho por hacer el tonto o portarse mal... Es que la profe es muy intimidante, además, parece ser que tiene algo contra los Gryffindors por ser la jefa de Slytherin. - Miró a los ojos a Ivy y sonrió ampliamente - pero a mi me da igual lo que digan los jefes de la casa, o los demás alumnos, tú eres mi amiga y eso no lo va a cambiar el color de una túnica y ya.... Pero eso, que tu hermano la ha liado, pero ha sido sin querer.... que con una profe mirándote como si fuera una medusa lo normal es equivocarse.

Michael parecía estar pasando un mal rato con tanta atención, pero la mención a que Slytherin iba ganando y que Ivy lo había hecho muy bien en la clase le hizo mirar los relojes. Ganar, perder, no es que no fuera competitivo pero se veía tan flojo que tras un suspiro dijo
- Yo con sacar un sufi me doy con un canto en los dientes.... Nunca he suspendido, y como lo haga mi madre me mata...y ni convocar un muffin me iba a salvar mi vida, mi padre los hace a montones y no tiene magia.... Voy a tener que aprender algo más guay si no quiere que me manden a casa a punta de chanclazos...

La verdad es que a Colton se le podía ver un poco preocupado con las notas, y es que nunca había sido buen estudiante, pero más o menos, los profes hablaban en Coltoniano, pero ahora, ahora no, los profes eran de Venus y el de Marte, pero su madre quería que aprendiera en venusiano y no tenía mucha paciencia para las excusas

Afortunadamente la conversación roló hacia otros temas mucho más interesantes y comprensibles para Colton, como la misteriosa muerte de la misteriosa chica del misterioso tren. Solo eso levantó el ánimo de Colton aunque al final Michael confesó que no había preguntado nada, aunque la clase hubiera molado y el profe con nombre de caqui le hubiera molado. Negó con la cabeza, ese chico tenía poca sangre en las venas, pero claro, por eso él era un cerebrito y Colton era.... un candidato a suspender todas. Iba a decirle que en esas cosas no se podía tener vergüenza cuando estabas investigando peor Úrsula ya se lo dijo todo. Sonrió, molaba mucho tener una amiga que te comprendía sin tener que decirle nada.

- Eso, Úrsula tiene razón, además, quien tiene vergüenza ni come ni almuerza!. Yo le preguntaré, porque los mayores son muy listos, si no preguntamos es posible que piensen que estamos tramando algo. Somos niños, y los niños somos curiosos.... Y mi madre siempre dice que cuando estoy callado es cuando más me teme, porque seguro que estoy tramando algo....El truco está en interesarse, pero no INTERESARSE.... y sobre todo hacer como si las explicaciones que nos den nos bastan y nos sobran... Es de primero de travesuras, hacedme caso.

Entonces una chica muy guapa de Raven y James se empezaron a interesar por su secreto. No podían contárselo a todo el mundo porque sino dejaría de ser un secreto, y cuanta más gente lo supiera peor, porque antes se enterarían los profes así que simplemente dijo

- Pues hablábamos del misterio de la muerte de la chica del tren, como todo el colegio, pero no hablamos nada de pistas, estábamos diciendo que los policías, los aurores que diga, no tienen pistas.... y que tenemos que hacer caso a los profes...sí... era eso.

Que no es que no le cayeran bien, uno parecía ser un ligón y la otra una chica guapa, pero podía ser peligroso, así que cuantos menos lo supieran más seguros estarían. Entonces pareció que algo le pasaba a Michael que se estaba poniendo rojo y entre que Úrsula sugirió ir a por té y Luna les metía bulla para recoger el material para pociones. Colton ni había comido de tanto hablar así que dijo

- Sí, mejor que vayamos a recoger las cosas, a ver si nos va a meter el profe o la profa en el caldero....- Ante la mención a Alondra, Colton miró varias veces a su alrededor poniendo a funcionar su sentido arácnido, pero nada no había vibraciones cagondriles. Se encogió de hombros y dijo - Seguro que está ante un espejo haciendo lo del espejito, espejito, ¿Quien es la más guapa del reino? - miró y se rascó la cabeza - Seguro que no lo pilláis, es de un cuento muy famoso en mugglelandia... nada, no hay que preocuparse de ella, mientras no sea mezquina y chunga no hay que preocuparse. - Miró hacia la puerta antes de despedirte - Bueno, luego os cuento que tal con las pociones... A ver cuando coincidimos en una clase con Michael... Venga, voy a ver si ha vuelto ya tortícolis con los walkies.... hablamos luego.

