Partida Rol por web

Alargas la mano para apartar las hojas que te tapan la visión. Los gritos de tu hermana están tras ese último obstáculo y hace escasos segundos que ha dejado de gritar, lo cual no sabes qué puee significar.

Apartas, no sin esfuerzo y procurando no caerte desde esa altura, las ramas y hojas para encontrarte con lo que temías: un charlajo, un pajarraco de pelaje oscuro y pico anaranjado que imita las voces de la gente a la perfección y que fue creado por el Capitolio hace bastantes años para su guerra contra los Distritos. Guerra psicológica además de armamentística fue lo que terminó con el Distrito 13, lo que hizo que hoy estés aquí, en los Juegos.

El pájaro se te queda mirando, casi hasta te parece que sonríe y después, como si nada, echa a volar entre las ramas de repente.
Cuando el pájaro se marcha te parece ver algo moviéndose cerca de ti, delante de ti... antes de que lo tengas encima puedes ver que son varios monos blancos con cara de pocos amigos, con ojos rojos y cuyos colmillos chorrean sangre. Uno se abalanza sobre ti mientras que el resto hace estridentes ruidos a la par que saltan eufóricos.

Tras llegar a la copa del árbol confirmo lo que ya me imaginaba y aunque en un primer momento eso me tranquiliza y me alivia al segundo siguiente soy consciente de que es una trampa, incluso antes de que aparezca el primer mono.

Cuando uno de ellos se lanza sobre mí abro los ojos como platos y enseguida ahogo un grito intentando lanzarlo al suelo para descender por el tronco lo más rápido posible.

No sé como vamos a escaparnos de toda una manada de monos psicóticos pero mejor limitarse a moverse por ahora.

Con una rapidez increíble a causa del susto, la sorpresa y el miedo consigues quitarte de encima al pequeño mono blanco a la vez que bjas dando pequeños saltos por las ramas que tanto te había costado trepar. Por suerte, esta vez la adrenalina del momento y el estrés hacen que tus músculos de brazos y piernas actúen casi por instinto solos para dejarte sana y salva de nuevo en el suelo aunque oyes tras de ti que ese mono y algunos más te siguen de cerca imitando tus movimientos bajando por las enrevesadas ramas del árbol.

Tras unos minutos de silencio Michael deja de oír los gritos de Lily y un incómodo silencio lo inunda todo. Comienza a ponerse más y más nervioso al no escuchar nada por parte de su compañera y cuando está a punto de acercarse a intetar buscarla desde el suelo la ve bajar rápidamente del mismo árbol por el que con esfuerzo había trepado.
Sin embargo esta vez baja por el mismo con una agilidad increíble y con gesto horrorizado.

Una vez pone ambos pies segura en tierra firme de nuevo ambos oís muy cerca unos estridentes chilliditos procedentes de numerosas ramas de ese mismo árbol y algunos adyacentes.
Michael mira asustado a Kelia y luego al lugar de donde proceden algunos de esos chillidos agudos para ver con claridad tras unas ramas a un par de monos blancos con motas de sangre en el pelaje y cara de pocos amigos enseñando los afilados colmillos que tienen:

Mike se pone en guardia cuando empieza a escuchar sonidos extraños procedentes de lo alto del árbol. Insintivamente lleva sus manos hacia las armas que tiene. Sin embargo antes de poder hacer nada ve como Kelia baja de mismo con una agilidad y celeridad increíble. Cuando ya se encuentra a su altura Mike se dipone a preguntarle que ha pasado, pero la respuesta aparece por el mismo camino que acababa de recorrer su compañera: unos monos con cara de pocos amigo.

-¡Mierda! Era una trampa...- maldice el muchacho mientras con toda la prisa que puede saca su honda.  Da unos pasos hacia atrás para alejarse del radio de acción de los monos y ya de paso tener una mejor prespectiva para poder atacarlos. Tras eso lanza una piedra con su arma directamente hacia la cabeza de uno de los simios. Esperaba que esos bichos no fueran tan pesados y duros como el jabalí...

-Déjalos, son demasiados- digo enseguida que veo a Mike intentar atacar a esos monos rabiosos. Quizá él no ha visto a toda la manada, o como sea que se llame, pero yo sí y por ese motivo tiro de su chaqueta para correr junto a él nuevamente e intentar dejar atrás a los animales.

Quizá si conseguimos llegar hasta el río cercano no puedan seguirnos por el agua porque muy probablemente sean más rápidos que nosotros a través de los árboles.

Kelia tira de la ropa de su compañero con toda la fuerza y la prisa que la invaden en ese momento. El miedo y las increíbles ganas de huir de esos pequeños animalillos con pinta de pocos amigos hace que la muchacha decida que lo mejor es correr, huir del lugar y con suerte tal vez no les persigan.

Ante el miedo de ser abordados literalmente por el grupo de monos ambos echáis a correr huyendo de ellos, sin embargo Kelia está algo cansada del esfuerzo realizado al trepar al árbol donde estaba el charlajo que ahora le cuesta más conseguir ir tan rápido como las piernas de su compañero.

Intenta no mirar atrás pero nota como algunos de los monos intentan saltar sobre ella. El fétido aliento a sangre de uno de ellos le llega a las fosas nasales justo en el momento en que se da cuenta de que tiene a uno sobre el hombro. En un rápido movimiento consigue quitárselo de encima antes de que el animal pudiera morderle y lo tira al suelo con furia.

Pero el problema es que es un grupo y al menos 4 o 5 más os pisan los talones.

