Partida Rol por web

Ahh! Qué demonios lanza ese ser! Ácido y cuchillas? Pero cómo es posible?

Se returce un poco, en el suelo, conteniendo jadeos de dolor intentando incorporarse cuando ve la mano.

Pero no la acepta, no iba a dejar que quien fuese, Coogar o el otro colono, la viesen en un momento de debilidad... a ella, a un Fantasma. No se dejaría ayudar por simples colonos, por escoria rebelde. Si veían su debilidad podían intentar explotarla contra ella y no lo iba a permitir. Con un quedo gruñido se incorporó, primero sobre una pierna y poco después recuperando la vertical, mirando a los ojos al propietario de la enguantada mano.

Poco decepcionado por el rechazo de la fantasma a mi ofrecimiento de ayuda, retiro la mano y le dejo algo de espacio para que se sienta cómoda.

- ¿Ha sido un golpe duro, ¿eh? Me gustaría saber que diablos son esos... bueno esas cosas con alas. Jamás había visto uno en mi vida.

- Bien, muchacha, si no te importa tenemos que mantenernos vivos para dar la alerta planetaria que tu Coronel se negó a dar.- Gruñe el otro rebelde.- Puedes ayudarnos y salvar este mundo. Por mi parte, tengo cosas más urgentes que hacer que quitarte de en medio.

Aparentemente sin prestarte atención se agacha para extraer algo de su bota. Luego de la otra, y de varias partes de su cinturón, incluyendo una muñequera, un par de bolsillos ocultos en su chaqueta y la coleta. Ensamblandolas profesionalmente a una velocidad que avergonzaría a muchos veteranos marines, y aunque te cuesta admitirlo, a más de uno de tus compañeros especialistas en infiltración, obtiene una pistola de potencia media.

- Si encontramos armas por el camino deberíamos equiparnos. Esos "animales" tienen la concha bastante dura.

Estando de pie, ante ambos no se dejó engañar por la supuesta colaboración que ofrecían, sobretodo Coogar.

Mientras hablaban aprovechó para, tras cruzar de una extraña forma las manos aobre su pecho, murmurar unas palabras ininteligibles durante apenas unos segundos. Por un instante un halo fantasmal envolvió su cuerpo, naciendo de su cabeza y deslizándose como una cascada de agua, perezosa y silenciosa. Cuando terminó soltó un jadeo inspirando profundamente tras arquear la espalda. Su mente, acostumbrada a trabajar a numerosos niveles no ha perdido rastro de su conversación mientras ese extraño numerito tenía lugar.

Sin haber dicho nada y con un gesto amplio y, quizás, deliberadamente lento se desprendió de la máscara que cubría su rostro y les dedicó una larga mirada, de medio lado. Sí, era una Fantasma y por tanto mas una herramienta que persona, letal y fría... Pero sin duda hermosa se quedaba corto para describirla.

- Coogar, no olvides que sigues bajo mi custodia. Mientras seas útil y se demuestre que tu información es beneficiosa, tu seguridad está garantizada. No lo olvides. - Después volvió el rostro hacia el colono. - Cuál es tu nombre colono? Qué hacías en esta base? Sabes usar armas? - Pregunto directa y sin ambajes, fría y arrogante. Después se dirigió a ambos con un tono mas suave y peligroso como una pantera. - Creo recordar que había un piloto en la reunión... Y mas marines. Vamos hacia allá, por el camino buscaremos protecciones y armas si es necesario.

- Alguna vez he usado alguna. Los páramos de Antiga hacen a los hombres que viven en ellas duros.- Sonrío afablemente a la rubia.- Además de estar buena tiene armas, y las cosas no están como para pasar eso por alto en lo poco que llevo aquí, joder.

- ¿Qué vamos a hacer ahora? Las cosas esas están destrozándolo todo a base de bien, y por el boquete que han hecho en la cúpula se veían más. Maldita sea nunca había visto una cosa de esas en este planeta.

- SSSSSRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEECCKKKKKKK!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

El intenso graznido que llega por encima de vuestras cabezas os hace levantar la mirada de forma instintiva. Imposible, ¡la criatura vermiforme está volando encogida en el interior del túnel del ascensor! Vuela a menor velocidad que en espacio abierto al tener sus membranosas alas más encogidas, pero consigue bajar tras vosotros a un ritmo levemente superior a la velocidad de la plataforma. Golpes de metal contra metal suenan al rebotar el proyectil recubierto de verde contra las paredes del tunel mientras intenta alcanzaros al disparar.

- Mierda de bicho... A cubierto! - Grita mientras se gira descolgando el enorme rifle C-10 en un gesto unificado.

Se recuesta contra una esquina y dispara contra el ser. Sin mas palabras, sin mas avisos, sin contemplaciones.

Los reflejos de la fantasma son tan sobrenaturales como cabía esperar. Su rifle escupe un bote de metralla que la criatura intenta evitar retorciéndose en el túnel de bajada, demasiado estrecho para permitirle maniobrar adecuadamente pese a demostrar una agilidad increíble. Un boquete considerable se abre en el cuerpo alargado de la criatura que se lanza en picado sobre los ocupantes de la plataforma, cada vez más cercana a ellos.

Pueden ver en el punto de unión de sus alas membranosas unos ojillos reptiloides y amarillentos mirándoles de con lo que podría calificarse de odio. Plegando sus alas con un potente aleteo para impulsarse, fuerza la velocidad de su descenso para aprovechar su peso. La sensación de que ser acosados por un cazador implacablemente decidido cruza los pensamientos de los tres humanos.

- ¡Joder, disparadle o algo! ¡Va a por nosotros!

