Partida Rol por web

Las Tierras de los Valles

10. Una Mañana Agitada.

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19/04/2010, 22:52
Señora del Misterio Nasana Talandor

   En esta ocasión fue la Prelada del templo, la propia Nasana Talandor, la que salió a recibir a Kanizhar.

   —Siento mucho tu pérdida... —murmuró en un respetuoso tono bajo—. La Hermana Deniria era muy apreciada por todas nosotras.

   La Señora del Misterio colocó su mano sobre el hombro de Kanizhar en un gesto de condolencia y se apartó de él para dejarlo a solas. El huérfano recibió las miradas del resto de hermanas de la congregación, y de algún amigo de la sacerdotisa que solía frecuentar la Casa de Mystra. 

   Hanna, la adepta con la que Kanizhar había hablado antes lo miraba con cierta ansiedad por conocer lo ocurrido.

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19/04/2010, 23:06
Kanizhar

Kanizhar apareció nuevamente en el templo, con el mismo aire lánguido y apesadumbrado que había tenido durante el día. A juzgar por su apariencia cada vez más deteriorada, Hanna hubiera podido suponer que su día empeoraba a medida que avanzaba el tiempo.

-Agradezco sus condolencias- farfulló el clérigo. -Me preguntaba si podía concederme unos minutos- agregó, esta vez alzando al cabeza y hablando con un tono mucho más decidido. Sus mejillas enrojecidas le daban un aspecto casi patético, pero Kanizhar se tragó la vergüenza y habló firmemente. -Es importante para mí poder discutir algunos aspectos sobre la vida de mi madre aquí, en el templo-

Notas de juego

Disculpen la tardanza, pero el finde no estuve muy activo que digamos.

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20/04/2010, 18:44
Hanna

Hanna seguía en el templo, más tranquila, y cuando vio llegar a Kanizhar se levantó y saludó con la mano.
Escuchó pacientemente a Nasana y después al clérigo, con las manos a la espalda.

Con la intención de ayudar y enterarse de algo más sobre el asunto que les turbaba, se acercó a escuchar la respuesta de la Señora del Misterio.

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20/04/2010, 18:50
Señora del Misterio Nasana Talandor

   La Señora del Misterio parpadeó sorprendida a la petición de Kanizhar, pero asintió rotundamente.

   —Por... por supuesto —aceptó mientras contemplaba por el rabillo del ojo cómo se acercaba Hanna—. Estoy a tu disposición. ¿Quieres que vayamos a mi despacho para hablar en privado?

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21/04/2010, 01:41
Kanizhar

El clérigo esbozó un intento de sonrisa, algo aliviado por la disposición de la Señora del Misterio. A punto de contestar, notó la presencia de Hanna, que se acercaba con curiosidad.

-Sería lo ideal- afirmó Kanizhar, mientras volteaba para mirar a la muchacha que se acercaba. -Y también sería bueno que Hanna nos acompañase. Después de todo, creo que la información de la que dispongo le incumbe a ella también- afirmó, asintiendo en un gesto de complicidad.

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21/04/2010, 09:52
Señora del Misterio Nasana Talandor

   Nasana enarcó una ceja y observó a Hanna unos momentos, como si quisiese adivinar qué tenía que ver ella en las dudas de Kanizhar. Después simplemente asintió, y condujo a los dos jóvenes a su despacho. Les ofreció asiento delante de su escritorio y ella misma se sentó.

   —Estoy a tu disposición.

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21/04/2010, 19:05
Kanizhar

-Gracias por atenderm... atendernos- dijo Kanizhar, tomando asiento. Estuvo a punto de pronunciar unas palabras, pero se interrumpió para respirar hondamente. Su corazón latía rápidamente, ansioso por recibir respuestas a sus interrogantes. No obstante, la verdad le aterraba al mismo tiempo que le emocionaba, pero logró ignorar el pavor de la iluminación para seguir adelante.

