Partida Rol por web

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Martin asombraría a la mayoría si fueran capaces de seguir la rapidez de sus pensamientos por un momento piensa en huir pero se plantea que hacerlo sería una prueba evidente su culpabilidad. ¿Donde iría?Ningún habitante de las tierras de los Falcon lo ocultara enfrentando la horca, ni es nadie para que un señor lo acoja enfrentándose a Lord Kevan por él. Los salvajes tampoco no son una opción...

Va dejando que la multitud se despeje. Y sigue a Luther esperando en las puertas para entregarse.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Notas como al sentir tu débil respuesta por el sepulcral silenció su cara se pone aun mas lívida y ves como la espada se mueve con un leve temblor. Nunca lo habías visto así al borde de perder su autocontrol.

Lord Kevan respira profundamente y finalmente responde en un tono duro que no admite replicas. Primero te habla a ti inclinándose ligeramente y con la mirada intentando suavizarlo, dirías que vuelve a llevar la mascara del Lord por el tono no así la mirada. – Vanesha, mis disculpas por el daño que te ha ocasionado. No volverá a ocurrir. – Levanta la cabeza hacia Brazh, – llevala donde Berta te indique y asegurate que todo lo que pida que se le lleve se haga en el acto. Yo me encargaré personalmente de lo que le ha ocurrido. Lo senté a la mesa de mi consejo y estaba a mi servició. Soy responsable y el encargado de que se cumpla la Ley en mis tierras.

Ante Berta vuelve ha hacer una pequeña inclinación que asombra tanto a ella como a todos los de la Casa Falcon. Es un secreto a voces que por él nunca habría entrado en su castillo y siempre la ha tratado con especial frialdad y menospreció. – Se que haréis todo lo que puedas. Si necesita algún producto especial no dudes en enviarlo a buscar. Es lo menos que le debo a ella y a Cedric. Continuar vuestro camino.

Nada mas marchar hace acercarse a Peter con un gesto de mando. Cuando este esta a su lado junto a Lord Steven y Normand continua con sus ordenes. – Peter, ordena al sargento Luther que reúna a sus hombres y los arme. Después que reúna a los empleados de Fuller. No creo que fuera la primera vez que lo intentara y pueden saber alguna cosa. Si se resistieran intentar que lleguen vivos a mi presencia. Ir ya.

Una vez ha marchado Peter se dirige a su suegro y cuñado. – Lamento todo esto, si deseáis acompañarme a detener a ese individuo podéis venir. – Mirando a las puertas. – Acompañarme vosotros también hijos hay que restablecer la ley en nuestra casa e impartir justicia.

Te das un golpe en la cabeza al caer porque tiene esa expresión esperanzada Fuller. El establo tiene grandes ventanales en la parte superior incluido el techo para ventilarse que sólo se cierran con fuertes lluvias o los días mas gélidos de invierno. Fuller desaparecé de vuestra vista llevándose la escalera con él.

¡Por los siete!

-¡Está escapando por los ventanales! ¡Alia, avisa a mi hermano, que no escape! ¡Derek, aúpame arriba! ¡Corre!

Si se acerca a auparme trataré de hacerlo rápido y luego trataré de ayudarle a él a subir, tumbándome y usando mi cuerpo de palanca miertas tiro con mis brazos de él.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Ver que Fuller no tiene ni pisca de entregarse y aun mas al ver que se sube al otro nivel del establo hace que mi intención de tranquilizar las cosas se acaben -este infeliz ni se crea que se va a escapar- y de inmediato voy a donde esta Cedrir para ayudarle a subir lo más rápido que puedo -apurémonos a atraparlo-

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Alia salé rápidamente al patio de armas viéndose frenada por los curiosos que están mirando que ocurre. Están mezclados los soldados de ambas casas con los diversos sirvientes de la Casa Falcon.

A la entrada de la edificación principal oye a Lord Kevan impartir ordenes sobre Fuller y grita señalando al techo de los establos.

