Partida Rol por web

Nadie había hecho nada. El virote pasó, iluminó la terrible escena... y nada. No había servido para nada. Miró hacia atrás y vio que el viejo seguía durmiendo. ¿Cómo podía hacerlo con los gritos que había dado? Atrus pensó realmente si había sido buena idea traerlo a esta misión.

-¡Darck! ¡Necesitamos tu magia!- le gritó una vez más, pero esta vez acompañando sus palabras de una patada para que se levantara -Algo tiene a Ashrac y se lo está llevando volando... necesitamos ver o que lo bajes-
 

Cargó la ballesta y se preparó para disparar ante la primer señal de poder ver hacia dónde estaba su objetivo. Poco podía hacer desde allí y sin ver...

Harold oyó los gritos y todo el revuelo que había causado el ataque, y corrió escaleras arriba tan rápido como pudo, para ver qué ocurría. Algo le pasaba a Ashrac, y debía hacer lo posible para ayudarle. 

En cuanto llegó arriba, se encontró con Atrus, y con un (increíblemente) aún dormido Darck. 

-Yo puedo darte luz, si me das un virote haré que brille como una antorcha. Dispáralo hacia los enemigos y podremos verlos.

Al ver como se elevan mas y mas el clérigo empieza a hablar yo, al igual que otros, solamente estamos contratados para reforzar la escolta del capitán. No nos han dicho nada y tampoco he preguntado, pues soy un mercenario, hago mi trabajo sin preguntar mientras me paguen bien, pero por lo que se puede apreciar aquí, algo ya ha ocurrido y seguramente tú de eso sabes algo, no es así?
Si me crees lo que te digo o no queda en tí. Lo que me hagas no me importa, pues no tengo miedo a la muerte.
 

De pronto me pareció escuchar que la criatura estaba tratando de interrogar a Ashrac.

Tal vez no sea tan hostil como parece...

-Señor -le dije a nuestro inesperado visitante- si lo que quiere es información puede hablar conmigo. Sólo le pido que baje a mi camarada, por favor.

Aunque no veo a mi oponente, me juego el disparo de mi ballesta, un compañero está en peligro. Apunto a donde creo que puede estar y disparo. Fallando....

El virote de Atrus pasa de largo por segunda vez sin resultados positivos, miéntras Truskaros y Damrod se colocan debajo de el extraño ser que agarra con fuerza a Ashrac, el cual sigue ascendiendo hacia el cielo estrellado, en la torre Harold y Atrus intentan a la desesperada buscar una opción y en la muralla interior Fonkin intenta sin éxito convencer a la criatura que suelte a Ashrac, a la vez que Bráedam sube junto a Fonkin observando lo ocurrido

Asalto 4

Kharig Odrock 15

Damrod 14 ( a 60 en vertical )

Atrus 11 ( a 90 pies en horizontal y 35 en vertical )

Ashrac 10 

Fonkin 4 ( a 70 pies en horizontal y 45 en vertical )

Truskaros ( a 60 en vertical )

Harold ( a 70 pies en horizontal y 45 en vertical )

Bráedam ( a 90 pies en horizontal y 35 en vertical )

Maldijo aquello. Se quedaban sin opciones, y aquél ser seguía subiendo y subiendo. Si calculaba bien las distancias desde que había visto al captor elevarse con Ashrac, ahora debían estar a casi 20 metros sobre ellos, y subiendo. Era una distancia considerable, pero que aún podía salvar con su arco; sólo esperaba que su habilidad fuera suficiente.

Quitando cualquier pensamiento de fallo de su mente, se movió varios pasos para colocarse en una posición más coómoda, y tensó la cuerda, colocando la flecha adormecedora en ella. Dejó que los sonidos de su alrededor se difuminaran, respiró hondo, conteniendo el aliento, y finalmente sólo quedó él y un punto oscuro en el cielo. Estaba listo.

– ¡Iluminad la zona! – gritó en dirección al torreón, desde dónde Atrus había lanzado antes un virote capaz de mostrar a su enemigo; en cuanto tuviera la visión clara, aunque fuera un instante, dispararía.  

En cuanto Harold llegó por fin a donde estaba Atrus, oyó a Damrod pedirles que iluminaran la zona. Rápidamente, sin esperar siquiera su confirmación, alzó la mano del escudo y dibujó en el aire un patrón rápido que quedó flotando con un pequeño resplandor azul al paso de sus dedos: Aanvarasaz, la runa de la luz. Alargó el brazo y tocó con la mano uno de los virotes de Atrus, que al instante brilló como si fuera una antorcha, pero con suave luz azul en vez de roja o amarilla. La luz parecía emanar de la madera, aunque en realidad salía de la diminuta runa, que se había incrustado en el material. 

-¡Rápido, Atrus!-dijo Harold-¡Dispara ese virote! No hace falta que dé al enemigo, solo que pase cerca, iluminándolo. Si conseguimos que la luz le de, aunque sea solo un momento, Damrod le abatirá. 

Había tenido que disparar, pero hasta donde sabía no había dado en el blanco. Era imposible prácticamente. Pero ahora, con Darck despierto (¿habría sido la patada que le dio?) y con Harold ofreciendo luz, tal vez podrían lograr algo.

Cargó nuevamente la ballesta y esperó a que el Clérigo hiciera su magia. Luego, dispararía hacia la zona, para poder iluminarle a Damrod que ahora sí haría lo que él había propuesto.

