Partida Rol por web

Los primeros rayos del sol empiezan a salir en el firmamento cuando os internáis un poco en la jungla. Charlie menciona algo sobre que ayer por la tarde estuvo montando trampas para caza menor por aquí cuando de repente observáis como delante vuestra la jungla se mueve. ¿La jungla se mueve? o_O!

Si, es como si un trozo de la jungla se estuviera moviendo así que asombrados os restregáis los ojos por si aún estáis durmiendo o tenéis legañas pero "eso" sigue ahí. Entonces sucede lo increíble pues el manchurron que había delante vuestra se convierte en unos segundos en el doctor Brush aunque su aspecto esta muy degenerado y estropeado. Es como si hubiera estado sumergido en el mar durante días y su cuerpo se hubiera hinchado. ¡Su aspecto es horrible!

Os quedáis rezagados mientras el resto avanzan hacía el interior de la jungla y el origen de los ruidos. En silencio os miráis el uno al otro sin saber si seguirlos o volver a la seguridad del avión.

Miró a Irina un instante mientras controlaba los movimientos del resto de grupo.

—Aquí no hacemos nada más que dividir el grupo y eso es algo que no me gusta en vista de las cosas que estamos pasando. ¿Vienes? 

Acompaño la pregunta con un movimiento de la cabeza en dirección al resto del grupo, invitando a la mujer a seguirlos.

—¡Esperar! —gritó mientras iniciaba la marcha hacia ellos.

¡¡POR EL AMOR DE DIOS!! grita Flora mientras ve esa extraña aparicion que pese a la repulsion inicial que le causa no hace sino provocarle cierta pena. El siguio a la locura... y la locura acabo con él. ¡Tenia usted razon! ¿que le ha pasado doctor? ¡DOCTOR!

¡Vamos, no tengo la minima intencion de quedarme tan sola! - tras lo cual Irina empieza una leve carrera tras el grupo que se habia empezado a alejarse...

Hecho XDDDD

La intención es asustarles para algo? Amenazarles para que huyan o hacer que me sigan a una trampa?

El corazón de Charlie da un vuelco ante semejante visión. Afortunadamente, el estado en el que se encontraba le sirve a modo de anestesia, amortiguando la impresión.

-¿Qué le ha ocurrido? ¡Diga algo!- le espeta nervioso.

La manera en la que sujeta sus armas deja claro que no va a bajar la guardia. No es el reencuentro que esperaba.

Os adentráis en la jungla mientras los primeros rayos de sol empiezan a salir en el firmamento. No es díficil seguir a vuestros compañeros justo para encontrarlos a todos como petrificados mirando hacía un punto de la densa vegetación un poco más adelante. Pero hay algo extraño ahí delante vuestra. ¿Que esta pasando?

Si, es como si un trozo de la jungla se estuviera moviendo así que asombrados os restregáis los ojos por si aún estáis durmiendo o tenéis legañas pero "eso" sigue ahí. Entonces sucede lo increíble pues el manchurron que había delante vuestra se convierte en unos segundos en el doctor Brush aunque su aspecto esta muy degenerado y estropeado. Es como si hubiera estado sumergido en el mar durante días y su cuerpo se hubiera hinchado. ¡Su aspecto es horrible!

Por detrás vuestra aparecen irina y felix quienes se quedan también perplejos ante la visión que tenéis delante vuestra.

El detective se quedo petrificado. En lugar de seguir avanzando para estar junto al grupo su cuerpo de obligaba a dar un paso atrás. Se frotó los ojos una vez más y volvió a mirar la escena.

—No puede ser —dijo titubeando.

Buscaba con la mirada a Leroy Currie.

—¿Cuál es su explicación para esto, señor Currie?

La jungla había tomado forma delante de vosotros, es complicado saber si el doctor había estado ahí todo el tiempo o había salido de entre la maleza, pero eso no es muy importante tampoco.

Sus ropas están mojadas, rasgadas, cubiertas de verdín y de algas, al igual que su piel y carne hinchada , la cual habían invadido docenas de parásitos marinos. Los cabellos no son mas que un jirón greñoso y empapado que le cubre parcialmente la cara.

