Partida Rol por web

- Me llamo Isabella.. pero todos me llaman Bella.. es tan bonito como yo??? - le pregunta interesada al hombre aunque este se detiene y repite el gesto que hizo antes en su cuello.

Le mira con curiosidad.

- Es la posada.. ¿quereis beber algo o comer?? Vamos.. - le coge de la mano y tira de él hacia la posada.

Nathan mira de reojo a la mujer y sonrie.

-Sin duda es tan bello como vos.

Dice, pero continua.

-Bella, espero que no os asusten mis proximos e inevitables actos.

Luego volvió a mirar al frente, sus ojos parecieron cambiar por los de un animal salvaje en busca de su presa. Nathan se colocó el lado derecho de su abrigo tras la vaina de su espada, dejándola al descubierto y desembarazandola, su mano diestra rodeó  la empuñadura bajo el cobijo de la guarda y luego desenfundó la letal y robusta hoja de su Schiavonna.

El cazador dió una patada en la puerta y pasó, si, pudo pasar empujando levemente la puerta con la mano, pero ¿por que no entrar intimidatoriamente y con estilo?.

Nathan se introdujo en la posada, buscó con la mirada y con su olfato prodijioso el origen de aquel repugnante olor a magia.

-¡En esta taberna hay un brujo! ¡Todo aquel que no lo entregue o lo acoja será condenado a una ejecución pública por el derecho que la iglesia de Gaulimm me concede!

Bramó, con su voz grave, como si fuese un rugido.

La posada se queda en silencio tras el grito del elfo. Su poderosa aura oscura los asusta. Sin duda ese ser no puede ser uno de esos alegres elfos de los que hablan en las historias de los trovadores y juglares. Las chicas se esconden tras las musculadas figuras de los hombres gracias al trabajo en el campo.

La música ya no suena en su interior.

El posadero se acerca al elfo.

-Señor, debo pediros que abandonéis esta posada pues no detendremos la fiesta por que a vos os moleste.

Sin duda ese hombre, el posadero, esconde algo a la gente del pueblo. El aura oscura del elfo no es capaz de afectarle y se muestra firme ante el poder.

-Si os molesta la música y la alegría de esta gente, marchaos. En esta posada, en el día de hoy, se prohíbe un comportamiento tan deplorable como el que habéis demostrado ahora.

Nathan puede ver como todo el mundo se ha apartado de Eólides y que solo el posadero está a su lado, pero no ofreciéndole cobijo.

Nathan puede percibir un aura poderosa que emana del posadero... podría ser un excazador de seres oscuros, un servidor de Gaulimm retirado después de muchos años de servicio. 

-Me iré si me cuenta lo que sabe de esas....presuntas leyendas sobre una bruja....- dice levántandose de su asiento, haciendo gala de su oscuro atuendo adornado con diversas joyas y plumas y de su gran altura.Su mirada se desvía a un forastero que entra en la taberna.El, seguramente era ese tipo de ser que odiaba a las criaturas mágicas, pero no, no todas eran iguales, se creía que todas eran igual de débiles...

-Hum hum.....- sonrie levemente con aires de arrogancia.

Nathan sintió el aura del posadero, lo miró de arriba hacia abajo y luego su mirada se colocó sobre la del elfo. De el provenia ese corrupto olor.

Nathan avanzó hacia él, retiro una silla que se interponía en el camino de ambos de una patada y apuntó al elfo con el filo de su brillante hoja.

-¡Borra esa sonrisa arrogante o te dibujo una nueva con mi espada!

Dijo furioso, lleno de ira. Ladeó despacio la cabeza hacia el posadero.

-¿Causaba problemas esta criatura? si tiene alguna queja formal tengo el derecho y la jurisdicción de llevarme a la criatura de aqui a la fuerza e investigar, en cuyo caso de encontrar pruebas, tengo el deber de purificar su carne y su espiritu con fuego.

Explicó el cazador, politicamente correcto. Luego volvió a mirar al elfo con odio y asco.

-Reza a tus corruptos dioses para que este hombre no te denuncie...o te reuniras con ellos...hoy mismo..para que te violen en sus cavernas o lo que diablos hagan con sus muertos...

-Humano impertinente.....- dice dejando de sonreir poco a poco-.¿Osas igualar el poder de la magia con tu filo....?- se quita la capucha dejándola caer sobre la capa.Se podían apreciar sus largos y oscuros cabellos, laigual que su tersa y pálida piel junto con sus características orejas puntiagudas.

-Y si soy yo quien os lleva con vuestros Dioses....No culpe a los seres mágicos por alguna tragedia que le ocurrió en pasada vida, no todos somos así....Pero si vos quiere, al igual que vos adquirió esa oponión sobre nuestra persona, yo se la quitaré.....No se confunda, yo soy un mago, no un brujo...- golpea violentamente la punta inferior de su cayado contra el suelo de la taberna.No permitiría que un humano se pusiera al nivel de un gran mago.

