Partida Rol por web

Lienargond

Lienargond: Un nuevo comienzo

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17/06/2022, 16:32
Narrador

⌘ Islingfell ⌘
Donde comienzan las aventuras
✦✦✦
Lienargond Isling10
✦✦✦

Las cosas en el pueblo son completamente normales, no parece que nada allí pueda hacer que tu futuro mejore, pero la esperanza de haber llegado allí sanas y salvas hace que el viaje no haya sido en balde. La huída, el vagabundeo y todo ello ha servido de algo, o eso es lo que esperais.
Todas las casas son de apariencia similar, pequeñas, de ladrillo blanco y de tejados rojizos cubiertos de musgo. En ambos lados del camino, el color verde brillante de una naturaleza creciente, que hace que el pueblo tenga un aire calmado y pacífico, cubierto aún de flores de la festividad anterior. Preguntando a algún que otro vecino, llegais a la casa de Wentadehn, una mujer de ojos claros y cansados, el pelo castaño ligeramente revuelto atado en un moño bastante desarreglado y vestida de forma realmente simple os abre la puerta.
-Buenos días... ¿os puedo ayudar en algo? -Saluda, curiosa, mirándoos alternativamente. En cuanto mencionais la razón de la visita, os deja entrar en la casa, presentándose como Wentadehn Moralta, la hija mayor de la familia Moralta. Os da paso al salón de una casa muy humilde, con tan solo una mesa enorme en el centro, donde hay sentados dos niños y una niña, cuyos ojos se giran hacia los nuevos invitados. Con amabilidad, Tady Moralta os invita a dejar las cosas en el suelo y acompañarla a la cocina, donde ofrece una sopa caliente de cebolla con pan y un par de trozos de queso bien curado.
Un hombre fuerte trabaja en la parte de atrás cortando troncos de madera y tan solo os mira durante un segundo antes de continuar con la tarea. La mujer no os apura, permitiendo que os toméis el tiempo que necesites para comer sin presiones, ayudando a los niños a recoger para subirse a sus habitaciones. En cuanto terminais, vuelve con una cesta llena de ropa perfectamente limpia.
-Las personas a las que estáis buscando son mis padres -Explica, con una media sonrisa algo melancólica -Nos dijeron que volverian sobre estas fechas, de forma que deberéis esperar en casa de mi hermano. Vamos, os llevo -En cuanto recojeis cuanto dejasteis en el salón, Tady os acompaña cruzando el pueblo y alejandose un poco hasta una casa a las afueras, bastante más grande que las otras, pero de tan solo una planta. En ella, un hombre algo más joven que la mujer que os guía, cruza delante de una ventana. La espera en la puerta parece eterna, pero por fin entrais al interior, sin que Dantelon, como lo presenta su hermana, diga absolutamente nada.
-Debereis descansar abajo -Os indica Wentadehn, mientras su hermano señala una trampilla de madera robusta, probablemente la entrada a la bodega. Lejos de lo que esperabais, la estancia es bastante ancha, hay unos camastros y una mesa, tenuemente iluminada.
-Podeis utilizar esta habitación mientras os quedéis aquí -Añade, antes de despedirse. Los hijos de los Moralta no os exigen nada a cambio de vivir allí, con la única excepción de que les ayudes en ciertas cosas como cortar leña, subir agua del pozo o simplemente vigilar la casa en horas de trabajo. No preguntan sobre ningún pasado y no quieren saber sobre poderes.
Junto a ti, esperando por la caravana, te encuentras con Maddon Labac, cuyos ojos son negros como el vacío y es incluso menos hablador que Dantelon.
 
Fecha de llegada: 14 de Samua del 1638
Tiempo cálido con cielos despejados.

Notas de juego

Los nombres solo son para que sepas a quién me refiero, pero no os conocéis.

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17/06/2022, 16:48
Narrador

⌘ Islingfell ⌘
Donde comienzan las aventuras
✦✦✦
Lienargond Isling10
✦✦✦

Las veloces patas de los caballos ya hacía días que habían alejado a los enviados del fuego de la aldea, devolviendola a su estado habitual de paz y calma. El olor a quemado, sin embargo, se había agarrado fuertemente a tus ropas y cabello, y los recuerdos que traía consigo eran amargos, demasiado recientes. Pese a que ya no era segura para ti, igualmente entraste entre los cenizos escombros de las ruinas quemadas de tu hogar, del que ya no quedaban más que piras todavía humeantes y las marcas de la pelea que había habido allí.

Al caer la noche comprendes la realidad que te espera. No tienes a nadie, no puedes confiar en nadie. El pueblo que se encuentra cerca, aquel al que perteneces desde niño, oculta entre sus paredes a los causantes de esa indeseada visita. Tu familia ahora es un recuerdo, tu vida tranquila un mero fantasma, y frente a ti, las pequeñas luces de las velas de otros hogares son tan solo amargos pozos de desconfianza. Procuras pasar desapercibido ya que aunque sabes que algunas de las gentes que viven en él nunca te han mirado diferente por tus ojos, otros tantos siempre te han temido. Un solo sentimiento recorre una y otra vez tu mente: No sobrevivirás solo. Eres ágil y puedes esconderte, pero tus ojos llaman demasiado la atención, temes tu propio poder y es más fácil pasar oculto con un grupo. ¿Qué mejor que un circo para esconderte?

