Partida Rol por web

A medida que ascendíamos no dejaba de sorprenderme el ostentoso lujo que se advertía en las habitaciones.

-Opino también que a todos nos vendrá de lujo un descanso y reponer fuerzas, sobre todo a los heridos. Éste parece un buen lugar para albergarnos cómodamente a todos.. después de revisarlo bien -en eso coincido con Mut. Ya bastantes trifulcas llevábamos a la espaldas.

Dejo de nuevo la mochila cerca de la ventana, y desenvaino la espada con cuidado, tratando de escuchar algún sonido o algo que delate otra presencia que no sea la nuestra. De paso echo un vistazo a los cofres de la primera habitación*

Si no están cerrados con llave, miraré qué contienen. Brazofuerte tenía razón en volver luego, pero a lo mejor su contenido nos es útil, si pudiésemos verlo.

El lugar, al igual que a mis compañeros, me parecía extrañamente ornamentado. Algo en lo que pensaba, y ello debido al talante de los bandidos que vi durante mi vida aventurera, era que estas personas seguramente habían tomado este fuerte con las comodidades que ahora vemos, pero me resultaba difícil pensar que ellos mismos lo habían convertido en un lugar tan agradable y pintoresco.

"- Cierto es que este lugar quedará solo una vez partamos y de nada servirá que quede el espejo o alguna que otra baratija... convirtiéndolo en monedas nos será bastante útil, más aun tomando en cuenta que será bueno para pagar atención médica adecuada- comenté frente a las palabras de Ulrij mientras observaba gustoso las comodidades del lugar".

Caminé hacia la habitación que se encontraba a la izquierda y, dejando en el suelo un momento el zurrón, apoyé mis brazos sobre una silla relajando un poco el cuerpo y estirando los músculos. Seguidamente, volví a ponerme la mochila y, armado, continué revisando el lugar. 

"- Lo mismo digo- expresé parándome un momento al escuchar la conversación sobre descansar allí un momento-, sería bueno para sus piernas darles un poco de descanso, lavar las heridas y hasta cambiar vendas. Parar y asegurarnos de estar seguros debería ser nuestra prioridad ahora- agregué y continué la marcha hacia el restante cuarto".

Mientras me movía, observaba hacia fuera, hacia la oscura distancia, y a mi mente venían los pequeños Unca que habíamos dejado a resguardo con Douervis, atados hasta que volviésemos por ellos. Me preocupaba saber cómo estaban, qué hacían y si nos extrañaban incluso. Sonreí por la actitud que estaba teniendo; tiempo atrás, cuando la incursión en las ruinas para rescatar al buen Lorn, unos animales no me habrían ablandado como ahora... pero de aquellas épocas ya había pasado tiempo y con éste llegó tanto la experiencia como el dolor y los buenos momentos.

Al entrar en la habitación miré inicialmente hacia la alfombra de oso y luego hacia los cofres. "Sería bueno abrirlos y ver qué tienen", pensé, pero antes me dirigí en guardia hacia la puerta de las escaleras, formando un arco que me permitiese quedar de frente y así poder observar cómodamente si nada allí nos esperaba.

La mayor parte del grupo opinaba que había que volver a estas estancias a descansar, pero que lo mejor sería inspeccionar los pisos de los superiores, así al menos los posibles frentes se reducirían a uno. En otras palabras, que solo pudiese llegar gente desde abajo.

Así que la idea era parar solo cinco minutos para cambiar algunas vendas y recobrar el aliento. Lorgan y Angainor se acercaron a inspeccionar los cofres al ver que todo parecía seguir en calma.

Eran unos cofres bonitos, de madera pero reforzados con metal en los lugares precisos para impedir el acceso al interior. Cada uno de ellos tenía una cerradura. Pero no encontrasteis la llave. En los cuerpos que habíais registrado tampoco os sonaba haberlas visto. Así que o estaban en otro lugar o escondidas. Siempre se podían intentar forzar si alguien disponía de ganzúas, pero la decisión sobre que hacer al respecto era vuestra.

-Sin la llave o unas buenas ganzúas será mejor no abrir los cofres de momento -comentó el fornido dunlendino mientras cambiaban los vendajes- Aunque podríamos abrirlos de un buen mazazo, si hay algún componente blando se podría romper. Sería una pena. Ya volveremos cuando acabemos de limpiar este lugar, ¿no? Para entonces podríamos haber conseguido las llaves.

