Partida Rol por web

Una vez los dos recién llegados se hubieron internado en el monasterio,el Ventrue salió de su escondrijo.Había algo que lo llenaba de inquietud acerca de esa pareja,pero tendría que postergarlo por el momento.
El cainita buscó un árbol que se encontrara lo bastante cerca de una de las ventanas del piso superior,con la intención de encaramarse a él y colarse dentro del edificio...

A medida que te acercabas a las paredes del monasterio, y como ya sucediera en la taberna, el frío se acrecentaba de manera inexplicable. Finalmente, pudiste encontrar un tragaluz en una de las paredes que te permitía escuchar con cierta dificultad lo que se estaba diciendo en el interior en ese momento, pero no era lo suficientemente grande para que pudieras colarte en el edificio. Al parecer, el monasterio había sufrido una serie de "reformas" que le hacían bastante más inexpugnable que un mero edificio religioso: se asemejaba más a una fortaleza, con rejas en las ventanas y paredes lisas e inexcalables.

Resignándote a escuchar únicamente, pusiste la mayor de las atenciones en ello... el cielo nocturno, por otra parte, se hacía cada vez más oscuro. Quedaban pocas horas de noche...

Desde el interior, una voz femenina, acerada y gélida está diciendo:

-Muy bien. Entonces me parece que deberemos ponernos en campaña para lograr lo que se nos ha pedido. Y os pediría que organicéis la manera de ver en lo próximo cercano el tema de la entrevista con Monçada. Tengo forma de organizar la revuelta que Monçada y La Espada necesitan. Sólo es cuestión de tiempo y de tener vuestra 'generosa' colaboración. El resto es sólo esperar los resultados a una simple orden.

Tras ese parlamento siguió el ruido de los pasos de los visitantes dirigiéndose a la salida. Probablemente la entrevista entre los dos tipos que creías haber reconocido y la mujer dueña del monasterio había acabado. Ahora había que decidir cuál era el siguiente paso, antes de que los hombres salieran del monasterio...

El titubeante criado parece a punto de alzar la voz para recurrir una vez más las palabras de su ama, pero finalmente se calla ante la mirada gélida que ésta le dispensa y hace una reverencia mientras abandona el lugar. Sin duda, secuestrar a dos mujeres de sus lechos en plena noche es incomparáblemente más difícil que hacerlo a pleno día, cuando pueden ser sorprendidas en el recodo de un camino y sin testigos.

Antes de que empiece a clarear el nuevo dia, sin embargo, las dos mujeres se encuentran ya en las celdas del sótano. Han sido sustraídas de un pueblo cercano, pero Uriah ha fracasado en su intento de que pareciera cosa de los lobos. Algunos campesinos le vieron cargar con las dos mujeres a caballo, y aunque no pudieron averiguar su dirección ni su identidad, pronto el rumor se extiende por los alrededores de Burgos.

En las mazmorras del monasterio, sin embargo, las mujeres se preguntan aterradas cuál será su destino...

El Ventrue corrió para esconderse de nuevo,esta vez en una localización que le permitiera observar bien a la pareja de visitantes.Procuró situarse de tal manera que la luz de la luna no lo delatase con una inoportuna sombra,pero que al tiempo deslumbrara en lo posible a los dos extraños.

Monçada...está claro que no hallaré amigos en este lugar... ¿Y qué demonios será La Espada...? pensaba el cainita mientras aguardaba la salida de los dos individuos que tanto le recordaban algo de su pasado...

Consigues un buen lugar justo a tiempo, pues como una exhalación los dos desconocidos salen del monasterio y se dirigen a sus caballos. Ahora, desde una posición más cercana, el choque es aún mayor. Sin duda conoces a estos hombres.

Un relámpago de ira golpea tu pecho y la cólera se extiende por tus pulmones como aceite hirviendo. La incredulidad se mezcla con el recuerdo más nítido y de pronto vuelves a verte tumbado y moribundo en aquel palacio de París, con la sensación ardiente del fracaso en tus labios fríos.