De sobra sabías, cuando comenzaste tu camino, que los Moralta no estaban en casa. Unas semanas antes de lo ocurrido en tu hogar, ellos se fueron del pueblo en busca de un trabajador capaz de poner a punto los carros, junto al joven Haxow, de quienes también se burlaban sobradamente en el pueblo por su rostro. Pero, ya frente al portón de la casa de su hija, Wentadeh, haces de tripas corazón para intentar encontrar un refugio hasta que llegue tu única esperanza. Tocas la puerta con suavidad al escuchar una voz grave de hombre en el piso inferior. Es Dantelon, hablando con su hermana. Discuten sobre algo que no logras escuchar, pero se quedan en silencio cuando, alarmado por un ruido no demasiado lejano, golpeas la puerta. Hay una pausa demasiado larga y vuelves a golpear. Pides que te dejen entrar y, al reconocer tu voz, escuchas a alguien moverse rápidamente dentro, acercándose.
-¿Maddon? Oh, por Ictium, estabamos muy preocupados, hemos visto humo salir de vuestros viñedos -Te deja pasar, escucha cuanto quieras contarle mientras su hermano te acerca algo de comida. No es un hombre de palabras, y apenas te pareció amable con nadie, era mucho más frio y distante que cualquier otro, pero nunca jamás lo viste apartarse de tu camino, tratarte diferente o incluso peor que a los demás. Su mirada ahora es complicada, parece querer decir algo, pero Dantelon nunca ha sido alguien hablador. Conoces a ambos desde hace tiempo, así que no te sorprenden sus firmes posturas.
-Te esconderemos -Te asegura Wentadehn siendo reafirmada por el asentimiento de su hermano. Los hermanos te protegen y te ocultan de las visitas, de los peligros, del tiempo y los rumores. Te dan ropa no quemada, comida y reponen algunas de tus cosas, pese a que su humildad no les permite que sean demasiadas, al menos te dan techo y comida.
Tras la festividad de inicio de primavera, el 14 de ese mismo mes, Dantelon te lleva a su casa, y te esconde en una trampilla de madera donde otra persona, mucho menos llamativa que tú, llega unos días despues, el 17 según te dice Tady. Se trata de Geoffrey Halley, cuyo apellido te suena muy superficialmente.

Fecha de llegada: 10 de Samua del 1638
Tiempo cálido y cielos con nubes y claros.

Notas de juego

Los nombres solo son para que sepas a quién me refiero, pero no os conocéis.

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26/06/2022, 23:04
Dorotea / Emilia Lafaye
Sólo para el director

"Otro pueblo más", pensaba Emilia. Luego de recorrer unos y otros poblados todos empezaban a parecer iguales, por lo menos para ella, que solo estaba preocupada por encontrar un sitio seguro, lejos de donde habían venido. Comenzaba a dudar de su decisión: ¿y si realmente no había nada para ellas allí? ¿Si el escape era una promesa vacía? Miró a Dorotea, inquieta, pero la niña contemplaba las flores con la alegría de quien disfruta una tarde agradable y sin preocupaciones. Como si no estuvieran huyendo. A pesar de sus dudas, Emilia mantuvo una expresión impasible: esperaba que, si veían confianza en su rostro, los demás creerían que efectivamente la sentía.

¿Lo dejamos? —Dorotea había despertado de su ensoñación. No la engañaba la expresión de su hermana. Sin embargo, aún seguía sonriente.

Emilia negó con la cabeza.

Es nuestra mejor opción, de momento. —No notaba un ápice de duda en Dorotea: la estaba siguiendo ciegamente, como de costumbre.

Sus pesquisas las llevaron a la casa de una mujer de apariencia sencilla, que no hizo preguntas ante su solicitud. Como si se hubiera apiadado de los rostros extenuados de las niñas, ofreció sin más comida y prendas limpias mientras les contestaba. Dorotea miró con curiosidad a los tres pares de ojos que las esperaban en el salón y, tras una breve pausa, les dirigió una sonrisa sentida, abierta. Luego dedicó una reverencia a Wentadehn.

Es usted muy amable, señora.

En un gesto de reconocimiento, quizá, Emilia bajó la cabeza y volvió a mirar a la mujer. No dijo nada, pero aquella no parecía preocupada por su silencio. Daba a entender que podrían hablar más tranquilas luego de una comida. Las gemelas se miraron y, segundos después, Dorotea se sentó a la mesa mientras Emilia depositaba el bolso que cargaba en el suelo y hacía lo propio. La sopa caliente no resultaba particularmente atrayente en ese clima cálido, pero no estaban en posición de rechazar la amable recepción de su anfitriona, y lo cierto era que, con el saborcito a cebolla, era lo más placentero que habían probado en días.

Finalmente la mujer anunció que estaban esperando la llegada de sus padres al pueblo. Emilia vaciló, pero creyó que era buena idea seguirla hasta la casa de su hermano. Estarían más a salvo en algún lugar a cubierto. Tras terminar la comida, la siguieron hasta el exterior y por las callejuelas hasta una casa más grande, donde las recibió un hombre en apariencia parco.