Desde luego no iba a ser él el que intentara abrir los cofres con unas ganzúas, primero porque no disponía de ellas y segundo porque, bueno, él era más de reventar cosas. Si dispusiera de una buen mayal aquello iba a ser una tarea bien rápida...

- Yo poseo un juego decente de ganzúas y no se me da de todo mal abrir cerraduras... - digo mientras señalo a mi zurrón - si queréis puedo intentar abrirla aunque ya sabéis que opino que mejor dejar los cofres cuando la zona sea tranquila y segura para nosotros...¿qué os parece?

La verdad es que mi curiosidad hobbit me pide abrir esos cofres pero ahora prefiero asegurar la torre y poder disponer de tiempo y tranquilidad para abrir el cofre y ver qué tesoros nos encontramos.

-Sí, mejor cuando la calma esté asegurada. Lo de reventarlos no sería mala idea, si no necesitásemos ser prudentes en cuanto a ruido. Los gritos de la mujer atrajeron al guerrero.. Golpes repetidos también serían buen reclamo. Vayamos a asegurar el entorno y descansemos. Angainor y yo mismo, con mejor movilidad, podemos ir a inspeccionar el resto de estancias. ¿Os parece?

Tanto estos cofres como los anteriores podríamos abrirlos con calma cuando regresásemos de nuestra misión. Caminé un poco por la habitación, sentándome en la cama por un instante. Sin duda los dueños gustaban de la calidad y el lujo.

-Los cofres para cuando acabemos con los bandidos, sí, me parece bien. Y los que no están cojos abriendo la marcha, también me parece bien, jaja -dijo el guerrero, de bastante buen humor dadas las circunstancias.

Respiró profundamente un par de veces, hizo un par de giros de tronco para "soltar la espalda" y volvió a coger sus armas con seguridad. Ulrij era un humano acostumbrado a portarlas, no cabía duda.

Visto que todo estaba en orden, volví sobre mis pasos hacia donde se encontraba el resto descansando. Ver que el piso estaba vacío me trajo momentáneamente un poco de tranquilidad, por lo que no pude evitar relajarme también un poco.

"- Lo mismo opino, compañeros. Antes de preocuparnos por los cofres será mejor asegurar la torre por completo. Una vez hecho eso podremos relajarnos, ver qué encontramos por aquí y también ir donde la mujer y los dos hombres para asegurar que esté todo en orden- contesté".

Acomodé un poco la armadura y el zurrón, moví los hombros y las piernas, y luego miré a Lorgan.

"- Bien, yo ya estoy listo para seguir- le dije y miré a Douervis-. Podrías quedarte para dar una mano a ellos o continuar con nosotros en caso que nos topemos con algo o alguien... ambas opciones me parecen adecuadas- comenté y luego volví mis ojos al resto y por último a Lorgan-. Si no hay más que decir, continuemos".

Ahora si, tras la inspección y el breve descanso ya quedó claro que ahora tocaba seguir subiendo. Así que os dirigís a las escaleras en lo que sería el centro de la torre.

Subís las escaleras y llegáis a una cámara de lo más extraña. Ocupa el piso entero de la torre y no tiene ningún mueble. Aunque los muros de roble están bellamente tallados y el embaldosado está adornado con bonitas alfombras. Ya no se ve modo de seguir subiendo.

En la habitación hay seis puertas, con la misma separación entre sí. Al abrir cualquiera de ellas se ve como una extraña niebla. ¿Habrá algo al otro lado? ¿Será una trampa? Y aún así... ¿Qué puerta elegir?  ¿Alguna o ninguna? No parecen haber detalles o inscripciones que las diferencien.

- Niebla al abrir las puertas, Lorgan tú que conoces los caminos de la magia ¿sabes qué es? - le pregunto a nuestro compañero mago - ...mi sentido común me dice que cuando nos enfrentamos a algo que no entendemos es mejor no correr riesgos innecesarios, puede que la bruja sepa algo y cuando le devolvamos el cofre nos cuente...

Cuando la magia está presente en una fortaleza olvidada suele significar que viene de los tiempos en que los elfos gobernaban la Tierra Media, cuando mi pueblo no era ni siquiera un rumor todavía.

Observo las paredes intentando encontrar alguna idea, miro a las alfombras y puede que debajo de ellas haya alguna inscripción.

- Puede que las alfombras estén tapando alguna inscripción...puede que moviendo alguna de ellas veamos algo...

