Partida Rol por web

Subiste las escaleras poco a poco, buscando que la delicadeza y la discreción fuesen un ejemplo a seguir.

En pocos segundos llegarías a la planta superior, una zona bastante más despejada que los interiores en el sentido de que toda la planta de arriba se había convertido en una especie de dormitorio gigante.

Allí seguía sin haber nadie, pero sí que había bastantes detalles que analizar:

Por un lado, la cama era de matrimonio, o allí viven (o vivían dos personas) o hay alguien de corpulencia destacada.

Existe una gran cantidad de armarios, todos ellos de corte clásico acorde a lo que se puede esperar del pueblo.

En una de las esquinas se podía encontrar... ¿una cuna? parecía parcialmente desmontada y como era de esperar totalmente vacía.

¿Qué era lo más llamativo de entre todos aquellos detalles? La decoración del cabecero de la cama, ya que estaba adornado con ¿oro? además parecía estar en relieve, como si se pudiese tocar.

La planta superior no me decía nada, salvo que se notaba el caché de los dueños, cada cual más ostentoso: Una enorme cama que tenía ganas de probar su comodidad, aunque preferí no acercarme para no romper la armonía misteriosa que se respiraba, junto con una cuna, intuyendo que viviría una familia de tres personas como mínimo. El hecho de estar desmontada me decía que no era algo planeado, ¿quién dejaría algo a medio hacer en medio de la habitación? Imaginaba a la familia corriendo para huir de alguien o, simplemente, desapareciendo antes de poder terminarla. ¿La mujer estaría embarazada? – Eran cuestiones sin importancia que tal vez, o no, podrían esclarecer el tema del silencio.

En todo caso, la pregunta ahora era saber por qué esa anciana era la única que había en el pueblo.

Suponía que no encontraría nada, pero me acerqué a uno de los armarios para buscar en el interior qué tipo de ropa había, sobre todo si se trataba de una pareja o una sola persona, y si realmente se habían marchado haciendo las maletas o todo seguía impoluto en su sitio.

Después me fijé en el cabecero de la cama. Era imposible no hacerlo, el relieve dorado que daba un toque sofisticado a la habitación, pasando la yema de los dedos por encima.

A medida que vamos caminando en silencio pienso - el hombre demonio y la chica azul son muy callados, y no se han enterado de todo lo que he hablado con la anciana pero si me pongo a hablar ahora como son tan callados no les hara gracia, ya me tachan de habladora... en fin... en cuanto a lo que me ha dicho la anciana, me quedo con la idea de lo que me ha dicho sobre Eglamor, el curandero y con que su casa es la unica que esta habitada, asi que deduzco que la casa roja a la que vamos, entiendo..., sin preocupacion de que podemos visitarla sin permiso porque no hay nadie vivienda en ella. -

Finalmente, llegamos a la casa que parece lujosa y entonces, Ratko nos para por si hay alguna trampa pero pienso - no hay trampas porque la anciana nos dijo que nadie vive en ella, es mas no hay nadie en esta Villa... si fue Risueña ahora está claro que está lejos de serlo, de hecho la anciana dice que hace 10 años que nadie habita en este pueblo... - estoy mirando la planta baja con Ratko, y me pongo a buscar por todas partes de esta planta baja algo sobre Eglamor, algo que me de una pista y le miro a Ratko y pienso – ... me hubiera gustado quedarme a cenar con la mujer que nos invito pero no me fio de que una desconocida por muy encantadora que sea nos invite a la chica azul, al hombre demonio, y a mi... a cenar a su casa nada mas vernos, sin conocernos de nada... a unos completos desconocidos... asi que mi decision fue ir a investigar a la casa roja a ver que informacion podemos obtener de este pueblo. Lo que no me acaba de encajar es que Sir Roger, que es un noble diga que se le robo la escritura de su propiedad cuando aquí no hay nadie... por cierto esta casa puede que fuera suya... pues parece de la nobleza o algo asi... pero esta claro que no es suya porque esta casa parece que esta abandonada...-

Tras entrar en la casa detrás de ambos, observo con curiosidad el minimo detalle en cada habitacion de la planta baja, miro a ver si hay algun objeto que pudiera llamarme la atención... mientras Ratko mira por el salon comedor yo me voy a la biblioteca... - estos nobles vivian muy bien... que raro que se fueran... - pienso mientras miro en algun cajon de la mesa... debajo de una silla... bajo una alfombra... algun libro viejo... que destaque en la estanteria del despacho o la biblioteca, lo tocaré a ver si tengo alguna visión como me pasa siempre que toco algo.

