Partida Rol por web

Live Without Limits

Día 1 - Bienvenidos a Westworld - Sweetwater

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03/05/2017, 20:23
Sophie Madison

Desde luego Lydia parecía bastante más entusiasmada que yo con la idea de haber acabado en el oeste, que a mí me apetecía tanto como una apendicitis.

- Sí, es increíble. - Véase que las palabras salieron de mis labios cargados de ironía. - Mis vacaciones inolvidables no se parecían a esto, la verdad.

Aquí no había nada divertido: balas, polvo, suciedad y por lo que habíamos visto, sangre, mucha sangre.

- Sólo lo hubiera podido hacer un poco más divertido si nos hubieran mandado a Auschwitz.

En fin, podía estar protestando por el haber acabado en el lejano oeste durante días y días y me iba a dar igual, porque no había una puerta en la que pusiera encima que allí estaba la salida y que me podía volver a mi casa. Además, como poco, pensaba pedir que me devolvieran el dinero, porque esto, sin duda, no cumplía mis expectativas, pero ni las más remotas.

Viendo que iba a tener que hacer algo, tampoco me iba a encerrar en mi habitación hasta que se terminara aquella pesadilla, que ya había sopesado esta opción, miré a Lydia.

- Pensaba buscar una tienda y comprar ropa para poder cambiarme cuando me dé un baño. ¿Te apetece? Así damos una vuelta por ahí. - Con un poco de suerte no terminamos con una bala entre las cejas.

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02/05/2017, 20:17
Archer Jackson

Si prendía fuego a aquel decorado mejor, que aprendieran a hacer mejores aparatos y no estructuras de papel maché. Y que se echaran gasolina en las pelotas y se prendieran aquellos mamones... sí...

El gordo volvía cabreado. —¿Que qué me creo? ¡¿QUE ME CREO?! ¿Qué te crees tú, puto mamón para hablarme así?! 

Saqué mi arma pero no para dispararle, no quería escuchar disparos, estaba lleno de furia, perido de vómito y quería alcohol y venganza.

Tome el arma por el cañón y le aticé con la empuñadura en la cara —Puto mamón de mierda, puto saco de carbón, te voy a arrancar los ojos y te los voy a hacer comer —fui a golpearle en la cara una y otra vez.—¿El Sheriff? ¡Al Sheriff le han volado la cabeza hace un instante! ¡PUM! ¡Con una pistola como esta! JAJAJA ¿No es gracioso? Toma, también hay sangre para tí, ¡Sangre y vómito! 

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04/05/2017, 19:29
Sarah Winters

Cuando antes de salir oí los disparos esperé unos segundos para estar segura de que todo había terminado. Miré al fotógrafo, y sólo cuando pude sentirme tranquila salí de la tienda. Al ver los caballos corriendo una parte de mí pensó que si todo esto era un teatro que usasen animales y los asustasen así no estaba del todo bien. Otra parte de mí sintió cierta curiosidad.

Al acercarme al saloon y ver los tres cadáveres palidecí. Aún racionalizando que no eran reales la impresión era, bueno... Demasiado. Miré alrededor, intentando adivinar qué había pasado. No llevaba en el lugar ni una hora y ya había visto cinco muertos. Si iba a ser siempre así una de dos: o me acostumbraba, o iba a disfrutar bastante poco las vacaciones.

Vi a Ethan subirse con tres mujeres y di por hecho lo que iba a hacer. Me sonrojé al momento, con la sola idea de tener que contar algo así a nuestros padres. No creía que lo hiciese, y mucho menos de forma clara, pero... Joder. Que acababa de llegar.

La actitud del barman, como si todo fuera verdaderamente, normal, me descolocó un poco. Me acerqué con paso dubitativo, mirando a ambos lados para asegurarme de que ya todo había pasado. Al ver que uno de los viajeros del tren parecía dolorido por el hombro tuve un ojo sobre él.

—Eh... —empecé a decir, intentando contestar al que atendía la barra sin encontrar las palabras—. Sí, claro. —Entonces me di cuenta de algo: ¿hasta dónde habrían llevado la ambientación?—. Póngame algo suave, por favor.

Con esas palabras me quedé al lado de la barra, sin saber muy bien cómo proseguir con lo que había venido a hacer. Las palabras de mi compañero me pillaron un poco por sorpresa, y cuando me tendió la mano la tomé con la mía, sonrojándome un poco.

—Yo soy Sar... —empecé a decir, aunque no tardé en corregirme—. Evangeline. Evangeline Clanton. Pero mis amigos me llaman Eva.