Son ellos.

Mientras se ase a las bridas de su caballo, aquella corpulenta figura de tu pasado escudriña el cielo:

-Debemos apresurarnos. Pronto amanecerá.

Su compañero, envuelto en una densa capa, responde con voz glacial.

-Cierto. Por fortuna, el molino está cerca.

Antes de que puedas parpadear con incredulidad, los dos jinetes han comenzado a galopar.

Françoise tuvo que recurrir a toda su fuerza de voluntad para no salir corriendo en pos de los tres veces malditos anarquistas.Pasaron varios minutos hasta que fue capaz de dejar de temblar por la ira y retraer sus colmillos.

Al fin...después de tanto tiempo...esta vez no escapareis.

No juró.No gritó.Tan sólo constató un hecho.Esos malditos hijos de una zorra rabiosa morirían antes que él.Después,el tiempo diría.

Françoise salió de su ensimismamiento y se lanzó a la carrera.Debía regresar a la seguridad de su refugio temporal antes del amanecer.Ahora ya sabía quién era su enemigo,y aún mejor,sabía que tarde o temprano la chusma del Sabatt,y su gran hombre en Castilla,el mismísimo Monçada,acudirían al monasterio.Agitado,ansioso,el Ventrue llegó hasta el sótano que había convertido en su hogar,procurando aún en tales circunstancias no ser visto.

Debía mandar un mensaje a París.Alertar de lo que acaecería en poco tiempo.

Si lográsemos acabar con ellos en el monasterio,sería un golpe fatal para los Lasombra...si hubiera alguien en quien confiar...

Con tales pensamientos,Françoise se sumió en el sueño del día...

La idea de Tania había sido simple -aunque también compleja-. Cuando Uriah le anunciara que las mujeres permanecían en las masmorras, a Tania no le agradó para nada enterarse que estaban lúcidas. No había ido su idea, y si bien se lo había transmitido al pobre y desdichado ghoul, éste parecía que pensaba con menos neuronas de las que en realidad tenía -aunque para aquella época las neuronas aún no hubieran sido descubiertas-.

La reprimenda por la que optó la cainita para aleccionar al ghoul, fue simplemente dejarlo sin habla durante toda aquella noche. ¿De qué manera? Pues munida de sus dotes 'plásticas', Tania borró de la faz de Uriah sus labios y boca. Antes del amanecer se encargaría de levantarle aquella pena.

Entonces la mujer fue directo al subsuelo, al sector donde grandes toneles descansaban a una buena temperatura y condiciones ambientales para lograr el vino que luego vendían y que tan buenos dividendos les daba. Ordenó a Uriah la siguiera y colocando una escalerilla contra uno de los toneles, subió los peldaños y desde la parte superior de éste, abrió la escotilla por donde se vertía el vino y practicándose una herida en su muñeca, comenzó a desangrarse, vertiendo su preciada vitae dentro del tonel, hasta sentir que llegaba al punto donde debía alimentarse para recobrar energías y no sucumbir.

Luego y cerrando su herida, ayudada por Uriah, que a esa altura temblaba como una hoja del terror, había ordenado traerle a una de las mujeres, pero esta vez inconciente de la manera que fuera y de ella bebió hasta casi vaciarla.

La noche siguiente, cuando cavilabas la mejor manera de comunicar lo que sabías a tus superiores de la Camarilla, uno de los camareros de la taberna te tendió un papel con un mensaje. También notaste que no era el camarero habitual, sino uno distinto, aunque eso no parecía tener la mayor importancia.

El papel contenía una escueta frase:

"Encontraos conmigo en la parte trasera del figón,

Aitor de Segobre".

¡Aitor de Segobre! Aquel judío no había mentido. El quizá único aliado que podías encontrar en Burgos se reuniría por fin contigo...

Algo mareada por el esfuerzo, y embriagada por la sangre nueva que acababa de consumir, Tania sentía un ligero mareo. Uriah esperaba, expectante y con los labios literalmente sellados, a la continuación del plan...