Nathan sonrió de lado, mostrando uno de sus colmillos, que le daban a esa sonrisa un aspecto fiero.

-No osaría comparar vuestra vil magia con este santo acero. Claramente, mi esgrima es mejor que vuestros trucos baratos que por cierto, en mi son en vano.

Murmuró provocador. El cazador se desembarazó el abrigo hacia atrás para permitirle una movilidad mejor en combate.

Con una mirada burlona observó los gestos del elfo, Nathan, en tono de chanza, realizó un arco con su espada en el aire, lanzando una buena tajada firme contra un enemigo invisible que pronto sería el elfo, acabando por colocarlo ante su cara, de forma caballerezca.

-¿Ya está? ¿habeis acabado de hacer el bufón? ¡Por orden y gracia de Gaulimm os voy a juzgar aqui mismo con mi propia espada!

Bramó el cazador.

-¿Hablais conmigo? ¡No tienes el sagrado derecho de juzgar mi forma de actuar, maldito orejas picudas de artes oscuras!

Si algo odiaba más Nathan que la magia, era que le juzgaran, y que encima, le juzgaran mal: si hubiese tenido que hacer una hoguera para cada ser magico del mundo, se hubiese acabado la leña desde hacía mucho tiempo ha.

-Tus palabras podridas y blasfemas no hacen temblar mi semblante.

Poco a poco con su brazo desenvaina su daga élfica.

Inclina su cayado en dirección al forastero.

-Inmune a la magia ¿eh?, eso habrá que verlo.¿Quién os creeis caminando por las libres tierras, amenazando a las criaturas mágicas?, no se da cuenta pero....- sonrie maleficamente- es vos la criatura que perturba la paz de tan magníficos seres.¿Se cree que por ser un hombre tiene derecho a matar a las demás criaturas?.¿Se cree superior? ¿Qué creen ustedes.Creen que este señor tiene derecho a ir por las libres tierras quemando a los seres mágicos?- una aura oscura comienza a emerger del cuerpo del mago.Un combate iba a comenzar en pocos instantes.

Blackheart se levanta de golpe de su asiento....

¡¡¡ SILENCIO LOS DOS !!! ,NATHAN, TAL VEZ HAS CONFUNDIDO AL SEGUIR EL RASTRO DEL BRUJO, BIEN LO SABES. -dice acercándose a ambos, con las manos apoyadas en sus Katanas Gemelas -

Aqui el Caballero no te está acusando de nada, pero bien tus instintos de seguir a un Brujo no se han alejado mucho, pero equivocadamente, ambos sabemos la historia, mejor que nos sentemos los 4 como caballeros, Posadero nos vendría bien que nos contaras algo acerca de esas leyendas de la bruja, tanto yo como estos dos caballeros, el sagrado caballero y alguien fijo que seguro buscando venganza, nadie nos molestará. -Blackheart levanta la mano izquierda -

(llegando a la posada)

-... si, si, era una serpiente tan ancha como un barril de vino... (al observar como entra alguien a la posada dando una patada a la puerta extiende su baston parando momentanemente al caballero)

- espera a que se relaje el ambiente, si no sale nadie volando por la puerta en 3 minutos, podremos entrar tranquilamente.

El posadero le hace un gesto a su hija y esta sale de la sala principal de la posada para volver luego con un fardo entre las manos. Se lo entrega a su padre y éste lo desata mostrando una espada con el emblema de Gaulimm grabado en la vaina y seguramente en la hoja.

-Señor, los Caballeros de Gaulimm no quemamos criaturas mágicas por que si. Lo hacemos con aquellos cuyo poder hacen peligrar a los humanos. Vos habéis perturbado la paz de esta posada, imponiendo silencio con vuestra oscura aura mágica. Pronunciar el nombre de la bruja o, tan solo, pensar en ella, trae las desgracias más grandes. 

Mira a Nathan.

-Por la gloria de Gaulimm haced lo que tengáis que hacer, pero este pueblo no oculta seres mágicos con poderes malvados, así que pido que si debéis apresarlo y ajusticiarlo, no hagáis daño a esta gente ni a sus pertenencias y que esperéis a que termine el festival de primavera. Si no es un asunto que pueda esperar, entonces actuad en la forma que lo hacemos siempre.

Cristensen con la peregrinacion de gente, venian escuchando la charla tan amena que ofrecia el Fauno, cuando aparecio el hombre abriendo de una patada la puerta de la posada.

Escucho las palabras de Ceamus mientras que volvia a colocar su mano instintivamente en el mango de su espada corta.

Le dijo a su doncella que se quedara atras con el resto de la gente y se quedo en la puerta escuchando y mirando la situacion, estaba cansado de escuchar este tipo de cosas, las peleas de tavernas rean tan populares como las acusaciones de brujeria, pero esta vez habia un mago en serio dentro de la habitacion.

La charla habia bajado su tenor y pronto las cosas estaban volviendo a la normalidad, en la puerta tambien se encontraba un hermosa mujer (Bella) con ropas provocativas, practicamente habian quedado uno a lado del otro, un leve gesto con su rostro da muestra de un simpatico saludo con un leve vestigio de seduccion.

