Lady Shadowglare acude a la cena en el Palacio del Gobernador, donde os da la bienvenida a la ciudad (ella misma vive parte del año en Arabel). Es especialmente amable con Leshana y Baelriul, y de parte de su marido y ella misma les da provisiones para el viaje a sus dominios.
UNOS DÍAS DESPUÉS.
Más al Norte de Arabel el terreno se vuelve más escabroso, y los carros tienen más dificultades, aunque la carretera es bastante buena. Tras unos días de ascensión se llega a Tilverton, una ciudad minera y menestral de nueva construcción, sin apenas edificios destacables salvo un templo a Gond de los Milagros.
En una posada a media milla de la ciudad os espera una docena de jinetes armados que salen a recibiros. Llevan el estandarte del rey. Su líder, un hombre corpulento que viste una armadura corriente y una insignia de sargento en el gorjal, se adelanta y os saluda.
- Mis señoras y señores, soy Randam Última Estrella, capitán en funciones de la Frontera Superior. He recibido órdenes de la Lady Regente de acompañaros a vuestros nuevos dominios, para ponerlos a vuestra disposición como sus señores barones.
hace un gesto a un criado para que os entregue a cada uno unas alforjas en las que hay unas grandes llaves y unos escritos en una funda de cuero.
- Os entrego ahora mismo las llaves de cada dominio, así como las cuentas del tiempo que he sido capitán en funciones.
Si alguno de vosotros pregunta porque no os ha buscado alojamiento en la ciudad:
- Hay bullanga en la villa. Los gnomos y enanos celebran una de sus festividades, y es imposible dormir. En esta posada tendrán menos ruido. En Tilverton no hay ninguna posada donde quepa tanta gente tampoco.
Tiradas de Perspicacia o Historira permiten saber cosas.
Una vez os ha atendido, Randam supervisa que descarguéis vuestras cosas en la posada. Una voz le llega de una carroza.
- ¿Rand, ya no saludas a los amigos?- Lomaron parece contento de ver al soldado.
- Vaya, Lomar el Lorzas. No te esperaba tan pronto. ¿Cómo están la mujer y los críos?
- Dando guerra. Comen como limas.
- Mira quien habla. Seguro que no has dejado un pollo entero en todo Suzail.
- Bueno, tengo que mantener mi reputación en la Corte, ¿Sabes? Soy el mayor tragón de las Tierras centrales, y tal es mi orgullo. No te quejes que te he traído vino verde de Elturel. ¿Quieres un trago?
- Estoy bajo el estandarte. Luego nos tomamos una copa.
Hablan un rato más, pero para pillar los detalles se necesita Percepcion (Dif 13).
La cena con el senescal llegó a su fin, los temas de conversación se acaban y el sueño vence. No hubo salida improvisada a la caza de una bestia, eso requería una planificación y contar mínimo con una persona que conozca bien el terreno.
El paisaje iba cambiando según avanzan al norte, en parte eso es bueno para la mente: te convences de que estas avanzando y no dando vueltas. Cruzar el paso de montaña de Storm Horns fue duro pero sin incidentes, casi los echaba de menos.
De lejos se ve la ciudad , nunca había estado en Tilverton ni siquiera de campaña. Para Erz comenzaba ahora lo aventura llegando a terreno desconocido y aunque por poco lo más al este que había viajado en su vida y estaba emocionada ante la perspectiva. No tan lejos alcanzan una comitiva bajo estandarte real, Erz se sorprende un poco pero tampoco es para darle importancia, está segura que hay una razón para ello y efectivamente así es.
Lo segundo que Randam vio es el estandarte del cuervo cruzado por dos lanzas que se detiene a su altura y pequeño grupo de jinetes montaraces escoltando a la primera nueva baronesa. Le gustó mucho la confianza con la que esos dos se hablaban, saltándose todo el protocolo y no solo tuteando si no poniéndole un mote tan... afectuoso. mientras hablaban tuvo tiempo de hurgar en sus recuerdos sobre algunos detalles.