Y es que empezaba a estar nervioso con la siguiente clase porque las otras habían sido un desastre, y cuando Colton se ponía nervioso necesitaba moverse. Así que arrancó escaleras arriba para llegar a la habitación, coger sus cosas y tratar de no llegar tarde a la clase de pociones.

Mientras estábamos hablando de todo lo que habíamos hecho en las clases, y el misterio de la muchacha del tren, el aspecto de Michael cambió a algo completamente diferente, lo que hizo que le preguntase qué le sucedía.

Por un instante pareció como si le hubiese pillado en una travesura o algo así y entonces, después de titubear un poco, me dijo, dando muchas vueltas, que estaba pensando en por qué me había ido a ver a la directora.

Rápidamente cambió de tema y pareció quitarle hierro al asunto, pero en ese momento yo ya me había quedado sin saber qué decir. Deseaba contárselo todo a mis amigos pero a la vez, tenía miedo, y no me olvidaba de nada de cuanto me había dicho la directora.

Así que agradecí que cambiase de tema rápidamente y nos concentrásemos en los relojes de puntuación de las casas.

No obstante, algo tenía que decirles.

-Eh… no fue nada, tranquilos. Tenía que ver… bueno, con… ¡¡mi matrícula!! Habían perdido mi matrícula, eso era. Pero ya está solucionado –dije, mintiendo claramente.

Era muy mala mentirosa, pero cuando tenía que improvisar de aquella manera, todavía lo era mucho peor, así que tuvo que notárseme, seguro.

De todas maneras, como además de disponer de poco tiempo, se unieron a la conversación dos compañeros de Michael, una chica a la que no conocía y James, que se había convertido en poco menos que su sombra, hicieron que no volviésemos a tocar el tema, lo que fue un alivio.

Colton se salió por la tangente, porque tampoco íbamos a darle publicidad a lo que pensábamos hacer, y rápidamente todos a nuestro alrededor comenzaron a darse prisa para regresar a coger el material que necesitaban para las siguientes clases y a revisar lo que tenían.

Michael nos dijo que envidiaba que fuésemos juntos a la misma clase y yo me volví a mirar a Ivy, dándome cuenta de que sí, era una suerte que al menos en una clase, fuésemos a estar juntas, aunque por lo que estaba viendo, íbamos a estar muy en contacto.

-No te preocupes, Michael. Si al final nos vamos a ver después de las clases, como ahora por ejemplo, ni siquiera te darás cuenta. En cuanto acabemos quedamos para comer juntos, ¿vale? Podríamos ir afuera si hace buen tiempo, a comer al jardín. Porque creo que hay un jardín, aunque no estoy segura. En fin, que después nos vemos. Suerte con Encantamientos.

Colton ya se había lanzado hacia las escaleras, y Michael tampoco tardó demasiado en hacerlo, así que busqué a Úrsula con la mirada.

-Vamos, Úrsula. Vayamos a buscar las cosas. Ahora nos vemos, Ivy. ¡Guárdame un sitio si llegas antes! –le pedí, sobre todo porque según recordaba, la clase era en las mazmorras y la casa de Slytherin también estaba por allí, por lo que seguro que llegaba antes que nosotros, que aún debíamos subir a buscar las cosas y volver a bajar.

Quince minutos eran muy pocos para hablar, comer y coger el material. ¡Ya podían haber dejado un poco más de tiempo!

Los movimientos en las diferentes mesas no tardaron en volverse frenéticos. Lo que en un principio eran conversaciones tranquilas, acompañadas de algo de comida y repaso de lo que habíais visto o estabais a punto de ver en las clases siguientes, no tardaron en cambiarse en idas y venidas nerviosas, carreras escaleras arriba y abajo y miradas constantes a los relojes, puesto que no había mucho tiempo para ir a recoger los materiales y regresar.

-Deprisa, todavía tenemos que ir a buscar los libros -comentó alguien más de Gryffindor, que también se había dado cuenta de que el tiempo se les echaba encima.