La misma sensación de sentirse embriagada por la pérdida tan repentina de sangre, más la ingesta también pronta, la hacían sentirse extraña, muy liviana y a la vez como algo 'jocosa'. Quizá estaba alegre por una pronta victoria -aún innata-. Había tenido que reposar unos cuantos minutos luego de la ingesta, lo cual hizo tendida en una silla en el mismo lugar, mientras Uriah alzaba en brazos el cuerpo moribundo de la mujer y lo depositaba nuevamente en la celdilla.

-Te encargarás esta misma noche de envasar todo el vino de éste tonel. Mañana a primera hora llamarás al capataz de la hacienda y le dirás que la señora obsequia a todos los trabajadores con una botella del mejor vino de la cosecha, en honor a San Lesmes y para que brinden junto a sus familias por la buena cosecha que hemos tenido. ¿Oíste? –Su acento extranjero estaba casi totalmente suavizado por lo extrañamente afable de sus palabras. Hablaba hasta ‘feliz’. –También les dirás que el festejo se prolongará durante tres días, en los cuales todos aquellos que trabajen para mí, gozarán de un descanso merecido, luego del cual se reanudarán las tareas en las vides. Se repartirá vino para todos durante los tres días, a razón de una jarra o botella por día a cada familia. Con eso será suficiente. Esos bastardos jamás han probado ni probarán un vino tan exquisito. Libarán como abejas en un campo de margaritas… Que el capataz también sea obsequiado, pero con doble ración. Y no te olvides de decirles que cada vez que levanten su copa, deberán brindar en honor a San Lesmes, quien nos ha ‘bendecido’ con tan buena cosecha. ¡Malditos infelices! Jejeje! –Rió al fin.

Luego de impartir las órdenes, Tania se retiró a la planta baja de la fortaleza, para dedicarse a pensar en los planes para las próximas dos noches. Debería repetir la misma acción la noche siguiente en cuanto a los toneles y también la venidera. 

Pensó en los dos cainitas –Rashed y el otro-. Debería encontrarles algún fin útil a su causa y propósitos. No estaría mal que vigilaran a los imberbes de la insípida Camarilla. Sería buena idea que colaboraran en buscar al tal Yehuda y ver qué rayos tenía que ver con el misterioso sujeto que buscara a Segobre. Uriah era tan inepto que solo no podría…

Se encargaría la noche siguiente de llamarlos y encomendarles ese ‘favor’.

Finalmente la suerte parecía sonreir al caianita francés.En tan sólo dos noches encontraba a los objetivos que daban forma a sus sueños de venganza y lograba dar con el esquivo De Segobre.

Françoise dispuso sus ropajes para presentar el aspecto más regio posible,dada la precaria situación en que sobrevivía esos días.Tras ajustarse al cinto el tahalid con su espada,y embozarse en su capa,salió al encuentro de Aitor de Segobre.

Sin embargo,no abandonaría aún su cautela.Por el momento,no tenía aliado ninguno en esa maldita ciudad.

La noche es fría. En el cielo, luce plateada la luna y piensas que ahora mismo está iluminando a los asesinos que te arrebataron tu honor tiempo atrás. No por mucho tiempo.

Caminas sin llamar la atención hasta la parte trasera del local, que está completamente desierta. Esperas encontrarte con Yehudá, pero en lugar de eso, un hombre corpulento te observa desde las sombras. Su rostro está semioculto por ellas, pero sus miembros parecen en tensión. Parece que te está evaluando.

En una ciudad como Burgos cualquier aliado puede ser un enemigo.

-Así que sois vos el francés. -Su voz es ruda incluso para los de su clan. No obstante, hay algo en él de autocontrol y firmeza que lo aleja de los suyos.- No habéis escogido el mejor momento para venir. Yo mismo he estado alejado de Burgos durante un tiempo y temo haber llegado demasiado tarde para detener lo que sucederá. Pero sin duda tendréis muchas preguntas.