La habitación llamó mi atención con solo verla pues resultaba por demás extraño que no hubiese ningún tipo de mueble, más aun tomando en cuenta la relativa suntuosidad de los cuartos de los que veníamos.

Me acerqué a las puertas y de forma automática mi cuerpo se alejó de cada una mientras notaba que en todas se hallaba una anormal niebla dentro.

"- Magia... maldita magia...- dije haciendo rechinar mis dientes-. Como bien dice Mut, eres el único que podría darnos un poco de luz sobre lo que está pasando- comenté a Lorgan-. Aunque como también ha dicho, la mujer que nos encontramos afuera y que nos ayudó al entrar seguramente sepa algo... al fin y al cabo, dijo que era la dueña de este lugar. En cualquier caso, si no estamos seguros no creo que lo mejor sea actuar a ciegas... maldita magia- concluí esputando entre dientes".

Al darse cuenta de que aquel lugar podía tener que ver algo con la magia, Brazofuerte hizo una suerte de gesto supersticioso, sin duda completamente inefectivo en protegerle, para encontrar algo de valor para enfrentarse a una de las pocas cosas que realmente temía en la vida. La brujería era material de cuentos, pero no de los bonitos para dormir a los niños, no, sino de aquellos que se utilizan para advertir que no hay que ir al bosque porque te devorarán los lobos y otros de similar naturaleza. La brujería era malvada, dañina, insuperable para el común de los mortales. Era algo que le habían enseñado a temer. Un escalofrío le recorrió la espalda cuando sus compañeros empezaron a hablar de ella.

-Al menos no parece haber enemigos. Sea como sea, revisad pronto esas puertas y salgamos de aquí. Esa niebla no me gusta -sentenció.

Las puertas no presagiaban nada bueno.

-Me concentraré, a ver qué puedo conseguir. Si la magia que las guarda es poderosa nada podré contra ella, pero intentarlo siempre es un comienzo.

Cerré los ojos extendiendo los brazos, intentando captar alguna esencia que nos decantase más hacia una que hacia otra.

Mi mente se volvió hacia lo oscuro, intentando ver la luz.

Las alfombras no parecen ocultar nada ni encontráis nada que sirva para orientarse con respecto a las puertas. Lorgan el mago del grupo, sabe de la existencia de algunos sortilegios para detectar la magia, pero no dispone de su conocimiento, así que su análisis se limita a su intuición. Al final la conclusión es la misma que la vuestra. La niebla debe de ocultar algún misterio, bueno o malo no lo sabéis.

Tal vez la única forma fuera cruzando el umbral de una de ellas, pero no parece ser un riesgo que estés dispuestos a correr.

Entonces, habiendo llegado lo más alto posible de la torre hay que decidir. Pasar la noche en las lujosas estancias de abajo. Adentrarse por aquella puerta de la cocina que daba los sótanos. O cualquier otra cosa que se os ocurra.

- Se me ocurre una idea...podemos lanzar un objeto a la niebla atado con un cordel o cuerda y ver qué sucede...si está húmedo, si está frío... - comento mi idea a todos - ...luego decidiremos qué hacer, aunque viendo que podemos descansar cómodamente para reponer fuerzas y los heridos recuperarnos para estar listos para el próximo combate que ya parecemos una casa de curación más que una cuadrilla de aventureros...

-¡Muy sagaz, Mut! -exclamó el dunlendino dándole una palmada en el... no, demasiado abajo.

Ulrij, acostumbrado a tratar con hombretones fornidos y grandotes como él mismo, no sabía muy bien cómo felicitar al pequeño hobbit, un adulto del tamaño de un niño. Era complicado. Así que un segundo más tarde, algo a destiempo, dio un par de palmadas con las dos manos, aguantando la lanza contra el hombro.

-Ejem, sí, esa estrategia me parece bien inteligente. Hazlo, pequeño hobbit, después tomaremos nuevas decisiones.

La idea de descansar atraía considerablemente al guerrero dunlendino, pero era consciente que los problemas podían crecer si dejaban de hacerles caso, aunque fuera sólo durante una noche. Aquel era un lugar peligroso. O que podía volver a serlo con facilidad. No podían confiarse. Un paso después de otro. Sí, debían comprobar lo de las nieblas y luego ya se vería.

Mi intento de intuir algo distinto de alguna de las puertas no fue fructífero. Cuánto deseaba poder realizar ese tipo de hechizos, pero requerían una preparación especial de la que yo carecí.

