Partida Rol por web

Lo que una vez fue

Érase una vez... Una pluma sin tintel.

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01/12/2016, 23:39
Niño

El niño asintió primero y negó con la cabeza después.

La conozco, sí que la conozco —dijo alargando todo el brazo hacia atrás para señalar la misma dirección de la que venía—. Vive en lo alto de la enredadera del castaño, al final del camino morado, más allá de mi casa.

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02/12/2016, 02:08
Helga
Sólo para el director

En lo alto de la enredadera del castaño, definitivamente suena un lugar adecuado para un hada. Pero Helga es una chica curiosa y viendo que el chico aunque no muy prodigo en palabras contesta a todo lo que se le pregunta se anima intentar satisfacer su curiosidad ¿Y puedo saber que es eso que llevas en el cubo? y a donde lo llevas? parece que todo el camino está envuelto en ese... ¿polvo?

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02/12/2016, 11:06
Agatha Wissenschaft

Deseo entender por qué estas aquí y que entiendas los peligros que conlleva para tí y para el mundo-. La bruja miro entonces a las personas a su alrededor, no las conocía no sabría decir si desconocían todo lo que podía hacer la estrella o de si serían responsables con su uso. Por lo que Agatha pensó que sería necesario ser prudente.

 

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03/12/2016, 09:04
Erva Mullerin

La chica rubia abrió los labios ofendida con una protesta queriendo saltar de ellos, y sin embargo, en vez de pronunciarla volvió a cerrarlos y dio un paso fuera de la celda ayudándose con sus manos en la pared para andar.

Saldré —aseguró a una oscuridad que ya no ocultaba a una joven de cabellos rizados sino a aquella rata de la que la joven había querido librarse—.

La transformación de fantaghiro había vuelto a funcionar y ahora, aunque no juntas, los calabozos habían perdido a sus dos presas.

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03/12/2016, 11:50
Niño

En el momento en el que la guerrera preguntó al pequeño por su cubo éste dio un pequeño salto de alegría en el sitio y corrió con pasitos cortos a mostrar el contenido a la chica — Es polvo de hada —explicó con una sonrisa—. Lo recojo de los árboles y se lo llevo al Hada Madrina. Luego ella me da un cubo nuevo con polvo dormido, sin brillo quiere decir, y yo lo reparto por el bosque y al día siguiente vuelvo a recogerlo ¡y brilla! ¿a que es genial?

Mete la mano en el cubo y coge un puñadito de polvo tintineante —Mira, mira, pídeme algo.

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03/12/2016, 15:56
Helga
Sólo para el director

Vaya interesante ¿que te pida algo? mmm  pues... -pensaba cuando de pronto su estomago entra en la conversación -ghhhh -ups, vaya creo que estoy apunto de desfallecer de hambre, ¡mi reino por un bocadillo bien jugoso!

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04/12/2016, 13:59
Cuentacuentos

A las palabras de Agatha la estrella parpadeó, pero a diferencia del parpadeo que había dedicado al príncipe o de aquél destinado al sombrerero, sus ojos siguieron siendo diamantes — [color=#FFB5C5]Estoy aquí por accidente. Por una brecha en mi destino. ¿Queréis informarme de los peligros de las desviaciones? Os escucho[/color] —aseguró pero sus ojos se cerraron y su luz quedó perdida en ese montón de hojas al que se sumaron tres nuevas que cayeron de los olmos que delimitaban el claro.

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04/12/2016, 14:36

La exclamación del Príncipe me hizo dar un respingo y mis manos se dirigieron de inmediato a los puntos vitales que debían ser protegidos siempre que la realeza gritaba. Así una sostuvo mi sombrero y la otra mi cuello mientras me giraba despacito para mirarle, con la ligera sospecha de que hablaba conmigo.

