Partida Rol por web

Doflar asintió con la cabeza "Doflar... Doflar es mi nombre..." pensaba para sí. Durante todo el viaje el capitán lo había nombrado así, pero el mediano se negaba a contradecir a su Capitán.

- Muchas gracias mi capitán por sus palabras.- dijo inflando el pecho. Pocas veces le habían reconocido algún mérito, y aquellas palabras calaron hondo en el mediano, quien haría lo imposible por satisfacer a Fulgur.  

Mirando al cielo, trató de visualizar a su halcón, a quien un rato antes había dado un tiempo de esparcimiento. "Ven aquí amiga mía" pensó para sí, a la vez que intentaba comunicarse con ella.
- Mmm, no creo que pueda decirme con exactitud cuántos soldados nos esperan, pero al menos podré saber su actitud, o si hay algo raro. Haré que se adelante y me transmita si hay algo raro con los guardias.-

El Capitán había deslindando la responsabilidad de elegir a los mercenarios que lo acompañarían, y eso era algo que tampoco sucedía con frecuencia. "Doflar, pequeño genio, esta es tu oportunidad!" pensó el mediano frunciendo el ceño.
- No sé si me podré contener a los tres mercenarios.- hizo una pausa para pensarlo mejor. Más desconocidos significaba llamar la atención, pero a la vez eran más personas para defenderse ante cualquier imprevisto. -  Creo que podría ir con Damrod y Atrus, creo que con ellos bastará. 

- Lo primero que haré mi Capitán, será informarme con los guardias, e informarlos a ellos. - dijo con orgullo. Con el pasar del tiempo, fue tomándole cariño a la guardia, y al día de hoy, los consideraba sus hermanos. - Hablaré con la gente local, para ver que hay de raro por estos lugares.-

El mediano escuchó las últimas palabras de su Capitán con mucha atención. Le pareció una excelente idea que ante la menor señal de peligro, mande a su halcón directamente con Fulgur. De esa manera, él sabría que existe un peligro inminente. 

Al recibir el anillo, Doflar no pudo evitar sonreír. Sus ojos se pusieron brillosos de emoción, y como no pudo ser de otra manera, su curiosidad captó toda su atención. 
- ¿Esto que hace?- dijo mientras con dos dedos sostenía el anillo y le daba vueltas. - es extraordinario... tiene unas inscripciones, unos dibujos raros. ¿Sabes que significan? Ohh a ver su textura.- el mediano estaba absorto y no prestaba atención alguna. - Una vez vi una de estas en la vieja cabaña del viejo Molfer, pero el muy gruñon no me dejaba tocarlo. ¿Qué será de su vida? De hecho hace años que no lo veo, quizás se perdió en uno de sus viajes... entonces, ¿quién se quedó con sus cosas? Seguro que esa gorda rechoncha de Marie Bajoelpuente, vieja codiciosa...- entonces reparó que su Capitán lo miraba desconcertado, por lo que Doflar se repuso sin más. "Perdón, perdón, perdón!" pensó para sí. Se colocó el anillo en su pulgar (le quedaba grande para cualquier otro dedo) y saludó a su Capitán con el saludo protocolar de la guardia.

Atrus sabía lo que hacía. Las tripas de un barco eran el lugar perfecto para una emboscada, ya era algo que había estado recorriendo para poder moverse con más facilidad. Era verdad que apaciguar el sonido de sus pasos no era algo simple, gracias a la crujiente madera, pero esconderse era otro cantar muy distinto: había cajas, cuerdas, pasillos y más vueltas que hacían que si alguien quería emboscar a otro, fuera una tarea relativamente fácil si la víctima no era lista o preparada.

Comenzó a caminar, y vio que Truskaros aún lo seguía a cierta distancia. No era un improvisado, eso se lo podía conceder. Embozado desde que salió, gracias a la brisa marina y las salpicaduras de sal que ya estaba cansado de recibir, se dirigió hacia el interior del barco, buscando un lugar al reparo de miradas indiscretas. Ya había visto algún que otro lugar donde nadie parecía ir muy seguido, y tenía la ventaja de que casi todos estaban gastándose su soldada en la cubierta.

