Partida Rol por web

Leroy se hallaba supervisando la labor de Charlie al tiempo que prestaba atención a los recién llegados.

- Es una historia sumamente interesante. Tal vez mañana además de buscar al doctor Brush pueda echar una ojeada al naufragio. Podría informarnos de nuestra situación.- por la mente de Leroy pasaron los recuerdos de libros antiguos estudiados con minuciosidad a la luz de las lámparas de gas en la biblioteca universitaria, y entonces se produjo el incidente de la radio y todos hicieron eco de su pavor.

- Demonios, ¿no pueden guardar la compostura mínimamente? Entre la estática y sus gritos no hay forma de identificar esos sonidos.- refunfuñó bastante enfadado- Parecía una lengua oriental bastante arcaica. Charlie haz el favor de seguir cocinando; cuando quiera que alguien apague la radio lo haré yo mismo. ¿se le ha ocurrido pensar que el doctor Brush pudiera haber encontrado otra emisora, o quizás al superviviente del otro barco a juzgar por el idioma, y estuviera radiando algún mensaje?

Leroy se dirige al aparato de radio para volver a conectarlo, siendo respondido únicamente por la estática y el cada vez más intenso golpeteo de la lluvia sobre el metal.

-No era el doctor. Y esos gritos nos han jodido la "velada". No conseguirá que me sienta culpable por haberla desenchufado... - replica añorando el instante de moral alta del que estaban disfrutando y que se fue al carajo en un abrir y cerrar de ojos.

El repiqueteo del agua sobre la chapa y ese intenso pero sutil olor que trae consigo la lluvia en el campo le distraen de la discursión.

-Que alguien se haga cargo un momento del fuego. - solicita levantándose con un gruñido para comprobar que no haya goteras en la zona del avión donde están reunidos.

El detective iba a mediar entre Leroy y Charlie pero la cosa no fue a más y prefirió callar. Se hizo cargo del fuego como pidió Charlie tratando de que no se apagara mientras ayudaba a localizar alguna gotera en torno a este.

—Señor Currie, ¿cree realmente que esta radio pueda recibir alguna transmisión? Por lo que pude ver los náufragos no eran orientales y al doctor Brush, bueno al doctor Brush le conocimos y tampoco tenía ese tono de voz. ¿Tiene alguna suposición? —dijo sin mirar a Leroy.

Trabajaba en intentar localizar alguna gotera y mientras charlaba con el arqueólogo intentando buscar una explicación a lo que estaba ocurriendo en la isla.

—Realmente esta isla cada vez se me parece a las que aparecían en los libros que leía mi padre... esos libros de desapariciones, miedo y esas cosas. Sinceramente, no me gustaría ser el protagonista de uno de ellos.

Leroy no evita poner los ojos en blanco ante semejantes supercherías. Comparar esta situación con una novela de ficción. Saldremos de esta enseguida, no merecerá más titular que el de nuestro rescate tras el naufragio.

Al menos Charlie había tomado una buena decisión, ya que al verle coger los cubos supuso que los emplearía para recoger agua de lluvia que beber. Tosco pero práctico. Sí, después de todo merecía la pena como compañero en esta isla y, además, ya le estaría remordiendo la culpa por dentro a causa de su descuido con la radio. Por otra parte el detective se había echo cargo de la cena y requería algo de atención, por lo que decidió prestársela.

- Supuse que se trataba de tripulantes orientales por la descripción de la señorita Krilov acerca de la embarcación. ¿Podrían darnos más detalles? Como ese último que comenta usted Félix. Conociendo el tipo de embarcación averiguaríamos si hay tierra cercana o no, en función de que se trate de una barca de mayor o menor tamaño adaptada a largas travesías. Tal vez, en caso necesario, incluso pudieramos repararla si queda lo suficiente y utilizarla en caso de que se demoren en venir a rescatarnos.