Lo siguiente que dijo me confundió. ¿Estaba proponiéndome un trato? ¿Qué clase de mundo era aquel en el que un Príncipe hacía eso? Una intrusión laboral de tal envergadura me dejó entre indignado y y dubitativo pues no estaba acostumbrado a ocupar el papel que acababan de colgarme.

—Eh... —empecé, sin llegar a terminar pues antes de que lo hiciera el Príncipe ya se había alejado siguiendo al viento hacia todos y cada uno de los presentes en el lugar salvo el corcel. Y la mesa.

Las damas hablaban, pero dejé de escucharlas en cuanto los ojos de la estrella se cerraron para volver a abrirse. Y en cuanto vi el salón del castillo emití un sonido ahogado. ¡Vaya lugar para vivir! No me extrañó lo más mínimo que se hubiera marchado de allí. ¡Si ni siquiera tomaban el té cuando se debía! Y cuánto añoraba yo ese lugar lleno de luces y colores, tan distinto de los anodinos bosques de ese Reino que me tenía atrapado. A la Reina no la añoraba, estaré loco pero no soy tonto. O tal vez sí, un poquito. Al menos con ella uno sabía qué esperarse.

—Ay... —suspiré, soltando mis brazos que cayeron lánguidos a ambos lados de mi cuerpo.

Entonces vi la niebla de la Maravilla arremolinándose a mis pies y mis ojos sonrieron casi tanto como mis labios al ver lo que dejaron tras ella. Debía ser un incentivo, claro. Me agaché y tomé la llave entre mis manos aprovechando el movimiento para hacerle una reverencia a la Maravilla extraviada.

—¡Muchas gracias! ¡Es un regalo de no-cumpleaños espléndido y justamente estaba necesitando una de estas! —exclamé, con un pequeño saltito.

Y mientras las damas y la estrella seguían hablando, yo busqué mi mesa de té y me senté sobre ella con las piernas cruzadas a lo indio.

—¿A ti qué te parece? —le pregunté con seriedad al mueble animado mientras tranquilamente sacaba un reloj de mi bolsillo y empezaba a untar mermelada en su interior usando la llave recién conseguida para ello—. ¿Crees que éste sigue siendo un día de tres tazas? ¿O ha pasado a ser uno de cuatro?

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06/12/2016, 08:27
Niño

El pequeño ladeó la cabeza con la petición de Helga acabando de comprender qué le pedía y cuando lo hizo se encogió de hombros decepcionado pero conforme. En su cabeza cruzó un "valdrá".

Entonces extendió la mano abierta con el polvo brillante en su palma y ésta puesta hacia arriba; se la acercó a los labios y sopló con suavidad.

El polvo brillante voló entonces, una parte llegó hasta Helga y acarició sus mejillas antes al pasar más allá de ella, otra parte cayó por los lado de la mano del chico, y una última parte se arremolinó sobre la mano del pequeño hasta formar dos grandes rebanadas de pan que encerraban entre ellas carne fileteada, lechuga, queso, cebolla, pimiento, y hasta un poco de pescado.

¿Cual es vuestro reino?

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06/12/2016, 17:57
Agatha Wissenschaft

Agatha dudaba mucho si responderle a la estrella delante de estas personas, aunque parecían inofensivas no las conocía y tenía mucho recelo de que quisieran actuar como Sal.

-Bueno, tal vez no sea el momento o el lugar-. Comenzó Agatha. -Mas seguro sabe que se puede sacar tinta de usted y lo que se puede hacer con ella ¿Cierto?

Agatha medía sus palabras había cierta duda en su rostro. Miró a la elfa y al principe intentando saber que pensaban en ese momento.

Notas de juego

Perdón me he perdido con el ultimo comentario. El sombrerero sigue con nosotros o se ha transportado a otro lugar. Si sigue aqui lo miro tambien xD

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06/12/2016, 22:21
Helga
Sólo para el director

-Ohh increible! -dice con los ojos abiertos como platos al ver la hermosa magia ante sí. Helga no duda en coger el bocadillo que resplandece como la más deliciosa cosa jamás creada e hincarle el diente -mmmm delimmmcioooosooo -masculla con la boca llena - esto es magnifico. 

