Partida Rol por web

Sueles dejar abierta la ventana de tu dormitorio durante la noche para que Moonchild entre y salga a su antojo. Eso quizá requiera que empieces a usar la ropa de cama de invierno antes de tiempo, pero entiendes el deseo del Familiar. Si tú tuvieras alas, también te gustaría poder salir a volar sin necesidad de que un grandullón tuviera que usar sus manazas para abrirte el camino. Lo mas seguro es que ni siquiera vivieras entre cuatro paredes.

Es por esa ventana por la que entra ella. La luz de la luna la envuelve en un halo misterioso, arrancando destellos de su ondulante salto de cama negro transparente que parece hecho de telarañas de azabache. Su melena flota salvaje como una llamarada de fuego rojo vivo. Sus ojos verdes e insondables están clavados en los tuyos, paralizándote con sólo el peso de su mirada. Sus labios carnosos están sedientos de tu sabor, lo sabes.

Levitando, flotando, o como quieras llamarlo, se sitúa sobre ti. Traza con una de las uñas carmín una línea sobre tu pijama, desde el cuello hasta la cintura, y éste cede y se abre como si hubiera trazado la línea con fuego. Dónde antes tenías una camiseta ahora tienes un cardigan sin botones que se abre sin tocarlo como si deseara estirarse hasta alcanzar los extremos de la habitación. Tu respiración se hace entrecortada. El fantasma de la línea marcada por su uña arde en tu torso, pero eres incapaz de mover un músculo mas de los que se necesitan para respirar.

- ¿Me olvidaste? - susurra con voz preñada de sensualidad, hambre y deseo

Como si obedeciaran a su voluntad, mechones de cabello dejan de flotar y caen sobre tu torso desnudo. La sensación es una mezcla entre la caricia que enardece y el golpe de un látigo que abrasa. Un fuego nace en tu pecho, un fuego al que deseas entregarte con todo tu ser, pero al que no puedes, porque no puedes moverte. Es ella la que tiene el control.

Tras una interminable sesión de látigos-caricas, acerca su rostro al tuyo. Sus labios, esos labios que estás deseando saborear, morder, hacer tuyos, esos labios están a apenas milímetros de ti. Está a punto de besarte cuando, con una risilla traviesa, se aparta y se desliza, aún flotando, hacia tu torso, dónde muerde y lame, repartiendo dolor y placer, a cual mas exitante y enloquecedor. Y en ello se afana, bajando poco a poco, exprimiendo cada centímetro de tu torso en dirección al segundo latido mas fuerte de tu cuerpo en este momento.

Se eleva. De nuevo su uña hace de las suyas y tus ropas obedecen, abriendo el camino, dejando el fantasma de un sendero de fuego que no hace sino enardecerte aún mas. Vuelve a agachar la cabeza, sus labios están tan cerca que notas su calor, su aliento sobre la únca parte de tu cuerpo que ahora importa. Desciende sobre ella y...

Despiertas en mitad de la noche con una sensación pegajosa que no recordabas desde tus tiempos de adolescencia.

Es 15 de octubre del 2004, viernes. Hace ya un par de semanas que regresasteis de Irlanda. Habéis tenido tiempo de retomar vuestras rutinas y negocios - quién lo tuviera.

Rachel sigue taciturna, poco habladora, incluso con Istyar. Ésta, sabiendo de primera mano por lo que puede estar pasando, ha optado por darle manga ancha y por mediar ante los demás para que también le den cancha. No es que se aísle ensimismada - de hecho ha retomado el negocio de reparación de instrumentos y equipos de música, para lo cual algo sí tiene que comunicarse -, pero cuando habla tiende a ser breve y desprovista de la ligereza que le es tan característica.

Bueno, un poco sí que se aísla. Con el libro que le dieron las brujas. Pasa mucho tiempo leyéndolo - y algún malpensado podría decir que en estos días lleva leído mas que en toda su vida -, a veces murmurando en otro idioma, no se sabe si como manía de quién tiene poco hábito de lectura (que parecen incapaces de leer para sus adentros) o por qué motivo.

Mientras tanto, a León parece que le ha dado por aparecer por la casa herrameintas en mano. Desencolando muebles, volviéndolos a montar. Haciendo experimentos infantiles en la cocina. trasteando por todos lados a ratos; es más en ocasiones se rodea de libros de textos sobre materiales y sus propiedades así como libros de  química y tecnología en general. Por suerte todavía no le ha dado por querer desmontar el frigorífico y volverlo a montar pieza a pieza...o las puertas. Y en el patio trasero está armando algo extraño con unos cacharros de barro, un compresor y carbón...

Istyar ha estado dedicándole tiempo libre a un proyecto artístico suyo, pero por desgracia no ha logrado salir adelante. Un problema al principio la llevó a empezar de cero, y no fue el único. Hacia el final la frustración pudo con ella y mandó a paseo el proyecto, pensando que quizá no fuera el mejor momento.