- El famoso Randam Última Estrella, al fin os pongo cara. -Comentó con una sonrisa y con energía. -Confirmo que mantuvo su reputación, en la corte y su afán casi se come mi estandarte... -Se tomó la molestia de bajarse del caballo a fin de ponerse a su altura y estrechar la mano, de soldado a soldado.
A al entrega de las alforjas y la documentación uno de sus rangers se acercó a recogerlo. *Se acercaban el resto de nobles así que le tocó volver a su montura.
En algún momento durante la cena, hizo su aparición Lady Lyvanna, lo cual me sorprendió levemente, ya que no tenía conocimiento de su presencia en este lugar. Aunque desconcertada por un instante, oculté mi sorpresa con destreza y le pregunté cómo se encontraba. También le consulté si tenía planes de viajar hacia alguna región de los Valles; en caso afirmativo, la invité cordialmente a pasar por mis tierras.
Al día siguiente, el grupo comenzó los preparativos para abandonar estas tierras. Lady Lyvanna nos entregó, tanto a Baelruil como a mí, mejores provisiones para el viaje, gesto que le agradecí con sinceridad y cortesía.
Tras varios días de camino, sorteando sendas escabrosas y parajes hostiles, llegamos por fin a Tilverton, donde fuimos recibidos por el renombrado Randam Última Estrella y su séquito de veinte hombres armados.
Como correspondía a las formas, descendí de mi carruaje con gracia para saludarle y aceptar con elegancia las cortesías que ofrecía. Le agradecí su labor y, acto seguido, me retiré unos pasos para elevar la vista hacia el cielo, buscando cualquier señal de la mantícora… o de cualquier otra molestia que pudiera interrumpir la jornada.
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d20
Dificultad: 13+
Resultado: 12(+5)=17 (Exito) [12]
Motivo: Perspicacia
Tirada: 1d20
Dificultad: 10+
Resultado: 5(+5)=10 (Exito) [5]
Tirada Percepcion (dif 13) 17
Tirada Perspicacia: 10
Creo que mi pasiva es: 13 XD
Daeric observa la escena con atención desde su montura, las riendas firmes en una mano y la otra descansando en la cadera, cerca del pomo de su espada. Su expresión es, como siempre, más severa de lo que pretende, pero cuando el capitán en funciones se presenta y entrega los documentos, asiente con una leve inclinación de cabeza, respetuosa pero sin servilismo.
Cuando recibe sus llaves y cuentas, Daeric las revisa brevemente. Toma los escritos con la deferencia que merecen, y los guarda con cuidado en su alforja. Tras ello, desmonta con un gesto ágil, más propio de un soldado veterano que de un noble cortesano.
—Capitán Últimaestrella —dice, dándole deliberadamente el título que aún ostenta—. Mi gratitud por mantener el orden en ausencia de autoridad designada.
Pausa un instante, y su tono se suaviza apenas.
—Me dijeron muchas cosas sobre vos en Arabel… Algunas con aprecio, otras con menos. Pero si estas cuentas son tan claras como parecen, y esta tierra tan entera como la dejaron, os habréis ganado más de lo que se os ha negado hasta ahora. Me gustaría hablar con usted.
Luego, cuando el intercambio con Lomaron tiene lugar, Daeric no puede evitar que una comisura de su boca se curve apenas. El afecto entre ambos es genuino y esa familiaridad de frontera le resulta más honesta que muchas cortes. Si bien no coincide en las formas,no le resultan extrañas.
Motivo: Perspicacia
Tirada: 1d20
Resultado: 12(+6)=18 [12]
Motivo: Percepción
Tirada: 1d20
Dificultad: 13+
Resultado: 2(+6)=8 (Fracaso) [2]
De nuevo en el camino no tardaron mucho en llegar a Tilverton, por fin sus destinos se separarían. Baelruil tomaría rumbo al oeste por la garganta en dirección al bosque de Cormanthor, mientras el resto se dirigían a sus dominios en la frontera norte. Cuál aliviado le hacía sentir eso, bien seguro que Baelruil no volvería a ser visto en la corte durante por próximos siglos.