-Soy de Isghar, reino del norte
donde el invierno es noche
Soy de Isghar, reino antiguo
donde el verano es día continuo

Aunque ahora mi tierra vive la devastación de la guerra, y aunque mi deseo es luchar por ella nuestros lideres no quieren mujeres entre sus filas, han olvidado los viejos tiempos que se cantan en las leyendas donde nuestra pobre nación se forjo en el valor de hombre y mujeres. 

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06/12/2016, 22:53
Príncipe Patrick

Pasé por alto el comentario de aquella muchacha que creía que yo no había pronunciado bien su nombre. Aquello era, por supuesto, un sinsentido. Era más probable que todos lo hubieran dicho mal antes que yo, y como consecuencia no lo hubiera aprendido de manera correcta. Fuera como fuera, en ese momento no dije nada. No porque no se me ocurriese nada lo suficientemente ingenioso, ni mucho menos, sino porque un Príncipe tiene que saber reconocer las batallas que no se pueden ganar. Y aquella muchacha sin duda parecía convencida de que su nombre era aquel. Bueno, ahora que iba a ser Caballero podía cambiárselo si quería. Vela con uve no sonaba mal, después de todo.

Unos instantes más tarde, después de dirigirme a aquella anciana, mi ceño se frunció al oír como se dirigía a mí. ¿Caballero? O mejor... ¿caballero? ¿Incluso con minúscula? Esa mujer se había confundido pero bien. Mi sonrisa se quedó tan helada como mis manos y mi expresión un poco desencajada ante tal desplante. ¿Qué podía tener en la cabeza para...?

Me tomé entonces un segundo para comprobar que el mundo no se había vuelto loco. Miré al cielo, a los árboles, y lo mas importante... Saqué un espejo para mirarme a mí mismo. No había duda de que estaba perfecto. Escuché entonces las cosas que decía la anciana y terminé de comprender que el problema estaba en ella. Había que estar chalado para pedir algo así como deseo. De modo que negué con la cabeza como si estuviera escuchando las tonterías de un loco y al ver el regalo que la Estrella dejaba para mí supe que ese era mi momento de entrar de nuevo en escena.

Aún más resplandeciente que antes di un par de pasos en dirección a aquel objeto y mis ojos se abrieron con énfasis al comprender lo que era. La Estrella podía ser muchas cosas, pero estaba claro que no era tonta. Sabía que la Boda Real estaría llena de invitados, y siendo ella quien aportase el anillo que entregaría a mi amor se aseguraba un puesto de honor. En realidad no tenía por qué hacerlo, la Estrella tenía su sitio asegurado. Pero un Príncipe no podía rechazar un regalo como aquel.

—Muchas gracias, Estrella —le dije con una reverencia que llegaba hasta el punto exacto en que un príncipe Príncipe podía reverenciar a alguien que no fuera sus padres. Entonces examiné el anillo con más detenimiento y me pareció no sólo hermoso, sino también apropiado—. Tenéis un gusto magnífico —la elogié.

Después empecé a caminar hacia Valiente, dejando que mis pasos me llevasen de camino por donde Bela con uve... Ve, Ve, por donde Vela con uve se encontraba.

—Vamos, Vela con uve —le dije centrando en ella todo mi encanto, dispuesto a compensar lo ciega que estaba la vieja con la muchacha—. Si como Caballero queréis ese nombre, vuestro es —expuse, dejando en sus manos cambiar de nombre y no quedarse el que siempre había tenido—. Aunque me gustaba más lo de Bela. Como decís bien podría ser una flor o un hermoso animal... —señalé, y acto seguido me encogí de hombros y la miré con la mirada más penetrante que tenían mis ojos. Y aunque nunca había sabido muy bien qué miraba cuando miraba así, desde luego había aprendido que penetraba mucho—. Como vos —añadí, sin saber acabar la frase de otra forma. Y cuando acto seguido recordé que tenía a mi Amor Verdadero esperando volví a caminar en dirección a mi caballo, dispuesto a partir. Mientras tanto seguí oyendo las chaladuras de aquella vieja y me dio un poco de pena la Estrella. ¿Sacar tinta de ella? Sin duda era la más chiflada de los presentes, ya podría fijarse en Buenhombre para aprender a comportarse.

