Partida Rol por web

Las dos caras de la misma moneda

¿ La última partida ?

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20/06/2019, 20:52
Gerald

Ahora si estaba seguro que se habían dado cuenta de el, un grupo de tsathar que le oraban a su dios lo señalan con sus garras mientras gritan a todo pulmón cosas ininteligibles para él.
Que más podía hacer salvo seguir corriendo?
Asi como hizo la vez pasada ni se volteo a ver a sus enemigos y siguió corriendo hacia el portal.
Ya nada importaba mas que seguir corriendo con todo lo que tenia.

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21/06/2019, 00:17
Arneus Caldaren

Si Arneus hubiera sido transportado desde el mismísimo Cielo Iluminado hasta los fuegos eternos que arden bajo el palacio de Asmodeo en Nessus, el contraste no habría sido mayor. Un instante estaba meditando frente a las plateadas lagunas de la sexta capa de Celestia, en un rincón apartado y tranquilo, con sus espada en las rodillas, y al siguiente el portal se abría a una cueva hedionda, oscura y sofocante. Hedionda no por olor real, aunque tampoco es que aquellas abominaciones olieran precisamente bien, sino hedionda de Caos. Hedionda de mal. Para una criatura celestial como Arneus, pasar de un lugar de extrema bondad como Celestia a un lugar en el que se han cometido atrocidades durante años es como pasar de la cima de un glaciar a un desierto abrasado por el sol. 

Y, sin embargo, no flaqueó, ni una leve arruga frunció su canino ceño. No estaba molesto, tampoco agradecido. Solo sentía dentro de sí el deber, la determinación que impulsaba todos sus pasos. Cuando apareció, la difícil tarea que se le presentaba no le supuso ni la más leve irritación. Era lo que debía de hacerse, y todo otro pensamiento había quedado desterrado de su mente hacía siglos. Echó una mano a su espada, pero las palabras de aquel clérigo (pues eso tenía que ser, la divinidad ardía en sus ojos y en las puntas de sus dedos) le detuvieron. No era para luchar para lo que había sido convocado, por lo menos, no inmediatamente. No le costó localizar la bolsa que el humano le señalaba, y aún menos le costó concentrarse y acudir al poder con el que había nacido. Apenas un segundo después de imaginarse allí, junto al aturdido ser abominable, había desaparecido y aparecido de nuevo junto a la bolsa. El movimiento fue demasiado rápido como para que aquellas horrendas ranas le alcanzaran con sus ataques, centradas como estaban en los dos servidores de la Ley. Su zarpa se cerró sobre la bolsa y selló el fracaso del líder de los herejes. Por la situación, parecían haber estado cerca, pero no importaba. Cuando un sabueso persigue a su presa, en muchas ocasiones ésta está a punto de escapar, a un paso de liberarse de las fauces del depredador. Pero todo eso no importa; pues cuando finalmente los dientes se clavan en su cuello, es irrelevante si ha estado a punto de escapar o no, ya que la muerte le llega de igual manera. 

Teleportándose de nuevo con solo un fugaz pensamiento, siguiendo las peticiones de los siervos de la Ley (pues no tenía mucha idea de lo que ocurría, ni tiempo tenían ellos para explicárselo) le entregó uno de aquellos extraños viales al humano del arco. Al parecer, eran importantes, lo más importante por cómo le habían invocado solo para recuperarlos. Tras entregárselo, el humano desapareció por el corredor, y Arneus blandió su espadón. Era hora de batirse con aquellas abominaciones, y cubrir la retirada del humano por los túneles, ya que parecía que era esa su misión. Enfurecido ante la vileza de lo que presenciaba, notó cómo su aura se desplegaba ante él, un aura colérica de puro poder celestial que amedrentaba y minaba la confianza de los siervos de la oscuridad. Ninguno de sus ataques le alcanzó, pues estaban cegados por el bendito resplandor de los Siete Montes de Celestia.

Sin embargo, antes de atacar, la retumbante voz del clérigo le sorprendió. Quería que se retirara, para proteger a su compañero. Tal vez los túneles por los que se adentraba no eran seguros, pero, ¿y si les seguían?

