Partida Rol por web

Las uvas de la ira (Degenesis)

Día 0 (Prólogo): Tierra a la vista. (Finalizado)

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04/04/2017, 16:37
Hakan Ismael

Mi garganta estaba tan seca que aquella primera inhalación, casi desesperada, sonó como un fuerte ronquido. Mis ojos estaban abiertos de par en par. Eran los últimos momentos de la tarde, el instante preciso en que día y noche parecen congelados, suspendidos de manera improbable en el tiempo, antes de arrojarse el uno sobre el otro y librar un particular combate que siempre ha de terminar del mismo modo: la oscuridad devorando por completo a la luz. Recuerdo que pasé un rato inmóvil, quizá segundos, quizá minutos, boqueando como un pez fuera del agua mientras intentaba reconocer aquella sala aséptica, llena de sombras y de un fuerte y nauseabundo olor químico. Después reí, aliviado al comprender finalmente que todo había sido un mal sueño. Aquellas visiones ominosas y terribles, aquellos retazos demenciales, acabarían desapareciendo, quedando atrás para dar paso al dolor real de mi cuerpo entumecido, magullado por los golpes soportados horas atrás. Mi rival estaba consciente, no muy lejos de donde yo yacía. A decir verdad, parecía llevar bastante tiempo despierto, tendido en silencio en su catre. Su expresión muda me decía que sufría un dolor similar al que yo sentía. Un hombre fuerte.

Y ahora somos iguales.

Eso es lo que intento decirme a mí mismo mientras ambos cruzamos el umbral del comedor, sin haber intercambiado palabra alguna desde mi despertar. Mientras me abro paso entre la gente, caminando con la cabeza baja, no puedo evitar sentir todas las miradas clavadas en mí. Es una sensación incómoda; se diría que un cuchillo afilado podría volar en mi dirección en cualquier momento. No esperaba oír lo que escucho a continuación.

Un aplauso.

La sorpresa es aún mayor cuando compruebo que es el hombre al que todos llaman «Chaga» quien está aplaudiendo. Nos mira a mi rival y a mí con una sonrisa blanca que bien recuerda a la dentadura de un lobo. Chaga nos insta a tomar asiento junto a él, algo que sin duda debe de tratarse de un gran honor para estos hombres de piel de noche. Las miradas de los africanos se afilan como puñales, y se me eriza el vello de la nuca. Estoy convencido de que el líder azotador sabe muy bien la posición tan comprometida en la que su ofrecimiento me sitúa, pero sería un completo necio si rehusara. A fin de cuentas, quien busca algo corre el peligro de encontrarlo, y eso es exactamente lo que me he ganado. Sin mirar directamente a Chaga, realizo una ligerísima inclinación de cabeza para a continuación dirigirme junto a él, como me ha indicado. Lenta y parsimoniosamente, me siento al lado del hombre, mi mirada huyendo en todas direcciones, como si no me atreviese a encontrarme con los ojos de ninguno de los azotadores con los que comparto mesa. Pero no debo seguir escondiéndome, no si deseo que todo esto haya servido de algo.

«¿Qué has aprendido hoy, Hakan?».

Mis ojos se clavan de repente en los del azotador que tengo delante, para a continuación mirar sin pudor a aquellos que se sientan con él. Una sonrisa sutil, casi imperceptible, se dibuja en mi rostro alargado. Una sonrisa de orgullo.

Una sonrisa de triunfo.

Notas de juego

Ostras... No sé cómo tenía el cerebro cuando lo leí, que se me pasó completamente por alto X(. Me pongo enseguida con el post. ¡Argh, qué mono teníaaa!

P.D.: Hala, ya está. Posteado :). Una aclaración: me refiero al Chaga como si este fuese su nombre o un apodo, en vez de un rango o título, porque Hakan aún no comprende muy bien la jerarquía de los Azotadores.

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04/04/2017, 22:10
Sakar

Había estado despierto en la enfermería, allí tirado había tenido tiempo de pensar, de pensar en mis fallos y en los puntos fuertes del esclavo, el era fuerte y rápido, se parecía bastante a mi aunque su forma de combatir no era igual, aun así se defendía bien y cuando atacaba lo hacia con dureza.
De repente sonó la campana de la cena y nos levantamos para ir hacia ella, iba al lado de mi contrincante, pero no dijimos nada, era un silencio entre respeto y expectante. AL llegar nos recibió el Chaga con varios aplausos y nos invito a su mesa, cosa que me descuadro, yo no se si era merecedor de tal honor, pero el Cuervo?, mire a mis hermanos y me encogí de hombros, viendo en ellos caras de desconcierto y malestar por esa decisión, aunque otros no decían nada.
De repente me di cuenta que un compañero no estaba, que habría pasado, bueno, ya me enterare.
Deje que el Cuervo se sentara primero y yo me senté a continuación, sin decir nada, el cuervo se había ganado mi respecto, pero el del Chaga?, que habrá visto en ese cuervo para honrarle con tal honor?