Estaba a punto de montarme sobre el caballo cuando noté un pequeño escozor. Sin duda había algo que no podía dejar pasar. Alcé la voz entonces con magnífica proyección, dirigiéndome a la anciana. Podía estar senil, pero no podía dejar que siguiera creyendo que el mundo estaba del revés.

—¡Quizá no sois de por aquí, señora mía! —enuncié—. ¡Pero sea como sea, se despide vuestro príncipe, Príncipe Patrick! —Y con aquellas palabras dejé que el aire ondulase mi cabello tal y como se merecía, y tal y como sólo un cabello de oro como este podía ser ondulado. Entonces busqué a mis dos futuros Caballeros con la mirada y alcé el puño, presto a animarlos.

—¡El destino nos espera! —Viniendo de mis labios aquella sería, sin duda, arenga suficiente.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Dado de efecto: d12.

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08/12/2016, 01:09
Cuentacuentos

La estrella estuvo satisfecha con la exclamación del sombrerero, le gustaba acertar, le gustaba hasta un nivel competitivo del que nadie sabía ni el olor, ni el color de ese sentimiento. Pero no recogió su premio. Arropada por ese manto de hojas los brillos de sus emociones quedaban escondidos solo para los lectores más atentos.

Fingió indiferencia escuchando a Agatha y cuando la bruja sabia mencionó la tinta, la estrella escapó de su pregunta dirigiendo su mirada hacia el príncipe Príncipe y guardando su reverencia en uno de los cristales de sus ojos. "El gusto es vuestro" estuvo a punto de responder, pero la estrella sabía que podía ser malinterpretada y no quería dar más explicaciones o palabras de las necesarias pues le urgía la comanda hecha a sus héroes.

—[color=#FFB5C5]El destino os espera. Hasta medianoche[/color].
 

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08/12/2016, 01:26
Cuentacuentos

Hubo algo en la mirada de Príncipe Patrick que tomó un brillo distinto para Vela, sin duda aquel chico, no, hombre hab​ía nacido para recibir deseos, pero en ese momento, con el perfecto vuelo de sus dorados cabellos, el perfecto goce en su rostro esculpido por ángeles y aquella mirada que no solo penetraba hasta los más íntimos deseos de un Hada, sino que parecía tender su mano con la promesa de que haría cuanto estuviera en su mano y emplearía toda su voluntad en ser él quien llenara el mundo de magia para Vela, sin precio, empezando por hacer realidad un nombre que aunque ya fuera existente, en la voz de Patrick despertaba mariposas en el interior del hada.

Hasta hubiese podido cantar, pero por más que quisiera negarlo en voz alta, Vela sabía que había sido presa del amor.

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08/12/2016, 08:56
Duermevela

Mi hogar podría verse de noche, ¿qué clase de profecía era aquella? No tenía muy claro dónde estaba, pero no recordaba ningún reino sobre el que se viera el mundo de las Hadas. "Todo es posible", me decía, intentando convencerme a mí misma, "las estrellas suelen tener razón". Pocos seres estaban tan en sintonía con la creación y la música del todo como las estrellas. No solían equivocarse. Por eso quedé pensativa tras la visión, ¿aquella era la dama a la que se refería Príncipe Patrick? Qué destreza en la magia, si había logrado encontrarla en tan poco tiempo. O, tal vez, la había creado. No, las estrellas no creaban vida, ¿no? ¿O eso eran los genios? No, no. Los genios no podían matar, enamorar o resucitar a los muertos (aunque esto último se debía a su propia aprensión), ¿o recordaba mal mis lecciones?