-No tengo conocimiento de si usted- dijo mirando a la Señora del Misterio con intensidad -está enterada de lo que he logrado. Básicamente, con cierta perseverancia y testarudez de mi parte, he conseguido cierto dominio sobre el Poder... sin el favor de ninguna deidad, que yo sepa- admitió el clérigo, eligiendo cuidadosamente sus palabras. Ahora que lo pensaba, no sabía si su madre había hablado sobre él con el resto de sacerdotisas, y tampoco preveía la respuesta de Nasana. -Se que pude sonar como una locura, e incluso blasfemo y pretencioso, pero es la verdad en lo que a mi concierne- no pudo evitar explicar, aunque encontró las escasas fuerzas necesarias para hacerlo con firmeza.

-Ahora bien, resulta que mi madre estaba verdaderamente... intrigada por ello, y decidió investigar las causas de tal suceso. Mi pregunta es, y aunque parezca intrascendente, para mi es sumamente importante, ¿estaba usted enterada de tales indagaciones? Y... ¿quienes eran las hermanas más cercanas a mi madre? Aparte de Hanna, por supuesto- agregó, esbozando una sonrisa nerviosa.

Debajo de la mesa, Kanizhar se golpeaba las rodillas rítmicamente, alimentando sus nervios mientras intentaba vaticinar la reacción de Nasana. Sólo esperaba tolerancia de su parte.

Notas de juego

¿Es normal dirigirse a Nasana como "Señora del Misterio" en el medio de una oración?

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24/04/2010, 12:18
Señora del Misterio Nasana Talandor

   Nasana abrió mucho los ojos en gesto de sorpresa. La Señora del Misterio había llegado al Valle de la Rastra después de que Immué declarara que Kanizhar era impermeable a la Urdimbre, así que sólo conocía su caso de oídas. Lo que ella (ni nadie) esperaba era que el hijo de Deniria lograra lanzar hechizos. Immué era muy sabia, y pocas veces se equivocaba.

   —Eso que dices es imposible además de herético —espetó Nasana Talandor en un tono tajante—. No conozco los detalles de la investigación de tu madre. La encargada de la biblioteca es Immué. Quizá ella te pueda dar respuestas.

 

Notas de juego

Sí, está bien dicho. Señor/a del Misterio es un título que se reserva a la autoridad (si bien un poco informal) del sacerdocio de Mystra. El título correcto para referirse al resto de sacerdotes (incluidos los acólitos como Hanna) es Servidor/a del Misterio. 

No confundir con el sobrenombre que se le da a la propia Mystra: La Dama de los Misterios.

Podéis hacerme una tirada de Averiguar Intenciones. La CD para Kanizhar es 16, la CD para Hanna es 13 porque conoce muy bien a la suma sacerdotisa.

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24/04/2010, 12:30
Hanna

Hanna miró de reojo a Nassana mientras hablaba, y cuando la sacerdotisa la miró, la acólita seguía mirándola, con las manos a la espalda.

Se miró las puntas de los pues un mimento, jugueteando con ellas tranquilamente mientras buscaba las palabras y argumentos.
Nassana... No veo porqué tiene que ser imposible, y menos en un Multiverso como en el que vivimos. Hay muchas explicaciones que pueden investigarse... así de primeras se me ocurre desde un 'don' similar al fuego argénteo, que haya tropezado con la Urdimbre Sombría sin saberlo, o que algún dios, sea cual sea, esté de acuerdo con sus ideales o peor quiera darle poder para chantajearle más adelante... sería propio de dioses crueles, y si Kanizhar es laico, carece de la protección de dios alguno. ¿No? Hay muchas opciones que investigar...

La miró directamente.
Y discúlpeme Señora, pero creo que se apresura a llamarlo herético... Fijó los ojos en los de su mentora y segunda madre. Piénselo dos veces... Si hay algo que sepa que pueda ayudar a aclarar esto, cualquier ínfima pista, deberíamos poner todo de nuestra parte.

Suspiró.
Nassana... Se permitió llamarla por su nombre. ¿Sabías algo de eso...? ¿Te contó algo Deniria...?

- Tiradas (2)
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24/04/2010, 13:20
Señora del Misterio Nasana Talandor

   Nasana suspiró. Era obvio que no quería hablar del tema.

