Partida Rol por web

Londres, 1515.

La capilla Tremere de Londres es ciertamente impresionante, para pertenecer a uno de los clanes más jóvenes y con menos influencia de la sociedad vampírica. Se alza en las afueras de la ciudad amurallada, en un edificio que en tiempos intentó ser la segunda catedral de la zona y hoy apenas es iglesia parroquial de Compton, si bien conserva su perfil gótico ineludible, sus frisos jalonados de gárgolas, y sus agujas desafiantes, erguidas y recortadas contra el cielo. Realmente, la capilla es un símbolo en sí misma del ascenso cada vez más fulgurante del clan en las esferas de poder. Con su adscripción a la Camarilla, y la indudable utilidad de sus rituales taumatúrgicos, los Tremere han pasado de ser despreciables diablerizadores y brujos peligrosos a respetables aliados, o al menos así lo conceden los orgullosos Ventrue.

Como joven Señor de Oxford, estás al cargo de todas las capillas de la región, pero nunca has visto una tan majestuosa como ésta en la que te adentras, una noche lluviosa de marzo. Es el año 1505, y dada tu responsabilidad y cargo, has sido convocado al consejo Tremere junto con el resto de los señores de tu clan en Inglaterra. Las reuniones se realizan cada siete años, y sirven para delinear las estrategias generales del clan en la zona, así como para revalidar los lazos de unión y lealtad del clan. Como hace poco que has accedido al cargo de Señor Tremere de Oxford -hasta 1502 fuiste Regente de la principal capilla de la ciudad-, este es el primer consejo al que asistes.

La sala de reuniones es una larga habitación circular situada en los sótanos de la iglesia. Hay sillas dispuestas en una circunferencia cuyo centro ocupa un pequeño monolito de acero, bajo el que está dibujado el símbolo del clan. Así, cada Señor podrá mirar cuanto hacen el resto de sus hermanos, sin miedo. El monolito de acero, en medio, garantiza que ninguno de los presentes pueda mirar completamente a los ojos de otro Señor sin quedar deslumbrado. Un truco Ventrue para evitar la tentación de influir en el voto de los hermanos, según dicen.

Tomas asiento en el sitio designado para tí.

Poco después, comienza el consejo.

El anciano Señor de Essex toma la palabra, como miembro más antiguo del consejo.

-Hermanos, sed bienvenidos a esta nueva sesión del consejo. En primer lugar, quiero dar la bienvenida a los dos nuevos miembros del consejo que se incorporan: Aletheia, Señora de Lancaster y Jack Arkwright, Señor de Essex.

-Es tradición entre nuestro Clan -continua el anciano, después de que el resto de señores os hayan examinado detenidamente con los ojos-, que los miembros más recientes del consejo comiencen exponiendo su parecer sobre la estrategia del Clan: ello ayuda a demostrar su valía ante el consejo, y a hacer llegar a nuestros oídos ideas del exterior que nos son ajenas. -Hace una pausa, antes de continuar- Recientemente, como sabéis, nuestro clan ha unido esfuerzos con otros clanes para frenar la Revuelta Anarquista, incorporándose a una nueva forma de organización que Ventrue y Toreador han dado en llamar Camarilla. ¿Querrá el joven señor de Essex darnos su opinión acerca de esta... Camarilla, y de la decisión de nuestro Clan de apoyarla...?

Las miradas de todos los Señores se clavan en ti.

Regodeándome en mi regocijo, me dirijo con voz grave a la sala.
-Queridos hermanos, afamados compañeros y venerados Señores.-digo mirando a la concurrencia con cara de profundo placer por estar situado entre ellos.-Nos reunimo en estas inciertas noches para hablar de la estrategia de nuestro Clan. Bien es verdad que somos un Clan joven, que nuestro amado Señor Tremere hace poco tiempo que nos condujo a alcanzar el lugar que realmente nos corresponde en la sociedad. Durante siglos hemos sido señores del rebaño, pero ya es hora de que nos erijamos señores entre los cainitas. Fijaos bien que no digo "nuestros semejantes", si no simplemente cainitas, porque aunque compartamos el don de nuestro Padre Oscuro, seguimos siendo únicos y, con ello, los mejores. Espero algún tipo de asentimiento entre los reunidos.-Por ello, ahora es el momento de hacernos fuertes y demostrar al mundo que somos sus dueños por derecho propio. No seamos como esos llorones Brujah, que se quejan y lloriquean en sus castillos por una pérdida acaecida hace siglos; o como esos Ventrue, demasiado orgullosos para ver que les superamos ampliamente en todos sus campos. Ahora es el momento de avanzar. Podemos reforzar nuestros ejércitos con los autoproclamados anarquistas Señalo una gárgola (de las vampíricas) Podemos envenenar las débiles mentes de los gobernantes con nuestra sola voz, hemos anclado a nosotros a los temidos Assamitas. Nada ni nadie nos puede parar. Es el momento de dar el todo por el todo. Y las tierras recien descubiertas del proclamado Nuevo Mundo están esperando a que las tomemos para loor y gloria de nuestro Clan. Apoyemonos en la Camarilla y seamos su pilar más fuerte, su sagrado reducto de integridad y poder, y aplastemos ya a esos inmundos Sabbat que beben de un ganado que nos corresponde por derecho de nacimiento. Terminada esta filípica, observo los rostros de los presentes e intento analizar sus pensamientos.