-¿Quién se ha llevado mi cromo? -gritó alguien de Hufflepuff -. ¡¡Acababa de conseguir el de Kaima Grymanfly que es casi imposible de conseguir y se lo han llevado!!

Las voces del muchacho de Hufflepuff se mezclaron con los del resto de alumnos y alumnas que corrían para conseguir no llegar tarde a las clases, lo cual era, a la vista de los dos minutos de que disponíais, bastante difícil. Únicamente los de Slytherin estaban tranquilos, pues efectivamente Pociones se encontraba bastante cerca de su propia sala común.

Los alumnos de Ravenclaw, con James, Michael y Elektra a la cabeza, tendrían que vérselas con la profesora Tauris de Encantamientos. Gryffindor y Slytherin estaban a punto de descubrir lo que les esperaba en Pociones. 

Durante las dos horas siguientes, no habría nada más que aquello que os aguardara en las clases, porque al final, no podíais olvidaros de lo obvio.

Estabais en un colegio y tocaba asistir a clase y trabajar. 

Además, poco a poco las tareas iban acumulándose, por lo que incluso desde el primer día estaba claro que tendríais mucho que hacer si no queríais quedaros atrás.

Era la una y cuarto, la hora del almuerzo, y muchos de vosotros ya habíais regresado al salón, esperando no solo llenar vuestros estómagos sino también descansar y sobre todo, cotillear sobre todo lo que había sucedido.

La mayoría de las conversaciones trataban sobre lo duros que eran algunos profesores o lo maravillosas que habían sido algunas clases, pero los alumnos de Gryffindor y Slytherin que venían de pociones, tenían otras cosas en la cabeza. Algunos venían con heridas y fuertes dolores, como si algo les hubiese explotado encima y hecho daño. Otros ni siquiera estaban allí y por lo visto, habían terminado en la enfermería, por lo que los grupos estaban incompletos.

Desde luego, para todos no había sido igual la experiencia de la clase de pociones, que no había dejado indiferente a nadie.

Por otro lado, la clase de Encantamientos que había tenido Ravenclaw había vuelto a demostrar la antipatía que la profesora parecía sentir por todo el mundo mundial. Era verdad que aún no había tenido a Slytherin pero desde luego con Gryfindor y Ravenclaw se había portado rematadamente mal.

En cualquier caso, disponíais de tiempo para hablar sobre ello, comer y durante al menos un poco de tiempo, liberaros de las clases y las obligaciones que os habían atenazado desde vuestra llegada al colegio. Además, todos los rostros se volvían también hacia los relojes, porque las puntuaciones continuaban cambiando.

¿Quién iría ahora en primer lugar?

Tras la clase de pociones, Ivy había ido a su sala común para guardar el material de la sesión anterior y coger el libro de Encantamientos, sin duda una asignatura que no le llamaba mucho la atención y de la que todo el mundo hablaba mal. Tras cargar el material en la mochila, se encaminaría al Gran Comedor para almorzar. Era de las primeras, así que se dirigió directamente hacia su mesa de Slytherin y se sentaría pesadamente en el banco, suspirando.

- Madre mía, muero de hambre... - Dijo cogiendo un poco de pan, llevándoselo a la boca antes de decidir qué comenzar a comer .

Jade estaba bastante seria, como si algo le preocupase, mientras alrededor de su mesa algunos alumnos de primero le narraban a los de cursos superiores la gran desgracia acontecida junto a los Gryffindor. Había miedo por las decisiones de la profesora con respecto a dicha clase.

Además de ello, el hecho de que Slytherin no fuera ganando no hacía que el humor de Ivy mejorase. La joven, finalmente se decantó por servirse pollo con guisantes y mientras comía se sumió en un profundo silencio.

Michael había dejado el libro de Encantamientos, a pesar de que se moría de ganas de repasar la lección del día. Todavía caminaba cabizbajo y meditabundo cuando entró en el Gran Comedor, con cara de no haber pasado un buen rato. Alzó la vista hacia los brillantes relojes de puntuación y comprobó con alivio que Ravenclaw no iba en mala posición. Menos mal que la profesora Tauris se había conformado con mirarles desdeñosamente y no les había quitado puntos por su torpeza, porque de ser así la actuación de Michael les hubiera costado un saco...