Al notar el asqueroso olor tan cerca me entran unas náuseas casi incontenibles pero creo que justamente es eso lo que consigue hacerme reaccionar para apartar al mono de su trayectoria y hacerlo caer al suelo estrepitosamente.

No puedo decir que sienta ninguna lástima por él, más bien todo lo contrario. Compruebo como mi compañero empieza a alejarse y me alegro por él así que espero que no opte por esperarme ya que yo también intento seguir sus pasos para ir algo más rápido...

Mike apenas puede mirar hacia atrás mientras corre. Bastante difícil lo tiene ya de por si para correr con todas sus fuerzas, cargado con sus cosas y herido. Pero está seguro por los chillidos de los simios que estos no están demasiado lejos y que los persiguen. En un momento dado le da la impresión de que Kelia se ha quedado atrás, pero en cuanto lanza un rápido vistazo por encima de su hombro, ve cómo esta se libra de uno de los simios y mantiene la carrera, por lo que él sigue corriendo...

Aún sigue Kelia más atrás que su compañero cuando este, al mirar a sus espaldas para comprobar que aún les siguen esos malditos monos, tropieza con un buen trozo de tronco de árbol que estaba en mitad de su trayectoria cayendo estrepitosamente al otro lado del mismo con tan mala pata que apoya todo su peso en la muñeca izquierda provocándole esto un grave dolor.

Pero no hay tiempo de lamentarse, cuando Michael se levanta su compañera pasa a toda leche por su lado tras saltar sobre el tronco, parece que ni se ha percatado de la presencia de este tras el ancho trozo de madera.
Los monos continúan pisándoos los talones pero de momento no les veis con claridad aunque oís cómo se deslizan por entre las ramas de los árboles sobre vuestras cabezas.

Entre el estrés de la carrera y vuestras respiraciones agitadas escucháis claramente un fuerte cañonazo... Y ya sabéis lo que eso significa: otro tributo ha muerto.

Sigo corriendo y no pudo evitar una leve sonrisa de satisfacción cuando compruebo que estoy dejando a los monos cada vez más atrás. Me empiezo a cansar enseguida pero he cogido un buen ritmo y creo que seremos capaces de despistarls dentro de poco ya que a Mike ni siquiera alcanzo a verle... debe haberse adelantado mucho así que continúo avanzando esperando encontrarmelo en cualquier momento en medio del camino.

Cuando el disparo de cañón suena me detengo de repente y arrugo el ceño como si eso hubiera sido una señal. Desde luego lo es pero apenas me fijo en su significado, me dedico a mirar alrededor confusa. ¿Se ha largado Mike sin mí?, ¿se ha desviado por otro lugar?

¡Mierda! Es lo que piensa Mike segundos antes de impactar dolorosamente contra el suelo tras tropezar con una rama. Estaba tan concentrado en correr y en percatarse de que Kelia le seguía que no ha hecho caso de la regla básica de supervivencia: mira por dónde pisas. Con gesto de dolor y algo desorientado Michael vuelve a ponerse en pie. Se ha hecho polvo la muñeca izquierda...como si no tuviera ya suficiente.

Es ntonces cuando antes de saber si Kelia lo ha adelantado o todavía sigue detrás suya, escucha un cañonazo que sólo puede significar una cosa. Otro tributo ha muerto. Y por lo que respecta a él si no sigue corriedo es posible que él sea el siguiente. Así que reanuda su carrera esperando alcanzar a su compañera si esta ya va por delante...

No pienso morir devorado por unos malolientes monos salvajes...

Los monos son muy ágiles, de eso no teníais duda alguna -especialmente Kelia que los ha podido ver más en plena acción- pero esta vez las ramas finas de los árboles parecen jugársela a los animalillos mientras Michael aún está levantándose del suelo.

Kelia, por su parte, ha echado a correr casi ciega por el miedo y, ahora que su compañero está a unos cuantos metros de distancia a sus espaldas, es cuando se da cuenta de que le ha dejado atrás. Los chillidos estridentes de los monos os taladran los oídos creando un estado de caóticos sonidos alrededor de ambos tributos, especiamente cerca del muchacho que los tiene muy cerca.

Michael se levanta con intención de echar a correr pero los monos se apresuran a seguirlo considerándolo una presa fácil.

Al haberme parado acabo por distinguir los pasos de Mike tras de mí, parece que ha tenido problemas con su carrera.
-Vamos Mike, el bosque no puede ser infinito- intento apremiarle y alentarle a la vez aunque la verdad es que no tengo ni idea de hasta dónde llegan los árboles pero sé que había zonas descubiertas y más desiertas en las que ahora podríamos tener algo de ventaja.

Cuando distingo a mi compañero asiento y empiezo a correr de nuevo pero las piernas ya no responden tan bien después d haberme parado en seco.

Ambos echais a correr de nuevo pero al estar Michael más cerca de los monos uno de ellos consigue alcanzarle con una gran rapidez y se engancha con las garras a su hombro para asestarle un mordisco con rabia y dejarle una bonita herida sangrante en el cuello.
El resto de los saltarines y agresivos animales sigues estando más atrás pero desde luego la rapidez de algunos de ellos es envidiable.

Kelia está a salvo de momento pues se alejó lo suficiente como para que los animales la hayan dado por perdida, pero no así sucede con Mike que ahora consideran su próxima víctima.

Para despistar un poco a los monos que atacan a Mike y dado que he ganado algo de terreno, intento atacarles con la onda para que algunos de ellos se aparten...