Partida Rol por web

Las máscaras de Nyarlathotep

2.12 Londres - Mordaunt Manor

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15/05/2014, 18:08
Director

Había una vieja casa a las afueras de Londres. Su dueña, su heredera, querría haberla cuidado mejor. Sin duda no era una gran mansión, pero sin duda no pequeña y se construyó con el ajado gusto de los amantes de la aventura y el mar, como era su padre, incluyendo el torreón para subir a mirar el horizonte y soñar.

Apartar la cancela oxidada y hacer entrar los coches no llevó apenas tiempo. Encontrar Mina la llave adecuada, mostrar a sus acompañantes mientras el viejo pozo seco y mencionar un pasadizo, tampoco. Dar acceso al interior y señalar por encima del polvo las direcciones importantes, cocina, baños, habitaciones, solo un poco más. Explorar la casa lo hicieron con tranquilidad y cariño por la anfitriona.

Notas de juego

Dejo al derecho de Mina explicarnos si esta casa tiene criados, si habita alguien más, cómo de descuidada está...

¿Mapa? Tener poco tiempo me hace buscar soluciones prácticas. Entrad en este enlace: http://arcano13.com/fanzine/spip.php?article529 Bajad esta aventura escrita por mí y ved el caserón allí descrito. Obviamente, apartad las descripciones sobre elementos satánicos o cthulhuideos, quedaos solo con el mapa, que es lo que nos interesa, al menos como decorado.

Veni, si no te gusta o no te parece adecuada, se cambia en un sapristi.

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18/05/2014, 05:21
Mina Mordaunt

El camino que los condujo hacia las afueras de Londres no demoró mucho, no tanto como la primera impresión de hombres y mujeres acostumbrados a las afueras de América podía haber dicho. Pero adentrarse en la campiña inglesa era como adentrarse en un mundo diferente, como si verdaderamente con sólo unas millas de distancia pudieran dejar atrás el influjo y el artificio de Londres para pasar a lo que se parecía mucho al recuerdo de una época pasada, quizás medieval o druida. La sensación estaba allí aún cuando el frío de una estación inclemente casi no permitía imaginar toda aquella tierra sembrada de verde, tocada por un sol que jamás se levantaba en el Támesis. Era una sensación que para algunos abría los brazos a lo cómodo, a la paz y al olvido; y para unos pocos, los abría hacia la vida, la aventura, la libertad.

Era difícil saber cuál de todas aquellas cosas significaba para Mina. Al quedar firme la decisión de salir de Londres, la británica había asentido con la firmeza que la caracterizaba, esa firmeza que parecía flexible y volátil por estar siempre envuelta en su sonrisa. Había dado la dirección al cochero sin titubear, tal como se le dice a alguien la dirección del hogar que uno ha dejado hace sólo unas horas. Los que compartieron el coche con ella pudieron verla mirar hacia afuera, por la ventanilla en movimiento, lanzando miradas fugaces hacia el horizonte en el cual se diluía lentamente lo urbano y pasaba a fundirse con los árboles y el viento. El sol le daba en los ojos cuando alguien apreció en ellos, quizás, lo que podía parecer nostalgia. Nostalgia por los recuerdos que seguramente anidaban allí, tras sus pupilas sonrientes. Recuerdos que solamente Brenda conocía. Y quizás, en parte, Louis, y quizás Nick, tras lo sucedido en el colegio de médicos como una vida atrás.

Sin embargo, cuando se divisó en el horizonte el primer tejado recortado contra la naturaleza, Mina se inclinó hacia adelante y sonrió. Sonrió primero suavemente, y luego la sonrisa penetró en su mirada hasta hacerla brillar, como la de un hombre que acaba su éxodo, un exiliado que vuelve a su tierra, un náufrago que avista tierra firme. Ella no dijo nada, pero no hizo falta, ni siquiera para las personas que, a pesar de haberse vuelvo compañeros de vida, apenas la conocían. Sus dedos, que habían estado levemente curvados en el apoyo de sus rodillas, se relajaron hasta extenderse sobre su regazo y acariciaron. Como si acariciasen el rostro de un recuerdo, o el corazón de un ausente. Como si acariciasen el alma de una promesa.