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26/06/2022, 23:09
Dorotea / Emilia Lafaye

El hombre las invitó a pasar sin mediar palabra y la mujer las acompañó hasta un cuarto apenas iluminado en un subsuelo. Dorotea estaba por decir algo, pero Emilia le dirigió una mirada severa que la hizo detenerse: no estaban en posición de hacer ningún pedido; ya era un milagro que las dejaran quedarse allí sin costo, más considerando que no parecían gente muy acaudalada. "Colabora y no les des problemas". Dorotea le hizo puchero a su hermana, pero como si nada, se volvió a la mujer y le dedicó una sonrisa y otra reverencia.

Nuevamente se lo agradezco y esperamos no importunarlos en demasía —expresó con calidez y en tono exagerado. Destilaba sinceridad, pero su teatralidad podía resultar llamativa.

En cuanto la mujer se hubo retirado, Emilia dejó el bolso junto a uno de los camastros y se sentó con cierto cansancio. Solo entonces le dirigió una mirada al hombre con ojos azabache que estaba en la habitación con ellas. Nadie los había presentado y no tenía cara de querer hacer amigos. Apartó la mirada, sintiéndose un tanto incómoda, pero Dorotea hizo caso omiso de su reacción y le sonrió al hombre. La niña se veía joven –quizá ni de dieciocho años– y llamaba la atención la piel pálida, los ojos celestes y la cabellera rubia y larga.

Buenos días, caballero. Entiendo que usted también está aquí de paso. Puede llamarme Dora —se presentó como quien no quiere la cosa, con la misma teatralidad y haciendo una breve reverencia. Luego bajó un poco la voz y miró a su hermana de reojo. Se dirigió nuevamente al desconocido—. No le haga caso, no se le da bien hablar con extraños.

Emilia apretó la mandíbula, pero no los miró ni dio señales de haber escuchado. Se limitó a ver que las prendas hubieran entrado bien en el bolso. Creía que lo mejor sería darse prisa y ofrecer ayuda a los Moralta si de algo las necesitaban. Por un lado, mostrarse útiles era lo más recomendable, y por el otro, esperaba que tener una tarea que la ocupara la distrajera de la espera. Dorotea seguía hablando.

Los Moralta han sido muy amables al ofrecernos este lugar. Espero que sus padres se muestren igual de cálidos. No sería de extrañar, considerando la gentileza de su hija. Y sospecho que su hermano es un hombre bondadoso también.

La niña parecía ajena a la posible incomodidad de sus oyentes. Daba vueltas por la habitación, inspeccionando la mesa y el escaso mobiliario que había.

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27/06/2022, 05:35
Maddon Labac 'Mad, el Juglar'

Los gritos, el fuego, el olor del humo y la carne quemada. Sabía que todo estaría allí para siempre y lo peor no es que fuera algo que quisiera olvidar, sino que yo mismo lo recordaría cada noche para recordarme lo que mi voz había provocado. No lo había deseado pero sin embargo así había sido, sin quererlo había convertido la desconfianza y los rumores en un temor suficiente para que alguien se animará a llamar a los acorazados y ahora todo ardía por mi. Si, mi maldición me había salvado, no habían podido matarme ni llevarme pero a cambio de que?

Mientras golpeaba la puerta de la casa de Wentadeh, revivía. Que si ahora les estaba llevando la muerte a estas personas quienes había sabido ser amables conmigo pese a todo?

Una parte de mi que luchaba por seguir convida volvió a golpear suplicante, había otra que deseaba que esa puerta jamás se abriera para recibir así el castigo que merecía. Sin embargo finalmente se abrió, con amabilidad la dueña de casa me ofreció su hospitalidad. 

Apenas si intercambiamos algunas palabras, tenía la voz ronca por el humo y el llanto, pero también tenía miedo que debido a los nervios mi voz hiciera algo que no quería.

- No quiero traerles problemas, necesito escapar.

Dije y me ofrecieron ocultarme pase algunos días en casa de Wentadeh casi sin intercambiar palabras, ni tampoco molestar demasiado. Comía lo que me compartían, dormía dónde menos estorbaba y la mayoría del tiempo me quedaba en silencio. 

Cuando Dantelon me llevo a su casa y me dió un lugar en estás buhardilla pequeña agradecí por lo bajo y me interne en la penumbra. Pasaba la mayor parte del tiempo reviviendo el horror, soñando con los momentos en que Mellon y yo éramos felices por los valles, buscando aventuras y regresando tarde a casa, antes que los peligros asecharan y mucho antes que ella se convirtiera en una mujer y poco a poco comenzará a alejarse de mi. 

Cuando llegaron aquellas muchachas, ya estaba tan desacostumbrado a hablar que apenas si pude articular alguna palabra para responderles.

-Soy Mad...Le dije y parecía como si las cuerdas vocales estuvieran llenas de cenizas, luego solo agregue. También huyen con los Moralta?

No levanté la vista del suelo mientras las muchachas se acomodaban y mucho menos al hablarle. 

