Partida Rol por web

No tenía ni idea de quién podía estar a la puerta y de todas maneras, el hecho de estar perdida por alguna parte de mi mente mirando al plato no me hizo reaccionar, hasta que por mi mente pasó que quizás pudieran ser problemas.. o esos rusos..

Las palabras que logré escuchar de la conversación me dejaron un poco fuera de lugar y cuando escuché esos últimos comentarios de mi padre reaccioné, como si hubieran pulsado ese botón que hace que las cosas funcionen " el power " y me puse en pie rápidamente. Ni siquiera me dio por pensar que iba a asomarme a la puerta de casa en pijama, ni que quizás no fuera idea que quien estuviera allí me viera, no, ninguna de esas ideas pasó ni un sólo segundo por mi mente, tan sólo ver quién era y qué es lo que le estaba pidiendo.

Mis pasos, se apresuraron a llegar a la puerta lo antes posible, dispuesta a romperle los dientes a quien estuviera molestando a mi padre o haciéndoselo pasar mal, que para el caso, era lo mismo.

Brenda, al acercarse a la puerta, vio un rostro conocido, aunque empapado por la lluvia, olía bastante a quemado, pese a todo y ya no estaba tan "cool" como antes, sino que ahora parecía más pordiocero, y no había que culparle. En una noche había perdido un negocio y posiblemente a su mejor amigo.

Brenda vio a Chad.

Solomón miró a Brenda un segundo. Luego lo hizo Chad.

-Hola, Brenda. Siento no haber llamado antes.

Dijo el irlandés.

-Brenda, ¿conoces a este hombre?

Inquirió el padre, medio desconfiado.

Ryan corrió hacia la reja en el momento que el animal alzaba el cuerpo de su compañero sobre su cabeza.

- ¡Noooooooooooooooooo! - Gritó con todas sus fuerzas pero Fu lo cogió por el brazo impidiéndole que salte al ring y golpee al enorme animal con sus maños. - ¡Te voy a matar! ¿Me oyes? ¡Te voy a destrozar! -

Cuando sacaron el cuerpo muerto de Bradford en una bolsa de plástico negra Ryan lo miró partir con una lágrima en los ojos.

Negó con la cabeza y miró a Ava con el rostro desencajado.

- Voy a matarlos a todos. - Dijo secamente. - Espero que tú hagas lo mismo con ellos. -

Miró después a Fu y asintió.

- Sin piedad. - Le dijo en un perfecto chino.

John seguía agarrando a Ryan hasta que se dejó de sacudir.

-¡Para! ¡No hagas ninguna tontería!

Le dijo, el no conocía a Bradford, pero aun así, fue un golpe duro verlo morir ante sus ojos, aunque la muerte de amigos y de familia, no era raro para Fu, lamentablemente.

-Ahora somos menos, necesitamos ganar, necesitamos al menos dos horas de tiempo.

Fu miró a Ava y luego a Ryan.

-Solo dos horas en el ring.

Aquellas palabras enigmáticas hacían pensar que Fu sabía algo más de lo que contaba.

-Sin piedad ¡Ganemos este puto combate!

Dijo, en chino, y luego lo repitió en inglés para que Ava le entendiera.

Me había asustado un poco, yendo totalmente alerta hasta la puerta, pero al ver a Chad me relajé y asentí a las palabras de mi padre, pues así era, como para no conocerle.

- El local que acaban de incendiar era suyo y el hombre que seguramente no salga del hospital su amigo.. Ambos estaban dentro cuando..

No quise decir nada más pues ya le había contado lo sucedido a mi padre y bueno, no me parecía tener que repetir lo que ya le había contado.

- Pasa, puedo dejarte algo de ropa seca y una ducha si quieres, aunque me gustaría saber qué es lo que haces aquí claro.

Puse una mano en el hombro de mi padre para que le dejara pasar, pues no sabía si aquel hombre vivía en aquel sitio, pero si era así, ahora no tendría a dónde ir.

Comenzó a calentar, mover los brazos y estirarlos justo cuando llamaron a Bradford para que comenzara el combate. Sonrió levemente al chico y le deseó suerte, aunque la hiciera daño tiempo atrás, estaban en el mismo equipo.

La pelea se torció, ella confiaba en que Bradford pudiera ganarla, pero no fue así. Estaba casi inconsciente cuando le dió el golpe de gracia. Abrió los ojos de par en par y se llevó las manos a la boca, ahogando un grito de horror al ver lo que le habían hecho. Pero ya cuando dijeron que estaba muerto, sintió como un jarro de agua fría le cayera por encima. No lo podía creer, no creía que llegaran a tanto, no se conforman como dejarte inconsciente, van a dejarte sin vida.

- No puede ser.. oh dios mío..- dijo mirando como se llevaban el cuerpo del chico.

Los ojos se le llenaron de lágrimas, miró a Fu y a Ryan, asintió a ambos, aquí no había que tener escrúpulos si querían salir vivos.