Buscando a la desesperada en el ascensor intento encontrar un hueco donde cubrirme mientras me dirijo a una esquina para desagruparnos y distraer al xenomorfo.

Mierda, mierda, mierda, ¿porqué cojones siempre me dejo la recortada en casa cuando me hace falta?

Coogar oye el grito y justo tras la especialista alza su arma por encima de la cabeza y abre fuego repetidas veces. Uno de los disparos alcanza la extremidad de la criatura más alejada de las alas, la que parece una boca babeante y escupe las peligrosas bolas verdosas.

A pesar de tener al alienígena xenomorfo prácticamente encima, la operativo fantasma se mantenía inmovil, imperturbable.

Con un preciso movimiento desplazó el mecanismo del rifle para cargar un nuevo proyectil.

En silencio, sin pensar en nadie mas, sólo en su objetivo, disparó de nuevo.

La criatura, una culebrina enorme y acorazada, chirriando sobre vuestras cabezas recibe un impacto en el cuerpo que salpica sangre de un rojo intenso y fragmentos de escama.

¡¡¡SSPLAAAAASSSHHHH!!!!! Con un golpe que hace temblar por su violencia la plataforma la criatura estrella su enorme masa contra el suelo móvil, llevándose por delante a sus ocupantes.

Aturdidos por el golpe, en el suelo y cubiertos por el cuerpo escamoso notáis que la plataforma cruje lastimosamente y suenan unos chasquidos desagradablemente intensos: alguna de las gruesas cadenas dentadas de control del descenso debe haberse salido de sus railes a causa del impacto y la bajada se hace más vertiginosa. ¡BLAAAMM! No ha durado mucho, y el impacto contra el piso inferior pese a haber resultado brutal, no ha sido tan terrible como pudiera. Debíais de estar cerca del final de su recorrido.

- ¡Oh, mierda de bicho!

Empujando con ambos brazos, aparto el cuerpo que me aprisiona para ponerme de pies. Examino la plataforma en busca de una manera de salir de aquí, y me acerco para ver si los dos que iban conmigo necesitan ayuda. Acercándome al lugar donde estaba la rubia antes de estrellarse el xenomorfo contra el suelo, me sujeto el costado boqueando discretamente para coger aire.

- Qué detalle. Ya que apesta como vómito de Trafante ha tenido que joderme unas costillas para no poder respirar. Mierda.

Deseando tener un kit médico solo puedo apretar los dientes y esperar que podamos salir de aquí sin más problemas.

- ¡Eh, señorita! ¿Se encuentra bien?

Si encuentro un arma tirada por el suelo la recojo, por si más de estos bajasen volando.

El espacio era demasiado pequeño como para poder algún tipo de maniobra evasiva y el bicho que caía a plomo sobre ellos ocupaba la práctica totalidad del hueco del montacargas por lo que el impacto y la posterior caída fueron recibidas de forma inevitable.

El impacto fue duro, pero nada que no pudiese soportar ni mucho menos ocultar frente al colono y al preso. No serían ellos los que la viesen renquear. Asintió fugazmente a la pregunta del colono, tras apartar de su cuerpo unos fragmentos viscosos del ente. Acto seguido colgó de nuevo el rifle a la espalda.

Buscó a Coogar con la mirada, frunciendo levemente el ceño y después volvió a mirar a Jackson.

- Colono, puedes caminar? - Preguntó con total indiferencia y frialdad, mas como si se relacionase con un ayudante en línea que con una persona, ningún atisbo de preocupación acompañaba su voz. Sólo fría objetividad.

El colono y la fantasma entablan una concersación asimétrica, mientras los amables intentos de acercamiento social de este se desvanecen en la gélida actitud de su interlocutora. El hueco del tunel en el que se hayan, se encuentra levemente inclinado como consecuencia del mecanismo desengranado, pero el espacio de unos 18 m2 es más que suficiente para moverse con soltura. El foso del hueco contrasta por sus marcas de óxido en vertical con el espacio en donde se encuentra la compuerta, a unos 2.5 metros por encima de la zona más hundida. El control de apertura automatizada debe haberse estropeado pues la compuerta permanece cerrada e inmutable allá en lo alto. Igualmente inmutable yace la criatura, cuyas membranosas alas y cuerpo coriáceo os aprisionaban hasta un momento. Coogar se encontraba cercano al control del elevador, que ahora parpadea a breves intervalos con luz roja; ésta arranca un leve reflejo de la pistola que sujeta una mano que se prolonga por debajo de la enorme extremidad babosa y dentada que la criatura posee al final de su "cola".

Mierda... MIERDA!

Dio un golpe con la puntera de la bota a la mano que sobresalía bajo el ser, aunque ya sabía que no obtendría respuesta.

Cuando salga de aquí esta base va a recibir un bonito puntero rojo... Maldita sea. Piensa mientras frunce el ceño levemente.

Se agacha para arrancar la pistola de la mano inerte y se la tiende al colono tras revisarla de arriba abajo en unos rápidos y certeros movimientos. Sin duda esta chica sería el sueño de todo hombre al que le gustasen las armas... Una pena que ella misma sea un arma, un Fantasma.

- Ten, por ahora es lo mejor que tenemos. - Luego desvió un momento la vista al cadaver de Coogar, al xeno y por último a la puerta unos metros por encima.

Tras arrancar la pistola de la mano, la fantasma cree apreciar un ténue temblor de los dedos. Es posible que el rebelde continúe con vida. Agachándose tras entregar el arma al colono, sujeta el rifle en alto mientras con la otra mano palpa el pulso en la muñeca: es fuerte y lleno. Probablemente Coogar se halle inconsciente y no muerto.