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05/04/2017, 16:48
Pantera Negra

Pantera Negra asiente y le da la mano al capitán, da gusto entenderse entre personas racionales. Ordena que tiren el cuerpo discretamente por la borda, el dinero que tenía lo donaré para la empresa. Sigo buscando el libro de cuentas y el capitán no se ha dado por enterado, así que le digo a Muhammad que seguiremos buscando después de cenar.

En el atestado comedor, Pantera escucha por aquí y por allí que ha habido una pelea en la cubierta, me gusta el ambiente agresivo, eso siempre hace que estemos todos más despiertos. Azotador que duerme se lo lleva la corriente. Pruebo la cena está bastante buena y me ha dado hambre, miro la manga de mi chaqueta de amarilla y veo un poco de sangre. Suspiro y la limpio un poco con la servilleta. Tengo algo en mente para estrechar lazos con la faceta guerrera de la expedición. Así que charlo con el Simba mientras cenamos.

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05/04/2017, 16:51
Pantera Negra

Observo con interés el conato de violencia en el comedor, pero a mi lado está el Simba y si considera que se sale de madre de seguro intervendrá, estamos en la pausa entre la sabrosa y fresca sopa de pescado y esperando el filete sangrante que me llenará la barriga. Justo en ese momento entran los dos participantes de la pelea que los mandó a la enfermería a ambos, labios rotos y ojos morados un pequeño precio para pagar, por un poco de respeto que parece el esclavo ha ganado. Da igual que ganara o perdiera, ha demostrado valor que es lo importante. Ahora es un problema, o como mínimo un enfrentamiento de opiniones. ¿Encajará en la manada?

Me giro hacia el Simba y le comento la situación, mientras con un palillo me quito alguna espina que se me ha quedado trabada entre los dientes.

-El Jehammedano me interesa, te propongo lo siguiente, que yo sepa está aquí por una deuda de vida que contrajo con el anterior jefe de expedición. Por lo tanto ahora es mi responsabilidad por honor- mira cómo se sienta donde el Chaga  y también ve cómo reacciona el resto de azotadores- quiero apoyar al Chaga, dándole un premio al esclavo, lo nombraré mi guardaespaldas personal, eso aflojará la presión en la manada y tendrá un lugar jerárquico donde encajar. Si Enge confió en él yo también lo haré.- traen el segundo plato y le doy un par de vueltas al plato hasta que está en la posición correcta- ¿te parece bien?

Le mira fijamente antes de empezar a comer. Podría hacerlo sin su permiso, pero no tendría sentido saltárselo sin un buen motivo. Todo lo contrario, quiere tender puentes con la rama militar. Puede que él vea algún problema que Pantera Negra no haya caído en él.

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11/04/2017, 03:16
Faust Mengell

Agradecí con un gesto de cabeza al camarero y en soledad me quité la máscara y lavé las manos para comenzar a comer los alimentos, mientras lo hacía contemplaba el mar, si pudiese conseguir más medusas como la de hoy podría llegar a lograr un descubrimiento muy provechoso para todos.

Tras terminar la cena me acerqué a ver como estaba aquel africano al que le había puesto suero.

-Estas bien?- pregunté, aunque quizás aún estuviera muy débil para responder, los otros dos fueron atendidos por la mujer misteriosa por lo que de alguna forma que desconocía debían de estar recuperados de su heridas.

Sin esperar demasiado una respuesta me puse a preparar todas las cosas para el desembarco de mañana, no solo el armamento si no medicinas y drogas de apoyo.

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11/04/2017, 11:53
Abatwa

En la cena, a Abatwa la habían otorgado una posición de honor. Estaba sentada a la misma mesa que las principales personalidades del barco: El Simba, El capitán, los Neolybios y su compañero Ajani. Podía deducir que Aten hubiera sido acogido en la misma mesa si no fuese por el estado de salud en el que actualmente se encontraba.

La conversación que fluía a su alrededor era simple cortesía, los comensales no parecían tener ningún asunto importante sobre el que intercambiar opiniones. Si bien ella, por deferencia, prestaba atención a la conversación, no intervenía en ella directamente y se dedicaba a degustar su plato a base de pescado.

Teniendo en cuenta su conversación anterior con el intendente, era muy probable que acostumbrarsen a alimentarse principalmente de pescado durante la expedición. Era mejor disfrutar de su menu antes de aborrecerlo por repetición.

Poco después de haber comenzado la cena, y haciendo honor a su fama, dió comienzo un incidente en la mesa de los azotadores. Al parecer, algunos de ellos, la mayoría, estaban en desacuerdo con el Chaga y su actitud durante la pelea que había sucedido durante la mañana. El desacuerdo derivó en una falta de respeto que el poderoso guerrero castigó rapidamente con una portentosa demostración de fuerza. Incluso Abatwa no pudo por menos que admirar el poderío del Azotador. El sujeto más crítico terminó en el suelo vapuleado y degradado de su rango, una lección que sirvió para que el resto de agitadores permaneciesen más calmados, si bien no paraban de intercambiar miradas y susurros de disgusto.

La mujer de ébano siguió pensando que todo ello se podría haber evitado si el Jehammedano hubiera hecho uso de la sensatez, en lugar de dejarse llevar por el ego.