Cuando se apeó del coche, fue la primera, y lo hizo con más rapidez de la que hubiera debido. Mina se detuvo frente a la vieja cancela, observándola desde lejos por un instante. Luego se acercó y apoyó la mano arriba, en el centro, justo en el sitio donde dos viejas letras inglesas talladas en metal se fusionaban en óxido y olvido.

Bienvenidos - dijo Mina, tras un largo momento de silencio. Se había vuelto hacia ellos, con una sonrisa - a Mordaunt Manor.

Sin duda, no era una casa pequeña. Había sido construida por un hombre que pensaba en familia y largos invitados, pero a la vez austeridad y pragmatismo. Un hombre que no la había heredado como otros tantos sino que la había levantado ladrillo por ladrillo, pagando con cada viaje y cada criatura exótica un trozo más de aquel pequeño paraíso. Porque estaba claro, ya a la distancia y más en la medida que se acercaban a la puerta principal siguiendo a Mina, que aquella casa había sido construida para vivir en ella, para abandonarla como a una amante, y para volver siempre a sus brazos con renovada fuerza. Tal como Mina estaba volviendo ahora, tras tantos años, con la misma seguridad como si jamás se hubiese ido. Mina, que era su dueña... a medias. Porque su padre no estaba muerto, no, a pesar de todo.

Padre, tú deberías estar aquí.

Había cogido las llaves de la casa como un impulso, al saber que el viaje que emprendían desde América pasaba por Inglaterra, sin estar segura de por qué lo había hecho. Ahora la llave de la puerta pesada de roble de la entrada estaba en su mano como si no se hubiese ido de allí nunca, y también el recuerdo de levantar el picaporte hacia arriba y no abajo para poder abrirla, y el instinto de apartar con el pie izquierdo la punta de la pequeña mesa a un costado del recibidor. Como si no hubiesen pasado los años, como si jamás hubiese dejado de pertenecer a ese sitio. Mina aspiró profundo el aire lleno de polvo, y dejó que sus ojos vagasen por el interior de la casa que había sido su vida hacía tanto tiempo. El aire estaba frío, e Inglaterra empeñada a penetrar en sus huesos, pero lo único que ella sentía era una tibieza extendiéndose por cada nervio del cuerpo.

Espero que nadie sea alérgico al polvo - dijo ella, volviéndose hacia el grupo con una sonrisa de disculpa - Aunque eso se soluciona en unas horas, abriendo las ventanas. Adelante, por favor.

La mano extendida de la británica les dio paso a su hogar, de un modo que parecía cercano a dar paso a su corazón. El recibidor daba paso a un enorme salón en el cual las estanterías de libros plagaban las paredes desde los zócalos hasta el techo, y las que estaban vacías mostraban lo que indudablemente eran imágenes y litografías de diferentes animales salvajes, posando, corriendo, ejerciendo su naturaleza como si no hubiera ningún observador humano. En otras, junto a los animales aparecía repetido un mismo hombre alto, fornido y armado, de espaldas anchas, cabello que podría ser rojizo y mirada penetrante.

Había algo indudablemente femenino en el aire, quizás la disposición de los sillones bajo las polvorientas sábanas blancas, el tipo de cortinaje que caía con pesadez hacia el suelo, o la presencia de varias mesas pequeñas que parecían absolutamente destinadas a una reunión de té. La otra parte hablaba de hombre, de aventura y de mundo. Cuando Mina fue hacia una de las ventanas, abrió las cortinas y luego las contraventanas de par en par, la luz repentina les permitió apreciar que había diferentes cuchillos decorando las paredes, y que sobre la chimenea apagada descansaban dos rifles cruzados, en cuyo centro descansaba una fotografía de cuatro personas, dos adultos y dos niños, y un enorme sabueso.