   —No hay tantas posibilidades, Hanna. Sabes tan bien como yo que ningún dios, por poderoso que sea, puede otorgarle sus dones si él no puede acceder a la Urdimbre. Si Immué no se equivocó con él, sólo hay una respuesta posible: —La Señora del Misterio taladró al hijo de Deniria con la mirada—. Kanizhar utiliza Urdimbre Sombría. Pero uno no "tropieza" con la Urdimbre Sombría. No se parece en nada al lanzamiento de conjuros al que estamos habituados y es uno de los secretos mejor guardados por la Iglesia de Shar. 

   Hizo una pausa, para examinar el efecto que tenían sus palabras en Kanizhar.

   —A ti te han estado enseñando los Sharinos, ¿no es así? —y agregó, con un tono era como un puñal saliendo de su vaina— ¿Qué les diste tú a cambio?

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25/04/2010, 08:44
Kanizhar

Kanizhar se mantuvo en silencio mientras Hanna y Nasana hablaban de las posibles causas de sus habilidades, como si de un sujeto experimental se tratase. Se sentía fuera de lugar e incómodo, estando presente en una conversación ajena, pero que trataba sobre su persona. Además, el tono de la Señora del Misterio era de reproche, de regaño, y eso sólo sumía al clérigo en una incomodidad mayor.

Creo que no tengo más que hacer aquí.

Estaba a punto de levantarse y agradecer cuando la mujer se dirigió a él directamente. Se paró en seco, medio sentado, medio parado, y volvió a tomar asiento para devolverle la mirada a Nasana. ¿La iglesia de...? Patrañas. -Ningún Sharino ha estado enseñándome nada- le espetó, pero más sorprendido que enfurecido. Kanizhar estaba demasiado ocupado con su desconcierto como para estar enojado, ya que no había contemplado la posibilidad. Después de todo, lo que recordaba hacía de esa una teoría viable. -Jamás he conocido a ninguno, que yo sepa. Como usted sabe, son bastante reservados- afirmó, no muy convencido de sus propias palabras. -Debo irme. Gracias por la atención, Señora del Misterio- agradeció, al mismo tiempo que salía disparado de la habitación, sin mirar atrás. Los efectos de la verdad, o al menos lo que parecía ser la realidad, comenzaban a hacer mella en Kanizhar, que empezaba a sentirse aterrado.

Ya basta. Tu no tienes el favor de Shar ni ninguna otra deidad, pensaba el clérigo, mientras recorría los pasillos del templo en busca de Immué, que seguramente permanecía en el velorio. Aunque... son tan caprichosos, pensó, sin poder evitar debatir el tema en su fuero interior.

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25/04/2010, 17:48
Hanna

Hanna suspiró al verle salir, y lanzó una mirada de reproche a Nassana cuando hubi salido.

Eso ha sido muy poco sutil, Nassana. Acaba de perder a su madre, y eso no ayuda a que le caigamos mejor... pero supongo que me toca de guardia buena.

Miró hacia la puerta.
Ya conocemos lo artera y vil que es. Es capaz de eso y más
Se levantó. 
Con tu permiso... voy a ver si lo arreglo y le saco algo más... Bien podría no saber que han sido sharinos quien le han enseñado.

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02/05/2010, 09:56
Señora del Misterio Nasana Talandor

   —¿Poco sutil? ¡Poco sutil! —repitió Nasana al mundo, en tono de auténtica exhasperación, mientras recorría su escritorio arriba y abajo, como una fiera enjaulada—. ¿Acaso no lo ves, Hanna? Shar, entre muchas otras cosas, es la Señora de la Pérdida. Abraza aquellos que han sufrido una injusticia o una gran pérdida... como Kanizhar. ¿No entiendes que el pesar que siente ahora mismo por la muerte de su madre lo lanzará directamente a los brazos de la luna oscura con sólo los dioses saben qué propósitos? ¡Somos marionetas en esta comedia, movidas por hilos que ni siquiera somos capaces de entrever! ¡Lo mejor que podríamos hacer es acabar con él ahora mismo, no ser "sutiles" ni jugar a los "guardias buenos"!

   La Señora del Misterio se arrojó al sillón, mordiéndose el dedo índice con indecisión. Parecía obvio que se arrepentía de sus últimas palabras. De pronto pareció mucho más vieja y mucho más cansada de lo que Hanna había visto nunca.