Fue entonces cuando cayó en la cuenta de lo que eran los viales. Claro, eran la llave: lo que permitía pasar por aquel túnel. Y mientras él siguiera allí, los herejes podían hacerse con el vial que quedaba. Arneus no iba a permitirlo. Con la veloz zancada, salvó la barrera mágica que tenía tras él, y pudo ver cómo el líder de los infieles gritaba de frustración, sus planes truncados. Solo por aquello, su visita a ese lugar inmundo había merecido la pena. Musitando una oración a los Campeones de Celestia por la salvación del clérigo, que se había quedado al otro lado, se dio la vuelta y siguió al cazador por el túnel. Parecía un humano sigiloso, y por desgracia Arneus no lo era tanto, por lo que le siguió a cierta distancia, procurando no estropear su avance en silencio, con su espadón desenvainado y listo.

-Vamos-dijo en perfecto común, sin ningún acento discernible. Había susurrado, pero incluso así su voz sonaba contundente. 

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21/06/2019, 00:19
Harold Strikväson

Notas de juego

Dejo el post del canarconte (le he cambiado el nombre y el avatar, espero que no te importe) ( DM: No me importa nada, el canarconte es tuyo ) que simplemente sigue a Damrod con el espadón desenvainado. Mañana hago, por fin, el post de Harold. En todo caso te adelanto que el próximo turno Harold va a retirarse hacia atrás con la acción de retirada 40', para llegar a la zona consagrada mientras aún veo con la vista ciega. 

Lo dicho, mi más sincera enhorabuena, estáis apunto de cerrar una de las más peligrosas aventuras que he tenido el gusto de dirigir con un gran número de buenísimos jugadores. Ahora visto que se acerca el desenlace, mi cabeza bulle con la siguiente mega partida en Rappan Athuk….

Gracias, ha sido genial, una de las escenas más memorables de toda mi experiencia en rol, aunque aún no estemos fuera de peligro xDD Qué ganas de tu nueva partida!

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21/06/2019, 13:05
Director

Sin parar de correr mientras la alarma resuena por toda la caverna, dejas atrás el hogar de los Tsathar y te acercas a la gran gruta donde fuiste hecho prisionero. En la zona 1 donde desciende la escalera desde el nivel de los seguidores de Arioco hasta este nivel, un fuerte contingente de Azotes y ranas gigantes se acumula en defensa de la entrada a la zona, estos no prestan atención en tu dirección sino que vigilan las escaleras. Así que sin más encuentros llegas hasta las escaleras que descienden al nivel inferior donde crees que están tus compañeros.

Notas de juego

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_i...

Gerald ca11(15 hasta 18:24(0) total 16) Inmune al veneno hasta 20:18(5) heroísmo hasta 18:48(7) +2 moral al at, ts y p habiliad, animales -10 a avistarte hasta 18:28(8). 77pv: 28pv+17: 45pv

reforzar piel +1ca x hasta 19:36(2)

mordisco de lobo x hasta 18:24(3)

DIA 14 ( sig 17, into sig 17, into 1 17:00. into 5 sig 01:00 ) 

30 de Noviembre del año 209 desde la creación del Imperio a las 18:19(6) horas.

Amanece a las 07:41, Anochece a las 18:17

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21/06/2019, 13:15
Director

Al final del largo túnel, llegáis a una gran habitación, esta contiene una pirámide escalonada muy amplia de unos 40 pies de altura, con muros abruptos que ascienden a plomo hacia la oscuridad. En su cúspide hay un gran monolito, compuesto de pura piedra negra. Está cubierto de escrituras indescifrables y símbolos extraños. 

Esta antigua construcción fue creada antes de la guerra entre los dioses de la Ley y el Caos, y funciona como umbral planar hacia el abismo. El propio monolito es un instrumento móvil creado por los dioses del mal y ha sido situado en varios lugares durante muchos años, hasta llegar a este lugar. Si es activado, se abre un umbral que ningún mortal podrá volver a cerrar, proporcionando un paso desde los planos infernales a este plano.

Ondas energéticas malignas salen en expansión desde esta perversa creación, pero al parecer algo contiene ese gran poder latente. Algo que Abysthor intentó detener hace mucho tiempo.

Notas de juego

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_i...

Canarconte ca19(mal21) rd10/maligna rc16 (aura amenazadora r20pies cdvol16 o -2at,cayts hasta herir al canarconte)(círculo mágico contra el mal) , 54pv.

Damrod, Raquetas de nieve hasta 4:45(1), Alineamiento indetectable hasta 24:00. CA19 (+4 al mover +20'), 64pv-2-5: 57pv-5: 52pv

DIA 14 ( sig 17, into sig 17, into 1 17:00. into 5 sig 01:00 ) 

30 de Noviembre del año 209 desde la creación del Imperio a las 19:47(9) horas. 