No se alarmen por la cantidad de armas a modo de decoración. Fue lo único que le concedió mi madre a mi padre, pues ella no quería vivir mirando cabezas embalsamadas colgando de las paredes. Y mi padre era cazador - explicó Mina, con una sonrisa de disculpa que escondía demasiada diversión para ser sincera. Aunque lo era - De allí el pasadizo secreto que les mencioné y algunas otras cosas de la casa, como el torreón que hace las veces de torre de vigilancia, lugar para cazar aves y sitio privilegiado de observación. Voy a abrir unas ventanas más, para airear la casa. Hay baños aquí abajo, y también arriba, donde están los dormitorios. Las escaleras están por allí - señaló a un costado, a una apertura que indudablemente daba paso al hueco de escaleras - La cocina por allí, a un costado, aunque nos servirá de poco hasta que consigamos víveres - y dependiendo de cuánto fueran a quedarse en Inglaterra. Eso quedaba implícito.

Se quedó pensando un momento, mirando a su alrededor y luego sonrió, mientras levantaba las manos hacia los demás.

Siéntanse como en su casa. Pueden dejar lo que quieran arriba y bajar, quedarse allí, sacudir el polvo, abrir lo que quieran... Explorar que no haya nadie ni nada... - esto último lo dijo con sin dejar de sonreír, pero con un matiz de seriedad que algunos podían captar perfectamente - Yo sólo tengo que resolver una cuestión antes. Voy a ver si nuestro viejo cuidador sigue viviendo aquí, como lo hacía la última vez que vine... que creo que es el caso dado que algunas cosas están más cuidadas de lo que esperaba - pues la casa estaba descuidada, claramente como lo estaría cualquier casa deshabitada, pero no derruida ni abandonada. Como si alguien estuviera conservando todo como está en la espera de que un buen amigo suyo vuelva algún día. Mina movió la cabeza - Mi padre le dejó la casa a su cuidado cuando nos fuimos a América, aunque tiene la suya propia en la parte de atrás. Es un viejo amigo suyo, de sus épocas de África.

Se dirigió a otra de las ventanas y la abrió también, dejando que la vibra fría entrase al lugar como un mordisco, pero llenando de luz toda una parte anteriormente en sombras.

¿Alguna pregunta o algo que necesiten? No tardaré nada.

Notas de juego

Me parece perfecto, Cala :) Aunque le he puesto mi propia descripción según más o menos lo que imaginaba, esta funciona a modo narrativo. Quizás deba modificar un poco el mapa de la planta baja, pero no te preocupes que eso lo hago yo. Nada de trabajo extra para ti.

Lamento el post enorme, pero me emocioné XD Espero que les guste la casa. Ha estado vacía desde hace mucho tiempo, pero cuidada por un hombre que no se ha encargado de limpiar pero si de que nada se pudra o se caiga a pedazos. Es por ello que está funcional, aunque para habitarla permanentemente llevaría un tiempo de acondicionamiento y reparaciones.

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19/05/2014, 13:58
Louis Sheridan

A medida qué se alejaba de la ciudad los problemas parecían hacerse más pequeños, perdiendo relevancia . Casi podía sentir de forma física cómo las preocupaciones de los últimos días pesaban menos sobre sus espaldas.
Apreció maravillado el cambio de pasar de la tumultuosa ciudad a la tranquilidad de la campiña inglesa qué cuál marea verde parecía casi interminable . El viento al rizar su superficie hacia que se asemejase a las olas . Casí le daban ganas a uno de retirarse a vivir aquí.
Cuán diferente del paisaje egipcio al que estaba acostumbrado, tan seco y árido que solo las crecidas puntuales del Nilo conseguían darle vida. Eso sí, la magia y el misterio de esas tierras no los había encontrado en ninguna otra parte.
Cuando por fin llegaron se quedó sin palabras. No es que se hubiera hecho una idea de la casa, pero ni se le había pasado por la cabeza que pudiera tratarse de una auténtica mansión.
Es realmente impresionante, la verdad. Cuando acabe todo esto no me importaria venir a pasar una temporada aquí

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19/05/2014, 19:13
Nathanian Moore

-No puedo menos que felicitarla, señorita Mondaunt, es una excelente propiedad.- dijo un extremadamente flemático Nathanian que usaba ese tono para tratar de disimular su nerviosismo.

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19/05/2014, 19:23
Danielle Archer

Aunque Danielle había insistido en quedarse en la ciudad, finalmente la mayoría eligió ir a la casa de Mina. La joven no estaba muy segura de que fuera una buena idea. No le hacía mucha gracia, después de todo lo que estaba pasando, encerrarse en una casa que llevaba tanto tiempo deshabitada. Pero en el fondo sabía que eran supersticiones. A Nathanian le habían atacado en medio de Londres, y con una especie de humo que lo asfixiaba... 