Le extraño mucho aquel recibimiento tan poco protocolario, su primer pensamiento fue pensar que algo les estaba escondiendo aquel hombre. No se bajó del caballo para recoger las llaves ni los libros de cuentas, un capitán no era cargo ante el cual un barón tuviera, ni debiera inclinarse, formas erráticas resultados erráticos, pensó para sí.
Creyó notar algo extraño en la conversación entre el orondo Lomaron y Randam, que fortuita coincidencia. Demasiadas casualidades para alguien que conoce a todo el mundo, no solo en la corte sino en aquellos lares. Pudiera ser que bajo aquellas simples palabras hubiera mucho más.
No complacido con la respuesta del capitán, no hizo ademán de hospedarse por el momento, seguiría cabalgando para ver con sus propios ojos de primera mano aquella "bullanga" si acaso existía. Ya volvería para pernoctar en aquella posada más tarde si le era necesario.
Motivo: Historia
Tirada: 1d20
Resultado: 17(+8)=25 [17]
Historia 25, Per Pasiva 19 no he tirado por eso.
HISTORIA:
Más al norte de Tilverton había un pequeño reino enano (Tethyamar) que fue destruido por una invasión de orcos y demonios. Los supervivientes emigraron a Tilverton, donde contaban con la amistad de la comunidad gnoma, y sus habilidades mineras y metalúrgicas dieron nueva vida a la región.
Algunos de los enanos de Tethyamar sueñan con recuperar su antigua ciudad, en especial la nobleza. Hacen llamados a otros reinos enanos para que manden ejércitos a recuperarla como hicieron con Mythril Hall. Pero lo que eran plebeyos muestran poco interés, porque no tienen muy buen recuerdo de los "viejos tiempos". Así que el conflicto entre "Chapados" (nostálgicos; les llaman así porque más que oro en sus objetos tienen chapa dorada; ya no son tan ricos) y "Topos" (porque renuncian a sus minas profundas y se conforman con cavar carbón) es constante. Aunque en general pacífico.
Parece que los la nueva nobleza tiene mas puntos de confrontación que de acuerdo, lo que no es bueno pero sin embargo si es bueno que se hable con sinceridad eso permite limar asperezas y llegar a acuerdos. cada vez tengo más claro el curso a seguir con los nuevos barones y baronesas y a cual procederé a acercarme primero. Pienso para mí mientras se desarrolla la cena.
En el camino a Tilverton un torrente de recuerdos me asalta muchos de ellos nada gratos, conozco bien la ciudad. En las afueras nos espera el capitán en funciones, el Renombrado Randam Ultima Estrella que nos hace entrega de las cuentas y las llaves de nuestras baronías.
Cuando me entrega las mías, le doy las gracias y le digo:
-Maese Randam parece que quedareis libre del servicio al senescal, entiendo que un hombre de vuestra demostrada valía tendrá muchas ofertas, y me parece normal pero os ruego que si podéis escuchéis al menos la mía, tranquilamente cuando tengáis ya la de algunos de los miembros de nuestra comitiva. Seguro que podremos llegar a un acuerdo beneficioso para ambas partes. Así mismo aprecio en cuanto vale que os molestéis en tener en cuenta nuestro descanso ante la fiesta que nombráis.
Motivo: perspicacia
Tirada: 1d20
Resultado: 2(+6)=8 [2]
Motivo: percepción
Tirada: 1d20
Resultado: 5(+10)=15 [5]
Mi percepción pasiva es 25 además puedo leer los labios si veo a los interlocutores y conozco el idioma.
LA CONVERSACIÓN.
Mientras os establecéis en la posada (o por lo menos dejáis allí vuestro séquito y repartís habitaciones y demás), Lomaron y Randam, que parecen viejos amigos charlan en un aparte. Más que una conversación clandestina, parecen estar poniéndose al día.
- ¿Sabes algo de mi sobrino? Me dijeron en Suzail que se estaba metiendo en líos.- pregunta Lomaron.
