Partida Rol por web

Mirumoto-san, tal vez deberías ir tu con los escorpiones, al fin y al cabo tu has estado a solas con el Soshuro antes y, creo eres con el que, de los tres, tiene una relación más "relajada" con él.

Y se acercó un poco más a Shiro para decirle: Procura mantener un poco más las distancias.

No le había gustado nada el exceso de confianza que se había tomado al llamarla por su nombre de pila. No le caía mal, pero tampoco se conocían como para mostrar esa familiaridad. Además, le había hecho sentir muy incomoda escuchar su nombre de la boca del joven samurai. Quiso suponer que habría sido un despiste que Shiro no repetiría. 

Ahora prefería no enfadarse por eso y seguir tras su objetivo, mas no por ello podía dejar pasar la falta de su compañero sin decirle nada.

 *pero si era tan normal la tuberculosis entre los habitantes del distrito ¿porque me la señala como si fuera algo extraordinario? La pregunta me rondó la cabeza pero la deseché, ya tendría tiempo para pensarlo y divagar al respecto -¿Y Iesada-Sama? ¿en algún momento presentó síntomas? ¿o su hija? ¿o Eiko?-

-No, ninguno de ellos. Lo cual es llamativo, dado que estaban tan expuestos a los enfermos o más... pero Agasha-sama era habil en lo suyo, tal vez sabia como cuidarse y a sus seres cercanos. De todas maneras, es una gran perdida para nuestra comunidad.

Dejo la tarea por imposible, al fin y al cabo sería necesario cuánto tiempo llevaba encendida antes de que descubrieran el cuerpo y por lo tanto resultaría imposible determinar nada por ella, sin mencionar el hecho de que era algo frustrante esperar viendo cómo se consumía.

- Tengo unas cartas del bahúl. Luego las examinaré en busca de esa respuesta.

Le confieso sin muchas más opciones.

- Pero podría ser tanto la asesina como otra víctima.

Viendo que no podía sacar mucho más de mi compañero me di por vencida. -Muy bien. Voy a hablar con los dragón. Me llevo los textos en clave.- Dije antes de abandonar la sala y volver con los otros.

Volví a la habitación donde se encontraban los dragón y me acerqué a la shugenja. -Kitsuki-san. Mi compañero encontró estos pergaminos en la habitación del Agasha.- Dije entregandole los textos. -Están en clave, asique espero que usted pueda descifrarlos.- No tenía idea si la samurai me diría lo que decía el pergamino, ya sabía como son los dragón en cuanto a secretos, pero si no me lo decía a mi, se tendría que ver con Sichi más tarde. Esperaba, por el bien de la investigación, que estubiera dispuesta a revelar la información que acababa de entregarle.

  Escucho la respuesta con algo de sorpresa, tanto tiempo viviendo en el distrito, y no solo el alquimista y su hija, sino que ni siquiera Eiko había enfermado de tuberculosis *¿inmunidad? no, Eiko debería de haberse afectado ¿antídoto? de haberlo desarrollado Iesada lo hubiese compartido con alguno de sus pacientes Un ambiente minuciosamente controlado era lo único que se ocurría, pero ¿que tanto? -¿sabe si alguno de ellos padece o padeció alguna otra enfermedad?-

-Desde luego... aqui nadie esta a salvo. Pero nada tan llamativo o poderoso, ni que fuera comun a todos. 

Fuma un poco de su pipa.

-¿Puedo preguntarle, sama, si Agasha-sama sufrio?

Asintió con la cabeza a lo dicho por ambas mujeres... Se disponía a salir cuando ambos escorpiones alcanzaron el lugar, entregando a la shugenja un pergamino. Escuchó las palabras de la cortesana y no dijo nada, quedando ahora relegado a una esquina de la habitación, donde apoyó su espalda, mientras miraba hacia delante. 

Respiró profundamente, esperando el próximo movimiento. Imaginaba que les diría la verdad, otra cosa es que se la dijera toda. Hay secretos que es mejor que se queden en las manos correctas.

- Necesitamos saber que investigaba - señalo aunque fuera una obviedad, pero dejando claro que no necesitaba nada más aparte de eso - Hay más pergaminos en código por toda la casa, así como su wakizashi, por lo que podréis devolvérselo a su familia.

Por mis palabras daba la impresión que no me importaba nada de todo ello salvo que dejara entreveer algo sobre los motivos por los que hubiera muerto el shugenja o alguna pista sobre quién podría haberlo hecho.

- Además, compartía tejado con otra samurai. Si me hace el favor.

Añado invitándo a la Kitsuki a acompañarme a la habitación de la susodicha. Quizás ella reconociera la imagen del retrato.

La pequeña Mirumoto esperó la reacción de la shugenja, pero obviamente no pensaba dejarla sola con el Shosuro. Comprendía que ser su sombra pudiera llegar a molestar a la Kitsuki, e incluso podría retrasar la investigación al cubrir menos terreno, pero no podía permitirse el lujo arriesgar la seguridad de la muchacha. Desconfiaba sobremanera del escorpión.