Tu discurso tiene buena acogida entre los señores del consejo, entre los que escuchas algunos murmullos de aprobación. Una vez que estos se han disipado, el anciano señor de Essex, que te ha escuchado atentamente con el semblante serio, cede la palabra a Aletheia de Lancaster, sentada frente a ti.

La joven Señora comenzó a hablar, mostrándote una sonrisa.

-No puedo estar más de acuerdo con lo que ha expuesto tan claramente nuestro hermano Jack, el señor de Oxford. Sin duda, a largo plazo, esos son los planes que convienen a nuestro clan. Sin embargo -y aquí te dedicó una seria mirada-, creo que debemos de centrarnos, en este momento, en actuaciones prácticas y concretas, más que en grandes proyectos difusos. -El consejo se llena de murmullos de aprobación-. Y a ese respecto me gustaría preguntar al consejo: ¿qué hay de cierto en los rumores que aseguran que Uberto de Ercolano ha regresado?

El anciano Señor se sobresalta al oir ese nombre, y el resto de los asistentes mira a Aletheia con preocupación.

-¡Uberto de Ercolano! ¡Hermano Arkwright!, ¿sabéis vos algo de eso?

Me temo que tan sólo le conozco por habladurías que se musitan en los pasillos, pero nunca le consideré nada tan peligroso como para que debamos temerle. Pongo cara de suficiencia mientras intento que no se me note que no se de quién se está hablando.
¿Quién será ese para ser capaz de hacer palidecer aun más a un Señor del Clan Tremere? Debería andarme con cuidado por si acaso es un peligro.

El señor de Cornualles toma la palabra. Es un anciano enérgico y solemne, al que muchos temen a causa del rumor, probablemente cierto, de que está en contacto permanente con el Consejo Interior Tremere, los dirigentes máximos del Clan en Transilvania.

-Uberto de Ercolano... Mmm. También a mis oídos, hermana, ha llegado ese rumor. Si es que sólo se trata de un rumor, claro. -Luego te mira-. Probablemente las habladurías, hermano Arkwright, tengan cierta parte de verdad. Uberto de Ercolano es uno de los últimos representantes de un culto herético dentro del linaje Malkavian. Un culto peligroso, sin duda, que está felizmente abocado a su extinción. Es muy posible que Uberto sea el último de los sacerdotes de ese culto, y, por tanto, el heredero y último depositario de todos sus secretos.

El señor de Essex aprovecha para continuar informándote:

-Lo que lo hace peligroso, muy peligroso para nosotros, son las creencias disparatadas y enloquecidas en que se fundamenta el culto. A grandes rasgos, los miembros de esta secta consideran que el fundador de su linaje, el antediluviano conocido como Malkav, guarda en su cuerpo aletargado y dormido el secreto mismo de la Maldición Cainita. O mejor dicho, que su cuerpo ES el secreto de la Maldición. Para ellos, lejos de estar enojado ante las preguntas de Malkav, (como sabemos que sucedió realmente), el Primer Asesino habría imbuído en su sangre las respuestas que éste pretendía conseguir del primero de los Vampiros.

Aletheia espera a que el anciano Señor de Essex termine de hablar para continuar con la explicación.