   —Perdóname, Hanna. Ha sido un día difícil —se disculpó la Señora del Misterio, haciendo un gesto con la mano expresando a la acólita que podía retirarse.

Notas de juego

   Tú dirás si quieres hablar algo más con Nasana (una ese) o si te vas con Kani. 

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02/05/2010, 13:14
Hanna

Hanna frunció el ceño cuando Nasana dijo todo aquello, le había sonado no solo muy fuerte si no muy poco propio de ella, pero al verla un poco hundida, su expresión se relajó hasta casi la compasión.

No, Nasana... lo mejor que podemos hacer es darle un Camino, si está 'perdido'. Evitar que caiga en las manos de Shar y frustrar su plan de lograr la muerte de una de las sacerdotisas de Mystra, y anotarse uno ella.

Hizo un gesto con la cabeza.
Si me disculpas... creo que me encargaré yo.

Y si la daba permiso, se marcharía en pos de Kanizhar, corriendo.

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02/05/2010, 13:21
Director

   Kanizhar huyó del escritorio de la Señora del Misterio a toda velocidad, como si sus pies pudieran alejarle de un pasado que amenazaba con alcanzarlo y devorarlo. Su cabeza trabajaba a toda velocidad, pensando en la terrible veracidad que pudiera haber en las palabras de la Prelada del templo. Encontró a Immué donde suponía que estaría. La anciana estaba apartada y en silencio. Aún no se veía a su padre por ninguna parte.

   Immué giró el rostro suavemente para ver llegar al atribulado Kanizhar. Cuando este se acercó a ella enarcó una ceja con gesto inquisitivo.

   —¿Qué te inquieta, muchacho?

   Hanna llegó poco después, a la carrera.

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02/05/2010, 23:08
Kanizhar

Kanizhar se limpió el sudor de la cabeza mientras respiraba sonoramente, tomando todo el aire posible. Sus costumbres sedentarias le hacían cansar rápidamente, e incluso una corta carrera como aquella podía cansarle bajo circunstancias extenuantes, tales como las que vivía en ese momento. Llegó ante Immué, que permanecía en el velorio, en impasible homenaje a su amiga.

-Immué- susurró, tragando saliva. Escrutó la habitación por unos segundos, mientras descansaba sus pulmones, notando que el herrero no había llegado aún. ¿Dónde...?, se preguntó. Buscó a Orestes con la mirada, hasta darse cuenta que los ojos de Immué seguían concentrados en él. -Necesito hablar con usted... sobre mi madre. ¿Es seguro aquí?- inquirió, mirando hacia todos lados, ahora consciente de la llegada de Hanna.

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10/05/2010, 12:26
Immué

   Immué observó a Kanizhar durante unos instantes.

   —...vamos a la biblioteca, si te parece. Allí podremos hablar más tranquilos —la sacerdotisa posó una mano suavemente en la espalda de Kanizhar para guiarlo hasta allí. Dejó a ambos la decisión sobre si Hanna iba con ellos o no.

   Sea como fuere, llegaron a la polvorienta biblioteca del templo. Era pequeña, pero estaba atestada de volúmenes y pergaminos. Por doquier había gruesos manuales apilados en el suelo, pues las estanterías no eran capaces de acoger toda la colección.

   —¿Qué te corre por la cabeza? —murmuró Immué cuando estuvieron en un rincón tranquilo.

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12/05/2010, 05:58
Kanizhar

Luego de mantener la breve mirada de Immué, Kanizhar volteó hacia Hanna, que parecía esperar su decisión. Asintió levemente con la cabeza, para luego dejarse llevar hacia la biblioteca del templo. Sin esperar a comprobar la reacción de la muchacha, el clérigo, que ya comenzaba a dudar de si ese título se le ajustaba mejor que "bicho raro", se alejó por el pasillo.

Entraron con aprensión a la biblioteca. Kanizhar tropezó con una estantería, levantando una nube de polvo que le obligó a toser sonoramente. Se regañó por su estupidez, pero no perdió su concentración. Immué le abordó, y él volvió a sostenerle la mirada por unos segundos, esta vez invadido por la duda.