Al igual que Ratko, comenzaste a investigar los alrededores de la planta baja, sobre todo la cocina y los pequeños pasillos que quedaban más a mano. Todo parecía extremadamente normal, normal para un lugar donde parecía que no vivía nadie...

La oscuridad de la zona impedía que pudieses sacar conclusiones claras sobre si allí había pisadas. Quizás viendo el lugar a plena luz del día sería más revelador que en la situación actual, donde era imposible plantear una visión clara.

Todo seguía estando tranquilo, nadie os molestaba lo cual te hizo preguntar ¿cómo le iría a Eärendil?

Al ver que en la planta baja donde está Ratko no veo nada que me llame a mi intuicion la atencion...subo por las escaleras, miro por ellas y en la segunda planta investigo donde subió la chica azul.

Al parecer ninguno de los dos, ni Kislaya ni Ratko, habían visto nada extraño en la primera planta... el demonio comenzó a preocuparse por su capacidad de observación ya que desde que llegó al pueblo no había sido capaz de detectar nada raro... salvo la evidencia de que en ese pueblo pasaba algo. 

Entonces la muchacha y él decidieron subir a la segunda planta para ver como le había ido a Eärendil, mientras subían por las escaleras el demonio miró a Kislaya y le dijo.

- ¿Qué has podido averiguar de la anciana?- le preguntó ya que se había perdido toda la conversación y durante el camino no había tenido la oportunidad de hablar con ella.

Mientras le voy contando a Ratko subiendo las escaleras para buscar en la planta de arriba algo revelador, le digo todo esto antes de estar con la chica azul:

- El nomada que es amigo mio nos dijo que Eglamor nos puede ayudar... Eglamor el sanador, el curandero y la anciana me dijo que estuvo aqui en este pueblo, eso quiere decir que la anciana le conoce, pero dice que se fue, no me fio de ella... mi intuicion de dice que algo esconde sobre Eglamor... voy a buscar alguna pista del paradero de Eglamor... porque el tema es que hay unos ladrones y una escritura robada que debemos encontrar..., en esta aldea Villa Risueña, para cumplir el trabajo con Sir Roger y zanjar el trato por nuestra parte con él.

Al ver que mis compañeros subían a la planta superior, negué con la cabeza mientras echaba un último vistazo a la habitación.

No encontré nada. Buscad vosotros, puede que me haya dejado algo.- Esperé por si alguno quería decirme antes de bajar las escaleras, inspeccionando ahora yo la planta inferior.

Luego compartiríamos impresiones.

Comenzaste a investigar los alrededores de la planta baja, sobre todo la cocina y los pequeños pasillos que quedaban más a mano. Todo parecía extremadamente normal, normal para un lugar donde parecía que no vivía nadie...

La oscuridad de la zona impedía que pudieses sacar conclusiones claras sobre si allí había pisadas. Quizás viendo el lugar a plena luz del día sería más revelador algo que en la situación actual era imposible de plantear.

Todo seguía estando tranquilo, nadie os molestaba lo cual te hizo preguntar ¿cómo le iría a tus compañeros?

Mientras seguías inspeccionando, te diste cuenta de un detalle. En una de las paredes el relieve era totalmente diferente. Comprobaste que si ejercías presión en esa zona la losa se “adentraba” en el muro haciendo llegar un “click” a tus oídos.

¿Habías hecho un descubrimiento especial? Porque a simple vista todo estaba como siempre.

A simple vista no parecía que hubiera nada fuera de lo normal, incluso en cierta medida me decepcioné no encontrar algún detalle inusual que sacara la casa de la monotonía habitual.

Busqué el interruptor de la luz para iluminar la estancia, no queriendo dejar la escena hasta estar segura que no hubiera nada, pero la oscuridad apenas me permitía ver más allá de mis pasos. En uno de mis leves vistazos una de las paredes captó mi atención, pudiendo ser una pequeña zona brillante por el contraste de claros y sombras o mi vista acostumbrada a la oscuridad, pero estaba segura de que había algo.