Amanece a las 07:41, Anochece a las 18:17

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21/06/2019, 13:58
Gerald
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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21/06/2019, 17:59
Director

Tras un interminable descenso hacia lo desconocido, llegas al fin al nivel de la tumba de Abysthor, y escuchas en la distancia a un gran número de Tsathar.

Notas de juego

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_i...

Gerald ca11(15 hasta 18:24(0) total 16) Inmune al veneno hasta 20:18(5) heroísmo hasta 18:48(7) +2 moral al at, ts y p habiliad, animales -10 a avistarte hasta 18:28(8). 77pv: 28pv+17: 45pv

reforzar piel +1ca x hasta 19:36(2)

mordisco de lobo x hasta 18:24(3)

DIA 14 ( sig 17, into sig 17, into 1 17:00. into 5 sig 01:00 ) 

30 de Noviembre del año 209 desde la creación del Imperio a las 18:22(1) horas.

Amanece a las 07:41, Anochece a las 18:17

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21/06/2019, 19:05
Damrod

La sola imagen del menhir abrumaba sus sentidos. Se recortaba contra la oscuridad, iluminado por una tenue luz que parecía no emanar de ningún lugar, y provenir de todas partes. Pero no era solo la magnificencia de aquella roca oscura que se elevaba muy por encima de ellos, empequeñeciéndoles, sino el poder que emanaba, una presión apenas contenida que hacía difícil incluso respirar. El monolito negro era una obra antigua que podría permanecer intacta durante la eternidad, hasta llegar el momento adecuado. Una reliquia terrible, creada por viles dioses para sus seguidores. Era una puerta entre el Abismo y el mundo, un portal que, de llegar a abrirse, sumiría en tinieblas la misma existencia.

Una parte de él tiraba hacia allí, le urgía a acercarse. En su cabeza resonaban un sinfín de voces que amenazaban con enloquecerle y al mismo tiempo prometían gloria, riqueza y todo cuanto pudiera desear. Solo tenía que dejarles salir, liberarles. El Caos camparía a sus anchas, ahogarían cualquier rastro de decencia y bondad y gobernaría por siempre. Una mancha que no podría limpiarse jamás, un terror para el que ya no habría vuelta atrás.

Miró al carnaconte, que observaba también —aunque no habría sido decir que opinaba— y devolvió su atención a la construcción. ¿Cómo iban a parar ellos algo así? ¿Qué podían hacer frente a semejante monstruosidad? Lo único que sabía a ciencia cierta es que debían hacerlo, aunque no tuviera ni idea de como. Ojalá Harold estuviera aquí. Él, sin duda, habría tenido alguna brillante idea. Era un verdadero Inquisidor, un clérigo divino, digno de las atenciones del propio Aengrist en carne y hueso. Tal era su fe y su sabiduría, su devoción. Un cazador no era apto para una tarea como la que tenía delante. Y sin embargo...

Soy yo lo único que tenemos —dijo entre dientes, meciéndose ligeramente al ritmo de una risa sin pizca de gracia—. ¿Habrá que conformarse, no?

No esperó respuesta del celestial. En verdad no la quería, pues a saber que podría pensar un ser como aquél de un humano que parecía haber enloquecido. Si el mundo dependía de alguien así, seguramente merecían lo que pudiera pasar. Suspiró y, encogiéndose de hombros, empezó a avanzar, a subir. Escalón tras escalón, aún atento a posibles trampas que sirvieran como última defensa, pero ya sin preocuparse por ser sigiloso ni nada por el estilo. Si allí había algo, igualmente no podría escapar.

Notas de juego

Jajajaja. Mírale, ahora lleva al carnaconte. Me alegro que no te pierdas ésto.

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21/06/2019, 22:25
Gerald

Notas de juego

Para llegar al portal tengo que pasar por ahí? DM: Sí

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21/06/2019, 21:28
Harold Strikväson

El canarconte había respondido a su llamada, como siempre hacía. El Espíritu del Lobo imbuía a Harold del derecho y privilegio de invocar a aquellas poderosas criaturas, cazadores implacables del mal como lo era el mismo Lobo, Heraldo de Aengrist. En cuanto aplastó el símbolo con el puño, la runa de la llamada, el portal se abrió al instante, y la figura apareció desde un paisaje verde y plateado, como si toneladas de plata fundida hubieran caído sobre una pradera. El celestial se dispuso a atacar a los herejes, pero no era para eso para lo que Harold lo había convocado. Conociendo la aptitud de don de lenguas del canarconte, habló rápido en común, tratando de explicar la compleja situación en la que se encontraban. 