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27/06/2022, 21:51
Dorotea / Emilia Lafaye

Emilia se dio cuenta de que la inspección revelaba poco que una simple ojeada no pudiera captar. Dorotea estaba disgustada, pero comprendía la situación lo suficiente como para guardarse su opinión, por lo menos, en ese sentido. Era sorprendente lo poco que se habituaba a la decepción, pero cuando había seguido a su hermana, lo había hecho con la misma convicción con que ahora se disponía a hospedarse en esa casa a pesar de todo. Quizá era cuestión de tiempo. O quizá necesitaba mayor incentivo, no lo sabía.

El hombre respondió, para sorpresa de Emilia, aunque con una voz ronca, extraña. De inmediato sintió cierta desconfianza, que supuso esperable dadas las circunstancias que las habían llevado hasta allí. Dorotea, en cambio, poca sospecha sentía respecto de la actitud del hombre. Era evidente que no se le había pasado por alto aquel "también" cuando el caballero habló, y daba por sentado que quien huye no lo hace por diversión.

Pues sí, es la intención. —Se sonrió, complacida por recibir respuesta, acercándose nuevamente hacia donde estaba. Su hermana estaba a punto de reprocharle esa sinceridad cuando Dorotea se giró a verla, con una expresión de vaga sorpresa—. Creo que se encuentra en una situación similar. —Luego se volvió hacia Mad de nuevo—. No imaginaba que hubiera otros por aquí esperando también. ¿Hace mucho que se hospeda con ellos? 

Él no levantaba la vista, por lo que Emilia no podía determinar cuál era su reacción. La presencia del hombre suscitaba preguntas respecto de sus motivos, pero no era una situación en la que ellas querrían hablar abiertamente sobre el asunto, y le parecía evidente que sería igual para él. Aun así, quizá sí podrían determinar si tendrían que esperar allí mucho tiempo.

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28/06/2022, 00:25
Maddon Labac 'Mad, el Juglar'

Las nuevas refugiadas parecían hermanas casi idénticas sino idénticas, en un punto eso reavivó la herida de desconocer el paradero de su propia hermana melliza, con curiosidad les observaba toda vez que Dorotea volteaba a hablar o mirar a su hermana, y aunque lo hacía como un animalito asustado, desviando la vista hacia el suelo cuando sentía que los rostros de las muchachas se posaban en el suyo, bien podían hacerse una idea de sus facciones y de la tristeza que sonaba su rostro. 

Llevo un par de semanas, aunque aquí solo 4 días. He vivido toda mi vida en Islingfell pero ahora soy un indeseado entre su gente, salvó por Dandelon y Wentadeh, que me acogieron y ocultaron del resto del pueblo. 

Les relate en tono monótono, sin mirarles y frotando nerviosamente mis manos, signo inequívoco de lo que me costaba aquel ritual. Una parte de mi quería contar la historia por completo, como había contado historias a los pequeños en el pueblo tantas veces, pero la otra tenía lo que mi voz pudiera ocasionar. Aún estaba demasiado fresca la herida de lo que sucedió en los viñedos de mi familia y como había puesto en riesgo a todos.

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28/06/2022, 18:12
Dorotea / Emilia Lafaye

"¿Un par de semanas?", se preguntó Emilia. Si, como ellas, estaba esperando que aparecieran los padres Moralta, entonces quizá la espera podía extenderse más de lo pensado. Le daba cierta inquietud quedarse en un lugar por mucho tiempo. No estaban cerca de su hogar y no tenían por qué estarlas buscando por allí en particular, pero incluso si sus padres no habían considerado enviar a alguien tan lejos, siempre cabía la posibilidad de que les hubieran seguido el rastro al cruzar el río o la frontera.

Habían sido cuidadosas, tratando de esconderse de los ocasionales viajeros y colándose entre los fardos en alguna carreta, pero el paso por Cal'o'ah no habría pasado desapercibido. En general resultaba más difícil ocultarse en los pueblos, donde la gente reconocía a los forasteros con facilidad. Hasta que se hicieron con unas capas, Emilia no había estado tranquila. De hecho, incluso así, no lo había estado.

De todos modos, estaban más seguras allí que en cualquier otro sitio, que era mucho decir. Y si aquel hombre había vivido en ese pueblo toda su vida y había decidido hospedarse en esa casa igualmente, era evidente que confiaba en la familia.

No conozco los pormenores, pero me parece que, salvo los Moralta, su gente no ha sido generosa con usted —decía Dorotea en ese momento—. Según tengo entendido, el señor y la señora Moralta están de camino. Ya no debería ser larga la espera.

Era como si intentase darle ánimos a aquel desconocido, aunque no conociese nada de su historia. Emilia se giró hacia él, que pareció apartar la mirada justo entonces. "Lo ha de estar incomodando", pensó, suspirando, y se incorporó.

Puede que les sea útil nuestra ayuda —dijo con la misma expresión impasible de antes. Se dirigía más que nada a Dorotea, por supuesto. Esperaba que la siguiera, pero la chica parecía entretenida conversando.