-Eso haremos, Mut -acepté. Era buena idea, al menos para descartar un ataque inminente y satisfacer una pequeña parte de nuestra curiosidad - Podemos usar una cuerda que yo tengo*, como dices, y si alguien tiene algo que ponerle.. Yo tengo armas. Mejor no ofrecérselas gratis al enemigo, jaja.

Visto que Lorgan había decidido seguir la idea planteada por Mut, supuse inmediatamente que sus intenciones de traernos luz sobre la niebla habían sido en vano. Eso me daba a la vez rabia y preocupación, pues jugar con magia cuando no se conoce qué puede hacer podía desembocar en algo malo. Podrían haber tratado mi recelo de prejuicio por ser enano, pero bien me había valido guardar precaución más de una vez al tratar con magia. Aunque bien me valió, también, dejarla ser cuando la requerí para auxiliar mi brazo.

La opción de Mut resultaba buena por los menos para probar si algo sucedía con la piedra o si ésta volvía en modo alguno para darnos información sobre lo que podría pasarnos.

"- Buena idea maese hobbit. Tal vez eso nos permita decidir mejor qué hacer- comenté a la vez que asentí a modo de aprobación-. Sin embargo, sin importar qué pase deberíamos descansar antes de continuar la exploración... sobre todo ustedes que presentan esas heridas- agregué".

Comencé a caminar, dando la vuelta al lugar hasta llegar al lado opuesto del portal de las escaleras. Observé a cada paso las puertas y una mueca de disgustó se formó toda vez que fijaba mi vista en la niebla que había en cada una de ellas. Considerando, entonces, que no habría más que hacer salvo aguardar qué sucedería con la piedra, me recosté contra el pilar que se alzaba en el centro recubriendo la escalera, y me relajé estirando un poco mis piernas y tocando con mis manos el suelo.

Cerré los ojos un momento y a mi mente llegó la imagen de la joven humana cuya presencia se nos había manifestado antes de entrar a esta fortaleza. Apreté un poco más mis párpados, tratando de fijar el rostro de la muchacha, de percibir sus rasgos, su figura, de recordar sus palabras y gestos. "Si estás aquí, si puedes vernos, hazte presente te lo pido... agradezco tu ayuda, Niniel, y ahora debemos pedirte que nos tiendas nuevamente tu mano- comencé diciéndome, concentrado, y continué-. Los bandidos que usurparon tu casa yacen vencidos o muertos, el oro de los huérfanos será entregado como has pedido pues nuestra palabra dimos y como enano, orgulloso de mi raza, jamás rompería lo prometido. Sin embargo, ahora si deseamos continuar develando los misterios que guarda esta torre deberemos enfrentarnos a estas puertas desconociendo la suerte que correríamos al atravesarlas. Esperando que no lo consideres un atrevimiento, te pedimos... te pido que me des tu ayuda- concluí sintiendo mis labios moverse en la última palabra y desconociendo al abrir mis ojos, pues me había dejado llevar, si lo dicho lo había expresado en mi cabeza o a través de mi voz".

Inmediatamente bajé mi vista hacia el suelo. "Eres un tonto Angainor, ¿por qué esa mujer vendría, por qué te haría caso?", pensé al momento que una cansada sonrisa se dibujaba en mi rostro.

- Necesitaríamos algo metálico a ser posible, la punta forjada de una flecha no estaría mal...además de que podríamos lanzarla con el brazo o mismo con el arco... - digo sacando una fecha de mi carcaj y ofreciéndola como avanzadilla - ...lo principal es no correr riesgos innecesarios...

Al hobbit se le ocurre una idea, atar algo al extremo de una cuerda y lanzarlo a la niebla a ver que pasa.

Todos parecen estar de acuerdo. Se usa una de las cuerdas del grupo y usando una de las flechas de Mut atada a un extremo se acerca a una de las puertas. La que queda más cerca se lanza dentro y... ”clink” La flecha parece chocar con el muro del otro lado y cae el suelo. Tirando por la cuerda se recupera la flecha, aparentemente no ha ocurrido nada.

Lo intentáis con otras dos puertas y el resultado es el mismo. Nada.

Por otro lado las plegarias del enano... podrían ser una buena idea, o podría ser que aquel ser no estuviera presente o no fuese capaz de leer lo pensamientos. En cualquier caso tampoco ocurre nada.

Hay que decidir que hacer.