- Sin piedad.. - repitió varias veces, no dejaría que eso le pasara a ella.

Chad negó con la cabeza y se pasó las manos por los ojos, ya que el agua le molestaba al caerle en estos.

-No, gracias, solo venía a pedirte que pelearas.

Dijo, directo.

-Se lo que parece, pero lo tengo todo planeado, pero necesito tiempo, y el grupo de Boris supera al de los demás, te van a necesitar.

Solomón fue a reprenderle pero él se adelantó.

-¡Si no fuera seguro no te lo pediría! No lo hago por mi, ni siquiera por vengaza. Yo la cagué cuando era más joven por no echarle huevos cuando pude, me dieron mi gran oportunidad y me acojoné porque a mi amigo le partieron el brazo de por vida.

Reflexionó bajando la cabeza, pero luego la levantó y miró con sus ojos glaucos a Brenda, tendiéndole su mochila.

-De por vida no hay nada jodido ni nada seguro. Ahora mi amigo es fisioterapeuta y tiene la misma fuerza en la mano que antes ¡o tal vez más! y yo tenía un negocio relativamente rentable y ahora no tengo nada.

Volvió ha acercar la mochila a la chica.

-¡Aprovecha la oportunidad cuando te venga y no mires atrás, no te reserves nada para la vuelta, porque nada es seguro en la vida, y entonces serás invencible!

Escuché en silencio, como acostumbraba a hacer, pues como ya sabía todo el mundo no era demasiado dada a las palabras. Quizás tantas consultas con el sicólogo me habían hecho incluso volverme más reservada pero aquel hombre me caía bien y aunque había hecho aquella promesa a mi padre, yo memoría de ganas por pelear.

Suspiré cuando terminó de hablar y estuve unos instantes dudando, pues no sabía qué hacer, aunque al final levanté la vista hacia mi padre.

- Te hice la promesa de que no pelearía si me podía pasar algo y esta en una de esas ocasiones. - Negué con la cabeza intentando buscar las palabras que quería decir, pero era difícil, como siempre, me resultaba más fácil actuar que eso. - Si no cuanto con tu apoyo, si no quieres que lo haga, no lo haré porque no quiero faltar a mis palabras, pero quiero pelear con ellos.

Ahora la decisión estaba en manos de mi padre, pues yo no lo haría si no le parecía bien. Era una situación un poco extraña, pues me sentía como si estuviera esperando su confirmación, su aceptación para poder salir con un chico, sólo que la situación no era ni por asomo esa, es más, casi incluso se podría pensar que era lesbiana con la cantidad de chicos que me había visto, es decir, ninguno.

Solomon miró a su hija e hizo un gesto negativo, miró hacia otra parte unos segundos y luego hacia ella otra vez.

-No quiero que te hagan daño. Pero tampoco me gusta verte como hace unos minutos, sin ilusión por nada, destruida anímicamente.

Explicó, con la voz ronca, como si fuera a derrumbarse, pero luego miró a Chad.

-Si va ella voy yo. Es mi condición.

Chad miró primero a Solomon y luego a Brenda. Le volvió a ofrecer la mochila.

-Dentro tengo material para ti, un traje chulo, espero que te quede bien, guantes y espinilleras profesionales, de cuero, y con una pequeña lámina de metal, le dolerá más a quién le pegues.

Sonrió con un poco de malicia.

-Un truco de perro viejo, asegúrate de esconder las espinilleras bajo el pantalón.

El irlandés asintió a Solomon.

-Pero se quedará conmigo, si va usted sospecharán. Le explicaré de que va todo esto, nada tiene porqué salir mal, me aseguré de ello.

A pesar de que conocía lo arriesgado de la situación sonreí ante las palabras de mi padre y asentí pues con todo lo que había entrenado necesitaba demostrarme a mí misma algunas cosas. Podría ser que no ganara nada o que si que lo hiciera, pero al menos sabría que no me había rendido que lo había intentado y eso, sería suficiente.

Miré a Chad unos segundos y luego, con un acto que no se solía dar muy a menudo como ya sabía, me abracé a mi padre y luego a Chad, como agradeciéndole el que hubiera venido a por mí.

- Gracias a los dos.. - No tardo nada en vestirme.

Antes de que pudieran decir nada más salí corriendo escaleras arriba y me quité el pijama para vestirme y salir de casa lo antes posible. Pelearía y lo haría lo mejor que pudiera, al menos, no me quedaría ninguna espina clavada por no haberlo hecho y encima, no había faltado a mi palabra en ningún momento, que era lo mejor de todo.

Solomon abrazó a su hija, cerrando los ojos, preocupado pero a la vez orgulloso, sabía lo importante que era para ella y no le iba a decir que no. Chad también abrazó a la chica con afecto luego, le susurró unas palabras de ánimo y luego Brenda se fue a cambiar arriba.

Chad y Sol empezaron a intercambiar palabras, el plan de acción, nunca mejor dicho.