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28/06/2022, 21:46
Wentadehn Moralta

Unos suaves golpes os sobresaltan unas horas después de encontraros encerrados en ese lugar. Tras un pequeño momento de espera, Tady Moralta abre la puerta y se asoma al interior.
-Es hora de cenar -Avisa, con una sonrisa claramente cansada en el rostro -Están las ventanas cerradas, nadie podrá veros, subid un rato a estirar las piernas -Os explica, suponiendo que podais tener cierto recelo a salir de ese seguro escondite. En el salón de la casa, encontrais la mesa puesta con unas velas encendidas en el centro. El olor, que no llegaba a colarse en vuestro escondite, pero el exterior estaba completamente impregnado del delicioso olor a estofado de algún tipo de carne de caza y hortalizas. También hay un aroma a vino caliente especiado y podéis ver queso curado y trozos de pan a ambos lados de los platos. Además de vuestra cena, Dantelon también está sentado con un tercer plato delante suyo y os saluda con un gesto de cabeza.
En el exterior, se oyen los relinchos de un par de caballos molestos y voces de cuatro personas, dos hombres y dos mujeres, o eso es lo que creeis, se les oye hablar sumamente bajo, una de las mujeres suena realmente enfadada, pero no lográis comprender qué dice.

 

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28/06/2022, 21:47
Narrador

Te sobra y te basta escuchar medio atento para reconocer la voz amable del señor Moralta y el melodioso timbre de Artell. También la que supones que es la voz de Haxow, quien, como tú, pertece a Islingfell, solo que él fue maltratado e ignorado por mucho tiempo antes de que nacieras. Una sombra por las calles del pueblo que jamás se acercó a vuestra casa y fue adoptado por los Moralta cuando tenía 13 años. Realmente nunca lograste verle bien el rostro ya que siempre se mantenía oculto e intentando pasar desapercibido.

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28/06/2022, 22:20
Maddon Labac 'Mad, el Juglar'

Asiento con la cabeza en silencio ante las afirmaciones de que salvo los Moralta no habían sido generosos conmigo en el pueblo. Aunque la realidad era mucho mas compleja, de momento sentía que de contar aquella historia mis emociones se saldrían descontroladas. Por fortuna la interrupción de Wentadeh me evito tener que sumergirme en mis pensamientos o buscar algo que hacer. 

Me puse en pie y voltie hacia la anfitriona, esbozando una sonrisa que nada tenia que ver con el rostro que hace segundos portaba.

- Son ustedes muy amables por todo lo que hacen por mi - dije y rápidamente me corregi dirigiendo una fugaz mirada a las gemelas allí en la trampilla. - Por nosotros.

Les deje pasar primero a las muchachas y finalmente ascendí para verme embriagado por los olores. Si bien me habían alimentado la verdad es que la escena, sumado a a disposición hogareña me hizo entrar una terrible añoranza de lo que ya no volvería. Por un instante desee que Mellon entrara de la cocina cargando unos panes recién horneados, pero sacudí la cabeza convenciéndome de que eso no era posible. Con caballerosidad retire las sillas para que se sentaran Emilia y Dorotea, luego cedí el asiento junto a Dandelon para Tady y finalmente ocupe mi lugar algo retirado del resto. 

No habiamos empezado a comer que se oyeron cascos y voces fuera de la casa, reconoci la voz de Moralta, entonces mi rostro se ilumino y antes de que cundiera el panico mire a Dorotea por primera vez sin bajar los negros ojos hacia el piso y les dije:

- No deben preocuparse, es Maesse Moralta, su amada Artell y el laborioso Haxow.

Entendía el pánico que podía haberle despertado a las hermanas, pues por un instante antes de reconocer la voz hubiera pensado que había atraído la desgracia a la casa de Dandelon y estaba a punto de salir corriendo de allí, por lo que sentí oportuno calmarles diciendo aquello.

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29/06/2022, 16:21
Dorotea / Emilia Lafaye

Emilia ya se disponía a retirarse cuando se escucharon unos golpes en la puerta. Instintivamente se agazapó en su lugar, pero cuando entró Wentadehn, retomó la postura habitual, aunque con lentitud. “¿La cena?”, pensó sorprendida. No se había percatado del paso del tiempo. Ante el agradecimiento de Mad, asintió en señal de acuerdo, y tras ello la siguió en silencio, con Dorotea por detrás y su reciente conocido el último.

Las recibió un olor agradable a comida; sin duda, una bendición tras las últimas semanas. Tal y como había prometido Wentadehn, las ventanas estaban cerradas. Dorotea le agradeció cálidamente a la mujer y luego le extendió una cortesía a Mad cuando este apartó las sillas para que se sentaran, lo cual se aprestaron a hacer tras ello. Dandelon, que ya estaba allí, no soltó palabra, pero saludó con un gesto al que Dorotea respondió con una sonrisa.

Emilia debía admitir que no esperaba que les permitieran sentarse a la mesa con ellos: no eran familia ni amistades, ni siquiera conocidos. Y sin embargo, la soltura con la que se las trataba llevaría a pensar que eran unas invitadas cualesquiera. Era evidente que no era la primera vez que hospedaban gente como ellas. Quizá ni siquiera Mad había sido el primero. Considerando el riesgo que podía generarles, llamaba la atención. Si aquello era alguna especie de trampa, nada en la actitud de sus anfitriones la hacía creer que se encontraba en peligro; por lo menos, no más de lo usual.

