Partida Rol por web

15 de enero de 1925

El restaurante del hotel Mount Vernon tenía fama de buena calidad. Las mesas, dispuestas a una distancia respetable unas de otras, estaban en su mayoría ocupadas por clientes del hotel. Un camarero acompañó a Archivald Kirkham y a Louis Sheridan hasta su mesa en un rincón tranquilo y, tras entregarles a cada uno de ellos la carta, volvió a dedicar su atención a otros comensales.

Un pianista amenizaba la cena.

El viaje había sido largo y pesado para ambos y la perspectiva de una cena tranquila resultaba agradable.

El traje incomodaba a Louis mientras atravesaba el comedor siguiendo a aquel camarero hasta la mesa reservada para él y su acompañante, donde intentaría acordar lo que posiblemente sería un trabajo fácil, lo cual no sería un cambio desagradable tras el último desastre que le había llevado hasta un punto en que casi había intimado con la muerte...tan solo debía convencer a su posible mecenas, Archivald Kirkham, de que él era el hombre idóneo para la expedición que parecía tener pensada.

Se sentó frente a aquel desconocido preguntándose si debía ser él quien iniciara la conversación, pero sus pensamientos volvían una y otra vez a la incomodidad de aquella prenda de vestir que le estaba ahogando, la cual no habría sacado del fondo de su armario de no ser porque la necesidad hacía que utilizase todos los medios a su disposición para conseguir aquel trabajo.

Cogió la carta entre sus manos y fijó los ojos en ella, aunque sin prestar realmente atención a lo que había escrito....no soportaba más aquel momento de silencio, y lo suyo nunca habían sido las sutilezas, así que decidió ir directamente al grano - Bueno, ¿qué es realmente lo que tiene pensado hacer en Egipto?

Así, directo al centro del asunto, sin dar la posibilidad de andarse por las ramas....cuando supiera en qué consistía realmente su trabajo, antes podría ponerle un precio.

Aunque archie había mantenido correspondencia con el señor sheridan no sabía muy bien como tratarle. Sabía de su reputación y estaba convencido de que era la persona que necesitaba. Pero aún así no sabía muy bien como tratarlo.

Tras sentarse en la mesa ojeo la carta, todo aquello no le sonaba apenas. Él era un tipo sencillo habituado a trabajar duramente y saltaba a la vista que no se sentía tampoco muy cómodo con el traje elegante que llevaba puesto. Sin embargo no había podido evitar calzar su gorro de vaquero y sus botas.

Al escuchar hablar a su compañero de mesa archie sonrío y respondió:
- Tengo que ir hasta Egipto para una transacción, pero no será fácil. El jeque Al-Razid se mueve por el desierto y no es fácil de localizar. Por eso necesito de tus servicios

La sola mención del nombre de aquel jeque provocó una franca sonrisa en el rostro de Louis, e incluso hubo un instante en el que un profundo suspiro estuvo a punto de escaparse de entre sus labios....aquello sin duda sería más sencillo de lo que había supuesto...por una vez parecía que la vida le sonreía y que aquello sería una forma de conseguir dinero fácil.

No hay problema – respondió tras un instante que utilizó para centrar su atención e la carta, más por hacerse el interesante que porque realmente le importara lo que ponía en ella...aunque no hubiese podido negar que se le había abierto el apetito – conozco a Al-Razid bastante bien y localizarle no será problema, pues aunque nómada siempre sigue los mismos caminos dependiendo de la época del año.

Sin embargo, aquel hombre que se encontraba sentado ante él, había llegado a picar la curiosidad del aventurero....¿para qué querría encontrarse con aquel jeque?
Un segundo después descartó hacer la pregunta, ya que no hubiese sido bueno para el negocio...todo el mundo quería un guía que tuviera los ojos abiertos y la boca cerrada, y si llegado el momento podía obtener aquella información, pues mejor que mejor.

En ese caso – continuó al fin – sólo quedaría acordar los honorarios que me corresponderían por guiarle hasta Al-Razid, aparte de los gastos en los que he incurrido para venir aquí y reunirme con usted ¿no es cierto?

