Partida Rol por web

Antes de que pueda intervenir el Vylkus añade algo muy importante, los ojos de Magnus se iluminan, como si hubiera estado esperando que le digan eso. 

- Pues ahí estará, me alegra que el presente sea de su agrado. 

- Sobre el otro tema..La verdad es que los Aquila despreciamos a los Zacorp, sus continuas faltas de respeto y su negativa hacia la diplomacia han logrado que se ganen una mala reputación con el Supremo General Urokrai. Por lo que estaríamos gustosos de apoyar en la campaña contra dichos seres. Solo necesitaríamos conocer el plan para ponernos manos a la obra.  Al terminar se puede ver las alas de Magnus mas desplegadas que antes, en una posición mas firme. Su rostro es diferente, se puede ver la cara de un guerrero listo para la batalla. 

Al no tener una respuesta el embajador Aquila piensa que el enlace pudo haberse perdido por lo que hace un intento por recuperarlo. 

- Estimado embajador. ¿Pudo recibir mi último mensaje? Al parecer falló por un momento el enlace. El embajador Aquila se mantiene expectante a la respuesta del otro representante. 

Tanatius se retorció sus manos luminosas y reprimió una mueca de incomodidad.

Podía sentir el cuchicheo de las jóvenes razas conversando entre ellas. El protocolo ético del Consejo le impedía chafardear conversaciones ajenas pero tenía suficiente experiencia (siglos, de hecho) en aquellas cosas como para no saber lo que se avecinaba. 

Sentía una, como la llamaban en otra galaxia muy lejana, perturbación en la fuerza.

Y aquello nunca conducía a nada bueno.

La mente del Vylkus, ante la pausa del Rag'Kraia, añadió:

- Bueno, quisiera añadir algo, tal como evolucionan los eventos... Me gustaría saber, ¿ustedes han logrado tener trato amistoso con los Zarcorp? Hasta ahora, sólo han tratado con una raza, al menos que yo tenga en mi conocimiento. -comentó Tr'arken- Me gustaría saber cómo llevan la diplomacia con sus, si mis sospechas no son incorrectas, vecinos del norte. -claramente, por el orden de las preguntas, el Vylkus sospechaba que los Rag'Kraia estaban justo al sur de los Zarcorp.

Cosa que, por las noticias, no parecía ser una noticia excelente.

- Anfitrión Tanatius, parece preocupado. Siento curiosidad, ¿podría hablarnos de su especie y de cuándo se unieron a ésta orden? -pregunto el Vylkus con amabilidad.

Tanatius miró por turnos a los seis embajadores antes de hablar:

-Los reptiloides éramos una raza próspera y feliz mucho antes de que los Amos de Orión dominaran la galaxia-dijo lentamente-Mi mundo natal era Ingerbol, que en nuestra lengua significa "Aguas Verdosas". Ingerbol estaba habitado por muchas otras criaturas: insectos gigantes, depredadores acuáticos, fauna atmosférica... pero ya nada queda de todo aquello salvo mis recuerdos. Como tantas otras especies inteligentes, los reptiloides conocieron la necesidad de expandirse a las estrellas para aprender, para conquistar. En nuestros viajes por el cosmos, trabamos conocimiento con otros como nosotros. Algunos eran sabios y nos enseñaron. Otros eran hostiles y nos combatieron. De entre todos los que encontramos, algunos eran miembros de una pequeña cábala de seres con capacidades psíquicas especiales, la semilla de lo que ahora llamamos el Gran Consejo Galáctico.

El reptiloide guardó silencio unos segundos.

-Como el más dotado de los míos, yo renuncié a mi cuerpo físico para unirme al Consejo. Mi consciencia se expandió hasta niveles extraordinarios y alcancé la inmortalidad. El precio que tuve que pagar fue ver la llama de mi civilización alzarse y morir como todas las demás para que sus ruinas después fueran consumidas por el tiempo y el olvido.