Tras decir eso me sentí un poco más segura, como si la piel de Eva cubriendo la mía pudiera protegerme de alguna forma. Formé una sonrisa cómplice antes de volver a mirar alrededor.

—Pues todo esto... No me lo esperaba, la verdad —respondí—. Y no suelo llevar bien ver sangre, ni nada de eso. —Al decir esto busqué un taburete sobre el que sentarme e intenté hacerlo como lo haría una señorita—. El señor Jones es el fotógrafo, dice que esto es de lo más normal, que siempre es así.

—Tú... ¿Sabías algo de que era así? —pregunté antes de devolverle también su pregunta—. ¿Cómo lo llevas?

Sin embargo sucedió algo que me sobresaltó: el disparo de un arma de nuevo. Me agaché un poco sin dejar el asiento, por puro instinto, cubriéndome la cabeza, mientras buscaba al tipo que había apretado el gatillo. ¿De verdad se había disparado a sí mismo? ¿Es que estaba tarado?

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04/05/2017, 20:59
John Smith (Vicente Navarro)

La chica era mona y simpática. Esto último me alegró pues últimamente, o mejor dicho, en este lugar, no parecía abundar la gente así. Se sonrojaba con facilidad y trataba de mostrarse cauta. Era el tipo de persona que podía caerme bien, aunque mejor no precipitarse que el mundo está lleno de decepciones.

- Evangeline entonces – Sonreí, estaba claro que por algún motivo estaba usando otro nombre. Aunque no me podía quejar al fin y al cabo yo lo dice hace unos minutos. No sabía realmente su motivo, pero busqué su complicidad para tranquilizarla – Bueno, aquí me hago llamar John Smith, no sé como llevaría la chusma esta un nombre hispano – Bromeé

Me comentó sus impresiones y me di cuenta que no distaban en demasía de las mías – Bueno, a mi tal vez no me resulte un elemento tan extraño, el de la sangre, pero la verdad es que no le pillo demasiado la gracia.

Me senté en un taburete al lado de ella – No. No tenía ni idea de que iba a encontrarme. Bueno si, solo que iba a ser un derroche económico tremendo – De nuevo empleé otra pequeña broma.

Levanté los hombros – Si te digo la verdad, tengo la sensación de que no he conseguido aún encajar en este lugar. Bueno, al menos hasta hace un momento – Le guiñé un ojo y observé como se tomaba el comentario

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03/05/2017, 22:51
Ethan Bullock

Aproveché el camino hacia la habitación para ir comenzando a palpar las carnes de las tres señoritas, aunque ver de reojo el pelo de la pavisosa me distrajo por un momento. Se suponía que tenía que encargarme un poco de ella, pero bah. Si estaba en el Saloon significaba que estaba sana y salva. A lo mejor hasta encontraba con quien divertirse un rato. Me reí entre dientes con lo poco creíble que me resultaba incluso a mí mismo ese pensamiento y volví a dedicar mi atención por completo a las prostitutas. 

Eran bonitas, con carnes prietas y tersas como las escorts de lujo que estaba acostumbrado a ver en las fiestas. Hasta parecía que estaban limpias y menos mal, porque si no no me acercaría a ellas ni con un palo. Nada que ver con cómo me imaginaba yo que serían las putas realmente en el salvaje Oeste. Poco a poco iba entendiendo que el parque no era tanto una recreación histórica sino una recreación de las fantasías del imaginario colectivo. Más emocionante, salvaje y libertino. Más cojonudo. 

Al llegar al dormitorio, sin embargo, añoré un jacuzzi, una cama redonda, un minibar con una botella de champagne francés enfriándose... Algo más que una cama cutre y unos muebles feos y anticuados. Pero ah... Las chicas y sus dedos traviesos eran capaces incluso de hacer que me olvidase de eso. 

Dejé el sombrero sobre la mesa, porque estaba claro que en un lugar como ese lo más importante después de una buena pistola era tener clase al usar el sombrero. Al quitarlo, al ponerlo, al saludar tocando el ala... Todas esas mierdas que daban una imagen y una actitud, joder.

—Preciosas... Venid aquí —dije, abriendo los brazos, como si estuviera ofreciéndome para ellas. 

Y después... Después una de mis manos buscó directamente el pecho de la pelirroja para masajearlo juguetonamente y la otra rodeó a la rubia por la cintura para pegarla a mí y buscar su boca con la mía. La besé con ansia, mordiendo sus labios y buscando su lengua con la mía. Y tras un par de segundos la solté por un momento para mirar a la morena y dedicarle una sonrisa pícara de medio lado. 

