Partida Rol por web

A Sutu lo asesta de nuevo el gusano, pero está malherido. Dudo un instante si atacar o curar. Al Ver a Rhaz detrás del gusano, lo tengo claro, dejaré el ataque en manos de mis compañeros y emplearé mi último hechizo en Sutu.

Soy el canal de tu curación.

Sutu, no te hagas el machote, este bicho es demasiado fuerte. Se prudente.

Digo mientras me muevo de detrás de Sutu, al que ya no podré ayudar más. Ahora es el momento de atacar. Desde cierta distancia, puedo lanzar mis proyectiles sin peligro.

Detrás de la piedra y viendo como mi compañero de misión queda herido, me concentro, conciente que  debo guardar mis hechizos.

Ristracna, jituyyrty abatt

Digo un hechizo, a la criatura...

Con la cual espero dormirla, para que ellos puedan matarla.

Buen conjuro, pero arrojaste la red, al pez equivocado

El gusanejo no parece sentir efecto alguno ante las místicas y arcanas palabras de la bruja verde

Rhaz flanquea a la criatura he intenta asestar un golpe con su espada, cuando este se queda algo paralizado por el fortisimo ataque de la criatura a Sutu y hace perder su concentración errando en su ataque.

Me muevo hacía la entrada de la cueva sin bajar el arco de su posición para tener una mejor linea de visión en caso de que se diera la oportunidad de poder disparar a aquel engendro del demonio. Después de la experiencia del día anterior con un bicho que era varias veces más pequeño lo último que quería era enzarzarme en un combate cuerpo a cuerpo. Como decía mi padre "si se tiene que jugar alguien el pellejo, haz todo lo posible por que no seas tu".

Herido como estaba Sutu había perdido la razón y la perspectiva del combate, y sus ataques se convirtieron en una lucha desesperada por acabar con aquella abominación que reclamaba su vida.

Sin muchas posibilidades de salir con vida de aquella batalla, el bárbaro ejecutó otro golpe con su hacha con la imágen de su familia en la mente, deseando no errar y poder continuar su búsqueda.

El certero golpe del diestro bárbaro golpea con fuerza exactamente en el mismo punto donde diera el anterior ataque, el hacha toca arena y el gusano pierde estabilidad cayendo al suelo, rodando y retorciendose al tiempo que todos os apartais ante la perspectiva de un nuevo ataque de la criatura.

El gusano aún se revuelve un rato más mientras poco a poco se va deshaciendo en grandes trozos de brasas ardientes, que se van apagando convirtiendose en unos pocos fragmentos de carbón que en su mayoría se deshacen en ceniza.

Respirais aliviados al pensar que no volverá a intentar uno de sus silenciosos pero mortales ataques, y de nuevo, podeis respirar, aún con cierta tensión al estar en la puerta de la gruta, habeis armado bastante escándalo, por fortuna, una gran losa de piedra ha debido silenciar todo el combate.

A un lado, en el suelo, podeis ver la carcasa compuesta por el cuerpo y el pellejo del erizo del desierto que habia sido sorprendido por el gusano, a juzgar por las violentas heridas, pudo haberlo cogido desprevenido o con algun otro gusano.

En la penumbra, la puerta de piedra espera a los valientes que se aventuren en la gruta, donde supuestamente hallareis el artefacto que Milaszor, Rey Brujo del castillo de Raivah, espera.

Si esto es lo que hay en la puerta, no me imagino que hay más allá. Me quejo, sintiendome físicamente mal. Por lo menos esta muerta esta cosa, pero  supongo qué pueden existir más después de esa...

Miro a mis compañeros y digo, no se si estemos preparados para esto, en realidad no comprendo porque unos guantes son tan importantes, y porque el sujeto no mandó a sus hombres a buscarlo.

Muchas dudas... esto me huele a trampa.

Quizá esto sólo sea una forma de medir nuestra habilidad o sea simplemente muy peligroso y no quiera exponer a sus hombres. Digo mientras camino hacia el pasillo de la cueva.

La cuestión es que ya estamos dentro de este lío y queremos salir vivos, así que os pido, por favor que empleemos la cabeza. Y no voy a poder curaros más. Mi poder se ha agotado. Sutu, si quieres morir, es cosa tuya, pero yo sería más pudente. Seamos sigilosos y tendremos una oportunidad. Hagamos lo mismo que hasta ahora y moriremos con facilidad.

Observo las paredes de la cueva, el suelo y la puerta.

El bárbaro exaló el aire de sus pulmones de un bufido y se dejó caer de rodillas, hacha en manos, sobre el suelo del páramo. Y allí se quedó, inmóvil, recapacitando por lo que acababa de suceder y el hecho de que aquel podía haber sido un trágico, repentino e inesperado final para su búsqueda.

Las palabras de Habib lo trajeron de vuelta al mundo y se incorporó apoyándose en su hacha.

-Siento que tu hechicería se haya consumido en esta batalla, pero el peligro que nos amenazaba era muy real. Intentó disculparse Sutu a su peculiar manera.

El bárbaro caminó hacia el cadaver que allí yacía chamuscado y mirándolo volvió a hablar.