Mientras recorrían la campiña inglesa, Danielle no paró de darle vueltas a todo lo que había ocurrido desde entonces. Se encontraba mejor y, aunque estaba avergonzada por su comportamiento indecoroso de la pasada noche, al menos ya no tenía aquel horrible dolor de cabeza con el que se había levantado. 

Intentó no darle más vueltas a todo aquello y disfrutar del paisaje que se podía ver a través de la ventanilla. Apoyó la frente en el cristal y recorrió con la mirada aquellos árboles que iban dejando atrás.

Al bajar del coche y ver la casa, un escalofrío recorrió su espalda. Tragó saliva e intentó esbozar una sonrisa. - Vaaaaaya... - Poco le faltó para soltar un silbido allí mismo. La verdad es que era impresionante. Pero a la vez, aquellas sombras, las enredaderas trepando caprichosamente por las paredes de ladrillo y el sonido del viento entre las hojas de los árboles, le daba a todo un aspecto un poco tétrico. 

Entraron dentro de la casa. En el enorme salón, Danielle dejó su maleta en el suelo y se dispuso a ayudar a la joven a abrir las ventanas para dejar al frío aire entrar. 

- Supongo que tendría que pedirte disculpas. No quería venir, pero la verdad es que todo esto es impresionante... - Le dijo y una suave sonrisa se formó en sus labios. Prefirió omitir la sensación de agobio que había sentido cuando bajó del coche y la casa pareció saludarle entre las sombras.

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20/05/2014, 05:15
Henric Larsson

Henric había hecho el viaje satisfecho. La casa de Mina le parecía el sitio más discreto posible. Suponiendo que nadie les estuviera siguiendo (eso se lo dejaba a Nick) no habría manera de que les encontraran aquí, mientras que en un hotel la gente podía hablar.

Cuando recordó el revólver que llevaba en el equipaje frunció el ceño en silencio. Esperaba no tener que usarlo. De hecho, no lo sacaría de su maleta si no era imprescindible.

Al entrar en la mansión Mordaunt, su primera opinión vino en forma de estornudo. Negó con la cabeza y le quitó importancia al asunto. Se le pasaría... Por lo demás, Larsson parecía el menos impresionado por la casa. Siendo como era, no pudo dejar de expresarle su opinión a la anfitriona. No es que fuera cínico ni desagradecido, era más bien la sinceridad del niño... o de un pintor demasiado centrado en el arte como para entender cuestiones de etiqueta.

Una casa muy bonita. Los americanos podrían aprender de la arquitectura europea... levantó un dedo reprobatorio hacia Archie, Louis y cualquier otro yanqui que estuviera cerca para escucharle.

Y sin embargo la decoración... da un aire algo enciclopédico, demasiado formal. Un poco de museo y un poco de album de fotos, pero apenas una pieza de arte por el propio arte. Reliquias de viajes, estoy seguro, y retratos de la familia. Lo que dice esta casa de su dueño es que apreciaba a su familia y le apasionaban los viajes, pero tal vez un poco demasiado formal y pragmático para mi gusto. ¿Qué hay de la belleza por la belleza misma?

Descarta su crítica con una sonrisa.

Pero no se preocupe, señorita Mina. Sé exáctamente lo que le falta: un Larsson original en esa pared y quizá un óleo de mi época introspectiva en aquella otra.

Señalaba en una dirección y otra, visualizando la hipotética casa tanto como la real y con la orgullosa expresión del héroe que ha salvado la situación.

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22/05/2014, 00:59
Nathanian Moore

Nathanian miró de reojo a Henric mientras pensaba que la casa estaba muy bien asi como estaba, sobre todo por la decoración (que lo había fascinado) pero no dijo nada sino que se limitó a seguir paseandose lentamente de un lado a otro mientras miraba aquí y allá.

