Partida Rol por web

Frunzo el ceño pensativo ante las palabras de Tess.

No, seguro que hacia el norte sí se fue gente. Pero quién sabe si cambiaron de rumbo después. Yo apuesto por el oeste.

Recojo la katana y entrego el hacha a Kim. Mmmmm, sí, conserva el cuchillo a mano, por si nos sorprenden.

Podemos andar aunque esté oscuro. El terreno parece firme y liso, tenemos gafas de visión nocturna y una tienda que montar cuando queramos acampar ¿no?

Me cargo a los hombros el equipaje, recojo todo lo que pienso llevar y me acerco al hielo, para atravesarlo con cuidado. Si lo veo frágil pasaré el equipaje a rastra, tirado por una cuerda de esas que tenía Tess, no quiero caer en agua helada.

-Vale, pues hacia el oeste. Pero cuando anochezca me váis a tener que guiar, yo no tengo gafas. Pongámonos en camino.

Cruza el hielo con el máximo cuidado, sólo falta que después de sobrevivir a la cornucopia se muera de una pulmonía.

Kim sigue al resto cerrando la marcha y pasa con cuidado tras los pasos de sus compañeros, caminando en silencio mientras las imágenes de lo que acaban de hacer aún corren recientes por su mente. Vuelve a mirar al cielo pensando en su familia y al rato llegan a la orilla sin darse cuenta.

Se situa abriendo un poco las piernas y flexionándolas para tener más estabilidad y coge el mandoble con las dos manos. Lo alza hacia atras para ganar inercia y descarga primero un golpe vertical sobre la placa de hielo, que cruje tenuemente agrietandose. Vuelve a alzar la espada a dos manos y esta vez  la clava en el suelo como si quisiera atravesarlo.

Cuando termina y se da por satisfecho vuelve con los demás y mira a Tess. Saca las gafas y se las cuelga del cuello por si tiene que usarlas.

Tranquila, agarrate a mí si quieres.. -sonrie.

Vamos.

Sacó las gafas de visión nocturnas y se las acomodó en la cabeza, sin ponérselas aún. Quería tenerlas a mano para cuando ya no pudiera ver. Hacer fuego probablemente no sería la mejor idea, sería como decirle a todo el mundo dónde estaba. Debía saber dónde estaba y qué había alrededor, así que buscó un árbol al que trepar y desde el que, al menos, intentar otear los alrededores. Aseguró la mochila y la lanza y empezó a trepar.

Matthew logró colocarse en la rama del árbol. Allí, abrigado en parte por las hojas y por la ropa aislante, no notó tanto el mordiente frío. Desde su posición no podía ver apenas nada, pero estaba bien oculto y era poco probable que otro lo viese a él.

Aproximadamente cuarenta minutos tras el comienzo de los Juegos se hizo de noche. La temperatura descendió radicalmente y todos aquellos sin ropa aislante notaron el cruel efecto del frío.

Cuando el cielo estuvo suficientemente oscuro, se iluminó con el símbolo de Panem. El himno del país empezó a resonar por todo el estadio y aparecieron las siguientes fotos en orden de distritos:

Cuando terminó, el cielo volvió a su tono negro habitual, sin luna.

A medio camino de la Cornucopia, Miranda cayó al suelo sin poder dar un paso más. No podía soportar el frío. Notaba los dedos y la nariz congelados. Caminar por la tundra sin protección la estaba matando.

Tess se agarra a Kim, agradecida de tener compañía y, sobre todo, a alguien que le recuerde su hogar. Se dirigen hacia el oeste buscando un buen sitio para plantar la tienda. Mientras puede intenta buscar un sitio desde el que se pueda observar la cornucopia por si va algun incauto allí. Y hasta que se haga oscuro, vigilando siempre que no aparezca ningun otro tributo.

Ya de noche, observa a los muertos aparecer en el cielo. Se maldice por haber participado del espectáculo, pero se alegra de no haber caído la primera noche.

- La noche es muy larga, hagamos guardia por si acaso...

Nim suspira cuando nota que el segundo golpe no ha sido tan fuerte como el primero.

-Muy bien, tu lo has querido.

Nim se revuelve e intenta quitarse a Pride de encima.