El desconocido sigue ascendiendo hacia la oscuridad de un cielo tenebroso, reteniendo a Ashrac con fuerza. Entonces un punto de luz ilumina la parte alta de la torre, tras ello un virote luminoso vuelve a cruzar el cielo desde la torre hacia la donde se supone que está el enemigo, volviendo a encontrarle e iluminarle, la imagen sigue siendo la misma, este está apresando al mercenario. En ese mismo instante, Damrod que estaba apuntando encima suyo con su arco, en cuanto aparece la silueta del enemigo, dispara dos veces, acertando con la primera flecha, la flecha encontrada en el saqueo de la criatura del caos....

Damrod, daño y efecto de la flecha.

Bráedam estabas apuntando, hora de disparar también con un -2 por distancia y un -1 por el viento: -3

Asalto 4 ( actualizado tras el ascenso de Kharig de 20 pies de altura )

Kharig Odrock 15

Damrod 14 ( a 80 en vertical )

Atrus 11 ( a 90 pies en horizontal y 55 en vertical )

Ashrac 10 

Fonkin 4 ( a 70 pies en horizontal y 65 en vertical )

Truskaros ( a 80 en vertical )

Harold ( a 70 pies en horizontal y 65 en vertical )

Bráedam ( a 90 pies en horizontal y 55 en vertical )

Aunque a gran altura, el clérigo sigue intentando soltarse de la presa que le esta haciendo su enemigo para así poder liberarse. Antes muerto que ser capturado pensaba Asharc.

La elfa sin pensarlo demasiado, con el arco ya tenso y una de sus mejores flechas preparadas, aprovecha el destello de luz para disparar a la extraña criatura que se esbozó con el paso de flecha iluminada.

¡Maldicion¡  dice la hechicera para sí misma, la fecha salió desviada, el arco sale disparado hacia tu derecha, dejándote con los brazos en posición de disparo pero sin arco ni flecha, parece que aún no está del todo recuperada de su profundo estado de meditación en el que se encontraba.

Con su mano libre desenvaina un centro solar que guardaba en su cinto, lo golpea contra sus piernas, al hacerlo su punta de oro empieza a reaccionar con un par de parpadeo para empezar a emitir luz, ofreciéndoselo a su cuervo le da la orden mental de que se acerque a la criatura mientras pronuncia en vos casi inaudible.

Querida Casiopea ten mucho cuidado

( actualizado con la pífia )

La carrera hasta llegar hacia ashrac había sido agotadora pero cuando por fin llega parece que las opciones no son nada buenas. Sin pensarlo por mucho tiempo arma su ballesta, respira profundo dejando salir lentamente el aire se sus pulmones, el sudor le cae goteando desde la punta de la nariz pero sin tener tiempo para limpiarse fija su ballesta hacia dónde cree que debe estar su enemigo pero justo antes de soltar el virote ve subiendo el cuervo de uno de sus conpañeros. Este le muestra a la criatura que buscaba y al tenerlo en la mira, dispara.

Supo que había acertado en cuando la saeta se despegó de su cuerda para cortar el aire con mortal precisión. No tenía aún muy claro que hacía aquella extraña flecha, pero confiaba en que lo suficiente para hacer caer al enemigo o, al menos, lograr que soltara a Ashrac antes de que subiera más aún y no tuviera salvación posible.

La criatura no parecía interesada en negociar y mis camaradas ya comenzaban a dispararle.

La flecha mágica no puede dañar a Ashrac, pero las demás sí. A menos que...

-Ashrac! Dile lo que quiere saber! Tal vez te deje ir!

La flecha se clava en el cuerpo del gigante, pero su magia no parece hacerle efecto.....

Al pasar el virote iluminado varias flechas y saetas cruzan el estrellado cielo nocturno, una de ellas se clava ligeramente en el cuerpo del gigante enemigo, pero la magia inbuida en la flecha no hace efecto. Al final del asalto el ave de Bráedam llega hasta Asharc situándose lo suficientemente cerca con el cetro, iluminando a los dos en las alturas. Bajo el muro interior aparece Gerald corriendo, miéntras Dark se asoma desde lo alto de la torre y Gardian comienza a gritar a los dormidos....

Asalto 5 

Dark 18

Kharig Odrock 15

Damrod 14 ( a 80 en vertical )

Gerald 13

Gardian 13

Atrus 11 ( a 90 pies en horizontal y 55 en vertical )

Ashrac 10 

Fonkin 4 ( a 70 pies en horizontal y 65 en vertical )

Truskaros ( a 80 en vertical )

Harold 4 ( a 70 pies en horizontal y 65 en vertical )

Bráedam ( a 90 pies en horizontal y 55 en vertical )

Dark

Gardian

faltan tiradas de iniciativa

– ¡Otra vez! – Gritó en dirección a la torre, volviendo a prepararse para disparar. 

Esta vez sólo sería una flecha, una de verdad, pues la anterior no sólo había estado demasiado cerca de herir a Ashrac, sino que además estaba convencido de que no había causado los daños que esperaba. 

... Cuando la luz, esta vez mucho más fuerte que todas las que habían lanzado hasta ahora, volvió a iluminar el cielo, él simplemente dejó que la cuerda chasqueara con la fuerza de su brazo. La saeta salió disparada, pero esta vez, aunque había apuntado bien, no fue con la fuerza suficiente como para atravesar sus defensas, o tal vez es que la distancia, en línea recta y hacia el cielo, le había jugado una mala pasada.