Cuando Brenda bajó, Sol conducía la monovolumen familiar Volvo. Chad estaba en el asiento de atrás, para que no le vieran demasiado.

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Condujeron lo más rápido que el tráfico permitía hasta que llegaron al famoso edificios de oficinas. Sol aparcó en la calle de enfrente, como le había sujerido Chad.

-Ve a ganar, pero si no puedes, trata de aguantar lo máximo posible, el tiempo aqui importa. No te voy a contar nada más para no distraerte de tu objetivo, pero lo importante es que, cuando acabe el combate, os marcheis de allí todos.

Me mantuve en silencio la mayoría del camino, pero sobretodo fue por estar ansiosa por llegar y poder pelear. Sabía que aquello no me gustaría nada y que seguramente la cosa sería muy complicada, pero sin penas no había gloria, que se solía decir habitualmente.

El traje era sencillo, pero tremendamente cómodo, aunque claramente resaltaba todos mis atributos corporales, que era parte del espectáculo que debíamos dar pues todos sabíamos que la carne vende y seguro que así se fijan más en ti.

- Aguantar y dar espectáculo.. - Asentí como si fuera un boxeador al que le están dando instrucciones en la esquina del cuadrilátero justo antes de ponerle el protector dental. - No os preocupeis, gane o pierda saldré de ahí..

Me mostraba segura de mí misma, pero es que normalmente el nerviosismo iba por dentro, además siempre me quedaba la esperanza de que aquellos hombres contra los que tuviéramos que pelear ( o mujeres ) fueran al menos previsibles en sus movimientos.

Los de limpieza pasan la fregona por el ring y a continuación entra el Showman, con el micrófono.

-Excelente combate y mortal, digno de la LF. El siguiente combate enfrentará a Ava contra Natasha.

El público vuelve a rugir, con sed de sangre y espectáculo. La rusa de cabello rubio/rojizo entra en el cuadrilátero, moviendo los brazos, calentando, sin dejar de mirar a su rival. Vestía un traje de red que transparentaba su bikini negro, unos pantalones sueltos, con algunos rasguños por todos ellos e iba descalza.

Chad asintió a la chica y le golpeó el hombro suavemente, luego agitó el puño cerrado, animándola. Sol en cambio, casi se le saltan las lágrimas de padre orgulloso ver a su hija así vestida, cumpliendo un sueño, mas bien luchando por él contra viento y marea. Le dio un abrazo a su hija y le dijo que tuviera cuidado.

Brenda bajó del coche y se acercó a la puerta principal, allí un gorila le esperaba, realizó una llamada por móvil y luego hizo un gesto con la cabeza para que pasara.

-Por aqui...

Le dijo. El hombre la guió hacia el ascensor y apretó el botón del ático. Justo entonces, al abrirse las puertas, Brenda pudo oir el siguiente combate: "Ava contra Natasha"

Brenda observó el lugar, eso tenía de todo menos el espiritu de LF. Ricos, chupatintas y otros tipos semejantes que apostaban, entre humos de puro y vasos de coñac, por el siguiente combate. Solo la figura de un tipo maduro tomando notas constantemente le hizo pensar que estaba en el lugar indicado: era el ojeador.

Brenda se acercó a Ryan, que estaba al lado de John Fu, aquel chino que parecía haberse unido. Ningún rastro de Bradford.

Me paré al ver todo aquello y tomé aire, pues la verdad era que todo resultaba como demasiado intimidante, pero saqué pecho como si fuera un gallito de corral y me dirigí hacia donde estaban John y Ryan, dispuesta a ver el combate que se iba a celebrar, esperando ver cómo Ava, trituraba a esa tal Natasha, que por el nombre a parte de rusa, seguro que la sacaron de un prostíbulo para enseñarla a pelear.

- ¿ Es aquí donde se pelea? - Pregunté claramente intentando llamar su atención, pues ya venía vestida para subirme ahí arriba e intentar hacer un buen papel. - No os pensaríais que os ibais a librar tan pronto de mí ¿ no? ¿ Dónde me apunto?

Hice uno de esos gestos con las manos que veían a decir que estaba metiéndoles prisa, aunque en realidad estaba sonriendo, pues me alegraba de estar de nuevo con ellos a pesar de las condiciones.

- ¡Brenda! ¡Dichosos los ojos! - Dijo Ryan mientras alzaba los brazos con los puños alzados. - ¡Sabía que vendrías! Aunque sea sólo a mirar, pero... ¿vienes sólo a mirar o también quieres apuntarte? -

Ryan intentó alegrarse al ver a la morena, sin embargo, no podía hacerlo demasiado.

Bradford había muerto y si pasabamos de ronda, tendríamos un participante menos...

Aunque ahora con Brenda...

- Ven, Brenda, ven. Le toca a Ava pelear contra la pelirroja... Bradford... bueno... él no lo ha logrado... ¿Lo sabes, verdad? -