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22/05/2014, 14:27
Nick Stolze

Nick pasó todo el viaje intranquilo. Sobretodo la primera mitad... hasta que salieron de Londres. La sospecha de que alguien podría estar vigilándolos, siguiéndolos o, por qué no, acechándolos de cualquier modo le ponía extremadamente tenso. Así, cada vez que giraban una calle o se encaminaban hacia los barrios periféricos de aquella intrincada ciudad, el detective se afanaba en vigilar los posibles vehículos que concurriesen en su trayecto para evitar sorpresas desagradables. Se asomaba a la ventanilla de su lado... se giraba en su asiento para mirar por la luneta trasera. Parecía que tuviera el baile de san vito... no paraba quieto en su asiento.

Sin embargo hubo un momento en que todo cambió súbitamente. No se había dado cuenta pero desde hacía rato que la densidad de casas se había acabado y ahora transitaban parajes solitarios en los que una sola casa podía ubicarse en la lozana campiña inglesa en kilómetros a la redonda. No se había dado cuenta pero en aquellas carreteras se cruzaban con un coche cada bastante tiempo... pero más con carros tirados por un caballo, bicicletas o, en la mayoría de los casos, nadie.

Así, Se repantigó en su asiento y suspiró con fuerza... como si el trabajo de vigilancia hubiera concluido con éxito tras un esfuerzo considerable. Después de todo, la seguridad de los integrantes del grupo era su máxima prioridad. Y después de un rato más a bordo de aquellos taxis se bajaron a las puertas de Mordaunt Manor. 

Mientras todos comentaban las exquisiteces de los capiteles y demás zarandajas sin importancia, Nick se dedicó a despedir a los taxistas y, cuidadosamente, apuntar sus matrículas y números de licencia. Si, después de todo, alguien los localizaba, sabría quién se habría ido de la lengua y, con ello, podría cortársela si lo veía necesario. ¿Realmente se estaría volviendo paranóico?

- Mina... mil gracias. De verdad. Espero que la estancia aquí no nos lleve más de un par de días y que pronto podamos dejar atado en Londres todo lo que nos ata a este país. Por lo pronto, esta casa es sencillamente perfecta para sentirnos todo lo a salvo que podamos.

En un gesto automático, el detective extrajo su pitillera y se dispuso a fumar uno de sus aromáticos cigarrillos. Pero se detuvo al instante. Aquel aire vivificante del campo era como respirar verdadero oxígeno por primera vez en años. Guardó de nuevo la pitillera y se dispuso a hablar ante todos.

- Bien... veamos... hay que acondicionar un poco la casa, comprar comida y provisiones y, bueno, esta noche quisiera hacer una visita a la tienda de Tewfik en el Soho. ¿Quién vendrá? Por otro lado sería prudente averiguar cuando parte el próximo barco que nos lleve a Egipto. Será un viaje largo y, a buen seguro, con bastantes escalas. Hay que adquirir los billetes y, quizá contactar con la Carlyle para que nos haga un giro postal y sepa un poco por dónde andamos. No quisiera ser machista pero si hay que dividirse...

Afortunadamente la perorata de Nick se detuvo allí.

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22/05/2014, 21:40
Mina Mordaunt

Mina recibió las palabras de Louis y Nathan con una sonrisa cálida, que se transformó en una de cierto alivio cuando habló Danielle. Lo cierto era que la británica parecía haber vuelto a casa de un modo mucho más profundo que literal, y parecía haber albergado alguna duda o tensión respecto de lo que los demás podrían pensar del que había sido su hogar durante muchos años. O quizás era que la duda estaba en ella misma, en lo que ella sentiría una vez que volviera a poner pie en la casona como había vuelto a ponerlo en Inglaterra, y la falta de mala reacción por parte de sus acompañantes no hacía sino agregarse a su propia tranquilidad. Porque, era indudable, Mina había vuelto a casa.

Gracias - respondió la británica a los elogios, sonriendo, con una modestia no fingida. Casi con vergüenza, en realidad - No hay nada que disculpar, Danielle y... bueno, no sé si es tan impresionante o increíble, sólo espero que nos sea útil - Mina sonrió un poco más, como si pudiera, al mirar a Louis - Estaré encantada de que lo hagas, e incluso de dejarte la llave si no puedo quedarme aquí.