- Sólo de la pelirroja esa que se unió a su pandilla de niñatos he oído que salvó unos campesinos de una araña gigante cerca de Spiderhaunt. Luego se metió en una pelea de taberna en Valle de la Daga, creo. Sigue allí en el calabozo. Mandé una carta pidiendo su libertad, pero em respondieron que no tenian ninguna pelirroja en sus mazmorras. Se la habrán comido los ghuls, supongo. Una lástima. Era una espadachina con fuego en el cuerpo.
- Sí, mi sobrino se quemó con ella. Si es la chica del tatuaje, está en Vado de Ashaba entrenando la milicia... ¿Podrías mandarle un mensaje para que venga al consejo de los valles?
No se ponen de acuerdo sobre si la chica está en el calabozo o en la milicia.
LAS CELEBRACIONES DE TILVERTON.
Ciertamente Tilverton está de fiesta... Los enanos han acabado la campaña de destilación de licores de seta y de cerveza de hongos, y eso siempre es una celebración importante. La ciudad parece ocupada por bandas de enanos borrachos que cantan toscas canciones,celebran desafíos de fuerza y resistencia.
(Por ejemplo: concursos de pulsos, levantamiento de yunques, lucha gnomoenana, ponerse encima postes en estercoleros y lanzarse mutuamente balas de paja, tirar de cuerdas entre equipos, rodeos con jabalíes salvajes, etc.).
Los vecinos humanos de Tilverton no parecen gustar de esas celebraciones, y hay muchas tiendas cerradas. En algunas calles incluso las milicias de los gremios han puesto barricadas y carteles de "ENANOS NO". Cosa comprensible, pues sus peleas de taverna han destruido algunos locales.
Os sorprende que no esté la guarnición militar poniendo orden.
Cuando Baelruil y Erthe-Uuthi entra en la ciudad, un grupo de jóvenes enanos se aproxima a él. Van claramente borrachos.
- ¡Eh, zanquilargos!¿Has venido a la fiesta? ¡Pues tómate un buen trago con nosotros!
Os ofrecen una jarra de un lícor denso y rojizo. De fuerte olor a setas.
ERTHE: Si te unes a la fiesta, elige un campeonato.
Le gustaba lo que veía, una ciudad en festividades con la cerveza corriendo. Pero no todo era alegría, se percibe una separación racial y cultural ¿Y como culpar de nada si un grupo de enanos te destrozan la entrada de lo que te da de comer? Erz se sorprendía así misma con este pensamiento debería haber un mínimo de guardia para los casos mas extremos. ¿Donde estaban? ¿Por qué no estaban?
Por otro lado que Baelruil le acompañase (No le acompaña, han coincidido en el camino) le resultó una sorpresa y un incordio. ¿El más altivo de los elfos a millas de distancia se mezclaba con la plebe? Ahí había goblín encerrado.
- Mi señor Talísien, cuidad la distancia, que nadie vaya a pensar que fraternizáis con según quien. -Advirtió mordaz e irónica.
Hubo tiempo justo para su respuesta antes de que llegaran los enanos a invitarles. Vaya grupo de jóvenes, les vio y añoró las fiestas en las posadas quemado con sus compañeros, el botín de la batalla, le vino a la cabeza la canción que siempre entonaban. Sonrió ampliamente antes de responderles en su idioma de manera fluida aunque sin el acento marcado.
¿A quien llamas tu zanquilarga eh zanquicorto? -Tomó la jarra y olió el contenido antes de darle un trago, era muy distinta a las clásicas de cebada y le preocupó un poco cualquier efecto alucinógeno así que dio un trago corto, la saboreó y ya estuviese buena o mala, esperaba si o si que tuviera cuerpo y carácter. Siguió con el idioma de los enanos. - Cerveza enana, la mejor del mundo.
Lo único que ha ganado Erthe es el hecho de seguir de pie sobre su montura, que no es moco de pavo con lo fuerte que es esa cosa. Los enanos se ríen y le ofrecen irse de juerga con ellos.
Si alguien se va de parranda, que tire 1d100 para ver qué le pasa en su noche loca.