Escuchó unas voces afuera. Eran apenas un murmullo, pero había un dejo de descontento en una de ellas: ¿una discusión? Miró a Dorotea y notó que ella la miraba también. Si escuchaban pisadas aproximarse, decidió que lo mejor sería echar a correr. Miró de reojo el otro extremo de la sala. ¿Podrían salir por alguna puerta trasera? Pero antes de que continuara esa línea de pensamiento, Mad las tranquilizó: el señor Moralta. Claro, ya debía conocerlo siendo de ese pueblo. “Un poco más y nos habríamos perdido su visita”, pensó.

Si es el caso quizá el señor guste comer en compañía —dijo Dorotea mirando a Wentadehn, que sabría si correspondía quedarse sentadas o retirarse. Aún no habían tocado los platos, distraídos como estaban con el movimiento fuera.

¿Quién es Haxow? —le preguntó Emilia a Mad. Era la primera vez que se dirigía a él directamente. Creía que solo los Moralta estaban enterados de su presencia allí y la mención de más desconocidos le inspiraba desconfianza.

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29/06/2022, 17:06
Wentadehn Moralta

Dantelon, viendoos poco receptivos a la comida, comienza tranquilamente a dar buena cuenta de su estofado, en el que flotan buenos trozos de verduras entre los de carne. Podeis diferenciar algo blanco y algo naranja, ademas de cebolla, que es claramente inconfundible por encontrarse partida en cuatro. Tady sonrie a Maddon ante sus palabras y hace un gesto con la mano para quitarle importancia.
-Estamos en unos tiempos sumamente dificiles... nos ha costado mucho compender lo que nuestros padres estaban haciendo, y ahora por fin comprendemos todo -Dice, pasándole al muchacho la mano por la cabeza en una caricia cariñosa. Pese a su apariencia cansada, Tady parece estar feliz, de forma que su sonrisa no desaparece, e incluso se agranda cuando reconoceis las voces de la entrada.
-No tardarán en entrar, están descargando las cosas, pero todavía es pronto para que salgais -Con la misma ternura que ha utilizado para acariciar a Mad, retira uno de los mechones de pelo de Emilia a detrás de su oreja -No os preocupeis, ahora preparo lo suyo, id cenando, por favor -Os insiste, quitándose de en medio para que podais sentaros y se va a la cocina, donde se escucha ruido de platos y, con una voz sumamente suave, una canción de cuna que Tady parece estar cantando.

 

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30/06/2022, 16:05
Maddon Labac 'Mad, el Juglar'

La caricia de Tady me transporta a épocas mucho más felices, cuando éramos unidos con Mellon e incluso solíamos jugar junto a Dandelon y Tady. Mi hermana siempre era la más traviesa de todas y yo su fiel lugarteniente, pero ellos no se quedaban atrás. 

Luego cuando paso lo del árbol, nos distanciamos. No solo con los moralta sino también con mi hermana y todos parecieron volverse adultos de la noche a la mañana, fue entonces que yo las veces que venía al pueblo me dedicaba a contar historias a los pequeños. Muchas de esas historias nacían en los juegos que mi hermana había inventado, pero les agregaba personajes, giros inesperados y siempre un final sorprenden que les dejara riendo o a veces pensando.

Sacudí mi cabeza para quitarme el ensueño y le sonreí a Tady mirándola con mis ojos azabache antes que se retire a la cocina, y entonces empiezo a comer. 

Levanto la vista luego de un par de cucharadas de estofado y por un instante formuló las palabras en mi mente para dirigirme a Dantelon, pero entonces bajo la vista al plato y cargo otra cucharada que llevo a la boca en silencio. 

 

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30/06/2022, 20:26
Dorotea / Emilia Lafaye

Emilia escuchaba a Wentadehn con atención. Daba a entender que hubo un tiempo en el que la relación con sus padres habría sido más tensa, aunque no podía estimar cómo sería en el momento. ¿Qué habría pasado para que ella y su hermano cambiaran de parecer? En el fondo deseaba preguntar muchas cosas, pero apenas habían llegado ese día y no quería parecer impertinente cuando esa gente las había acogido sin hacer ninguna pregunta. Dorotea, que no sentía de la misma forma, igualmente se quedó con las palabras en la boca, ya que Wentadehn debió ir a preparar unos platos para los recién llegados.

Cuando la mujer le rozó la cara para apartarle un mechón antes de retirarse, Emilia abrió mucho los ojos, pero no se movió. Sintió cierta nostalgia de las caricias de su madre. A pesar de la decisión que habían tomado, no podía negar el cariño con el que habían crecido. Quizá por eso se había sentido tan traicionada aquellos últimos días en su hogar. Y sabía que Dorotea, que miraba su plato algo abstraída, lo sentía aún más, dado que sus padres habían sido incluso más demostrativos con ella.

Se giró nuevamente hacia Mad, pero este parecía estar perdido en sus pensamientos en ese momento. “Supongo que ya nos enteraremos”, pensó. Dorotea ya había empezado a comer y ella era la única que no había probado bocado aún. Se llevó a la boca un trozo de pan remojado mientras pegaba ojeadas a la puerta, a la espera.