Parecía sorprenderle que un hombre de mundo como él, curtido en los caminos de tierras exóticas, encontrara en aquel sitio del globo para permanecer un tiempo, uno que quizás podría transformarse en una vida. Pero, en realidad, no lo hacía en absoluto. Al fin de cuentas, ese era el sitio que había elegido su padre, y si su padre no era un trotamundos empedernido, entonces no lo era nadie. Las palabras de Henric, por otra parte, la hicieron reír. Una risa repentina que, para quien conociera a Mina, resultaba catártica y expiatoria, un exorcismo de recuerdos y de sentimientos anudados en el centro de su pecho hacía ya demasiados años. Para quien apenas la conocía, como la mayoría, era sólo una risa cálida y divertida.

Mi padre no tenía ojo para la belleza cuando vivíamos aquí, y tampoco luego, en realidad - respondió Mina, moviendo la cabeza - Todo lo que has descrito es mi padre, en pocas palabras. Otras partes de la casa eran territorio completo de mi madre - agregó, mientras señalaba hacia el vestíbulo y arriba - Pero en estas paredes hay espacio para todo y si, por supuesto, un artista decidiera colgar de ellas un poco de su visión del mundo, nadie le detendría.

Asintió a las palabras de Nick, con la misma sonrisa, cálida y aliviada. Y pragmática. Bajo la luz de las ventanas que Danielle y ella habían comenzado a abrir, Mina parecía verse de otra manera, apreciarse de un modo diferente en los ojos de sus acompañantes. Quizás por eso cuando Nick acabó con su perorata y se hizo el silencio, y Mina giró para quedar frente a frente con él, las palabras del detective parecieron repentinamente ridículas. Ridículas frente a esa mujer tranquila y determinada, cubierta de polvo de recuerdos y tiempo, de pie en el centro de ese salón sin inmutarse por estar rodeada de cuchillos, armas y todo aquello que hablaba de violencia, peligro y aventura.

Pero Mina sólo sonrió, con empatía.

Si hay que dividirse, en mi opinión, lo mejor será hacerlo según las habilidades de cada uno y las habilidades que requiera lo que querramos hacer. Por ejemplo, aquí Brenda maneja un revólver, Danielle tiene muchos ases bajo la manga, y yo quizás podría arreglármelas de llegar a ser el caso - respondió, pragmáticamente, antes de continuar hablando - Respecto de la tienda, yo quisiera ir. Luego de lo que encontramos de Gavigan, quizás en ese lugar haya más objetos, y estaría bien saberlo o intentar poder identificarlos sin robarlos. Cuatro ojos ven más que los dos de Louis. Podría darnos mejor idea sobre a qué nos enfrentamos sin despertar más sospechas. Por supuesto, Brenda y Danielle también podrían hacerlo - Mina hizo un gesto a las dos aludidas, esperando que se pronunciaran, y luego movió la cabeza - Conozco poco del puerto como para poder ser útil en la indagación por los pasajes. Lo siento por eso.

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25/05/2014, 17:25
Director

Notas de juego

Olvidé poner esto: Miércoles, 28 de Enero de 1925. 11:30

De nuevo por abreviar, esta escena debe ir enfocada a decidir lo antes posible el siguiente paso o pasos. Si el plan es ir a la tienda de Tewfik u otros planes alternativos, para que pueda montaros dichas escenas.

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29/05/2014, 22:00
Louis Sheridan

Será un placer venir a pasar una temporada cuando todo esto acabe. Le dijo a Mina.
Luego ya hablando para todo el mundo Yo me apunto al grupo que vaya a hacer una visita a la tienda. Si es como las anteriores visitas que hemos hecho va a ser realmente divertida - dijo con una sonrisa pícara.

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30/05/2014, 10:24
Brenda Farrow

-¡Santo cielo...!

Brenda había bajado del coche con un saltito impetuoso, y entrado en la Mansión con prisa, ávida de sensaciones que la devolvían, sin duda ninguna, a otra época. Por eso había soltado casi inconsciente la imprecación, admirada y sorprendida a la vez.

-Mina, ¡esto está exactamente igual que estaba...! Y ¡me encanta! -lo dijo girándose sobre sí misma en una vuelta completa que expuso a sus ojos cada rincón de la estancia en la que se encontraban. Y con una mirada de soslayo a Henric añadió como de paso: -...me encanta tal como está...