Mientras estos pensamientos rondaban su mente, la puerta del comedor se abrió dando paso a los dos guerreros cuya disputa había dado lugar a tanta crispación. El Chaga comenzó a aplaudir e invitó a ambos a sentarse a su mesa, dando una muestra clara de autoridad una vez más, provocando nuevas muecas de disgusto entre los azotadores más jóvenes.

Junto a la Encantadora, el gesto del Simba le mostraba complacido por el curso de los acontecimientos de la noche. Mientras los ánimos volvían a su cauce, la conversación en la mesa fue reanudada por uno de los Neolybios: Pantera Negra.

El ostentoso mercader indicaba al Simba su interés en el Jehammedano:

<<"El Jehammedano me interesa, te propongo lo siguiente, que yo sepa está aquí por una deuda de vida que contrajo con el anterior jefe de expedición. Por lo tanto ahora es mi responsabilidad por honor. Quiero apoyar al Chaga, dándole un premio al esclavo, lo nombraré mi guardaespaldas personal, eso aflojará la presión en la manada y tendrá un lugar jerárquico donde encajar. Si Enge confió en él yo también lo haré. ¿te parece bien?">>

La conversación había dado un giro inesperado hacia un tema que interesaba en primera persona a la Anubiana y de este modo la llevó a participar en la conversación:

- Hermano Pantera, con el debido respeto, he de decir, que mi atención ya estaba puesta en el Jehammedano. Creo que hay algo... en ese hombre.-dice desviando la mirada hacia el siervo del carnero- Tenía la intención de incluirlo junto con Jammal, uno de los azotadores, en un ritual que debe llevarse a cabo una vez hayamos desembarcado. Ritual que creo que además podría ser útil en la templanza de los exaltados ánimos que nos rodean desde la mañana. De hecho había acordado con él que me acompañase desde ese momento contando con que me acompañase si durante el ritual no había ningún indicio en contra.- Abatwa deja escapar una pequeña sonrisa- Si de los presentes hay alguien que necesitaría un apoyo físico extra, creo que hay pocas dudas. - dice mientras pasea la mirada por los ocupantes de la mesa. Después añade con un ligero encogimiento de sus menudos hombros- Por su puesto, la decisión es suya hermano y me pliego ante ella.- Termina la Anubiana con una inclinación de respeto para posteriormente continuar con su cena.

 

 

 

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11/04/2017, 23:14
Hakan Ismael

A pesar del hambre que se aferra a mis tripas, ingiero mis alimentos sin mostrar especial entusiasmo. Después de tantos días en el mar, toda la comida me sabe a agua y sal, desmenuzándose en mi boca con esa textura insulsa y ligeramente viscosa. Sin embargo, debo nutrirme para tener fuerzas mañana, y más después del incidente de hoy. De lo contrario, podría fracasar en mi cometido antes siquiera de comenzar.

Mis pensamientos empiezan a vagar. Me pregunto qué es lo que nos espera en Franka. Ya he pisado antes sus cenagosas tierras, aunque tuve poco contacto con su gente durante mi viaje. De los escasos y a menudo inconexos rumores que escuché y logré entender, extraje que sienten gran temor hacia los feromantes, seres a los que atribuyen facultades casi divinas. Por lo que oí en su día, pueden controlar a su antojo las emociones de las masas, convirtiendo a las personas en simples esclavos sin mente. Pueden desintegrar por completo tu voluntad; hacerte amar, odiar o enloquecer según su demencial e incomprensible capricho. Yo nunca he tenido la buena o mala fortuna de encontrarme con ningún feromante, o ya puestos con ninguna otra clase de psiconauta, y aunque quiero creer que los relatos que circulan sobre ellos están teñidos por la fábula y el mito, una parte de mí se agita de miedo al pensar en la posibilidad de que todo sea cierto.

En ese momento, algo me saca de mi ensimismamiento. Siento una mirada sobre mí, con la misma claridad con la que al despertar, antes siquiera de abrir los ojos, sé que es de día. No tardo mucho en descubrir a la Mujer Misteriosa, mirando en mi dirección con sus ojos oscuros y hechiceros. Me está mirando, al tiempo que habla con uno de los neolibios, un hombre corpulento y de una vestimenta tan llamativa que sería imposible no verlo aunque fuese de noche.

Están hablando de mí.

Me seco la boca con la palma de la mano mientras le sostengo la mirada a la mujer, haciéndole saber que me he dado cuenta de que soy blanco de su atención. ¿Qué se propone? En todo caso, no creo que tarde en saberlo…

Notas de juego

Al final he ignorado lo del pescado por poco práctico. Lo dejamos en el terreno de la ambigüedad :/.

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11/04/2017, 23:20
Pantera Negra

¿Que postura oficial tengo respecto a Abatwa? ¿Es la única bruja/hechicera de la tripulación? ¿Hasta que punto son respetados sus deseos por los Neolibios? ¿Lo que dice va a misa o son cuentos de viejas?

Apunte: No tengo ningún punto en FE.