-Can de los Siete Montes, ayúdanos, la Ley te necesita. En el suelo, tras estos herejes, hay una bolsa, recógela, emplea tus aptitudes de teletransporte. Llévasela a mi compañero, el mundo está en juego. 

La urgencia en su voz debió de ser suficiente, porque el celestial tan solo asintió, sin pedir más explicaciones, y desapareció de su lado en un borrón de plata. Harold detuvo con su escudo las garras del azote que trataba de atacarle, que repiquetearon inofensivas contra el buen acero del Norte, tan lleno de rozaduras y melladuras tras tantos años que parecía haber sido el juguete de un dientes de sable durante un invierno entero. 

Harold observó cómo el canarconte recuperaba la bolsa, cómo por fin sus zarpas lograban hacerse con el objeto que definía la salvación o perdición del mundo. Sin embargo, aún no podía suspirar aliviado, y lo sabía. Harold ya podía oír los cascos de las valkirias sobre él, observando el curso de la batalla y preparadas para ser testigos de quién prevalecía al final. Nada estaba decidido aún, y aún había algo que Harold podía hacer. Bloqueando con su escudo una nueva acometida de la rabiosa rana, Harold tocó la pared de la caverna. La tocó a través del grueso acero, y aun así, la sintió. Notó el fuego del volcán, la tranquilidad de la piedra, la presencia poderosa e inmutable de la Montaña. 

-Señor de la Montaña Blanca, inclínate desde tu trono, observa esta montaña, observa su interior...

Podía verlo, sentirlo. Mientras la batalla sucedía a su alrededor, Harold notaba la sangre resbalar por la roca, el agua mezclada con sangre y la inmundicia de los infieles, el chocar del acero, el restallido de la cuerda del arco de Damrod al moverse. 

-Es tu mirada severa, tu trono de hielo y piedra, tu ira implacable como el avance de un glaciar. Nada puede detenerla, ni siquiera retrasarla: cuando llega, arrasa con todo a su paso. Concédeme tu poder, ayúdame a purificar la corrupción que ensucia el mundo...

Harold retiró la mano, y golpeó con su escudo las garras del azote, interceptándolas. Alzó la espada, que brillaba como el hielo al amanecer en la escasa luz de la caverna. En los ojos de Harold ardía fuegofrío, brillante a través de los huecos de su casco. Y todo lo que veía le enfurecía, le hacía arder la sangre en las venas. En aquel túnel había recibido la visita más importante de su vida, de todas las vidas que pudiera vivir, pues su mismo señor, Aengrist en carne, hueso y hielo, se había aparecido ante él, y le había ordenado destruir aquel mal, aquella herejía que manchaba el mundo, que lo corroía como una asquerosa e insidiosa carcoma. Y allí estaban ellos, atragantándose con sus desagradables gañidos y croares, con su líder empleando magia oscura y sus bestias sedientas de sangre alrededor. Su mera existencia era algo intolerable, una abominación. 

-Criaturas inmundas, herejes a todo lo sagrado, destructores de lo inocente. -su espada se movió y brilló, mientras sus dedos dibujaban una runa sólida y firme, en hielo solidificado ante sí: la Runa de la Montaña- Vuestra existencia es una afrenta para todo lo bueno. Arrepentíos y pedid perdón por vuestros pecados, pues la hora de vuestro juicio está cerca. 

"Y su refugio se convertirá en su tumba, y el suelo de su fortaleza temblará bajo sus pies, y el lugar en el que se creen seguros será su perdición cuando la misma tierra se quiebre"-Citó, directamente del Voljären, del versículo de la perdición-¡Que la ira del volcán caiga sobre vosotros! ¡Sentid el poder del Señor de la Montaña Blanca!

Harold dibujó junto a la runa otra, de bordes ondulados como una ola, pero no tenía nada que ver con agua. Era Asdersaz, la Runa del Fuego. Fuego y Montaña: Volcán. Harold sintió el poder latiendo en su corazón, en las puntas de sus dedos, y lo canalizó todo hacia la tierra, haciendo que el propio volcán se revolviera de ira. 