- Me alegra que este usted tan convencido, yo me temía que sería más complicado hacer todo esto, je, je - tras hacer una pausa para probar el vino y atender al camarero. Sobre sus honorarios... ¿Cuanto considera usted que debería pagarle? Yo se lo que cuesta un res en el mercado, o el jornal de un vaquero. Pero no se lo que cuesta alquilar a un guía como usted

Aquello parecía casi un cheque en blanco, pero Louis no se dejó engañar....nadie hacía fortuna sin tener idea de cuando intentaba cobrarle demasiado, conociese o no la mercancía que estaba pagando, así que tendría que darle unas razones claras para poder sacar lo suficiente como para poder disfrutar despues de unas largas vacaciones.

Pues... - comenzó mostrándose dubitativo, haciendo cálculos de lo que necesitaría para subsistir seis meses tras aquella expedición - si tenemos en cuenta que con cualquier otro guía que consiguiese encontrar, tardaría al menos tres veces más en encontrar a Al-Razid, creo que un precio justo serían 3000$, más los gastos de venir a Estados Unidos - calculó lo que se había gastado y añadió un poco más - así que sería un total de 4000 $ en total...la mitad a pagar aquí, antes de comenzar la expedición, y el resto cuando lleguemos hasta el jeque ¿le parece bien?

Había estado a punto de pedir el pago completo por anticipado, pero conocía bien los terrenos por los que se adentrarían, y que pese a ser él el guía, el desierto era una trampa mortal, sobretodo si el grupo que se interna en él no se encuentra unido, y aquel gesto de recibir el resto del pago al finalizar el trabajo suponía para él una demostración de confianza...era necesario establecer aquellos lazos desde el principio, pues nunca se sabía cuándo se iba a necesitar de alguien.

Archivald escucho las palabras de Sheridan manteniendo el rostro imperturbable, una costumbre que había aprendido jugando al póquer con los muchachos en la cantina. Se le hacía caro pero era bien cierto que ese tipo era el mejor guía que podría encontrar.

- En principio yo me haré cargo de la cuenta del hotel, así como los gastos de transporte. Respecto a sus honorarios... solo confío en que su reputación no sea incorrecta ya que es mucho dinero en juego. Ahora me gustaría disfrutar de la cena y escucharle hablar sobre las enigmáticas tierras de egipto. La respuesta se la daré tras los postres

El camarero se acercó a la mesa cuando creyó que no interrumpía la conversación.

-Buenas noches, caballeros. ¿Desean pedir ya o prefieren esperar un poco?

Sus modales eran exquisitos, su traje impecable. Esperó pacientemente a que decidieran el menú, manteniéndose a la distancia precisa para poder atenderles sin estar encima suyo.

- Si, por favor. ¿Alguna recomendación? - respondió archivald al camarero

El camarero empezó a enumerar platos con soltura:

-Esta noche el chef recomienda para empezar saquitos rellenos de hongos, hechos con masa de crepe y rellenos con una delicada combinación de hongos y frutos rojos. Después, timbal de bacalao al horno con boletus edulis y solomillo con salsa de torta del casar y shiitakes. Por último, el postre: capricho de yogur con frutos rojos y chocolatina de boletus.

Esperó unos segundos y luego añadió:

-O, si lo prefieren, pueden elegir cualquier plato de la carta. Para beber les recomiendo esta botella de... limonada Citrus. Excelente, y muy fría.

Aquellas recomendaciones no terminaban de calar en Louis, que ni siquiera llegaba a ponerle imagen a algunos de los ingredientes que aquel camarero les indicaba....y luego decían que Africa era un continente exótico, pero al menos allí era sencillo saber qué se comía.

Bajó la mirada hacia la carta, y sus ojos buscaron rápidamente la parte que estaba destinada a las carnes, pues era lo que más le llamaba la atención normalmente - Yo tomaré uno de estos - mostró la carta al camarero señalando la línea de su elección, que no era otra cosa que un solomillo, y que por el precio tenía que ser de una carne excelente - Que no esté muy hecho, por favor. Y de beber....vino tinto será lo mejor - añadió desestimando la recomendación del hombre.

El camarero asintió con la cabeza.

-Solomillo para el caballero. Lamentablemente no será posible servir el vino. Este es un establecimiento respetable, no servimos bebidas alcohólicas. Sin duda estará enterado de la Prohibición. ¿Preferiría agua con la comida o algún otro tipo de bebida?

