Partida Rol por web

A las pocas horas de haber llegado a la ciudad, el Emperador les convoco en audiencia. Los heroes se refrescaron y acudieron a la llamada.

- Señores - comenzo diciendo el Emperador del Imperio - mi mago y asesor principal, lleva desaparecido varias semanas. Al principio pensamos que estaba en su torre con sus experimentos, pero tras un tiempo, ordene que abrieran la puerta y no estaba. Enviamos mensajes a los hechiceros de la zona, pero nadie parecia saber nada de el. Emprendimos una busqueda y encontramos un lugar secreto. No sabemos a quien pertenece, pero el rastro indica que es posible que este en su interior.
Su persona, me es muy valiosa, asi que ofrezco 1000 mo a quien me lo traiga vivo y 200 mo a quien traiga algo de informacion util sobre el. ¿aceptais mi pedido?

- Asi lo haran - respondio Mentor - pues para ello han sido entrenados y les servira para su enfrentamiento final.

Sin mucho mas que decir, esa misma noche, estabais frente a la entrada de ese nuevo peligro, dispuestos a enfrentaros a lo que surgiera de su interior.

- Suerte - les dijo Mentor - Os estare esperando - se despidio de ellos antes de salir al galope.

A pesar de que acababan de volver de la mision anterior y apenas habían tenido tiempo para descansar y tomar una cerveza, se encontraban de nuevo frente a un nuevo desafio.

Esta vez, delante suya se encontraba lo que, visto desde el exterior parecía la entrada a una cueva, pero, a pesar de las apariencias, lo que se ocultaba era una escalera que descendía hacia la oscuridad.

- Bueno, no nos quedemos aqui en el frío, cuanto antes encontremos a ese mago perdido, antes podremos volver al calor de la taberna.

Comenzaron el descenso en la oscuridad, y pronto llegaron a una nueva sala iluminada por antorchas, con una única puerta en uno de los lados.

- La ultima vez estuvimos a punto de perder al orejas puntiagudas, asi que lo mejor será que intentemos no separarnos. Yo iré delante para despejar el camino de posibles enemigos.

Con cuidado tanteó la puerta y descubrió que no estaba cerrada, asi, sin más dilación la atravesó hacia la siguiente habitación.

El descanso duro poco, cuando me recuperé del todo de mis heridas ya me encontraba en la entrada de otro lugar donde realizar una nueva misión. Está vez se trata de buscar a un mago, lo que me hace pensar en Jandrus.

Mientras bajamos las escaleras me dirijo a Jandrus. Jandrus, y si decimos que aquí no está y te quedas con su puesto, seguro que vives mucho mejor y con menos riesgos. Le comento con una sonrisa.

Al descender por la escalera Ungrim decide que él irá delante, a mi no me importa, pero con él delante todo el camino tardaremos más. Aún sabiendo eso creo que es una buena opción ya que ha demostrado ser un gran guerrero.

Ungrim entra directamente en la siguiente sala, rápidamente le sigo sin dudarlo ni un momento. Ya estoy deseando volver a entrar en acción.

Arramus avanzó en silencio por los fríos corredores de pìedra. No le molestó que Ungrim avanzara primero, había aprendido a confiar en la dureza del enano. Escucho el comentario de Agamaneón y sonrió u poco. Se estaban forjando lazos entre aquellos hombres. Arramus sonrio mas ampliamente. La vida es bella.

¿Yo, mago y asesor personal del emperador?, mi imaginación vuela rápido tras las palabras de Agamenón. Lástima que sea una broma.

- Sería una buena idea -le devuelvo la sonrisa- si no fuera porque así os perderíais toda la diversión que pueda haber aquí dentro. Además, no quiero pensar en la cólera de ese mago si lograse escapar y descubriese el pastel...

Agamenón sigue al matador enano que ha bajado las escaleras primero, abriendo camino. Me acerco al "orejas puntiagudas" y le comento por lo bajo:

- Aenur, lo tuyo en el laberinto de Melar fue una hazaña. Una Hazaña con mayúsculas, sí señor. De las que serán escritas y recordadas durante largos años. Enhorabuena.

Y tras esas palabras de felicitación, bajo corriendo los peldaños siguiendo al grupo, con la idea de Agamenón todavía rondando por mi cabeza.

El grupo comenzó a adentrarse en aquel desconocido lugar. Pronto les llegaron los problemas, pues nada mas cruzar la primera puerta tres esqueletos les asaltaron, dispuestos a unirlos a sus filas.

Esta sin duda, era una advertencia de lo peligroso del lugar.

Nada más entrar tres esqueletos nos reciben amablemente con sus guadañas en alto, así que yo opto por ofrecerles la misma amabilidad.

Agarro fuerte mis armas y me abalanzo sobre uno de ellos acabando con él de un preciso golpe con mi espada.

Nada más atraversar la puerta, ve como unos esqueletos humanos se levantan del suelo y comienzan a avanzar hacia ellos con las armas preparadas.

Agamenón pasa a su lado corriendo y se lanza contra uno de los monstruos y rapidamente acaba con él, así que Ungrim decide imitarle y lanza un fuerte hachazo que destroza los huesos debilitados por el tiempo.

Igual que sus compañeros, Arramus barre a su oponente. En apenas unos instantes, el aire se llena de polvo de hueso, astillas y costillas fracturadas.

Ensimismado por la contemplación del misterioso medallón pierdo un tiempo precioso que aprovechan el resto de compañeros para abrir la puerta y enzarzarse en el primer combate de este rescate.

 Inmediatamente me lanzo el conjuro de piel de piedra y me muevo para apoyar a mis compañeros.

- Perdonad chicos, estaba ajustándome el casco... por todos los dioses!!

Al entrar en la habitación Durgin se da cuenta de la batalla campal en que se había transformado la sala. Tomó posiciones e intentó acercarse al único flanco libre de uno de los enemigos.

¡Qué poco han durado los esqueletos en manos de los tres poderosos guerreros! Todos juntos forman una maquinaria perfectamente engrasada para eliminar cualquier horda enemiga que se les ponga por delante.

- Bravo compañeros, ha sido toda una lección -les felicito.

Mientra espero a que el grupo salga por la puerta encabezado por alguno de ellos, me dedico a investigar por la habitación.

Viendo al mago inspeccionar la habitación me uno a us pesquisas a ver si encuentro algo valioso

Con rapidos movimientos, demostrando su veterania en combate, rapidamente liquidaron a todos los enemigos.
Jandrus, dejando la vanguardia de la expedicion en manos de otros mas dotados para el combate, se dispuso a asegurar que no olvidaban nada oculto tras sus pasos. Investigo la habitacion con ayuda de Aenur y aunque el mago no encontro nada, el elfo si que hallo una bolsa con 50 mo en su interior.

Al llegar y ver el resultado del combate, el enano abrió la puerta que tenía a mano izquierda y la atravesó.

- Vamos a ver qué hay por aquí.

Estaba contento por haber sido capaz de matar al esqueleto al primer golpe, pero al girar mi cabeza veo que Ungrim y Arramus también lo habían hecho. Que eficacia. Pienso mientras busco entre los huesos del esqueleto muerto y un poco por la habitación.

Cuando acabo de registrar la habitación salgo siguiendo a Durgin que parece que tiene ganas de avanzar y entrar en combate él también.

Cuando el ultimo esqueleto cayo Arramus dedico su atencion a la habitacion y a los cadaveres, en busca  de algo destacable.

La mayor parte de sus compañeros ya había abandonado la habitación, pero Ungrim decidió registrar la sala un poco más a fondo antes de seguirlos.