Partida Rol por web

Gregory se coloca en la retaguardia junto con su hermano pequeño, tal como indica Steve. No le parece mala idea. Camina mientras apura el cigarro, pasando un brazo por encima del hombro de Jimmy, acompañado por un guiño de ojo y una sonrisa. No sabe si su hermano realmente lo necesita, pero quiere hacerle sentir que está seguro.

El grupo se para junto a la primero puerta, la cual Rick está dispuesto a tirar abajo.

Eeeeeh, amigo, no es por molestar, ¿pero seguro que es buena idea tirar abajo las puertas de nuestras posibles habitaciones-refugios? Si rompemos las puertas, quien quiera que haya en esta casa podrá entrar también sin dificultad…- Gregory se encoge de hombros, dándole la ultima calada al cigarro. Gira la cabeza de un lado a otro, buscando un sitio donde poder apagar el cigarro, para finalmente tirarlo al suelo y apagarlo con el pie.

Luego ¿no sirve para abrir nada mas? ¿si se hace una tirada de percepcion es posible que abriese alguna otra pùerta?

- ¿Seguro que es buena idea tirar abajo las puertas de nuestras posibles habitaciones-refugios? - El comentario de Greg es sencillamente de sentido común. Pero llega tarde. Rick da un solo paso atrás y embiste con su hombro la puerta de madera con una fuerza y robustez excesivas para el caso. Un sonido seco precede al abrir violento de la puerta. Ésta se abre hacia adentro, recorriendo un ángulo de 180º para ir a golpear sonoramente contra la pared del interior de la habitación.

El grandullón se siente pletórico. No se me resiste ni una. Y sabe que estas demostraciones de fuerza le encantan a Rubí. Te tengo nena...

Detrás, el resto se agolpa en el dintel de entrada. Un olor a cerrado sale despedido del cuarto oscuro. Con ansia se dirigen las luces hacia el interior del primer habitáculo.

Se trata de una habitación pequeña, con aparadores y armarios arrimados a todas las paredes de la misma. El centro está libre. No hay ni mesas ni sillas ni ningún otro mobiliario. Cajones y puertas ocultan el contenido de los muebles.

Diamante agradeció a Elizabeth la cesión de su linterna colocando sus labios en forma de beso y alumbró a Rick para que éste pudiera lucirse a gusto- Eso es máquina!- le dijo cuando abrió con un fuerte golpe la puerta.- Acaban de ver otra demostración del señor Fabiano. Es capaz de romper defensas formadas por monstruos de más de cien kilos y unas cuantas tablillas no le van a detener, verdad?- buscó la complicidad de su colega dándole una colleja amigable. Parecía no importarle echar abajo todas las puertas del convento...puede que encontremos algún llavero en alguna de ellas que nos sirva...

Desde luego, en esa habitación, llena de cajones y puertas, podría haber algo interesante...y, sin saber muy bien que buscaba pero deseando encontrar algún tipo de llave maestra o algo parecido comenzó a abrir los cajones más cercanos que tenía.

Rick sonríe devolviendo el gesto de diamante con un puñetazo en el hombro que tumbaría a un empollón pero al que Steve está más que acostumbrado. Tras eso se aparta dejando paso a los demás antes que él e inclinándose ligeramente. Tras dejar pasar a todos, incluida a Rubí con una cariñosa palmada en el trasero, entra sin mostrar tanto interés en la habitación en sí como el que mostró hacia la puerta recién derribada.

¿qué? pregunta finalmente sin deseos de vagar mucho más por la casa ¿un buen sitio para un fuego no?

Ante la sutilidad de la que hace gala el simplón de Rick, hago memoria intentando saber quién tenía la llave que encontramos en el escritorio de la entrada.. - En cualquier caso, era una llave de la puerta de la entrada.. no creo que sea una llave maestra,, pero valdría la pena probarlo. La lógica a veces falla

Dirigiéndome a quien se quedó con la llave, le comento - Rubi, sigues teniendo la llave? quisiera probar una tontería, pero que quiero comprobar le digo esperando que me deje la llave y poder probarla en alguna puerta

- No estoy de acuerdo en la elección de la habitación. Por la estructura de la casa, las habitaciones deben estar arriba. Allí es donde encontraremos las camas. Eso sí, la lavandería debe estar en este piso,, aunque desconozco dónde exactamente. Eso era cosas que indudablemente variaban de un edificio a otro les digo a los demás al ver que están valorando el quedarse en esa habitación

- No creo que haya chimenea en las habitaciones de las monjas, pero seguramente habrá una sala más grande, el comedor quizás, que sí que tenga chimenea.