El doctor da unos pasos hacia adelante con las piernas desincronizadas, como si tuviese varios huesos rotos y aun así siguiese andando mientras sus brazos colgaban inertes a los lados y el torso se mantenía erguido por mera casualidad entre tambaleo y tambaleo.

El resto de supervivientes se acercaron a él con cautela, pero cuando aun estaban lejos cuando el doctor emite un terrible gruñido, un lamento feroz, que queda ahogado por la voz desecha y quebradiza que intenta reproducirlo.

Es entonces cuando levanta la mirada, su expresión ha cambiado totalmente. Ahora refleja un odio y una furia enorme, con todos los elementos faciales en tensión, el ceño fruncido y enseñando los dientes picados por debajo de lo que antes era un cuidado bigote.

El doctor, o lo que queda de él, levanta su mano derecha y apunta con el hinchado y lacerado dedo índice hacia la hermana Flora. Sus hojos negros se clavan el ella casi hasta el punto de perforarla.

A los demás, aun no les ha dado tiempo a asimilar que demonios le está pasando al señor Brush, cuando este, tal cual ha aparecido, se desvanece entre el contorno de la jungla. No le habéis visto moverse, no puede haberse ido, pero ya no está allí.

Do... do... DOCTORRR!!!!! - un grito desesperado de Irina, como tratando de despertarse de un sueño, una pesadilla inoportuna... pero todo era real. Incluso la vision deforme de Exequiel Brush.

La impresión ante lo ocurrido os deja petrificados y sin aliento. Tan solo tras unos segundos de silencio Irina rompe la quietud con sus palabra consiguiendo que recobréis el temperamento y la fuerza.

- ¡¿Porqué demonios no se quedaría con nosotros?!- exclama Leroy. Aunque lo hace en voz alta, no queda claro si está interpelando a la abominación que en su momento fuera el estudioso doctor, otrora hombre de ciencia consumido por la desdicha, aberración amenazante en este. Tal vez estas palabras solo sean un intento de expresar su incredulidad ante lo visto, a su incapacidad para explicarlo racionalmente (al menos de momento).

De cualquier forma la mirada de Brush transmite odio. No es un depredador amenazando a la presa, ni siquiera parece defender un territorio que ahora considere suyo. Sólo el deseo de verlos muertos. Leroy aferra el palo, dispuesto a emplearlo ante la que supone inminente agresión por parte de la figura abotargada por el agua, cuando esta desaparece tragada por la selva.

- Hermana Flora, vaya rezando algo por nuestras almas porque el doctor Brush debe haber perdido la suya en alguna parte. No sé que explicación natural habrá para esto, pero está claro que nos encontramos en peligro.- Malhumorado por pensamientos tan oscuros que se ve en la obligación de manifestar al grupo, Leroy mira a un lado y otro de la selva. ¿Será posible que manifieste semejantes cualidades, como si Irina o Félix tuvieran razón al describirla como viva?

Petrificado, con el doctor o lo que fuese desaparecido otra vez, se gira siguiendo la dirección marcada de el hinchado dedo de éste. Los ojos entrecerrados, clava una mirada entre triste e interrogativa en aquella a la que señalaba, la hermana Flora.

-Y tanto. - responde al arqueólogo sin cambiar su foco de atención - Recuerden pegarme un tiro entre los ojos si alguna vez me convierto en eso - añade con su cascada voz.

-Hermana, ¿por qué le habrá señalado?

¿Será por lo que ha estado leyendo sobre ese libro prohibido?

Al instante descarta esos pensamientos. No tienen demasiado sentido para él. Aunque, después de lo visto, ya nada parece imposible.

- Si se convierte en eso espero que un tiro le mande al infierno, Charlie. Y que no me corresponda acompañarle hasta allí.

Aún sin creer lo que acaba de ver con sus propios ojos, Leroy emplea el palo para remover la maleza con golpes cortos que le permitan volver a golpear deprisa si en uno de los tanteos hace reaparecer los despojos del Doctor Brush.