Luego de un par de giros, donde pudo ver que su "acompañante" no lo perdía de vista, se escondió detrás de unas cajas. Cuando el joven pasó junto a él, saltó como una pantera al acecho poniéndole la mano derecha en el pecho para empujarlo hasta la pared ensombrecida, y con la izquierda desenvainó con una velocidad pasmosa el estoque, apoyando la punta en el cuello de su víctima.

-¿Qué diablos haces siguiéndome?- preguntó con voz rasposa y sin levantar la voz mientras sus músculos tensos mantenían la presión de ambos brazos -No intentes nada o te mataré, así que responde rápidamente-

Luego de la reunión con su Capitán, Doflar recorrió la cubierta con emoción buscando a los compañeros que lo escoltarían a los alrededores del puerto.

En primer lugar se acercó a Damrod y parándose enfrente del mercenario miró hacia arriba y le dijo
- Te perdono la mala suerte que me trajiste con los dados.- dijo con firmeza. - De hecho, me haces acordar a un primo mío, lejano por cierto.- se frotó el mentón como recordando viejos tiempos.- era de lo peor! Siempre que venía traía la lluvia consigo! Odio la lluvia! No quería que nos visitara porque siempre, pero siempre... - se cortó de improvisto "otra vez! Doflar, deja de divagar!" pensó con reproche. - Bueno, preparate, seremos los primeros en bajar.-

Luego siguió caminando y se paró frente a Atrus.
- Tu también vas a venir.- le dijo con recelo. - Preparate que tendremos que adelantarnos.- "¿A quién me hace acrodar? No, no, basta! Déjate de estas cosas, éste parece de esos que no están para juegos"

Atrus le esbozó una sonrisa al mediano.

-Siempre estoy listo, Doflar, espero que estés listo para este paseo- dijo con seriedad, pero algo de su tono asemejaba diversión.

El mercenario tenía la mochila preparada, y tenía a su caballo de las riendas. Tenía que esperar a que pusieran la plancha de desembarco para poder bajar, pero sería de lo primero que harían así que no estaba ansioso.

Atrus sabía lo que hacía. Las tripas de un barco eran el lugar perfecto para una emboscada, ya era algo que había estado recorriendo para poder moverse con más facilidad. Era verdad que apaciguar el sonido de sus pasos no era algo simple, gracias a la crujiente madera, pero esconderse era otro cantar muy distinto: había cajas, cuerdas, pasillos y más vueltas que hacían que si alguien quería emboscar a otro, fuera una tarea relativamente fácil si la víctima no era lista o preparada.

Comenzó a caminar, y vio que Truskaros aún lo seguía a cierta distancia. No era un improvisado, eso se lo podía conceder. Embozado desde que salió, gracias a la brisa marina y las salpicaduras de sal que ya estaba cansado de recibir, se dirigió hacia el interior del barco, buscando un lugar al reparo de miradas indiscretas. Ya había visto algún que otro lugar donde nadie parecía ir muy seguido, y tenía la ventaja de que casi todos estaban gastándose su soldada en la cubierta.

Luego de un par de giros, donde pudo ver que su "acompañante" no lo perdía de vista, se paró trás unas cajas. Cuando el joven pasó junto a él, saltó como una pantera al acecho poniéndole la mano derecha en el pecho para empujarlo hasta la pared ensombrecida, y con la izquierda desenvainó con una velocidad pasmosa el estoque, apoyando la punta en el cuello de su víctima.

-¿Qué diablos haces siguiéndome?- preguntó con voz rasposa y sin levantar la voz mientras sus músculos tensos mantenían la presión de ambos brazos -No intentes nada o te mataré, así que responde rápidamente-

Por fin estamos en casa, despues de tanto tiempo fuera echaba de menos el hogar, la familia y poder descansar delante de la chimenea con una copa de vino especiado, pero lo primero era lo primero y eso era proteger la caravana y pensar como hacerlo.