- Gracias - alcancé a decirle. No tenía ni idea de cómo iba a conseguir esos ingredientes, pero bueno.

La bruja, tremendamente educada, había decidido esperar a que acabásemos antes de intentar comerse el corazón de la estrella. Todo un gesto. Luego habló de los riesgos intrínsecos de la situación. Eso me sorprendió un poco. No era más que natural que tratase de ganarse la confianza de la estrella pero, ¿no la asustaría? ¿Qué juego era aquel? Tal vez en el seminario sobre astrosociología se había perdido algo. Me escaqueaba a menudo de sus estudios.

No presté mucha atención a la conversación, pensando aún en de dónde iba a sacar tres cosas tan insólitas. Se lo podría preguntar al extranjero del sombrero y la mesa hiperactiva. Tenía pinta de ser más experto que yo, que sólo era una estudiante resabiada. Iba a acercarme a él cuando...

El destino nos espera...

Me quedé totalmente descolocada. De haber tenido alas, habrían repiqueteado estúpidamente y me habría caído de culo. ¿Qué vi en el fondo de sus ojos? Tal vez el poder de los deseos que le hubieran sido concedidos, quizás la luz de un corazón que merecía esas dichas, a pesar de una arrogancia cansina. Sentí que era generoso, que era noble de verdad, que era bueno, y quise haberle regalado protección, fortuna y amor. No, no amor: Amor. Las hadas somos capaces de concederlo, dicen. ¿Era aquel mi destino? Pero, ¿no era el suyo la chica que habíamos visto gracias a la estrella?

¿Qué clase de truco...? ¿Era magia? Tal vez no. En uno de mis viajes conocí a un viejo juez amargado que se enamoró de una vagabunda y se obsesionó tanto que llegó a pensar que era una bruja y a intentar quemarla. "Los buenos sentimientos pueden tener nefastas consecuencias", me explicó Lim cuando volvimos; había elegido enseñarme a aquel hombre para explicarme lo malo de mis obsesiones. Ahora le recuerdo para intentar no odiar un sentimiento tan cálido que nace en mí. Oh, Reina de las Hadas, guárdame de este destino.

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12/12/2016, 01:09
Cuentacuentos

La mesa del sombrerero desperezó sus patas arequeándose sin que ninguna taza ni sombrerero cayera de su lomo con la primera pregunta del hombre. Y mientras él añadía la continuación de esos pensamientos por los que había preguntado, la mesa animada relinchó con menos arte que Valiente y agitó su cuerpo para llevar una taza de té al extremo de su espalda y entonces se la sacudió de encima.

Notas de juego

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12/12/2016, 02:10
Fantaghiro

Ya con la chica liberada y esperando que no fuera un problema, mas bien, su problema, Fantaghiró apuró los saltitos buscando la salida de las mazmorras, sin mirar atrás, sin escuchar gemidos ni otras suplicas, para eso que la paladina ayudase, aunque eso, la paladina no estaba ahí, eso era muy extraño. Olisqueando intentó llegar al comedor o donde estaría Mandora con la pluma, esa pluma era su prioridad. 

Lejos estaba su casa, su familia, su madre que lentamente iba convirtiéndose en un avellano, para purgar todas las cosas que hizo, pero todas esas cosas no fueron por malvada, no abiertamente por lo menos, sino por proteger el bosque encantado, alejarlo de todos los humanos que buscaban dañarlo, que buscaban dañarla a ella. Sabía, en su corazón, que algo más debió hacer para que el rey Estéfano buscara la forma de acabar con ella, no sólo era por la hija que su misma madre revirtió el hechizo, no, era algo aún más profundo y oscuro que Malefica no quería contar, y que se llevaría hasta su tumba a menos que ella lograra salvarla.