-¡Arded, infieles! ¡ASDERASAZ!

Clavó su espada en la roca, a sus pies, y de ella surgió inmediatamente una grieta que se abrió con un crujido de roca quebrada, prolongándose como un rayo que se bifurcaba en todas direcciones, abriéndose y haciendo temblar el suelo, mientras los fuegos del volcán surgían de las hendiduras y abrasaban la impura carne de los herejes, limpiando su corrupción, purificando su inmundicia. Muchos cayeron al suelo por el temblor, la rana gigante entre ellos, e incluso alguno se prendió con las lenguas de fuego divino y ardió hasta consumirse en cenizas. No era suficiente para derrotarles, pero sí para causarles daño y evitar que se abalanzaran todos contra el celestial y Damrod. 

Y su compañero, rápido como una sierpe del hielo, sigiloso como un manto nevado, no desaprovechó su oportunidad. La Ley tenía aquel día a su más veloz y certero sirviente allí, y Damrod estaba demostrando una fe y un valor que avergonzarían a la mayoría de hombres que Harold había conocido. Sus flechas y su rapidez habían salvado el mundo, y Harold suspiró, esta vez sí, de alivio cuando le vio coger el vial y desaparecer tras la zona de teletransporte. Vio que el celestial desenvainaba el espadón, y se apresuró a gritar. Estaba lejos, pero Harold tenía una voz poderosa, curtida en las ventiscas del Norte, y el túnel hacía rebotar su voz, canalizándola hacia delante. 

-¡Can de Celestia, acompáñale, te lo ruego! ¡Lleva el vial al otro lado y protégele de todo mal! 

Y el canarconte, con un solo paso, selló la salvación del mundo. Atravesó la zona consagrada, llevándose consigo la única forma de entrar. El rugido de frustración del líder Lokaug fue como la música celestial del salón de oraciones en sus oídos. El siervo del Tentáculo había fracasado. 

Damrod... cuídate. Aengrist, te lo ruego, haz descender tu égida sobre él. Aleja todo mal de su camino, permite que termine su misión. 

Notas de juego

Con mucho retraso, pero aquí está el post. A ver ahora si Harold sobrevive xD

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22/06/2019, 11:44
Harold Strikväson

Harold sabía lo que venía ahora. No se hacía ilusiones absurdas: sabía que el líder canalizaría toda la ira por su fracaso hacia él, y que ahora que estaba solo, todo el ejército de las ranas vendría a por él. No hay batalla sin bajas, y lo más probable es que él fuese una de ellas. Podía oír los cascos de los corceles voladores de las valkirias: les habían dado la victoria, pero a un coste. Y ese coste, probablemente, fuese su vida. No importaba. La victoria bien lo valía, habían evitado que el líder de los herejes se hiciera con un poder que habría destruido el mundo entero. Harold no temía a la muerte, y estaba dispuesto a pagar el precio. 

No temo a la muerte, pues nada en ella me espera más que el regazo de Aengrist. No temo a desaparecer, pues el Reino de mi señor se alza para recibirme. 

Harold bloqueó de nuevo las garras del azote, que chirriaron contra el metal. Le bastó ver la mirada del líder para saber que iba a lanzar todo su poder sobre él, y supo que poco podía hacer para evitarlo. Y así fue, la magia oscura del caos se abatió sobre él como un águila sobre un ratón de campo, y de inmediato Harold sintió que superaba sus defensas y que el mundo se volvía negro... aunque no dejó de ver. Por fortuna, la Runa de la Visión seguía activa sobre él, por lo que dio gracias a Aengrist. Sabiendo que no tendría tanta suerte con los siguientes ataques, se retiró con cuidado, hacia la zona consagrada. 

Notas de juego

Muevo 40' aquí con la acción de retirada:

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=242050

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22/06/2019, 12:06
Arneus Caldaren

Arneus lo observaba todo con preocupación creciente. Damrod podía sentir el aura divina del celestial luchando contra las inmundas energías de aquella caverna, y podía notar el círculo de protección que emanaba a su alrededor, una zona en la que el aire parecía más puro y limpio. Aunque también podía sentir su aura colérica, furiosas olas de energía divina emanando de él. 

Aquel monolito era una abominación, un terror más allá de lo que se esperaba. Había vivido mucho y había visto mucho, pero nunca se había encontrado con un artefacto tan poderoso y peligroso. Aquella piedra podía suponer, como bien había dicho su invocador, el fin del mundo. También percibía la desesperación, la sensación de inferioridad de aquel humano que le acompañaba. Musitó unas frases cargadas de amargura y comenzó a caminar hacia el artefacto.