-Mi madre sabía sobre mis... dones- dijo, yendo al grano sin más rodeos. -Se de buenas fuentes que estaba investigando como era posible que yo pudiera acceder al Poder sin venerar a deidad alguna- Sus ojos se clavaron en los de la mujer frente a él, sin dejarlos escapar bajo ninguna circunstancia. -¿Usted estaba al tanto de ello?- inquirió finalmente, con una mirada severa. -Creo que usted estaba ayudándola...- agregó en un tono un poco más relajado, para evitar que su pregunta sonase demasiado ruda.

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12/05/2010, 09:48
Immué

   La sorpresa, la alarma y la preocupación desfilaron por el rostro de Immué. Como si temiera desfallecer, buscó una silla próxima para sentarse. Tardó unos momentos en encajar las piezas y en asimilar la información que Kanizhar había soltado de sopetón.

   —Por los Misterios de la Dama, cómo he podido estar tan ciega...—se lamentó Immué—. A mi me dijo que estaba investigando la inestabilidad de la Urdimbre en la zona. Sacó de los biblioteca muchos volúmenes teóricos sobre su funcionamiento. No me resultó extraño que una Servidora del Misterio consultara ese tipo de manuales, así que por supuesto: la ayudé. Hasta ahora no se me ha ocurrido que podía estar relacionado con su defunción.

   Pero la sacerdotisa frunció el ceño.

   —Pero ¿cómo es posible que puedas lanzar conjuros divinos sin mediación de un dios? Incluso entonces tendrías que trabajar con la Urdimbre: hasta los dioses lo hacen.

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12/05/2010, 19:58
Kanizhar

Kanizhar se restregó los ojos. Sus ansias, algo confusas, por encontrar la verdad le estaban sumiendo en una situación cada vez peor. Cada vez que hablaba con alguien se delataba irremediablemente, y sabía que, por muy benévolas y respetuosas que fueran las sacerdotisas, era su deber cuidar de la Urdimbre. ¿Qué resultaba ser él? Una aberración. Algo que no se suponía que debía existir. Probablemente, un peligro.

El clérigo imitó a Immué y buscó un asiento. Su aspecto era el de un hombre cansado, que aparentaba más edad de  la que en verdad tenía. -Hemos hablado con la Señora del Misterio- dijo, señalando a Hanna, aunque no volteó para comprobar si realmente les había seguido. -Ella cree que hago uso de la Urdimbre Sombría- añadió, para luego hacer un gesto despectivo, como si la mera idea fuera ridícula.

-Lo cierto es que... Debe prometer que esto quedará entre nosotros. Si no es por mí, que sea por mi madre. Ella estaba buscando respuestas. Una solución. Supongo que soy el eslabón clave, así que compartiré algo con usted- Kanizhar respiró profundamente. Su pose le hizo recordar a Hanna cuando le trajo las malas noticias, aquella misma mañana. Esto va demasiado rápido, pensó, exhausto. -Hace muchos años... un hombre extraño se me acercó. Fue luego de que me rechazaran- comenzó, sin mirar a Immué a los ojos. -Me dijo que no necesitaba a los dioses, y que él mismo me enseñaría como aprovechar sus energías sin plegarias. Luego de unas semanas, desapareció. Aún así, yo continué entrenando por mi cuenta. A menudo acudí a la biblioteca sólo para informarme y así poder profundizar mis habilidades- relató, con las manos cruzadas y apoyadas sobre sus rodillas, sus ojos clavados en el suelo.

-Tiempo después regresó. Dijo que el me había concedido dones impagables, y a cambio le debía mi servicio. Me negué y volvió a desaparecer, justo frente a mis ojos, lanzando amenazas e improperios- Su mandíbula temblaba, al borde del llanto. Al rememorar el episodio, no pudo evitar sentir que todo aquello era su culpa. Si tan sólo hubiera hecho oídos sordos a las palabras del hombre, la Urdimbre probablemente seguiría intacta, y más importante aún, Deniria aún pasearía por los jardines de la Casa del Misterio. -¿Cree que... cree que puede haber sido un Sharino?-