- No será sencillo... -respondió el Vylkus, que parecía dudar sobre la forma de expresarlo- Magnus, te seré sincero. Sea como fuere, esto terminará con una guerra, y no sabemos cuántas razas sobrevivirán. Nuestros planes a futuro están pensados para desarrollar un intrincado y eficiente sistema económico, y planetas para que nuestras crías tengan dónde habitar, pero suponemos que algunas razas, sea por los Ashari, por los Zarcorp o por nosotros mismos llegarán a su ocaso. Quizás no sean destruidas, puesto que no eliminaremos más que las tropas militares de quienes rivalicen con nosotros,  pero sí que vamos a marchar haciendo un barrido sobre la galaxia sobre varias especies. -prosiguió Tr'arken- Queremos saber, ¿qué haréis si ese posible tercer aliado, los Rag'Kraia, suponiendo que no demuestre una relación semejante a la que han desarrollado nuestras dos especies, resulta estar cerca de ser abatido? -preguntó- Los Vylkus estamos dispuestos a financiar la defensa de los planetas Aquila de ser necesario, dado que para cualquier intento de enviar refuerzos propios en vuestra defensa quedamos demasiado apartados (si bien creemos que enviar créditos para la producción de dichas tropas es mejor solución), pero no creo que alcancemos el mismo nivel de compromiso hacia ellos. -concluyó, esperando a la respuesta del Aquila antes de proseguir.

- Les ruego mil disculpas por nuestra tardanza, a usted, señor embajador, y al Supremo General Urokrai al que representáis. Lo cierto es que no hemos respondido antes por no tener datos fiables de nuestras posibilidades hasta tan avanzada hora, pero debería haber establecido comunicación antes, para poneros en conocimiento de tales circunstancias. Mi error y por ello mis disculpas.

Tras las inevitables y nunca suficientes disculpas, procedí a responder a la cuestión principal.

- Si tenemos éxito en nuestras inminentes campañas de expansión, podremos llegar en el siguiente turno al sistema ubicado en Delta-9. Siempre podríamos llegar antes con algún transporte más rápido que un simple Carguero, pero correríamos el riesgo de dañar vuestras infraestructuras más allá de lo razonable. Por supuesto, si prefieren llegar los Aquila al sistema situado en Foxtrot-4, estaremos encantados de recibiros.

Tras explicar las posibilidades y planificación, pasé a cuestiones más crematísticas.

- De cualquier forma, supongo que no habrá problema alguno en acordar que los daños sufridos por uno y otro bando serán compensados con la cantidad económica correspondiente a los mismos. Más que nada porque luego no cuadran los balances y los equipos contables se ponen realmente pesados con estas desagradables pequeñeces.

Magnus escuchó con mucha atención las palabras del Vylkus, él hablaba con sabiduría. - Tr´arkan entiendo su propósito, los Aquila tenemos el mismo. Agradezco el apoyo que ofrecen brindarnos, y ofrecemos ayudar y apoyar en las diferentes campañas que surjan. Creo que con el tiempo no habrá mucha distancia entre nuestros planetas, y podremos establecer bases para un apoyo más pronto. Luego se detiene por un momento para analizar la pregunta del Vylkus y continua. No hemos tenido contacto con ellos, pero confiamos en su buen juicio Tr´arkan, si ustedes confían en ellos nosotros lo haremos. Respondiendo a su pregunta, los Aquila intervendremos siempre y cuando ustedes nos lo soliciten. Pues no podríamos defender a un completo extraño sin motivo aparente. Debo comentarte Tr´arkan, que la economía Aquila esta atravesando uno de sus mejores momentos, por lo que estamos en buenas condiciones para afrontar el conflicto que se avecina de forma inminente. 

El embajador Aquila escucha las disculpas, sonríe y dice - No hay problema, ni motivo para ofrecer disculpas. Entendemos la situación perfectamente. Luego el representante Kwan-yi continua y el Aquila escucha con atención. 

- Pues por la distancia creo que será mejor que ustedes vengan a Delta 9, ya que les tomará menos. No se preocupe, si llegan a existir daños lo compensaremos. Sería muy descortés de nuestra parte si no lo hiciéramos. Estaremos esperando gustosos esa reunión. 