Arneus bajó el espadón y le puso una mano en el hombro, deteniéndole.

-Servidor de la Ley-No sabía su nombre, pues nadie se lo había dicho-Espera. El Caos se alimenta de la amargura. Del dolor. De la pena y de la pérdida. No dejes que esos sentimientos florezcan en ti, pues entonces será como abono para su corrupción. No eres lo único que tenemos, eres lo único que necesitamos. 

No sé muy bien lo que ha ocurrido aquí, pero sí te he visto atravesar un ejército como si tuvieras mis aptitudes de teleportación. Salvar unos viales que ahora entiendo que eran la clave para acceder a esta sala, y salvar el mundo con ello. No veo ni una sola mácula en tu valor. No deberías despreciarte, pues el Caos se alimentará de ello. 

Retiró la mano y miró con preocupación al monolito. 

-Antes de subir, tal vez deberíamos registrar la sala. Tal vez demos con algo que nos proporcione una pista sobre cómo destruirlo o contenerlo.  

Notas de juego

Me alegro que no te pierdas ésto.

Y yo! :D

Registramos la sala primero antes de subir al Monolito, si te parece bien.   

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22/06/2019, 20:19
Damrod

Estuvo a punto de reaccionar de manera hostil, tenso como estaba, cuando el celestial le puso la mano en el hombro, deteniéndole. Por suerte —para si mismo—, no lo hizo, dándose cuenta a tiempo de que no era una amenaza. Y entonces empezó a hablar. Mientras le escuchaba, sentía como las palabras le reconfortaban, le animaban. Había gran sabiduría en ellas, verdades innegables. Y aún más, había un leve rastro de familiaridad. No sabría decir por qué, pero sintió que si hubiera sido Harold quien estuviera ahí, en vez del carnaconte, habría dicho exactamente lo mismo. Un vago consuelo, pero consuelo al fin y al cabo.

De acuerdo —dijo con más convicción, una vez el otro propuso explorar la sala—. Pero no tardemos mucho, solo un vistazo.

Pasara lo que pasara, quería acabar rápido. Su amigo estaba solo allí fuera, resistiendo contra una fuerza muy superior. Quería terminar con aquello y ayudarle. De no poder, de ser demasiado tarde, al menos intentaría vengarlo. Así que tenía que correr, tenía que destruir el monolito de alguna manera y, después, regresar.

Vamos, miremos por aquí a ver si hay algo.

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24/06/2019, 12:01
Director

Buscar (éxito cd 21): Damrod 10 base + 12 habilidad: 22 éxito.

Al otro lado de la pirámide escalonada, solitaria y en el suelo encuentras una negra esquirla. Esta es de cristal, del negro más puro, resultando al mismo tiempo transparente y opaca, señal de la presencia del Caos en su interior, la esquirla brilla con una luz verde interior de aspecto ultraterreno. En ese mismo momento miras al monolito negro y a la esquirla, estás seguro que la pieza que has encontrado pertenece al monolito.

Notas de juego

Canarconte ca19(mal21) rd10/maligna rc16 (aura amenazadora r20pies cdvol16 o -2at,cayts hasta herir al canarconte)(círculo mágico contra el mal) , 54pv.

Damrod, Raquetas de nieve hasta 4:45(1), Alineamiento indetectable hasta 24:00. CA19 (+4 al mover +20'), 64pv-2-5: 57pv-5: 52pv

DIA 14 ( sig 17, into sig 17, into 1 17:00. into 5 sig 01:00 ) 

30 de Noviembre del año 209 desde la creación del Imperio a las 19:48(9) horas. 

Amanece a las 07:41, Anochece a las 18:17

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24/06/2019, 13:03
Damrod

Una esquirla. ¿Acaso el Monolito había empezado a desmoronarse? No parecía que eso fuera posible, en aquella vasta negrura sin tiempo, vacía. No, alguien tenía que haber golpeado la piedra, alguien muy poderoso para estar allí, y eso era lo único que había conseguido. ¿Habría sido el antiguo Inquisidor que les había guiado hasta allí? Y de ser así, si él no había logrado, ¿cómo iba a poder hacerlo en su lugar? Las dudas comenzaron a aflorar de nuevo, pero ésta vez las relegó a lo más profundo de su mente, dónde no podrían hacer daño. El carnaconte tenía razón, había llegado a ese lugar y acabaría el trabajo, fuera como fuera. Se le ocurriría el modo.