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20/04/2017, 00:44

El Simba observa en silencio tanto a la Anubiana como al ambicioso Neolibio y suspira con satisfacción: Una comida excelente, por los Ancestros!.

Acto seguido rellena su copa de vino de túnez y tras beber un sorbo contesta a ambas peticiones. -Mis queridos compañeros, el Chaga sólo mantiene al esclavo para provocar peleas como ésta. De hecho, nombraría al esclavo Hondo sólo para localizar a los orgullosos que desean desafiarlo... por otra parte, no hay duda de que lucha bien y si no fuese un cuervo, habría podido llegar a ser un talentoso guerrero. Con ésto no estoy diciendo que me importe algo su destino. Ancestros, no! Para nada. Y por mí, pueden pegarle un tiro o tirarlo del barco y no moveré un sólo dedo para deteneros. Ahora bien... tenéis un conflicto de intereses y... Ancestros! Acaso ambas cosas son mutuamente excluyentes? Yo no veo por ninguna parte el conflicto. - finaliza acabando de un trago su rebosante copa y sirviéndose un poco más.

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22/04/2017, 16:05
Pantera Negra

Pantera esperaba la respuesta positiva del Simba pero lo que no esperaba es que la bruja tuviera sus propios planes. No es que estuviera en desacuerdo con ellos, sólo que no había sido informado de ello. ¿qué clase de ritual y para qué? esperaba que se lo dijera cuando llegara el momento, particularmente él no creía mucho en esas mierdas, pero había gente que sí. Supongo que mal no hará, a menos que eso atara de alguna manera a diestros guerreros bajo su sombra.

El Neolibio mira un momento fijamente a Abatwa, sopesando mandarla a la mierda o dejarle ese capricho. Mientras golpea la mesa con los dedos, se le ocurre una tercera opción. Sí, eso valdrá.

-Mi decisión es que puedes seguir con lo que tenías planeado, soy un gran amante de las cosas ordenadas- miro al cuervo- también entiendo que si surge peligro o amenazas, su cometido sea guardar tu vida con la suya- le concedo su deseo con un pero- el resto del tiempo lo quiero conmigo para que me atienda en mi día a día y poder cumplir con mi honor- ahora se gira hacia la chaman para hablar directamente a sus ojos- sinceramente, no creo en las supersticiones, quiero que lo tengas claro, te respeto y si te permito ese crapicho es para que me debas una.

Pantera Negra era bastante sincero, tenía una forma de negociar peculiar, de todas maneras, ahora tenía una figura de poder y lo sabía. No tenía por qué estar con medias tintas y menos con gente de su expedición, de hecho esta versión es la más pacífica y conciliadora del Neolibio.

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26/04/2017, 02:47
Sakar

Tomo la comida mientras miro a mis compañeros, hay miradas tranquilas, y otras ofuscadas, algunos como que no entienden nada de lo ocurrido, y sigo sin ver a mi compañero de caza Molien, uno de los mas diestros en combate, así que inclinándome hacia atrás pregunto a uno de mis compañeros:- Donde esta Molien?, a lo que me cuentan lo sucedido.
Asiento con la cabeza y vuelvo a centrarme en mi mesa mientras miro al Chaga y al mirarme inclino la cabeza en señal de respeto y ratificación de lo ocurrido, la indisciplina no se puede tolerar en una jerarquizar de caza. y dar honor a un Cuervo aunque no lo entendía, seguro que el Chaga sabia exactamente porque lo hacia y que seria bueno para su partida de Caza, sino de seguro lo habría destripado sin miramientos como la paliza que había dado a uno de sus mejores guerreros en segundos.

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26/04/2017, 17:51

El viejo Amhed, el más maduro de todos los Azotadores de la manada meneó la cabeza mientras acometía con no poca voracidad su sengundo plato de guiso lleno hasta rebosar.

-Qué querer que os diga, creo que el Chaga está jugando con nosotros para tener una excusa para dar un buena paliza. Creo (Masticación excesiva) que si pudiera nombrar al esclavo Simba, lo haría sólo para tener la oportunidad de partir unos cuantos cráneos... Ay! y la batalla se acerca! a ver si así mejora su humor!.
 

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26/04/2017, 19:57
Sakar

Sonrió Amhed, y pienso, si, hace mucho que no combate, y necesita entrenarse como todos, ademas el viaje en barco le ha estresado mas de lo habitual, esperemos que se desquite con los combates que nos esperan.