Irina se suma a la discusión con un gesto de sobrecogimiento... - ¿¡Cómo que no eran orientales los naufragos!? - casi gritándole en la cara a Felix.

Quedo mas que claro que cuando los desenterramos sus facciones asiaticas saltaron a la luz sin mucha dificultad... asi que concuerda con el lenguaje que escucho el Dr. en la radio! - la joven ponia mucho enfasis en su afirmación, como tratando de convencer incluso por la fuerza.

De alguna u otra manera, en la isla tiene que haber otra embarcacion o algun sistema de radio emplazado en algun lugar... si tan solo pudieramos dar con el... - en vos muy baja Irina queda mirando los alrededores como buscando una señal para ir en la direccion correcta.

El avión tiene alguna goteras pero nada excesivamente preocupante salvo el hecho de que la humedad tarde o temprano se apropiará del lugar y vuestra reserva de leña es escasa, de hecho es escasa incluso para cocinar.

Charlie dispone los baldes así como otros recipientes improvisados por toda la superficie del avión como buenamente puede. Incluso tiene el detalle de apartar el diario de a bordo de su situación actual cerca del puente de mando para evitar que se moje.

La reacción de la atractiva rusa complace a Leroy, que sin embargo realiza un mal conseguido intento de desviar el tema:

- Siendo un experto en estos temas mañana solventaré la diferencia de opinión que mantienen. No merece la pena exaltarse. ¿Cómo va la cena Félix?- acercándose a la lánguida y escasa lumbre que sus medios les habían garantizado trato de calentarse discretamente. La humedad y el frío resultarían una mala combinación, que ojalá las mantas encontradas en el citado barco pudieran paliar.- No puedo evitar pensar en el doctor Brush. No parecía preparado en absoluto para adentrarse en la selva. Si ha logrado sobrevivir hasta ahora, quizás incluso encontrar una radio o habitantes tal vez conviniese buscarle mañana tras nuestra excursión a su embarcación.

Un gesto de velada vergüenza adornaba el gesto del detective que miraba a Irina solicitando algo de clemencia.

—Sí... claro asiáticos... orientales, claro. Disculpadme, por un momento no asocié oriental con asiático. Esta isla esta acabando conmigo —acabó diciendo apenado.

Se mantuvo pensativo unos instantes y, acto seguido, chasqueó los dedos.

—Sr. Currie, el barco que encontramos tenía unas letras escritas en su casco. Por la grafía podría ser chino o japones pero tampoco tengo mucha idea de cuantos idiomas tendrán una grafía similar. No creo que ese barco nos sirva para salir de esta isla, parecía como si alguien hubiera embestido deliberadamente contra la isla con el barco. Tampoco tengo demasiados conocimientos de navegación y, ahora que lo dice, ¿cómo no se me ocurrió buscar una radio? —se critica—. Ah, ya lo recuerdo. Había rastros de sangre en cubierta, como si alguien hubiera muerto en el impacto. Ese rastro fue el que nos llevó hasta las tumbas que estaban al lado de un campamento donde encontramos todo esto. Parece que uno de ellos fue arrastrado hacia su tumba aún con vida y, por lo menos, dos fueron los que lo llevaron hacia allí a rastras, cogido de las manos quizá. El caso es que intenté seguir las distorsionadas huellas (de pies realmente deformados) sin éxito. ¿Quizá sea un buen punto de partida para mañana? Quizá desde allí podamos rastrear la señal de la radio.

- Pese a lo macabro de su relato, inspector, considero su propuesta adecuada. Asimismo hemos de considerar la existencia de al menos un superviviente, pues las tumbas no se cavan solas. Considero oportuno comentar, para tranquilidad general, las extrañas costumbres de los pueblos orientales. En China se deforma los pies de las mujeres mediante calzado y vendajes de una forma extraordinaria. Me arriesgaría a opinar que en lo esencial pudiera tratarse de algo similar.