La prohibición....claro...hacía tanto tiempo que no pisaba el suelo de su país origen que olvidaba ciertas cosas.
Había crecido allí, un país que se vanagloriaba de la libertad que se disfrutaba entre sus fronteras, pero que si comparaba con la libertad que dispensaba Egipto, parecía que te estaban tomando el pelo.

Para saber a ciencia cierta lo que era ser libre, era necesario encontrarse en un lugar apartado, rodeado únicamente de desierto, en contacto total con aquella naturaleza salvaje y observado únicamente por el cielo estrellado....entonces era cuando realmente uno podía sentirse libre, sin atadura de ningún tipo, simplemente formando parte de un todo.

Oh, bien - Louis carraspeó un instante - entonces tomaré únicamente agua, gracias.

Casi se sentía un extranjero en su propio país, pero eso sería durante poco tiempo, pues pronto volvería a aquel que se había convertido en su hogar.

El camarero asintió nuevamente y acto seguido miró en dirección a Archivald, esperando pacientemente a que le indicara su elección.

- Yo tomaré la recomendación del chef, por favor. Y para beber, ¿Cerveza? Sino pudiera ser pues una limonada fría - respondió Archivald de forma indiferente.

Una vez el camarero se alejo a por sus viandas archivald retomo la conversación con Sheridan.
- ¿Por que no me cuenta algo de sus aventuras por las lejanas tierras de áfrica? Tengo ganas de viajar hasta allí...

Louis se quedó un momento pensativo, pues aunque Archivald le había preguntado por el continente africano en general, el mayor conocimiento del guía se centraba en el país que había embaucado su corazón y conseguido que se sintiese en él como en su propio hogar, en el cual, y como había quedado demostrado, se sentía como un estraño.

Finalmente, y mientras esperaban a que sus pedidos fuesen servidos, los labios de Louis se abrieron y comenzó a hablar de Egipto.

El Antiguo Egipto fue una civilización que se originó a lo largo del cauce medio y bajo del río Nilo, y que alcanza tres épocas de esplendor faraónico en los periodos denominados: Imperio Antiguo, Imperio Medio, e Imperio Nuevo. Alcanzaba desde el delta del Nilo en el norte, hasta Elefantina, en la primera catarata del Nilo, en el sur, llegando a tener influencia desde el Éufrates hasta Jebel Barkal, en la cuarta catarata del Nilo, en épocas de máxima expansión. Su territorio también abarcó, en distintos periodos, el desierto oriental y la línea costera del mar Rojo, la península del Sinaí, y un gran territorio occidental dominando los dispersos oasis. Históricamente, fue dividido en Alto y Bajo Egipto, al sur y al norte respectivamente.

La civilización egipcia se desarrolló durante más de 3000 años. Comenzó con la unificación de varias ciudades del valle del Nilo, alrededor de 3150 adC, y se da convencionalmente por terminado en 31 adC, cuando el imperio romano conquistó y absorbió el Egipto ptolemaico, que desaparece como estado. Este acontecimiento no representó el primer período de dominación extranjera, pero fue el que condujo a una transformación gradual en la vida política y religiosa del valle del Nilo, marcando el final del desarrollo independiente de su cultura. Su identidad cultural había comenzado a diluirse paulatinamente tras las conquistas de los reyes de Babilonia (siglo VI adC) y Macedonia (siglo IV adC), desapareciendo su religión con la llegada del cristianismo, en la época de Justiniano I, cuando en 535 fue prohibido el culto a la diosa Isis, en el templo de File.

Egipto tiene una combinación única de características geográficas, situada en África nordoriental y confinada por Libia, Sudán, el mar Rojo y el mar Mediterráneo. El Nilo fue la clave para el éxito de la civilización egipcia: el légamo fértil depositado a lo largo de los bancos del Nilo tras las inundaciones anuales significó para los egipcios el practicar una forma de agricultura menos laboriosa que en otras zonas, liberando a la población para dedicar más tiempo y recursos al desarrollo cultural, tecnológico y artístico.