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26/04/2017, 21:13
Hakan Ismael

Mientras trago en silencio la comida que ha sido puesta frente a mí, no puedo evitar prestar atención a las diversas charlas que se suceden a mi alrededor. Retazos de conversaciones llegan a mí, y yo los recojo del aire, extrayendo información incompleta a pedazos. No me cuesta llegar a la conclusión de que la decisión de Chaga les ha sentado mal a muchos de los aquí reunidos. Parlotean como rameras plañideras a las puertas de sus burdeles, vendiendo nada más que su amarga y patética envidia. Esos cerdos grasientos, a muchos de los cuales podría destripar fácilmente en menos de dos segundos, no soportan la idea de que un extranjero haya demostrado más valía como guerrero en un único combate que ellos en toda su miserable vida. Están demasiado acomodados, acostumbrados a que la dignidad les sea regalada desde el momento en que nacen; tal es su delirio que creen pertenecer a un pueblo bendecido. Superior. Yo mejor que nadie sé que el respeto y el honor son cosas por las que hay que luchar constantemente, cosas por las que merece la pena incluso morir. Pero, ¿qué saben los pobres pescadores, ignorantes por mera obstinación? Por eso, no me humillaré ante ninguno de estos hombres de negras pieles perfumadas y vestiduras de seda colorida. Solo lo haré bajo la justa mirada de Dios. Esto ha sido solo el principio; un día, este «esclavo» demostrará ser mejor que el mejor de ellos. Más les valdrá entonces mostrarme el debido respeto.

Entretanto, callaré.

Me sorprende la enferma idea que parece existir de que Chaga solo me ha honrado para provocar discordia, o la ligereza con la que algunos hablan de mí. Podrían tener la decencia de hacerlo mientras yo no estuviera presente, pero seguramente sean tan cortos de entendederas que ni siquiera se den cuenta de que puedo comprender sus palabras. Pero, ¿por qué debería importarme lo que estos seres mezquinos, podridos, piensen de mí? Giro la cabeza, y mis ojos se encuentran por un momento con los del azotador con el que me he enfrentado hace unas horas en la cubierta. Si hay una opinión que deba importarme, es la suya. Pero ya sé bien cuál es. Ha encontrado en mí la horma de su zapato, y si tiene un mínimo de sensatez, me respetará. Aunque no quiera admitirlo.

Con un bufido, apoyo ambas manos sobre la mesa y me levanto. Estoy harto, tanto como puedo estarlo, en más de un sentido. El veneno es contagioso, imagino, por lo que no me hace ningún bien permanecer aquí durante más tiempo del que sea necesario. Tras despedirme discretamente de Chaga con un leve cabeceo respetuoso, me dispongo a abandonar el comedor y relajarme en cubierta, bajo el cielo nocturno. Todas estas voces estridentes golpean mis tímpanos como martillos; no puedo pensar, no puedo oír la voz de Jehammed, y siento cómo mi sangre se enciende e inunda mi cabeza, ahogándome.

Necesito estar solo.

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05/05/2017, 21:12
Abatwa

A pesar de que no lo dejase traslucir su rostro, a Abatwa no le había gustado la respuesta del mercader. Sin embargo, estaba acostumbrada a las infulas de los Neolybios por más que este en concreto fuese especialmente insufrible.

-Hermano Pantera -dice la anubiana con su inamovible rictus- creo que nos estamos malentendiendo; no estaba pidiendo permiso sino exponiendo la situación y ofreciendo la posibilidad de renunciar a mis intenciones como muestra de buena voluntad. Al parecer hemos sido víctimas de la semántica, como ocurre cuando se refieren al cuervo como "esclavo" pero en realidad, no lo es. El Jehammedano es un hombre libre, fue seleccionado por algún motivo por Engé y dado que Engé ha desaparecido, está en manos del Jehammedano decidir lo que desea hacer dentro de los parámetros que se establecieron para la misión cuando salimos. Si desea acompañarme lo hará y no deberé favor alguno. Y si no desea acompañarme, sabré apañarmelas.

Una vez dicho esto, la Anubiana se levanta y abandona su sitio dirigiendose a la salida. Tenía que prepararse para wl ritual...

Notas de juego

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06/05/2017, 09:17
Pantera Negra

Pantera Negra observa como Abtawa se marcha y le sigue con la mirada hasta que abandona la sala. Todo ese respeto que me prodigaba hace un momento se ha esfumado como el humo. Su frase "Por su puesto, la decisión es suya hermano y me pliego ante ella" resulta ser un malentendido de semántica. Ya veo.

En una cosa tienes razón anubiana, Engé ya no está.

Corto la carne lentamente, disfrutando como se abre y sonrío.

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07/05/2017, 03:25

SIMBA.

Con no poco deleite observo la escena que se ha desenvuelto ante mí. El Neolibio me gusta pero desconfío de él, porque se que usará a mi manada y luego la tirará del barco para llegar antes a África. Debo tenerlo bien vigilado pero, por lo demás, el mundo no morirá hoy así que puedo seguir hablando con éste caimán sin peligro.

Me sirvo un poco más de vino y comento al capitán:

-He visto que se acerca una tormenta, podremos desembarcar antes de que nos alcance?- El capitán no responde, ausente. -Capitán? Se encuentra bien?- pregunto con fingida preocupación.

-Eh, si, si, claro. No hay ningún problema, llegaremos a tiempo.-

Parece que es imposible con ese viejo. Probemos con el caimán.

-Dime Pantera. Tienes nombre real o siempre has llevado ese seudónimo? Yo soy Ateb Sheikh, llámame como te plazca pero ese es mi nombre. No te parece extraordinario que el jeque haya podido traer toda ésta carne bien conservada en un armario?-

No es que me interese lo más mínimo la respuesta pero la primera regla del juego es simple: conoce al adversario.