Nos juntamos el capitan, el cabo Irk y yo y despues de la reunion decidimos la distribucion del grupo alrededor de nuestro elemento a proteger. Cuando ya estaba acordado, fue mi tarea comunicarselo a las tropas y al personal contratado para ello.

Sali a la cubierta y el aire salado me golpeo la cara. Me despejo del todo, hay que reconocer que estar tanto tiempo encerrado en un camarote te embota la cabeza, asi que cuando me acerque a la zona del timon y aprovechando que tanto todos los guardias como los mercenarios, estaban preparados para desembarcar, creo que era el momento mas adecuado para informarles.

atencion guardias y mercenarios, aprovechando que en breve desembarcaremos e iniciaremos el recorrido hacia el castillo de san andres, es hora de comunicaros vuestra disposicion alrededor de la caravana, asi que estar atentos, aunque lo repetire varias veces para que no haya equivocaciones.

Delante de la caravana ira el Capitan con tres mercenarios Damrod, Ashrac y Harold  

 conduciendo carros iran los guardias Fonkin, Braedam,  Filmer, Truskaros ,Dofla y 7 (siento llamarlo asi chicos pero no se todavia no se a puesto nombre)

A cada lado de la caravana ira Un cabo y dos guardias, en el lado izquierdo el cabo Irk y los guardias Orion y Alfonso y en el lado derecho el cabo Gardian, Smirnof y Cassius 

y  cubriendo la retaguardia los tres mercenarios restantes  Atrus, Gerald y Herecoxe y la guardia Erika.

No esperamos problemas en el recorrido pero eso no significa que no estemos preparados, de mis hombres espero la mayor disciplina y demostrar que el entrenamiento recibido sirve para algo, de nuestros  6 nuevos compañeros en este viaje,  esperamos que demuestren ser personas de honor y valerosos combatientes.

Estar atentos y cubrir la espalda de vuestro compañero, por que ahi fuera es lo mejor que teneis

FORTES FORTUNA ADIUVAT

Habían tardado, pero por fin era hora de salir. Harold se dirigió a la bodega, comprobó que su caballo estaba bien y le colocó la brida, el bocado y la silla. Tras cerciorarse de que todo estaba bien colocado le dio unas palmaditas y lo llevó a cubierta, tan tranquilo como siempre. Cuando llegó, Gardian estaba anunciando el orden de marcha de la caravana. A pesar de que no le gustaba estar tan separado del Mastín (su fuerza era siempre muy bienvenida en combate), estaba en cabeza, y tenía a Damrod a su lado. Aquel hombre podía atravesar el ojo de un halcón a cien pasos. Musitó una oración a Aengrist, pidiéndole su protección, y dio un paso al frente diciendo.

-Entendido. Yo estoy listo para partir.

El agradable peso de las monedas recibidas le reconfortaba, aunque sabía que aún faltaba mucho para completar su misión. Se enfundó los largos guantes negros y comprobó que la espada estuviera a mano en su funda. 

A la respuesta del capitán, que no era ni parecido a lo que el quería dijo Firmaré, pero no soy de los mercenarios que les guste trabajar sin saber el porque. Entonces tomo el contrato y lo relleno con sus datos. Donde decía Nombre colocó el suyo y donde decía profesión colocó Clérigo. Entonces capitán, si no necesita nada mas de mí, me retiro a preparar mi montura para el desembarco. Terminó diciendo. 

Un fuerte empujon me estremece y antes de darme cuenta tenia el filo del arma en mi garganta. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo, las pupilas se me dilatan y me quedo quieto porque noto la diferencia de fuerza que existe entre los dos. Pasa por mi mente las numerosas veces que habia estado en esta situacion pero siendo yo el perpetrador y una leve sonrisa,  por la ironia de la vida, se esboza en mi rostro.

tranquilo fortachon lo hacia mas por un juego que por otra cosa... el cap nos dio la orden de vigilarlos. Tomo un respiro hondo y continuo.  llevo 8 años en esta isla  tragando órdenes que escupen los de arriba mientras se quedan comiendo y bebiendo en sus casa. La verdad es que ya estoy cansado de esta mierda y desde que ustedes subieron a bordo vi la oportunidad de escaparme sin que me acusarán por ser un deserto y terminara en la guillotina.  habiendo dicho esto guardo silencio por unos segundos para determinar si lo que le acabo de contar le agrada o le desagrada.

