Partida Rol por web

Escuche atentamente y le dije;

-Pues, por mi parte preferiria tener un espadón de huesos de dragón. ¿Qué opinas tu, Nótt? -

Pregunte, mientras la miraba de reojo. 

Nótt sonrió ampliamente cuando el hombre aceptó la proposición de Darkon, y cuando le preguntaron que quería, sus ojos brillaron, y respondió;

-Yo decidí que me gustaría tener un hacha de doble filo de huesos de dragón. Tengo muchos enemigos a cuales enfrentarme y esta hacha me ayudará a lo largo de todas mis aventuras. -

Dijo con naturalidad, mientras veía las armas que tenía el armero en su tienda. 

El armero asintió a la par que alabó vuestras decisiones. Os comentó que necesitaría tiempo, pero que el encargo estaba garantizado. Os estrechó la mano para fijar el acuerdo y se puso manos a la obra una vez supo donde se encontraban los restos del dragón.

Nótt, después de haber agradecido al armero, miró a Darkon y a Alice, y se le ocurrió una idea;

-Vamos a acampar y a comer algo a la ruta de los mercaderes. Así si hay algún mercader con algo interesante seguramente nos harán alguna oferta. -

Dijo, poniendo en marcha el camino, para así montar el campamento, comer algo y descansar. 

Asentí con la cabeza ante las palabras de Nótt, puesto que me parecía un buen plan. Alice y yo ya nos encontrábamos hambrientos, por lo que llegar a un lugar para dormir y comer me parecía de maravilla, por lo que la seguí mientras ella guiaba el camino. 

Mientras dejabais al armero trabajar a su ritmo, decidisteis ir a la ruta principal fuera de Corglar con la idea de encontraros con mercaderes que pudieran ofreceros interesantes mercancías.

Justo fue el momento por el cual una pequeña caravana hizo acto de presencia. Alegre, os mostró lo que tenía disponible.

Viendo la buena fortuna que tuvimos, no pude evitar no sorprenderme ante los maravillosos artículos que portaba el mercader. Aprovechando la oportunidad, saque todos los ahorros que tenía y le pague al mercader comprando el escudo y entregándoselo a Alice para que pudiera defenderse. Tras lo cual comencé a levantar la tienda y prendía una fogata para que pudiéramos dormir y descansar. 

Nótt sonrió al encontrar un mercader, y tras ver los tan hermosos guantes, le pagó al mercader y se los puso inmediatamente. Tras notar que le hacían sentir de forma muy cómoda su hacha. Finalmente, antes de dejarlos partir le preguntó;

-Disculpe, mercader. ¿Usted a escuchado alguna historia o rumor interesante en estos caminos, de alguna maravilla escondida, o algún monstruo que sea muy peligroso? Somos aventureros, y nos dirigimos hacia el norte, pero queremos ver si encontramos algo que hacer en el camino. -

Dijo ella con una sonrisa, tras la conversación, prepararía su tienda y, calentando algo para comer, cenaria con el resto y después se pondría a dormir. 

Tras el beneficioso encuentro con el mercader, el grupo decidió reponer fuerzas y descansar. Nótt intentó averiguar si había nuevos desafíos pero el mercader era humilde, un comerciante cuya experiencia y labor se centraba en hacer negocio con artículos, no con información.

Un nuevo día amaneció tras haberse asegurado una noche tranquila ¿qué destino habría ahora?

Tras haber descansado de las heridas, sabían que ahora se podían tomar el tiempo de ir tranquilamente hasta la armería, a esperar que el trato estuviera listo, y así, una vez ya dispusieran del material, poder iniciar su viaje ese mismo día. Tras tener sus cosas listas, se dirigió a Nótt;

-Bien, Nótt, ¿Vamos? Creo que una vez estemos listos podremos iniciar nuestro viaje. -Dije, empacando todo para iniciar la travesía.

Nótt ya estaba lista. Había arreglado y parchado sus quemadas ropas, y estaba preparada para iniciar su viaje, por lo que al ver a Darkon y Alice, asintió diciendo;

-Claro, vamos. -

Dijo con una amplia y confiada sonrisa, siguiendo los pasos del resto del grupo hacia la armería.

Y tal como prometió el armero, transcurrido el tiempo necesario os mostró orgulloso sus dos nuevas creaciones.

La Espada Ósea del Dragón y el Hacha Ósea del Dragón.

Os comentó que jamás había trabajado con armas así, que fueseis cautelosos.

Una vez le hubiera agradecido al armero, y le hubiese deseado buena suerte en sus viajes, salimos de la tienda. Teníamos todo para partir, por lo que tras mirar a mis compañeras con una sonrisa les dije;

-Bien, ¿Iniciamos nuestro viaje? Creo que nuestra primera parada sera Diecarl, para informarnos de la situación de la región y ver que tipo de precauciones debemos tener con el volcán. -Dije mirándolas, tras lo cuál, comencé a ponerme en ruta hacia la ciudad.

Nótt estaba muy contenta, pues ya tenía todo lo que podía necesitar para cubrirse ante cualquier eventualidad. Lo único que le hacía falta era una armadura, pero no tenía apuro por esta. Siguiendo a Darkon, pensó que al fin iniciarían el viaje, y asintiendo, se puso en camino conjunto con el hacia Diercarl.

Y así comenzó el viaje hasta el volcán situado al norte, junto al poblado Equu llamado Diecarl.

Pasaron las primeras horas de viaje, todo transcurrió con normalidad. El grupo hizo un par de paradas, breves, para reponer fuerzas y orientarse, sin embargo de repente tuvieron la sensación de que algo fallaba ¿qué era?

El camino avanzó y la emoción embargo mi corazón. ¿Tan cerca estábamos ya de nuestros objetivos? Eso era sin lugar a dudas algo maravilloso, porque era algo que habíamos buscado durante años, y al final, parece que lo tendríamos al alcance de nuestra mano. Así iba en el camino, ensimismado en mis pensamientos, sin prestar atención a lo que pasaba ni a lo que había pasado ya en la ciudad.

Nótt avanzaba despreocupada, intentando avanzar lo más rápido posible. Nótt sintió que algo faltaba, pero no le preocupo en ningún momento, pues iba mas concentrada en el camino que en las aventuras que ya había sufrido. Aún así, se decía para ella misma que, fuera lo que fuera que hubiera olvidado, daba igual, después de todo, si lo olvidó, es porque no era importante.

De repente Nótt se percató de algo.

Desde hacía un rato se había sentido extraña, cual fue su sorpresa cuando se dio cuenta que en sus manos no estaban los guantes que normalmente utilizaba cuando salía de aventura.

El último momento en el que estuvo con ellos fue antes de la última parada, donde se los quitó para dejar respirar su piel, ¿pero qué sucedió exactamente?

¿Fue un despiste? ¿o algo/alguien los robó?