-Naturalmente, nadie tomó nunca en serio tales habladurías, y las actividades de ese Culto Malkavian continuaron su rumbo normal. -Hace una pausa, mirándote seriamente- Hasta que llegó Uberto de Ercolano, con el extraño convencimiento de que en algún lugar bajo Jerusalén se encontraba la tumba de Malkav, y que quien sólo tomara un sorbo de su sangre, alcanzaría la revelación otorgada por el mismo Caín. Le perdimos la pista entonces, pero en 1240 estaba en Jerusalén, donde pasó algo, quizá encontrara la tumba o quizás no, pero desde ese momento dejó de proclamar a los cuatro vientos sus anteriores ideas y se volvió mucho más discreto y receloso. Después de estar en Jerusalén se volvió a desvanecer. En 1244 los cristianos perdieron el control de la ciudad, e ignoramos si el féretro de Malkav, de haber estado alguna vez en su subsuelo, continúa estando allí. En 1282, nuestro hombre vuelve a aparecer: en Sicilia, organizando una revuelta que fue conocida como las Vísperas Sicilianas y que acabó con el dominio Francés en la isla y lo sustituyó por el de la Casa de Aragón. En consecuencia, el equilibrio de poder en Sicilia se decantó finalmente a favor de los Lasombra, que son quienes controlan la isla hoy día. Creemos que Uberto de Ercolano pactó con alguno de los miembros de ese clan. No sabemos qué ofreció, ni qué pidió a cambio, pero el contacto existió, desde luego. Entonces volvió a evaporarse.

La joven señora compone una mueca de disgusto.

-Hasta hace unos días, en que ha vuelto a ser visto. En Nápoles.

¿Y eso es un problema acaso? Lo único que hace eso es facilitarnos las cosas. Deberíamos intentar atrapar a ese Uberto. Sus conocimientos podrían sernos muy útiles en algún momento, y si acaso es tan poderoso como se cree, no estaría de más comprobarlo. Creo que deberíamos enviar a algunos prescindibles para tantear. Un par de gárgolas y un cainita bastarían para un tanteo inicial, pudiendo enviar más tarde refuerzos. Incluso yo mismo podría llegar a ir si fuese necesario. Nunca está de más tomarse unas vacaciones. Además, los hijos de Malkav siempre resultan fascinantes.

El anciano lider del Consejo asiente gravemente ante tus palabras.

-Ciertamente, el hermano Arkwright tiene razón. Si Uberto sabe algo que nosotros ignoramos sobre la localización del cuerpo de Malkav, entonces tenemos que hacernos con ese conocimiento. Las escrituras que hemos... consultado aseguran que la sangre de este antediluviano tiene ciertas... propiedades únicas que serían de gran interés para nosotros... Es preciso, por tanto, que capturemos a ese italiano, vivo, ahora que sabemos donde está. -Luego mira al señor de Cornualles, fijamente:

-Hermano Cedric, en vos recaerá esta misión. Debéis partir a Nápoles enseguida. Pero tened cuidado: esa zona está bajo la protección de algunos señores Brujah, y la actividad Lasombra se ha incrementado en el sur debido a la influencia de su base Siciliana. Es de vital importancia que ninguna de esas dos fuerzas sepa el propósito de vuestra misión.

El señor de Cornualles asiente, con sus ojos brillando como una nube antes de la tormenta.

-Así lo haré, con la bendición y la autoridad del consejo. Pero no iré solo. Pido a mis hermanos que dejen que los dos miembros más recientes de nuestro consejo, la Señora de Lancaster y el Señor de Oxford me acompañen durante mi viaje. Puede ser instructivo, y, dado que la idea ha partido de ellos, es lo más justo. Siempre que consientan, claro. Uberto de Ercolano no es un oponente al que se pueda menospreciar, y actuaremos en territorio hostil... -dice severamente Cedric, mientras os mira con seriedad.

La joven aguanta la mirada del Señor de Cornualles y contesta, sonriendo:

-Es a mi clan a quien sirvo, no a mi prudencia. Será un honor acompañaros, hermano Cedric.

-Nunca entendí que es eso de la prudencia, y un viajecito que redunda a favor de mi bienamado clan siempre es bienvenido. ¿Cuándo partimos y con qué escolta?
Que curioso, podemos darnos un paseo por Nápoles para investigar sobre un Malkavian y encima con el beneplácito del Clan. ¡Magnífico! Aunque no me hace gracia que me consideren prescindible.

El consejo aprueba vuestras palabras por unanimidad, y el resto de la reunión va perdiendo fuelle. En su mayoría, consiste en quejas entre los propios Señores acerca de su dominio sobre alguna capilla en disputa. A Aletheia y a ti, sin embargo, os dejan en paz, y pronto os veis libres de vuestras obligaciones. Cedric de Cornualles se reúne con vosotros tras el consejo y juntos ultimáis los detalles de la expedición a Nápoles. Está claro que, como Tremere de mayor generación, el señor de Cornualles será vuestro superior. Ni Aletheia ni tú estáis dispuestos a discutirlo.