.... también  e inspeccionado la carga para encontrar algo valioso que vender y poder irme de este morirdero.  al terminar de hablar espero para evaluar su reacción....

Atrus envainó casi tan rápido como había sacado la filosa arma. Echó una mirada rápida a ambos lados para asegurarse de que nadie había visto la situación, y luego se bajó el embozo.

-¿Conque un aspirante de mercenario?- dijo con un tono aún tranquilo, pero menos hostil -Mejor ten cuidado la próxima vez, porque sino no habrá una tercera para ti, ¿de acuerdo?-

Le palmeó la espalda y hasta sonrió, y ambas manos bajaron hasta las empuñaduras de sus hojas, no en actitud hostil, sino más bien como descansando la postura.

-¿Así que estás cansado de las órdenes? Puedo entenderlo... es más, si quieres y te portas bien, te puedo ayudar- agregó guiñándole un ojo mientras continuaba con su observación del entorno -¿Qué es la carga?- preguntó Atrus -Aún el Capitán no nos ha dicho, pero no me gusta trabajar en temas que no comprendo, ¿entiendes? ¿Y si esto no fuera algo bueno para todos? ¿Y si fuera algo que terminara mal? No me gustaría estar metido en algo así, ¿y tú?-

El muchacho parecía aún más mercenario que él mismo, pero había algo que le caía bien. Tal vez algún parecido con su forma de ser, o vaya a saber uno qué. No estaría mal seguir conversando...

Estaba muy entretenido componiendo cuando de pronto todos fuimos llamados. Un rato después se nos informó las posiciones de cada uno. Ya estaba todo listo para desembarcar.

Muy bien, Fonkin. Ahora concéntrate en el trabajo y no hagas ninguna tontería. Si esto sale bien te ganarás una buena fama como guardia y conseguirás muchos contratos más.

Aliviado de mantener su cabeza sobre los hombros deja salir un suspiro, la palmada en la espalda le quita la rigidez causada por la tensión en la que se encontraba. Le devuelve la sonrisa un poco temeroso pero después de reincorporarse le contesta.

 sé a lo que te refieres, por eso mismo fue que Investige la carga. no quería morir protegiendo algo que no sabía que era ni mucho menos por ideales de otros

La carga es muy valiosa para el capitán  y si están pensando en robarla me gustaría una parte del botínn. 

 después de decir esto le sonrío y me lo quedó mirando esperando una respuesta. Mientras espero pienso

Cuando miré la carga no encontré nada valioso pero de pronto para ellos Sí lo sea Espero poder sacar una tajada de todo esto

-¿Qué son esos materiales? ¿Sabes?- preguntó Atrus insistiendo.

¿Sabría ese simple guardia de qué se trataba el cargamento? ¿Valdría la pena ayudarlo? Valía la pena el intento, tal vez hubiera talento después de todo.

Con una seña, hizo que lo siguiera. Irían a alguna zona donde no hubiese mucha gente, algún lugar al reparo para evitar al máximo escuchas innecesarias.

-¿Lo que quieres es entrar a nuestro grupo de mercenarios?- preguntó en voz baja para que ningún oyente casual los escuchara.

-Sinceramente no te diré que no lo iremos a robar, aunque no está en los planes, ¿entiendes?- continuó Atrus -Si es oro lo que quieres, lo tendrás, de eso no te preocupes, pero para llegar a eso necesito poder confiar en ti...-

Al terminar de organizar todo lo necesario, mientras me desplazo por uno de los pasillos de la galera, un marinero se me acerca tímidamente, luego de una pequeña charla me ha demostrado un gran interés por pertenecer a la guardia,lo he entrevistado y con las conclusiones allí obtenidas  decidido que podría ser un muy buen elemento para la guardia..

Le pido que me acompañe hasta cubierta para presentarlo con sus nuevos compañeros, al llegar a cubierta veo como Gardian está organizando con todos guardias y los mercenarios la estrategia para el transporte de la mercancía, espero a que termine para luego dirigirme a los soldados y decir.