Se colocó una vez más tras Aiko para seguirla cuando saliera tras Sichi, pues estaba segura de que no saldrían aún de la casa, hasta que la joven no hubiera podido examinar ella misma cada habitación.

El regreso de los dos escorpión hizo que me girase, ya tendría tiempo para hablar con Shiro y Kasumi. Adopté una postura relajada, con las manos en las mangas del kimono. Luego estudié los libros y pergaminos que me indicaban. Era más que evidente que descifrar el código y examinar aquel trabajo llevaría días. Volví a mirar a la Bayushi. 

- Sois muy amable devolviendo estos manuscritos. Me temo que desconozco si me corresponde a mi examinarlos, deberé consultar en la embajada. ¿Existe algún motivo para creer que su contenido afecte a la investigación? - pregunté con calma. Habría añadido algo más, pero el Shosuro intervino. 

Di un paso hacia él, aproximándome. Sabía que tanto Shiro como Kasumi me acompañarían y se asegurarían de que no me pasase nada. Esbocé una ligera sonrisa en dirección a la Bayushi, concediéndole un cumplido. 

- Veo que la decisión de detener a la sirvienta para posteriores interrogatorios ya se ha demostrado acertada - luego volví a mirar a Shosuro Sichi - Os agradezco vuestra amabilidad con el wakizashi. Naturalmente os acompañaré a ver la habitación. Y después, como sugeristeis en el laboratorio, hablaré con los kami. - dije con voz suave, pues recordaba que tras ver aquellas pistas había terminado por olvidar su resquemor inicial. 

No es que creyera que trabajar juntos fuese mucho más fácil ahora, pero igualmente ambos haríamos lo que fuera necesario. Con la misma serenidad con que abordaba todo, me dispuse a seguir al escorpión. 

 -Otros están revisando el cuerpo, si llego a enterarme enviaré a su hijo a informarle- Digo a Chillon en tono amable, ya se había dejado claro que el alquimista se había vuelto una parte importante en la vida de los residentes. Si bien Chillon parecía empezar a sentir melancolía por Iesada, mi misión no podía prolongarse por el luto -En el último mes ¿Iesada-Sama o alguno que viviese en su residencia comenzó a actuar de manera diferente a la usual?-

- Su investigación podría estar relacionada con los motivos de su muerte y por lo tanto sería otra pieza más para lograr encontrar al asesino.

Me adelanto a responder en lugar de Hitomi, aunque no añado nada más limitándome a indicar la situación de la otra habitación.

-Iesada-sama... si, exprimento cierto cambio. En los ultimos meses, luego de la partida de Agasha-hime, parecio tornarse mas activo, a la par que retraido. Se le veía menos salir de compras o siquiera dedicarse a su habitual caridad, y siempre parecia fatigado y nervioso, como si se estuviera esforzando demasiado. Las luces en su casa seguian prendidas por largas horas durante la noche. Desconozco el motivo de tal actitud, lamentablemente.

Esperaba aquella respuesta, pero mi posición al respecto no cambiaba. Descifrar el código y analizar los legajos que había dejado Agasha, el trabajo de toda su vida, no era una cuestión de unos minutos, ni siquiera de unas horas. Y había otras pistas que seguir. Sin duda aquellos pergaminos y libros pertenecían a su heredera. Naturalmente intentaría descifrarlos si y solo si lo autorizaban. Pero como todo, había una forma mucho más simple de enfocar el problema. 

- Si su investigación fue el motivo de que fuese asesinado - comencé con voz suave - ¿Por qué no la robaron o destruyeron? Sería razonable suponer que faltará la parte clave en la investigación. - razoné en voz alta - Si me lo autorizan intentaré estudiar los pergaminos, pero creo que sería conveniente ir tras las otras pistas. 

Luego medité, existía la posibilidad de que esa otra samurai fuera la "invitada nocturna". Pero de ser así, la criada Eiko mentía. Resultaba poco creíble que una samurai hubiese podido llegar hasta este distrito sin ser vista por todos los etas. No, había cosas que aquella criada no estaba contando. Además, ¿cómo podía servir aquí y no saber de la presencia de la otra samurai? Muchas preguntas pendientes. Seguí al Shosuro a la habitación, pronto vería si había más pistas allí. 

Sichi los conduce a un cuartito bastante sencillo (M10-P13). Un futon, junto al cual hay un tocador, un mueble con ropa, y una mesa con accesorios, son todo el mobiliario... Hay unas flores frescas encima del mueble, que alivian el aroma del ambiente. Sobre la mesa, resalta el cuadro viejo de una mujer con ropas dragon, asi como dos wakizashis en un atrilcito. Todo esta limpio.. si bien el area tiene un cierto desorden, al cual probablemente el Escorpion ha contribuido. Las puertas y cajones de los muebles estan mal cerradas y asoma por alli la manga de un kimono o alguna prenda intima de mujer.