—Déjame las pistolas puestas, nena —dije, esperando que entendiese que quería que empezara a desnudarme. Aquello iba a tener que ser un trabajo en equipo. Pero sin detenerme a comprobarlo. La boca de la rubia estaba caliente y húmeda y quería volver a ella. 

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05/05/2017, 14:45
Narradora

-Siento decirle, señor Adams, que para que la inmersión en el parque sea completa solo hay comunicadores como estos en los pueblos más grandes- dijo la voz al otro lado. –Cuando ideamos este lugar lo ideamos como un paraíso en el que se pudiera desconectar de las obligaciones cotidianas, eso incluye la comunicación con el exterior. Si viera la tecnología que hay detrás de todo lo que le rodea, las cosas perderían su encanto, ¿no cree?

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05/05/2017, 14:46
Samuel Millay

El sheriff, el cazarrecompensas y la mujer habían abandonado el edificio, no así el borracho.

-¡Eh, tú, amarillo! ¡Sácame de aquí y te guiaré a la mayor cantidad de oro que pudieras imaginar! ¡Lo juro por la tumba de mi santa madre!- gritaba y gritaba desesperado, sacando los brazos entre los barrotes de la celda para tratar de alcanzar… lo que fuera. 

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05/05/2017, 14:46
Ruby Rose Petterson

Ruby cogió algo de tabaco y lo masco. No parecía el tabaco al que estaba hecha, pero era nicotina al fin y al cabo. Aquella mierda le dejaría los dientes negros como el culo de un burro. Asintió a la proposición del sheriff, echar un vistazo a los problemas y marcharse. Ser pistola de alquiler pintaba divertido, pero mejor sería recorrer esas salvajes tierras con un experto como el cazarrecompensas.

Notas de juego

PNJtizada.

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05/05/2017, 14:46
Ray

El cazarrecompensas ni desenfundó mientras seguía al sheriff, pero mantuvo las manos cerca del cinto de su cadera. El paisaje que encontraron al entrar fue el de tres cadáveres en el suelo. Uno de ellos era la prostituta que había tenido Héctor en su regazo y que ahora yacía con tres disparos en el pecho. Alrededor de lo que era la mesa de juego había dos cuerpos más, pertenecientes a los jugadores que hace no tanto estaban sentados apostando. Las cartas yacían sobre el suelo, tiñéndose de la misma sangre que ahora encharcaba los tablones y comenzaba a coagularse poco a poco.

En la barra estaba el camarero, que se afanaba en recoger cristales de botellas rotas y de secar licores vertidos por el suelo. Ahí también estaban Vicente y Sarah, junto con el tipo que hablaba tan raro, Jacobi.

-Menos mal que ha venido jefe, ese maldito de Héctor Escaton la acabó liando antes de marcharse- dijo el barman entre frote y frote con el paño.

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05/05/2017, 14:47
Ray

El barman se afanó en recoger cristales y empañar un trapo con los licores vertidos, un desperdicio que debía quitar de en medio porque no vendía. Por los agujeros de bala en los mueble poco podía hacer, eran gajes del oficio y de la época. Antes había servido otro whisk

Por la puerta entraron Ruby, el cazarrecompensas Declan y el sheriff, Douglas. Este último llevaba una escopeta entre sus manos.

-Menos mal que ha venido jefe, ese maldito de Héctor Escaton la acabó liando antes de marcharse- dijo el barman entre frote y frote con el paño.

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05/05/2017, 14:47
Lydia Orlova

Sonreí ante sus palabras, Sophie me parecía muy divertida. Era una mujer auténtica y no como todas las mujeres sosas que solían rodearme. Me río con su comparación con un campo de concentración, la verdad es que a mí en cierto modo aquello me parecía divertido. Excitante quizás, porque aquellos hombres rudos tenían un no se qué.

-Claro, no parece que las opciones sean muy amplias, pero podemos dar una vuelta a ver qué hay de ropa para comprar. No será como un paseo por la quinta avenida, pero mejor esto que pasar un par de días sin siquiera una muda de bragas- bromeé y firmé el libro que la mujer de recepción me tendía, pagando como mi compañera la suma de un par de noches. No sabíamos cuánto duraría la experiencia, pero mejor prever un par de días de adelanto. –Con suerte nos encontramos con un apuesto vaquero que saque nuestro lado más salvaje- añadí con tono sugerente y luego reí de nuevo.

Despedí a la mujer de recepción y me encaminé hacia la puerta, esperando que Sophie me acompañara. Me moría por echar otro ojo fuera y comprobar si el bandido del sombrero negro seguía por ahí.