La vida se ordenaba entorno al desarrollo de un sistema de escritura y de una literatura independientes, así como en un cuidado control estatal sobre los recursos naturales y humanos, caracterizado sobre todo de la irrigación del fértil valle del Nilo y la explotación minera del valle y de las regiones desérticas circundantes, la organización de proyectos colectivos, el comercio con las regiones vecinas de África del este y central y con las del mediterráneo oriental y finalmente, por empresas militares que mantuvieron una hegemonía imperial y la dominación territorial de civilizaciones vecinas en diversos períodos. La motivación y la organización de estas actividades dependía de una élite sociopolítica y económica que alcanzó consenso social por medio de un sistema basado en creencias religiosas, bajo la dirección del Faraón un personaje semi-divino, generalmente masculino, perteneciente a una sucesión de dinastías, no siempre del mismo linaje.

La obtención de una cronología exacta del Antiguo Egipto es una tarea problemática. Existen desacuerdos entre egiptólogos, con variaciones de algunos años en el último período, convirtiéndose en décadas al principio del Imperio Nuevo, y casi en un siglo para el comienzo del Imperio Antiguo.

El primer problema surge por el hecho de que no utilizaron un sistema de datación homogéneo: no tenían un concepto de una era similar al Anno Domini, o la costumbre de nombrar los años, como en Mesopotamia. Databan con referencia a los reinados de los distintos faraones, solapando posiblemente los interregnos y las épocas de corregencia. Un problema añadido surge al comparar las distintas Listas Reales de los faraones, pues están incompletas o con datos contradictorios, incluso en el mismo texto; Las obras del mejor historiador sobre Egipto, Manetón, se perdieron y sólo las conocemos a través de epítomes de escritores posteriores como Flavio Josefo, Eusebio de Cesarea, Sexto Julio Africano o el monje Sincelo. Desafortunadamente las fechas de algunos reinados varían de uno a otro autor.

Las evidencias arqueológicas indican que la civilización egipcia comenzó alrededor del sexto milenio adC, durante el Neolítico, cuando se asentaron los primeros pobladores. El río Nilo, en torno al cual se asienta la población, ha sido la línea de referencia para la cultura egipcia desde que los nómadas cazadores-recolectores comenzaron a vivir en sus riberas durante el pleistoceno. Los rastros de éstos primeros pobladores quedaron en los objetos y signos grabados en las rocas a lo largo del valle del Nilo y en los oasis.

A lo largo del Nilo, en el onceno milenio adC, una cultura de recolectores de grano había sido substituida por otra de cazadores, pescadores, y recolectores que usaban herramientas de piedra. Los estudios también indican asentamientos humanos en el sudoeste de Egipto, cerca de la frontera con Sudán, antes del 8000 adC. La evidencia geológica y estudios climatológicos sugieren que los cambios del clima, alrededor del 8000 adC, comenzaron a desecar las tierras de caza y pastoreo de Egipto, conformándose paulatinamente el desierto del Sáhara. Las tribus de la región tendieron a agruparse cerca del río, en donde surgieron pequeños poblados que desarrollaron una economía agrícola. Hay evidencias de pastoreo y del cultivo de cereales en el este del Sáhara en el séptimo milenio adC.

Alrededor del 6000 adC, ya había aparecido en el valle del Nilo la agricultura organizada y la construcción de grandes poblados. Al mismo tiempo, en el sudoeste se dedicaban a la ganadería y también construían. El mortero de cal se usaba en el 4000 adC. Es el denominado periodo predinástico, que comienza con la cultura de Naqada, aunque algunos egiptólogos lo sitúan antes, en el Paleolítico Inferior.

Entre el 5500 y el 3100 adC, durante el Predinástico, los asentamientos pequeños prosperaron a lo largo del Nilo. En el 3300 adC, momentos antes de la primera dinastía, Egipto estaba dividido en dos reinos, conocidos como Alto Egipto Ta Shemau y Bajo Egipto Ta Mehu. La frontera entre ambos se situaba en la actual zona de El Cairo, al sur del delta del Nilo.

La historia de Egipto como estado unificado comienza alrededor del 3050 adC. Menes, que unificó el Alto y el Bajo Egipto, fue su primer rey. La cultura y costumbres egipcias fueron notablemente estables y apenas variaron en casi 3000 años, incluyendo religión, expresión artística, arquitectura y estructura social.