Mi chico ha hecho otra gran demostracion de porque a veces es bueno que los hombres presuman de algo que no es el cerebro, al menos es honesto. Y sonriendo con gracia entro en la habitacion recordando vagamente que hace unas cuentas horas yo encontre una llave y que el viejo intento arrebatarmela en uno de sus ataques de locura transitoria....- En realidad de quien seria la idea de que viniera este mueble viejo

Tras la palmada en el culo de Rick, que hace que de un saltito, voy a mirar avidamente los cajones y armarios de la nueva habitacion, aunque esta a oscuras todo...me parece muy interesante mirar a fondo

Cuando escucho cerca de mi oido a Spinner preguntarme por la llave, me vuelvo en claroscuro cerca de el y le respondo

-Si, aun la tengo, si la quieres te la dejo, pero que sepas que es de la entrada de la casa...-

Se la tiendo en la mano mirandole fijamente y escasos centimetros

En la habitación entran todos menos el viejo bibliotecario, que se queda a las puertas. Desde luego la idea de Rick no es buena. Y no lo es básicamente porque la habitación es pequeña para tantos. No cabrían todos si decidieran echarse a dormir, y mucho menos si optaran por encender un fuego.

Spinner interroga a Rubí acerca de la llave. Ésta se la cede amablemente convencida de que es solo de la puerta de entrada. Tanto ella como Diamante se dedican tímidamente a abrir algún cajón y puerta del mobiliario.

Aquí parece donde guardaban todo lo necesario para el comedor. Vasos, tazas, cubiertos, manteles... Coño! Una Biblia! El quaterback del equipo muestra el libro al resto con cierta mofa.

Gregory se encoge de hombros al ver que su comentario sobre la dudosa funcionalidad de echar las puertas abajo pasa desapercibido. Se apoya en el quicio de la puerta, mientras algunos se dedican a registrar la habitación. A toda vista, esa no es la habitación que andan buscando, demasiada pequeña para poder pasar la noche todos juntos.

Cojo la llave de manos de Rubi, que me la cede a todas luces pensando que es inútil en esta situación

- Sí, tienes razón. Seguro que sólo es de la entrada,,, pero en esa época, al igual que ahora, se utilizaban llaves maestras. Quien sabe y sopesándola entre los dedos, me dirijo a una puerta todavía cerrada, e intento meter la llave en la cerradura y hacerla girar..

- Por probar no pierdo nada...

El grandullón no parece muy interesado en el contenido de esta sala, por lo que tras ser descartada su propuesta cruza los brazos esperando que los demás terminen. Permaneciendo cerca de la puerta, en el lado exterior del umbral de esta habitación, Ricky mirando a su alrededor fantasea con encontrar tesoros en algún lugar de este viejo edificio. Se apoya ligeramente en el marco de la puerta rota y en silencio observa con poca gana a sus compañeros.

si en algun lugar hay joyas , oro y plata.. no será en este cuartucho.

Mientras los otros registran y hablan entre ellos, el malhumor empieza a aparecer en él. ¿Si todos están tan seguros de que no es lugar para pasar la noche qué hacen aún ahi? Cierra el puño fuertemente, el atleta nunca ha sido de los que se guardan esos sentimientos. Le apetece soltarle un grito a Rubí, partirle la cara a ese enterado de Spinner... pero antes de que haga nada de esto, un escalofrío le recorre la espalda. Desde hace rato, Rick parece insólitamente tranquilo para alguien que ha experimentado hace minutos algo tan terrible... como si no lo recordara o lo hubiera compartimentado en algún lugar de su mente, sin embargo poco a poco algo vuelve a recordarle esa sensación. Su cara cada vez más lo refleja.

Jimmy parece reconfortado por el abrazo de su hermano, aunque jamás lo reconocería. Sinceramente esta nueva habitación le ha decepcionado, nada interesante a simple vista, aunque tal vez haya una sorpresa en los cajones.

Sin entusiasmo, Jimmy se libera del fraternal abrazo y se dedica a buscar en los cajones y armarios.

Un hormigueo te sube desde el estómago hasta la garganta albergando la posibilidad de que la llave que llevas sea una de las maestras de la casa. Pero el objeto metálico se estrella contra la cerradura sin ni siquera entrar.

Debe haber llave maestra casi seguro. Pero desde luego no es ésta...