Y éste juego se me da muy bien.

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07/05/2017, 03:43

El segundo plato dio paso a la esperada ración de fruta que aportaba el deseado dulce a la por norma salada comida y acabado éste último, varias barajas Hibrispanas y juego populares africanos se pusieron en práctica durante un tiempo, animando la participación con pequeñas apuestas en juego como el Mun, la Nisca, el Hute o el archiconocido y favorito dominó. Los azotadores, en su mayoría, se retiraron en silencio, confusos y frustados, escoltados por la amplia sonrisa del Chaga que todavía aparecía en sus mentes.

El propio guerrero permanecía en la mesa, hundido en sus pensamientos y cavilaciones, observando de vez en cuando el panorama y alternando especialmente entre el cuervo vencedor y el azotador también vencedor. Meditaba sobre prejuicios espirituales absurdos y la valía de la fuerza y la autenticidad como una vara de medir aplicada al guerrero. Así funcionaba para él, como funcionaba con el Simba Ateb y como funcionaba en muy pocos guerreros de su manada. Un punto flaco que a su juicio debería ser extirpado de raíz para fortalecer a la manada.

En una esquina del comedor forrado de madera, sentados y con los pies en un par de sillas, los dos Hellvéticos renegados, Roland y Cuthbert, observaban el silencio a los complacientes e indisciplinados marineros y al "selecto mando" que cenaba con las mejores viandas, que en opinión de la austera mentalidad de Roland era un auténtico despilfarro penable con años de confinamiento. Con un suspiro, se incorporó en la silla, flexionando sus abultados músculos.

-Que dices, crees que todos éstos chocolates tendrán algo que hacer con sus lanzas? Ya he combatido contra ellos y no me parecen gran cosa. (Porque su puesto era francotirador en la retaguardia y no olió una lanza a más de 500 metros)- preguntó a su compañero.

... (Respuesta de Roland)

-Ya sé que nos pagan y todo eso pero si matan a la mayoría o nos topamos con algún jodido feromante. Yo cuidaré mi culo y el tuyo y con gusto dejaré que les den por el suyo. A lo mejor así aprenden a ser personas.-

tras ésto se acercó a la mesa de los Azotadores y tomó una de las naranjas sin empezar. Evitó la mirada de sus ocupantes y se dirigió hacia la mesa tras lanzar una negativa a uno de los marineros que quiso convencerlo para entrar en el juego. Un largo rato pasó hasta que los encargados de la cocina comenzaron a recoger y los marineros, perezosos, se dirigieron a sus catres o a sus puestos. El capitán, con aire ausente, se había retirado con los Azotadores y ahora enarbolaba el timón con una mano y aferraba un retrato de su mujer con la otra mientras meditaba que hacer. Su honor le impelía a guardar lo que el difunto Engé le había confiado pero su corazón le exigía regresar con su esposa y sus hijos sano y salvo. Tan sumido se hallaba en sus pensamientos que su primero de a bordo tuvo que avisarle de que se estaban desviando del rumbo aconsejado.

El primero de a bordo Muamar, lo observó preocupado. Ya lo había visto ausente durante la cena pero ésto... ésto no tenía que ver con una tormenta, como había creído en un principio. Y como ayudante del capitán y amigo, se sentía obligado a averiguarlo. Pero el capitán permaneció hermético y esquivó sus preguntas. No quería meter al joven en el camino o la vista de aquel loco con el que él se había topado.

Así que cuando el joven insistió, alegó una indigestión y se ausentó del puente con una decisión tomada. Debían ser las tres de la madrugada cuando llamó al camarote del loco, que todavía desprendía un fuerte olor a sangre. Cuando entró, el loco estaba recostado en el sillón en el que horas antes había producido el asesinato y observaba al capitán como un depredador observa a una presa demasiado vieja. Sopesando si jugar un poco más con ella o abalanzarse y conseguir un bocado rápido aunque correoso.

El saludo del capitán sonó débil, quejumbroso y patético, así como las palabras que pronunciaría en aquel camarote.

-Perdone que le moleste señor, pero he estado.... meditando su propuesta. Me ha dejado las cosas... claras y he tomado una decisión.-extrajo un pequeño envoltorio que le tendió al Neolibio-el difunto jefe Engé me entregó antes de su muerte estos puros que según dijo son los mejores que el dinero puede comprar. Lle-llevan quemazón (Droga dura) aunque poca pero ignoro de que clase. Según me dijo, los guardaba para momento muy especiales.- se detuvo examinando el rostro imperturbable del Neolibio-ésto es una muestra de solemne respeto y una declaración de intenciones: Pase lo que pase, estoy en su bando.-finalizó antes de retirarse sin esperar respuesta. Había estado a punto de entregarle el gran secreto de Engé pero en el último momento había cambiado de idea y sólo le había dado los puros. Ahora ni su honor ni su corazón estaban satisfechos y el atormentado capitán se retiró a su camarote más atormentado que nunca.