Sin embargo, nada más llegar junto a James y Elektra a la enorme sala los murmullos sobre la clase de Pociones de primero captaron su atención. Había incluso alumnos que parecían lastimados. ¿Qué habría pasado? Michael miró en dirección a las mesas de Gryffindor y Slytherin, pero en un primer momento no vio a ninguno de sus amigos. Se preocupó. ¿Estarían todos bien? ¡Ojalá no hubieran acabado en la enfermería!

—¿Habéis oído eso? —preguntó a sus compañeros de casa mientras buscaba con la mirada—. Espero que no... ¡Ah, allí!

Había distinguido la cabellera pelirroja de Ivy, y sonrió con alivio. Al menos ella parecía estar bien. Caminó con más rapidez para llegar cuanto antes hasta la mesa de Slytherin, justo cuando su amiga se estaba sirviendo la comida.

—¡Ivy! —la saludó al acercarse—. ¿Qué ha pasado? La gente dice que en la clase de Pociones algo ha ido mal, y que incluso hay alumnos en la enfermería. ¿Tú estás bien? ¿Y el resto?

Todo lo que había pasado en Encantamientos se había disipado por el momento de la mente del chico, que sólo podía esperar a que alguien le confirmara que a sus amigos y amigas de Gryffindor y Slytherin no les había pasado nada malo.

Ivy comenzó a comer los guisantes pinchándolos uno a uno, más entretenida en cazarlos que en engullirlos de rapidez, a pesar del hambre que tenía. La joven se mantenía seria y callada, incluso triste, preocupada por algunas cuestiones que no dejaban de rondarle la cabeza cuando la conocida voz de Michael la sacó de su ensimismamiento.

- Michael... - Le sonrió, casi podía pensar que le echaba de menos. El carácter del Ravenclaw encajaba muy bien con el suyo y lamentaba que no hubieran podido caer en la misma casa - La clase de Pociones ha sido un desastre... - Corroboró la joven mordiéndose el labio - Yo sí estoy bien, Luna también... Pero hay muchos alumnos que han salido heridos, tanto de Slytherin como de Gryffindor*... El problema es que han estallado algunos calderos... Ha sido horrible... Si no es por Luna, yo misma estaría en la enfermería con alguna quemadura... - Las mejillas comenzaron a enrojecerse, quizás porque no deseaba tocar demasiado el tema, y es que en su mesa ya había oídos que desearían llevarse un jugoso cotilleo para difundir, debían ser cuidadosos. Además, aquella cuestión le provocaba malestar, estaba preocupada por las repercusiones que todo aquello tendría a partir de ese momento, las heridas de los más graves y las repercusiones que tendría Colton, a quien deseaba proteger.

- ¿Cómo te ha ido a ti la clase? ¿Has tenido Encantamientos?... - Preguntó tras hacer memoria de su horario - Yo lo tengo después del almuerzo, sólo espero que vaya mejor que en pociones... - Bebió un poco de agua antes de hacer una petición que tenía en mente toda la mañana - Michael, voy a necesitar tu ayuda para poder superar con buena nota las asignaturas. Soy una completa inútil haciendo magia. Mi madre me ha dicho que debo sacar excelentes en todo y en pociones nos han tomado dos calificaciones, en la primera nota he tenido un 1 y en la segunda un 5, pero peor creo que fue en transformaciones, no sé que he tenido pero no creo que me vaya a poner una calificación muy superior al aceptable y eso si llego. No sabía que esto se me iba a dar tan mal y estoy súper agobiada.... - Y es que Jade quería esforzarse en aprender, pero estaba claro que algo se le escapaba en las clases, quizás fuera falta de atención, o puede que su magia fuera un tanto difusa, el caso es que deseaba superarse a sí misma e iba a necesitar que alguien inteligente le iluminara.

Salimos de la clase desordenadamente. Yo aún tenía la cabeza embotada por lo que acababa de pasar, lento, quedándome atrasado mientras los demás compañeros (los que no habían ido a la enfermería) avanzaban cuchilleando agitadamente. Un sentimiento de molestia y caos iba creciendo a medida que me alejaba del aula, como si primero me hubiese quedado en blanco y ahora empezase a venirme a la mente lo que de verdad había pasado. Con una rabia (y miedo) creciente alcancé a ver la cabeza rubia de Colton, que era tan rápido que subía ya las escaleras.