-       Soldados, me permito presentarles a Filmer Vaigar, un mago con grandes conocimientos de las artes arcanas que me ha manifestado grandes deseos de pertenecer a la guardia, después de una detallada entrevista e decidido que puede ser un muy buen elemento para la guardia, así que nos acompañará en el transporte de la carga para probar su valía, si cumple mis expectativas y las del gobernador lo haremos miembro a través de la debida ceremonia cuando estemos en el castillo de San Juan, guardias les agradezca que le enseñen todos los protocolos de nuestra institución.

-       Por otro lado los encargados de adelantarse para averiguar las novedades de lo sucedido mientras estuvimos fuera será Deflora, junto con los mercenarios Atrus y Damrod, cuando terminamos de cargar deberán tomar sus puestos en la caravana, agradezca a Harlold por su disposición pero por lo pronto te necesito cuidando la mercancía.

-       Lo más probable es que no  haya ningún problema, pero como plan de contingencia, si llegaran a suceder algo durante la travesía en la villa quiero que parte de la guardia esté preparada para auxiliarlos. Erika, Filme, Cassius, Fonkin y Harold, manténganse preparados para la salir a apoyar a nuestros compañeros si se diera el caso, los demsa quédense a vigilar la carga.  

Deflora, es un simple anillo de platino pero a través del podre canalizar mis poderes para protegerte si algo malo llegara a pasar.

el rígido personaje el que casi nunca parece esbozar ningún sentimiento, permite delinear en su rostro  una ligera sonrisa por la peculiaridad de este pequeño mediano

Despues de seguirlo y escucharlo me quedo pensando un rato como tratando de encontrar las palabras correctas y contesto.

 hasta hace poco tenías tu espada sobre mi garganta y ahora que no me amenazas con nada, no he salido corriendo ni gritando, eso ya debería decir algo...

La carga por otro lado, para serte sincero para mí sólo es un montón de chatarra pero no sé si para ustedes signifique algo. Son un montón de piezas metálicas pasadores, ruedecillas, tornillos, cientos y cientos de piezas no sé por qué es tan importante para el capitán.

 después de esperar y ver la reacción de Atrus por la noticia que le acababa de dar tal vez algo decepcionante, me estiró flexionando los dedos hacia arriba y estando en la punta de mis pies, sacó una moneda de oro de mi bolsillo y empiezo a jugar con ella; mientras estoy en esto continuo

 ya te había dicho que estoy cansado de estar siguiendo órdenes y me gusta la idea de entrar en su grupo y me gusta mucho más el no tener que preocuparme por el oro jajaja. con quien tengo que hablar para entrar? quién es su líder?  después de esperar unos segundos como queriendo una respuesta, continuo hablando antes de que el conteste  qué necesitas para poder confiar en mí, quieres que me acerqué al capitán y le saqué información?

Para saber si alguno está mintiendo cada uno tiraría averiguar intenciones del otro y si hay engaño tirar la habilidad, cada uno por separado.

A Harold no le molestó tener que quedarse cuidando la carga, al fin y al cabo, para eso habían venido. Observó con interés al mago recién incorporado. Aunque sentía recelo por la magia arcana, podía llegar a ser útil en ocasiones. Sin duda no parecía humano, y Harold trató de recordar algo de su estudio para ver si era capaz de identificar a qué raza pertenecía. 

Fulgur les ordenó, a él y a otros guardias que no conocía, permanecer a la espera en caso de que hubiera algún problema. Harold no sabía si el capitán realmente esperaba algún problema o si solo era precaución, pero decidió acercarse a Damrod. Le tendió un trozo de tela empapado en aceite, y le dijo:

-Ten, átalo a una de tus flechas. Si nos necesitaras, préndele fuego y dispara al cielo. Iremos enseguida. 

A continuación se acercó al grupo que habían designado para permanecer a la espera en caso de tener que ayudar a la avanzadilla, y les saludó.

-Que Aengrist os guarde. Creo que no nos han presentado, soy Harold, del norte.