En el interior de su camarote, Roland observaba la larga noche, tratando de vislumbrar tierra mientras Curthbert extraía de una bolsa de plástico hermética un pequeño objeto pardo similar a una vejiga curada de cabra desinflada y tras sopesarla con los dedos, debatiéndose entre el riesgo y el chute, colocó la boca dentro de los múltiples agujeros y aspiró profundamente.

Las esporas del hongo penetraron en su cuerpo hasta los pulmones y pasaron al torrente sanguineo hasta el cerebro, empozoñando unas pocas neuronas con un tinte pardo grisáceo que hizo explotar el mundo de Cuthbert:

El tiempo se detuvo por completo y se vio a sí mismo, extenuado y vencido por los años en otra época, en otro lugar. Roland no estaba pero sí una mujer de rostro amable y un niño pequeño que lo llamaba papá. Entonces, fractales de todo tipo estallaron a su alrededor como fuegos artificiales, borrando la escena y elevándolo a la realidad, donde aterrizó destruyendo el barco y descendiendo junto a los leviatanes que moraban en las negras aguas que nunca habían sido rotas por la luz. En aquel lugar encontró la paz y emergió al mundo con una sensación de amor y felicidad que nunca había sentido o podido concebir, escalofríos orgásmicos recorrían cada milimetro de su cuerpo y sentía que la amistad que le unía a Roland era pura y sincera. Incluso los simios con los que compartía el navío eran risueños y amigables, seres inferiores incomprendidos, aunque seres inferiores. Recordó a la negra sacerdotisa que llamaban Anubisana y una fuerte erección sobresalió de sus pantalones. Quería coger a esa zorra y enseñarle que era un hombre de verdad, blanco, puro, miembro de la raza caucásica y aunque no era culpa suya ser negroide, no se podía cambiar igual que el águila no podía sentir lástima del gusano que se arrastra por el fango. Decidido a fecundarla para salvarla, se irguió de un salto, se quitó los pantalones y Roland tuvo que tumbarlo de un puñetazo para evitar que saliera desnudo al pasillo en busca de aquella hembra negra.

En la enfermería, Faust se revolvió incómodo en su sueño cuando el Molusco de su desplegador comenzó a agitarse con suavidad. De haber estado despierto, habría despertado a todo el mundo y peinado el barco para descubrir el origen de la plaga. Por suerte para Curthbert, el Spitaliano se limitó a darse la vuelta y continuar con su merecido pero inoportuno descanso. Aten, sin embargo, sí que vería como aquel repugnante ser se agitaba casi imperceptiblemente dentro del viscoso fluido.

Abatwa y Ajani se acostaron en su camarote compartido y observaron con cierta tristeza y resignación, el camastro vacío que tendría que ocupar Aten. Esperaba una pronta recuperación o tendrían severos problemas con la escasez del aceite Marduk si aquellos engendros llamados feromantes andaban cerca. Sakar y Hakan, se retiraron junto con el Simba y avanzaron con calma en silencio hasta la zona común en la que dormían Azotadores y tripulación. El Chaga se despidió de ellos y los dos guerreros se separaron en silencio hasta perderse en la oscuridad.

Pero el tiempo no entiende de tribulaciones y la llovizna que hasta ahora había caído suave aumentó acompañada de un viento cálido que no agradó a los marineros. En el horizonte se congregaban nubes invisibles en la noche pero los marineros sabían que estaban allí, era puro instinto. Y en tierra, cosas peores que la tormenta aguardaban acechantes, con los brazos abiertos, agradeciendo la llegada de nuevos obreros para el Enjambre.

Nadie vió nunca la pequeña avispa que se posó en cubierta poco antes del anochecer.

 

FIN DEL PRÓLOGO.

Notas de juego

Postead rellenando los huecos que queráis. Pero sólo un posteo. Usadlo bien!.

Espero que os guste. Salvando los problemas, a mi por ahora me ha encantado.

Lo que inhaló el Hellvético es un esporocarpio que contiene sepsis. En otras palabras, es Quemazón.

Buenas Noches.

PD: Madremía que umbría está en mantenimiento. Casi me da un patatús! Menos mal que lo he copiado.

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08/05/2017, 05:25
Hakan Ismael

Abandono el comedor de este cascarón sintiendo la mente embotada. El frescor de la noche es un bálsamo para mi cuerpo entumecido, y la soledad en la que la cubierta se halla en estos momentos, un verdadero obsequio. En cuanto la puerta se cierra detrás de mí, inspiro profundamente el aire cargado de salitre y tan denso que casi podría masticarse. Una fina llovizna, tan delicada que casi me hace pensar que podría tratarse de la propia humedad del aire, refresca mi piel. Es reconfortante. Lentamente, como entreteniéndome en cada paso antes de dar el siguiente, camino por los tablones de madera, mis desgastadas sandalias haciéndolos crujir cada vez que mi peso se apoya en ellos. Finalmente, me derrumbo sobre la barandilla. Mis ojos observan las oscuras aguas que lamen el casco de la nave, casi acariciándolo, dándole la bienvenida a la nueva orilla que tanto le ha costado alcanzar. Más allá, un reflejo blancuzco me hace levantar la vista. Allí, escondida tímidamente entre las nubes, puede vislumbrarse la tenue luz de la luna que contornea las formas de su lecho celestial. El suave y maternal fulgor plateado me convierte en una sombra pálida y eterna. Siento una levísima, casi imperceptible punzada de dolor dentro de mí, y me pregunto si acaso todo podría ser más bello, más sencillo, si las cosas podrían ser distintas.