-Esa cosa cazó a esta bestia. No creo que fuera un guardían o algo parecido, en todo caso, tal vez lo hubiera sido la criatura que en un principio creímos que custodiaba la entrada y que sirvió para que la otra nos sorprendiera con la guardia baja.

Sutu, se inclinó y observó al erizo son sumo interés.

No… esos guanteletes tienen que tener… algo especial. Por muy… viejo que fuese aquel orco… no estaba senil, si no… no seguiría con vida. Supongo que… la razón por la que no manda a sus… hombres es por precaución. Por muy fuerte que seas… siempre hay una posibilidad de morir en un combate y… gracias a nosotros se ahorra esa posibilidad respondo a las palabras de Martina mientras me acerco a los restos de la bestia.

Yo también creo que es… hora de empezar a trabajar con cuidado. Son… ya dos veces en las que hemos estado… al borde de la muerte. Tal vez en… la tercera no tengamos tanta suerte. Creo que… Rhaz y yo deberíamos de adelantarnos y explorar en silencio… antes de intentar avanzar.

Una leve sonrisa se dibuja en la cara del picaro al ver como Sutu acaba con la criatura, seguidamente mira fijamente a este y asiente con la cabeza dandole a entender que había hecho un gran trabajo. Despues tras las palabras de sus compañero  volvió a guardar la espada en su cinto y rompio el silencio, - Willem tiene razón, deberías descansar un poco mientras que ambos intentamos ver que nos espera hay dentro, no podemos dar palos de ciego, tal y como estan las cosas. - Dice Rhaz al grupo.

Estan en lo cierto.  Caray no se si valla a sobrevivir de esta. Sin embargo también debemos tener en cuenta que el tiempo es oro, y que debemos trabajar en equipo,  si pasa algo de esto, mientras los que estamos enfermos descanzamos, otros podrían hacer guardia.

Me siento en el suelo un momento, sí, me siento con fiebre, es el sol y la deshidratación.

Rhaz asiente ante las palabras de Matrina  -Habib cuidad de ellos, no tardaremos mucho, o eso espero - dijo este con una sonrisa en la cara y seguidamente dirige su mirada hacia Willem - Bien Willem pongamonos en marcha, no podemos perder mas tiempo. -

-De acuerdo. Les dijo Sutu desde su posición frente al cadaver del erizo. Por la situación, puede ser una buena idea que tanteeis primero el terreno. Además, como decís, necesito descansar un poco antes de seguir.

El bárbaro se levantó y miró a alrededor.

-Si vamos a pararnos a descansar el tiempo que estos exploren el terreno, más nos vale encontrar una sombra bajo la que hacerlo.

Tienes razón… no sabemos si hay mas bichos como ese… y no me apetece mucho darles… la bienvenida si les da por aparecer. Pero… lo primero es esa puerta y… ahora mismo no me fio ni de mi sombra. Mejor… echarle un vistazo detenidamente antes de… seguir avanzando dicho lo cual me acerco cautelosamente a la puerta, buscando cualquier cosa que se saliera de lugar o llamara mínimamente la atención.

Rhaz empieza a buscar tambien de forma sigilosa cualquier cosa fuera de lo común que pudiera encontrarse.

Después de mirar las paredes por si veo más agujeros o muestras de actividad gasunil, me acerco con atención a los heridos y agotados.

Sí, descansad, sentaos donde os de el viento. Os rehidratareis y refrescareis lo mejor posible... Bebed y empapad un paño con agua, extenderlo y cubriros la cara y la nuca con él unos segundos. Pero no desperdiciéis el agua, sólo lo justo. Repetid el extender el paño húmedo sobre el rostro y la nuca hasta que se seque el paño, lo que tardará minutos.

Dejo que sean ellos los que acepten o no emplear su agua y luego les ayudo a refrescarles por el efecto de evaporación y el viento sobre piel húmeda. Ayudo empleando cualquier cosa como abanico, ya sea mi manta o la capa.

Enseguida tenéis que sentir alivio.

Sutu hizo caso a las palabras de Habib, y en cuanto se colocaron en un lugar adecuado en el que descansar mientras Rhaztamel y Willem exploraban, siguió sus consejos para aliviar el calor.

El bárbaro se sentó en el suelo, en el lugar menos caliente que pudo encontrar, y donde una sombra casual pudiera haber logrado que el terreno no se calentara lo bastante como para quemar sus musculosas nalgas y observó en silencio el terreno que los rodeaba mientras esperaban la llegada de sus dos compañeros.

Os guareceis todos en la sombra que ofrece el mismo lugar donde yace el erizo en tanto que Rhaz y Willem miran la enorme losa de piedra y sus alrededores sin ver absolutamente nada más que una enorme losa, ni mecanismos, ni trampas, ni cerraduras ni nada parecido, en las paredes ni el suelo no se aprecian más que los surcos de los agujeros dejados por este gusano en su inesperada salida y el sol casi ha alcanzado su punto máximo en el cielo de mediodía empezando a convertir las montañas y el lugar en el que estais en un horno, esto no se parece en nada a Zalas y parece que el calor de los rayos del sol es capaz de salpicar y abrasar la piel.