Partida Rol por web

- Bien, mientras ustedes duermen un rato, yo y Félix velaremos su sueño mientras nos contamos batallitas.- sentencia egocéntricamente Leroy. Más bien veremos que puede contarme acerca de ese barco naufragado. Salvando la situación actual ¡resulta sumamente interesante! Constituirá un grato entretenimiento hasta que llegue el rescate.

- Asimismo mantendremos el fuego encendido añadiendo un poco de nuestra poca leña de vez en cuando. Mañana podremos buscar más y ponerla a secar.

- Flora parece exhausta, aunque pensándolo bien si Félix la acompaña en una guardia acepte hacer el segundo turno. Estoy dispuesto a cederlo a cambio de unas horas más de descanso, y al fin y al cabo un hombre armado en cada guardia será siempre una garantía. Lo que me recuerda, ¿inspector podríamos ir cediéndonos el machete que encontró de guardia en guardia? Se me antoja más útil que útil que un simple palo y mientras esté durmiendo no le será necesario. Incluso a Charlie le vendrá bien abandonar su rudimentaria arma en favor de una tecnología más avanzada.- Termina su discurso con el comentario impertinente, pero más que un desatino o una pulla parece estar hablando en serio. Al menos en esta ocasión no lo ha dicho con su habitual sarcasmo.

El frío se hace sentir cada vez más según comienzan a extinguirse definitivamente las pobres ascuas con las que han calentado la dura carne de reptil, por lo que entre bocado y bocado Leroy se acerca al rincón en que se encuentran los paracaídas y toma uno para sí. Sacando con tranquilidad la tela impermeable para emplearla como abrigo durante la noche, vuelve a un punto desde el que poder ver el acceso al interior del avión a una distancia prudencial de la entrada, además de tener cierta visibilidad de la cabina. Séntandose ahí, termina de mascar la carne.

- Este es un buen punto para controlarlo todo. Puede que la atalaya de Charlie le valga a él, pero desde aquí todo se controla a la perfección.- Expone harto satisfecho de su decisión, seguro de que los demás lo ven igual que él. Igual Charlie no, pero acabará haciendolo. Es obvio.

Os acostáis con la intención de descansar mientras afuera la lluvia crece en intensidad como si la tormenta cada vez se acercará más y más pero el cansancio finalmente puede con vuestros temores provocando que consigáis conciliar el sueño.

La primera guardia transcurre con normalidad aunque el cansancio se nota y provoca que os quedéis somnolientos, sobretodo con todo el cansancio acumulado durante el día de hoy.

Dio alguna cabezada luchando contra el sueño.

—Señor Currie. ¿Qué opina de esta isla? —dijo con ánimo de encontrar algo con lo que mantener una conversación y evitar el sueño.

—Me resulta incómoda, no se, me recuerda demasiado a ciertas películas y en ellas los protagonisnas no suelen salir muy bien parados. Intento buscarle explicación a todo lo que ocurre pero... ¿usted que piensa?

- ZzZZzzZ, ¿ehm? Ah, sí la isla. ¿Películas? Ah, por favor. Por fascinante que pudiera resultar dudo mucho que vayamos a encontrar dinosaurios en este lugar. A lo sumo fósiles. Aunque si se refiere a las que reflejan historias de expedicionarios que se enfrentan a caníbales, ya sería otra cosa.- Leroy divaga algo al constestar a Félix, en un claro intento de disimular la discreta cabezada que había dado.- En realidad conservo la fe en que el buen doctor se halle a salvo entre amigables nativos y halla decidido no compartirlo con nosotros.- El acceso de ira y sarcasmo cede cuando su mirada se cruza con la del policía. Se le antoja tan franca que de ser otro, Leroy se habría avergonzado de su comportamiento.

- He de admitir que Charlie y yo nos hemos sentido vigilados mientras poníamos trampas para conseguir algo de comer. Personalmente no creo que se trate de animales al acecho. Los grandes depredadores ya habrían intentado averiguar que tipo de presas somos, y el resto de animales no se dedicaría a fisgonear nuestras actividades. Se limitarían a huir y alejarse a un lugar más tranquilo, donde no se sientan amenazados por nada extraño.- Dirige una mirada al negro exterior del avión, donde la vegetación se mueve susurrante con el viente.- Sí, deben estar todos juntos en algún rincón en la isla, lejos de nosotros. Resulta anormal la escasez de fauna.

La tormenta amaina y el incesante ruido de la lluvia al golpear contra el casco del avión va cesando poco a poco hasta que el silencio de la noche se apodera del lugar. Con cansancio en los ojos intentáis seguir conversando para no dormiros cuando algo provoca que os pongáis en pie de un salto pues lo que se ha escuchado fuera ha sido como una explosión lejana.
¿Que esta pasando?

El policía acompañó a la explosión poniéndose en pie de un salto visiblemente nervioso.

—¿Qué ha sido eso? Maldita sea. Leroy, ayúdeme a subir a la parte de arriba del avión. Quizá desde allí pueda ver algo con el catalejo.

Felix buscó entre las pertenencias hasta encontrar el catalejo que encontró. Hábilmente trepó por el lateral del avión hasta situarse en el punto más alto.

—Quédese ahí abajo y procure que no se despierten.

Una vez arriba limpió la lente del catalejo e intentó otear el horizonte con él buscando el humo provocado por la explosión.

En medio de la noche percibes un fogonazo de luz verde azulada en el horizonte del océano. Este suceso te deja con la sensación de que el mundo es más frágil y misterioso de lo que siempre has pensado.