Pasé la mano por la superficie, comprobando el material, cuando sentí que una de las losas parecía más suelta. Apreté y escuché el "click", girándome para buscar lo que fuera que había escuchado, aunque todo parecía igual que siempre.

Me retiré unos pasos antes de dirigirme a la escalera.

Si no había cambiado algo aquí, lo había hecho arriba.

Ratko escuchó a la muchacha con atención tratando de memorizarlo todo, si ella decía que la anciana no era de fiar debía de tener sus motivos, en especial porque Kislaya se le antojaba una mujer confiada, pero como tampoco había estado presente durante la conversación no estaba en disposición de opinar.

- La mujer no te ha gustado... ¿Por qué?- indagó con curiosidad para después mirar a Eärendil que bajó al subir ellos y terminar por mirar la segunda planta, tenían que ser capaces de encontrar algo...

La mirada de Ratko y su forma de ser... cada día me parecían más y mas interesantes...quizá porque los conocía ya a los de su raza en mi pueblo... tiene algo que me atrae...su halo de misterio... Me acerqué a él y me lo quede mirando dispuesta a responder a su pregunta...puse inocentemente mi mano delicadamente en su mano al agarrarme a la barandilla de las escaleras para mirar a la chica azul como investigaba por la planta baja y no me di cuenta de que mi piel rozó su masculina piel y sentí como un calambre...cerré los ojos y palpe su piel cálida y blanca.

Ratko se detuvo de golpe al sentir el tacto de la mujer sobre su mano para acto seguido girar su rostro para mirarla, con sus dorados ojos abiertos de par en par. Por instinto quiso apartarse de ella al recibir el calambre pero tras la sorpresa inicial permaneció quieto, para terminar de serenarse respirando de manera pausada y tranquila. 

- Si quieres saber sobre mí, sólo tienes que preguntar- le dijo con suavidad acercando su rostro al de ella dejando que investigase lo que quisiera con una ligera sonrisa reflejada en sus labios, estudiando a su vez a la muchacha con interés, dejándose embriagar por su perfume.

De pronto, abrí los ojos y le sentí tan cerca que su aroma masculino encandilo mi olfato y su mirada me exalto al tenerla tan cerca de la mía...Y su sonrisa me ruborizo... lo que hizo que separara de golpe mi mano de la suya ahi estuve a punto de besarle cuando llegamos arriba y nos topamos con un dormitorio oscuro y entre en el como huyendo de Ratko aunque en realidad no era así... descubrió mi interés por el... en estos días fui forjando un oculto deseo por el pero que me negaba a mi misma...sin ser consciente de ello. Ya en el dormitorio le digo - perdóname no quise hacerlo... y menos con alguien que... - me quede callada y me puse a buscar sin terminar la frase colorada y sin entender que me estaba pasando.

Ratko vio marchar a Kislaya sin perder la sonrisa, posando su dorada mirada en los movimientos de la mujer para proceder a seguirla con pasos silenciosos hasta el dormitorio, al vera la habitación en la que se había metido la antigua princesa, la miró entre divertido y pícaro, apoyándose con un brazo sobre el marco de la puerta, dudando unos segundos entre pasar o no hacerlo, para finalmente tras estudiar las reacciones de su compañera acercarse a ella como un felino.

- ¿De verdad no querías? - Ratko tenía sangre de demonio en sus venas... Había cosas que sencillamente no podía evitar, como ser malo... De vez en cuando, y Kislaya estaba dando pie a que lo fuera, sólo que la chica le gustaba y prefería no hacerle daño... Aún así se situó frente a ella, a unos escasos centímetros mirándola con intensidad mientras sus delgados dedos tomaban el mentón de la muchacha obligándola con suavidad a mirarlo, al hacerlo Kislaya pudo verse reflejada en los peculiares ojos del semidemonio- ¿Con alguien que qué, Kislaya... ? - pronunció su nombre despacio de manera susurrante posando sus ojos en los labios de Kislaya, como si estuviera decidiendo que hacer.