Oye Pride sostenla con fuerza.... Dijo Darius mientras se acercaba y tomaba la cabeza de Nim con ambas manos.... una sosteniendo la nuca mientras la otra tomaba el menton con fuerza...

Nadie velara por ti niña Dijo girando rapido las manos para intentar quebrar el cuello de la joven

Pride la sujetó haciendo imposible que pudiese moverse. Sin brazo y sangrando sin parar, débil por todos los golpes que había sufrido... Nim no pudo defenderse. Darius le rompió el cuello con más dificultad de la que esperaba (pues romper un cuello no era cosa fácil), pero cuando lo hizo, Nim se quedó quieta. Tardó en morir unos segundos y poco después se escuchó el cañonazo.

Se escuchó el séptimo cañonazo.

Habia matado a alguien.... suspiro..... No se sentia tan mal despues de todo si tu vida corria peligro y asi la de tu compañera.....

Oye Pride saquemosle lo que tenga... y coloquemonos las ropas termicas..... y si busquemos lo de la caja que cayo del cielo hizo una pausa...

Que me dices?

No podía ver mucho desde ahí, pero al menos era un lugar seguro: tampoco lo verían a él. Inspeccionó la rama y las más cercanas. Con algo de suerte quizás podría acomodarel sitio para volver ahí a dormir sin demasiado miedo a caer al suelo y morir de la manera más absurda.

Amanda decidió seguir su propio consejo y ponerse la ropa aislante. Se puso el mono encima de las finas ropas que los estilistas del Capitolio habían elegido para ella esta mañana. Tiritaba un poco, ahora que la adrenalina producida durante el saqueo, la lucha y la huida se estaba disipando y su piel le recordaba dónde se encontraban y, más concretamente, cuán frío hacía allí. llevaba el pelo recogido en una coleta, pero tras esos esfuerzos se le había soltado bastante, así que la deshizo y volvió a recogérselo. El cielo ya se estaba volviendo muy oscuro, y eso que hacía muy poco que habían empezado los juegos.

Observó a sus aliados temporales. Scoth y Lenny. La sugerencia del más joven, camuflar las mochilas para que su naranja chillón no los delatase, era buena. Así como la idea de esconder lo innecesario, como había expuesto el del distrito 3. Eran sugerencias útiles. Pero ahora lo que necesitaban era un plan.

- Comamos algo. Así recuperamos fuerzas. Luego, Lenny, dale las gafas sobrantes a Scoth. Pronto estaremos a oscuras y podremos salir a cazar a los demás. Y tengo una idea. No guardes nada de valor en la mochila sobrante. Pon sólo unas mantas, o uno de los juegos de ropa sobrantes, pero antes los rasgaremos. Luego la escondemos un poco, pero que se pueda encontrar. Y montamos una trampa bajo ella, o frente a ella, con esas herramientas de trampero que tienes. Es un modo de darle utilidad a las cosas inútiles, ¿no os parece?

Antes de que sus compañeros pudiesen responder a su propuesta, una melodía la sobresaltó. Era el himno de Panem. Se volvió, mirando al cielo. No conocía mucho a los otros tributos, pero quería enterarse de cuáles habían perdido la vida. Con un poco de suerte, algunos de los que le parecían más peligrosos estarían entre ellos... Primero apareció el rostro de una chica. La había visto coger una honda antes. Y era de los distritos profesionales. Parecía que ni su entrenamiento ni luchar desde lejos la habían salvado. La siguiente en aparecer en el cielo fue otra chica. La compañera de distrito de Lenny.

- ¿La conocías? De antes de todo esto, me refiero... - le preguntó a Chavez, sin mucho sentimiento. Poco importaba si se conocían, en realidad. Hubiesen tenido que matarse aunque fuera de ahí fuesen los mejores amigos, o almas gemelas. Ni siquiera esperaba una respuesta del otro tributo. La siguiente cara en el cielo le arrancó una leve sonrisa. El rubio imbécil que se creía un hacha con las chicas. Esperaba que fuese una chica la que le hubiese dado el hacha a él. Los otros tres ya los sabía: el gordo, el matón rapado, y el estúpido que quiso parar la hoja de cortar árboles de Lenny con los nudillos.