Entre los conventículos del clan se rumorea que, en una ocasión, Cedric de Cornualles había producido con su magia una copiosa nevada, que había destruído a un enorme ejército escocés que amenazaba el Norte de Inglaterra.

Tomáis un barco en las riberas del Támesis dos noches después. El viaje habéis de hacerlo en el camarote, pero alguna noche, Aletheia y tú subís a cubierta para observar el perfil de la costa desde la quilla de la embarcación. Es hermoso. Nunca antes habías salido de Inglaterra.

La tercera noche de viaje, cuando aún no habéis llegado al golfo de Vizcaya, Cedric de Cornualles os pide que elaboréis un plan para encontrar a Uberto de Ercolano y capturarlo sin llamar la atención de Lasombra y Brujah.

Durante el viaje me dedico a buscar al mejor candidato (el más fuerte y listo excluyendo al capitán) entre la tripulación del barco para anclarlo a mí como sirviente. En mis ratos libres me dedico a intentar invocar fuego sólo con el poder de mi sangre. Ante los repetidos fracasos me frustro y me dedico a juguetear con puñales y dagas para divertirme.

Ideo un plan.
-Creo, hermano Cedric, que tengo una pequeña idea sobre qué podemos hacer. No dudo de que vuestro poder taumatúrgico sea mayor que el mío, pero si hablamos de control y manipulación, estais hablando con el rey de la creación. Deberíamos entrar en Nápoles como mercaderes, y ya que es difícil esconder nuestra naturaleza cainita, deberíamos similar pertenecer al clan de aquel a quien buscamos. ¿Qué mejor que ser Malkavian para dar con uno de ellos? En el caso de que algún cainita quiera averiguar si realmente somos Malkavian o no mediante los poderes taumatúrgicos, confío en que ese hermano nuestro sea fiel al Clan. Por su bien...Entorno los ojos y muestro levemente mis colmillos. Simplemente deberíamos frecuentar los lugares lógicos de los lunáticos, es decir, todos. Me rio estrepitosamente como si el chiste tuviese gracia. Intento imitar la risa demente de un Malkavian. Con nuestros ghouls, un poco de ayuda de la dominación y nuestros sentidos podríamos sonsacarle algo sobre Uberto a algún Nosfi. Seguro que esos feos saben algo, y siempre se puede negociar con ellos. A partir de ahí, con encontrar un capilla de nuestro Clan y llevar bien atadito a Ubertin nos vale para transportarnos de nuevo a casa. Ahora, a ver al amable perro Brujah que ejerce de príncipe y presenterle nuestros respetos. Aunque una patada le vendría mejor.

El anciano señor de Cornualles te escucha con atención, sólo alzando levemente una ceja cuando te autodenominas rey de la creación. Asiente a algunas de tus ideas, y en otras se queda pensativo. Finalmente, dice:

-Es un buen plan, hermano Arkwright. Por desgracia, Uberto de Ercolano es un proscrito incluso para los miembros de su propio clan, que ven en él un profeta peligroso, alguien que trata de buscar desesperadamente la sangre de Malkav. Así que no es de sus hermanos de quienes sonsacaremos su paradero. Sin embargo, los "nosfi" -pronuncia esa palabra como si la cogiera con unas pinzas, a varios metros de su nariz- pueden ser un buen comienzo para ello. Aletheia se encargará de ello. Yo he de reservar mi energía para el más que previsible enfrentamiento con ese maldito lunático. En cuanto a vos... creo que vuestras dotes para el... control y manipulación son razón suficiente para encargaros de sondear al príncipe Brujah. Habéis de convencerle de que Uberto de Ercolano es un desequilibrado diabolista alíado con los Lasombra... o que hemos de capturarle para realizar un ritual que lo convierta en inofensivo... o apelad a la Camarilla... o qué se yo, pero conseguid que no se entrometa y que nos deje abandonar esta tierra con el malkavian... Lo tendréis fácil, pues los Brujah de estas tierras están chapados a la antigua: son casi Ventrue.

Es curioso que los Malkavian digan que alguien es peligroso. Seguro que no es maas peligroso que un perro con malas pulgas es peor que ellos. En fin, me ocuparé de ese Brujah ventruizado Musito a continuación...Valiente idiota está hecho ese principe.
Me voy silbando una melodía directo hacia el palacio del príncipe.