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30/06/2022, 21:44
Arsa Kenteni

Repentinamente, en mitad de toda esa tranquilidad y alegría, la puerta de la calle se abre y entra una hermosa mujer de piel oscura, cabellos rizados recogidos bajo un pañuelo que no los doma por completo y ropas humildes de color pardo. Parece increíblemente molesta.
-¡No, claro que no! ¿Que os pensais que... -Su frase se corta al encontrase con vuestras miradas. Dantelon se levanta de la mesa y la chica se cruza de brazos. De su mirada parecen salir rayos cargados de odio pero, sin decir nada, resopla y sale inmediatamente de la vista, subiendo al segundo piso sin molestarse ni en cruzar una palabra con los dos hermanos.

 

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30/06/2022, 22:13
Henewo Moralta

-¡Arsa! -Exclama exasperada la voz de un hombre, que no tarda en aparecer por la puerta. Dantelon levanta la mirada y, por primera vez desde que llegasteis, habla para presentaros a su padre, salvo a Maddon, que ya lo conoce. Tras él entra una mujer de cabellos canosos, sonrisa deslumbrante al veros a todos allí. Se gira a la puerta y hace gesto a alguien fuera.
-Que aproveche... Soy Henewo Moralta -Dice el hombre, mirando fugazmente a las escaleras. Suspira, resignado, y deja una bolsa de viaje a un lado de la puerta. Wentadehn sale de la cocina en ese momento y se acerca a abrazar a su madre, quien está pendiente del cuarto integrante que falta, Haxow.
-Cenad con calma, por favor -Os pide el hombre, sentandose pesadamente en una de las sillas, con ojeras y claramente agotado por algo. Tady se acerca, preocupada, mientras Dantelon que ha terminado de cenar, va a la cocina a dejar su plato.
-Tranquila, hija... es solo que no soy tan jovial como antes, el camino ha sido sumamente largo y llevamos en movimiento desde ayer... queríamos llegar rápido por algunos rumores -Aún con gesto cansado, se gira a joven Maddon y le apoya una mano en el hombro con gesto paternal -Lo lamento, muchacho -Murmura con voz apesadumbrada. Es evidente que ninguna de las personas que viven en la casa se siente bien con lo ocurrido. Artell desaparece en la cocina con su hija mientras terminais de cenar, dandoos espacio para ello, aprovechando que Dantelon sale al exterior a ayudar con lo que sea que retiene a Haxow.

 

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01/07/2022, 00:44
Maddon Labac 'Mad, el Juglar'

A fuerza de evitar hablar había comido aquel sabroso plato de estofado apenas dejando unos segundos entre bocado y bocado. Mi vista estaba fija en el plato y no fue hasta la irrupción de Arsa, que Levante el rostro y mire en derredor. Cuando el señor Moralta hizo aparición, casi el al mismo tiempo que Wentadeh salió de la cocina para abrazar a su padre, yo me puse de pie y saludé a ambos con una ligera flexión y un bajar de cabeza. Así se me había educado en casa para expresar nuestros respetos.

Vuelvo a tomar mi asiento y permanezco silencioso escuchando lo que dicen. En verdad sentía que estaba abusando de la hospitalidad y buena voluntad de la familia Moralta pero mi situación era en extremo desesperada y no tenía otra forma para huir de allí sin levantar sospechas. 

- Mis padres no creyeron que vendrían por mi, pero...ha Sido mi culpa. Llevo está maldición y hago cosas que no deberían ser posibles. 

Le dije tras agradecer su gesto con una mirada, las palabras fluyeron y tuve que detenerlas, mis ojos estaban enrojecidos y mi labios temblaban de impotencia y culpa cuando al fin deje escapar como me sentía al respecto con lo sucedido. Tome aire antes de añadir unas palabras más.

- No quiero abusar de vuestra amabilidad señor, pero realmente apreciaría si puede incluirme en su caravana. Podría contar historias. Mire a Dandelon y luego a Tady.  Siempre se me ha dado bien. 

 

 

 

 

 

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01/07/2022, 17:05
Dorotea / Emilia Lafaye

En medio de la silenciosa comida, ingresó al hogar una sucesión singular de gente. Cuando entró un hombre mayor con otra mujer, pudieron deducir que se trataba de los padres Moralta porque Mad se había incorporado rápidamente. Las gemelas hicieron lo propio, Dorotea dedicándoles una reverencia y Emilia bajando la cabeza en señal de respeto.

Muchas gracias, señor. Espero el viaje no haya presentado muchas dificultades —respondió Dorotea—. Dora, a su servicio, y esta es mi hermana Emi.

Un placer —dijo Emilia en tono firme.

No volvieron a sentarse hasta que él tomó asiento. Emilia escuchó la mención del señor Moralta sobre unos rumores y se removió en su asiento. No sabía desde dónde habrían viajado y tampoco sabía sobre los asuntos de aquel reino como para hacer alguna conjetura, pero si había hecho que apuraran el paso, no podía ser nada bueno.

¿Qué tipo de rumores? —preguntó.