La cronología de los reyes egipcios da comienzo en esa época. La cronología convencional es la aceptada durante el siglo XIX, sin incluir cualesquiera de las revisiones que se han hecho en ese tiempo. Incluso en un mismo trabajo, los arqueólogos ofrecen a menudo, como posibles, varias fechas e incluso varias cronologías, y por ello puede haber discrepancias entre las fechas mostradas en las distintas fuentes. También se dan varias posibles transcripciones de los nombres. Tradicionalmente la egiptología clasifica la historia de la civilización faraónica dividida en dinastías, siguiendo la estructura narrativa de los epítomes de la Aigyptiaká (Historia de Egipto), del sacerdote egipcio Manetón.

La religión egipcia, plasmada en la mitología, es un conjunto de creencias que impregnaban toda la vida egipcia, desde la época predinastica hasta la llegada del Cristianismo y del Islam en las etapas greco-romanas y árabe. Eran dirigidos por sacerdotes, y el uso de la magia y los hechizos son dudosos.

El templo era un lugar sagrado en donde solamente se admitía a los sacerdotes y sacerdotisas, aunque en las celebraciones importantes el pueblo era admitido en el patio.

La existencia de momias y pirámides fuera de Egipto, indica que las creencias y los valores de las culturas prehistóricas se transmitieron de una u otra forma por el camino de la seda. Los contactos de Egipto con extranjeros incluyeron Nubia y Punt al sur, el Egeo y Grecia al norte, el Líbano y otras regiones del Cercano Oriente y Libia al oeste.

La naturaleza religiosa de la civilización egipcia influenció su contribución a las artes. Muchas de las grandes obras del Egipto antiguo representan dioses, diosas, y faraones, considerados divinos. El arte está caracterizado por la idea del orden y la simetría.

Durante los 3000 años de cultura independiente, cada animal retratado o adorado en el arte, la escritura o la religión es indígena de África. El dromedario, domesticado en Arabia, apareció en Egipto al comienzo del 2º milenio adC.

Creían en una vida de ultratumba, y se preparaban para ella, tanto siguiendo unas normas determinadas (Libro de los muertos) como preparando la tumba.

Antiguamente solo los faraones tenían derecho a participar en la vida futura, pero al llegar el nuevo imperio todos los egipcios esperaban vivir en el más allá, y se preparaban, de acuerdo a sus posibilidades económicas, su tumba y su cuerpo; a los cadáveres se le extraían los órganos, que eran depositados en los Vasos canopos, y despues cubrían el cuerpo con resinas para preservarlo, envolviendolo con lino. En la cámara funeraria se depositaban alimentos y pertencias del fallecido, para su uso en la otra vida.

- Muy bien, veo que es usted una persona culta y con conocimientos. Eso me gusta en un guía, no solo espero que me lleve a donde quiero ir sino aprovechar el viaje para conocer más cosas sobre ese lugar místico. Tal vez, si las cosas funcionan bien entre nosotros, quiera usted acompañarme también al continente africano. - sonrío archivald

El camarero volvió a pasar por la mesa con una bandeja y colocó un par de platos humeantes a lado y lado. Luego sirvió el agua y la limonada, ambos bien fríos, y por último depositó un sobre de tamaño pequeño en una bandejita plateada junto a Louis Sheridan.

-Aquí tienen, caballeros. El telegrama acaba de llegar, señor Sheridan. Buen provecho.

Dicho esto se llevó la bandeja de la mesa y se mantuvo a distancia prudente, vigilando que todo estuviera correcto en las demás mesas.

Estaría encantado de acompañarle – respondió rápidamente Louis, sin querer hacer hincapié en que Egipto YA estaba en el continente africano, algo que su interlocutor debía de saber muy bien, pero que la forma de expresarse dejaba algún tipo de duda....no eran momentos para bromas, pues debía mantener al cliente contento, ya que eso aseguraba dinero en el futuro – pero debo decirle que el resto de países no los conozco demasiado, así que no podría servirle de guía en ellos – también cierto grado de sinceridad formaba parte de su persona, y era inútil intentar ocultar lo que se haría evidente.

Iba a seguir hablando acerca de Egipto, cuando el camarero volvió con lo que habían solicitado para comer, y de paso con un telegrama que dejó al lado de Louis, que no pudo sino mirarlo un tanto extrañado, al telegrama, no al camarero, antes de extender su mano hacia el papel para recogerlo – Muchas gracias – respondió simplemente antes de comenzar a leerlo.