Apreté el paso y justo en la puerta del Gran comedor le alcancé, le agarré de un brazo para que se girase y tenerlo de frente, y con un cuchicheo no pude evitar susurrarle totalmente enfadado -¿¿pero como se te ocurre??? podrías habernos matado!! - casi fue una alusión a su comentario anterior de morir en aquél aula de pociones por bebérnoslas, pero estaba realmente enfadado, con la cara enrojecida. Mi mano le apretaba el brazo con fuerza (aunque por el agarre era evidente que no era muy fuerte yo) - ...la próxima vez PIENSA antes de hacer algo así!!  - le solté y seguí avanzando. No quería que me vieran cuchicheando más con él, aunque alrededor todo el mundo hacía lo mismo dado que eso iba a ser la comidilla de la escuela toda la semana, si es que no habían consecuencias más graves. Enfadado, entré al Gran Comedor pisando "fuerte" hacia la mesa de Slytherin, donde ya estaban Michael y Ivy.

Mi corazón palpitaba deprisa, nunca me había sentido tan agitado ni enfadado antes. Creía que estaba acostumbrado a las travesuras en casa por mi cuidador Rob, pero jamás había traspasado el límite de hacer daño a los demás. *JUGAR CON FUEGO, A QUIEN SE LE OCURRE!??  - Me senté frente a Ivy de golpe, captando como me miraban Michael y ella misma al llegar. Mi cara estaba apretada y les miré serio. Primero a una y luego al otro, y luego una última ojeada a Colton de lejos. No sabía que decirles.  *Menudo amigo. Serán todos igual de imprudentes?? -  Me.. alegro que estés bien. - decía a Ivy, sin dejar de fruncir el entrecejo - ¿Alguien sabe algo de Alondra, Anemone, o Breezy?... estaban justo delante de... - tragué saliva. Miré a la mesa. 

Aparecieron un par de trozos de pan seco con vinagre y un poco de tomate al lado. - ... - volví a mirar a Ivy. - ¿Y tu hermano..? - acto seguido y sin saber respuesta, me metí el trozo de pan crujiente en la boca y mastiqué un poco. 

No comí nada más. Estaba enfadado con Colton, pero lo que más estaba era asustado. No sabía cuales serían las consecuencias de todo aquello, especialmente con la profesora y con los alumnos heridos. Al terminar,  no  me esperé a los demás, dije simple y secamente: "me voy a la Sala Común a por las cosas. Nos vemos en la siguiente clase". - me levanté, y salí del Gran Comedor sin mirar a nadie en particular, entré en mi sala común, dejé el material de pociones enfadado en mi cuarto y cogí el libro de Encantamientos y el resto de cosas para la clase.

Me marché solo hacia nuestra siguiente aula, sin parar de pensar en lo ocurrido, en lo mal que fue, y lo mal que pudo haber ido. Rob jamás hubiera permitido algo así, sabía donde estaban los límites.

Cuando llegamos al salón, Ivy prácticamente se lanzó a comer todo lo que había en su camino. Me pareció que era más por nervios que a causa del hambre, aunque la verdad, había sido una mañana tan larga que tampoco es como si no tuviese motivos para comer.

Yo también tenía un hambre atroz.

Claro que lo que nos había sucedido en Pociones no era como si fuese a dejarnos tranquilos sino más bien todo lo contrario.

De todas maneras, me pareció que estaba más seria de lo habitual. Estaba a punto de preguntarle por lo que le ocurría cuando Michael hizo su aparición en la mesa.

-Hola, Michael –le saludé, adelantándome así a las explicaciones que le dio a continuación Ivy, que sin embargo, al hablar, me hizo pensar. Quizás al decir que había sido todo un desastre también se refería a cómo habían salido las pociones.

¿Podría ser eso?

-Eh, sí, sí, ha sido todo… bastante confuso –añadí yo, mirando de reojo a Colton sin mencionarle -. Buena parte de las pociones han empezado a explotar y nos hemos salvado por poco.

Ivy cambió de tema, seguramente para no insistir mucho en ello y que Colton no empezase a recibir críticas, aunque me extrañaba que ninguno hubiese visto como lanzaba algo a Cagondra. Sencillamente no terminaba de creérmelo.

Pero mientras pensaba eso, Ivy se dejó llevar por lo que de verdad le preocupaba.