Por primera vez en mucho tiempo, me permito soñar, y sueño que tengo algún control sobre mi propio destino. Y en la faz de la luna contemplo el hermoso rostro de Dios, y me está sonriendo. Yo también sonrío, sintiendo cómo ese insidioso dolor asciende desde mi pecho por mi garganta hasta instalarse justo detrás de mi nariz. Mi vista se nubla con agua y sal. Cierro los ojos para aliviar el ardor, y las imágenes de sangre y muerte vuelven a aparecer sobre el telón negro de mis párpados cerrados. No. No controlo mi destino, sino que estoy huyendo de él, y ese es el motivo por el cual ahora estoy aquí; un ser miserable rodeado de seres miserables. Debo tener eso siempre presente si quiero recordar el camino de vuelta el día que por fin me atreva a emprenderlo.

La puerta del comedor se abre a varios metros detrás de mí, y vuelvo la cabeza para ver una figura escabulléndose silenciosamente. Al parecer, la Mujer Misteriosa también ha decidido que ha tenido suficiente de ese demencial alboroto. La observo callado mientras se retira, sutil y fugaz como un fantasma bajo la perlada luz de la luna, y una vez más se apodera de mí esa sensación extraña en el estómago, ese hormigueo en los labios. Ella parece diferente de los demás. En su silencio, en su austeridad casi fúnebre, hay una sabiduría paciente. Sus ojos parecen verlo todo, incluso lo que normalmente no se ve, y me sorprendo a mí mismo preguntándome si será capaz de ver dentro de mí. Mis propios pensamientos me asustan. Debo tener cuidado con esa mujer, y conmigo mismo, con las cosas que pueda hacerme sentir. Y a pesar de todo, me siento compelido a seguirla, a andar furtivamente tras ella solo para poder verla unos segundos más…

Afortunadamente, otras dos personas salen a la noche en ese instante, impidiéndome llevar a término mi estúpido y peligroso plan. Son Simba y el hombre al que he derrotado antes y que me ha derrotado a mí, cuyo nombre aún no conozco. Su marcha me anuncia que mi solitario respiro se ha acabado, y que debo acudir junto a ellos al dormitorio comunal. Esta tarde he pasado tanto tiempo inconsciente que no sé si ahora seré capaz de dormir… y tal vez sea lo mejor, dado que estaré rodeado de azotadores que me odian casi tanto como yo a ellos. En cualquier caso, no pienso despegarme de mi arma hasta que nos anuncien que es la hora de desembarcar.

Otro día termina, y sigo vivo.

Notas de juego

Por mi parte he acabado. Buenas noches a todos, ¡nos vemos mañana en Franka, si Jehammed así lo desea! :D

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09/05/2017, 02:06
Sakar

Sakar recibió un golpe de frio y llovizna nada mas salir del comedor, iba con el Chaga, al cual procesaba casi un religioso respeto, vio a su contrincante en la barandilla, pero siguió andado con el Chaga hasta que estuvo un poco lejos de el.
Cuando vio seguro que estaba a solas le dijo en voz baja:- Mi Chaga, mi contrincante es buen combatiente, estoy seguro que gracias a la posición que le ha otorgado podrá demostrarlo allí donde vamos, pero según he podido comprobar, la mayoría de los DUFU, así como los HONDO y algunos DAMU parecen no entender esa decisión y aunque no tiene porque, creo que seria bueno para la manada que lo explicara, mejor en privado. Pero suyo es el mando y se que hace siempre lo mejor para la manada.
Una vez dicho esto dejo que el Chaga siguiera hacia adelante con esa formación que seguro que sabia y el se separo de el disculpándose.

Se dio media vuelta y empezó a caminar rápido hacia su objetivo, un objetivo peligroso de enemigo seguramente. al llegar a cubierta vio que EL antiguo esclavo empezaba a andar y le intercepto diciendo:- Creo que no te he dicho mi nombre, es Sakar, Hondo de los Azotadores y me gustaría saber con quien he tenido el honor de combatir hoy. me conteste o no seguiré diciendo:- ya que eres un hábil guerrero y el Chaga no da ese tipo de honores a personas que no demuestran algo y tu lo has echo.
- Y he de decirte una cosa mas, el Chaga te apoya, yo te respeto, algunos azotadores te soportan, pero la mayoría te detestan pues has recibido un honor que ellos no han logrado, Ten cuidado y no levantes mucho la cabeza, porque aunque el Chaga te proteja, muchos desean tu muerte, se listo como demostraste en el combate y permanece humilde, obedece a los superiores y demuestra tus habilidades y poco a poco obtendrás su respeto como has obtenido el mio.

Dicho lo cual me doy media vuelta y me voy a dormir, mañana sera un día duro y el Chaga nos hará sudar, haya combates o no.