Echando en falta platos o algo similar en que servir las rodajas de ofidio que componen la cena, Leroy encuentra un trozo de chapa que formara en su momento parte de una balda para equipaje. Tras frotarla con un pañuelo de bolsillo arrugado que ha sobrevivido dentro del bolsillo de su pantalón, la dispone más o menos libre de polvo y arenilla al lado de la rejilla para emplearla como bandeja.

- La carne ya empieza a oler como si estuviera hecha casi en su punto.- comenta de pasada.

La cena se va haciendo en un trozo de placa caliente mientras charlie vigila que no se queme. Ante la falta de útiles de cocina para tratar la comida y que tenga mejor sabor os conformáis con el olor a carne caliente de serpiente que se desprende del fuego y que le da un cálido ambiente al hogar improvisado en el que estáis.
Lastima que la provisión de leña sea mínima como para calentaros toda la noche, de hecho es poco probable que os duré para calentar tanta comida.

Olvidense de volver a ese lugar. El barco estaba totalmente destruido, no sirve ni como refugio... YAaaaawwwwWN - tras el largo bostezo de Irina, ella habia terminado de cenar rapidamente y empezaba a dirigirse a su lugar para dormir.

Estoy totalmente agotada... recuerden despertarme para la ultima guardia, despues el resto organicense como deseen, pero no dejemos de vigilar nuestro "nuevo hogar". - ya recostada sobre un rincon y tapada con una de las mantas no parecio demorarse demasiado en conciliar el sueño.

- Si tan decididos a hacer guardia están ustedes yo haré el primer turno. Estoy acostumbrado a conciliar el sueño a altas horas de la madrugada, por lo que podrán descansar mientras velo por ustedes.- Así, de paso, me encontraré plenamente en forma al día siguiente habiendo dormido la noche del tirón.

Cuando prueban la cena se hace evidente el exótico sabor de la carne, especialmente en las partes que por ser más fibrosas han quedado más crudas.- Obtener sal evaporando al sol agua de mar en planchas de metal, o mejor, en hojas hará más pasable futuras comidas. Piénsenlo, el sol trabajando a nuestro favor en lugar de en nuestra contra.

Los primeros tres cachos de serpiente están listos para comer mientras que los otros tres trozos parece que van a tardar, si el fuego no se apaga antes, en estar preparados para comer.
Mientras os acercáis al fuego para intentar coger un trozo de carne que echaros a la boca de paso intentáis atrapar el calor que desprende vuestro triste fuego para calentaros.

-Esos pies raros también pueden ser cosa de una enfermedad.

Aun recuerda con un escalofrío el estado en el que el frío, la humedad y otras muchas cosas habían dejado los pies de algunos con los que compartió la calle. Para Charlie, igual que para los soldados que pasaron meses en las trincheras de la Gran Guerra, mantener los pies secos y calientes siempre había sido una prioridad.

-Yo haré la última guardia. No me importa madrugar.

Entre bocado y bocado, usa el cuchillo para limpiar el jabato y colgarlo en grandes trozos sobre la hoguera.

-El ahumado va a ser un poco triste, pero algo hará. Aunque nos lo comeremos mañana, este lugar es húmedo como los cojones de una morsa. Mal sitio para conservar la carne... - refunfuña mientras mastica un pedazo de serpiente, dejando en evidencia su falta de modales. - Sí, la sal nos vendría muy bien. Ya tenemos otro entretenimiento para mañana.

El detective dio un respingo.

—Como quiera, Sr. Currie. Yo estaba dispuesto a hacer la primera guardia pero si usted está más interesado... —dejó la frase en el aire

—Bueno, yo tampoco creo que pueda dormir por ahora así que haré con usted estas primeras horas si no le importa.

La mirada se dirigió hacia Irina.

— Es cierto que en ese lugar no hay nada pero yo creo que puede ser un buen punto de partida para encontrar algo más. Yo sigo pensando que es una buena opción empezar por ahí.