Luego el embajador Aquila toca el hombro del Kwan-yi y añade.-Por cierto mi nombre es Magnus, los Aquila no le decimos el nombre al cualquiera. Es parte de nuestras costumbres. Solo a quienes consideramos amigos, o dignos de recibir ese honor. 

 el embajador Aquila toca el hombro del Kwan-yi 

¿¿En el Gran Consejo Galáctico donde sois todos de energía??

Ja y ja. Yo me carcajeo, oh muchacho.

Las palabras del Aquila no podían ser más esperanzadoras y acordes para lo que planeaba el Vylkus. Quizás antes de que todas las razas que restasen fuesen forzadas a decidir mediante una votación a un gobernante para el sector, ambos tendrían un buen puñado de planetas adicionales.

- Muy bien. Nuestra relación con los Rag'Kraia es muy limitada, pero siendo que están a medio camino entre ustedes y los Zarcorp, seguramente estarán desesperados por un aliado, y con la aglomeración de planetas existente en esa zona, os podrían servir como un "escudo" a vuestro planeta natal, para cuando llegue el contragolpe. -explicó el Vylkus, que en verdad no contaba con que aquellos seres fuesen una fuerza decisiva, precisamente- Me alegro de saber tal cosa. -respondió al tema económico- Nuestra civilización también está en apogeo, por eso creemos que es el momento de avanzar, antes de que se acerquen demasiado los momentos finales. -concluyó- Con tales disposiciones, sólo quiero mostrar una vez más mi alegría por  esta corriente ascendente en las relaciones con los Aquila... -se quedó un instante medio callado, consciente de haber usado una expresión de su especie, pero luego soltó una especie de risa mental- ... expresión que seguramente entenderán por su capacidad de vuelo. -pues las corrientes ascendentes no sólo aliviaban la dificultad de volar, sino que por ser corrientes de aire caliente resultaban agradables- Y, ésta vez sí, a no ser que quieras añadir algo más, me retiro hasta tener nueva información. -concluyó el Vylkus.

El Vylkus escuchó con atención la historia y asintió:

- Lamento oír eso, Tanatius. Supongo que es un alto precio, aunque espero que recompense saber, como mínimo, que ayudas al buen funcionamiento de la galaxia. -respondió Tr'arken.

Una ligera inclinación de cabeza y un cambio de expresión en el rostro que equivaldría a una sonrisa Aquiliana, pero de difícil interpretación por otras razas, es la respuesta inmediata a la cortés respuesta de Magnus, el Emisario Aquila. Cuando éste, en su concepción energética, se acerca y realiza el gesto frustrado de contacto físico, entiendo, gracias a sus palabras, que se trataba de un ejercicio de demostración fraternal. Lo dicho por el embajador estaba revestido de una solemne importancia.

- Le agradezco la deferencia y aprecio en alta estima el gesto de confiarme su nombre, Magnus. Los kwan-yi le damos menos importancia al nombre y, en nuestro caso, son más elementos descriptivos de cada cual que una etiqueta de identificación unipersonal, pero comprendo lo que usted dice, pues, gracias a nuestras bibliotecas de conocimiento universal, sabemos de sobra que muchas culturas confieren al nombre un carácter especial e indisoluble de su propia esencia personal. - Le explico, con afabilidad y la cadencia sencilla de quien enumera una obviedad. - Así mismo, permítame confiarle, como no puede ser de otro modo, el mío. Mi nombre es Widaehan Sajeol, a vuestro servicio.

Deja que mi Aquila haga sus cosas simbólicas jajaja 

Ahora que caigo en cuenta no sabes la risa que me ha dado 

Empiezan a resultarme demasiado alienígenas...

El Vylkus quiso añadir un empujoncito dada la inminencia del TPA 4:

- ¿Señor Ragnaris? Creo que, si estamos en lo correcto con respecto a las posiciones galácticas que suponemos a cada especie, lo que quiero tratar puede ser urgente para su pueblo. -habló nuevamente el Vylkus, temiendo que las palabras pudieran sentar mal al Rag'Kraia, pero sabiendo que bien podía ser cierta esa premisa, por lo que sabía...