Tras un momento de indecisión, dubitativo, cogió el fragmento. Habían dado una vuelta por aquella enorme sala y no habían hallado nada, solo eso. Por lo demás, la pirámide y el oscuro menhir eran lo único allí. Así que si buscaban una pista, era la única. Tal vez al tenerla en la mano sentiría algo.

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24/06/2019, 13:14
Director

Ningún efecto se produce cuando Damrod recoge del suelo el fragmento de cristal del monolito negro, su fría superficie brilla con extraños colores que fluctúan por su superficie. Pero nada más ocurre.

Notas de juego

Canarconte ca19(mal21) rd10/maligna rc16 (aura amenazadora r20pies cdvol16 o -2at,cayts hasta herir al canarconte)(círculo mágico contra el mal) , 54pv.

Damrod, Raquetas de nieve hasta 4:45(1), Alineamiento indetectable hasta 24:00. CA19 (+4 al mover +20'), 64pv-2-5: 57pv-5: 52pv

DIA 14 ( sig 17, into sig 17, into 1 17:00. into 5 sig 01:00 ) 

30 de Noviembre del año 209 desde la creación del Imperio a las 19:49(0) horas. 

Amanece a las 07:41, Anochece a las 18:17

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24/06/2019, 13:30
Damrod

Así que, era inofensivo. La pregunta era si solo lo era el fragmento, al haberse desprendido del Monolito, o también lo era la propia superficie de roca negra. No quedaba mucho más por descubrir hasta que se acercaran, así que con paso tranquilo, subió la pirámide.

Cargando editor
24/06/2019, 17:41
Director

Al llegar a lo alto de la pirámide tienes ante ti el monolito negro, las auras energéticas que salen de este artefacto como ondas en un charco de agua, erizan tus pelos con una extraña energía estática. Cuanto más cerca estás de el, más tira la mano donde llevas la negra esquirla, te da la sensación de que aquello que fue separado necesita volver a su sitio. Tras buscar alguna señal en su negra superficie, enseguida encuentras el borde astillado, al parecer el trozo que llevas en tu mano encaja perfectamente en la parte astillada.

Notas de juego

Canarconte ca19(mal21) rd10/maligna rc16 (aura amenazadora r20pies cdvol16 o -2at,cayts hasta herir al canarconte)(círculo mágico contra el mal) , 54pv.

Damrod, Raquetas de nieve hasta 4:45(1), Alineamiento indetectable hasta 24:00. CA19 (+4 al mover +20'), 64pv-2-5: 57pv-5: 52pv

DIA 14 ( sig 17, into sig 17, into 1 17:00. into 5 sig 01:00 ) 

30 de Noviembre del año 209 desde la creación del Imperio a las 19:49(1) horas. 

Amanece a las 07:41, Anochece a las 18:17

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24/06/2019, 20:15
Damrod

Tuvo que esforzarse por no colocar la esquirla en su lugar. ¿Quién sabía que podía pasar entonces? Si las energías ya eran fuertes, como olas del mar arrastrándole durante la marejada, no quería imaginar la tormenta que se desataría una vez recompusiera el monolito entero. Al contrario, mantuvo la esquirla fuertemente apretada en su puño y, con la otra mano, tocó la superficie de piedra, esperando de nuevo que algo ocurriera.

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24/06/2019, 20:21
Director

Al tocar la superficie cristalina del monolito negro con la mano libre de la esquirla, una mano fantasmal surge del interior del artefacto apoyándose en el reverso del cristal. La mano señala la zona astillada con energía, repitiendo los movimientos con nerviosismo.

Notas de juego

Canarconte ca19(mal21) rd10/maligna rc16 (aura amenazadora r20pies cdvol16 o -2at,cayts hasta herir al canarconte)(círculo mágico contra el mal) , 54pv.

Damrod, Raquetas de nieve hasta 4:45(1), Alineamiento indetectable hasta 24:00. CA19 (+4 al mover +20'), 64pv-2-5: 57pv-5: 52pv

DIA 14 ( sig 17, into sig 17, into 1 17:00. into 5 sig 01:00 ) 

30 de Noviembre del año 209 desde la creación del Imperio a las 19:49(1) horas. 

Amanece a las 07:41, Anochece a las 18:17