Cuando terminaron, se volvió hacia los otros dos. Con un leve movimiento de la muñeca hizo girar la cadena del mangual en círculos, su peligrosa bola de pinchos cortando el aire. Aún no se había acostumbrado a ese tipo de arma y, de hecho, estaba deseando cambiarla en cuanto encontrasen algo mejor. En cuanto lo encontrasen... o en cuanto lo arrancasen de unos dedos fríos y muertos. No iba engañarse. Las armas no estarían ahí en el suelo esperando a que ella las encontrase. Y si lo estaban, sería porque alguien había tenido la misma idea que ella y había preparado trampas a su alrededor. Dejó de jugar con el mangual y pasó su mirada de Lenny a Scoth, y luego de vuelta al primero.

- ¿Nos ponemos en marcha? No hay tiempo que perder.

 Observó los rostros de los caidos ya... los tributos eliminados. En total eran seis......Siete, puesto que luego de tocar el himno había muerto otro. De 24, quedaban 17...

Si: Se le había pasado por alto que la mujer no poseía traje térmico. Cuando la escuchó caer al suelo, se giró a observarla, y realmente le dió algo de lástima aquello: Yacía allí, congelada en la tundra...

-La primera prueba..menos mal que no te conocí demasiado..

Comentó. Realmente nisiquiera él se habia fijado, pero al menos el había tenido la prudencia de colocarse el traje térmico. No serviría de nada ir hacia allá a hacer algo. Sencillamente sacó el cuchillo y trató de clavárselo para rematarla

-Descansa en paz.... ganaré, eso te lo aseguro

Scoth también se vistió con al ropa aislante y se puso las gafas de visión nocturna sobre la cabeza.

Estaba despistado. Todo aquello no era su plan inicial, pero poco se le puede hacer cuando te encuentras en una situación como esta.

Metió el agua, algo de comida y el botiquín en la mochila que quedaba.

Mmmhhh... Tal vez tendríamos que montar la tienda antes de marcharnos, y colocar las trampas cerca de la tienda. Tratar de esconderla o mejor que sepamos, con ramas y tierra.

Tener un escondite al que regresar si la cacería va mal. Las cosas que nos sobren de momento se pueden quedar aquí.

Incluso... Podemos jugar a la inversa, atraer a los otros a nosotros. Preparar bien esta zona y contar con el terreno a nuestro favor.

- Parece que son siete... - dijo Marcus, colocándose también el mono aislante sobre su propia ropa. Estaba bastante descansado al esperar a Leyla y se sentía con ánimos de continuar. Parece ser que los hombres habían sido los más combativos... o los que menos habían sobrevivido, pues eran 4 bajas frente a las dos que habían recibido las mujeres. Y el nuevo muerto... no sabía quién había sido, pero tampoco le importaba demasiado. Él seguía vivo... y pensaba superar a James.

- Creo que lo que tenemos que reconocer la zona, buscar un sitio para acampar y hacer un fuego. No sé qué tributos pueden estar por esta zona y prefiero que no me pillen desprevenido. Por desgracia no tenemos material para trampas... pero seguro que me las puedo arreglar. Hasta que sepamos cosas sobre esta zona será mejor que vayamos juntos. ¿Qué te parece? - empezó a explicar el tributo. Fuera de un combate y en un ambiente más tranquilo se le notaba mucho más seguro y capacitado. Ya no parecía tan asustado como el mismo tributo que salió corriendo de la Cornucopia hacía apenas un par de horas. - Vi que cogiste ese hacha... ¿Sólo disponemos de esa arma? Me alegro de que la tengas, si tenemos que cortar leña o cosas así será mucho más útil que una espada. -

El súbito cañonazo nocturno me sobresalta.

Je, je, mis cálculos se ven favorecidos. Seis muertos en la cornucopia, uno más ahora. Espero que esto no dure más de 4 días, máximo 5. Demasiado frío, realmente el límite debería estar en 3 días. Nadie salvo nosotros ha cogido suficiente comida y agua así que deberían venir en nuestra busca mañana mismo o como muy tarde pasado mañana.

Algo sorprendido por la velocidad a la que se suceden las muertes digo mañana debemos buscar una posición ventajosa. Luego continúo andando.