Estaba claro que Mad tenía cierta confianza con aquel hombre, incluso con su trato formal. “¿Caravana?”, pensó Emilia. Estaba un poco perdida: no conocía sobre los Moralta; la única razón por la que había acudido a la familia era por un rumor sobre un grupo que toleraba ciertas “extrañezas” y ayudaba en esos casos. Mad parecía tener una idea más clara sobre el asunto. Dirigió la mirada a Dorotea, que la miró a su vez con el desconcierto patente en el rostro.

A decir verdad, no somos de por aquí y no sabemos mucho sobre el pueblo y su gente. Hemos venido porque escuchamos un rumor sobre un grupo más… abierto a ciertas peculiaridades —explicó Dorotea, vacilando. Hasta ella sabía que se movían en terreno peligroso.

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01/07/2022, 18:09
Henewo Moralta

El pasado desagradable que los tres muchachos llevaban a sus espaldas no sorprendió a Henewo, tampoco Artell se vio afectada, pero sintió lástima por ellos. No tenían edad de estar huyendo, sino de estar en casa o buscando una pareja. Suspiró, colocando varios platos en la mesa y sentandose a cenar mientras Henewo, que parecía algo más descansado, se colocaba bien, dispuesto a responder vuestras preguntas e inquietudes.
-Tus padres eran grandes personas, Maddon... -Le dijo, intentando tranquilizarlo -, no nos estás poniendo en peligro ni mucho menos eres una molestia, muchacho, no debes preocuparte -Su voz era calmada incluso hablando de temas como esos. Sonrió afablemente cuando el chico mencionó que podía ofrecerse a contar historias si le permitían viajar con ellos. También escuchó a las hermanas con interés, riendose ante la mención de las peculiaridades. No había querido reirse en un momento así, se notaba que se había avergonzado levemente, pero se recompuso antes de continuar.
-Disculpad mi osadía si os pregunto de dónde sois, queridas -Pregunta de forma indirecta, dándoos algo de tiempo para contestar. En cuanto escucha vuestra procedencia, asiente -Es un gran reino, lamento que, como los demás, no está a salvo de los enviados del fuego -La mención a los cazadores de dones hace que la voz de Henewo destile odio, es tan claro como el agua que la persona que teneis delante no tolera a esas personas y, tal como ha llegado, ese odio se evapora.
-Somos los dueños de una caravana circense -Explica, como si fuera una historia-, antiguamente solo disfrutábamos del viaje y conocíamos mundo y a la gente que vivía en él... pero las cosas se complicaron cuando el cielo se tiñó de negro -La alusión al eclipse hace que a todos os pase por la cabeza lo sucedido, fuerais más o menos mayores, el cielo se oscureció al punto de que durante las horas de más sol, parecía la noche más oscura -. Nosotros... no estamos de acuerdo con lo que está pasando, no creemos que nadie merezca morir solo por tener habilidades que el resto no tienen -Continúa, tras la pequeña pausa que ha hecho al mencionar tan aciago acontecimiento - y, tal como ha propuesto Maddon, queremos ayudar a todos los que estén en nuestra mano con nuestro circo -Como intentando dar solidez a sus palabras, el señor Moralta abre las manos, mostrando las palmas cubiertas de callos de una vida de trabajo humilde. Se toma un momento para respirar hondo, parece que todo lo que os cuenta le afecta de alguna forma muy profunda. Esta vez, además de a las gemelas y al suelo, mira a Mad, a quien también tiende una mano.
-Las Medusas -dice, haciendo una pausa dramática que hace que su mujer lo regañe, llamandole la atención. Se rie, suavemente, y continua -, lo siento. En Las Medusas, un archipiélago al norte de Bjornholm, podríamos encontraros un lugar seguro donde podáis esconderos hasta que todo esto se tranquilice. Se cree que está repleto de monstruos pero tenemos firmes razones para creer que no es más que una zona inexplorada y que los animales que allí habitan han causado que los navíos que se acercan crean haber visto monstruos inimaginables. Por desgracia, no cualquier persona nos cruzará con su barco, nadie quiere exponerse a morir si no hay una gran suma de dinero de por medio... y para ello necesitamos la caravana -De nuevo, sus ojos brillan de una forma juvenil y traviesa que lo hace verse sumamente joven de repente -, hemos pensado... que podríamos utilizar el circo Moralta como tapadera para hacer el trayecto ganando suficiente dinero para conseguir un pajase directo a estas islas. Tendremos que esquivar a los acorazados pero... nadie esperará que unos Dones vayan mostrandose tan alegremente con ropas llamativas y pregonandose a los siete* vientos -Repentinamente, parece nervioso por haberse sobreexcedido en su entusiasmo y se apresura a explicarse -Por supuesto, dejaremos que vosotros escojais el recorrido, nosotros solo queremos ayudar siguiendo con nuestro espectáculo, comprenderemos si no os fiais de lo que digo... -Artell, que estaba más preocupada en otras cosas, está ahora atenta a vuestras palabras, aclarándoos, con voz suave y tierna, que podreis cambiar de idea en cualquier punto, que no teneis ningún tipo de obligación con ellos.

 

Notas de juego

*Está puesto a propósito, simboliza los reinos, no los puntos cardinales.