– Lord Kevan, Lord Kevan. Fuller intenta huir por el tejado de los establos.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Finalmente Brazh entra por la puerta de tus aposentos contigo en brazos ves a Sharra esperándote dentro preparándote una muda y Evelyn a su lado, notas sus miradas de preocupación cuando te ven. Nada mas entrar Evelyn pide disculpas dirigiéndose a tu tío y a Anna. – La bañera la estaba usando el señor Zane, la estamos vaciando lanzando el agua directamente a cubos por la ventana de sus aposentos y Natalia acaba de ír a calentar el agua con otras dos que le llevan del pozo. – Mirando temerosa a Brazh por su expresión amenazadora. – Señor, si pudierais ordenar a algunos soldados o sirvientes podríamos llenar mas rápidamente la bañera a vuestra sobrina aunque antes había que traerla pesa mucho y a mi no me hacen caso están todos en el patio queriendo saber que esta pasando.

Brazh te deposita suavemente sentada en el borde de tu cama antes de girarse hacía la doncella. – Acompañame y ves dando las instrucciones a todos los que necesitéis. Si alguno hacé ver que no te oye o te ignora creo que Berta tendrá mucho mas trabajo hoy. – Al salir ella le hacé una discreta señal a Anna sonriendo satisfecha.

Sharra una vez han marchado se te acerca preocupada mientras toca ligeramente tu cara. – Señora Vanesha, Fuller ha podido...

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.
 

Casi sintió pena por Sharra y su ingenuidad. Pero era mejor así. Que imaginase que Fuller había intentado hacer lo que imaginaba. Hasta ella misma se sentía mal por el acto que había cometido con aquel fulano, pero solo tenía que mirar a Sharra o cualquiera de las otras chicas para menguar ese malestar, hasta hacerlo desaparecer. Sin duda sus palabras primeras hacia ella ya denotaron la prepotencia de la impunidad y un trasfondo e intención, igual de pérfido que el que había mostrado y llevado a cabo con las jovencitas de la servidumbre.

No tiene porque enterarse nadie...Ahora sabrás lo que pasa cuando se enteran, hijo de mil padres. Se dijo así misma.

-No...- Dijo negando en un tono bajo. Se acercó a Sharra y con su antebrazo rodeó su nuca para acercarla y darle un abrazo. Cuando su boca estivo cerca del oído de la joven la susurró con tono decidido. -Pero te garantizo que ese cerdo no va a volver a ponerte las manos encima ni a ti, ni a ninguna.-

Se retiró entonces y al apartar el brazo, posó su mano en la mejilla de Sharra como muestra de afecto. -Estoy bien, no te preocupes.- Intentó sonreir como forma de alivio hacia la posible preocupación o angustia de la sirvienta, aunque una mueca de dolor punzante proviniente del labio inflamado, truncó la duración de la misma.

Tomó asiento mientras con la mano rozaba suavemente y con cuidado las zonas más inflamadas de su rostro, como tratando de evaluar daños, mientras con la otra, aún sujetaba las vestidura.

-Tengo que pediros, Sharra...- Dando entender que no solo a ella, también a sus personas de confianza -...que no perdáis de vista a Fanny. Me temo que intentará alguna estupidez antes de que podamos echarla del castillo.-

tras su examen táctil, colocó algunos mechones sobre  la oreja.

-Con suerte será contra mí...-

No esperaba que lo entendiese, ni tenía intención de darle más explicaciones de las necesarias. Pero si aquella joven que apuntaba a devota de la sangre, como había oído, se presentaba ante ella para pedir su tributo, estaría más que dispuesta a atravesarla con Espina Sangrienta el corazón.

Vanesha lo tenía cada vez más claro. Quizás la cabeza visible de aquella Casa , fuese el Lord. Pero ellas servían sus bebidas, hacían su comida, curaban sus heridas, manejaban sus finalzas, controlaban su mercado y daban a luz a sus descendiente. Así que, ¿quién tenía realmente el poder?. Lo tenían ellas...

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Una vez Brazh ha salidos os quedáis solas Berta, Anna, Martha, Sharra y tú.

A medida que le hablas Sahrra se tranquiliza un poco aunque es plenamente consciente de que tus heridas son reales no el fruto de un algún truco.

Asiente mientras se separa pero con la mano dentro de su ropa mientras te contesta. – Ahora la localizaré señora. Pasaré también a ver como esta…

Antes de que termine de hablar Berta, que ha estado desplegando en tu cama distintos recipientes y paños se interpone entre las dos. – Basta de charlar tengo que curarte.