-Ivy, no tienes que preocuparte tanto. Tu poción salió bien. Es verdad que podía haber salido mejor pero también mucho peor. ¡Fíjate en la de Cagondra! La suya fue patética. Esto solo significa que hay que trabajar más y yo te ayudaré en todo lo que pueda. Mira, podemos intentar volver a hacer la poción más tarde a ver si nos sale bien y presentársela a la profesora, ¿qué te parece?

Seguramente otros tendrían peores notas que ella pero estaba claro que el nivel de exigencia que tenía Ivy en casa era muy superior al de otros.

Delante de nosotros estaba también Kyle, rojo como un tomate, y no creí que fuese por correr sino que parecía enfadado por algo.

Madre mía, pero qué habrá pasado ahora, pensé, sin apartarle la vista de encima. Se alegraba de que estuviésemos bien y nos preguntó por las demás.

-Pues la verdad es que no me he fijado. En cuanto pudimos, salimos de la clase así que no me dio tiempo a ver si le había ocurrido algo o no –le dije, sintiéndome culpable por lo que pudiera haberle sucedido, porque después de todo, Colton lo había hecho porque Cagondra, seguro, se lo habría ganado a pulso.

Fijo que había vuelto a decir algo que no debía.

En ese momento preguntó también por Nolan y al girarnos, no le vimos. Con tanto ajetreo nos habíamos olvidado de él y si no estaba allí… quizás significase que a él le había caído poción encima.

Preocupada, miré a Ivy.

-Quizás debiéramos acercarnos a la enfermería, por si…

No terminé de hablar. A lo mejor el pobre de Nolan estaba quejándose de dolor.

Después de decirlo, Kyle se levantó y nos dijo que se marchaba. Definitivamente estaba enfadado por algo, por lo que era mejor no decir nada y esperar a que se le pasara.

Había dado una excusa a sus amigas de Gryffindor de que tenía que ir al baño antes de dejar los materiales en su cuarto. Entró en el baño para mirarse las quemaduras al espejo y se asustó, hacían muy mala pinta, y dolían, y había gente que tenía esas quemaduras por su culpa, por su culpa. Suspiró y volvió a ponerse la túnica mientras subía cansinamente, abandonado por su infinita fuente de energía.

Dejó el caldero y bajó, encaminándose al comedor cuando fue sorprendido por el zarandeo de Kyle. Apretó los dientes cuando le tocó las quemaduras, pero aun así no dijo nada y cuando dijo que podía haberlos matado se quedó blanco. Ni siquiera le dio tiempo a responder, se quedó parpadeando como un pasmarote, dejando que la acusación calara. Podía haber matado a sus amigos, podía haberlos matado. Se quedó parado en la puerta del comedor, sin poder avanzar, sintiéndose en el centro de todas las miradas. Se le había quitado todo el hambre, todo en absoluto. Se giró y se dirigió hacia la enfermería. Antes de confesar iría y trataría de ayudar, en lo que fuera, contaría cuentos, ahuecaría almohadas, haría masajes en los pies, se merecía lo peor que le pasara, pero si podía mitigar en algo el daño causado lo haría.

También se apartaría de sus amigos. Él era tonto, y encima era peligroso, y los había podido matar. Estarían mucho mejor sin él, sí, muchísimo mejor.... Salió a la carrera del comedor y empezó a llorar como un tonto. Su padre le había dicho que era un buen chico, que sus bromas no hacían daño a nadie, pero no era así, la gente había salido herida, había fallado a su papá. No era digno de tener amigos, no era digno de encontrar el chocogrial, ni de estar en esa escuela.

Michael escuchó la explicación de Ivy y Luna, y al momento se puso pálido. ¡Y él pensaba que la clase de Encantamientos había sido desagradable!

—Ostras... —se le escapó aquella palabra antes de poder evitarlo—. Qué mal... 

Y según Kyle, Alondra y sus amigas tampoco se habían librado de aquello. Michael estaba a punto de responder a Ivy para intentar animarla al igual que Luna había hecho, cuando todos se dieron cuenta de la ausencia de Nolan. Miró a Luna cuando hizo aquella sugerencia sobre acercarse a la enfermería y asintió.

—Si vais, os acompaño —dijo con decisión. Quería saber qué había sido de los miembros de la pandilla que no habían ido al Gran Comedor.