Partida Rol por web

- Hora de regresar a casa - suena en vuestra mente la voz de Ziva - Todo vuelve a ser seguro. Tenemos de qué hablar.

Michael llega a las puertas de la casa con la moto, y él mismo, cubierta de polvo. Lleva la cabeza afeitada y pequeñas heridas en la cabeza y los brazos, a modo de arañazos, cubiertas de sangre seca. La mirada está aún más perdida, como si mirase más las cosas que no están ahí.

Sonriente mira la casa y saca las mochilas que llevaba atadas a la moto y, con paso resuelto, se dirige a la puerta y abre.

Estoy en casa

Dice en voz alta

No puedes evitar notar un leve aroma nuevo en la casa. Por encima de los restillos de olor a insecticida - una fumigación es siempre una buena excusa para abandonar una casa durante unos días - hueles a algo que parece... ¿incienso? Pero más oleoso...

Michael - suena la voz de Ziva desde arriba - pasa a la cocina, te he dejado preparado algo para que te refresques. Bajo en seguida.

En la cocina hay toallas, una palangana con agua fresca, desinfectante y gasas, bebidas isotónicas y algo ligero de comer. Ni avisando hubieran podido prepararlo mejor.

Leon apareció junto a rugido del motor, más moreno,ojeroso y algo renqueante.Daba la impresión de ser un hijo adolescente de vuelta trás un fin de semana de fiesta y marcha.

¡Aquí estoy! comenté en voz alta al abrir la puerta y comenzar a introducir mis enseres. ¿Cómo os ha ido a todos?

En la cocina hay una cafetera recién hecha, su olor invadiendo toda la casa. La taza favorita de León está al lado, como predispuesta.

Vaya aroma a canutazo, no?

Michael se lava las manos y la cara antes de prepararse un café. una vez el café está servido empieza a lavarse las pequeñas heridas.

Hola León pasa y siéntate. Como siempre nos toca esperar a las chicas

Tras casi un día en tren, Rachel toma varios autobuses para llegar hasta la casa...hubiera sido más rápido un taxi pero su economía estaba bajo mínimos. Al llegar abre y escucha voces en la cocina así que dejando su maleta en la entrada cierra la puerta y camina hacia ellas. Allí están Michael y Leon, el aspecto de Rachel es desaliñado; parece que lleva la ropa de ayer e incluso hadormido con ella puesta.

- Hola ¿y las chicas?

Istyarem baja ahora - anuncia Ziva entrando en la cocina - Se ha dado una paliza reorganizando la biblioteca y quería ducharse. ¿Qué tal todo por vuestro lado?

- Pues he pasado este tiempo con la familia, quién me lo iba a decir hace unos meses - dice riendo. Ha sido gratificante volver a sentirme integrada.

Viendo la preparación de la mesa, no pude resitirme. Y trás dejar mi mochila en el suelo comencé a llenarme los carrillos como si pretendiera hibernar. Por mi parte he pasado buena parte de éste tiempo perdido en la naturaleza. He estado conectando con las fuerzas que nos rodean, y de paso era más barato.

Aún así cuando fui al estanque y me encontrécon Michael pasó algo inquietante. Aunque creo que debería oirlo tambien Istyarem. Comentaba entre bocado y bocado.

Bien, por mi parte... o al menos creo que bien

Debo poneros sobre aviso - interviene Ziva con el tono levemente sombrío - No sé qué demonios le ha pasado, pero Istyarem ha llegado algo... - parece no tener clara la palabra a elegir - Cambiada. No sé qué le habrá pasado, pero sea lo que sea le ha pasado factura. Creo que intenta tener cosas que hacer para distraerse de lo que le pasa, de ahí que haya estado todo el tiempo con la biblioteca... Por cierto que juraría que me dijo que había encontrado el libro que nos hacía falta... - añade con un tono sensiblemente más ligero.

- ¿Cambiada? ¿Qué le ha pasado? dice seria y preocupada.

No bien termina Rachel de formular su pregunta cuando se oyen pasos descendiendo por la escalera. Antes de que entre la maga, el gatito de ojos diferentes la precede cual maestro de ceremonias.

- Hola - saluda lacónica - ¿Todo bien?

Su voz carece de esa chispa tan característica suya. Rachel, como pareja íntima, se confirma para sí misma lo que dijo Ziva: en algo ha cambiado, aunque no sabría decir qué. Algo le pasa.

Michael reconoce el olor de la joven como el de la maga que conoce, pero también ahí nota algo diferente, ausente.

RAchel se acerca y abraza a Isatryem mirándola luego a los ojos: ¿Cómo estás tú? No he sabido nada de ti en un mes...

¿Que te ha pasado Istyar...? ¿Todo está bien?

Pregunta curioso

¿Os ha dado la fiebre de los complementos, chicos? - pregunta mientras Rachel la abraza - ¿Cómo os ha dado por poneros....? ¡No me digáis que habéis dado con los que faltaban!

Istyarem ni te devuelve el abrazo ni te rechaza, símplemente te "deja hacer".