Con una sonrisa que tiene mas de depredador que de amabilidad. – He pasado al lado de la pequeña y ahora esta protegida por una con unas garras mas afiladas que cualquiera de nosotras. Esta al lado de Sharra la gatasombra que estaba gruñendo hacía el patio escudándola. Ademas esta su madre Lady Selyse que estaba convocando guardias a su lado, también estaba la señora Greta con sus hijos que también convocaban a sus soldados.

Mientras hablaba a preparado un paño con uno de los ungüentos y te lo aplica sin pedirte ningún permiso.

Martha aprovecha para dirigirse hacia la puerta. – Voy a las cocinas ha supervisar lo del agua caliente y haber si me entero de alguna cosa. Si hay alguna cosa importante os enviaré a Janet.

Ves al fondo a Anna llorando en silencio mientras te mira.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Vanesha sostuvo el paño con los mejunjes que Berta había preparado, frunciendo el ceño en gesto de desagrado, molestia más bien. Al percatarse de que Anna estaba llorando, se puso en pie y se acercó a ella.

-No lloréis, Anna.- Dijo con tono de voz dulce y cariñoso hacia su mentora. -Si todo ocurre como debiera, ya no nos tendremos que preocupar de que nada le ocurra a la pequeña Cat, ni a ninguna de la muchachas del servicio.- Trató de sonreir, impedida por la tirantez de la inflamación.

-Y esto...- Dijo señalando a su rostro.-en una luna como mucho, será ya un recuerdo nada más.-

Posó su mano sobre la de ella como gesto de consuelo y poder reconfortarla.

- ¿O hay algo más que os aflija? Ya sabéis que podéis decirme...-

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Intentando controlar las lagrimas mientras te acaricia los cabellos sin atreverse a tocarte la cara por miedo a lastimarte. – Hace muchos años que tendría que haber hecho algo mas que intentar convencer a mi esposo. Uff… – Secándose las lagrimas con la manga de su vestido. – Tendría que haber ocupado tu lugar y no permitir que tu…

Berta no para y te aplica otro paño con un ungüento distinto ya que tiene otra olor. Mientras os mira mientras señala la puerta. – Bajemos la voz en cualquier momento puede llegar alguién. Si vienen con la bañero los oiremos pero si vienen solos no.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Vanesha desvió la mirada un segundo hacia la puerta y asintió. Manteniendo aquel tono de voz y sin apartar la mano de la de Anna, se permitió un turno de réplica para tranquilizarla.

-No os atormentéis. Sois una mujer hermosa, pero sois mujer...y ya hace años. Los pervertidos gustos de ese puerco, me temo que tienden más hacia mujercitas y niñas que hacia mujeres ya hechas.- Dijo intentando explicar que aunque hubiese estado en su lugar, probablemente Fuller no habría intentado hacer aquello que todos creían que había intentado. No es que le gustase mentir o simplemente, disimular los hechos de aquello. Menos aún con Anna. Pero sabía que iba a ser difícil que lo entendiese y probablemente también que lo aprovase. Cosas peores se han hecho en la guerra y algunos son alzados como héroes.

Aquel acto no era motivo de orgullo. Así lo sentía Vanesha. Pero que las muchachas y la pequeña Cat, pudieran vivir seguras sin la lujuriosa sombra de Fuller acechando, sí que lo era. De hecho, ese pensamiento la reconfortaba profundamente.

Miró de reojo un instante a Berta. Se preguntó si ella se imaginaría lo que realmente había pasado. Aquella mujer, había visto todo tipo de heridas y enfermedades y probablemente podría darse cuenta de que fueron autoinflingidas. Haberla puesto en sobreaviso de que tuviese mejor preparado, sus "herramientas" para curar heridas que para detener un embarazo no deseado, ya era lo suficientemente clarificador para que la sandora se hubiese hecho una idea de las verdaderas intenciones de Vanesha.

Pero si así era, si realmente se había percatado de ello, ahí estaba, sin decir nada. Quería pensar que aquella mujer entendía como ella, que a veces, para conseguir la paz hay que hacer la guerra. En este caso, para conseguir dignidad, hubo que hacer cosas indignas.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Notas como hace grandes esfuerzos para dejar de llorar aunque no sabes si es por tus palabras o por tranquilizarte.

Berta aparece separándoos intentándote curar las heridas. – Vanesha tranquilizate y dejame curarte, – sonriendo maliciosamente, – o le digo a tu tío cuando vuelva que te inmovilice.