Si bien la discucion habia amainado la musica de la taverna seguia  sin sonar y en los rostros de la gente se notaba la intranquilidad por lo sucedido.

-Ceamus debemos hacer algo, pues nos perdemos nuestra agradable reunion de taverna...- le dice con una actuda pesadumbres tomadolo del hombro. Pronto su rostro se gira  a la gente que lo acompañaba con la tipica sonrisa picaresca asomandose en èl -Gente, seguidme, tenemos el deber de llenar de alegria los corazones de esta gente, jaja!

Y asi se adentra en la taverna, zapateando al ritmo de la musica del Fauno, con notaria gracia en sus pasos, acompañado de un robusta joven de cabellos rojizos y algunas otras parejas conformadas por gente del pueblo.

Su baile era alrededor de las mesas y el encantador caballero del ejercito de La Nueva Luna marcaba los ritmos del agrable festival de musica.

Sus ropas lucian degastadas como hombre que ha transcurrido unas cuantas batallas, pero su porte era elegante y sus rostro inspiraba alegria y jovialidad.

Erhin estaba estupefacta. Todo se estaba desarrollando muy rápido. Con el grito del elfo se sobresaltó, pero lo que más la trastornó fué la aparición del cazabrujos, y las amenazas que ambos se dirigieron ferozmente. Un cazabrujos, deseando apresar y quemar a las criaturas mágicas... ¿en general?. ¿Eso la incluía a ella? ¿Quién se pensaba que era ese fantoche? ¿Quería quemar a un mago sólo por gritar? ¿Por ser un cascarrabias?

Aunque no guardaba ninguna simpatía al amargado elfo, las palabras cargadas de desprecio y amenaza del cazador la habían insultado personalmente. Y antes que atemorizarla habían conseguido irritarla bastante. Estaba comenzando a incorporarse, seguramente para soltar alguna burla o ironía, cuando vió consternada como su amigo se dirigía a calmar los ánimos. Entonces sí se preocupó.

Rápidamente se subió a la mesa dejando a Teja gruñendo aún más fuerte bajo la mesa, y se puso de pie, en tensión, preparada para lanzar un hechizo si alguien osaba tocarle un sólo pelo de la cabeza a su compañero. Decidió que las ironías podían esperar. Preparó con un movimiento fugaz la cerbatana, colocando un dardo con somnífero y manteniendo otros preparados en la otra mano, mientras repasaba mentalmente los hechizos que podrían servirle si las cosas se ponían feas. Como alguien se pasara de la raya se iba a encontrar con un bonito dardo en la garganta que le haría roncar durante horas, si no algo peor...

Y de pronto otro chalado hizo su aparición saltando y bailando por entre las mesas.... ¿pero es que no se había dado cuenta de la tensión reinante? ¿es que en este pueblo no había nadie cuerdo?

Erhin no sabía qué hacer... con un poco de suerte la brusca interrupción relajaría los ánimos y la discusión se detendría, al menos lo suficiente como para no llegar a las manos aún... pero tampoco descartaba que por el contrario irritara aún más a los presentes, y al final acabaran saliendo todos de allí a tortas...

Por el momento ella esperaría... no le quitaría ojo al cazador, ni al elfo... sobre todo al cazador... pero esperaría...

Odiaba que la gente se entrometiera en los asuntos de los demás, y más cuando eran sus propios asuntos.

-Nadie ha pedido vuestra opinión......- esas palabras iban dirigidas a todos que intentaban calmar las cosas.Comenzaba a tenerle asco a ese lugar, esa taberna y a aquella gente.Guarda su daga y se encamina a la salida.

-Esto no quedará así.....- sacudiendo violentmente la capa saliendo por la puerta.Empuja a uno de los tipoas que pasaba por su camino distraido por la fiesta del momento.

-¡Aparta! desgracia humana....- dice sin mostrar algún sentimiento mientras avanzaba en su camino, acercándose al bosque más cercano.

Ceamus sigue a Cristhensen, y en el umbral de la puerta deja pasar a un elfo con cara de enfado, mira dentro del local, Cristhensen está bailando, pero todo el mundo está callado y muy tenso.

Acordandose de una cancion tipica del pueblo, empieza a cantar para que todo el mundo le siga, "las canciones de tu lugar siempre te animan el espiritu."

- YYYYYYYYYYYYYY... una rosa para mi madreeeeeee!!, otra para mi padreeee!!!, dos mas para mi abuelaaaaa!!!, el pueblo de las 13 Rosas es hermoso como ninguno y el que no lo sepa ver... (miro hacia afuera haciendo alusion al elfo que se fue con mala cara), que le den por ... YYYYYYYYYYYY dos rosas para tu hermanaaaaaa!!! ...

(Ceamus sigue cantando con los lugareños, ya mas animados, incluso arranca alguna sonrisa a los que no se saben la cancion)