Michael ha seguido con su rutina anterior, varios trabajos, pasar alguna que otra noche fuera con Brisa...

Es temprano en la mañana y os encontráis desayunando en la cocina. Ziva ha llevado a Rachel a entregar unos encargos que tenía terminados y a ver si hay algo mas que recoger.

Leon se levanta con el ánimo turbado. Algo extraño en él. de hecho lo más insólito es que lo primero que hace es echar a lavar toda su ropa de cama, incluso antes de colapsar sus arterias con unas salchichas , bacon y huevos. Apenas levanta la cabeza del plato y da los buenos días con voz huidiza.
 

Buenos días... ¿va todo bien?

Dice Michael mientras mira curioso a León

Cuando la hermética baja, sus ojeras son evidentes. Se masajea el puente de la nariz con una mano, aparentemente disgustada, mientras se sirve un café... o aquello a lo que los americanos llamaban café. - ¿Desde cuando me molesta el café? - parece que esté planteándose cómo decir algo, pero no llega a arrancar, y al escuchar la pregunta de Michael, mira también a León con curiosidad.

Has salido temprano a llevar de vuelta - Ziva conduce - los encargos de reparaciones y ver si hay algo mas a la espera. Mientras tu ex-jefe ajusta el papeleo, vas paseando por la tienda, como llevada por una leve melancolía de tiempos mas sencillos.

Durante el vagabundeo bajo techo reparas en un cartel que te sorprende. Mila y el resto de la que otrora fuera tu banda piden en el cartel que vayan a animarles al concurso que hay este sábado por la noche en el club Das Bunker, un garito de Central L.A., según la dirección que apuntan.

A los labios de Rachel asoma una medio sonrisa melancólica: Oye Max, ¿cómo les va a Mila y a los chicos? Aquí pone que tocan mañana.

Bastante bien, la verdad... - responde él desde el almacén - Ahora que lo dices, cierto... Mila quería que fueras al concurso si tienes ocasión, pero ha estado hasta las cejas entre la cosa esa de caridad que hace y los ensayos. Parece ser que han estado dándolo todo.

- Tengo ganas de verlos, mañana me pasaré... pero no les digas nada, quiero que sea una sorpresa - dice acariciando el poster con la mano derecha mientras emite un pequeño suspiro....esa hubiera sido mi vida si no fuera por todo esto de la magia...

Como quieras, pero ella te podría colar al backstage - responde medio en serio medio en broma (los pases de backstage siempre han sido uno de los tesoros de los grouppies) mientras trae los nuevos encargos. Y el sobre con tu paga, claro.

- Depende de si voy sola o no la llamaré para los pases.
 

Cuantas más manos les aplaudan, más oportunidades de ganar el premio tendrán - sentencia

- Venga, te traeré todo cuando lo tenga de todas fromas puedes localizarme en el móvil si necesitas algo antes. Gracias, nos vemos - y con esto sale de la tienda camino del coche donde espera Ziva.

Me daba algo de verguenza, pese a la excitación. Deseaba con todas mis fuerzas quedarme para mí la experiencia pero tenía, por otro lado, la sensación de ue seria preocupante no hacerlo.

He tenido visita. Dije sin levantar la cabeza y pasando una mano pr mi pecho como si esperase encontrar algo.La niña-ya no tan niña...

Y trás esas palabas metí un buen trozo de comida en la boca evitando decir algo más al menos durante unos segundos. Hubiera sido cómcio salvando lo azorado.

¿Te refieres a la niña que se convirtió en Brujachunga? Pregunta sorprendido

Si Michael, si. No suelo soñar con entes paranormales así que debió hacerme una visita. En cuanto a sus intenciones...no estoy seguro peor no pueden ser buenas.

- Pero... ¿Qué fue lo que sucedió? - trataba de mostrarse seria, pero no podía dejar de pensar en las posibles implicaciones que aquello podía tener.

Pues tendremos que reforzar la seguridad... Dice con un deje de angustia Y estar lo más localizados posible

¿Que ocurrió en tu sueño León?

Dejémoslo en que la niña está crecidita ¿de acuerdo? No creo que queráis oir lo que pasó o soñé. intentaba ser sutil o al menos no grosero,pero me estaba costando y recordarlo sólo me turbaba más...Hubiera estado muy bien que no fuera sólo un sueño. Por muy señora del mal que sea parecía saber lo que se hacía. Pensé y en mis rostro se traslució un destello de sonrisa moralmente perversa.
 

Comprendo Dice sin poder evitar un atisbo de sonrisa

De cualquier manera, sea algo real o producto de las poluciones nocturnas de León no, creo que no podemos permitirnos el lujo de ignorarlo. ¿Alguien tiene alguna idea de lo que podriamos hacer?