Dando saltitos, buscó subir al techo e irse por las vigas, así podría llegar a cualquier lado sin ser vista. el sigilo era una de sus especialidades, de lo contrario ya hace tiempo hubiera terminado presa y muerta por ser la hija de quien era. Debía mantener la calma y seguir...

Notas de juego

lamento el atraso, tuve problemas y no lograba postear, pero todo está ok ahora ^^

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12/12/2016, 01:14

Escuché con atención lo que la mesa trataba de decirme, incluso detuve el movimiento de la mano con el que embadurnaba el interior del reloj de mermelada para escuchar bien su relincho. Y después de que el mueble terminase de expresarse, eché la mirada hacia atrás para contemplar la taza que había tirado al suelo.

—¿Dos tazas? —le pregunté, extrañado. Estaba bastante seguro de que la duda sería entre tres y cuatro, pero ella parecía muy convencida. ¿Y quién era yo para contraria a una mesa de té sobre el número de tazas? Ella debía saberlo mejor, sin duda. El día debía haber cambiado mientras yo estaba distraído, no sería la primera vez. Quizá ni siquiera la segunda o la cuarta. Y al fin y al cabo, siempre podía poner una tetera de más para suplir la posible carencia de alguna taza.

Vi que el Príncipe y la rubita parecían dispuestos a ponerse en movimiento, pero a mí eso de seguir al destino no me terminaba de convencer demasiado. Porque a ver... ¿Quiénes siguen siempre su destino? Los héroes. Y yo estaré loco, pero no soy idiota. Uno empieza siguiendo al destino y termina encontrando un caballo que cumple la maldición que un Príncipe le ha echado. Y de ahí a convertirse en un héroe hay sólo un paso. Un paso que yo no quería dar ni loco. Literalmente.

Me quedé pensativo un momento, aunque si fuese sincero tendría que decir que no estaba pensando en nada. Así que más bien, me quedé callado un momento. Cogí una de las tazas que quedaban sobre la mesa y bebí un sorbo. Un poco de té era siempre una buena solución a cualquier cosa. Y en eso mis ojos volvieron a fijarse en la mujer que coloreaba la magia a juego con mi atuendo de aquel día.

—¿Le han dicho alguna vez que tiene un sombrero precioso? —le dije galante, admirado del doblez perfecto que hacía al caer su punta—. Creo que sólo podría mejorar si fuese amarillo, eso haría un desjuego perfecto con sus ojos. Piénselo, si desea teñirlo quizá yo pueda ayudarla. Tengo experiencia en sombreros.

Consideré que esa era una despedida de lo más apropiada así que di un golpecito en la superficie de la mesa para que se pusiera en marcha detrás del hermoso espécimen y su corcel.

—Vamos —le insté, sabiendo que los muebles de su clase solían ser sumamente perezosos—, intentaremos mirar el destino sólo de lejos sin acercarnos demasiado para que no nos salpique.

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13/12/2016, 12:15
Niño

El niño mostró una sonrisa satisfecha al escuchar la alabanza de Helga. Aunque sabía que el mérito no era suyo pero aun así adoraba asombrar.

Escuchó atentamente la canción de la guerrera e incluso contoneó su cuerpo en algún momento siguiendo la melodía.

Entonces ¿sois una princesa? ¿vais a pedir al Hada que pare la guerra? ¿sois buena o os gusta la muerte? ¿te comerías a tu reino?

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13/12/2016, 16:29
Helga
Sólo para el director

Oh si claro soy una princesa y vos por vuestra corona supongo que el emperador de Constantinopla -dice burlona con una reverencia -¿pero no ves mis ropas? ¿crees que una princesa iría así? -después al mencionar la guerra -¿podría el Ada detener la locura de los hombres? si fuese así... quizás debiera, pero lo cierto es que vengo de la Villa de las Brujas para poder ayudar a Florinella que ha sido amenazada por una malvada bruja, una tal Sal Mandona.