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05/05/2017, 14:48
Narradora

Al cruzar el umbral varias manos comenzaron a pasearse por el cuerpo del joven. Antes de que pidiera nada por esa boca que las tres se morían por devorar, le empujaron para sentarle sobre el jergón. Era cómodo, en cierta forma, parecía relleno de plumón y mullido hacia no tanto. La manta era recia, pero con tres cuerpos extra sobre la cama poca manta haría falta para calentarse. No había muchos lujos en la estancia, al menos que pensaras como en la época, que aquello debía ser el lugar más lujoso de todo el saloon.

Las tres mujeres reían, excitadas. Alguien diría que era surrealista que una persona que ha visto la muerte tan de cerca acabara con ese nivel de líbido. Lo cierto era que la respuesta que se desencadenaban cuando sentíamos miedo, eran fácilmente reconocidas por el cerebro como atracción sexual. Era una reacción química del cuerpo humano que nos hacía sentir “conectados” con la persona junto a la que sufrimos de un susto o una tragedia.

La rubia besaba de forma pasional, como si lo hiciera por su propio placer más que por un trabajo que luego le pagarían. Mientras tres pares de manos peleaban contra la ropa de Ethan para dejarlo como su madre le trajo al mundo, pero con pistolas.

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05/05/2017, 14:49
Holly

-Tú mandas, vaquero- respondió con tono insinuante, mientras su boca buscaba su pecho y lo recorría con su lengua. La pelirroja llevó una mano a su entrepierna, mientras él le masajeaba el pecho, palpando con manos habilidosas su nuevo juguete por esta noche.

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05/05/2017, 14:49
Narradora

Thomas, el maquinista que había vuelto para ver a su mujer e hijos en Sweetwater, alzó la voz para tratar de espantar al viajero de su lugar de trabajo. Estaba intentando romperle o robarle la máquina, aún no lo tenía muy claro. Cuando sacó la pistola, alzó ambas manos antes el miedo a llevarse un disparo.

-No, no, no, por favor. Tengo una familia- dijo en un tono lastimero de súplica, lo que no esperaba es lo que pasó a continuación.

Golpe tras golpe la sangre comenzó a saltar. La rabia del momento tiñó todo de rojo y cegó a Archer. PLOC, PLOC, PLOC. Gotitas de sangre salpicaban el rostro del visitante sin este parar ante nada, sintiéndose lejano y alienado en ese momento. Cuando se quiso dar cuenta de lo que había hecho era muy tarde, tenía un cadáver sanguinolento entre sus manos. La gente de alrededor no podía parar de mirar y apartarse sobrecogida por la escena. No era lo mismo ver a alguien morir de un balazo que los golpes enrabietados de un hombre contra otro.

Notas de juego

Tira CRUELDAD: 1d10 si sacas menos de la dificultad, 9, caes preso de la crueldad.

Has matado por primera vez a sangre fría tira para perder HUMANIDAD: 3d6 es el valor perdido de humanidad.

Por cada 10 puntos de humanidad perdidos, se pierde 1 punto de EMPATÍA

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05/05/2017, 15:28
Jacobi Freeman

Jacobi, que tras el tiroteo se había retirado a un rincón del Maripoosa, estaba sosteniendo ahora entre sus manos – un tanto temblorosas para que negarlo -, el arma que había elegido para llevar en esta experiencia llamada WestWorld.

La idea loca le punzaba en el cerebro con fuerza y no podía evitar pensar en ello porque – seamos sinceros -, todo esto era très bizarre.

Recientemente había recibido un balazo pero ni siquiera tenía un cardenal.

Debería faltarle un buen pedazo del puto brazo, pero allí no había nada y tras el dolor inicial – más sorpresa que otra cosa -, el impacto del plomo se había vuelto una ligera molestia que ya comenzaba a desaparecer.

¿El arma que él llevaba haría lo mismo?

¿Era un arma con balas de salva?

Jacobi no era cruel y por ende, el disparar a los actores del parque no le parecía una opción y por eso, - aunque tenía sus serias dudas -, ahora se miraba el muslo al cual estaba apuntando su propia arma.

Oh, mon dieu, on va voir, pensó, antes de cerrar los ojos y dispararse a sí mismo.

BLAAAAAAAAAAAAAAAAM!

Ni siquiera se percato de la llegada de Sarah, El nuevo Sheriff y los demás concentrado como estaba ahora en lo que el mismo estaba haciendo.

OHPUTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAIN!, grito cuando sintió la “coz” golpear con fuerza sus carnes a la vez que daba un brinco y dejaba caer el arma.

Abrió los ojos, la boca formando una gran “O” y mientras se miraba su propia pierna comenzó a reírse como un poseso.

Sobre la tela de su pantalón no había daño alguno, tan solo una manchita de tizne grisáceo que bien podía ser quitada con una simple palmada.

La teoría había sido exitosa.

Las balas eran de coña.

(Al menos las que el llevaba).

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05/05/2017, 16:00
Rick Hyung Adams
Sólo para el director

Rick no se dignó en replicar a la voz, estaba cansado de escuchar tonterías que, obviamente, solo podían ser mentira. Que le tomaran por imbécil era algo que no soportaba muy bien.

Le llamó la atención que hablara de «pueblos grandes», así en plural. ¿Quería decir eso que aquello era un simulacro d «reserva» o parque natural en la que había varios pueblos repartidos? ¿Qué necesidad había para tanto despliegue?

Negó, dejó pasar unos segundos para no mandar a tomar viento a aquella persona y suspiró. Allí todo eran obstáculos.

– Gracias por su ayuda –respondió–. Cuelgo.

Y colgó. En el otro lado de la oficina había un actor haciendo de borracho que hacía de buscador de tesoros. Una mentira dentro de otra. Se acercó a la puerta.

– Hola. ¿Puede decirme dónde puedo conseguir un caballo? –la historia del tesoro perdido ni le iba ni le venía.

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06/05/2017, 21:22
Sophie Madison

Sonreí con aquello de las bragas, pues era lo primero que había pensado yo y bueno, allí había demasiado polvo como para ir con falda y sin bragas, por mucho que la falda me llegara hasta los tobillos.

- No espero encontrar un tanga, pero al menos espero que no sean de esparto. - Respondí sin poder evitarlo.

Seguí a Lydia hacia el exterior, habiéndome despedido antes de hacerlo de la mujer del hotel y una vez pusimos los pies fuera del establecimiento, volví a hablar.

- ¿De verdad no te da un poco de miedo andar por aquí? En cualquier momento viene un zumbado y se pone a dispararnos así sin más...

Me quedé un momento pensando y luego sonreí.

- Al menos podré ver una mata de esas que salen en todas las pelis de vaqueros cada vez que va a haber un duelo.

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07/05/2017, 16:09
Archer Jackson

Lo que hacía era lo más razonable, aquel maldito mierdero me estaba jodiendo la salida de aquel lugar lleno de sangre y muerte. Tenía que machacarle el cráneo.

—Ah, que tienes mujer e hijos. Entonces debiste hacerme caso antes. ¡Mala elección, porky! ¡Mujer e hijos! No te preocupes... —paré después de varios golpes cuando aún podía escucharme— PORQUE DESPUÉS LES MATARÉ A ELLOS —grité volviendo a golpear con más fuerza. 

Su sangre manchaba todo. —Puto mamón... ¡Me estás manchando! 

Una vez hubo acabado, entró en la máquina. Había un bar —el del idiota— dentro, debía entrar y robar lo que quedara de alcohol. Tenía demasiada sed. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Caigo preso de la crueldad. 
Pierdo 7 de humanidad. 

 La gente de alrededor no podía parar de mirar y apartarse sobrecogida por la escena. No era lo mismo ver a alguien morir de un balazo que los golpes enrabietados de un hombre contra otro.

¿Qué gente? ¿No estaba en la estación/vagón y estaba esta sola y apagada?

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07/05/2017, 17:41
Narradora

Notas de juego

¿Qué gente? ¿No estaba en la estación/vagón y estaba esta sola y apagada?

Estás en el apeadero de SweetWater, no hay estación en sí. Alrededor hay gente, como cuando llegasteis.

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08/05/2017, 08:30
John Smith (Vicente Navarro)

No tardó en entrar más gente. Cosa que debía de haber supuesto. De nuevo el caza recompensas y alguien más. Pero de todo, lo que me hizo más gracia fue el barman afanándose en ponerlo todo en orden. Me preguntaba cuantas veces habría tenido que hacer ya algo así.

Mientras la chica me respondía, mi otro foco de atención se centraba en el Jacobi y su experimento. Sonreí al ver el resultado - Vaya amigo, tiene valor, se jugó el físico – Sonreí de medio lado.

Por ello se podía deducir que en realidad no nos podían hacer daño, o daños serios mejor dicho.

Suspiré y miré de nuevo a la chica del pelo blanco, supongo que ella lo habría descubierto igual que yo.