Mientras lo dice señala tus brazos en perfecto estado en silencio y una mirada cómplice.

Sin darte tiempo a reaccionar comienza a extenderte por la parte superior de los brazos un ungüento distinto que en lugar de calmar te quema un poco mientras que con la mirada te ordena que calles mientras te sujeta de las manos. Al cabo de unos segundos que se te hacen larguísimos te suelta e impulsivamente intentas quitarte aquella sustancia con las manos ocurriéndote lo mismo.

Ahora las tienes ennegrecidas con quemaduras. Toma otro de los paños te lo da y nada mas tocarlo la sustancia en que esta impregnado te alivia con lo que sin que te lo indique te lo vas pasando por los brazos mientras ella te aplica paños en la cara esta vez como los que te calmaban el dolor.

– Disculpa Vanesha pero si lo cogen vivo seriá muy difícil que creyeran que no habías intentado protegerte la cara de sus golpes o que te sujetaba con fuerza los brazos mientras te los daba. Esas quemaduras parecerán hematomas.

Su mirada y sus palabras te indican perfectamente de lado de quién esta pero también percibes que Anna y Martha han debido notar alguna cosa extraña ya que os miran e intercambian miradas entre ellas en silenció.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Vanesha permaneció quieta cuando Berta se lo indicó. Sin duda sí que se había percatado de todo, como sospechaba, pero carecía de discreción. Quizás simplemente confiaba suficientemente en Martha y Anna, como para poder dejarlo caer.

Lo que decía, era cierto. Vanesha lo había pensado también, pero todo sucedió tan deprisa que no hubo tiempo a más. En cualquier caso con el diagnóstico de Berta, pensó que sería suficiente y que no tendría que mostrar más allá de lo que su rostro reflejaba, pero le gustó la previsión de ésta. Mejor asegurarse.

La mirada entre Anna y Marta, ya inevitable por lo dicho por Berta, podía ser más peligrosa en el desconocimiento que en el saber. No era necesario dar más detalles de lo justo, si no lo lo solicitaban, pues a buen entendedor... Pero una vez suelta la liebre, era insensato, casi un insulto, negarlo y tratar de mantener una fachada que se desmoronaba por sí sola. Aquel gesto pedía a gritos una explicación. Y una explicación debían tener.

Vanesha giró su mirada hacia ellas y susurró.

-Se acabó el ser víctimas... La justicia de los hombres es para los hombres, no para las mujeres.- Y en cierto modo así era, a no ser que tu apellido fuese noble. Aún así, el rasero era desparejo a todas luces, y a igualdad de estatus, también.

El gesto de Vanesha se volvió impropiamente servero para su edad y dulzura.

-El único crimen del que Fuller es inocente es éste. Solo de éste. Preguntad a Sharra y al resto de chicas si lo es de todos los otros.- Susurró casi con rabia. -Y probad sus lágrimas y las mias a ver si encontráis alguna diferencia.- La posición y linaje de Vanesha, sin duda estaba por encima del de Sharra o cualquier sirvienta. Pero su sangre y su sufrimiento eran exactamente el mismo. No importaba el apellido. Ambas cosas no hacían diferencia entre noble o plebeyo, hombre o mujer, rey o mendigo.

Aún quedaba un golpe de efecto antes de dejarlas emitir juicio con aquellos preceptos adquiridos de sumisión e inferioridad, que iban a tender a afirmar que aquello estaba mal.

-Ahora imaginad las que correrían por vuestro rostro, de no haber hecho esto, cuando el miembro de Fuller invadiese la boquita y sexo de la pequeña Catelyn, teniendo que vivir con esa sensación de asco y culpa sin ser plénamente consciente de lo que había ocurrido hasta pasar varios años, y sin opción a ser creída.-

Palabras muy duras. Lo sabía. Pero ciertas. Esas eran las palabras y pensamientos que revolvían su estómago y la habían dado fuerzas para...sí, por qué no decirlo...hacer justicia.

Muy digna volvió a mirar a Berta, mientras continuaba poniéndose los apósitos como le había indicado. Dejando claro en su actitud, que no se arrepentía de lo que había hecho, que lo volvería a hacer, y que no iba aceptar ningún reproche y menos aún cualquier juicio de valor. Había hecho lo que era necesario para quitarse de enmedio a Fuller y lo haría nuevamente.