Se sacó el abrigo y lo dejó sobre una de las polvorientas butacas, sin preocuparle en absoluto. Y empezó una exploración minuciosa de la Casa, siguiendo la directriz que su querida amiga acababa de darles.

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02/06/2014, 04:15
Nathanian Moore

-No comparto eso de que su padre tuviese mal gusto, querida Mina.- dijo Nathanian tratando de desviarse del tema de dónde iría cada uno -De hecho esta sala se parece mucho, en el estilo, a cualquiera de las que suelo habitar de manera preferente.-

Notas de juego

Nathanian aún no se ha recuperado del susto de la noche, así que evitará tomar parte en cualquier acción directa (incluso en opinar acerca de ello) aunque de todos modos seguirá a la mayoría por una simple cuestión de presión social.

No os preocupéis, que en un día o dos volverá a ser el hombretón de antes.

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03/06/2014, 13:33
Danielle Archer

Danielle se quedó durante unos minutos pensativa. Había apartado la sábana polvorienta de uno de los sillones y se había dejado caer sobre él. Cerró los ojos y se dejó llevar por el arrullo de las voces de sus compañeros.

Se encontraba mucho mejor de la resaca, pero de nuevo había empezado a sentir un tenue dolor tras sus ojos. 

- Los pasajes ya los tenemos - . Les recordó, volviendo a elevar sus pestañas y dirigiendo su mirada hacia el investigador. - Para este viernes, aunque tendremos que pagarlos al embarcar - . Con todo lo ocurrido, quizás se les había pasado por alto informar al resto del grupo. - Se trata de un paquebote que se dirige a Alejandría. Tendrá varias escalas, en Barcelona, Nápoles y Corfu... - Una suave sonrisa aleteó en sus labios. Deseaba visitar Nápoles, tendría que preguntar cuánto tiempo estarían allí parados. - En los pasajes entran los camarotes, la comida y el equipaje - . ¿Cómo podía haberse olvidado de informarles? Tengo que estar más despierta. La ciudad me está amuermando. Se dijo mientras un suave rubor se extendía por sus mejillas. 

- Si lo deseáis puedo acompañaros a la tienda. Si puedo ser de ayuda, podéis contar conmigo para lo que sea... Pero... ¿Alguien tiene un analgésico? - Terminó preguntando, llevando una mano a su sien.

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06/06/2014, 21:21
Henric Larsson

Henric asintió con gravedad.

Sí, también pueden contar conmigo para ir a la tienda. Aunque me pregunto si será prudente ir todos...

Costaba un mundo dejar una casa tan agradable como aquella, en la que por primera vez en mucho tiempo se sentían seguros.

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08/06/2014, 16:18
Director

Notas de juego

Pues venga, decidamos, que nos atoramos. Vais a ir a la tienda, eso parece claro. Necesito saber en qué horario queréis aparecer por allí y quiénes van.

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18/06/2014, 23:14
Director

Notas de juego

Bueeeeeno. Pues este parón ya me preocupa. Yo, si queréis, entre hoy y, digamos, el viernes, miro lo que habéis dicho cada uno y en base a eso decido quiénes van. Si alguien teme que le deje aquí y quiere ir, que lo diga, por favor. Y el viernes abro la escena de la tienda (lo cual no significa que aquí no vaya a pasar nada ;) )

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19/06/2014, 00:53
Nathanian Moore

Notas de juego

Por mi parte ya he dicho que Nathanian irá con la mayoría, por aparentar valor y porque no quiere quedarse solo. Sigue asustado y son saber muy bien cómo reaccionar pero al menos lo intenta.

Eso si, si en el camino aparece un poco de neblina es probable que pierda los nervios y salga corriendo.

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20/06/2014, 13:01
Louis Sheridan

Notas de juego

Yo no me pierdo la excursión a la tienda

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21/06/2014, 01:05
Director

 

Notas de juego

Vale, os he dejado a vosotros tres en esta escena tanto por lo que habeís dicho como por vuestra ausencia de respuesta, pero protestad si me he equivocado. ;) Ahora, por un lado habíais dicho de mandar un telegrama a Carlyle. ¿Alguna otra cosa que queráis hacer?